En Kildare, en Irlanda, santa Brígida, abadesa, que fundó uno de los primeros monasterios de la isla y continuó el trabajo de evangelización iniciado por san Patricio (c. 525).
En Anicio (hoy Chiniac), en Aquitania, san Agripano, obispo y mártir, el cual, al llegar a esta región de regreso de Roma, fue asesinado por unos adoradores idólatras (s. VII).