12/06/14

12:02 a.m.

Por: . | Fuente: www.pastoral-vocacional.org



Obispo y Mártir


Martirologio Romano: En Bucarest, Rumania, beato Janos Scheffler, obispo de Satu Mare y mártir, perseguido por el régimen comunista a causa de su fe. ( 1952)


Fecha de beatificación: 3 de julio de 2011, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.



János Scheffler nació el 29 de octubre 1887 en Kálmánd, una aldea en la región de Satu Mare, en la época perteneciente a Hungría. De familia católica, y dotado de gran inteligencia, fue ayudado por el párroco a cursar los estudios en la Escuela de Satu Mare. En 1905 fue admitido en el seminario. Estudió en Facultad de Teología de la Universidad de Budapest y en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde recibió la licenciatura en Derecho Canónico; mientras en 1910 fue ordenado sacerdote.

De regreso a Budapest, obtuvo el doctorado en teología. Además de dedicarse a la enseñanza y a la predicación, entre otras actividades, publicó varios libros sobre la catequesis: la catequesis católica, la liturgia católica para estudiantes de la escuela secundaria, e Historia de la Iglesia Católica.


En 1942 fue nombrado obispo de Satu Mare y administrador apostólico de la diócesis de rito latino de Oradea. Como Obispo de la diócesis organizó la administración, construyó iglesias, visitó las parroquias, administró el sacramento de la confirmación, ordenó sacerdotes, y promovió el seminario y la Acción Católica.


Desde 1947, cuando se agudiza la persecución comunista rumana contra la Iglesia Católica, János Scheffler fue encarcelado por no inclinarse a la intención del régimen de separar la Iglesia rumana de la de Roma. En la prisión de Jilava fue sometido a trabajos forzados e interrogatorios violentos. Sin embargo, transformó esta dolorosa realidad como una ocasión de apostolado, catequesis y oración. Murió el 6 de diciembre de 1952


Fue beatificado el 3 de julio de 2011 en la comunidad de Satu Mare de Rumanía, en una ceremonia concelebrada por el arzobispo de Esztergom-Budapest y Primado de Hungría, el Cardenal Péter Erdő y con la presencia del Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, en representación del Papa.


En el día de la beatificación, el Papa Benedicto XVI dijo en el Angelus dominical:


"Queridos hermanos y hermanas, me uno a la alegría de la Iglesia en Rumanía, en particular a la de la Comunidad de Satu Maru, donde hoy se ha proclamado Beato a János Scheffler, que fue obispo de esa diócesis y murió mártir en 1952. Que su testimonio sostenga siempre la fe de los que lo recuerdan con afecto y de las nuevas generaciones".


En 1942 fue nombrado obispo de Szatmár.


Durante la II Guerra Mundial, ayudó a numerosos prófugos y a cuantos se encontraban en los centros de recogida, especialmente a judíos, dirigiendo su actividad pastoral a la protección de los oprimidos y de los perseguidos.


Al final de la guerra, el régimen comunista comenzó a obligar a los fieles y religiosos a crear una Iglesia católica rumana independiente del Papa. Ya que monseñor Scheffler no aceptó el encargo, fue arrestado y procesado. Encerrado en la cárcel subterránea de Jilava, fue condenado a trabajos forzados. Murió a causa de la inanición y de los maltratos.


Si usted tiene información relevante para la canonización del Beato János, por favor escribir a:

Rev. Szoke János, SDB

Episcopia Romano-Catolica

Str. 1 Decembrie 1918, nr. 2

440010 Satu Mare, ROMANIA



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: SiervasDeMariaCastilla.com



Religiosa y Mártir


Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata Aurelia (en el siglo Clementina Arambarri Fuente) y 3 compañeras, religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Nació en Vitoria, Álava, el día 23 de octubre de 1866 y en ese mismo día, fue bautizada en la Parroquia de Santa María de Vitoria, recibiendo el nombre de Clementina. Sus padres, fervientes católicos, educaron cristiana y piadosamente a su hija.

Contaba 20 años cuando ingreso en el Instituto de Siervas de María, el 23 de Agosto de 1866, en la Casa Madre. Conoció a la Fundadora, Santa María Soledad, siendo ella quien la admitió y de cuyas manos recibió el santo hábito, el 14 de noviembre de 1866. Hizo su profesión temporal el 18 de diciembre de 1887, siendo destinada a Puerto Rico, donde emitió la Profesión Perpetua el 18 de Diciembre de 1894.


A los 38 años de edad, es nombrada Superiora de la comunidad de Guanajuato (México) cargo que ejerció con gran caridad y solicitud, hasta el año 1909 en el que fue destinada para desempeñarlo en la comunidad de Durango y Puebla (México), donde vivió la terrible revolución de mexicana. Trasladada a España, en agosto de 1916, le confiaron de nuevo el cargo de Superiora en Mataró, Alcoy, Sarriá y Barbastro, dejando siempre en el desempeño de esta misión, el mismo celo e interés hacia las Hermanas.


En octubre de 1929, al ser erigida la Provincia de Madrid, es trasladada a la misma como Consejera Provincial y Superiora de Pozuelo de Alarcón, hasta que en 1934, viendo que sus fuerzas naturales no le permitían seguir en tan delicado cargo, fue trasladada con gran pena por parte de los Superiores, a la enfermería de Madrid, siendo modelo de virtudes para quienes la cuidaban y visitaban.


El año 1936, ante el gran peligro que corrían las amadas ancianitas en Madrid, se dispuso el traslado de Madre Aurelia a la casa de Pozuelo de Alarcón, para que gozara de más paz y tranquilidad, aunque los planes de Dios bien se han visto, muy diferentes.


Tanto en la calma como en la adversidad su lema era: "De Dios somos, no permitirá que nos pase nada malo"


En Julio de 1936, se declaró la guerra civil en España, la casa fue tomada y las Hermanas tuvieron que dispersarse entre las familias conocidas, estando sometidas a una estrecha vigilancia y en absoluta incomunicación las unas con las otras. Madre Aurelia con otras tres Hermanas más, fue reconocida como religiosa y sin negar en ningún momento su condición de consagrada, fue elegida para el martirio. Es muy probable que Madre Aurelia muriera en la noche del 6 al 7 de diciembre de 1936 en Aravaca, Madrid. Contaba M. Aurelia con 70 años de edad.


Este grupo de mártires está integrado por:




1. CLEMENTINA ARAMBARRI FUENTE (AURELIA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Octubre 1866 en Vitoria, Álava (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)

2. ANUNCIACIÓN PEÑA RODRÍGUEZ (AGUSTINA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Marzo 1900 en Ruanales, Santander (España)

martirio: 05 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


3. JUSTA LÓPEZ GONZÁLEZ (AURORA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 28 Mayo 1850 en San Lorenzo, Madrid (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)


4. ENGRACIA ANDIARENA SAGASETA (DARÍA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 05 April 1879 en Donamaría, Navarra (España)

martirio: 06 December 1936 en Aravaca, Madrid (España)



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: SiervasDeMariaCastilla.com



Religiosa y Mártir


Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata Aurelia (en el siglo Clementina Arambarri Fuente) y 3 compañeras, religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Sor Aurora nació en San Lorenzo, Madrid, el 28 de mayo de 1850. Recibió el Bautismo el 30 de mayo del mismo año poniéndole el nombre de Justa. Dos años más tarde recibió el sacramento de la Confirmación.

Sus padres la educaron cristianamente desde su niñez. El 20 de marzo de 1874, ingresó como Postulante en las filas de las Siervas de María, en la casa de El Escorial, pasando al poco tiempo al Noviciado de Madrid, para formarse en él, según las Constituciones de esa Congregación. El 14 de mayo del mismo año vistió el Santo Hábito, cambiando su nombre por el de Sor María Aurora. El 24 de junio, hizo sus primeros Votos con el fervor que el caso lo requiere y el 2 de julio de 1897, pronunció sus Votos Perpetuos en la Casa Madre.


El año 1885 fue nombrada Superiora de Arévalo. Volvió a Madrid en 1893, luego la destinaron a El Escorial, donde desempeño el cargo de Consiliaria. Residió también en las comunidades de Salamanca, Alcalá de Henares, Cabeza del Buey, Jaén, Cuidad Real y por último en Pozuelo de Alarcón.


Contemporánea de Santa Mª Soledad Torres Acosta, refleja fielmente en su vida , la sencillez y la valentía, la bondad y el espíritu sobrio, que distinguió a la Fundadora. En su larga vida religiosa, la Hermana Aurora se mostró muy amante del Instituto y sacrificada en el ejercicio de los ministerios, en el cuidado de los enfermos en sus domicilios, compartiendo con las jóvenes religiosas su rica experiencia.


A pesar de su ancianidad, ya que al tiempo de su muerte, era la religiosa más antigua del Instituto (62 años de vida religiosa), era muy fervorosa, le gustaba ser puntual para acudir a los actos de comunidad y recordaba con frecuencia la presencia de Dios. Era trabajadora y muy animada en las recreaciones.


Al llegar los momentos de la prueba, Sor Aurora se amoldó a todo con una docilidad admirable, aunque al quitarse el hábito, gruesas lágrimas corrían por sus mejillas. Supo dar prueba en todo momento de serenidad y abandono de los planes del Señor sobre ella.


En julio de 1936, la casa de Pozuelo de Alarcón fue tomada por los revolucionarios y las Hermanas tuvieron que dispersarse entre las familias conocidas, estando completamente incomunicadas las unas de las otras y sometidas a una estrecha vigilancia. Sor Aurora, junto con las otras tres Siervas de María, fue reconocida como Religiosa y fue escogida para el martirio. Es muy probable que Sor Aurora muriera en la noche del 6 al 7 de diciembre de 1936 en Aravaca, Madrid. Tenía Sor Aurora 86 años de edad.


Este grupo de mártires está integrado por:




1. CLEMENTINA ARAMBARRI FUENTE (AURELIA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Octubre 1866 en Vitoria, Álava (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)

2. ANUNCIACIÓN PEÑA RODRÍGUEZ (AGUSTINA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Marzo 1900 en Ruanales, Santander (España)

martirio: 05 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


3. JUSTA LÓPEZ GONZÁLEZ (AURORA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 28 Mayo 1850 en San Lorenzo, Madrid (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


4. ENGRACIA ANDIARENA SAGASETA (DARÍA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 05 April 1879 en Donamaría, Navarra (España)

martirio: 06 December 1936 en Aravaca, Madrid (España)



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: SiervasDeMariaCastilla.com



Religiosa y Mártir


Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata Aurelia (en el siglo Clementina Arambarri Fuente) y 3 compañeras, religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Nació Sor Daría en Donamaría ( Navarra), el día 5 de abril de 1879, siendo bautizada al día siguiente en la Parroquia de Nuestra Sra. de la Asunción. Sus padres se esmeraron en darle una cristiana educación y muy pronto se vio el fruto de sus desvelos, con la colaboración de la gracia.

A los 23 años, ingresó en el Instituto de las Siervas de María, el 9 de noviembre de 1902 en la casa de San Sebastián, pasando a los pocos días al Noviciado de Madrid. Recibió el santo hábito el 19 de abril de 1903, emitiendo sus Votos Temporales el 4 de mayo de 1905, siendo destinada a la casa de Zaragoza, donde permaneció hasta el 1910, ejerciendo el hermoso ministerio de caridad junto a los enfermos, con celo e interés. Pasó luego a la casa de Ciudad Real y al año de estar allí, fue trasladada a Madrid emitiendo los Votos Perpetuos el 5 de mayo de 1913. No tardó en enfermar de una úlcera de estómago, distinguiéndose durante todo el tiempo que le duró la afección, por su espíritu de humildad y mortificación


El año 1922, se le destinó al Noviciado de Madrid con el cargo de Auxiliar, misión que desempeñó con grandísima edificación de todas, siendo un modelo de virtudes para las novicias; la caridad para con éstas era la de una madre, sacrificándose por todas, siempre que la necesidad lo pedía. Esta delicada misión la ejerció por espacio de 8 años, al cabo de los cuales, fue destinada a la Casa de Pozuelo de Alarcón, donde desempeñó los cargos de Secretaria - Consiliaria en 1932. En esta comunidad también fueron visibles y admiradas sus hermosas virtudes, edificando a todas por su porte afable y religioso.


La entrega de su vida no fue vista por las Hermanas que la conocieron como algo casual, sino como la coronación de toda una vivencia. Con frecuencia se le oía decir: “yo quiero el martirio del sacrificio diario y si Dios quiere, también morir; morir mártir por Él”.


En el 1936, fue detenida por los revolucionarios en unión de Madre Aurelia y Sor Aurora. Según la familia que las albergaban fue Sor Daría, quien, al ser objeto de insultos y vejaciones al sospechar que eran religiosas, afirmó: “Somos, en efecto, religiosas; pueden hacer lo que quieran de nosotras, pero yo les suplico, que a esta familia no les hagan nada, pues, al vernos sin casa y autorizados por el Comité de Pozuelo nos recibieron en la suya por caridad”.


Sor Daría fue escogida para el martirio, que tuvo lugar probablemente en la noche del 6 al 7 de diciembre de 1936 en Aravaca, Madrid. Contaba Sor Daria con 57 años de edad.


Este grupo de mártires está integrado por:




1. CLEMENTINA ARAMBARRI FUENTE (AURELIA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Octubre 1866 en Vitoria, Álava (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)

2. ANUNCIACIÓN PEÑA RODRÍGUEZ (AGUSTINA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Marzo 1900 en Ruanales, Santander (España)

martirio: 05 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


3. JUSTA LÓPEZ GONZÁLEZ (AURORA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 28 Mayo 1850 en San Lorenzo, Madrid (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)


4. ENGRACIA ANDIARENA SAGASETA (DARÍA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 05 April 1879 en Donamaría, Navarra (España)

martirio: 06 December 1936 en Aravaca, Madrid (España)



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: Somos.Vicencianos.org



Sacerdote y Mártir


Martirologio Romano: En distintos lugares de España, Beatos Fortunato Velasco Tobar y 13 compañeros, de la Congregación de la Misión;asesinados por odio a la fe ( 1934-1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Era natural del pueblo de Los Balbases, provincia de Bur­gos, en donde vió la primera luz el 10 de febrero de 1879. Sus padres se llamaron Mamerto y Cristina.

Pasados en su pueblo natal los años primeros de su niñez, ingresó, juntamente con otros compañeros, en la recientemen­te fundada Escuela Apostólica de Arcos, en 1891, de donde pasó, al año siguiente, a Tardajos, al trasladarse a este pueblo aquella residencia de PP. Paúles.


Cursados los tres años de Latín y Humanidades, fue recibido en el Noviciado de la Congregación en junio de 1895. Supo aprovecharlo bien, formándose en el espíritu de buen hijo de San Vicente, y en el mismo espíritu y aprovechamien­to tanto en la virtud como en los estudios, cursó los estudios mayores de la carrera eclesiástica, hasta ordenarse de Meno­res y Subdiácono, respectivamente, el 18 y 25 de octubre de 1903; de Diácono, el 28 de este mes, y de Presbítero, el 1 de noviembre del mismo año.


A los pocos días de su ordenación sacerdotal, fue destinado a Filipinas. En aquellas islas permaneció dieciocho años, de­dicado a la enseñanza en los Seminarios de Cebú y San Pablo.


Su actuación destacó principalmente en calidad de párroco de la nueva iglesia dedicada a San Vicente de Paúl en Manila, que regentó siete años, con mucho celo y acierto, captándose las simpatías de propios y extraños.


El P. lreneo tenía la rara habilidad de hacer valer sus dotes, aun por encima de su mérito intrínseco. Llegó a adquirir fama de gran orador; no es que anduviera escaso de caudal, pero la verdad es que se explotaba a sí mismo con usura. Corno tenía la campechanía por arrobas, entreverada ciertamente con vetas de geniazo, y aun este registro fuerte le sacaba rara vez, conseguía en poco tiempo y sin esfuerzo lo que para otros hubiera constituido obra de romanos con­seguirlo.


El clima le rindió. Vino el natural desgaste. Y se impuso la vuelta a España, en 1920, para reponer su quebrantada salud.


Suspirando por Filipinas, volvió de nuevo a aquellas tie­rras en 1922; mas tuvo que despedirse de ellas en seguida.


En 1924 estuvo ya dando Misiones en la provincia de León y Diócesis de Astorga, en compañía del P. José Santos. Las privaciones que juntos en ellas padecieron las hacía más lle­vaderas el buen humor y excelente compañerismo de que siempre estuvo animado el P. Rodríguez. Por este tiempo y a causa del frío y la humedad, adquirió el P. Rodríguez una penosa y molestísima enfermedad; tuvo que operarse.


El bienio 1925-1926 residió en Madrid sin destino fijo.


Durante el curso 1926-192Z predicó Misiones en la Diócesis de Badajoz.


Destinado a Cuba, estuvo dos años y medio al frente de la iglesia de la Merced, en la Habana. No se hizo a vivir en tie­rras americanas y se vino a España, siendo destinado a Guada­lajara: aquí era confesor de los Apostólicos, capellán de monjas y confesor de las mismas, prefecto de la iglesia y Di­rector de la Asociación de la Medalla Milagrosa. Maestro en estos menesteres, se le hizo agradable la estancia en esta ciu­dad. A este tiempo se refieren los siguientes apuntes biográ­ficos que su Superior, a la sazón, el P. Gregorio Sedano, escribió a requerimiento nuestro y con destino a ilustrar y avalo­rar nuestro humilde trabajo:


“1. Alma de cera en un, temperamento sujeto al estam­pido.


He aquí la gráfica, en lo humano, del P. Ireneo Rodríguez, según mi visión psicológica, pobre y reducida a los años en que le conocí.


Con ella a la vista se descifra su conducta.


2. Por tener de cera el alma, tenía, ante todo, el P. Ro­dríguez don de gentes singular.


Sus pasos levantaban como arcos de saludos.


Era de esas figuras populares y amplias en, el barrio y la ciudad entera.


3. Suplemento de este don era su arte en la historieta —pasó por Filipinas…—y la campechanería —gracia llana y querenciosa—, propia del valle en que nació.


Con el cuento chistoso y la palmada al hombro se granjeaba al punto cordiales amistades, sobre las que vendría lue­go la siembra de la exhortación misionera.


4. Un derivado asimismo de dicha cualidad era también, su tipo emocional. Lo tierna le cuajaba al momento los ojos de lágrimas y le anudaba la expresión.


¡Cuántas veces nos sorprendió con, tales manifestaciones en el púlpito, en las repeticiones!…


A mí no se me enfría la emoción que me encendió cuando, al terminar la conferencia de la caridad fraterna en unos Ejer­cicios, me tendió tembloroso un abrazo sollozando un “¡Qué sublime!”. Y sí que era emotiva la causa y la ocasión. Pero, vaya!; para la sensibilidad del común la cosa no parecía para tanto. ¡Sólo en su alma, por ser tan de cera, había tenido aquellos efecto: de derretimiento dulce e inflamado.


5. Este don de las ternezas era la nota de sus devociones. Le gustaban los Caminos Rectos, las Pepitas de Oro… Se ex­plicaba por frases de sutil incoherencia…


Hablando, por ejemplo, de la Virgen, el P. Ireneo evocaba al pequeñín que balbuce lindezas sobre el halda bien querida.


6. El culto de la Milagrosa, por lo demás —se le veía—, le saciaba los anhelos hasta poder constituirle el afán señero y suficiente para llenar su vida.


Y así la Milagrosa de Guadalajara, la de la cara de Reina y Madre y de Virgen sin segundo, tuvo en el P. Rodríguez un verdadero apasionado y un celador todo desvelos por acre­cerla el culto y el número de coros.


7. Paúl de cuerpo entero, el P. Rodríguez sentía por las Misiones verdadero gozo. Y en mis días se fue a ellas por los pueblos cercanos desafiando su afección de reumatismo, la cual, recrudecida por tal causa, llegó a postrarle en cama con posibles fatales consecuencias.


8. La labor apostólica, sin embargo, que por aquellos días le robó el cariño de modo peculiar, fue la dirección de las Damas de la Caridad.


9. Otra buena cualidad del P. Rodríguez merecedora de alta estima era el orden en sus cosas.


10. Por su temperamento, adolecía de ciertos exabruptos, que con facilidad descomponían en extremo su habitual ta­lante. Pero, sobre no llegar probablemente a ser pecado tal, sabía él sacar de la necesidad virtud. No se le pondría el sol sin reparar las posibles ofensas; y era altamente edificante acu­sarse en Capítulo de “este mi genio”.


11. Era el P. Rodríguez amante enamorado de la Com­pañía y entusiasta enaltecedor de sus valores, éxitos y progre­sos. En las veladas de los niños había de pedir la palabra para una solfa muy suya.


12. Y a él se le notaba andar en el empeño de redoblar esfuerzos y cuidados, así en la propia santificación, como en el desempeño de sus ministerios, en aquella jornada ya de pára­mo abajo de su vida”.


Sin querer, me han salido doce puntos, doce estrellas…


Para cogerlas, nada mejor que el sartal de quejumbres que por las calles de Guadalajara a mi paso recientemente por allá— eran el duelo universal por la desaparición de “¡aquel P. Rodríguez!”.


Parecían la réplica de aquello: “Hic homo… videbatur nobis camino mori non debuisse”.


Al soplar airadamente los vientos revolucionario’, no se espantó el P. Rodríguez; por ende, vino gustoso en quedarse de Superior interino de la Casa cuando la. Comunidad de ésta en su casi totalidad se trasladó a Murguía, con el objeto de salvar a los niños de las futuras consecuencias revolucionarias.


Y la actuación del P. Rodríguez culminó en estos meses, de marzo a julio de 1936, en la venta de la finca, que se venía hacía tiempo procurando por temor a la pérdida de la casa por un posible incendio criminal.


La verdadera joya que en esta casa se encerraba era la pre­ciosísima imagen de la Virgen Milagrosa. En, plena sesión del Consejo Doméstico se había tomado el acuerdo de cortarle la cabeza y esconderla, para salvarla, ya que era su cara de raro mérito, en caso de que amenazara un próximo asalto de la horda.


El P. Rodríguez quedó encargado de realizar esta doloro­sa faena. ¿La llevó a término? Nada se sabe. Es probable que, como triunfó el Movimiento al principio, desistiera de hacer semejante barrabasada por de pronta, y después, avasallados los héroes, la irrupción fue rapidísima, y por consiguiente no habría tiempo de pensar en la estatua muerta cuando las vi­vas andaban al filo de la muerte.


Borracha con el triunfo la jauría marxista, y también har­ta de comer los famosos bizcochos y demás cuantioso botín objeto de su rapacidad, se cebó cruelmente y con saña en los pobres derechistas vencidos; empero, como tantos, los mejores, habían caído en la heroica defensa y ya no quedaban, creían ellos, los rojos insensatos, valientes alcarreños a quienes te­mer, se contentaron con encerrar en el Fuerte medio millar, integrado por algunos supervivientes de la lucha, sacerdotes y adinerados, de derechas verdad unos y algunos también de los equivocados o cobardes en religión.


Entre éstos ejerció fructuoso apostolado el P. Rodríguez, quien con su prestigio anterior y su celo entonces avivado, ce convirtió en el oráculo de aquella mansión de pesadumbre y escuela de heroicas virtudes.


Que eso es lo que sabemos: que el P. Rodríguez fue dete­nido y recluido en el Fuerte, y que aquí fue un sacerdote ejem­plar y un apóstol celosísimo.


Pasaron los días y las noches, entre hastío, esperanza, bu­los, desilusiones, desesperación, aliento, sobresaltos, cábalas, sacas parciales para el paredón, etc. (así se vive en la cárcel), hasta diciembre de 1936.


Y llegó el 6 de este mes de diciembre para no borrarse jamás del recuerdo. fue tan triste, tan cargado de bochorno, tan negro, tan criminal, tan inaudito lo que aquel día se hizo en Guadalajara…


Para vengarse de un bombardeo hecho por los aparatos na­cionales, resolvieron los infames verdugos preceder y aun jus­tificar su abominable ejecución con la mascarada de una pú­blica manifestación que recorriera las calles pidiendo a los responsables las vidas de los desgraciados presos del Fuerte. Pero lo incalificable es que sacándoles a viva fuerza de sus ca­sas, obligaron a los propios parientes de los reclusos a ir entre la canalla manifestante. Tan refinada crueldad es el colmo. Mas, ¿quién puede imaginar los colmos que los rojos verifica­ron? Sólo hay una explicación: era la hora de la vesania y sadismo infernales.


En el Fuerte hubo, ante la inminencia del peligro, pensa­miento de resistir: morir matando, con las uñas, con los dien­tes, como se pudiera, era la consigna que muchos patrocina­ban. Fue entonces cuando se levantó digna y noble la voz au­torizada del P. Ireneo Rodríguez: “Muramos como mártires, ya que no podemos defendernos como caballeros.’”


Y ocurrió el asalto de las turbas sanguinarias.


¡Cuadro horrendo! ¿Cuántos muertos?


¡Todos! Más de QUINIENTOS!…


Más de quinientos leones de España inmolados como cor­deros, mártires cristianos en la hora suprema del sacrificio.


Bajad, ángeles del Cielo. Recoged toda la siega. No espi­guéis, que no hay espigas vacías.


¡Fuerte de Guadalajara convertido en ara inmensa sobre­cargada de inocentes víctimas!


¡Guadalajara, Guadalajara! Te sentías orgullosa de poseer en tu recinto ese suntuoso panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, y no sabías que era un símbolo… ¡Tu verdadero panteón es el Fuerte de Ingenieros!


¡Día 6 de diciembre de 1936!…


Así murió el P. Ireneo Rodríguez, héroe de la trágica jor­nada.


Las imágenes de su iglesia de Guadalajara también fueron decapitadas, deshechas.


De ellas, ni rastro; de él, el recuerdo.


Una prueba fehaciente queda en Los Balbases, su pueblo natal, de su celo y de su cariño a la Virgen Milagrosa: su re­galo de una valiosa y artística imagen, un precioso estandar­te, ricamente bordado y una próspera Asociación por él es­tablecida. Otro misionero, hijo asimismo del pueblo, que con­tribuyó con, él, regalando varias urnas de la Visita Domicilia­ria, a que reine la Milagrosa en Los Balbases, lo cuenta y es­cribe: “Con esto deseo tributar un homenaje de cariñoso re­cuerdo al inolvidable compañero y querido hermano, que, sin duda, estará ya gozando de Dios, y, al mismo tiempo, recordar al pueblo lo que hizo por él tan buen hijo suyo.”


Que sí, que en el corazón de cada balbaseño debe haber, y habrá, un altar para su ilustre Mártir


BIOGRAFÍAS DE MISIONEROS PAULES Edición 1942

Autor: Elías Fuente


Este grupo de mártires está integrado por:




1. TOMÁS PALLARÉS IBÁÑEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 06 Marzo1890 en Iglesuela del Cid, Teruel (España)

martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

2. SALUSTIANO GONZÁLEZ CRESPO

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 01 Mayo 1871 en Tapia de la Ribera, León (España)

martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)


3. LUIS AGUIRRE BILBAO

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 13 Septiembre 1914 en Murguía, Vizcaya (España)

martirio: 30 Julio 1936 en Alcorisa, Teruel (España)


4. LEONCIO PÉREZ NEBREDA

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 18 Marzo1895 en Villarmentero, Burgos (España)

martirio: 02 Agosto 1936 en Las Planas de Oliete, Teruel (España)


5. ANDRÉS AVELINO GUTIÉRREZ MORAL

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 11 Noviembre 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España)

martirio: 03 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


6. ANTONIO CARMANIÚ MERCADER

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 17 Agosto 1860 en Rialp, Lérida (España)

martirio: 17 Agosto 1936 en Llavorsi, Lérida (España)


7. FORTUNATO VELASCO TOBAR

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 31 Mayo 1906 en Tardajos, Burgos (España)

martirio: 24 Agosto 1936 en Alcorisa, Teruel (España)


8. RICARDO ATANES CASTRO

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 05 Agosto 1875 en Cualedro, Orense (España)

martirio: 14 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


9. PELAYO JOSÉ GRANADO PRIETO

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 30 Julio 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España)

martirio: 27 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


10. AMADO GARCÍA SÁNCHEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 29 Abril 1903 en Moscardón, Teruel (España)

martirio: 24 Octubre 1936 en Gijón, Asturias (España)


11. IRENEO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 10 Febrero 1879 en Los Balbases, Burgos (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


12. GREGORIO CERMEÑO BARCELÓ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 09 Mayo 1874 en Sitios, Zaragoza (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


13. VICENTE VILUMBRALES FUENTE

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 05 Abril 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


14. NARCISO PASCUAL y PASCUAL

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 11 Agosto 1917 en Sarreaus de Tioira, Orense (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: Somos.Vicencianos.org



Sacerdote y Mártir


Martirologio Romano: En distintos lugares de España, Beatos Fortunato Velasco Tobar y 13 compañeros, de la Congregación de la Misión;asesinados por odio a la fe ( 1934-1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



“IRÁ EN LA BIOGRAFÍA”

Tal era el estribillo —el remoquete— con que en las re­creaciones, al hacer comidilla de las prendas del P. Cermeño —a sus barbas, aunque se le encrespasen del bello furor de la humildad herida—, habíamos, de terminar nuestras ponde­raciones.


¡Señor! ¿Quién nos había de decir que aquellas bromas habían de ser veras, y tan pronto, y para fin tan fausto?…


Y pues ello es así, con el mayor amor y devoción más puros y entrañables, sin quitar el aroma del donaire y la familiari­dad confianzuda de aquellas comidillas, ahí van, P. Cermeño, las veras de estos rasgos de tu vida: Rosuelas para el nicho que te corresponde a lo menos en el retablo de nuestro altar casero. “A lo menos”, porque, para mi credo y mi esperanza, tú irás a los altares de la Iglesia.


“EL SANTITO”


Le llamaban “él santito”. Pusiéronle el apodo los chicuelos del corro de la esquina; luego lo hicieron suyo las devotas, los dependientes de comercio… Todos se lo llamaban al fin.


No hay exageración: que cuando fui a Guadalajara, hace año y medio, las gentes, al referirse a él, lo hacían así: “¡Y aquel Padre, “el santito”!…


Y es que el P. Cermeño, por esas calles de Dios, era tal­mente cualquiera de esos santos que se ganaron la canonización del pueblo por el modo de ir, por el modo de tratar…


Era el P. Cermeño llama de santidad enfundada en los hábitos talares.


Valga, pues, esto para primer rasgo: Le llamaban “el santito”. Habiendo de notar únicamente que lo del diminutivo provendría más bien de su talla, muy menuda.


ALMA DE PURA INFANCIA ESPIRITUAL


Apurando el análisis psicológico del P. Cermeño, acaso se le colocase en la casilla del tipo de menos valía. Pero en el terreno, de la santidad su situación cae de lleno en la Infan­cia Espiritual.


Alma niña era la suya, mirados los contentos y los gustos de su espíritu, y su ciego seguimiento de la voz de la Obediencia, y la pureza e inocencia de su vida y continente. Y así, es cosa de echarse a pensar a qué grado de perfección llegaría, contando como contaba con este don de privilegio, que, según la mágica doctora de las “florecillas”, es la trocha segura, ve­loz y certera.


De mí sabré decir que, descubriendo como descubría en él el tipo puro de esa modalidad místico-ascética, sentía, al ver­le, comezón de envidia. Entre el correr de las hilaridades a su cuenta, me asaltaban a mí como nostalgias de un paraíso cerrado. ¿Cómo es que a este hombre le brotan tan sin, esfuer­zo las virtudes, mientras que a los demás nos cuestan Dios y ayuda?


IN QUO DOLUS NON EST


Quien haya tratado al P. Cermeño ya sabrá del ideal que se cifra en este sentencioso rasgo ascético. Sabrá del varón que no acertaría a pensar mal de nadie; que tiene de par en par el templo de oro de su alma; que, al parecer, sigue automáti­co la línea rectilínea; que detrás de la risa sólo tiene el cielo dilatado de su buena fe…


El P. Cermeño nunca entendió de segundas intenciones. Las indirectas le descomponían, le ponían malo; abundando los casos en que, por tomar en serio las bromas, se pasó, el inocente, ratos bien atroces. El mismo lenguaje figurado le dejaba perplejo. Y él hablaba siempre con el alma en la palma de la mano: siempre, aun cuando quisiera hacer de pillín.


REZADOR EMPEDERNIDO


Si, como él lo confesaba sin cesar, acaso tendría que envi­diar a los demás en lo de las “cuantísimas luces” —sus térmi­nos— que recibían, de Dios en la meditación, en cambio, los demás le teníamos seguramente que envidiar a él aquel furor por la oración vocal de que gozaba.


Tropezarse con él en el pasillo era cortarle el bisbiseo de los labios: aquel bisbiseo tan martilleado que hacía pensar si no sería el hábito del mismo lo que le trajo aquel su refle­jo labial al rezar, aquel como tic que comprimiéndole el labio superior, le hacía parecer como que, más que decir, mordía las plegarias; lo que, por lo demás, le daba mucha gracia.


Y en cuanto al rezo común del Oficio divino, era tan asiduo, tan buen cumplidor, que, al acercarse ya la hora, allá re le veía desasosegado, mirando y remirando al minutero… Y llegada la hora, allá se le tenía el primero en su puesto, con el Breviario bien registradito y el “Aperi, Dómine” rezado con sobrada antelación.


Pites en la Misa, lo tieso de la actitud. y de los ademanes tenía unos como dejos de arrobo continuo.


SIN HIEL, SIN AGUIJON


De lo dicho se entiende, sin decirlo, que sería así el buen P. Cermeño; pero conviene hacerlo resaltar.


Esclavo hasta servil de las formas del trato social, que ma­mó en su Madrid, sabía adobarlas con la miel de una sonrisa inocua, graciosa y benevolentísima.


Pero aun, en los casos de resentimiento por las bromas, allí no había más que la palomita que al picotear hace cos­quillas. Por mucho que enarcase las cejas —cosa que hacía con tal extremo de arte pasional que habría de envidiarlo el más insigne actor—, por furibundas que afectasen ser sus mi­radas de soslayo, detrás sólo asomaba el alma sin hiel ni agui­jón, en simpática comedia causadora de grata hilaridad.


En los casos de dolencia ajena, cuando algún, compañero estaba enfermo, él era el obligado visitante, condolido, todo anhelos de servicio y siempre a la hora exacta prefijada para su vueltecita.


NI LA SOMBRA DE PECADO


¿Cómo sospechar falta consciente en el P. Cermeño? Ni la sombra del pecado enturbiaba jamás aquel su mirar per­petuamente diáfano, aquel su sonreír de alma de Dios.


Asiduo y aun devoto como era del confesionario, hacía pensar que oiría las confesiones como con un grande para­guas y que se deslizaba por esta al fin ciénaga humana con la misma inmunidad del cisne.


Y siempre en los cotidianos trajines, daba la sensación de ir bajo las alas del Ángel de la Guarda.


SU MODESTIA


Secuela de este don era su compostura, su modestia. Acaso tendrá que nacer quien le gane en tal virtud. Tan extrema ya en él, que, como acertó a definirla un donairoso compañero, aquello era más bien pudibundez.


LIMPIEZA


Si respecto de la modestia ha cabido la duda, con relación a la limpieza es apodíctico que sí que tendría que nacer quien le gane.


Quien desee saber lo que es una virtud sublimada, que lo estudie en la limpieza practicada por el P. Cermeño.


¿Una pelusa en la ropa? ¡Qué horror!


Y en la habitación, la mesa reluciente, la estatuita y el ca­racolillo de mar siempre en su sitio; en el baúl, las prendas bien plegadas y saturadas de alcanfor; los flecos de la colcha de la cama en impecable simetría, y… ¡el plumero en acción quién sabe las veces al día!


Se diría, en fin, que para el P. Cermeño la limpieza tenía rango de divinidad.


EL GESTO CUMBRE


En la vida del P. Cermeño, prisma de visos tan encantadores, hay una faceta que lo personifica sin igual: su actitud, su gesto ante el posible caso del martirio, que ¡ay! —y por su dicha— le llegó.


Tirarle de la lengua sobre tal asunto fue solaz reiteradísimo de las recreaciones cuando ya la tempestad se nos cernía negra y angustiosa.


En un alarde de osadía vindicativa, cediendo a sugerencias de un compañero tan ducho en latines como en humorismo, llegó el P. Cermeño a resolverse por añadir al “ut inimicos… humiliare digneris” la coletilla de un “Domine, ut deprehe­dantur”, que él pronunciaba con énfasis de verdadero mordisqueo de las palabras. Y era casi continuo también este diálogo:


—Pero, vamos a ver, P. Cermeño: ¿y si vienen a echarle mano ya?


—Ya sé bien lo que tengo que hacer. Les lanzo un ¡Viva Cristo Rey! que… ¡los aplasto!


FIN


Y el gesto, la exaltación de fe y el furor santo con que lo profería, eran, en efecto, como para aplastar… Pero a los racionales, no a los monstruos de entrañas de piedra y de dientes y zarpas de oso.


Y así, llegado el momento ferozmente trágico de las veras de estas bromas —¿cómo dudar de ello?—, el P. Cermeño, fiel a su plan tan madurado, estrujando las últimas fuerzas del sistema nervioso probablemente en ruinas, lanzaría su consig­na —exaltación de fe y furor santo—; la descarga de balas no cedió, y él, con el grito ya palma del espíritu, se iría a los cielos con zapatos y todo


¡Y qué hermoso estarás, querido hermano!


¡Y qué envidia!


¡Y cómo se escapan los besos a la palma y al zapato!


Hasta aquí el lindo y galano decir del P. Gregorio Sedano. Completemos la biografía.


Era el P. Cermeño hijo del matrimonio ejemplar Mariano Cermeño y Matilde Barceló, y nació el 9 de mayo de 1874, en la ciudad heroica de los Sitios.


Estudió en nuestra casa de Teruel, desde 1890 a 1892, en que ingresó en el noviciado de Chamberí, a 27 de abril. El día 28 de abril de 1894 hizo los Votos. Se ordenó de Menores el 26 de marzo de 1899; de Subdiácono, el día siguiente; de Diácono, el 23 de julio, y, de Presbítero, el 8 de septiembre del mismo año 1899.


Fue destinado accidentalmente a Valdemoro y luego a la fundación de Porto-Alegre (Brasil), en cuyo Seminario ense­ñó durante tres cursos completos: 1900-1903.


Al deshacerse aquella fundación, volvió a España, siendo destinado al Santuario de Nuestra Señora de los Milagros (Orense), y allí vivió durante dieciséis años dedicado a la en­señanza en la Escuela Apostólica y Seminario Menor de la Diócesis.


El año 1923 se inició un período de crisis en su vida ‘tran­quila y sosegada del monte Medo, con, la que también se ave­nía su espíritu. Una orden superior dispuso se trasladara a Valdemoro, para que fuera uno de los capellanes de las Her­manas ancianas y enfermas que en las dos residencias de San Diego y San Nicolás unas reparan averías y otras viven de año­ranzas; mas la tal disposición fue poco a poco modificada y marchó- a Teruel en calidad de director y confesor espiri­tual de la Escuela Apostólica de la Congregación en aquella ciudad. A pesar de correr por sus venas sangre aragonesa, no se hacía a vivir en aquellas tierras; por ello, al cabo de un año, los Superiores, comprensivos y casi adivinos (el P. Cer­meño no era pedigüeño y menos machacón), por una parte, y, por otra, no queriendo desaprovechar al buen P. Cermeño, consecuentes con el plan formativo de los futuros apostólicos, le trasladaron a la ciudad de Guadalajara; mas ni aquí se aquietó su ánimo; seguíale la nostalgia de la terriña. Fuéle, al fin, otorgado volverse a su querido Santuario, en 1924. Pero su actuación en la Apostólica de Guadalajara, justamente apre­ciada, no se echaba en olvido y nuevamente fue requerida. Pasó a dicha ciudad el año 1929, para nunca jamás abando­narla.


En Porto-Alegre tuvo bastante que sufrir, y recordamos a propósito esta su frase de entonces: “Vengo cano, y no por los arios.” Nada tiene ello de extraño ni creemos indique cosa particular respecto a su persona, pues sabido es que aquella fundación brasileña fué un semillero de disgustos para todos.


¿Y su muerte?


Su muerte, para no desentonar de la vida, anónima también.


A lo que se sabe, en casa le cogieron los rojos. De casa, al Fuerte. Y el día más trágico de la ciudad de Alvar Fáriez, del Palacio del Duque del Infantado, del Panteón, de la Acade­mia, de la Hispano… el 6 de diciembre de 1936, fecha de tris­tísima recordación, el P. Cermeño fue una de las quinientas víctimas que la barbarie marxista sacrificó, en su vesania incalificable, así de una vez.


BIOGRAFÍAS DE MISIONEROS PAULES Edición 1942

Autor: Elías Fuente


Este grupo de mártires está integrado por:




1. TOMÁS PALLARÉS IBÁÑEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 06 Marzo1890 en Iglesuela del Cid, Teruel (España)

martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

2. SALUSTIANO GONZÁLEZ CRESPO

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 01 Mayo 1871 en Tapia de la Ribera, León (España)

martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)


3. LUIS AGUIRRE BILBAO

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 13 Septiembre 1914 en Murguía, Vizcaya (España)

martirio: 30 Julio 1936 en Alcorisa, Teruel (España)


4. LEONCIO PÉREZ NEBREDA

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 18 Marzo1895 en Villarmentero, Burgos (España)

martirio: 02 Agosto 1936 en Las Planas de Oliete, Teruel (España)


5. ANDRÉS AVELINO GUTIÉRREZ MORAL

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 11 Noviembre 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España)

martirio: 03 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


6. ANTONIO CARMANIÚ MERCADER

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 17 Agosto 1860 en Rialp, Lérida (España)

martirio: 17 Agosto 1936 en Llavorsi, Lérida (España)


7. FORTUNATO VELASCO TOBAR

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 31 Mayo 1906 en Tardajos, Burgos (España)

martirio: 24 Agosto 1936 en Alcorisa, Teruel (España)


8. RICARDO ATANES CASTRO

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 05 Agosto 1875 en Cualedro, Orense (España)

martirio: 14 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


9. PELAYO JOSÉ GRANADO PRIETO

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 30 Julio 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España)

martirio: 27 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


10. AMADO GARCÍA SÁNCHEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 29 Abril 1903 en Moscardón, Teruel (España)

martirio: 24 Octubre 1936 en Gijón, Asturias (España)


11. IRENEO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 10 Febrero 1879 en Los Balbases, Burgos (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


12. GREGORIO CERMEÑO BARCELÓ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 09 Mayo 1874 en Sitios, Zaragoza (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


13. VICENTE VILUMBRALES FUENTE

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 05 Abril 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


14. NARCISO PASCUAL y PASCUAL

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 11 Agosto 1917 en Sarreaus de Tioira, Orense (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)



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