11/20/13









Edmundo, Santo
Edmundo, Santo

Mártir

Noviembre 20






Offa es rey de Estanglia. Un buen día decide pasar el último tramo de su vida haciendo penitencia y dedicándose a la oración en Roma. Renuncia a su corona a favor de Edmundo que a sus catorce años es coronado rey, siguiendo la costumbre de la época, por Huberto, obispo de Elman, el día de la Navidad del año 855.


Pronto da muestras de una sensatez que no procede sólo de la edad. Es modelo de los buenos príncipes. No es amigo de lisonjas; prefiere el conocimiento directo de los asuntos a las proposiciones de los consejeros; ama y busca la paz para su pueblo; se muestra imparcial y recto en la administración de la justicia; tiene en cuenta los valores religiosos de su pueblo y destaca por el apoyo que da a las viudas, huérfanos y necesitados.


Reina así hasta que llegan dificultades especiales con el desembarco de los piratas daneses capitaneados por los hermanos Hingaro y Hubba que siembran pánico y destrucción a su paso. Además, tienen los invasores una aversión diabólica a todo nombre cristiano; con rabia y crueldad saquean, destruyen y entran al pillaje en monasterios, templos o iglesias que encuentran pasando a cuchillo a monjes, sacerdotes y religiosas. Una muestra es el saqueo del monasterio de Coldinghan, donde la abadesa santa Ebba fue degollada con todas sus monjas.


Edmundo reúne como puede un pequeño ejército para hacer frente a tanta destrucción pero no quiere pérdidas de vidas inútiles de sus súbditos ni desea provocar la condenación de sus enemigos muertos en la batalla. Prefiere esconderse hasta que, descubierto, rechaza las condiciones de rendición por atentar contra la religión y contra el bien de su gente. No acepta las estipulaciones porque nunca compraría su reino a costa de ofender a Dios. Entonces es azotado, asaeteado como otro san Sebastián, hasta que su cuerpo parece un erizo y, por último, le cortan la cabeza que arrojan entre las matas del bosque.


Sus súbditos buscaron la cabeza para enterrarla con su cuerpo, pero no la encuentran hasta que escuchan una voz que dice: "Here", es decir, "aquí".


Este piadosísimo relato tardío colmado de adornos literarios en torno a la figura del que fue el último rey de Estanglia exaltan, realzan y elevan la figura de Edmundo hasta considerarlo mártir que, por otra parte, llegó a ser muy popular en la Inglaterra medieval. Sus reliquias se conservaron en Bury Saint Edmunds, en West Sufflok, donde en el año 1020 se fundó una gran abadía.



Nació en el seno de una familia profundamente cristiana, un 28 de noviembre de 1882, siendo bautizada en la Parroquia Santa Catalina de la ciudad del Turía.

Milagro siempre se distinguió por su piedad y su sencillez. Era de carácter sensible, alegre, jovial y muy querida y valorada por todos cuantos la conocieron. No le gustaban las vanidades, ni fue mujer de guardar las apariencias. Se dice de ella que a pesar de pertenecer a una clase social acomodada, pues sus padres eran los dueños de una importante tienda y fábrica de abanicos de la calle de Zaragoza, entonces núcleo comercial por excelencia, nunca consintió llevar sombrero, sino mantilla, ni sentarse en silla en la Iglesia, sino en el suelo, como los más humildes. Buscaba además la compañía de las niñas de clase más humilde.


A los diecinueve años manifestó su voluntad de ingresar en un convento, y su madre la invitó a hacerlo en las religiosas Reparadoras, pero ella prefirió el convento de Capuchinas de Santa Clara, lo cual llevó a cabo, un 9 de octubre de 1902, profesando como hermana de coro.


Entre los servicios que prestó a la comunidad se encuentran los de enfermera, refitolera (encargada de comedor), sacristana, consejera de la abadesa y en sus últimos tiempos el de maestra de novicias. Todos los testigos señalan en ella virtudes como el de la prudencia, el espíritu de mortificación, su profundo y sentido amor a la Virgen y a la Eucaristía, su observancia fiel a la regla capuchina.


Durante la República, ya antes de la guerra, se vio obligada a abandonar el convento en dos ocasiones, pero no sufrió mayores molestias que los sobresaltos.


El viernes día 20 de Noviembre de 1936, al atardecer, Milagros, su hermana María y 15 Hermanas de la Doctrina Cristiana, fueron obligadas a subir a un vehículo, al que accedieron a empellones y con dificultad, y que les condujo al picadero de Paterna. Allí algunas de ellas fueron torturadas, sufriendo mutilaciones y vejaciones durante muchas horas, para lo cual fueron utilizados instrumentos metálicos de los utilizados con los caballos. Un estudio elaborado en la “Unitat Docent de Medicina legal de la Facultat de Medicina de la Universitat de Valencia” en base a la fotografía del cadáver de sor Milagro describe perfectamente el terrible martirio al que fue sometida esta monja.


Esa misma noche fueron fusiladas y sus cadáveres depositadas en el cementerio de Valencia donde serían fotografiadas y enterradas en cajas de madera.



El Beato Ambrosio fue un teólogo y escritor italiano, nacido en Pórtico, cerca de Florencia el 16 de septiembre de 1386; murió el 21 de octubre de 1439.

Su nombre era Ambrosio Traversari. Entró en la Orden de Camaldoli a la edad de catorce años y se convirtió en su Director General en el 1431.


Conocía el Griego al igual que el Latín. Estos dotes y su familiaridad con los asuntos de la Iglesia hicieron que Eugenio IV le llevará al Concilio de Basle, donde Ambrosio fuertemente defendió la primacía del pontífice romano y ordenó al Concilio a no partir la túnica sin costura de Cristo.


Fue posteriormente enviado por el Papa al Emperador Sigismundo a pedir su ayuda en los esfuerzos del Pontífice para terminar el Concilio que por cinco años había estancado las prerrogativas papales. El Papa transfirió el Concilio de Basle a Ferrara el 18 de Septiembre de 1437.


En este Concilio y posteriores en Florencia, Ambrosio por sus esfuerzos y caridad hacia los pobres Obispos Griegos, ayudó grandemente en lograr una unión de las dos Iglesias, decreto el cual el 6 de Julio de 1439 él fue llamado a redactar. Murió poco después. Sus obras son; un tratado sobre la Santa Eucaristía, uno sobre la Procesión del Espíritu Santo, muchas de las vidas de los santos y una crónica de su generalazgo de los Camaldolitas.


Tradujo del griego al latín la vida de Crisóstomo (Venecia, 1533); la Sabiduría Espiritual de Juan Mosco; la Escalera del Paraíso de San Juan Clímaco (Venecia, 1531), P.G., LXXXVIII. También tradujo libros contra los errores de los Griegos por Manuel Kalekas, Patriarca de Constantinopla, un monje Dominico (Inglostadt, 1608), P.G., CLII, col. 13-661, una obra conocida solamente por la traducción de Ambrosio.


Tradujo también muchas homilías de San Juan Crisóstomo; el tratado de pseudo Denis el Areopagita sobre la jerarquía celestial; el tratado de San Basilio sobre la virginidad; treinta y nueve discursos de San Efrén el Sirio y muchas otras obras de los Padres y escritores de la Iglesia Griega.











Octavio u Octaviano, Santo
Octavio u Octaviano, Santo

Noviembre 20

Mártir




Etimológicamente significa “octavo hijo”. Viene de la lengua latina.


La paz sobre la tierra comienza en nosotros mismos. Ya en el siglo IV, san Ambrosio de Milán decía:"Comenzad en vosotros la obra de la paz, una vez que vosotros estéis pacificados, llevaréis la paz a los demás".


Este joven, juntamente con Solutor y Adventor, se celebran hoy en la iglesia de Turín, Italia.


Eran soldados de la Legión Tebea. Combatían valientemente durante el imperio que mandaba por aquel tiempo Maximiano.


Eran valientes en la lucha y valientes en confesar su fe en Cristo el Señor.


El clima y el ambiente no les eran propicios. Ya habían visto con sus propios ojos morir a muchos cristianos.


No hay datos exactos de cómo murieron. Sin embargo, a personas de tanto brillo militar y de tanta fama entre los creyentes, fue fácil componerles un teatro o “Pasión” entre los años 432-450.


Ellos murieron como mártires en el siglo III, es decir cuando las persecuciones arreciaron como nunca.


La “Pasión” narraba que lograron escapar de la masacre de Agaunum.


Su fuga no pasó desapercibida. La policía militar los cogió en seguida. Los llevaron presos a Turín.

También se escaparon de la prisión. Empezaron a caminar pro lugares inhóspitos. Y ya esta vez, fueron enviados a la muerte por su fe en Dios único y verdadero.


Los turineses le levantaron pronto un templo en su honor. Este templo se convertiría más tarde, por mandato del obispo Gezone, en un monasterio benedictino.


Cuando los franceses ordenaron la demolición del monasterio en 1536, los tres cuerpos fueron llevados a la Consolata y finalmente a la iglesia de los mártires, en la que están hoy en día.


¡Felicidades a quien leve este nombre!











María Fortunata Viti, Beata
María Fortunata Viti, Beata

Noviembre 20






Etimológicamente significa “ princesa de las aguas”, en lengua siria; “espejo”, en lengua hebrea.


Jeremías dice: “Mis designios sobre vosotros, dice el Señor, son designios de paz y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza”.


Fue una monja del siglo XX.


La llevó a los altares el Papa Pablo VI. La santidad de María Fortunata Viti no tiene nada de clamoroso.


Su santidad parece anacrónica, fuera de nuestro tiempo. Vivió casi cien años dedicada a sus trabajos diarios.


Había nacido en 1827 y le pusieron por nombre Ana Felisa. Su padre lo dilapidó todo en vino y en juego.


Murió su madre cuando tenía 14 años, y ella tuvo que hacer frente a las tareas de la casa con sus hermanos.


A los 24 años pudo pensar en sí misma y se hizo monja benedictina en Veroli,

Era iletrada y su trabajo fue el trabajo manual. Todo lo hacía con gusto, con penitencia y con la oración.


Decía frecuentemente: " Quiero hacerme santa".


Y lo alcanzó gracias a su supo ser fiel a su regla y a su piedad y al trabajo continuo.


Llevó a cabo todos los designios que Dios le dictaba a su delicada conciencia.


Tuvo esperanza en todo lo que se propuso. Y, de esta manera, todo le salió bien a pesar de todo cuanto tuvo que sufrir.


¡Felicidades a todo el que lleve este nombre!