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12:56 a.m.

Por: . | Fuente: Corazones.org



Co-Fundadora de la Orden de la Visitación de Santa María


Martirologio Romano: Santa Juana Francisca Frémiot de Chantal, religiosa, que siendo primero madre de familia, tuvo como fruto de su cristiano matrimonio seis hijos, a los que educó piadosamente, y muerto su esposo, bajo la dirección de san Francisco de Sales abrazó con decisión el camino de la perfección y realizó obras de caridad, en especial para con los pobres y enfermos. Dio comienzo a la Orden de la Visitación de santa María, que dirigió también prudentemente, y su muerte tuvo lugar en Moulins, junto al Aller, cerca de Nevers, en Francia, el día trece de diciembre (1641).

Santa Juana Francisca Fremiot nació en Dijon, Francia, el 23 de enero, de 1572, nueve años después de finalizado el Concilio de Trento. De esta manera, estaba destinada a ser uno de los grandes santos que el Señor levantó para defender y renovar a la Iglesia después del caos causado por la división de los protestantes. Santa Juana fue contemporánea de S. Carlos Borromeo de Italia, de Sta. Teresa de Ávila y S. Juan de la Cruz de España, de S. Juan Eudes y de sus compatriotas, el Cardenal de Berulle, el Padre Olier y sus dos renombrados directores espirituales, San Francisco de Sales y San Vicente de Paúl. En el mundo secular, fue contemporánea de Catalina de Medici, del Rey Luis XIII, Richelieu, Mary Stuart, la Reina Isabel y Shakespeare. Murió en Moulins el 13 de diciembre, de 1641.


Su madre murió cuando tenía tan solo dieciocho meses de vida. Su padre, hombre distinguido, de recia personalidad y una gran fe, se convirtió así en la mayor influencia de su niñez. A los veintiún años se casó con el Barón Christophe de Rabutin-Chantal, de quien tuvo seis hijos. Dos de ellos murieron en la temprana niñez. Un varón y tres niñas sobrevivieron. Tras siete años de matrimonio ideal, su esposo murió en un accidente de cacería. Ella educó a sus hijos cristianamente.


En el otoño de 1602, el suegro de Juana la forzó a vivir en su castillo de Monthelon, amenazándola con desheredar a sus hijos si se rehusaba. Ella pasó unos siete años bajo su errática y dominante custodia, aguantando malos tratos y humillaciones. En 1604, en una visita a su padre, conoció a San Francisco de Sales. Con esto comenzó un nuevo capítulo en su vida.


Bajo la brillante dirección espiritual de San Francisco de Sales, nuestra Santa creció en sabiduría espiritual y auténtica santidad. Trabajando juntos, fundaron la Orden de la Visitación de Annecy en 1610. Su plan al principio fue el de establecer un instituto religioso muy práctico algo similar al de las Hijas de la Caridad, de S. V. de Paúl. No obstante, bajo el consejo enérgico e incluso imperativo del Cardenal de Marquemont de Lyons, los santos se vieron obligados a renunciar al cuidado de los enfermos, de los pobres y de los presos y otros apostolados para establecer una vida de claustro riguroso. El título oficial de la Orden fue la Visitación de Santa María.


Sabemos que cuando la Santa, bajo la guía espiritual de S. Francisco de Sales, tomó la decisión de dedicarse por completo a Dios y a la vida religiosa, repartió sus joyas valiosas y sus pertenencias entre sus allegados y seres queridos con abandono amoroso. De allí en adelante, estos preciosos regalos se conocieron como "las Joyas de nuestra Santa." Gracias a Dios que ella dejó para la posteridad joyas aún más preciosas de sabiduría espiritual y edificación religiosa.


A diferencia de Sta. Teresa de Ávila y de otros santos, Juana no escribió sus exhortaciones, conferencias e instrucciones, sino que fueron anotadas y entregadas a la posteridad gracias a muchas monjas fieles y admiradoras de su Orden.


Uno de los factores providenciales en la vida de Sta. Juana fue el hecho de que su vida espiritual fuera dirigida por dos de los más grandes santos todas las épocas, S. Francisco de Sales y S. Vicente de Paúl. Todos los escritos de la Santa revelan la inspiración del Espíritu Santo y de estos grandiosos hombres. Ellos, a su vez, deben haberla guiado a los escritos de otros grandes santos, ya que vemos que ella les indicaba a sus Maestras de Novicias que se aseguraran de que los escritos de Sta. Teresa de Ávila se leyeran y estudiaran en los Noviciados de la Orden.


Santa Juana fue una auténtica contemplativa. Al igual que Sta. Brígida de Suecia y otros místicos, era una persona muy activa, llena de múltiples proyectos para la gloria de Dios y la santificación de las almas. Estableció no menos de ochenta y seis casas de la Orden. Se estima que escribió no menos de once mil cartas, que son verdaderas gemas de profunda espiritualidad. Más de dos mil de éstas se conservan todavía. La fundación de tantas casas en tan pocos años, la forzó a viajar mucho, cuando los viajes eran un verdadero trabajo.


Sta. Juana le escribió muchas cartas a S. Francisco de Sales, en búsqueda de guía espiritual. Desafortunadamente, después de la muerte de S. Francisco la mayoría de las cartas le fueron devueltas a Sta. Juana por uno de los miembros de la familia de Sales. Como era de esperarse, ella las destruyó, a causa de su naturaleza personal sagrada. De este modo, el mundo quedó privado de lo que pudo haber sido una de las mejores colecciones de escritos espirituales de esta naturaleza.


El día de hoy recordamos su ingreso al reino de los cielos, pero su fiesta fue asignada para el 12 de agosto.



12:56 a.m.
Juan Marinoni, llamado en el siglo Francisco, nació en Venecia en 1490, de una familia oriunda de Bérgamo.

Ordenado sacerdote, fue nombrado en 1515 Sacristán de la Catedral de S. Marcos, y pocos años después, Canónigo de aquella Basílica.


Cuando, huyendo del Saco de Roma (1527), los teatinos establecieron en Venecia la segunda casa de la Orden, Marinoni renunció a su canonjía para ingresar en la nueva milicia clerical.


Cambiando su nombre por el de Juan, recibió la sotana teatina de manos del mismo fundador, el 9 nov. 1529.


Plegándose a los deseos de Clemente VII, los teatinos decidieron aceptar, en agosto de 1545, la fundación de una casa en Nápoles, y comisionaron para llevarla a término a Cayetano y Marinoni.


En trienios sucesivos se turnaron ambos en el gobierno de la Comunidad napolitana, para compartir después la gloria del mismo sepulcro.


Características de Marinoni fueron su acendrada devoción a la Pasión de Cristo y su dedicación constante a la dirección espiritual de las almas.


Fundó con San Cayetano de Thiene los "Montes de Piedad" para liberar de la miseria a los pobres y marginados, institución que dió origen al actual Banco de Nápoles.


En su escuela se formaron Andrés Avelino, Pablo Burali y Jaime Tormo, a los que transmitió con fidelidad la herencia espiritual del fundador, S. Cayetano. M. el 13 dic. 1562, en la misma Casa de S. Pablo de la que había sido cinco veces prepósito.


En sus últimos años de vida abrió hospicios para ancianos y fundó hospitales.


Declarado beato en 1762 por decreto de Clemente XIII, su fiesta se celebra el 13 de diciembre.



12:56 a.m.
En Neustria septentrional, san Judoco, presbítero y eremita, quien, siendo hijo de Jutael, rey de Armórica, y hermano de san Judicael, para no ser obligado a suceder a su padre abandonó la patria y se dedicó a la vida eremítica en Runiacum que luego cambió su nombre a Saint-Josse-sur-Mer.

Murió hacia el año 668 en Saint-Josse-sur-Mer de causas naturales, su cuerpo se ha mantenido incorupto.


Se lo representa como un hombre con un peregrino con un cayado en una de sus manos y una corona a sus pies.


Suele pedirsele ayuda contra la fiebre, contra los incendios, contra los naufragios, es patrono de los hombres de mar.



12:56 a.m.
En la época de Childerico II, había en Alsacia un señor feudal franco, llamado Adalrico, casado con Bereswinda. A fines del siglo VII, tuvieron una hijita ciega, que nació en Obernheim, en los Vosgos. Adalrico, que tomó esa desgracia como una ofensa personal y una injuria al honor de su familia, en la que nunca había sucedido nada semejante, se dejó arrastrar por una cólera que no entendía razones.

En vano trató su esposa de explicarle que era la voluntad de Dios, quien sin duda quería manifestar su poder en la niña. Adalrico no le prestó oídos, e insistió en que había que matar a la cieguita. Finalmente, Bereswinda consiguió disuadirle de ese crimen, pero para ello tuvo que prometerle que enviaría a su hija a otra parte sin decir a qué familia pertenecía.


Bereswinda Cumplió la primera parte de su promesa, pero no la segunda, ya que confió la niña al cuidado de una campesina que había estado antiguamente a su servicio y le dijo que era su hija. Como los vecinos de la campesina empezasen a hacerle preguntas embarazosas, Bereswinda la envió con toda su familia a Baumeles Dames, cerca de Besancon, donde había un convento en el que la niña podría educarse más tarde. Ahí vivió ésta hasta los doce años, sin haber sido bautizada, aunque no sabemos porque razón.


Por entonces, San Erhardo, obispo de Raisbona, tuvo una visión en la que se le ordenó que fuese al convento de Baume, donde encontraría a una joven ciega de nacimiento; debía bautizarla y darle el nombre de Otilia, y con ello recobraría la vista. San Erhardo fue a consultar a San Hidulfo en Moyenmoutier y, juntos, se dirigieron a Baume, donde encontraron a la joven y la bautizaron con el nombre de Otilia. Despúes de ungirle la cabeza, San Erhardo le pasó el crisma por los ojos y, al punto, recobró la vista.


Otilia se quedó a servir a Dios en el convento. Pero el milagro del que había sido objeto y los progresos que empezó a hacer en sus estudios, provocaron la envidia de algunas de las religiosas y éstas empezaron a hacerle la vida difícil. Santa Otilia escribió entonces a su hermano Hugo, del que había oído hablar y le pidió que la ayudara como se lo dictase el corazón. Entre tanto, San Erhardo, había comunicado a Adalrico la noticia de la curación de su hija. Pero aquel padre desnaturalizado se encolerizó más que nunca y prohibió a Hugo que fuese a ayudarla y que revelase su identidad.


Hugo desobedeció y mandó traer a su hermana. Un día en que Hugo y Adalrico estaban en una colina de los alrededores, Otilia se presentó en una carreta, seguida por la muchedumbre. Cuando Adalrico se enteró de quien era y supo porque había ido, descargó su pesado bastón sobre la cabeza de Hugo y lo mató de un golpe. Pero los remordimientos le cambiaron el corazón, de suerte que empezó a amar a su hija tanto cuanto la había odiado antes. Otilia se estableció en Obernheim, con algunas compañeras que se dedicaron como ella a los actos de piedad y a las obras de caridad entre los pobres.


Al cabo de un tiempo, Adalrico determinó casar a su hija con un duque alemán. Otilia emprendió la fuga. Cuando los enviados de su padre estaban ya a punto de capturarla, se abrió una grieta en la roca, en Schossberg, cerca de Friburgo en Brisgovia y ahí se escondió la santa. Para conseguir que volviese, Adalrico le prometió regalarle el castillo de Hohenburg. Otilia lo transformó en monasterio y fue la primera abadesa. Como las montañas eran muy escarpadas y hacían difícil el acceso a los peregrinos, Santa Otilia fundó otro convento, llamado Niedermunster, en un sitio más bajo, y edificó una posada junto a él.


Se cuenta que la santa, poco después de la muerte de su padre, vio que sus oraciones y penitencias le habían sacado del purgatorio. San Juan Bautista se apareció a Otilia y le indicó el sitio y las dimensiones de una capilla que debía construirse en su honor. Se cuentan muchas otras visiones de la santa y se le atribuyen numerosos milagros. Después de gobernar el convento durante muchos años, Santa Otilia murió el 13 de Diciembre, alrededor del año 720.



12:20 a.m.

Presbítero Agustino


Martirologio Romano: En Dorat, en el territorio de Limoges, Francia, san Israel, presbítero y canónigo regular, que fue de gran ayuda al obispo en la predicación de la Palabra de Dios. ( 1014)


A este bienaventurado agustino le veneran como santo los canónigos regulares de Letrán y los fieles de la diócesis de Limoges, pero es muy poco lo que se ha registrado sobre él. Sólo contamos con algunas generalidades vagas o edificantes, como ésta: «Fue un buen ejemplo para todos, concurría asiduamente, a los divinos oficios, se preocupaba por atender a las necesidades de los enfermos y dedicaba toda su atención al celebrar los sagrados misterios de acuerdo con los ritos de la Iglesia ...».

En la ciudad de Dorat, en el Limousin, Israel era miembro de los canónigos regulares; allí fue promovido a chantre y ascendió luego a familiar de Aldoín, obispo de Limoges, a quien acompañó a la corte de Francia. A pedido de los canónigos, el papa Silvestre II lo envió como preboste al monasterio de San Juniano, en la alta Vienne, donde hizo progresar a la comunidad tanto temporal como espiritualmente, puesto que acabó con las divisiones y partidismos, reformó la observancia y reconstruyó la iglesia. Después, Israel regresó a Dorat y se dedicó a la formación de san Walterio, el que fuera abad de L´Estrep. En Dorat el canónigo Israel volvió a ejercer las funciones de chantre y allí murió, el 31 de diciembre de 1014. Su tumba llegó a ser famosa por los milagros que se obraban en ella.



12:20 a.m.
San Finiano de Clonard fue el más distinguido de los santos de Irlanda en el período inmediatamente posterior al de San Patricio.

Los relatos de su vida están llenos de contradicciones y anacronismos. Tres siglos después de su muerte, se creía que había pasado largo tiempo en Gales, siendo ya monje.


Se cuenta que estuvo algún tiempo en el monasterio de San Cadoc de Nantcarfan, y que acabó milagrosamente con las plagas que echaban a perder las cosechas de la isla en el estuario de Severn, llamada actualmente Flatholm.


Entre otros muchos milagros que se le atribuyen, se dice que salvó a sus huéspedes de los piratas sajones, haciendo que un terremoto se tragase el campamento de los invasores. San Finiano tenía la intención de hacer una peregrinación a Roma con San Cadoc, pero un ángel le disuadió de ello y le ordenó que volviese a Irlanda.


Aunque es imposible probarlo en detalle, parece que San Finiano estuvo bajo la influencia de San Cadoc, San Gildas y otros monjes ingleses, por la importancia que le atribuía a los estudios y el énfasis que ponía en la superioridad de la vida monástica.


A su regreso a Irlanda, el santo fundó varias iglesias en Leinster y las escuelas y monasterios de Aghowle y Mugna. En este último monasterio se tramó contra él una conspiración, en efecto, Cormac, el hijo del reyezuelo del lugar, indujo a su hermano mayor, Crimtan a que persiguiera al santo, con la esperanza de que así pereciese en la empresa. El siniestro plan de Cormac tuvo éxito hasta cierto punto, ya que Crimtan trató de expulsar a San Finiano por la fuerza y, al hacerlo, se rompió la pierna.


El monasterio más importante de San Finiano estaba situado en Clonard de Meath. Poco después de la llegada del santo a ese sitio, fue a visitarle un pagano de cierta edad llamado Fraechman, que era un mago muy famoso. San Finiano le preguntó si su arte procedía de Dios o de alguien más. Fraechman replicó: "A vos toca averiguarlo". Finiano repuso: "Muy bien. Decidme entonces dónde se halla el sitio de mi resurrección". "No en la tierra, sino en el cielo", fue la respuesta. El santo le dijo: "Tratad otra vez de adivinarlo" .Fracchan volvió a dar la misma respuesta. "Tratad otra vez", le dijo Finiano levantándose de su asiento. Entonces el mago, comprendiendo que San Finiano se estaba burlando de él, le respondió: "El sitio de tu resurrección es el sitio en el que estabas sentado".


La réplica del mago resultó cierta, ya que la sede de Finiano era Clonard, donde tuvo el santo muchos discípulos, y sus enseñanzas produjeron una verdadera resurrección de la religión y el saber. Según se dice, llegó a tener 3,000 discípulos, por lo que se le llamó "el maestro de los santos de Irlanda", o simplemente "El Maestro" y se dijo de él que irradiaba bondad y sabiduría para iluminar al mundo, lo mismo que el sol desde lo alto del cielo".


Varios santos muy posteriores debieron su santidad a las enseñanzas de San Finiano. Fue famoso por su conocimiento de la Sagrada Escritura y su celebridad de exegeta se perpetuó durante muchos siglos en Clonard. Pero la escuela bíblica sufrió mucho durante las invasiones de los daneses y de los normandos; finalmente, a principios del siglo XIII, el monasterio de Clonard dejó de ser el centro religioso de la diócesis de Meath y se transformó en monasterio de agustinos, en cuyas manos estuvo hasta el siglo XVI. Tanto en sus viajes misioneros como durante su estancia en Clonard, San Finiano, que murió durante la epidemia de fiebre amarilla, a mediados del siglo VI, ofreció su vida por sus compatriotas, la fiesta de San Finiano de Clonard se celebra en toda Irlanda. Aunque suele venerársele como obispo, es dudoso que lo haya sido.



12:20 a.m.
Bartolo o Bartolomé Bompedoni de Mucchio nació en 1227 en el castillo feudal de los Condes de Mucchio, cerca de San Gimignano, en la provincia de Siena. Desde joven se consagró al servicio de Dios contra la clara oposición de su padre, que nunca toleró en su hijo este género de vida. Bartolo se trasladó a Pisa y fue durante un año huésped de los benedictinos de San Vito.

Habiendo entrado en la Orden Franciscana Seglar fue a Volterra, donde el Obispo quiso que fuera sacerdote y lo destinó primero como capellán a Peccioli, luego como párroco en Pichena. Atacado de lepra, se retiró al leprosorio de Celiole, cerca de San Gimignano, donde vivió veinte años y mereció, por la paciencia demostrada en soportar tanto tiempo el mal, el sobrenombre de “Job de la Toscana”.


Nunca se acaba de admirar la maravillosa florescencia espiritual que brotó en el siglo XIII tras la palabra y el ejemplo de San Francisco, madurada en la Primera Orden de los Hermanos Menores, en la Segunda Orden de las Clarisas y sobre todo en la Terdcera Orden, querida por el Santo de Asís para los laicos y casados, gracias a la cual la enseñanza franciscana penetró y renovó la vida espiritual de la sociedad de la época, la vida civil y el tejido social.


A la Tercera Orden de San Francisco pertenecieron personajes encumbrados en la historia como San Luis IX rey de Francia, Santa Isabel de Hungría, San Fernando, rey de Castilla, figuras excelsas en el arte y en la cultura, como Giotto, pintor, y Dante, poeta.


¿Qué decir de tantos que vivieron en un plano modesto pero no menos tenaz a la sombra de estas grandes plantas? Terciarios como el Beato Luquesio y su mujer Buonadonna, comerciantes de Poggibonsi; San Ivo de Bretaña, abogado de los pobres; Santa Margarita de Cortona, pecadora y penitente; la Beata Humiliana dei Cerchi, asceta y sin mancha. ¿Qué decir de figuras todavía más modestas y hasta pintorescas, como el Beato Novelón, escrupuloso y devoto zapatero de Faenza; el Beato Pedro Pettinaio, silencioso mercader sienés de los peines, y finalmente el Beato Bartolo Buonpedoni de Mucchio, cerca de San Gemignano?.


Enviado como párroco a Puchena, durante veinte años maravilló y conmovió al pueblo por su celo excepcional, por la extraordinaria caridad para con los pobres. A los cincuenta años enfermó de lepra, se retiró a un leprosorio, donde se distinguió por su paciencia en la desgracia, o más bien se podría decir serenidad, felicidad y “perfecta alegría”, lograda en la dura tribulación.


Murió a los 73 años en 1300, sepultado en San Gemignano en la bella iglesia de San Agustín, Bartolo Buonpedoni de San Gemignano sembró en el mundo, no los gérmenes de su enfermedad, sino el gozo y la serenidad de su alma franciscana.


San Pió X aprobó su culto el 27 de abril de 1910.



12:20 a.m.
Descendiente, quizás, de la noble familia Capocci, nació en Viterbo (Italia) en torno a 1255, pero no se tienen noticias de sus años jóvenes.

Abrazada bien pronto la vida religiosa, entró en los Ermitaños de san Agustín en el 1272, vistiendo el hábito en el convento viterbés de la Santísima Trinidad. Antes de 1275 fue enviado a París para cursar la teología en el estudio de su Orden, dónde frecuentó las lecciones de Egidio Romano, quien lo tuvo siempre en gran consideración. De regreso a su patria en el 1281-82, desempeñó en un primer momento el cargo de definidor de la Provincia romana en 1283, de visitador en 1284 y luego nuevamente de definidor en 1285, ejerciendo mientras tanto también, con toda probabilidad, las funciones de lector en conventos de la misma Provincia.


En 1286 volvió a París para continuar los estudios teológicos, consiguiendo el bachillerato en 1288 y, al final del prescrito aprendizaje, el doctorado en la pascua de 1293. Por designación de Egidio Romano, electo Prior general de la Orden, fue nombrado en el mismo año maestro regente del estudio parisiense, permaneciendo en este cargo hasta 1299. De nuevo en Italia en 1300, enseñó durante dos años en el estudio de Nápoles, ocupación que tuvo que dejar al ser nombrado arzobispo de Benevento por Bonifacio VIII el 3 de setiembre de 1302. El 6 o el 12 de diciembre siguiente fue trasladado a la sede de Nápoles, donde, pastor verdaderamente celoso, supo ganarse la estima y el afecto del rey Carlos II de Anjou y de su hijo Roberto, duque de Calabria, quien le ayudó en la construcción de la nueva catedral.


El 13 de mayo de 1306 comenzó a interesarse por la causa de canonización del santo pontífice Celestino V, encargo que le fue confiado expresamente por Clemente V, y en la que puso el máximo empeño, yendo personalmente a recoger testimonios en aquellos lugares dónde el ermitaño Pedro de Morrone había llevado su vida penitente; y en esta actividad continuó hasta la muerte, en olor de santidad, ocurrida en Nápoles a finales de 1307 o primeros de 1308.


La memoria del siervo de Dios fue rodeada enseguida de veneración, convirtiéndose pronto en objeto de culto público, confirmado oficialmente en 1911.


Considerado uno de los mayores teólogos escolásticos, por la agudeza de su ingenio mereció el título honorífico de doctor speculativus. La única obra de Santiago de Viterbo publicada íntegramente, es el De regimine christiano, compuesta en 1303 con ocasión de la lucha entre Bonifacio VIII y Felipe el Hermoso, escrito que puede considerarse como el primer tratado sistemático sobre la Iglesia.


Los agustinos lo festejan 12 de Junio, en algunos otros santorales se lo recuerda el 14 de marzo



12:20 a.m.
Sacerdote profeso, nacido en 1909 que ingresó en los Conventuales el año 1926.

Fue sustituto de San Maximiliano Kolbe en el convento de Niepokalanów, y responsable de la impresión de los periódicos marianos.


Su consigna era: «Con la ayuda de la Inmaculada, conquistar el mundo entero y todas las almas para el Santísimo Corazón de Jesucristo».


San Maximiliano lo consideraba un «santo y gran hombre».


Arrestado con San Maximiliano el 17 de febrero de 1940 y deportado a Auschwitz, murió allí el 12 de diciembre de 1941, agotado por los malos tratos y las enfermedades.


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12:20 a.m.

Mártires


Martirologio Romano: Conmemoración de los santos mártires de Alejandría de Egipto, Epimáquio y Alejandro, que en tiempo del emperador Decio, después de larga prisión y tormentos varios, fueron quemados por su fe en Cristo. Con ellos sufrieron el martirio las santas Amonarión, virgen, Mercuria, Dionisia y otra compañera, a las que, avergonzado el juez al verse vencido por las mujeres, y temiendo ser vencido también por la constancia que mostraban resistiendo los inauditos tormentos que les infligía, finalmente hizo decapitar. ( 250)


En el año 250 la persecución de Decio hacía estragos en Alejandría y los magistrados buscaban activamente a los cristianos. Alejandro y Epímaco cayeron en sus manos. Como no titubearon en confesar el nombre de Cristo, se los cargó de cadenas y se los tuvo largo tiempo en confinamiento absoluto. Los mártires salieron victoriosos de aquélla prueba de su fe y de su paciencia. Entonces, los jueces los mandaron azotar, dieron orden de que les desgarrasen los costados con garfios y, finalmente los condenaron a perecer en la hoguera. San Epímaco se identifica con el santo del mismo nombre, mencionado en el Martirologio el 10 de mayo, cuyas reliquias fueron trasladadas de Alejandría a Roma junto con las de San Gordiano. San Dionisio, Obispo de Alejandría, que presenció una parte del martirio de los dos santos, nos dejó los datos de su muerte; también menciona a otras cuatro cristianas que conquistaron la palma del martirio el mismo día y en el mismo sitio: la primera de ellas, Amonaria (o Amonarión), fue cruelmente torturada para obligarla a repetir las blasfemias que el juez le indicaba, pero ella se negó y fue condenada a morir, probablemente decapitada. La segunda, Mercuria, era ya anciana. La tercera, Dionisia, que tenía varios hijos, los encomendó a Dios y sufrió el martirio por su amor. No sabemos cómo se llamaba la cuarta. El juez, que estaba furioso por no haber logrado vencer a Amonaria, no quiso exponerse a otro fracaso, de suerte que condenó inmediatamente a muerte a las otras tres, sin someterlas a torturas previas.

12:34 a.m.
Si se exceptúa al primero y más grande de todos los estilistas, San Simeón, el más famoso de ese grupo de santos es San Daniel.

Sus padres, que habían rogado a Dios que les concediese un hijo, le consagraron a El desde antes de su nacimiento. Daniel nació en Martha, cerca de Samosata.


A los doce años, ingresó en un monasterio de los alrededores y a los trece tomó el hábito. El abad del monasterio llevó a Daniel por compañero en un viaje a Antioquía. Al pasar por Telenissae, visitaron a San Simeón en su columna. Este ordenó a Daniel que se acercase, le dió su bendición y le predijo que sufriría mucho por Jesucristo. A la muerte del abad, ocurrida poco después, Daniel fue elegido para sucederle pero se negó a aceptar el cargo y fue nuevamente a visitar a San Simeón. Después de pasar dos semanas en el monasterio próximo a la columna de San Simeón, Daniel emprendió una peregrinación a Tierra Santa, pero, como la guerra le impidiesen proseguir, se dirigió a Constantinopla.Ahí pasó una semana en la iglesia de San Miguel extra muros, y después, se construyó una ermita en un templo abandonado de Filémpora, donde pasó nueve años, bajo la protección del patriarca San Anatolio.


Finalmente, Daniel se decidió a imitar el género de vida de San Simeón.


San Simeón había legado su túnica al emperador León I, pero como su discípulo Sergio, encargado de hacer llegar la prenda a su destinatario, no obtuvo audiencia del emperador, regaló la túnica a San Daniel. Este eligió un sitio sobre el Bósforo, a unos cuantos kilómetros de la ciudad, y se instaló en una ancha columna que un amigo le había mandado construir. Como el santo hubiese estado a punto de perecer de frío una noche, el emperador le construyó más tarde una columna más alta y mejor, en realidad eran dos columnas unidas con varillas, y en la plataforma superior rodeada por una balaustrada, había una especie de refugio.


Aunque en la región abundaban los vientos helados, San Daniel vivió en su columna hasta los ochenta y cuatro años. La ordenación sacerdotal de Daniel tuvo lugar ahí mismo. En efecto, San Genadio, patriarca de Constantinopla, leyó las oraciones desde abajo, en seguida subió a la columna, probablemente para imponerle las manos, aunque las crónicas dicen simplemente que subió para darle la comunión. San Daniel no quería recibir la ordenación y por ello no bajó de la columna en esa ocasión. El año 465, un incendio destruyó ocho de los barrios de Constantinopla. San Daniel había predicho la catástrofe y había aconsejado al patriarca y al emperador que se hiciesen oraciones públicas dos veces por semana, pero éstos no habían creído la profecía. Al cumplirse el vaticinio, todo el pueblo acudió a la columna de San Daniel, quien extendió los brazos hacia el cielo y oró por la multitud. El emperador León, que tenía gran veneración por el santo, iba a visitarle con frecuencia. Cuando el rey de los lazios de Cólquide llegó a renovar su alianza con los romanos, León I le llevó a visitar a San Daniel, a quien consideraba como una de las maravillas del imperio. Sin embargo, no todos respetaban al santo. En efecto, algunos hombres "que solían frecuentar a las prostitutas", enviaron a una mujer de mala vida llamada Basiana, para tentar a San Daniel. La tentativa fracasó, pero Basiana afirmó que había tenido éxito, hasta que, enredada en sus propios embustes, confesó públicamente la verdad y delató a los que la habían enviado. León I murió el año 474. Zenón que le sucedió en ese mismo año, tenía tanta confianza como él en la prudencia y virtud de San Daniel. Basilisco, hermano de la reina viuda Verina, usurpó el trono y se declaró protector de los herejes eutiquianos. Acacio, patriarca de Constantinopla, mandó informar a San Daniel sobre la actitud del usurpador. Por su parte, Basilisco se quejó ante el santo de que Acacio estaba tramando una rebelión contra él. San Daniel replicó que Dios iba a derribarle de su trono y pronunció tales invectivas contra el usurpador, que el mensajero no se atrevió a comunicárselas de palabra y rogó al santo que las escribiese y sellase la carta. El patriarca mandó pedir en dos ocasiones a San Daniel que acudiese en auxilio de la iglesia. Finalmente, el santo descendió de su columna "con dificultad, porque le dolían los pies", y fue acogido con gran gozo por el pueblo. Basilisco, asustado ante la actitud de la muchedumbre, se retiró a un palacio que tenía en el campo. San Daniel fue a verle allá. Como apenas podía caminar por falta de práctica, fue transportado en una silla de manos, escoltado por el pueblo.


Alguien comentó, para burlarse del santo, que parecía un cónsul. Los guardias de palacio impidieron la entrada a San Daniel, alegó que él era "simplemente un soldado", y prometió que dejaría de favorecer a los herejes. San Daniel le reprendió ásperamente por los desórdenes que había provocado y retornó a su columna. Ahí vivió todavía muchos años, observando los acontecimientos del mundo que se extendía a sus pies y ejerciendo gran influencia en la turbulencia histórica de Constantinopla. Zenón volvió de Isauria con su ejército veinte meses más tarde y Basilisco emprendió la fuga. Una de las primeras cosas que hizo el emperador fue visitar a San Daniel, quien había predicho su destierro y reencumbramiento.


A los ochenta y cuatro años, San Daniel comunicó su testamento a sus amigos y discípulos. Se trataba de un documento brevísimo, lleno de un amable espíritu de caridad y cariño, en el que el santo exponía sucintamente los deberes del hombre. Después de celebrar por última vez los sagrados misterios a media hora en su columna, San Daniel comprendió que Dios ya lo llamaba. Inmediatamente mandó traer al patriarca Eufemio. La muerte del santo ocurrió el año 493. Fue sepultado al pie de la columna en que había vivido treinta y tres años.


(Estilita: 1. adj. Dicho de un anacoreta: Que por mayor austeridad vivía sobre una columna. U. t. c. s.)


12:34 a.m.

Ermitaño de la Tercera Orden


Hugolino Magalotti nació en Camerino, en las Marcas, de noble y antigua familia. Pronto quedó huérfano de madre y no mucho después también de padre.


Todavía joven se mostró inclinado a la piedad y a la lectura de los libros santos. Habiéndose integrado a la Orden Franciscana Seglar, distribuyó entre los pobres todas sus pertenencias y se retiró a la vida eremítica. Su vida fue probada por violentas tentaciones y apariciones monstruosas y su nombre se hizo famoso por los prodigios, de modo que muchas veces tuvo que cambiar de eremitorio para esconderse del continuo ir y venir de los curiosos.


De tanto en tanto solía ir al vecino monasterio de Riosacro para recibir los sacramentos. Su lecho habitual era una tabla desnuda, sobre la cual tomaba el descanso.


El primer eremitorio de Hugolino fue en las faldas del Monte Ragnolo, no lejos de las fuentes del río Tenna. Lo debió abandonar porque gente de toda condición, especialmente enfermos del alma y del cuerpo iban a él para escuchar su palabra inspirada, para encomendarse a sus oraciones, para pedir ayuda en sus necesidades. Los prodigios hicieron célebre y venerado su nombre desde los primeros años de su vida eremítica. Pedro de Brunfort, tullido desde su infancia, con mucho trabajo logró llegarse a sus pies, él lo bendijo y lo curó inmediatamente. Una pobre mujer, asaltada por dolores agudos y por convulsiones, estaba en peligro de muerte. Fue llevada a donde el ermitaño, quien oró y la paciente se vio libre de todo sufrimiento.


Hugolino decidió cambiar de vivienda para evitar también allí nuevas peregrinaciones. Pasó la cima del monte Ragnolo, bajó hacia la parte opuesta y se estableció en una localidad rodeada de rocas y de añosas hayas en las cercanías de Fiegni. En su nuevo retiro Hugolino intensificó la vida de penitencia y de íntima unión con Dios. También allí sufrió nuevos asaltos de parte del demonio, que una noche intentó sacarlo fuera de su eremitorio. Nuevas peregrinaciones de devotos acudían a él para obtener alivio en sus necesidades espirituales y materiales. Son célebres dos prodigios realizados por él en el nuevo eremitorio. Con la oración hizo brotar del monte una fuente de agua limpia que todavía hoy es utilizada por sus devotos.


Consumido por las abstinencias y por la penitencias, bajo el peso de los años, Hugolino sintió que estaba por llegar su última hora. Se preparó a la venida de la hermana muerte recibiendo devotamente los santos sacramentos. Amorosamente asistido por algunos devotos y un sacerdote del vecino monasterio de Riosacro, acostado sobre la desnuda tabla que por tantos años le había servido de lecho, entregó su alma a Dios. Era el 11 de diciembre de 1373. La constante veneración tributada a sus reliquias y los milagros que hicieron glorioso su sepulcro, movieron al papa Pío IX a aprobar su culto el 4 de diciembre de 1856.



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Soltera, nacida en Valencia el 22 de Enero de 1891

Llevó siempre una vida espiritual intensa, que se manifestó en su actuación pública al servicio de la Iglesia a través de asociaciones católicas.


Murió el 11 de Diciembre de 1936 en el lugar llamado el Saler, cerca de Valencia, en España, virgen y mártir, la cual, durante la persecución religiosa, con su martirio siguió las huellas de Cristo.


Para ver más sobre los 233 mártires en España haz "click" AQUI



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BEATO JERÓNIMO DE LA CIUDAD DE "SANT´ANGELO IN VADO"


El Beato Jerónimo nació a principios del siglo XV en la ciudad de "Sant´Angelo in Vado", Italia.


A temprana edad vistió el hábito de los Siervos de María en el convento de su ciudad natal, del que, por breve tiempo, debió ausentarse para llevar a cabo sus estudios.


Ordenado sacerdote, regresó a su convento. Se distinguió por el amor a la soledad y al silencio, por el espíritu de contemplación, por el don de consejo y de prudencia.


Murió en torno al 1468. El papa Pío VI aprobó su culto en el año 1773.



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Diciembre 11




Maravillas Pidal y Chico de Guzmán, en el Carmelo Maravillas de Jesús, nació en Madrid el 4 de noviembre de 1891, la menor de cuatro hermanos. Su padre, embajador de España ante la Santa Sede, se distinguió por sus gestiones a favor de la Iglesia y de las Órdenes religiosas. Ingresa en el monasterio carmelitano de El Escorial en 1919, tomando el hábito en 1920 y hace su primera profesión en 1921. De sus largas vigilias ante el Sagrario en el convento de El Escorial recibe la inspiración de fundar un carmelo en El Cerro de los Ángeles, donde se había erigido un monumento al Sagrado Corazón en 1919 y se había consagrado a Él la nación. Con la aprobación del entonces Obispo de Madrid, Monseñor Eijo y Garay, el 19 de mayo de 1924 la Hermana Maravillas y tres religiosas del convento de El Escorial se instalan provisionalmente en una casa de Getafe, para atender la edificación del convento. El 30 de mayo de 1924 hace su profesión solemne, y en junio de 1926 es nombrada Priora de la comunidad del convento de El Cerro, que es inaugurado el 31 de octubre de ese mismo año. Aumentan las vocaciones y, con ellas, las fundaciones de nuevos carmelos –a los que llama "casas de la Virgen"- incluso en Kottayam (India). Durante la República pasa largas horas de Vigilia, para reparar las ofensas al Sagrado Corazón. Durante la Guerra Civil, las Carmelitas se ven obligadas a abandonar el convento y, después de muchas privaciones y sacrificios, llegan a Las Batuecas (Salamanca), donde fundan un nuevo carmelo. En 1939 regresan al Cerro de los Ángeles. Funda carmelos en España y ayuda fundar otros en el extranjero. En 1961 funda el Carmelo de La Aldehuela (Madrid), donde vivirá hasta su muerte en 1974.


¿Cómo vivió el amor a Cristo la madre Maravillas?


De inteligencia clara y profunda, con una voluntad orientada al bien, fiel a la gracia, cuenta de sí misma que a los cinco años hizo voto de castidad. En su juventud ya se destacó por las obras de caridad y beneficencia. Su anhelo de amor a Jesús explica sus ansias de sufrir, reparar y entregarse totalmente a Dios. Su gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús la llevará a hacer largas vigilias ante el Sagrario. De gran serenidad, valor y alegría, es ejemplo admirable para sus hermanas. Durante la persecución religiosa en el período de la Segunda República, Madre Maravillas dio testimonio de fe, heroísmo y fortaleza, prudencia y serenidad, y de una extraordinaria confianza en Dios.

Su caridad desbordante la llevará a construir, desde la clausura de La Aldehuela, una barriada de casas prefabricadas, una iglesia, y un colegio para los niños pobres; a hacer una fundación benéfica para ayudar a las religiosas enfermas; a edificar una clínica para las religiosas de clausura, y a comprar una casa en Madrid para las carmelitas de clausura que tengan que permanecer en la ciudad por tratamiento médico.

Solía empezar sus obras de caridad sin medios económicos, con una gran confianza en la Providencia divina. Funda la "Asociación de Santa Teresa" para favorecer la ayuda espiritual y material entre los Carmelos.

El único verdadero sufrimiento de su vida eran las ofensas a Dios.

Amó y vivió la pobreza absoluta, poniendo el trabajo manual como el medio para sustentarse.

Fue una gran mística, viviendo una maravillosa experiencia de unión con Dios y una rica vida interior, reflejada en sus cartas íntimas a sus directores espirituales.



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Religiosa Carmelita


Martirologio Romano: En el monasterio de La Aldehuela, en la región de Madrid, en España, santa María de las Maravillas Pidal y Chico de Guzmán, virgen de la Orden de Carmelitas Descalzas, que fundó muchos monasterios en España y en la India, conjugando la vida contemplativa con una solícita caridad. ( 1974)

Fecha de canonización: 4 de mayo de 2003, durante el pontificado de S.S. Juan Pablo II.



Nació en Madrid el 4 de noviembre de 1891. Desde su infancia deseó consagrarse a Dios y dedicó su juventud a ayudar a los necesitados. Atraída por la espiritualidad de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz, y movida por su amor a la Virgen María, ingresó en el Carmelo de El Escorial el 12 de octubre de 1919.

En 1924 fundó un monasterio de Carmelitas Descalzas en El Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la península, junto al monumento del Corazón de Jesús, como lugar de oración y de inmolación por la Iglesia y por España.


Durante la persecución religiosa la Madre Maravillas brilló por su espíritu de reparación, fortaleza, serenidad y confianza en el Señor. Bajo el signo de la fidelidad a Santa Teresa fundó otros diez Carmelos recuperando lugares de tradición teresiano-sanjuanista. Priora durante largos años, enseñó a sus hermanas con el testimonio de sus virtudes y se distinguió por su vida mística, ardor apostólico y por la bondad unida a la firmeza ante quienes la tenían por verdadera madre. Murió en el Carmelo de La Aldehuela, el 11 de diciembre de 1974, expresando “¡Qué felicidad morir Carmelita!”.


Fue beatificada por vuestra Santidad el 10 de mayo de 1998.


Canonizada por el Papa Juan Pablo II el 4 de mayo, 2003.


ORACIÓN

¡Cristo Jesús,

que nos mandaste aprender de Tu Corazón humildad y mansedumbre!.

Te doy gracias por haber glorificado en la Iglesia a tu humilde sierva,

Santa Maravillas de Jesús.

De esta manera manifiestas, Señor,

que le has dado en el cielo el premio debido a la fidelidad

con que te sirvió en la tierra.Haz que el ejemplo de sus virtudes suscite en muchas almas

el deseo de seguir el verdadero Camino,

la Verdad y la Vida que eres sólo Tú.

Dígnate concederme por su intercesión el favor que te pido.

Así sea.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Consulta también Madre Maravillas de Jesús



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Por: . | Fuente: Enciclopedia Católica



XXXII Papa


Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, san Melquíades, papa, oriundo de África, que conoció la paz concedida por el emperador Constantino a la Iglesia, pero víctima de los ataques de los donatistas, se distinguió por sus esfuerzos encaminados a obtener la concordia (314).



Se desconoce la fecha de su nacimiento; fue elegido Papa en el 310 ó 311; murió el 10 u 11 de enero de 314. Después del destierro del Papa San Eusebio, la Sede de Roma estuvo vacante por un tiempo, probablemente a causa de las complicaciones surgidas debido a los apóstatas (lapsi), y que no fueron resueltas por el exilio de Eusebio y Heraclio. El 2 de julio del 310 ó 311, Melquíades (su nombre también se escribe Milcíades), nativo de África, fue elevado al pontificado. Existe incertidumbre en cuanto al año exacto, puesto que el Catálogo Liberiano de Papas (Duchesne, “Liber Pontificalis”, I, 9) da el 2 de julio de 311 como la fecha de la consagración del nuevo Papa (ex die VI non. iul. a cons. Maximiliano VIII solo, quod fuit mense septembri Volusiano et Rufino); pero en contradicción a esto se dice que la muerte del Papa ocurrió el 2 de enero del 314, y que la duración del pontificado son tres años, seis meses y ocho días; posiblemente debido al error de un escribano, debería decir «ann. II» en lugar de «ann. III»; y, por lo tanto, el año de su elevación al papado fue muy probablemente en el 311. Cerca de este tiempo (el 311 ó 310), un edicto de tolerancia firmado por los emperadores Galerio, Licinio y Constantino puso fin a la gran persecución de los cristianos, y se les permitió vivir como tales y asimismo reconstruir sus lugares de culto religioso (Eusebio de Cesarea, Hist. Eccl., VIII.17; Lactancio, Cómo murieron los perseguidores, 34). Sólo en aquellos países de Oriente que estaban bajo el dominio de Maximino Daia continuó la persecución de los cristianos. El emperador le dio ahora al Papa Melquíades en Roma el derecho a que se le restituyeran, por mediación del prefecto de la ciudad, todas las edificaciones eclesiásticas y posesiones que habían sido confiscadas durante las persecuciones. El Papa ordenó a los dos diáconos romanos, Strato y Casiano, que discutieran el asunto con el prefecto, y que tomaran posesión de las propiedades eclesiásticas (Agustín, Breviculus collationis cum Donatistis, III, 34); así fue posible una sólida reorganización de la administración eclesiástica y de la vida religiosa de los cristianos en Roma.


Melquíades hizo que los restos de su predecesor, Eusebio, fueran regresados de Sicilia a Roma y los mandó enterrar en una cripta en las catacumbas de San Calixto. El siguiente año, el Papa atestiguó el triunfo final de la Cruz con la derrota de Marco Aurelio Maxentio y la entrada a Roma del emperador Constantino (ahora converso al cristianismo), tras la victoria en el Puente Milviano (27 de octubre de 312). Después, el emperador obsequió a la Iglesia Romana con el Palacio de Letrán, el cual entonces se convirtió en la residencia del Papa y, consecuentemente, también en la sede de la administración central de la Iglesia Romana. La basílica contigua al palacio, o que fue construida allí después, se convirtió en la iglesia principal de Roma. En el 313, los donatistas vinieron a Constantino con la petición de que nombrara a obispos de Galia como jueces en la controversia del episcopado africano respecto a la consagración en Cartago de los dos obispos, Cæciliano y Mayorino. Constantino escribió sobre esto a Melquíades, y también a Marco, pidiéndole al Papa, junto con tres obispos de Galia, que diera una audiencia en Roma a Cæciliano y su oponente, y que resolviera el caso. El 2 de octubre de 313, se reunieron en el Palacio Lateranense, bajo la presidencia de Melquíades, un sínodo de dieciocho obispos de Galia e Italia, que, después de considerar meticulosamente la controversia donatista por tres días, decidieron a favor de Cæciliano, cuya elección y consagración como obispo de Cartago fue declarada legítima. En la biografía de Melquíades, en el Liber Pontificalis, se dice que en aquellos tiempos se encontraban los maniqueos en Roma; esto es muy posible, ya que el maniqueísmo comenzó a difundirse en Occidente en el siglo IV. La misma fuente atribuye a este Papa un decreto que prohibía terminantemente que los cristianos ayunaran los domingos o los jueves, «porque estos días eran guardados por los paganos como ayuno sagrado». Esta razón es sorprendente; es muy probable que salga del autor del “Liber Pontificalis”, quien con este supuesto decreto remonta una costumbre romana de su tiempo a una ordenanza de Melquíades. El “Liber Pontificalis” es, probablemente, no menos arbitrario al atribuir a este Papa el mérito de un decreto que indicaba que la Oblación consagrada por el Papa en una Misa solemne (refiriéndose al Pan Eucarístico) debía ser llevada a diferentes iglesias en Roma. Tal costumbre ciertamente existió en Roma (Duchesne, Culto cristiano, Londres, 1905, 185); pero no hay nada definitivo que muestre que haya sido introducida por Melquíades, como afirma el “Liber Pontificalis”.


Tras su muerte, el 10 u 11 de enero (el Catálogo Liberiano la registra como III id. jan.; el “Depositio Episcoporum” como IIII id. jan.), de 314, Melquíades fue sepultado en la catacumba de san Calixto y fue venerado como santo. De Rossi lo considera como altamente probable esta localización de la cripta de este Papa (Roma Sotterranea, II, 188 sq.).


¡Felicidades a quien lleve este nombre!


Nota: En el actual Martirologio Romano se lo recuerda el 10 de enero, pero por tradición en muchos santorales y diócesis se lo recuerda el 10 de diciembre.



12:32 a.m.

XC Papa


Martirologio Romano: En Roma, en la basílica de San Pedro, san Gregorio III, papa, que procuró la predicación del Evangelio a los germanos y, en contra de los iconoclastas de la Urbe, adornó las iglesias con sagradas imágenes. ( 741)


El Papa Gregorio III fue hijo de un siriano llamado Juan. No se conoce la fecha de su nacimiento. Su reputación por el aprendizaje y sus virtudes, fueron tan grandes que los romanos lo eligieron como papa por aclamación, cuando él acompañaba el funeral de su predecesor, el 11 de febrero de 731.


Él no fue consagrado más que un mes después de su elección. Se presume que la espera de la confirmación de la elección fue por las consideraciones en Ravenna. En materia de iconoclasmos, él siguió la política de su predecesor. Envió delegados y legados en relación con la persecusión del emperador León III, desarrolló dos sínodos en Roma (731) en los cuales se condenaron las herejías. Como forma de protestar contra el emperador, hizo que se dieran honores especiales a las imágenes y reliquias en particular a las de San Pedro. Existen fragmentos de inscripciones de estos tiempos, que dan cuenta de estas condiciones en la Basílica del Vaticano, algo que él construyó y frente a las cuales se oraban y recitaban oficios especiales.


La respuesta de León ante los argumentos y apologías de las adoraciones que se llevaban a cabo en oriente y occidente, fue tomar los patrimonios papales en Calabria y Sicilia, o donde quiera que se tuviera poder en Italia. Esas posesiones fueron trasferidas al patriarca de Constantinopla, una jurisdicción ecleciástica que eran tenidas, ambas, por el papa con anterioridad. En ello tuvo un papel importante la Prefectura de Illyricum. Gregorio III confirmó la decisión de sus predecesores con los respectivos derechos de los Patriarcas de Aquilea y Grado, y envio el “pallium” a Antonio de Grado.


Con otorgar también derechos a Egbert de York, estaba siguiendo los acuerdos de San Gregorio I, quien había dejado claro que York tenía los derechos metropolitanos en el norte de Inglaterra, y que Canterbury los tenía en el sur. Tanto Tatwine y Nothelm de Canterbury recibieron el “pallium” en sucesión de Gregorio III (731 y 736).


A su requerimiento, Gregorio III extendió el mismo apoyo y ayuda a San Bonifacio, lo que le había sido dado también por Gregorio II. “Refuerzo que excedió por la ayuda del afecto de la Sede Apostólica”, con ello el santo continuó con alegría, su glorioso trabajo por la conversión de Alemania. Cerca del 737, Bonifacio vino a Roma por tercera ocasión para una recuento de su actividad, y para disfrutar de una conversación “que compartía vida” con el Papa. A petición de Gregorio, el monje y gran viajero, San Willibald, fue a asistir a su primo Bonifacio en sus tareas.


El final del período pontificial de Gregorio estuvo cargado de problemas por acción de los lombardos. Dándose cuenta de la ambición que tenía Liutprand, Gregorio completó la restauración de las murallas de Roma, lo que había sido iniciado por sus predecesores. También trajo de retorno Gallese, algo importante en la vía, de Transmundo, Duque de Spoleto. Esto permitió tener abiertas las comunicaciones entre Roma y Ravenna.


En el 739, Liutprand estuvo de nuevo en armas. Sus tropas avanzaron abrumadoramente, y él mismo marchó hacia el sur subyugando a los Duques de Spoleto y Bevento, así como al Ducado de Roma. Transamund huyó a Roma y Gregorio imploró ayuda al gran jefe francés, Charles Martel. Después de un tiempo aparecieron embajadores del Vice-Rey (subreguladores) de Frank, en Roma (739).


El hecho de que llegaran, en medio del calor del verano, trajo un paz momentánea. Pero al año siguiente. Liutprand tomó nuevamente el campo. Esta vez los romanos dejaron sus murallas y ayudaron a Transmundo a recobrar Spoleto. Cuando, no obstante, se había recuperado su ducado, él no pudo cumplir con el requerimiento de Gregorio en tanto recobrar para el papa “las cuatroa ciudades del ducado de Roma que se habían perdido”.


Fue en medio de todas estas guerras y rumores de guerra, que murió Gregorio. Fue sepultado en el oratorio de Nuestra Señora, el cual había construido para él en San Pedro. Murió en 741.



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Por: . | Fuente: Vatican.va



Presbítero

Fundador de la Congregación de las Hermanas de Jesús Nazareno


Martirologio Romano: En Turín, del Piamonte, en Italia, beato Marco Antonio Durando, presbítero de la Congregación de la Misión, que fundó la Congregación de las Hermanas de Jesús Nazareno, para cuidar enfermos y jóvenes abandonados (1880).

Etimológicamente: Marco = variante de Marco = Aquel que es varonil, masculino, es de oriten latino.



Marco Antonio nació el 22 de mayo de 1801, en Mondoví, en la ilustre familia de los Durando, cuya casa daba a la Plaza Mayor y estaba cerca de la catedral y de la iglesia de la Misión. Al revés que su madre, que era persona muy piadosa y que inspiró la religiosidad y la fe en el corazón de sus ocho hijos, el padre tenía ideas liberales y era de tendencia laica y agnóstica. Dos de los hijos, de manera especial, profesaron tales convicciones y se implicaron en los sucesos del Risorgimento italiano. Ocuparon puestos de relieve en la vida política y militar. Santiago fue ministro de asuntos exteriores en el gobierno Rattazzi, de 1862. Juan, general y jefe de las tropas pontificias, en 1848, desobedeció las órdenes de Pío IX llevando a las tropas pontificias más allá del Po para cerrar el paso a los austríacos. Una vez que regresó al ejército piamontés, participó con Carlos Alberto en la batalla de Novara, en la expedición de Crimea y en las guerras de independencia.

La pasión misionera.


Marco Antonio salió más a la madre. A los 15 años manifestó el deseo de marchar como misionero a China. Entró en la Congregación de la Misión, que por entonces se estaba reconstruyendo en Italia. A los 18 años emitió los votos perpetuos y el 12 de junio de 1824 fue ordenado sacerdote. Durante cinco años permaneció en Casale Monferrato y después, desde 1829 hasta su muerte, en la casa de Turín, de la que fue superior dos años después de llegar. En lugar de ir a China, su destino fueron las misiones populares, en las que expresó la pasión misionera del anuncio de Cristo. Sostuvo y difundió la recién nacida obra de la Propagación de la Fe, instituida en Lyon en 1822. En la plenitud de su responsabilidad como Visitador, en 1855, inauguró el colegio Brignole-Sale para las misiones extranjeras con el objetivo de formar sacerdotes para las misiones ad gentes.


En los años jóvenes de su primer sacerdocio, su dinamismo misionero fue absorbido por las misiones, que predicó en muchos pueblos del Piamonte. Huyendo de los extremismos, tanto del laxismo como del rigorismo jansenista, el padre Durando predicó la misericordia de Dios, atrayendo a las gentes a la conversión: «La gente —relata un cronista de la misión de Bra— se agolpaba para oírlo y estaba tan silenciosa y atenta oyéndolo como si fuese un único hombre». En estas misiones no se limitó a predicar, sino que allí donde encontraba situaciones graves de pobreza, de acuerdo con los cohermanos, actuaba de modo concreto. En Locana, por ejemplo, hizo «convertir todo el legado económico de la misión, que consistía en 700 liras, en harina de maíz para los pobres del pueblo», practicando así la enseñanza de San Vicente de actuar espiritual y corporalmente en favor de los pobres.


Amor a los pobres

y primer director de las Hijas de la Caridad en Italia


La preocupación por los pobres fue la otra cara de su pasión misionera. Poco después de haber sido elegido superior, intuyó la utilidad de introducir en Italia del norte a las Hijas de la Caridad, nacidas del carisma caritativo de san Vicente y de santa Luisa de Marillac. Éstas, tras haber sido dispersadas en la época de la revolución francesa, habían comenzado a reorganizarse. Las apariciones de la Medalla Milagrosa, en 1830, a santa Catalina Labouré, novicia de las Hijas de la Caridad, pueden considerarse como el origen del nuevo florecimiento que estaba experimentando esta comunidad. La inteligencia del padre Durando consistió en intuirlo. Las quiso en Piamonte. El rey Carlos Alberto, en 1833, las acogió y ellas comenzaron a tomar la responsabilidad de varios hospitales, tanto los militares de Turín y Génova, como los civiles de Carignano, Castellamonte y Turín. En 1855, tuvo el valor de enviarlas a la retaguardia de la guerra de Crimea para curar a los heridos. Al mismo tiempo difundió la asociación mariana de la Medalla Milagrosa entre las jóvenes y de ella nacieron nuevas vocaciones: en el breve espacio de diez años, surgieron 20 fundaciones e ingresaron 260 hermanas. El número de las vocaciones era tan desbordante que Carlos Alberto puso a su disposición, en 1837, el convento de san Salvario, en Turín. Gracias al crecimiento de las hermanas, el padre Durando dotó a la ciudad de Turin de una red de centros de caridad, llamados Misericordias, desde las que las hermanas, con las Damas de la Caridad, salían para prestar el servicio a domicilio y la ayuda a los pobres. Alrededor de las Misericordias surgieron diferentes obras, como las primeras guarderías para niños pobres, talleres para muchachas y orfanatos. Las Hijas de la Caridad han sido extraordinarias impulsoras del desarrollo del catolicismo social en Italia gracias a su obra de asistencia entre los enfermos y los pobres, a la vez que con la asunción de variadas obras educativas.


Hombre de gobierno y director de conciencias


En 1837, con apenas 36 años, fue nombrado visitador (o superior mayor) de la Provincia del norte de Italia de los misioneros vicencianos, cargo que ocupó durante 43 años ininterrumpidos, hasta su muerte. Por ello, tuvo que mermar su participación en las misiones. Su tiempo estuvo absorbido por la organización de la congregación de los misioneros vicencianos y la predicación de ejercicios espirituales a los sacerdotes y clérigos de la diócesis de Turín. La calidad de su dirección espiritual atrajo también la atención de las nuevas fundaciones que estaban surgiendo en Turín. El arzobispo, monseñor Fransoni, le confió la dirección de las hermanas de san José, llegadas a Italia recientemente. Contribuyó a la redacción de las reglas de las hermanas de santa Ana. Fue guía espiritual de las clarisas capuchinas del nuevo monasterio de santa Clara. La marquesa de Barolo, que había fundado un monasterio para la recuperación de las muchachas perdidas, las hermanas penitentes de santa Magdalena, deseó que fuese consejero en la redacción de las reglas y director de la obra. Sin embargo, la obra que lo caracteriza es la fundación de las hermanas Nazarenas.


En la escuela de Jesús crucificado, fundador de las Nazarenas


Como sucede con las obras de Dios, sin haberlo querido, el 21 de noviembre de 1865, fiesta de la Presentación de María, el padre Durando pudo confiar a la sierva de Dios, Luisa Borgiotti, las primeras postulantes de la nueva Compañía de la Pasión de Jesús Nazareno. Eran jóvenes que se habían dirigido a él, puesto que, deseosas de consagrarse a Dios, carecían de algunos requisitos canónicos para poder entrar en las comunidades religiosas. Él les encomendó la tarea de servir a los que sufren, como miembros dolientes de Cristo crucificado, yendo a asistirles a su domicilio, día y noche. La obra era hasta tal punto novedosa y original que un canónigo de la catedral exclamó: «Si el padre Durando viniese a confesarse conmigo, en conciencia no me sentiría en grado de absolverlo». Y sin embargo, gracias a la caridad de estas hermanas, que supieron estar junto a los moribundos con delicadeza, discreción y fe, porque contemplaban en los que sufrían el sufrimiento del Señor, se produjeron algunas conversiones significativas como las de Guido Gozzano, Felice Raccagni, Sofia Graf y Anni Vivanti.


Muerte y glorificación


El padre Durando murió el 10 de diciembre de 1880: tenía 79 años. Sus restos mortales, significativamente, están sepultados en aquel pequeño santuario de la Pasión, anejo a la Iglesia de la Visitación de Turín, donde la comunidad de las Nazarenas se había nutrido de la devoción a la pasión del Señor para introducirse de forma misionera en el servicio de los que sufren.


La causa de beatificación, iniciada en Turín en 1928 y continuada en Roma con el proceso apostólico en 1940, se ha concluido en el 2001 con el reconocimiento del milagro obtenido por su intercesión. La ceremonia de beatificación se llevó a cabo el 20 de octubre de 2002.


Reproducido con autorización de Vatican.va



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Canónigo de la Colegiata de Xàtiva

Nació en Xàtiva, el 19 de Enero de 1883, murió en Vallés, un pequeño poblado de Valenci el 10 de Diciembre de1936.


Hizo el bachillerato en el Colegio Setabense y después ingresó en el Seminario de Valencia.


Ordenado en 1906 estuvo siempre en su ciudad. Estimado como poeta, historiador, investigador, periodista y escritor valenciano, fue miembro de asociacio­nes culturales y trabajó mucho con la juventud.


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