04/02/14

11:03 p.m.
Martirologio Romano: En Chichester, en Inglaterra, san Ricardo, obispo, que, desterrado por el rey Enrique III y restituido después en la sede, se mostró generoso en ayudar a los pobres (1235).

Etimológicamente: Ricardo = Aquel que es un líder, es de origen germánico.


Fecha de canonización: 22 de enero de 1262 por el Papa Urbano IV.



A finales del siglo XII nace Ricardo, en Wyche, en una familia de trabajadores del campo. Choca la austeridad y dureza permanente de su vida con el estilo de los grandes de su tiempo. Los obispos son "lores" y amantes de los cuidados humanos; los monjes abundan en la prosperidad y el lujo; los nobles son ambiciosos y en el trono se aprecia una corriente fuertemente regalista. La clase baja del pueblo es pobre y está sumida en la ignorancia y en la superstición. Ricardo es enérgico e intransigente cuando se tratan asuntos en los que está presente la injusticia, la inmoralidad o la avaricia.

Posiblemente esta condición natural en él sea lo que le lleva a un distanciamiento, cuando no rechazo de los poderosos. El caso es que la austeridad vivida en casa de sus padres -cuando fue niño- debió prepararle para la misión que había de desempeñar de adulto.


Marcha a estudiar a Oxford donde tiene buenos maestros franciscanos y dominicos; y como los recursos no estiran más, pasó hambre y frío. Una corta estancia en París y vuelta a Oxford, graduándose en Artes. En Bolonia aprende durante siete años los cánones, haciendo lo que hoy llamaríamos la carrera de Derecho. Cuando vuelve a Oxford es nombrado Canciller de la Universidad, Canciller del arzobispado de Canterbury y también de Lincoln, donde estaba de obispo su antiguo amigo y profesor Grosseteste. Ejerce la docencia en Orleáns por dos años y allí se ordena sacerdote.


El Arzobispo de Canterbury lo nombra obispo de Chichester, a la muerte del obispo Ralph Neville. Y aquí comienza una etapa de dificultades mayores y de vigoroso testimonio.


El rey Enrique III, que se apodera por sistema de los beneficios eclesiásticos vacantes, se opone rotundamente a esta elección. Además, prefiere para la sede libre a Roberto Passelewe por razones de "erario real". Interviene el papa Inocencio IV que está presidiendo en este tiempo el concilio de Lyon, confirmando el nombramiento de Ricardo y consagrándolo personalmente, el 5 de marzo de 1245. Pero esto pone peor las cosas. Y es que el alto prestigio adquirido por el papado desde el siglo IX ha venido a menos desde que se hundió la Casa de Hohenstaufen y los papas se han inclinado hacia Francia; la rivalidad existente entre Inglaterra y Francia provoca de rebote reacciones contra Roma que se manifiestan en un fuerte nacionalismo inglés, en la resistencia del trono a aceptar las decisiones del papa y en intransigencias e intromisiones en las materias mixtas. Hasta los Legados pontificios son mal recibidos, si no ignorados, en la corte inglesa.


En estas circunstancias, el nombramiento de Ricardo ha caído, humanamente, en mal momento. El rey ha mandado cerrarle físicamente las puertas del palacio episcopal y ha prohibido darle cobijo y dinero. El temor de la gente a la venganza real lleva a que se vea a Ricardo-obispo vagabundo por su legítima diócesis, haciendo de obispo misionero, viajando a pie y desprovisto de servicio. Debía ser una estampa curiosa en la época en que los obispos eran "lores" y jamás trabajaban sin séquito. Visita las casas de los pescadores y catequiza a los humildes con quienes comparte alimento. ¡Todo un escándalo para altos eclesiásticos que gustan de fastuosidades y de monjes que disfrutan de buena mesa! Condena los abusos de poder y los vicios de la época con extraordinaria energía; de modo especial presenta una defensa a ultranza del derecho frente a la arbitrariedad y al abuso de poder; predica la doctrina evangélica frente al nepotismo reinante.


Fueron ocho años de obispo en que supo mantenerse, con fortaleza, libre de presiones. De hecho, nadie se explica cómo fue posible reunir una y otra vez a su Cabildo para sacar adelante las Constituciones que son de esa época y sientan los modos de hacer en adelante, señalando una praxis pastoral distinta y más adecuada a los principios evangélicos.


Murió en la casa-asilo -"Mas-Dieu"- para sacerdotes pobres y peregrinos, a los 55 años.


Navegar contra corriente tiene sabor de Evangelio, pero precisa rectitud, austeridad y disposición a aceptar el sufrimiento.



11:03 p.m.
Dorotea nació en Santiago de Chile, el 5 de junio de 1816 en una familia católica rica, rica en hijos (¡18!) y en bienes materiales.

Tres años más tarde, poco después que Chile alcanzara su independencia de España, don Pedro Nolasco Chopitea (su padre) llevó a su familia a Barcelona. Dorotea era enérgica, vivaz, emprendedora y con un corazón de oro.


Casada con un banquero y empresario


Estuvieron feliz y fielmente casados durante 50 años. Al final José decía: “nuestro amor creció diariamente”. Tuvieron seis hijos: Dorotea, Ana María, Isabel, María Luisa, Carmen y Jesuina. La gran preocupación de Dorotea era vivir primordialmente para Dios. Ella desarrollo su piedad: Misa diaria, Comunión, Rosario. Pero lo más extraordinario de todo era su caridad hacia los demás, especialmente los pobres.


Limosnera de Dios


Su amor a los pobres estaba primero en su escala de valores: “Los pobres serán mi primer preocupación”. Ella era llamada la “limosnera de Dios”. Acompañó a su marido en sus muchos viajes y fue recibida por León XIII, quien la trató con gran deferencia. Unas 30 fundaciones fueron el resultado de su caridad y la de su esposo: jardín de infantes, escuelas, hospitales, talleres… Alguien calculó que lo que ella logró es más de lo que han logrado algunos estados.


Le escribe a Don Bosco para fundar una obra para jóvenes trabajadores


El 20 de septiembre de 1882, cuando ya era viuda desde hacía varios meses, le escribió a Don Bosco: “Querría fundar una obra para jóvenes trabajadores y huérfanos en los suburbios de Barcelona”. Don Bosco aceptó y Dorotea se convirtió así en una Cooperadora Salesiana.


“Nuestra mamá de Barcelona”


El trabajo comenzó en Sarriá en 1884. También trabajó con Don Rinaldi, provincial en España, para instalar otras obras salesianas; el futuro Rector Mayor ha dicho de ella: “Muchas veces la escuché decir que llevaba adelante el más humilde de los servicios por los enfermos”. En abril-mayo de 1886 Don Bosco se encontró con las santa benefactora, siempre dispuesta a ayudarlo. Cuando Don Bosco murió, Doña Dorotea inició tres nuevas obras, entre las cuales el Colegio de Santa Dorotea en Sarriá, encomendado a las Hijas de María Auxiliadora, para el cual dio el dinero que estaba guardando para su vejez.


Don Bosco la llamaba “nuestra mamá de Barcelona”. Dorotea, al igual que mamá Margarita antes que ella, murió pobre el 3 de abril de 1891. Está sepultada en Barcelona – Sarriá


El proceso se inició el 4 de abril de 1927. Declarada Venerable el 9 de junio de 1983



11:03 p.m.
Martirologio Romano: En Constantinopla, san José, por sobrenombre “Himnógrafo”, presbítero, que, siendo monje, en la persecución desencadenada por los iconoclastas fue enviado a Roma para pedir la protección de la Sede Apostólica y, después de muchos padecimientos, recibió la custodia de los vasos sagrados de la iglesia de Santa Sofía (886).

Etimológicamente: José = Aquel al que Dios ayuda, es de origen hebreo



La «Vita» de san José el Himnógrafo fue escrita por su discípulo y sucesor Teófano; nace en Sicilia en el 816, durante el tiempo de las invasiones árabes del 827 su familia se se refugió en el Peloponeso (Grecia meridional).

A los 15 años (en el año 831) se mudó a Tesalónica (la actual Salónica) en Macedonia, tomando el hábito religioso en el monasterio de Latomia. Consagrado sacerdote, tuvo como maestro espiritual a san Gregorio el Decapolita, que hacia el 840 lo lleva consigo a Constantinopla, donde junto a otros discípulos vivieron en la iglesia de San Antipas.


Al año siguiente, José fue enviado a Roma, al papa Gregorio IV, para pedir su ayuda en la lucha entablada por su maestro y condiscípulos contra la herejía iconoclasta, iniciada por el emperador León III el Isáurico en el 726.


La nave sobre la que viajaba cayó en manos de piratas árabes que lo condujeron a Creta; fue rescatado y liberado por personas caritativas, y en el 843 volvió a Constantinopla, donde encontró a su maestro Gregorio muerto o moribundo.


Permaneció como eremita en la misma iglesia de San Antipas, y luego por cinco años fue a la iglesia de San Juan Crisóstomo, donde en el 850 fundó un monasterio, del que fue abad, trasladando allí las reliquias de Gregorio –su maestro-, de su discípulo Juan, y las de san Bartolomé, que las había obtenido en Tesalónica.


Quedó relacionado con los acontecimientos de la deposición del patriarca Ignacio, ocurrida el 23 de noviembre del 858, y puesto que era amigo y sostenedor del patriarca, fue exiliado por el poderoso César Bardas a Cherson, en Crimea, donde permaneció posiblemente hasta la reposición de Ignacio en la sede, en el 867.


El emperador Basilio I el Macedonio (812-886) le confió la custodia de Santa Sofía de Constantinopla, y en esta función recibió a los enviados del papa Adrián II al Concilio de Constantinopla, el 25 de septiembre del 869. Después de una interrupción, retomó nuevamente el cargo hasta el 886, año en el que murió, el 3 de abril. Son célebres sus himnos en la liturgia griega, de lo cual deriva su nombre de “el Himnógrafo”.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!



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Etimológicamente: Ezequiel = Aquel para quien Dios es su fortaleza, es de origen hebreo.

Fecha de beatificación: 20 de noviembre de 2005, por el Papa Juan Pablo II, como parte de un grupo formado por él y otros 8 mártires méxicanos.



Nació en Magdalena, Jalisco, el 6 de enero de 1876. Esposo y padre ejemplar de numerosa familia, fue poseedor de una magnífica y bien cultivada voz de tenor dramático, gracias a la cual asistía a los oficios litúrgicos con bastante lucimiento y decoro. Muy devoto de la sagrada Eucaristía, comulgaba con frecuencia. Muy caritativo, compartía sus bienes entre los necesitados.

Fue aprehendido la mañana del 2 de abril de 1927; tenía dos hermanos presbíteros, Eduardo y José Refugio, los cuales eran muy respetados en Guadalajara. Cuando fue hecho prisionero, acababa de visitar la capilla ardiente donde era velado el cadáver del líder católico Anacleto González Flores. En los calabozos de la Inspección de Policía, lo torturaron hasta hacerlo perder el conocimiento. Cuando volvió en sí, expresó sus lamentos cantando el himno eucarístico: "Que viva mi Cristo, que viva mi Rey".


La madrugada del día siguiente, 3 de abril, fue trasladado, junto con su hermano, al cementerio municipal; se formó el cuadro para la ejecución; había llegado la hora. Ezequiel dijo a su hermano Salvador: "Los perdonamos, ¿verdad?". "Sí, y que nuestra sangre sirva para la salvación de muchos", repuso el interpelado; una descarga de fusilería cortó el diálogo. Muy cerca de ese lugar, la esposa de Ezequiel escuchó los disparos; ignoraba quiénes eran las víctimas; con todo, reunió a su numerosa familia: "Hijitos, vamos rezando el rosario, por esos pobres que acaban de fusilar".


El grupo de los 9 mártires beatificados por Benedicto XVI el 20 de Noviembre de 2005, es completado por:

Anacleto Gonzalez Flores, Laico, 1 abril

José Dionisio Luis Padilla Gómez, Laico, 1 abril

Jorge Ramon Vargas González, Laico, 1 abril

Ramón Vicente Vargas González, Laico, 1 abril

José Luciano Ezequiel Huerta Gutiérrez, Laico, 3 abril

José Salvador Huerta Gutiérrez, Laico, 3 abril

Miguel Gómez Loza, Laico, 21 marzo

Luis Magaña Servin, Laico, 9 febrero

José Sanchez Del Rio, Laico, 10 febrero


Ese mismo día también fueron beatificados los mártires:

Andrés Sola Molist, Sacerdote, 25 abril

José Trinitad Rangel Montano, Sacerdote, 25 abril

Leonardo Pérez Larios, Laico, 25 abril

Dario Acosta Zurita, Sacerdote, 25 julio


(las fechas indicadas corresponden a la de sus mártirios).


Reproducido con autorización de Vatican.va



11:03 p.m.
Etimológicamente: Salvador = Aquel que salva, es de origen latino.

Fecha de beatificación: 20 de noviembre de 2005, por el Papa Juan Pablo II, como parte de un grupo formado por él y otros 8 mártires méxicanos.



Nació en Magdalena, Jalisco, el 18 de marzo de 1880. Mecánico por vocación, se dedicó a este oficio, llegando a ser uno de los más competentes de Guadalajara. Devoto de Jesús Sacramentado, participaba todos los días de la Eucaristía y adoraba, con frecuencia, el Santísimo en el sagrario. Su conducta como hijo, esposo y padre fue siempre ejemplar. Poseía una particular intuición ante el peligro, al que se enfrentaba con singular fortaleza.

Al comenzar el año de 1927 la situación religiosa se tornó imposible para los católicos. Se perseguía sin tregua a los clérigos por considerárseles instigadores de la resistencia armada. El 2 de abril de 1927, consumado el asesinato de Anacleto González y sus tres compañeros, acudió al cementerio a despedir los restos del conocido líder.


De regreso a su taller, lo esperaban agentes de la policía, quienes valiéndose de un ardid, lo arrestaron. En la Inspección general comenzó un crudísimo tormento; lo colgaron de los dedos pulgares; querían los verdugos conocer el paradero de los presbíteros Eduardo y José Refugio. Exánime lo tiraron en un calabozo.


En las primeras horas del 3 de abril, lo condujeron, junto con su hermano Ezequiel, al panteón de Mezquitán. Ante el pelotón de fusilamiento, pidió una vela encendida, iluminando su pecho descubierto dijo: "¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!; disparen; muero por Dios, que lo amo mucho".


El grupo de los 9 mártires beatificados por Benedicto XVI el 20 de Noviembre de 2005, es completado por:

Anacleto Gonzalez Flores, Laico, 1 abril

José Dionisio Luis Padilla Gómez, Laico, 1 abril

Jorge Ramon Vargas González, Laico, 1 abril

Ramón Vicente Vargas González, Laico, 1 abril

José Luciano Ezequiel Huerta Gutiérrez, Laico, 3 abril

José Salvador Huerta Gutiérrez, Laico, 3 abril

Miguel Gómez Loza, Laico, 21 marzo

Luis Magaña Servin, Laico, 9 febrero

José Sanchez Del Rio, Laico, 10 febrero


Ese mismo día también fueron beatificados los mártires:

Andrés Sola Molist, Sacerdote, 25 abril

José Trinitad Rangel Montano, Sacerdote, 25 abril

Leonardo Pérez Larios, Laico, 25 abril

Dario Acosta Zurita, Sacerdote, 25 julio


(las fechas indicadas corresponden a la de sus mártirios).


Reproducido con autorización de Vatican.va



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