Es uno de los santos medievales más populares, cuya figura se agrandó por el juego de la fábula y cuyos milagros verdaderos o menos contribuyeron a meterlo en las entrañas del pueblo.
En Roma, en la basílica de San Pedro, conmemoración de san Abundio, que, como narra el papa san Gregorio I Magno, fue humilde y fiel mayordomo de esta iglesia.