diciembre 2020

11:49 p.m.

Presbítero

Martirologio Romano: En la ciudad de Hasselt, cerca de Maastricht, en Bélgica, beato Valentín Paquay, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, el cual se distinguió por el admirable ejemplo de su caridad cristiana en la predicación, en el ministerio de la reconciliación y en fomentar la devoción al Rosario, y en su espíritu de humildad alcanzó una gran santidad ( 1905).

Etimológicamente: Valentín = Aquel que tiene buena salud y es vigoroso, es de origen latino.

Breve Biografía


Nació en Tongres, Bélgica, el 17 de noviembre de 1928, quinto de los once hijos de Enrique y Ana Neven, matrimonio profundamente religioso, ejemplo de honradez. En el bautismo recibió el nombre de Luis.

Después de realizar sus estudios de primaria, entró en el colegio que los Canónigos Regulares de San Agustín tenían en Tongres, para proseguir sus estudios literarios. En 1845 fue admitido en el seminario menor de Saint-Trond para los cursos de retórica y filosofía.

Después de la prematura muerte de su padre, acontecida en 1847, y con el consentimiento de su madre, entró en la orden de los Frailes Menores de la provincia belga, y el 3 de octubre de 1849 comenzó su noviciado en el convento de Thielt.

El 4 de octubre de 1850 emitió la profesión religiosa en manos del padre Hugolino Demont, guardián del convento, e inmediatamente después se dirigió a Beckheim para hacer los estudios teológicos, que concluyó en el convento de Saint-Trond.

Recibió la ordenación sacerdotal en Lieja el 10 de junio de 1854. Luego fue destinado por sus superiores a Hasselt, donde permaneció durante el resto de su vida, desempeñando, entre otros, los oficios de vicario y guardián. En 1890 y en 1899 fue elegido definidor provincial.

"A través de la guía de san Juan Berchmans, su maestro predilecto, el padre Valentín -escribe Agostino Gemelli- se injerta en la espiritualidad franciscana, enseñándonos la virtud de todos los momentos, la valoración de las cosas más insignificantes, bajo el aspecto de la más franca e inmediata humildad".

Fue incansable la obra del padre Valentín en el campo del apostolado. Predicó casi continuamente y, por su palabra sencilla y persuasiva, fue muy estimado, especialmente en los ambientes populares y en las organizaciones religiosas. Ejercía continuamente el ministerio del sacramento de la penitencia, emulando al santo cura de Ars, con el que a veces ha sido comparado. A menudo manifestó poseer el don de penetrar de modo extraordinario en la conciencia de los penitentes, que acudían a él incluso desde lejos.

Cultivó una profunda devoción a la santísima Eucaristía y, con su apostolado de medio siglo en favor de la comunión frecuente, fue precursor activo del famoso decreto del Papa san Pío X.

Devoto del Sagrado Corazón de Jesús, cuyas excelsas perfecciones no cesaba de meditar y ensalzar, difundió su culto, especialmente entre las religiosas de la Hermandad de la Orden franciscana seglar de Hasselt, que dirigió durante veintiséis años. Siempre mantuvo vivo el recuerdo de la pasión de Jesús, practicando diariamente el piadoso ejercicio del vía crucis.

También fue muy devoto de la Virgen María, a la que veneró, ya desde su adolescencia, en la iglesia parroquial de Tongres bajo el título de Causa de nuestra alegría, y en el santuario de Hasselt bajo el título de Vara de Jesé, pero, como franciscano, prefería sobre todos los títulos de María el de Inmaculada Concepción. A pesar de su enfermedad, quiso celebrar con gran júbilo el quincuagésimo aniversario de la proclamación de ese dogma, que coincidía con su jubileo de ordenación sacerdotal.

Murió en Hasselt el 1 de enero de 1905 a la edad de setenta y siete años

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11:49 p.m.

Obispo

Martirologio Romano: En Lausana, entre los helvecios (hoy Suiza), san Mario, obispo, que trasladó allí la sede de Aventicum, edificó muchas iglesias y fue defensor de los pobres (594).

En recientes investigaciones que ha llevado a cabo Mario Besson, se han encontrado noticias seguras acerca de la vida y de las obras apostólicas de san Mario.


Por lo que dice, parece ser que nació en el año 530, y que llegó a ser obispo de Aventicum en el 574.

En el 587 tomó parte activa en el concilio de Macon.

En ese mismo año consagró una iglesia dedicada a la Virgen de Payerne.

Para mayor seguridad de su persona, lo trasladaron a Aventicum como obispo. Había luchas políticas e inseguridad social.

Murió aquí en el año 594. Lo enterraron en la iglesia de san Tirso, pero más tarde se llamó de san Mario.

Su culto empezó a ponerse en práctica al principios del primer milenio.

Su representación como obispo no aparece hasta el siglo XVI. Una veces aparece con una palma y ornamentos episcopales y el título de mártir.

Mario es el autor de una crónica de san Próspero. Es un documento muy exacto, breve y precioso para los históricos.

Basten estas notas para hacerse una idea de cómo estaba Italia y el Oriente, los reinos francos y el de Borgoña.

¡Felicidades a quien lleve este nombre! y ¡Feliz final de Año!

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Por: . | Fuente: Vatican.va

"Sor Sonrisa"
Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

Martirologio Romano: En Cagliari, Italia, beata Josefina Nicoli, virgen, religiosa de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. ( 1924)

Fecha de beatificación: 3 de febrero de 2008, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

Josefina Nicoli nació en Casatisma (Pavía, Italia) el 18 de noviembre de 1863. Era la quinta de diez hijos de una familia de clase media y de profunda fe.

Cursó la escuela primaria con las religiosas agustinas, en Voghera; y estudió magisterio en Pavía. Su deseo secreto, que la impulsó a realizar estos estudios, era el de dedicarse a la educación de niños pobres en un tiempo en el que era muy alto el porcentaje de analfabetismo entre la gente de menos recursos. Este deseo fue madurando, sobre todo, a través de la experiencia del dolor, que visitó su familia con la muerte de algunos de sus hijos, entre ellos Juan, de quien Josefina se había convertido en su servicial enfermera personal. En medio de estas situaciones dolorosas aprendió a considerar el valor de la vida y la fragilidad de las cosas humanas.

Josefina era querida por todos, su carácter dulce era un don natural; y un sacerdote de Voghera, don Giacomo Prinetti, su director espiritual, la guió en el camino de la perfección del espíritu, mientras maduraba la llamada a consagrar su vida a Dios.

El 24 de septiembre de 1883, a la edad de veinte años, ingresó en la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en la casa "San Salvario" de Turín, donde hizo el postulantado y el noviciado. Recibió el hábito propio de la Compañía en París, en una ceremonia que tuvo lugar en la Casa madre de las Hijas de la Caridad.

En el año 1885 fue trasladada a Cerdeña. Su primera misión, que acogió con gran entusiasmo, fue la de enseñar en el "Conservatorio de la Providencia" de Cágliari. La experiencia educativa entre niñas pobres la marcó de forma especial. Durante este tiempo no se limitó a mirar sólo lo que sucedía entre los muros del conservatorio, sino que intensificó cada vez más su unión con el Señor crucificado en medio de las vicisitudes cotidianas.

En el año 1886, la ciudad de Cágliari fue azotada por la epidemia del cólera, y sor Josefina, juntamente con sus hermanas del conservatorio, se dedicó, en los momentos que le quedaban libres después del horario escolar, a socorrer a las familias pobres de la ciudad, organizando "cocinas económicas" que pusieron a disposición de las autoridades civiles.

Este servicio le permitió salir al encuentro de los muchachos abandonados por las calles de Cágliari, enseñándoles el catecismo en los encuentros que programaba los domingos. Más tarde organizó a los muchachos en una asociación que llamó "Los Luisitos", estimulándolos a vivir en actitud de ayuda fraterna y educándolos a una sana sociabilidad que, a muchos de ellos, los condujo a cambiar de vida.

Después de casi quince años de activa vida apostólica en Cágliari, en el año 1889 fue trasladada al orfanato de Sássari. También allí desarrolló un amplio proyecto apostólico, organizando diversas instituciones orientadas siempre al servicio hacia los pobres.

Se preocupó por la formación de escuelas de catequesis que cada domingo reunían a cerca de 800 niños, y, sobre todo, dedicó muchas de sus energías a dar vida a la "Escuela de religión" para las jóvenes universitarias, con el fin de prepararlas para ser buenas maestras en la fe, y así contrarrestar la masonería que se difundía por Sássari y trataba de debilitar la presencia de los católicos en la ciudad.

En los proyectos de la divina Providencia, le espera un nuevo destino: Turín (1910-1913). Por sus dotes organizativas la nombraron ecónoma provincial, y un tiempo después pasó a ser directora de la casa de formación de las Hijas de la Caridad, misión a la que se dedicó con gran entrega. Se enfermó gravemente de tuberculosis y fue trasladada a Cerdeña —con gran dolor para el consejo provincial—, ya que el clima de las islas era favorable para su salud.

De regreso a Sássari, en el año 1914, reinaba un ambiente hostil a causa del anticlericalismo. Su permanencia en las islas mejoró el estado de su salud, pero comenzó su calvario interior. Una serie de malentendidos y falsos testimonios por parte de la administración del orfanato obligaron a los superiores a trasladarla nuevamente. Sor Josefina estaba a completa disposición, aceptando en silencio la humillación más grande que hubieran podido hacerle: la declararon incapaz de administrar el orfanato. Ante esta situación se repetía a sí misma: "Josefina, esto te viene muy bien. Aprende a ser humilde". La Providencia la condujo en la última etapa de su vida al Asilo de la Marina, en Cágliari.

En su nuevo destino, se encontró en medio de un barrio superpoblado, ubicado en las cercanías del puerto, y donde la pobreza alcanzaba índices muy altos, haciendo que las condiciones de vida fueran muy precarias. A los niños, por ser pobres, se les negaba el derecho a la educación, lo que favorecía los malos comportamientos.

En el contacto directo con la pobreza material descubrió heridas aún más secretas: las de la pobreza moral y espiritual. Su celo apostólico la impulsó nuevamente a salir al encuentro de los jóvenes, enseñándoles el catecismo, y orientando a quienes emigraban de las zonas rurales a la ciudad. Fundó la primera sección en Italia de la "Pequeña obra de Luisa de Marillac". Formó también el primer grupo de la Acción Católica femenina en Cágliari. Pero a quienes dedicó gran parte de sus iniciativas apostólicas, como una bondadosa y paciente madre, fue a los llamados "is piccioccus de crobi", "los muchachos de la cesta". Era un grupo numeroso que vagaba por la ciudad, sobre todo en las cercanías del mercado de la ciudad, llevando consigo su instrumento de trabajo: una cesta; y se ganaban su sustento llevando equipajes de la estación al puerto.

La caridad fue la norma de su vida, y en cada circunstancia hizo realidad su constante deseo de entregarse al Señor, formulando, desde edad muy temprana, como un firme propósito: "Deseo ser toda suya".

En el último año de su vida, no obstante todo el bien realizado, se repitió la situación de calvario al ser calumniada ella y su obra en el Asilo de la Marina. Como en otras ocasiones, sor Josefina aceptó en silencio cuanto acontecía, y el testimonio de su vida llevó al funcionario que la calumnió a retractarse y reconocer su error. La caridad humilde que testimonió hizo que el funcionario difamador se acercara a su lecho de muerte, y ella, sonriendo, lo perdonó.

Murió en Cágliari, a causa de una bronco-pulmonía, el 31 de diciembre de 1924; el funeral se celebró el día 1 de enero. Su muerte —dijo una hermana de la comunidad— fue "la corona de una vida íntegra y la prueba de una virtud practicada de modo heroico".

El milagro por su intercesión presentado para la beatificación tuvo lugar en Milán: un joven militar fue curado de un tumor óseo.

La caridad ha glorificado a sor Josefina en un camino de humildad que la llevaba a ocultarse ante los aplausos del mundo y le abría las puertas a la inhabitación de Cristo. La caridad era la norma de todos sus pensamientos, de todas sus palabras, de todas sus acciones; y así penetró el misterio de la caridad hacia los pobres como acto de amor hacia el Señor, esa fue su gloria.

Reproducido con autorización de Vatican.va

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Por: P. Felipe Santos | Fuente: Cathoic.net

Diciembre 31

Etimológicamente significa “oscura”. Viene de la lengua griega.

Dice mateo: “Los discípulos se acercaron a Jesús y él les enseñaba diciendo: Dichosos los que tienen un corazón de pobre, pues el Reino de Dios les pertenece”.

A los 14 años, esta chica aristócrata romana se casó con su primo Pinio, que tenía 17.

Diez años más tarde, perdieron a sus dos hijos.

En su desconsuelo, tomaron una opción en la vida.

Se pusieron de mutuo acuerdo para seguir los consejos evangélicos.

Como quiera que eran ricos, se reunieron para ver la manera de repartir sus bienes a los pobres.

Una vez que lo hicieron, salieron para Roma poco antes de que Alarico pudiese llevárselos.

En primer lugar, se retiraron a Sicilia, después a Tagaste cuya diócesis tenía por pastor a un amigo y vecino, San Agustín, obispo de Hipona.

Llegaron con ellos quince eunucos y otras tantas esclavas.

Le pertenecían todas las tierras de Tagaste.

Los fieles querían que Pinio fuera el obispo., pues de esta manera estaba asegurada la fortuna para la comunidad cristiana.

Pero Pinio y Melanie se fueron a Jerusalén.
El murió allí en el año 432.

Melanie fundó un monasterio no lejos del lugar de la Ascensión, en el Monte de los Olivos, en el que murió a la vuelta de una fiesta.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

“Conócete a ti mismo” (Sócrates).

¡Feliz final de Año!


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Fiesta de la Sagrada Familia, Jesús, María y José, desde la que se proponen santísimos ejemplos a las familias cristianas y se invocan los auxilios oportunos.

Esta festividad se celebra el domingo que cae entre la Octava de Navidad (25 de diciembre al 1 de enero), o el 30 de diciembre, si no hay un domingo entre estos dos días. En 2018 coincide que el domingo entre la octava de Navidad es el día 30 de diciembre.


En la festividad de la Sagrada Familia, recordamos y celebramos que Dios quiso nacer dentro de una familia para que tuviera alguien que lo cuidara, lo protegiera, lo ayudara y lo aceptara como era.

Al nacer Jesús en una familia, el Hijo de Dios ha santificado la familia humana. Por eso nosotros veneramos a la Sagrada Familia como Familia de Santos.


¿Cómo era la Sagrada Familia?

María y José cuidaban a Jesús, se esforzaban y trabajaban para que nada le faltara, tal como lo hacen todos los buenos padres por sus hijos.

José era carpintero, Jesús le ayudaba en sus trabajos, ya que después lo reconocen como el “hijo del carpintero”.

María se dedicaba a cuidar que no faltara nada en la casa de Nazaret.

Tal como era la costumbre en aquella época, los hijos ayudaban a sus mamás moliendo el trigo y acarreando agua del pozo y a sus papás en su trabajo. Podemos suponer que en el caso de Jesús no era diferente. Jesús aprendió a trabajar y a ayudar a su familia con generosidad. Él siendo Todopoderoso, obedecía a sus padres humanos, confiaba en ellos, los ayudaba y los quería.

¡Qué enseñanza nos da Jesús, quien hubiera podido reinar en el más suntuoso palacio de Jerusalén siendo obedecido por todos! Él, en cambio, rechazó todo esto para esconderse del mundo obedeciendo fielmente a María y a José y dedicándose a los más humildes trabajos diarios, el taller de San José y en la casa de Nazaret.


Las familias de hoy, deben seguir este ejemplo tan hermoso que nos dejó Jesús tratando de imitar las virtudes que vivía la Sagrada Familia: sencillez, bondad, humildad, caridad, laboriosidad, etc.

La familia debe ser una escuela de virtudes. Es el lugar donde crecen los hijos, donde se forman los cimientos de su personalidad para el resto de su vida y donde se aprende a ser un buen cristiano. Es en la familia donde se formará la personalidad, inteligencia y voluntad del niño. Esta es una labor hermosa y delicada. Enseñar a los niños el camino hacia Dios, llevar estas almas al cielo. Esto se hace con amor y cariño.

“La familia es la primera comunidad de vida y amor el primer ambiente donde el hombre puede aprender a amar y a sentirse amado, no sólo por otras personas, sino también y ante todo por Dios.” (Juan Pablo II, Encuentro con las Familias en Chihuahua 1990).

El Papa Juan Pablo II en su carta a las familias nos dice que es necesario que los esposos orienten, desde el principio, su corazón y sus pensamientos hacia Dios, para que su paternidad y maternidad, encuentre en Él la fuerza para renovarse continuamente en el amor.

Así como Jesús creció en sabiduría y gracia ante Dios y los hombres, en nuestras familias debe suceder lo mismo. Esto significa que los niños deben aprender a ser amables y respetuosos con todos, ser estudiosos obedecer a sus padres, confiar en ellos, ayudarlos y quererlos, orar por ellos, y todo esto en familia.

Recordemos que “la salvación del mundo vino a través del corazón de la Sagrada Familia”.
La salvación del mundo, el porvenir de la humanidad de los pueblos y sociedades pasa siempre por el corazón de toda familia. Es la célula de la sociedad.


Oración

“Oremos hoy por todas las familias del mundo para que logren responder a su vocación tal y como respondió la Sagrada Familia de Nazaret.
Oremos especialmente por las familias que sufren, pasan por muchas dificultades o se ven amenazadas en su indisolubilidad y en el gran servicio al amor y a la vida para el que Dios las eligió” (Juan Pablo II)

“Oh Jesús, acoge con bondad a nuestra familia que ahora se entrega y consagra a Ti, protégela, guárdala e infunde en ella tu paz para poder llegar a gozar todos de la felicidad eterna.”

“Oh María, Madre amorosa de Jesús y Madre nuestra, te pedimos que intercedas por nosotros, para que nunca falte el amor, la comprensión y el perdón entre nosotros y obtengamos su gracia y bendiciones.”

“Oh San José, ayúdanos con nuestras oraciones en todas nuestras necesidades espirituales y temporales, a fin de que podamos agradar eternamente a Jesús. Amén.”
 

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Por: P. Felipe Santos |

Obispo de Tours

Martirologio Romano: En Tours, de la Galia Lugdunense, san Perpetuo, obispo, que edificó la basílica de San Martín y muchas otras en honor de los santos, y reguló en su Iglesia la práctica de ayunos y vigilias (491).

Etimológicamente: Perpetuo = duradero, es de origen latino.

Observación: En el antiguo santoral se lo recordaba el 8 de abril

Perpetuo era de familia senatorial. Una vez que lo nombraron obispo de Tours, dejó todo cuanto tenía – que era mucho – para el consuelo de los pobres. Los pobres son mis herederos. Les dejó campos, casas, jardines, pastizales, viñas y hasta la propia ropa.

Sin duda alguna fue uno de los obispos más sobresalientes de su tiempo.

Tenía siempre presente a su predecesor, san Martín, el soldado que rompió su capa en dos para entregar una parte a un mendigo.

Perpetuo agrandó la basílica dedicada a san Martín e hizo una casa grande a su lado para albergue de peregrinos.

Desde el primer año de su episcopado, convocó un concilio provincial en Tours.

Decretó que los fieles observaran algunos días de la semana con especial atención a las cosas del espíritu.

La influencia de san Perpetuo fue enorme. Trece siglos después de su muerte , alguien escribió estas palabras atribuidas al santo: “Vosotros, mis queridos hermanos, mi corona, mi alegría, es decir, el pobre de Cristo, necesitados, mendigos, enfermos, viudas y huérfanos...A todos vosotros os declaro mis herederos”.

Tenía una primavera en el corazón, porque sabía perdonar a todo el mundo y, además, entregaba su propio ser para el bien de los demás.

Catorce años antes de morir, escribió su testamento, un documento perfecto de cómo debían ser los obispos de aquellos tiempos.

Los últimos años de su vida fueron malos, debido a la invasión de lo Godos y a la doctrina arriana.

Murió en el año 494.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com

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Presbítero y Fundador

Martirologio Romano:En el pueblo de Pancalieri, cerca de Turín, en Italia, beato Juan María Boccardo, presbítero, el cual, trabajando infatigablemente en el cuidado de los ancianos y enfermos, fundó la Congregación de Hermanas de los Pobres Hijas de San Cayetano (1913).

Nacido en 1848 dedicó su vida a asistir a los enfermos durante la epidemia de cólera de 1884.

Fue Párroco de Pancalieri, al norte de Italia, fundó la congregación religiosa de las Pobres Hijas de San Cayetano.

Don Giovanni Maria Boccardo fue un hombre de profunda espiritualidad y, a la vez, un apóstol dinámico, promotor de la vida religiosa y del laicado, siempre atento a discernir los signos de los tiempos. Escuchando, en la oración, la palabra de Dios, maduró una fe vivísima y profunda. Escribió: «Sí, Dios mío, lo que quieres tú, lo quiero también yo».

Y ¿qué decir de su infatigable celo en favor de los más pobres? Supo acercarse a todas las miserias humanas con el espíritu de san Cayetano de Thiene, espíritu que infundió en la congregación femenina que fundó para el cuidado de los ancianos y los enfermos, y para la educación de la juventud. Hizo suya la invitación evangélica: «Buscad primero el reino de Dios y su justicia» (Mt 6, 33).

Como el santo cura de Ars, del que era devoto, indicó a sus parroquianos, con su palabra y sobre todo con su ejemplo, el camino del cielo. El día de su ingreso en Pancalieri como párroco, dijo a los fieles: «Vengo aquí, queridos hermanos, para vivir como uno de vosotros, como vuestro padre, vuestro hermano y vuestro amigo, y para compartir con vosotros las alegrías y las penas de la vida (...). Vengo como servidor de todos, y cada uno podrá disponer de mí, y yo me consideraré siempre dichoso y feliz de poderos servir, buscando sólo hacer el bien a todos».

Se declaraba siempre hijo devoto de la Virgen, y a ella recurría con constante confianza. A una persona que le preguntó: «¿Es tan difícil ganar el Paraíso?», le respondió: «Sé devoto de María, que es su "puerta", y entrarás». Su ejemplo sigue vivo en la memoria de la gente, que a partir de hoy puede invocarlo como intercesor en el cielo.

Muriò el 30 de Diciembre de 1913, y beatificado por Juan Pablo II el 24 de Mayo de 1998, durante la celebraciòn del V Domingo de Pascua en su visita apostòlica a Turín.

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Mártir

Martirologio Romano:En el pueblo Picadero Paterna, en la región de Valencia, España, beatos mártires Enrique Juan Requena, presbítero, y José Perpiñá Nácher, los cuales lucharon noblemente por Cristo (1936).

Etimología: Enrique = Aquel que es jefe de hogar. Es de origen germánico.

Enrique Juan Requena nació en Aielo de Malferit, en España, el 19 de enero de 1883 y fue sacerdote de la Arquidiócesis de Valencia.

Al estallido de la guerra civil y la feroz persecución religiosa que atravesò España, fue llamado a testimoniar con sangre su fe en Cristo.

Fue ejecutado por consiguiente cerca de Picadero Paterna el 29 de diciembre de 1936 junto con José Aparicio Sanz y José Perpiña Nácher.

El Papa Juan Pablo II lo beatificó el 11 marzo de 2001 con otras 232 víctimas de la misma persecución.

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Por: . | Fuente: ACI Prensa

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En la ciudad de Paterna, en la región de Valencia, en España, beato José Aparicio Sanz, presbítero y mártir, que derramó su sangre por Cristo cuando arreciaba la persecución contra la fe (1936).

El P. José Aparicio Sanz nació el 12 de marzo de 1893 en Enguera. Sus padres fueron Manuel Aparicio Sanz y Leonor Sanz Sanz, quienes lo educaron en un ambiente profundamente cristiano, dando señales desde muy niño de piedad y vocación sacerdotal.

Luego de finalizar sus estudios secundarios, ingresó en el Colegio de Vocaciones Eclesiásticas de San José, de Valencia. Después pasó al Seminario Conciliar Central de Valencia, que entonces tenía el rango de Universidad Pontificia, donde fue un seminarista modelo tanto por su aplicación al estudio como por sus virtudes.

Fue ordenado sacerdote el 17 de junio de 1916 por el obispo de Segorbe, el también Siervo de Dios fray Luis Amigó Ferrer. El día 30 del mismo mes celebró su primera Misa en su parroquia natal, la arciprestal de San Miguel de Enguera. Ejerció su primer ministerio sacerdotal en la vicaría de Benalí, donde, además de su buen ejemplo, dejó el recuerdo de la reconstrucción de la iglesia y de la casa abadía.

En 1917 fue trasladado a Santa María de Oliva, como coadjutor, y, al tratarse de una parroquia mayor, pudo tener más campo para desarrollar sus actividades en todos los sectores de la pastoral, añadiendo a ello el alto espíritu de caridad que demostró durante la epidemia de gripe del año 1918, que afectó gravemente a numerosas poblaciones valencianas.

Más tarde pasó a Luchente, parroquia de la que tomó posesión el 16 de octubre de 1921 y lugar apropiado para el desarrollo de su profunda devoción eucarística. Tal vez desde entonces comenzó a firmar sus escritos como director espiritual de almas y escritor místico con el título de "Centinela de mi Sagrario". De este pueblo, santificado por el prodigio de los Corporales de Daroca, hizo un centro de irradiación y atracción eucarísticas.

En 1930, cuando tenía 37 años, fue nombrado arcipreste de su población natal, Enguera, parroquia que dirigió hasta coronar su vida de apóstol con el martirio. Fue en esta parroquia donde culminó su trabajo pastoral iniciado anteriormente en otros pueblos, y en todos los campos, aspectos y matices del apostolado dejó huellas indelebles de la fuerza de su espíritu. Al estallar la revolución española de 1936, el P. José Sanz reaccionó como verdadero sacerdote católico. El 11 de octubre de 1936 fue detenido por unos milicianos en casa de su familia, siendo trasladado a la Cárcel Modelo donde encontró a otros feligreses. Estos feligreses le pidieron al P. Sanz que interceda y pida clemencia al Comité de Enguera, que los habaía encarcelado, al estar cerca las fiestas navideñas. El sacerdote accedió y el resultado fue que pusieron en libertad a unos y a otros les martirizaron, entre ellos el fiel sacerdote. Durante los meses que permaneció en cautiverio, el P. Sanz animó a sus compañeros a sufrir el martirio por Cristo y a perdonar de corazón a sus ejecutores, pues la recompensa del "cielo" estaba esperando por ellos. Fue ejecutado el 29 de diciembre de 1936 en Paterna. Sus restos descansan en la Capilla del Santísimo de la parroquia de Enguera.

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Mártir

Martirologio Romano:En el pueblo de Picadero de Paterna, en la región de Valencia, España, beatos mártires Enrique Juan Requena, presbítero, y José Perpiñá Nácher, los cuales lucharon noblemente por Cristo (1936).

José Perpiña Nácher, fiel laico, nació el 22 de febrero de 1911 en Sueca, cerca de Valencia -España.

Fue bautizado el 25 de Febrero 25 de 1911 y recibió la primera comunión por el mes de mayo de 1919, siempre en la iglesia de la parroquia de San Pedro Apóstol de su ciudad natal.

Telegrafista de profesión, prestó sus servicios en la nave “Buenos Aires”.

Graduado en Jurisprudencia, lo hicieron secretario del Sindicato de la Policía Rural.

Trabajó mucho por los pobres, sobre todo como abogado sin cobrar por sus servicios.

Se uniò a Acción Católica y a la Adoración Nocturna.

Hombre muy devoto, era usual que recibiera la Eucaristía periódicamente y lo distinguió por servir a su comunidad como catequista y periodista.

En abril 22 de 1935 se casó con Francisca Bosch Pieva en la iglesia de la parroquial de la Santísima Virgen de Sales, pero la relación duró desgraciadamente muy poco.

Con el estallido de la guerra civil y la feroz persecución religiosa que la caracterizò,fue arrestado el 3 de septiembre de 1936 y el 29 de diciembre siguiente sufrió el martirio por odio a la fe cristiana en el Picadero Paterna.

Junto a él también murieron José Aparicio Sanz y Enrique Juan Requena.

El Papa Juan Pablo II lo beatificò el 11 de marzo de 2001 con otras 232 víctimas de la misma persecución.

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Fundador de los Misioneros
de la Preciosa Sangre

Martirologio Romano: En Roma, san Gaspar del Búfalo, presbítero, el cual lucho denodadamente por la libertad de la Iglesia y, encarcelado, no cesó de conducir a los pecadores por el camino recto, principalmente con la devoción a la preciosísima sangre de Cristo, en cuyo honor fundó las Congregaciones de Misioneros y de Hermanas. (1837)

Etimológicamente: Gaspar = Aquel que administra tesoros. Viene de las lenguas hebrea y persa.

Este santo nació en Roma en 1786. Era hijo de un capitán. Fue ordenado sacerdote en 1808. Pero en 1809 Napoleón puso preso al Sumo Pontífice Pío VII y entonces el Padre Gaspar y todos los sacerdotes que permanecieron fieles al Papa, fueron desterrados. En 1814, al ser derrotado Napoleón, pudo volver libre el Pontífice a Roma y también el Padre Gaspar volvió a la ciudad eterna, y encontró que por haber estado la ciudad varios años casi sin sacerdotes había muchísimo trabajo que hacer en confesiones y predicaciones y en tratar de instruir a la juventud, y se dedicó a ello con toda su energía y de tiempo completo.

Viendo que se necesitaban fervorosos misioneros que predicaran de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad, se propuso fundar una nueva comunidad religiosa: Los Misioneros de la Preciosa Sangre. El Papa lo ayudó y lo animó y así pronto tuvo ya un buen número de misioneros. El quería que las casas de su nueva comunidad se fundaran en los barrios más pobres, más abandonados y más pervertidos de cada ciudad.

Y empezó por la ciudad de Nápoles que en ese tiempo era una verdadera guarida de bandidos, donde nadie tenía la vida segura. El propio Sumo Pontífice le recomendó que empezara por Nápoles, pues esa gente necesitaba mucho de la conversión .Y las dificultades que se le presentaban eran extremas. Parecía que Nuestro Señor lo estaba poniendo a prueba, pues apenas solucionaba una dificultad le aparecían varias más. Sin embargo él, con una gran confianza en Dios, logró reunir un buen número de sacerdotes y allá se fue a fundar casas de misiones y obtuvieron grandes conversiones.

A sus misioneros les recomendaba que trabajaran fuertemente, y que nunca se dieran por vencidos a pesar de las dificultades y que no dejaran un solo día sin instruirse más y más en nuestra santa religión. El y sus sacerdotes recorrían pueblos y ciudades predicando el evangelio y la conversión. Aguantaban hambres, fríos, persecuciones y pobreza, pero conseguían un gran número de conversiones, con su predicación, su buen ejemplo y sus sacrificios.

Las gentes al verlos tan mortificados y tan instruidos y al oírlos hablar con tanto entusiasmo acerca de la conversión y de la salvación del alma se entusiasmaban y cambiaban de modo de vivir y empezaban a ser mejores. El santo, que terminaba cada misión terriblemente fatigado, les decía a sus amigos: ¿Si es tan bonito trabajar por Nuestro Señor aquí en medio de tantas fatigas, cuánto más será estar junto a El en el cielo donde no hay dolor ni cansancio?.

Por todas partes por donde andaba predicando iba propagando la Adoración Nocturna: ese dedicar una noche cada mes para pasar varias horas rezando ante el Santísimo Sacramento.

Ya bastante enfermo sufría muchísimo de sed por el calor y por la fiebre, pero hacía el sacrificio de no tomar agua, para obtener con ese sufrimiento la conversión de los pecadores. En invierno el frío lo hacía sufrir muchísimo pero no tenía calefacción, porque el martirio del frío podía convertir pecadores.

Murió en Roma en 1836, y fueron tantos los milagros que se obtuvieron por su intercesión, que el Sumo Pontífice lo declaró santo en 1954.

San Gaspar: te encomendamos nuestras ciudades, especialmente aquellos barrios donde hay más maldad, para que ruegues a Dios por ellos y consigas la conversión de muchos pecadores.

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Por: . | Fuente: Vatican.va

Fundadora de las Esclavas del Sagrado Corazón

Martirologio Romano: En Nápoles, Italia, santa Catalina Volpicelli, virgen, que entregada a la asistencia de pobres y enfermos fundó el Instituto de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que este siempre manifestase una caridad activa, adaptada a las necesidades de los tiempos. ( 1894)

Fecha de canonización: 26 de abril de 2009, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

Catalina Volpicelli, Fundadora de Las Esclavas del Sagrado Corazón, pertenece a la compañía de los "apóstoles de los pobres y de los marginados" que, en el siglo XIX, fueron para Nápoles un signo resplandeciente de la presencia del Cristo "buen Samaritano" que se acerca a cada hombre herido en el cuerpo y en el espíritu, para derramar sobre sus heridas el aceite de la consolación y el vino de la esperanza (cf. Misal Romano, 2 ed. Italiana, Roma 1983, Prefacio común VIII, pág. 375).

Nacida en Nápoles el 21 de enero de 1839, Catalina tuvo en su familia, perteneciente a la alta burguesía, una sólida formación humana y religiosa. En el Colegio Real de San Marcelino, bajo la sabia guía de Margarita Salatino (futura cofundadora, con el Beato Ludovico de Casoria de las Hermanas Franciscanas Elizabetinas Bigie), aprendió letras, idiomas y música, cosa que no era usual para una mujer de su tiempo.

Guiada por el Espíritu del Señor, que le revelaba el plan de Dios a través de la voz de sabios y santos Directores espirituales, Catalina que mientras insistía en rivalizar con su hermana y en brillar en la sociedad, frecuentando teatros y espectáculos de danzas, rápidamente renunció a los valores efímeros de una vida elegante y despreocupada, para adherir con generosa decisión a una vocación de perfección y de santidad.

El encuentro ocasional con el Beato Ludovico de Casoria, el 19 septiembre de 1854, en "La Palma" en Nápoles, fue, como afirmó ella misma: "un momento singular de la gracia obsequiosa, de la caridad y de la predilección del S. Corazón enamorado de las miserias de su Sierva". El Beato la asoció a la Orden Franciscana Seglar y le indicó como única finalidad de su vida, el culto al Sagrado Corazón de Jesús, invitándola a permanecer en medio a la sociedad, en la cual debía ser "pescadora de almas".

Guiada por su confesor, el barnabita P. Leonardo Matera, el 28 mayo de 1859 Catalina entró a formar parte de las Adoradoras perpetuas de Jesús Sacramentado, pero en poco tiempo se retiró, por graves motivos de salud.

Otro era el designio de Dios para Catalina. Lo había intuído muy bien el Beato Ludovico que a menudo le repetía: "El Corazón de Jesús, oh Catalina, ésta es tu obra !"

Por indicación de su confesor, la Volpicelli conoce la hoja mensual del Apostolado de la Oración "Le Messager du Coeur de Jèsus". Escribe al P. Enrique Ramière, director general del Apostolado de la Oración en Francia, recibiendo de él noticias detalladas de la naciente Asociación, con el Diploma de Celadora, el primero llegado a Italia. En julio de 1867, P. Ramière visita el edificio de Largo Petrone en la Salud, en Nápoles, donde Catalina está pensando establecer la sede de sus actividades apostólicas "para hacer renacer en los corazones, en las familias y en la sociedad el amor por Jesucristo".

El Apostolado de la Oración será el centro de todo la estructura espiritual de Catalina, que le permitirá cultivar su amor ardiente por la Eucaristía y se convertirá en instrumento de una acción pastoral que tiene las dimensiones del Corazón de Cristo y por lo tanto abierta a todo hombre, siempre al servicio de la Iglesia, de los últimos y de los sufridos.

Con las primeras celadoras, el 1 julio de 1874 Catalina funda el nuevo Instituto de las "Esclavas del S. Corazón", aprobado en primera instancia por el Cardenal Arzobispo de Nápoles, el Siervo de Dios Sixto Riario Sforza, y posteriormente, el 13 junio de 1890, por el Papa León XIII que concede a la nueva familia religiosa el Decreto de alabanza".

Interesada en el futuro de la juventud, abrió enseguida el asilo de huerfánas las "Margaritas", fundó una biblioteca circulante e instituyó la Asociación de las Hijas de María, con la guía sabia de la Venerable M. Rosa Carafa Traetto (+ 1890).

En poco tiempo abrió otras casas: en Nápoles en el edificio Sansevero y luego junto a la iglesia de la Sabiduría, en Ponticelli, donde las Esclavas se distinguieron en la asistencia a las víctimas del cólera del año 1884, en Minturno, en Meta de Sorrento y en Roma.

El 14 mayo de 1884, el nuevo Arzobispo de Nápoles, el Cardinal Guillermo Sanfelice, OSB, consagró el Santuario dedicado al S. Corazón de Jesús, que la Volpicelli había hecho eregir junto a la Casa Madre de sus obras, destinándolo particularmente a la adoración reparadora, solicitada por el Papa para el sostèn de la Iglesia, en una època difícil para la libertad religiosa y para el anuncio del Evangelio.

La participación de la Catalina al primer Congreso Eucarístico Nacional, que se celebró en Nápoles en el año 1891 (19-22 noviembre), fuè el acto cumbre del apostolado de la Fundadora de las Esclavas del S. Corazón; en aquella ocasión montó una rica exposición de ornamentos sagrados, destinados a las iglesias pobres, organizó la adoración eucarística en la Catedral y fue la animadora de aquel gran movimiento de almas que culminó en la impresionante: "Confesión y Comunión general".

Catalina Volpicelli muere en Nápoles el 28 diciembre de 1894 ofreciendo su vida por la Iglesia y por el Santo Padre.

La Causa de beatificación y canonización de la insigne testigo de la caridad del Corazón de Cristo, despuès de la instrucción del Proceso Ordinario en los años 1896-1902 en la Curia eclesíastica de Nápoles, fue oficialmente presentada ante la entonces S. Congregación de los Ritos el 11 enero de 1911.

El 25 de marzo de 1945, el Santo Padre, Pio XII declaraba la heroicidad de las virtudes, atribuyèndole el titulo de Venerable.

El 28 de junio de 1999, su Santidad Juan Pablo II, aprobó la lectura del decreto para su beatificación.

El 26 de abril de 2009 fue canonizada por S.S. Benedicto XVI.

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Virgen religiosa de la Segunda Orden Franciscana (1236‑1320). Clemente XIII aprobó su culto el 27 de julio de 1765.

Matía, nacida hacia el año 1235 en Matelica, en las Marcas, pertenecía a la familia noble De Nazarei. Creció rodeada de los amorosos cuidados de los familiares, que hicieron todo para prepararla para un brillante porvenir. Su padre, se soñaba para ella un matrimonio digno de su categoría. Pero un hecho inesperado trastornó todos sus planes. El ejemplo de las dos santas hermanas Clara e Inés de Asís también se repitió en Matelica. Un día Matía sin avisar a nadie, huyó de su casa y fue a tocar las puertas del monasterio de Santa María Magdalena de las hermanas Clarisas, pidiendo a la abadesa que la recibiera entre sus cohermanas. Esta le hizo notar que era imposible sin el consentimiento de sus padres. Poco después el padre y algunos parientes irritadísimos irrumpieron en el monasterio decididos a llevarla de nuevo a su casa por la fuerza. Pero todo fue inútil. El padre fue vencido por la insistencia de su hija, que así pudo realizar su sueño de seguir a Cristo por el camino de la perfección.

Tenía dieciocho años cuando comenzó el noviciado y antes de la profesión distribuyó parte de sus bienes a los pobres y parte la reservó para urgentes trabajos de restauración del monasterio. Tras su ejemplo otras muchachas la siguieron por el camino de vida evangélica que habían trazado San Francisco y Santa Clara.

Después de ocho años de vida religiosa fue elegida abadesa unánimemente. Durante cuarenta años Matía fue la celosa superiora de las Clarisas, iluminada guía espiritual y al mismo tiempo sagaz administradora. Poseía las cualidades aparentemente contradictorias de una gran mística y de una sabia organizadora. Confiando en la Divina Providencia, con ofrendas de la población y de su familia, reconstruyó casi desde los cimientos la iglesia y el monasterio.

La vida interior de la Beata Matía se modeló sobre la Pasión del Señor. Por muchos años todos los viernes sufrió dolores y numerosos arrobamientos. Fue una mujer de gobierno que a las virtudes contemplativas unía las virtudes prácticas. Se mantuvo también en contacto con el mundo, sabiendo decir una palabra de consuelo, ayuda y exhortación a los muchos que acudían a ella. Fue llamada “Madre de la caridad” pues ayudaba en la medida de las posibilidades aun a indigentes y pobres. Un niño estaba a punto de morir como consecuencia de una caída. La madre desesperada lo llevó a la Beata Matía, quien después de orar lo tocó con la mano y lo restituyó sano y salvo a su madre. Y se cuentan de ella otros prodigios.

El 28 de diciembre de 1320, después de haber exhortado y bendecido por última vez a sus queridas cohermanas, murió serenamente a los 85 años, dejando tras de sí un dulce recuerdo, que luego se transformaría en culto, el cual confirmaría Clemente XIII.

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Por: . | Fuente: Religión en Libertad

Periodista y Padre de familia

Martirologio Romano: En Hersbruck, Alemania, Beato Odoardo Focherini, lider de Acción Catolica, asesinado por odio a la fe ( 1944)

Fecha de beatificación: 15 de junio de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Odoardo Focherini es un periodista italiano padre de siete hijos y líder de la Acción Católica que fue muerto por los nazis a los 37 años, tras salvar a numerosos judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Este laico fue declarado mártir el 10 de mayo de 2012 a través de un decreto aprobado por el Papa Benedicto XVI.

Odoardo nació en Carpi el 6 de julio de 1907. Ferviente católico desde muy joven, se formó en la Acción Católica italiana bajo la guía de Armando Benatti. Con tan solo 16 años fue secretario del círculo interparroquial de Carpi, a los 17 años era secretario de la Federación Juvenil diocesana.

A los 19 años de edad fundó los scouts católicos en su localidad natal, llegando a ser jefe del movimiento scout en su diócesis y uno de los referentes del mismo en toda Italia. Se casó con María Marchesi en el año 1930 y tuvieron siete hijos. Con 27 años era presidente de Acción Católica en Italia, en una época en que las asociaciones fascistas competían por seducir a los jóvenes e integrarlos en sus filas.

En 1937 pasó a ser director administrativo del diario Avvenire, que entonces dirigía Raimondo Manzini, un hombre valiente que escribió encendidas polémicas contra el fascismo. Odoardo Focherini, inspirado en el espíritu de la encíclica Non abbiamo bisogno de Pío XI, fue muy crítico contra el fascismo de Mussolini.

Pero lo que le convertiría en un mártir de Jesucristo fue su ayuda a los judíos italianos. Focherine contrató para Avvenire al periodista judío Giacomo Lampronti... desafiando así las nuevas leyes raciales.

En 1942, a petición del director Manzini –a quien el cardenal de Génova, Pietro Boetto, había enviado algunos judíos de Polonia para defenderlos–, se encargó de protegerles en un tren de Cruz Roja Internacional.

Más adelante, en octubre de 1943 organizó, junto al padre Dante Sala, una red eficaz para la expatriación hacia Suiza de más de un centenar de judíos. Odoardo contactaba con las familias, conseguía los documentos, arreglaba la financiación necesaria y, finalmente, llegó a proporcionar documentación falsa.

Su cuñado Bruno Marchesi le había dicho: “Ten cuidado. Tal vez te expones demasiado. ¿No piensas en tus hijos?”. Odoardo le respondió: “Si hubieras visto, como he visto yo en esta cárcel, lo que hacen padecer a los judíos, no lamentarías más que no haber hecho lo bastante por ellos, no haber salvado un número mayor”.

El 11 de marzo de 1944, Focherini fue detenido por los nazis en un hospital mientas atendía a un judío enfermo. Aislado en el «lager» de Flossenburg, fue trasladado al campo de Hersbruck donde se trabajaba desde las tres y media de la mañana hasta la tarde. Quien no resistía este ritmo, era inmediatamente enviado a los hornos crematorios.

Focherini murió de septicemia el 27 de diciembre de 1944, a los 37 años, por una herida en la pierna que nadie atendió en el campo. Antes de morir, dictó a su amigo Olivelli una carta-testamento estremecedora:

"Mis siete hijos... Querría verlos antes de morir... No obstante, acepta, oh, Señor, también este sacrificio, y protégelos Tú, junto a mi mujer, a mis padres, a todos mis seres queridos. Declaro morir en la más pura fe católica, apostólica, romana y en la plena sumisión a la voluntad de Dios, ofreciendo mi vida en holocausto por mi diócesis, por Acción Católica, por el Papa y por el retorno de la paz al mundo. Os ruego que digáis a mi esposa que siempre le he sido fiel, que siempre he pensado en ella y que siempre la he amado intensamente".
En su memoria, la Unión de las Comunidades judías de Italia le otorgó una medalla de oro en 1955 y el Instituto conmemorativo de los mártires y de los héroes Yad Vashem de Jerusalén le proclamó Justo entre las Naciones.

La ceremonia de beatificaciòn se realizó el 15 de junio de 2013 en Carpi.

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Por: P. Claudio Lezcano | Fuente: ArchiBurgos.org

El P. Alfredo se nos presenta como un testigo de Cristo en estos tiempos modernos, víctima de la intolerancia que desencadenó la dura guerra civil española en los años 1.936-39.

En unas cuantas palabras vamos a sintetizar la vida del Beato Alfredo.

FAMILIA CRISTIANA. Nace en Cilleruelo de Bricia (Burgos), el dos de junio de 1.899, en el seno de una numerosa familia cristiana de siete hijos. Él era el mayor. Sus padres: Castor y Justa.

SACERDOTE ESCOLAPIO. De niño quiso seguir a Jesús de Nazaret, imitando a S. José de Calasanz, dedicando su vida a la educación cristiana. Y se ordena Sacerdote en Palencia, en 1.928.

GESTO. Una enfermedad en el fémur le dejó cojo cuando tenía 18 años. Eso le impidió compartir el deporte con sus alumnos, expresando el carácter alegre que tenía. Además, esa enfermedad originó una de las anécdotas más significativas y espontáneas de su martirio. Viéndole cojo los milicianos, quisieron ayudarle a subir a la cubierta del barco para fusilarle. A lo que él respondió. “Hasta ahora he necesitado bastón, pero para subir hacia Dios no lo necesito”. Y la arrojó, trepando como pudo hasta la cubierta.

MÁRTIR. En su vida encontramos rasgos muy marcados del creyente, religioso, educador y sacerdote: generoso, humilde, hombre de oración, devoto de Ntra. Sra., amigo de los chicos, siempre estaba rodeado de ellos. Pero además fue mártir, es decir, dio la vida por la fe. Estaba en el colegio de Villacarriedo cuando estalló la guerra. Se refugió en la casa de su tía, pero lo cogieron preso, llevándole a la bodega del barco Alfonso Pérez, anclado en la bahía de Santander. Pudo disimular su condición de sacerdote pero, ante la pregunta de qué era, confesó en voz alta oyéndolo los compañeros de bodega: “Soy sacerdote Escolapio de Villacarriedo”. Y le fusilaron. Era el 27 de diciembre de 1.936.

BEATIFICADO. Ante los datos claros de su martirio, Juan Pablo II le beatificó en Roma, junto con otros doce escolapios, el 1 de octubre de 1995.

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Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Biringi, Rep. Democrática del Congo, beato Francisco Spoto, italiano, sacerdote de la Congregación de los Misioneros Siervos de los Pobres ( 1964).

Breve Biografía

Francisco Spoto nació al 8 de julio de 1924, en Raffadali (Italia). Los padres lo educaron para una fe profunda y genuina y ellos lo transmitieron un gran sentido del deber. La familia, la escuela y la parroquia eran las atmósferas frecuentadas por Francisco: sus educadores y los padres en primer lugar se dieron cuenta de que en ese muchacho bueno, conciente y sensible estaba madurando el germen de la vocación al servicio de Dios y de los hermanos.

Francisco entró en el Seminario de la Congregación de los Misioneros Siervos de los Pobres, en 1936. Desde el principio mostró poseer un carácter: humille, pero tenaz, con un alto sentido del deber y de responsabilidad. Precisamente debido a su determinación y la tenacidad ganó dos apodos, de los compañeros y los superiores respectivamente: “alemán” y “piedra”, nombres que dan una imagen clara del temple del joven. Durante los años en el seminario nació en él la pasión por los estudios, que en su breve vida se tradujeron en una preparación sólida, claramente visible en sus escritos, cartas y homilías. La cultura no era en sí su meta, sino colocarla al servicio del amor a Dios y a los hermanos.

En 1 de noviembre de 1940 Francisco emitió su primera profesión. Recibió la Ordenación sacerdotal al 22 de julio de 1951. Inmediatamente dedicó su ministerio sacerdotal al desarrollo de los trabajos típicos de la Congregación de los Misioneros Siervos de los Pobres. El Capítulo General de 1959 lo escogió Superior-General teniendo tan sólo 35 años justos, necesitó una dispensa de la Santa Sede debido a su corta joven. Asume las nuevas responsabilidades con tenacidad renovada, determinación y fuerte sentido del deber empeñándose con todo sus fuerzas en dar impulso y vitalidad a la Congregación, poniéndose al servicio de todos con activa humildad y la amorosa firmeza. La oración perfuma y palpita en su vida, ya que él la considera centro de sus actividades cotidianas.

Su manera concreta permitió conseguir la aprobación de las Constituciones de parte de la Santa Sede, la nueva Casa de estudios teológicos en Roma y, en 1961, la inauguración de la misión en Biringi, en la actual República Democrática de Congo (anterior-Zaire). Y, de hecho allí, en la tal estimada tierra, P. Spoto pasará los últimos meses de su vida en una camino direccionado a la santidad y al martirio.

El 4 de agosto de 1964, partió para Biringi para confortar a los hermanos que se encontraron en dificultad notable debido a la situación políticamente crítica y peligrosa en la ex-colonia belga que, después de obtener la independencia en 1960, pasó un periodo muy inestable, con luchas marcadas por ideologías materialistas y anti-religiosas, que se volvieron más feroces a partir de 1964 debido a la persecución de innumerables religiosos y monjas. En este contexto, P. Francisco partió para el Congo, lleno de entusiasmo, aunque consciente de que podría perder su propia vida.

En el mes de septiembre, cuando la situación en Biringi se hizo más difícil, decidió dejar el cargo de Superior-General, comunicando su decisión en una carta dirigida al Vicario-General: “Si me quedo aquí no es por persistencia o indiferencia, más bien es por un alto sentido alto del deber, interés y amor de la Congregación" (Carta al Vicario-general, el 20 de septiembre de 1964). Un padre bueno no abandona a sus propios hijos en la necesidad extrema.

A inicio de noviembre, P. Spoto y tres hermanos de la congregación fueron obligados dejar la misión y vagar sin dirección, escondiéndose y intentando huir de los Simba que los seguían por matarlos.

En esta situación penosa, P. Francisco puso a punto su sentido de sacrificio, perfeccionando el deseo de ofrendar su vida para salvar a sus compañeros. No obstante vivir esa vida nómada, repleta de sustos y miedos, P. Francisco consiguió escribir una especie de “diario”. El día 3 de Diciembre sus compañeros fueron capturados. Él logró huir, empezó la noche vagando por el bosque con los pies descalzos, sediento, hambriento, ensangrentado... la mañana siguiente, él encontró a sus tres compañeros libres, milagrosamente ilesos. En la noche del 11 de Diciembre P. Francisco fue atacado por dos guerrilleros y, debido a los violentos golpes, quedó paralítico. A partir de esa trágica noche, hasta el día de su muerte, él fue transportado en una especie de camilla, continuando el escape para evitar ser capturados nuevamente. P. Francisco murió al 27 de diciembre de 1964, después de haber recibido el Sacramento de la Unción. Enterrado en las proximidades de la choza donde se refugiaron. Sus hermanos de la Congregación sobrevivieron y regresaron a Italia.

Su muerte no fue una oferta inútil: su sangre inocente bañó ese pedazo de tierra de África e hizo crecer y producir abundantes frutos.

Reproducido con autorización de Vatican.va
traducido por Xavier Villalta

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Fundadora de las Religiosas de María Inmaculada
(Cascante [Navarra] 22.III.1847 – Madrid 26.XII.1890)

Santa, fundadora de las Religiosas de María Inmaculada (Servicio Doméstico).

Desde pequeña recibió una esmerada educación humana y cristiana. Su padre, José María López, miembro del Colegio de Abogados de Pamplona, fue su primer maestro. A partir de 1857, con el fin de completar su educación reside en Madrid, con sus tíos maternos D. Manuel María y doña María Eulalia Vicuña. Estos habían iniciado en Madrid una obra apostólica y benéfico asistencial para la acogida y educación de jóvenes sirvientas.
Vicenta María continúa sus estudios en la misma casa de sus tíos a la que asisten profesores particulares. Su tía María Eulalia le elabora una distribución del tiempo, dedicado principalmente al estudio y a las prácticas religiosas. Solía también acompañar a su tía en las visitas al “Asilo de sirvientas”. Estas visitas abren sus ojos a una realidad nueva para ella y son como la semilla de la que brotará su vocación.
Su colaboración e inclinación a trabajar en la obra iniciada por sus tíos van siendo cada vez mayores. A los 17 años, resuelta a dedicar su vida a aquel apostolado y convencida de la necesidad de fundar una congregación religiosa que garantice su continuidad, comunica la idea a su director espiritual el P. Víctorio Medrano SJ. El jesuita aprueba la idea con la consigna de dejar en suspenso la resolución para el porvenir.

En el mes de marzo de 1868 hace Ejercicios Espirituales en el Primer Monasterio de la Visitación y sale confirmada en su decisión de fundar. En el mes de mayo escribe a sus padres, para informarles de que ya no la retiene en Madrid su educación, sino el seguir la vocación. Sus padres se oponen al proyecto y la obligan a ir a Cascante, donde permanece siete meses.
Regresó a Madrid en febrero de 1869 y se dedicó por completo al desarrollo de la obra a favor de las sirvientas y a la elaboración de las Constituciones y reglas de la nueva congregación. La situación social y política retrasó el momento de la fundación pero Vicenta María con su tía María Eulalia y un pequeño grupo de señoras empezaron a hacer vida de comunidad a partir del 22 de febrero de 1871 en un piso de la plaza de San Miguel, número 8, en el que convivían con las jóvenes sirvientas acogidas.

En julio de 1875, el P. Isidro Hidalgo y Soba SJ se hizo cargo de la dirección espiritual de Vicenta María y sus compañeras. En marzo de 1876, el siervo de Dios, Dr. Ciriaco María Sancha y Hervás fue nombrado Obispo Auxiliar de la Diócesis de Toledo con residencia en Madrid e intendente general de las Órdenes religiosas.
La presencia en Madrid del Sr. Obispo Sancha y del P. Hidalgo fue providencial para el impulso definitivo de aquella obra y la fundación del nuevo Instituto.
El 11 de junio de 1876, Solemnidad de la Santísima Trinidad, D. Ciriaco María Sancha impuso el hábito religioso a Vicenta María López y Vicuña y a otras dos compañeras suyas: nacía la Congregación de Hermanas del Servicio Doméstico (el nombre actual de la Congregación, después de varios cambios es “Religiosas de María Inmaculada”). La joven fundadora vivió en aquella jornada la felicidad de ver nacer la nueva Congregación y el sufrimiento que le proporcionaba la negativa de sus padres. Un mes más tarde, el 16 de julio, fueron admitidas otras seis jóvenes.

Santa Vicenta María, respondiendo a la llamada del entonces canónigo del Pilar y más tarde cardenal, D. Antonio María Cascajares, fundó en Zaragoza (7.XII.1876) el segundo colegio para sirvientas. Antes de que se cumpliera un año de la fundación, la Madre Fundadora, abre la tercera casa en Jerez de la Frontera (2.VI.1877).
Las dificultades se van sucediendo, las nuevas vocaciones van llegando lentamente, los medios económicos escasean, Santa Vicenta María se ve afectada por la tuberculosis desde marzo de 1879, pero íntimamente persuadida de que la obra es de Dios y en Él hemos de poner nuestra confianza, no ahorró esfuerzos ni sacrificios en sus tareas de formación de las religiosas y expansión de la Congregación.

A la muerte de su madre, doña María Nicolasa Vicuña (24.XI.1883), traslada a su padre a la cada de Madrid donde vivirá hasta su muerte (5.VIII.1888).
La cuarta casa la abre en Sevilla (14.III.1885) a instancias del jesuita, P. Celestino Suárez en el convento de San Benito cedido por el Sr. Arzobispo, D. Ceferino González y García Tuñón. Tres años más tarde (1.III.1888) inaugura otra casa en Barcelona, gracias al celo y desprendimiento económico de la sierva de Dios doña Dorotea de Chopitea y Villota. La última de las fundaciones, realizada en Burgos (7.XII.1889) la siguió en todos sus detalles desde Barcelona, donde la retuvieron los trámites para la compra de un terreno para edificar la casa.
Postrada en cama por el estado de debilidad a que la había reducido su enfermedad, pronunció la formula de su profesión perpetua el 31 de julio de 1890, a las cinco y media de la mañana. Dos horas más tarde participó en la capilla de la primera celebración de este tipo que se tenía en la Congregación para recibir la profesión de nueve compañeras suyas.
En sus apuntes de Ejercicios de 1868, había escrito “si vivimos bien, la muerte será el principio de la vida”. La última etapa de su vida es de un dolor intenso y continuado, pero también de una serenidad y alegría que encuentran todo su sentido en el sometimiento a la voluntad de Dios: “¿Lo queréis Vos, Dios mío? Pues yo también lo quiero” y “Lo que Vos queráis, Señor, lo que Vos queráis, no quiero anteponer mi querer al vuestro” fueron expresiones que repitió a menudo. Eran las dos menos cuarto de la tarde del día 26 de diciembre de 1890 cuando, después de haber bendecido por primera vez a sus Religiosas, tomó en sus manos el Crucifijo y una estampa de la Virgen y, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, entregó su espíritu al Creador.
Introducida la causa para su beatificación y canonización (19.II.1915), fue proclamada beata por el Papa Pío XII el 19.II.1950 y canonizada por el Papa Pablo VI el 25.V.1975. Su fiesta litúrgica se celebra el día 25 de mayo.

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XLI Papa


San Zósimo Papa y confesor, en Roma igualmente. Era griego, originario de Misuraca. Fue electo Papa el 18 de marzo del año 417. Tenía un temperamento fuerte.

Nombró a su protegido, Patrocio de Arlés, metropolita de las provincias de Vienne y de Narbona, poniendo así bajo su control todo el clero de la Galia. Si se hubiera tomado la molestia de informarse, se habría enterado de que nadie, en esa región de Europa, quería a aquel ambicioso. De modo que, de un golpe, se granjeó el rechazo de los galos.

En Africa, apelando a decretos de los que nadie había oído hablar, exigió la rehabilitación de Apiario, un sacerdote condenado con toda justicia, de fondo y de forma. Y en cuanto a Pelagio y a Celestio, cuyos evidentes errores ni merecían ser denunciados, estuvieron a punto de convencerle de su estricta ortodoxia.

San Agustín se estremeció: ¿llegaría a cometer el papa otro error garrafal? Zósimo, no obstante, terminó condenando a Pelagio y a Celestio en su famosa Epístola tractoria.

La providencia, felizmente, puso término a «aquel reinado torpe en el que se toleró la intromisión del Estado en los asuntos internos de la Iglesia romana, anegando por un tiempo todo lo que el trabajo silencioso y prudente de sus predecesores había logrado en favor de la independencia de la Iglesia».

Murió siendo modelo de Pontífices el año 418. Extendió el uso del cirio pascual a todas las Iglesias. Defendió con más energía que prudencia el principio de los derechos de la Santa Sede.

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Por: . | Fuente: PrelaturaAyaviri.org

Mártires de Songkhon

Martirologio Romano: En el pueblo de Song-Khon, en Tailandia, beatas mártires Inés Phila y Lucía Khambang, vírgenes de la Congregación de Hermanas Amantes de la Cruz, y también Ágata Phutta, Cecilia Butsi, Bibiana Khampai y María Phon, todas las cuales, al no querer negar la fe cristiana, fueron fusiladas en el cementerio del pueblo. ( 1940)

Fecha de beatificación: 22 de octubre de 1989, por S.S. Juan Pablo II

Breve Semblanza


El cristianismo fue introducido en Tailandia en 1881 y en 1940 los fieles católicos ya eran setecientos. En los cuatro años siguientes los misioneros franceses se vieron obligados a abandonar el país que se encontraba en las garras de la guerra entre Tailandia y la Indochina francesa a continuación. Como es habitual en tales circunstancias, se consideró prioridad la unidad nacional y como peligroso un pluralismo religioso.

El pueblo de Songkhon, situado en las orillas del gran río Mekong zona fronteriza con Laos, fue escenario, en 1940, del glorioso martirio de siete cristianos nativos: Felipe Siphong Onphitak, Inés Phila, Lucía Khambang, Agueda Phutta, Cecilia Butsi, Bibiana Khamphai y María Phon.

Felipe Siphong Onphitak, padre de familia, líder de la comunidad cristiana de Songkhon en ausencia de los sacerdotes, durante el desencadenamiento de la persecución contra los cristianos fue atraído con engaños cerca del río Tum Nok y asesinado el 16 de de diciembre de 1940 por un grupo de gendarmes, él es el primer nativo tailandés que derramó su sangre por testimonio de su fe en Cristo.

El propósito de esta semblanza es ocuparse de manera particular de las seis mujeres que corrieron la misma suerte diez días más tarde, hecho conmemorado hoy por el Martirologio Romano, que cita a los santos y beatos en sus respectivos aniversarios de sus nacimientos al cielo. Aquí ofrecemos una breve información sobre cada una de ellas:
 

INÉS PHILA religiosa
Ban Nahi (Tailandia), 1909 - Songkhon (Tailandia) 26 de diciembre de 1940
Inés Phila (en el siglo Margarita) nació en 1909 en la aldea pagana de Ban Nahi, hija de Joaquín Thit Son y Ana Chum. La familia emigró hacia el cristiano pueblo de Viengkhuk, donde la beata recibió el bautismo en 1924. Su madrina fue la tía de la famosa Sor Lucía de Fátima. El 7 de diciembre, entró a la Congregación Hermanas Amantes de la Cruz en Siengvang (Laos). Dos años después el 26 de noviembre comenzó el postulantado y el 10 de noviembre 1927 con el nombre de Inés entró en el noviciado, que culminó con la profesión el 16 de noviembre de 1928. En 1932 fue enviada como maestra a la escuela de Songkhon donde fue asesinada el 26 de diciembre de 1940

LUCÍA KHAMBANG religiosa
Viengkhuk (Tailandia) 22 de enero de 1917 - Songkhon (Tailandia) 26 dicembre1940
Lucía Khambang nació en la aldea cristiana de Viengkhuk el 22 de enero de 1917, hija de Santiago Dam y María Mag Li. Fue bautizada el 10 de marzo siguiente y el 4 de junio de 1925, a la edad de ocho años, recibió el sacramento de la Confirmación y su Primera Comunión. El 3 de septiembre de 1931,entró en la Congregación de Hermanas Amantes de la Cruz. Postulante durante tres años, comenzó su noviciado el 18 de octubre de 1935, etapa que duró dos años. Realizó su profesión en Siengvang (Laos) el 15 de octubre de 1937. A principios de 1940 fue enviada como profesora a Songkhon, donde fue asesinada el 26 de diciembre de 1940,  tenía sólo veintitrés años de edad.

ÁGATA PHUTTA, joven laica
Bi Ban Keng Pho (Tailandia), 1881 - Songkhon (Tailandia) 26 de diciembre de 1940
Ágata Phutta nació en el pueblo de Bi Ban Keng Pho en 1881, su familia era pagana. Hija única, se convirtió al cristianismo cuando tenía treinta años de edad y fue bautizada y confirmada el 3 de marzo 1918 en Siengvang. Soltera, decidió ayudar en las obras misioneras por lo que colaboró en las cocinas de las misiones de Songkhon, Mong Seng, Pkasè y finalmente regresó Songkhon, donde vivía cuando fue asesinada el 26 de diciembre de 1940, tenía cincuenta y nueve años de edad.

CECILIA BUTSI, joven laica
Songkhon (Tailandia), 16 de Diciembre 1924 - Songkhon (Tailandia) 26 de diciembre de 1940
Cecilia Cecilia, hija de Amado Sinuen y Ágata Thep, nació el 16 de diciembre de 1924 en y fue bautizado después de sólo dos días. Colaboraba en la cocina de la misión, su temperamento era alegre y valiente. El día antes de su martirio, durante la reunión frente a la iglesia del pueblo ella se declaró cristiana, a pesar de las amenazas de muerte realizadas por los policías. Por ello fue asesinada el 26 de diciembre de 1940, apenas tenía dieciséis años de edad.

BIBIANA KHAMPAI, joven laica
Songkhon (Tailandia) 4 noviembre 1925 - Songkhon (Tailandia) 26 de diciembre de 1940
Bibiana Khamphai nació el 4 de noviembre de 1925 en Songkhon, hija de Benito Lon y Mónica Di. Fue bautizada y confirmada menos de dos meses después, el 28 de diciembre. Adolescente de conducta intachable, buena cristiano, asidua a los sacramentos, frecuentaba la misión Songkhon, también asesinada el 26 de diciembre de 1940, acaba de cumplir quince años de edad.

MARÍA PHON, joven laica
Songkhon (Tailandia) el 6 de enero, 1925 - Songkhon (Tailandia) 26 de diciembre de 1940
María Phon nació en Songkhon el 6 de enero 1926, sus padres fueron Juan Bautista Tàn y Catalina Pha. Fue bautizada y confirmada a solo seis días de su nacimiento. Vivía con una tía llamada María, y frecuentaba la misión local. Particularmente asidua a la Eucaristía y a los demás sacramentos, también fue asesinada el 26 de diciembre de 1940, no había cumplido aún los quince años de edad.

Ahora vamos a ver todos los eventos que llevaron a estas mujeres cristianas de Tailandia a derramar su sangre por Cristo.

A la noche siguiente el asesinato de la catequista Felipe Siphong Onphitak la noticia corrió por Songkhon, causando una gran tristeza. Los soldados, con la esperanza de la conversión inmediata de los fieles, que no evalúan la presencia de dos religiosas: Inés Phila y Lucía Khambang, quienes entendían que muy pronto llegaría también su momento para dar el supremo testimonio de su fe.

El jefe de los gendarmes era un hombre de nombre Lu, quien intentó por todos los medios de convencer a las monjas a abandonar su religión, pero falló.  La víspera de Navidad convocó a todo  el pueblo frente a la iglesia para comunicarles que tenía la orden de destruir la religión cristiana, incluso si para ello tenían que matar a los fieles. Esa misma noche las religiosas escribieron una carta a Lu declarándose dispuestas a morir antes que negar a Cristo. Lu luego regresó por la tarde del día siguiente a la Navidad, y les preguntó: "Muy bien, renuncian a su Dios, ¿sí o no?". Ellas replicaron: "No, nunca lo haremos" Lu luego las invitó a ir hacia el río, pero las hermanas Lucía e Inés, entendiendo su intención, prefirieron ser fusiladas en el cementerio. Allí, de rodillas contra el tronco de un árbol, fueron ejecutadas junto con las jóvenes Cecilia, Bibiana y María.

Fueron enterradas en Songkhon. En 1959 los restos de Felipe Siphong Onphitak fueron reunidos con los de estas mártires y en torno a ellos se ha construido un santuario.

La beatificación de estos siete mártires de Tailandia, fue celebrada en Roma por el Papa Juan Pablo II el 22 de octubre de 1989, tras que el 1 de septiembre del año anterior tuvo lugar el reconocimiento de sus heroicos martirios.

El martirologio oficial de la Iglesia Católica los conmemora por separado, el 16 de diciembre al Beato Felipe Siphong Onphitak, mientras que al 26 de diciembre recuerda a las Beata Inés Phila y Lucía Khambang, vírgenes de las Hermanas Amantes de la Cruz, y sus compañeras Ágata Phutta, Cecilia Butsi, Bibiana Khampay y María Phon, respetando así la coincidencia con sus respectivos aniversarios del martirio.

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Virgen y Fundadora de las
Hermanas de la Caridad de la Inmaculada Concepción de Ivrea

Martirologio Romano: En Rivarolo Canavese, en la provincia de Turín (Italia), beata Antonia María Verna, virgen que sintiendo en su corazón el llamado del Señor dedicó su vida a ofrecer gratuitamente instrucción y caridad y para ello fundó la Congregación de las Hermanas de la Caridad de la Inmaculada Concepción de Ivrea ( 1838)

Fecha de beatificación: 2 de octubre de 2011, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

Antonia María Verna nace el 12 de junio de 1773 en Pasquaro, pequeña localidad de la fértil y delicada llanura Canavese (en el Piamonte italiano), tierra regada por el río Orco a pocos kilómetros de Rivarolo (Turín). Sus padres son Guillermo Verna y Doménica María Vacheri, unos pobres campesinos, ella es su segunda hija y la bautizan el mismo día de su nacimiento.

Una única habitación sirve como hogar para todos los miembros de la familia, fuertemente unida y anclada a la fe y sus principios. Mamá Doménica es su primera catequista. Ya de niña asistía a la iglesia parroquial, sigue con atención las homilías y participa en las clases de catecismo y luego, una vez que regresa a su casa, enseña lo aprendido a los niños que se reúnen en torno a ella. Aprende a amar al Niño Jesús, a la Virgen Inmaculada (a la que se consagrará y que tendrá gran influencia en la fundación de su Instituto) y a San José, a quien elegirá como su especial patrono. Tres devociones que la acompañarán durante todo su caminar.

A los 15 años esta deseosa de comprender lo que Dios quiere para ella. Los padres quieren encontrarle un buen marido, pero Antonia María tiene una idea completamente diferente. Esta divergencia de las opciones le produce mucho sufrimiento. En esos tiempos de "combate espiritual" encontrará la fuerza y el coraje en la oración y después de un largo estudio con su confesor toma la decisión de consagrarse a Dios con el voto de virginidad perpetua. No sabemos exactamente dónde y cuándo hizo el voto, tal vez en la Iglesia de su país de origen, o en una capilla dedicada a Nuestra Señora de la Providencia.

A causa de la insistencia reiterada para el matrimonio (de hecho no faltaban los pretendientes), Antonia María se ve obligada a dejar Pasquaro por un cierto período de tiempo. Mientras tanto las conmociones causadas por las coincidentes ideologías a la Revolución francesa del 1789 debilitan, también en Italia, el sentido religioso, reduciendo el sentido ético de la sociedad. La lava revolucionaria va invadiendo y cubriendo de naturismo y racionalismo todos los campos para proclamar con violencia los "derechos humanos", derechos que no tienen ya nada que ver con la dimensión sobrenatural, dimensión que es expulsada con agresión y odio.

El protestantismo, la Ilustración, la filosofía laicista, la masonería penetran en la urdimbre y la trama de la civilización europea. Antonia María, inteligente y con visión de futuro, se da cuenta de que ha llegado el momento de afrontar el mal, a pesar de tener tan sólo 17-18 años de edad. Su primer biógrafo, Don Francesco Vallosio, escribió: «Ella intuye la causa del mal de su tiempo: "la falta de instrucción y de una educación cristiana básica". Y así surgió en ella el pensamiento generoso de oponerse a aquel dañino río, para detener el vicio desenfrenado, disipar las tinieblas de la ignorancia, formar a los jóvenes en la virtud y llevarlos a Dios».

Después del voto de virginidad, emitido a los 15 años de edad, decide retornar humildemente a las bancas de la escuela, recorriendo a pie 8 kilómetros diariamente con tal de poner en práctica lo que tiene en su mente y que siente le ha sido dictado por el Señor. La oración y la penitencia son las armas de su impetuosa llamada: así comienza el apostolado en Pasvuaro, con simplicidad pero gran eficacia, cuidando maternalmente de los niños y los mayores. Vallosio escribe: "Con amor de madre reprocha, orar y evita que aquellos desaconsejadamente rechacen las prácticas cristianas: toda celo y paciencia para instruir a los ignorantes, reconfortar a los débiles, consolar a los afligidos, y con dulzura inefable comparte el pan del intelecto con los niños, instruyéndolos en los principios básicos de la religión".

Ahora siente que los confines de Pasquaro son demasiado estrechos para su misión y se trasladó, entre 1796 y 1800, a Rivarolo Canavese. Estos son tiempos duros y difíciles: primero los vientos de la Revolución Francesa llegaron al Piamonte, luego llegaron las campañas militares de Napoleón, la gente es cada vez más pobres, los inadaptados son cada vez más frecuentes y la delincuencia se expande como una mancha de aceite.

La nueva casa de Antonia María está constituida por una sola habitación que sirve de "templo, aula y claustro", en este local imparte una instrucción que incluye la enseñanza del catecismo y la alfabetización. Sin embargo todavía es no sacia su caridad, por tanto decide también asistir los enfermos a domicilio. Todavía esta sola, pero las tareas son muchas y no logra atenderlas todas, por ello, entre 1800 y 1802 se unen a varias compañeras (no se conocen los datos precisos), y la primera comunidad es constituida. Así surgen las Hermanas de la Caridad de la inmaculada Concepción. Para la erección canónica de la Congregación Madre Verna tuvo que atravesar muchos obstáculos. El 7 de marzo de 1828 obtuvo la Patente Real de aprobación del Instituto, ese mismo año el 10 de junio y con el apoyo del Obispo de Ivrea las fundadoras de la Congregación pudieron tomar el hábito y realizar su profesión religiosa. El 27 de noviembre 1835 recibió la aprobación eclesiástica definitiva.

Madre Verna murió el día de Navidad de 1838, dejando a sus hijas rebosante de actividad, capaz de ofrecer gratuitamente ("gratis" como la fundadora solía decir), sin reservas, y por amor de Dios, "el acceso completo a la labor de la salvación a imagen de María Inmaculada", como se indica en la Regla de la Congregación.

responsable de la traducción: Xavier Villalta

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Por: . | Fuente: mariologia.org

Está bastante extendida esta advocación, en más de sesenta lugares de España, se representa en cuadros e imágenes, existen entre ellos pequeñas variantes en detalles. Salta a la vista que esta advocación se relaciona con el nacimiento de Jesús, aunque no es la única, pues, también lo están, por ejemplo, la Virgen de la Expectación, la Virgen de la Leche, etc...

En España está extendida esta advocación de manera especial por el Sur de la península, puede justificarse en el hecho que la tradición atribuye a Osorio, obispo de Córdoba, en la primera mitad del s.lV, quien trajo al regreso del Concilio de Nicea, una imagen mariana que recordaba el nacimiento de Jesús en Belén. Así se estableció en Córdoba esta devoción.

Más tarde en el s.XlV se encontró en la misma ciudad una pintura de Nuestra Señora de Belén, que llegaría a ocupar, pasados los años, el lugar de honor de la capilla del eremitario, como Patrona de las Ermitas de Córdoba.

Muchas de las imágenes de la "Virgen de Belén" se propagaron gracias a la influencia franciscana, pues, el Misterio de la Navidad se ha celebrado especialmente desde que los Franciscanos difundieron su culto .Muchas de ellas reciben culto en alguno de los conventos de alguna rama femenina de la Orden de S. Francisco, así lo podemos comprobar en nuestra diócesis, pues, hay una imagen de la Virgen de Belén en el convento de las MM. Concepcionistas de Clausura de Ponferrada.

En Espala la "Virgen de Belén" fue elegida desde el año 1688 como Patrona de la real Congregación de Arquitectura. Posteriormente hacia 1950 se escogió como Patrona del Ministerio de la Vivienda.

Al contemplar el misterio de Belén, vemos las grandes necesidades por las que pasó la Sagrada Familia aquella noche tan esperada y al mismo tiempo tan desapercibida para la mayoría de la gente, pero no por eso carente de unas grandes lecciones de humildad; podemos decir con unos versos de una canción popular brasileña:
"Enséñanos a ser pequeños y pobres,
a no tener ambiciones de nada,
a vivir para los demás,
a ser mensajeros de gozo y esperanza".

Aprendidas las silenciosas y elocuentes lecciones que brotan de la contemplación de Belén, tenemos que agradecer a María lo que nos dio aquella noche; seguimos con la citada canción:
"Gracias por habernos dado a Jesús en esta noche,
por habernos dado el pan que nos falta,
por tu silencio que recibe y medita
y hace brotar en nosotros la Palabra".

Alguien ha sugerido que la "Virgen de Belén" puede ser invocada como protectora de las campañas antiabortistas, que pretenden proteger y favorecer el nacimiento de tantas criaturas que vienen por el camino de la vida y que causas injustificables y denigrantes, tapaderas de conciencias egoistas y materialistas no les dejan arribar a puerto.
El calendario mariano celebra la fiesta de la "Virgen de Belén" el mismo día de la Natividad de Nuestro Señor.

Oración a la Virgen de Belén
Madre Santa de Belén,
hija de Dios Padre,
ayúdanos a ser buenos cristianos
creciendo como testigos fuertes de la fe.
Madre de Jesús
a quien tienes en tus brazos,
ayúdanos a llevarlo a todos los hermanos,
especialmente a los pobres, enfermos y sufrientes,
siendo heraldos de la esperanza.
Virgen de la Casa del Pan,
Esposa del Espíritu Santo,
consíguenos el don de la caridad
para ser constructores de la caridad
para ser constructores de la unidad
en la justicia, el trabajo y la paz.
Madre de Belén,
bendicie nuestras vidas,
llévanos al Cielo.
Amén.

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Por: . | Fuente: Santopedia.com

Cofundadora de la Congregación de las
Hemanas del Divino Salvador

Martirologio Romano: En Roma, beata María de los Apóstoles (María Teresa) von Wüllenweber, virgen, alemana de origen, que, inflamada por el ardor misionero, fundó el Instituto de las Hermanas del Divino Salvador, en Tívoli, del Lacio (1907)

Fiestá Litúrgica: 5 de Septiembre (en Italia y Alemania)

Teresa Wüllenweber nació en el castillo de Myllendonk, Alemanía, el 19 de Febrero de 1833, siendo sus padres el Barón Thedoro Wüllenweber y la Baronesa Elizabeth Lefort.

Cronología

1848 – 1850
2 años en el Internado de la Benedictinas en Lieja (Bélgica)

1850 – 1857
7 años en Myllendonk (Alemania) Misiones parroquiales

1857 – 1863
6 años en la Congregación del Sagrado Corazón; votos temporales

1863 – 1868
En Myllendonk 3 semanas en convento de la Visitación

1868 – 1871
Con las Hermanas de la Adoración Perpetua; noviciado

1871 – 1876
Myllendonk; voto misionero privado; arrienda Neuwerk

1876 – 1882
Instituto Santa Bárbara dirigido por ella; compra Neuwerk

1882
Bajo la dirección del P. Jordán; sigue en Neuwerk

Tras largos años de búsqueda, descubre que en Alemania se necesitan nuevas fundaciones para enfrentar el Kulturkampf; lucha contra la religión.

Alquila un convento en Neuwerk y comienza una fundación de “hermanas Misioneras Alemanas”

Cuando oigo hablar sobre las misiones
Experimento en mi interior una verdadera urgencia
Un amor y un anhelo que
De otro modo son desconocidos para mi…


La gente del pueblo pensaba que el convento debía convertirse en hospital.

Teresa pensaba que debía servir para todo uso bueno De hecho lo primero que recibió fueron niñas huérfanas y niños pobres. El párroco escribió unos estatutos para que todo funcionara. Teresa insistía en normas conventuales.

Las jóvenes que llegaban lo tomaban como algo de paso. El alcalde quería que fuera un hospital. Empresarios querían que fuera para sus empleadas en dificultad. O sea que todo el mundo metía la cuchara en el asunto.

Desde Suiza, las Hijas del Divino Amor, hicieron un contrato de colaboración, pero hubo de romperse

También estuvo en negociaciones con el Verbo Divino (Arnold Janssen), misioneros, pero tampoco llegó a cuajar.

Hemos despachado hasta aquí en pocas líneas los 50 primeros años de vida de Teresa, aunque ella veía que “el hecho de que sus esfuerzos fueran compensados con un modesto resultado, era una prueba difícil y humillante, que aceptaba como la voluntad de Dios”.

El 12 de abril de 1882 leyó una nota en una revista con el siguiente contenido: “Sociedad Apostólica Instructiva (SAI): fundada en Roma por Juan Bautista Jordán con dos sacerdotes: Bernhard Lüthen y Friedrich von Leonhardi. El propósito: extender, proclamar y fortalecer la fe católica en todas partes del mundo en el espíritu de los Apóstoles. Los miembros se dividen en tres grupos:

  1. Sacerdotes y laicos: aquellos que lo dejan todo, según el ejemplo de los apóstoles y se dedican exclusivamente al propósito de la Sociedad.
  2. Hombres instruidos que, sin dejar su ocupación, contribuyen a los esfuerzos científicos o literarios de la Sociedad;
  3. Todos los que se esfuerzan por cumplir sus deberes en el espíritu de la Sociedad”.

Jordán visitó a Teresa el 4 de julio: “Me dio la impresión de ser un humilde, verdadero, celoso apóstol (se quedó tres días) mi primer y único deseo es pertenecer a esta Sociedad siempre más estrechamente hasta mi muerte. Amado Dios, ¡gracias a ti por siempre!”

A los pocos días escribió la siguiente poesía con la melodía latina de “O Sanctissima”:

Oh santa, venerable única Sociedad!
Apostólica, celosa por las almas, noble Sociedad!
Crece firmemente, multiplícate,
difúndete por todas partes!
abarca y renueva el universo!
Atrae hacia ti pastores de almas, atrae maestros, educadores,
mujeres consagradas -Oh, condúcelos y guíalos a todos ellos!
Recristianiza la patria; evangeliza a los infieles;
protege a los niños huérfanos -
Oh, enséñales e instrúyelos a todos ellos!
Motiva a los padres a la fidelidad,
a las madres, a la santa formación de los hijos,
a los administradores públicos a la honradez -
llámales a la santidad a todos ellos!
Imparte la verdadera sabiduría a los doctos;
dale profundidad a las artes;
consagra y transforma el mundo del trabajo.
Oh, hazlo... hazlo!
Ilumina a tus propios líderes,
enciéndeles el corazón y el alma
de modo que, realmente, no busquen sino sólo a Jesús!
Oh santa, venerable, única Sociedad!
Apostólica, celosa por las almas, noble Sociedad!

5 sep de 1882:
“Por la presente prometo, con pleno conocimiento de lo que estoy haciendo, obedecer al P. J. B. Jordán, Fundador de la Sociedad Apostólica Instructiva, en todo lo que es conforme a la ley y vivir en espíritu de pobreza, como también de acuerdo a la santa castidad. A través de este compromiso mío me propongo comprometerme con el P. Juan Bautista Jordán provisionalmente por un año a ser contado a partir de la fecha de hoy.”

Fundación Santa Bárbara en Neuwerk. Radicalidad de Teresa:

“El día 6… ante notario, di mi convento y las tres casas a la Primera Orden, a los tres Fundadores”.

Y trabaja distribuyendo la revista “Missionär” = El misionero, otras publicaciones, así como la Liga Angélica con niños y vendiendo “piedras de construcción”, para recaudar fondos.

En mayo del 83 Jordán visita Neuwerk, anima a las Hermanas, y Teresa escribe “Hice votos perpetuos”.

En Neuwerk sigue trabajando durante unos años hasta que Jordán la llama para ir a Tívoli, cerca de Roma para comenzar con la actual rama femenina de las Salvatorianas. Se desprende fácilmente de la casona de Neuwerk y sale con ánimo para Roma el 21 de noviembre de 1888.

A excepción de María, ninguna de las Hermanas había estado lejos de su pueblo natal. Les costó adaptarse y casi cada día había alguna que estaba enferma.

“La congregación de las Hermanas será grande, si está cimentada en la cruz, no desistan, el Señor ayuda”, les escribió Jordán.

Llegadas a Roma con varias candidatas de Munich que se incorporaron en el trayecto, se prepararon con unos retiros para recibir el hábito el 8 de Diciembre, quedando fundadas las salvatorianas. Teresa von Wüllenweber, cambió su nombre por María de los Apóstoles. En total eran 5 Hermanas. Jordán les invitó a ser santas.

El 25 de marzo del 89, con dispensa especial, pudo hacer la madre María sus votos perpetuos, por su preparación y porque estaba destinada a ser madre superiora.

Escribe en su diario:

“Debo estar muy agradecida, porque mi vida está completa con el fin de vivir enteramente una nueva vida hasta la muerte para darme totalmente a la Sociedad, venga lo que sea. Hacer todo de acuerdo al espíritu del Fundador”


Durante los primeros meses no tuvieron grandes dificultades económicas, pues el padre de María vendió los muebles de Neuwerk y otras pertenencias y pudo seguir ayudando a su hija.

En estos primeros momentos el P. Lüthen era el confesor ordinario de las Hermanas, dándoles a la vez conferencias sobre la santa regla y clases de italiano. Los padres Otto y Thomas también ayudaron mucho.

A finales de 1890 podían salir algunas Hermanas como misioneras para Assam, en la India, a fin de acompañar a los padres que ya llevaban allá unos meses.

María estaba contenta por ello, dado su espíritu misionero.

El tiempo en Tívoli era dedicado especialmente a la formación y al apostolado con los niños y los pobres.

Bastantes Hermanas estuvieron enfermas y algunas murieron. La casa se llenó con más de 50 candidatas. Era hora de pensar en ir a fundar a Roma (lo cual estaba prohibido por el momento).

En 1893 son enviadas 3 Hermanas muy jóvenes a Ecuador.

La experiencia les dicta que deben prepararse mejor como maestras, y se funda una institución para ello.

Entra el tifus, terrible enfermedad, en la casa y mueren varias Hermanas jóvenes. Varias tienen que salir de Tívoli para no contagiarse y es el momento de ir a Roma, aunque no son aceptadas de forma definitiva en la ciudad.

Se comenta de ella, que en el trato con las jóvenes fue siempre amable, y que la trataban como una compañera más que como una superiora.

Aunque el guión de superioras de entonces exigía ser duras, y exigir con frecuencia humillaciones, que probaran a las candidatas, sin embargo supo disculparse cuando a alguna por esos motivos se le salían las lágrimas.

“La superiora debe ser como un saco cargado sobre un asno, que no le importe si la suben o bajan, así debe ser una superiora. Si le dan el cargo o se lo quitan, debe ser lo mismo para ella”.

En 1894 se pueden establecer de forma definitiva en Roma.

Además de las propias tareas de formación, se dedican a dar catequesis en una parroquia cercana y a atender a menesterosos en un centro cercano.

El 30 de mayo del 95 son enviadas las 3 primeras Hermanas a Estados Unidos. Fueron creciendo tanto que era difícil encontrar trabajo para todas en Roma.

Testamento de la Madre María:

“Espero confiadamente
que mis buenas hermanas orarán mucho por mi
y continuarán trabajando con santo celo
por la propia santificación, deseosas de hacer al prójimo el verdadero bien
adheridas al espíritu del Fundador
de la Sociedad del Divino Salvador”. (antes de 1903)

Por ese entonces ya eran más de 150 religiosas, y habían sido reconocidas oficialmente en Roma, y M. de los Apóstoles escribe:

“Las cosas ahora han cambiado, querida. Algunas veces llegan veinte cartas en un día y necesitan respuesta. Puesto que nuestra Congregación ha crecido, también debe crecer nuestro espíritu de sacrificio y un verdadero amor interior debe unirnos estrechamente, de modo que ni la desconfianza ni el resentimiento se arraiguen entre nosotras”.

En diciembre de 1905, a pesar de su edad y sus achaques fue reelegida como Superiora General por unanimidad, queriendo mostrar así el amor hacia ella y la unidad congregacional.

El 25 de diciembre de 1907, fiesta de Navidad, muere rodeada de Hermanas y de Salvatorianos en gran paz.

Como resumen de la vida de María de los Apostoles podemos decir que:

Buscó siempre la voluntad de Dios, No se desanimó en tiempos de oscuridad y de cruz. Amó mucho a la Iglesia y a la gente sencilla. Fue una intrépida misionera junto con Jordán,

No pudo salir a países lejanos a misionar, pero envió a jóvenes religiosas a hacerlo, y comprendió que la misión está cerca de casa y lejos de la misma.

Su carácter fue sencillo y afable, su conversación amigable y espontánea, su forma de vida –aún siendo baronesa- sencilla, pobre y abnegada. Su entrega: radical, constante y perseverante.

Fue beatificada el 13 de octubre de 1968 y su fiesta lítúrgica se celebra el 5 de Septiembre

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