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Por: P. Angel Amo | Fuente: Catholic.net



Virgen Carmelita

Doctora de la Iglesia


Martirologio Romano: Memoria de santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que nacida en Ávila, ciudad de España, y agregada a la Orden de los Carmelitas, llegó a ser madre y maestra de una observancia más estrecha, y en su corazón concibió un plan de crecimiento espiritual bajo la forma de una ascensión por grados del alma hacia Dios, pero a causa de la reforma de su Orden hubo de sufrir dificultades, que superó con ánimo esforzado, y compuso libros en los que muestra una sólida doctrina y el fruto de su experiencia (1582).

Etimología: Teresa = Aquella que es experta en la caza, viene del griego


Nacida en Ávila el año 1515, Teresa de Cepeda y Ahumada emprendió a los cuarenta años la tarea de reformar la orden carmelitana según su regla primitiva, guiada por Dios por medio de coloquios místicos, y con la ayuda de San Juan de la Cruz (quien a su vez reformó la rama masculina de su Orden, separando a los Carmelitas descalzos de los calzados). Se trató de una misión casi inverosímil para una mujer de salud delicada como la suya: desde el monasterio de San José, fuera de las murallas de Avila, primer convento del Carmelo reformado por ella, partió, con la carga de los tesoros de su Castillo interior, en todas las direcciones de España y llevó a cabo numerosas fundaciones, suscitando también muchos resentimientos, hasta el punto que temporáneamente se le quitó el permiso de trazar otras reformas y de fundar nuevas cases.


Maestra de místicos y directora de conciencias, tuvo contactos epistolares hasta con el rey Felipe II de España y con los personajes más ilustres de su tiempo; pero como mujer práctica se ocupaba de las cosas mínimas del monasterio y nunca descuidaba la parte económica, porque, como ella misma decía: “Teresa, sin la gracia de Dios, es una pobre mujer; con la gracia de Dios, una fuerza; con la gracia de Dios y mucho dinero, una potencia”. Por petición del confesor, Teresa escribió la historia de su vida, un libro de confesiones entre los más sinceros e impresionantes. En la introducción hace esta observación: “Yo hubiera querido que, así como me han ordenado escribir mi modo de oración y las gracias que me ha concedido el Señor, me hubieran permitido también narrar detalladamente y con claridad mis grandes pecados. Es la historia de un alma que lucha apasionadamente por subir, sin lograrlo, al principio”. Por esto, desde el punto de vista humano, Teresa es una figura cercana, que se presenta como criatura de carne y hueso, todo lo contrario de la representación idealista y angélica de Bernini.


Desde la niñez había manifestado un temperamento exuberante (a los siete años se escapó de casa para buscar el martirio en Africa), y una contrastante tendencia a la vida mística y a la actividad práctica, organizativa. Dos veces se enfermó gravemente. Durante la enfermedad comenzó a vivir algunas experiencias místicas que transformaron profundamente su vida interior, dándole la percepción de la presencia de Dios y la experiencia de fenómenos místicos que ella describió más tarde en sus libros: “El camino de la perfección”, “Pensamientos sobre el amor de Dios” y “El castillo interior”.


Murió en Alba de Tormes en la noche del 14 de octubre de 1582, y en 1622 fue proclamada santa. El 27 de septiembre de 1970 Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia.Si quieres ahondar más en la vida de Santa Teresa de Ávila consulta:




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Por: . | Fuente: Agustinos-es.org



Presbítero


Martirologio Romano: En Torresvedras, en Portugal, beato Gonzalo de Lagos, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que se distinguió por su dedicación a enseñar los preceptos cristianos a los niños y a los incultos (1422).

Etimología: Gonzalo = Aquel que esta dispuesto para luchar, nombre de origen latino medieval


Nació en Lagos (Algarve), al sur de Portugal hacia el 1360. Hijo de pescadores, y pescador él mismo, hasta el día en que visitando una iglesia agustiniana en Lisboa, sintió la llamada a la vida religiosa. En el 1380, vistió el hábito agustiniano. Se distinguió bien pronto por el amor al estudio. Gran teólogo, aunque, por espíritu de humildad, a pesar de su indudable capacidad, llegado el momento rehusó el título de maestro en teología.


Ordenado sacerdote, fue muy apreciado tanto como predicador como por su trabajo pastoral y labor con las almas. Buen orador, le encantaba dedicarse a enseñar la religión a los más humildes, y sobre todo gustaba enseñar el catecismo a los niños, a los obreros y a las personas ignorantes.


Prior de los más importantes conventos de la Provincia Portuguesa, como el de Lisboa y el de Santarem, no buscaba más que servir con amor a los hermanos en los trabajos más humildes, lo mismo hacía de portero, de enfermero que de cocinero. Mostró siempre un gran celo religioso. Fue ejemplar su espíritu de piedad, unido a un profundo sentido ascético. Excelente calígrafo, miniaturista, escribió varios libros corales y compositor de cánticos sagrados.


En 1412, fue elegido Prior del convento de Torres Vedras, no muy lejos de Lisboa, donde permanece hasta el final de su vida. Allí continuó su incansable actividad en el campo religioso, social y pedagógico, aliviando el sufrimiento de los pobres, que sentían por él un gran afecto filial.


Murió el 15 de octubre de 1422 y fue sepultado en la iglesia conventual de Torres Vedras, llamada de Nuestra Señora de Gracia.


Ya venerado como santo en vida, su culto se divulgó nada más morir. Su recuerdo se mantiene todavía hoy muy vivo entre sus paisanos, -que le conocen como S. Gonzalo-, lo invocan como protector de la gente del mar y patrono de la juventud.


Doy fe de ello. A primeros del mes de junio de 2000, un grupo de agustinos que concluíamos el período de “Formación Permanente”, visitábamos su ciudad natal. En su iglesia parroquial, en una hornacina, al fondo a la izquierda del templo, estaba su imagen. Al acercarme a observarla y rezar, una señora me abordó; se alegró de conocer a un agustino y me comentó que era “su santo”, y que un grupo de señoras “se turnaban” para cuidar de la iglesia y mantenerla abierta...


Sus reliquias se conservan en la iglesia ex-agustiniana de Nuestra Señora de Gracia. El Papa Pío V confirmó su culto en 1778.



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Virgen Eremita


Etimología: Aurelia = Aquella que brilla como el oro, viene del latín

Fue una princesa de la familia de Hugo Capet, quien por escapar del matrimonio huyó a Alsacia y vivió como eremita. Solamente el Obispo Wolfgang de Ratisbon sabía que ella estaba viva.


Documentos reales del siglo X validan su existencia de una iglesia dedicada a Aurelia y de una cripta en dicho templo muy venerada por la población por guardar sus reliquias, durante la Edad Media solían pedir su ayuda en casos de fiebre. Luego de la reforma protestante la iglesia mencionada pasó a manos de los luteranos, quienes en 1524 profanaron la tumba de la santa y se deshicieron de las reliquias, pero sin conseguir eliminar el culto que mantiene vivo hasta hoy.



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Virgen y Mártir


Martirologio Romano: En Nagasaki, de Japón, santa Magdalena, virgen y mártir, que, en tiempo del emperador Yemitsu, fue fuerte de ánimo tanto en mantener la fe como en soportar el suplicio de la horca durante trece días (1634).

Hija de nobles y fervientes cristianos, nació en 1611 en las proximidades de la ciudad japonesa de Nagasaki. Refieren fuentes antiguas que era una mujer hermosa y de delicada constitución. Por su fe católica, sus padres y hermanos habían sido condenados a muerte y martirizados cuando ella todavía era muy joven.


En 1624, conoció a dos agustinos recoletos, los padres Francisco de Jesús y Vicente de san Antonio, llegados al Japón unos meses antes. Atraída por la profunda espiritualidad de ambos misioneros, se consagró a Dios como “terciaria” agustina recoleta. Desde aquel momento, su vestido de gala fue el hábito de terciaria, y su mayor solicitud la oración, la lectura de libros religiosos y el apostolado.


Los tiempos eran difíciles. La persecución que arreciaba contra los cristianos era cada día más sistemática y cruel. Magdalena enseñaba el catecismo a los niños y pedía limosna a los comerciantes portugueses a favor de los pobres. En 1629, se refugió con los padres Franciso y Vicente y varios centenares de cristianos en las montañas de Nagasaki. En noviembre de aquel mismo año, fueron capturados los dos misioneros, y ella permaneció escondida, soportando con serena alegría sufrimientos y estrecheces. Infundía valor para mantenerse firmes en la fe, animaba a cuantos por temor o debilidad habían renegado de Cristo, visitaba a los enfermos, bautizaba a los recién nacidos y para todos tenía una palabra de aliento.


En vista de los frecuentes apostasías de cristianos aterrorizados por las torturas a que eran sometidos y deseosa de unirse para siempre a Cristo, Magdalena decidió desafiar a los tiranos. Vestida con su hábito de terciaria, en septiembre de 1634, se presentó ante los jueces. Llevaba consigo un pequeño fardo llenos de libros religiosos para rezar y leer en la cárcel. Ni las promesas de un matrimonio ventajoso ni las torturas consiguieron doblegar su voluntad. A primeros de octubre, fue sometida al tormento de la “forca” o “fossa”. Suspendida por los pies, con la cabeza y el pecho introducidos en una cavidad cubierta con tablas para hacer aún más difícil la respiración, la valiente joven invocaba durante el martirio los nombres de Jesús y de María, y cantaba himnos al Señor. Resistió trece días en este tormento, hasta que una noche una fuerte lluvia inundó la fosa y la mártir se ahogó. Los verdugos quemaron su cuerpo y esparcieron las cenizas en el mar para que los cristianos no conservaran reliquias suyas.


Beatificada en 1981, fue canonizada por Juan Pablo II el 18 de octubre de 1987 junto a otros 15 mártires en Japón.



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Mártir


Etimología: Aquella que posee sabiduría. Viene de la lengua griega

Antigua mártir muy venerada en Morgongiori. Según una antigua tradición, Sofía, nació en Cagliari a fines del siglo III dentro de una antigua familia noble. A sus 15 años testimonia fervorosamente y con gran coraje su fe en Cristo. Procesada por ser cristiana muere mártir en las persecución de Diocleciano junto a sus compañeras Cecilia y Gina.


Sus reliquias están, desde 1526, en una cripta de la Catedral de Cagliari, como muestra del gran testimonio de fe en Sardinia.


En Morgongiori se celebra una gran festividad el 15 de octubre, y para el 16 se realiza una peregrinación, llevando la imagen de la Santa, y que tiene como destino la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena, el trayecto dura unas tres horas y media.


La imagen de la Santa, recorre de mano en mano toda la peregrinación como hermana y compañera en la fe, luego, antes del ingresar a su destino, es adornada con ropa de fiesta y objetos preciosos.


La peregrinación concluye en la iglesia Parroquial, donde la imagen de la virgen y mártir, portada por el párroco es colocada en un sitio especial para luego efectuarse la Celebración Eucarístíca con la participación de los alegres peregrinos.


traducido por Xavier Villalta




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Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01



Abadesa


Martirologio Romano: En Kitzingen, de Germania, santa Tecla, abadesa, que, enviada desde Inglaterra para ayudar a san Bonifacio, presidió primero el monasterio de Ochsenfurt y después el de Kitzingen (c. 790).

Etimología: Tecla = Aquella que es la gloria de Dios, viene de la lengua griega.


Santa Tecla, de quien el Martirologio Romano hace mención en la fecha de hoy, fue una de las religiosas enviadas por Santa Tetta a Alemania para ayudar a San Bonifacio en su empresa de evangelización. Probablemente, Santa Tecla hizo el viaje junto con su pariente, Santa Lioba; en todo caso, es cosa cierta que fue súbdita suya en la abadía de Bischofsheim, hasta que San Bonifacio la nombró abadesa de Ochsenfurt.


Cuando murió Santa Hadeloga, fundadora y primera abadesa del convento de Kitzingen-auf-Main, Santa Tecla fue elegida para sucederle, sin dejar por ello de gobernar la abadía de Ochsenful. La santa desempeñó ese cargo muchos años, con gran fervor y espíritu religioso.


Su nombre no figura en la lista de las abadesas de Kitzingen, pero probablemente se alude a ella con el apelativo de Heilga, es decir, "la santa". Santa Tecla dio gran ejemplo de humildad y caridad, no sólo a sus súbditas, sino a todos los habitantes de la región.


Las reliquias de la santa y de sus predecesoras, que se hallaban en la abadía de Kitzingen, fueron vergonzosamente profanadas y destruidas durante la Guerra de los Campesinos, en el siglo XVI.