03/18/14

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Martirologio Romano: En el lugar de Mauthausen, en Austria, beato Marcelo Callo, mártir, que siendo un joven oriundo de la región de Rennes, en Francia, durante la guerra confortaba en la fe, con cristiano ardor, a los compañeros de cautiverio, que se hallaban agotados por los duros trabajos, y por este motivo se le hizo morir en un campo de exterminio (1945).

Etimológicamente: Marcelo = Nacido en Marzo, relativo al dios Marte, es de origen latino.



El Beato Marcel Callo nació en Rennes, Francia, el 6 de Diciembre de 1921, es el segundo de nueve hijos, fue bautizado dos días después en la Iglesia de Nuestra Señora de la Buena Nueva.

Cuando tenía 12 años, se convirtió en aprendiz de imprenta y tomó el rol de hijo mayor cuando su hermano mayor entró al seminario.


Era miembro de la Cruzada Eucarísica, que enseñaba a los jóvenes a vivir una oración ininterrumpida poniendo a la Eucaristía en el corazón de su vida. También era un Scout.


Se convirtió en militante del movimiento Juventud de Obreros Católicos, ya que buscaba vivir su fe en el mundo secular del trabajo. Con la ocupación nazi de Francia, la vida cambió radicalmente para todos, especialmente para los católicos practicantes. Por ejemplo, se prohibieron oficialmente las actividades de las asociaciones cristianas, y las ramas del movimiento de Juventud de Obreros Católicos tuvo que pasar a la clandestinidad. La gente se refería a ellos como los Juventud de Obreros Católicos de las Catacumbas.


En 1943, una de las hermanas de Marcel murió durante el bombardeo. En ese momento, también se vio obligado a realizar servicios de trabajos forzados. Estaba comprometido para casarse en ese tiempo; sin embargo, aceptó realizar los trabajos forzados porque temía por lo que le podía pasar a su familia si se negaba. También veía el servicio de trabajo como una oportunidad para evangelizar.


En Zelha-Melhis, a donde lo enviaron a trabajar, experimentó períodos de angustia y desaliento. Sin embargo, encontró la fuerza para organizar de manera clandestina la vida cristiana de los trabajadores.


El 19 de abril de 1944 lo arrestaron por ser "demasiado católico". Primero, lo enviaron a la prisión en Gotha y luego a los campos de concentración en Flossenburg y Mauthausen.


Marcel y los otros detenidos sufrieron de manera terrible con el régimen de los nazis.

Testigos supervivientes declararon, que aunque en el cautiverio, Callo siguió encabezando a los prisioneros en las oraciones y la instrucción religiosa. Igual que a los otros, lo obligaron a trabajar y a alimentarse con papas podridas y agua arenosa. Durante los seis meses últimos de su vida, se encontraba tan débil que lo dejaban en una cama, que compartía con varios cadáveres. Finalmente murió el 19 de marzo de 1945, después de fuertes dolores de estómago.


En su viaje de fe y en el camino a la santidad, no estaba solo. De hecho, la familia de Marcel, la Diócesis de Rennes, el movimiento de Juventud de Obreros Católicos todos tuvieron un rol en el camino a la santidad de este joven.


El 4 de octubre de 1987, el Papa Juan Pablo II beatificó a Marcel Callo.


"Marcel no se convirtió en un hombre del Evangelio por si solo", dijo el Papa cuando beatificó a Marcel. "Lleno de talento y buena voluntad, también luchó contra este mundo, él mismo, y contra las presiones de los demás. Abierto por completo a la gracia, dejó que el Señor lo guiara, incluso hasta el martirio.


"Las pruebas hicieron madurar su amor a Cristo. Desde la prisión escribió a su hermano, quien hacía poco tiempo había sido ordenado sacerdote: ´Afortunadamente, Él es un amigo que nunca me abandona y sabe cómo consolarme. Con Él, siempre puedo superar los peores momentos. Cuánto agradezco a Cristo por haberme conducido al lugar donde me encuentro ahora.


"Sí, Marcel encontró la Cruz. Separado de su familia y de su novia, a quien amaba tierna y castamente, se fue a Alemania, donde restableció el Movimiento de la Juventud de Obreros Católicos. Muchos de sus amigos del movimiento también murieron como testigos fieles de Jesucristo. Perseguido por la Gestapo, Marcel fue un testigo hasta el final. Como el Señor, amó a su prójimo hasta el extremo y toda su vida se convirtió en la Eucaristía...


"Nos recuerda a todos, laicos, religiosos, sacerdotes, obispos, el llamado universal a la santidad y a la espiritualidad juvenil que nuestro mundo tanto necesita para poder continuar proclamando el Evangelio."


Beato Marcel Callo, danos el coraje para seguir tu ejemplo de santidad.



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Martirologio Romano: En Pavía, en Lombardía, beata Sibilina Biscossi, virgen, la cual, ciega a los doce años, transcurrió sesenta y cinco recluida junto a la iglesia de la Orden de Predicadores, alumbrando con su luz interior a muchos que acudían a ella (1367).

Etimológicamente: Sibilina = Sibila = Aquella que es capaz de adivinar el futuro, es de origen griego.



Se le suele llamar indistintamente Sibilina o Sibila.

Nació en Pavía, Italia, en el año 1287. Murió en el año 1367.


Toda su existencia transcurrió en Pavía. Desde los 12 años, se quedó ciega para el resto de su vida.


A los quince ingresó a la Terciaria orden dominica, donde vivió hasta su muerte, enclaustrada en una estrecha celda, cerca del templo de los dominicos en Pavía. Su habitación tenía dos ventanas, una daba hacia el templo y la otra a la calle; a través de la primera recibía la Eucaristía, por la segunda brindaba sabios y prudentes consejos a los numerosos fieles que acudían a ella y enseñaba catecismo a los niños.


Cada día encontraba fuerzas para vivir santa y elegantemente participando de la Eucaristía.


Conocía bien a cualquiera que hablaba con ella, le daba buenas orientaciones y consejos para vivir bien la preciosa vida que Dios nos ha dado.


Nada le impedía hacer el bien. Era el lema de su vida.


Poseía un grado tal de amor y de caridad que nunca se agotaba. Cuando se le presentaba alguna dificultad, acudía a sus fuentes interiores , para desde ellas, sacar el agua necesaria que le quitase la sed o la dificultad que podía atormentarla.


Los santos no nacen. Se hacen cuando viven el Evangelio y su novedad de vida.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!


Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com



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Martirologio Romano: En Vicenza, en el territorio de Venecia, beato Marcos de Marchio de Montegallo, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que creó la obra llamada Monte de Piedad, para aliviar la indigencia de los pobres (1496).

Etimológicamente: Marcos = Aquel que procede de Marte, con relación a Marte dios de la guerra en la mitología romana, es de origen latino.



Sacerdote de la Primera Orden Franciscana(1425‑1496). Su culto fue aprobado por Gregorio XVI el 20 de septiembre de 1839.

Marcos nació en 1425 en Fonditore, poblado del común de Montegallo, donde su padre, Claro de Marchio, se había retirado hacía algunos años para huir de las feroces facciones que azotaban a Ascoli Piceno. Regresó a esta ciudad para facilitar los estudios a Marcos, que pronto pasó a la Universidad de Perusa y de aquí a Bolonia, donde se doctoró en Leyes y Medicina. En Ascoli ejerció un tiempo la profesión de médico. Para satisfacer los deseos de su padre, en 1451 se casó con Clara Tibaldeschi, noble mujer, con la cual vivió en continencia. A la muerte de su padre, al año siguiente, de común acuerdo los esposos abrazaron la vida religiosa, ella acogida entre las clarisas del monasterio de Santa Clara de las Damas Pobres en Ascoli, él en el convento de los Hermanos Menores de Fabriano.


Hecho el noviciado en Fabriano, fue superior en San Severino, luego comenzó la misión de predicador, bajo la guía del gran cohermano y coterráneo San Jaime de la Marca. Las principales llagas de su siglo eran las guerras civiles y la usura.


Lleno de compasión por el pobre que caía en las garras de los usureros, Marco estableció casas donde los que no tenían dinero podían obtener prestado el que necesitaran, con una pequeña garantía y a veces sin ella. Para fundar un banco semejante en Vicenza, predicó con tal elocuencia, que el dinero requerido se colectó en un día y la oficina se construyó y empezó a funcionar en un año. Esa institución es lo que nosotros conocemos ahora como los Montes de Piedad.


Marco con fervorosa predicación llevó la paz y la concordia y calmó las facciones en Ascoli, Camerino, Fabriano y en otras ciudades. Contra el abuso de los hebreos instituyó Montes de Piedad en Ascoli (1458), Fabriano (1470), en Fano (1471), en Acervia (1483), en Vicenza (1486), en Ancona, Camerino, Ripatransone y en Fermo (1478).


En 1480, junto con otros cohermanos, fue nombrado por Sixto IV predicador y colector para la cruzada. También fue director espiritual de la Beata Camila Bautista Varano. Encontró tiempo para escribir también algunas obras, entre ellas «La Tavola della Salvezza», que imprimió en Florencia en 1494.


El 19 de marzo de 1496 en Vicenza, donde estaba predicando, fue sorprendido por la muerte y fue sepultado en la iglesia franciscana de San Biagio Vecchio, donde fue objeto de culto público. En Ascoli Piceno hay en la iglesia franciscana una pintura del beato, fechada en 1506. En Montegallo se erigieron altares en su honor. No mucho después de su muerte fue compuesta una alabanza rítmica latina que exalta su vida santa.


Marcos de Montegallo pertenece al numeroso grupo de predicadores del Evangelio y de la penitencia del estilo, inalcanzable por su equilibrio sobrenatural, de San Bernardino de Siena. Ellos produjeron una primavera de vida cristiana, una florescencia extraordinaria de santidad.



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