01/17/14

Martirologio Romano: En la ciudad de Cassia, en Italia, beata María Teresa (María Juana) Fasce, abadesa del monasterio de la Orden de San Agustín, que supo unir la ascesis y la contemplación junto con obras de caridad hacia los peregrinos e indigentes (1947).

Fecha de beatificación: 12 de octubre de 1997 por el Papa Juan Pablo II.



María Teresa nació en Torriglia (Génova). De carácter fuerte y voluntarioso, amante del recogimiento y la oración, era también dinámica y vivaz, comprensiva y dispuesta a ayudar en cualquier momento que se presentase la oportunidad de hacer el bien. El ideal monástico le llegó pronto al corazón, pero debió orar mucho, debió esperar y sufrir, antes de poder obtener el consentimiento de entrar en el oasis al que Dios la llamaba.

El Monasterio de Santa Rita, en Casia, la recibió corno postulante a los veinticinco años en 1906. En la noche de Navidad ofreció al Señor su juventud, vistiendo el hábito agustiniano y, al año siguiente, en la misma solemnidad, selló su inmolación con los votos religiosos. Ella misma, en una carta a su hermana, le comentó: "Ahora no me resta sino comenzar una vida verdaderamente religiosa, en la que no tenga que recibir un día algún reproche de los ángeles o de los hombres".


Desde 1914, las jóvenes novicias la tuvieron corno maestra de ejemplo y de palabra. De 1917 a 1920, Dios la llamó a ocupar la grave responsabilidad de Vicaria. De 1920 hasta su muerte, con voto unánime y de trienio en trienio, las hermanas la eligieron abadesa, convirtiéndose en "la Madre" por antonomasia.


Testimonios claros, vivos y espléndidos de su actividad corno superiora, fueron y siguen siendo las obras que ella ideó y supo llevar a cabo, superando grandes dificultades, con ánimo indomable y serena sabiduría, destacando entre todas el templo de Santa Rita y la divulgación de su culto por el mundo entero. La pequeña capilla que guardaba el cuerpo de la Santa Taumaturga cuando ella llegó al Monasterio era casi desconocida. Hoy la basílica es meta de cientos de miles de peregrinos que siguen su vida por medio del boletín Dalle api alle rose, por ella misma ideado en el lejano 1923, y que por medio de Santa Rita se acercan a Dios. Éste era precisamente el sueño de la Madre, quien en una carta de 1943, auspiciando el final del conflicto bélico, presagiaba: "Esperemos que pronto el Señor nos conceda la gracia de un final pacífico, y entonces Casia verá un número infinito de personas deudoras de favores recibidos".


Al amparo del templo, fueron acogidas por su gran corazón las huerfanitas, que ahora, en gran número, viven en la moderna “colmena Santa Rita”. En torno al monasterio, reflejo de su vida, surgen otras obras importantes, como el seminario agustiniano, el hospital Santa Rita, y la casa de ejercicios. El amor y los sufrimientos de Madre Teresa fueron y son su savia vital.


La fragilidad de su cuerpo fue para Teresa un lento, duro y larguísimo calvario. El espíritu la sostuvo hasta el último día. "Me voy de este mundo - escribía - con fe, esperanza y amor. Espero veros pronto allá arriba,... allá donde reina Dios y donde viviremos para siempre bendiciendo las pruebas tenidas en el destierro". Volvió al Padre el 18 de enero de 1947. Sus restos descansan en la cripta, junto a la Santa que tan entrañablemente amó, y espera en paz la hora de la gloria.


Si usted tiene información relevante para la canonización de la Beata María Teresa, contacte a:

Monache Agostiniane

06043 Cascia (PG), ITALIA



Martirologio Romano: En la ciudad de Braunsberg (actual Braniewo), en Prusia, beata Regina Protmann, virgen, que, llena de amor por los pobres, se entregó generosamente al servicio de los indigentes, fundando la Congregación de las Hermanas de Santa Catalina (1613).

Fecha de beatificación: 13 de junio de 1999 por el Papa Juan Pablo II.



La beata Regina Protmann nació en el seno de una familia católica burgueza, en Braunsberg – Ermeland (actualmente Braniewo, Polonia) el año 1552.

A 19 años dejó las comodidades de la casa paternal para apartarse junto a tres compañeras, en una casita vieja y ruinosa, para iniciar así una vida de comunidad, dedicada a Dios, en la pobreza absoluta y al servicio del prójimo. Fue en esas circunstancias, que inspirada por el Espíritu Santo y con la ayuda de sacerdotes jesuitas, teniendo como objetivo el brindar asistencia a los enfermos y necesitados, fundó una congregación de tipo contemplativa - activa, cosa que en aquel tiempo era toda una innovación, porque tan sólo existían los conventos de clausura.


La Congregación recibió la aprobación papal en 1662, propagándose en Polonia y en Lituania y, luego también en Finlandia, Rusia, Inglaterra, Brasil, Alemania, Italia y Togo.


Dedicó especial atención a la pastoral a la mujer. La beata Regina, olvidándose de sí misma, abarcaba, con una mirada clarividente, las necesidades del pueblo y de la Iglesia. Las palabras «como Dios quiera» se convirtieron en lema de su vida. Su ardiente amor la impulsaba a cumplir la voluntad del Padre celestial, a ejemplo del Hijo de Dios. No temía aceptar la cruz del servicio diario, dando testimonio de Cristo resucitado.


Murió el 18 de enero de 1613, luego de un período de larga y dolorosa enfermedad. En la actualidad su obra cuenta con unas 120 casas, repartidas por todo el mundo.






















Facio de Cremona, Beato
Facio de Cremona, Beato

Laico


Martirologio Romano: En la ciudad de Cremona, en la Lombardía, beato Facio (Fazzio), que, orfebre de profesión, dejo su ciudad natal de Verona y se trasladó a este lugar, llevando una vida penitente y dedicándose a ayudar a peregrinos y enfermos (1272).

Fecha de beatificación: El beato Papa Pío IX confirmó el culto en 1873.



En esa extraordinaria y monumental joya que es la catedral de Cremona, a poca distancia de la urna que contiene las reliquias de san Homobono, patrono de los sastres, está sepultado otro laico santo, auténtico ejemplo de cómo deben ser vividas cotidianamente los preceptos evangélicos. Facio, llamado también Fazzio, nació en Verona en el año 1200, en el seno de una familia muy religiosa. Todavía joven, fue confiado a un maestro orfebre para que aprendiese esa profesión bajo su tutela. Su gran laboriosidad, su buen carácter y su juventud lograron, que con tan sólo 26 años, lograra la fama en toda la ciudad. Eso le trajo como consecuencia la envidia de los otros orfebres, y los ataques recibidos fueron tantos que Facio decidió mudarse a Cremona. Tiempo después volvió a su ciudad natal con la intención de reconciliarse con sus enemigos, pero el ambiente no había mejorado, y algunos de ellos lograron, con mentiras, que él sea encarcelado. En tiempos de una guerra, y por petición de los cremonenses, que lo consideraban su coterráneo, fue liberado y retornó a la ciudad lombarda. En un clima finalmente tranquilo, la orfebrería cedió su puesto al apostolado. Su corazón generoso lo llevaba a ayudar a cuantos estuvieran necesitados, y para ello fundó la fraternidad laical del Espíritu Santo, abriendo en su propia casa un centro de salud, que con los años se convertiría en el Hospital Mayor de la ciudad.

El obispo, que lo estimaba mucho, lo nombró visitador general de los monasterios de la diócesis, hecho excepcional para un no consagrado. Ejerció el encargo con el máximo empeño hasta su muerte. En 1240 el beato fundó un hospital en Soncino, a cuyo costado se fundó la iglesia del Espíritu Santo, que inicialmente fue dedicada a su nombre (hoy lleva el título de San Antonio Abad).


Murió, aclamado como santo por todos, el 18 de enero de 1272. En el obituario del capítulo de la Catedral, Facio es llamado "Hermano", además hay una narración muy detallada sobre su muerte. Pocos años después un sacerdote de nombre Juan escribió una "Vida" en latín, aportando además una larga lista, con muchos testimonios, de los milagros que el pueblo de Cremona obtenía gracias a su intercesión. La primera biografía impresa fue escrita en 1606 por Leonardo Gregorio.


Las reliquias, que muchas veces han sido objeto de reconocimiento, fueron primero veneradas en la iglesia a él dedicada, ahora están en la cripta de la catedral, que además cuenta entre sus tesoros algunas preciosas piezas de orfebrería hechas a mano por el beato.


responsable de la traducción: Xavier Villalta






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