09/07/13

Tomás García Martínez, más conocido como Santo Tomás de Villanueva (* Fuenllana, Ciudad Real, 1488 - † Valencia, 9 de septiembre de 1555), predicador, escritor ascético y religioso agustino español.

Nació en Fuenllana,se educó y creció en Villanueva de los Infantes, provincia de Ciudad Real, donde sus padres poseían una rica hacienda, pese a lo cual muchas veces el muchacho andaba desnudo porque había dado sus vestidos a los pobres. Queda en pie parte de la casa original, con un escudo en la esquina, al lado de un oratorio de la familia.


Aunque hizo estudios de Artes y Teología en la Universidad de Alcalá de Henares, ingresó en la Orden de los Agustinos de Salamanca (1516) y en 1518 fue ordenado sacerdote; en la orden ocupó los cargos de prior conventual, visitador géneral y prior provincial de Andalucía y Castilla. También fue profesor de la universidad y consejero y confesor de Carlos I de España.


Gozó de fama por su gran austeridad personal (llegó a vender el jergón donde dormía para dar el dinero a los pobres) y por su ejercicio continuo e infatigable de la caridad, especialmente con los huérfanos, con las doncellas pobres y sin dote y con los enfermos. Poseía, sin embargo, una concepción inteligente de la piedad, de forma que aunque era muy limosnero procuraba solucionar definitiva y estructuralmente la pobreza mediante la redención activa de la misma, dando trabajo a los pobres, y así hacía fructificar sus limosnas: «La limosna no sólo es dar, sino sacar de la necesidad al que la padece y librarla de ella cuando fuere posible.», escribió.


En 1533 envió como Provincial a los primeros padres agustinos que llegaron a México. Empezó a tener éxtasis místicos en misa o cuando rezaba los salmos.


Carlos I le había ofrecido el cargo de arzobispo de Granada pero él nunca lo había aceptado; se cuenta que llegó a arzobispo de Valencia el 10 de octubre de 1544 por error de un escribano, pero siguió negándose hasta que se lo ordenó su superior en la orden. Allí, ayudado por su obispo auxiliar Juan Segriá, puso orden en una diócesis que hacía un siglo que no tenía gobierno pastoral directo. Organizó un colegio especial para los moriscos conversos y organizó en especial un plan eficaz de asistencia y auxilio social y de caridad.


Compuso bellos sermones, entre los que destaca Sermón del amor de Dios, una de las grandes manifestaciones de la oratoria sagrada del XVI. Tuvo, en efecto, una gran fama de predicador, en un estilo sobrio y sencillo. Carlos I, al oírle predicar, exclamó: «Este Monseñor conmueve hasta las piedras», y provocaba sonoras conversiones. Algunos de sus sermones arremeten contra la crueldad de la fiesta de los toros. Tuvo asimismo una gran devoción por la Virgen María, cuyo corazón comparó a la zarza ardiente, que nunca se consumía. Es autor de varios Opúsculos, dentro de los que se incluye el Soliloquio entre Dios y el alma, en torno a la comunión.


En 1547 ordenó sacerdote al futuro San Luis Beltrán [1]. Falleció por una angina de pecho en 1555 a los sesenta y seis años. Fue canonizado por el papa Alejandro VII el 1 de noviembre de 1658.


Francisco de Quevedo escribió una biografía suya. Sus obras completas fueron editadas en Manila en 1881, Opera omnia, seis vols.


Es el Santo Patrón de la prestigiosa Universidad de Villanova, Pennsylvania, Estados Unidos de América establecida por los Agustinos en 1842, y de la Universidad de Santo Tomas de Villanueva en La Habana, Cuba. Esta fue cerrada por el gobierno Cubano en 1961, tras la expulsion de los Agustinos, considerados enemigos de la Revolucion por sus quejas frequentes contra el gobierno. Los Agustinos exiliados establecerion University of St. Thomas en Miami Gardens, Florida en 1961.



Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de san Adriano o Adrián, mártir en Nicomedia, de Bitinia, en cuyo honor el papa Honorio I convirtió en iglesia la sala del Senado Romano (s. inc.).

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.



Adrián murió en Nicomedia en el año 304. Se celebra su fiesta hoy porque fue en este día cuando se trajeron sus reliquias a Roma.

Su conversión al cristianismo fue obra de Dios. Tanto le conmovió la fuerza de voluntad de los cristianos que maltrataba y martirizaba el emperador Maximiano en la corte imperial de Nicomedia, que pidió la formación necesaria para hacerse creyente en Cristo.


Gritaba con fuerza:"Dejadme que sea como uno de esos porque me siento cristiano como ellos".


Cuando su mujer Natalia, que ya era cristiana, supo la razón del arresto de su marido, se sintió muy contenta.


Fue ella misma la que ayudó a su marido y a los demás cristianos encarcelados.


Cuando lo sentenciaron a muerte, las visitas se prohibieron. Ella se disfrazó de niño y pudo entrar en la cárcel para pedirle oraciones a Adrián.


Tuvo la valentía de ir al mismo sitio en que ejecutaron a su esposo. Lo iban a quemar, pero en ese instante cayó un tormentazo y apagó el fuego.


Pasados unos meses solamente, un oficial del ejército imperial le pidió a Natalia que se casara con él. No tenía ni idea de la negativa de la viuda.


Se marchó a Constantinopla con la reliquia de la mano de su esposo.


Murió en la paz del Señor y se dice que la enterraron entre los mártires y la reliquias de Adrián se trasladaron a Roma, aunque en la actualidad están en la abadía que lleva su nombre en Flandes.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!


Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com



La Virgen de Nuria es una advocación mariana que se venera en el municipio de Queralbs, situado en el Valle de los Pirineos, (provincia de Gerona), en Cataluña (España). Su aparición tuvo lugar en el Valle de Nuria, y el vocablo Nuria significa aquella nacida en un valle entre montañas.

La de hoy se encuentra situada en el precioso valle del Pirineo de Gerona. En el valle de esta alta montaña, estación invernal por su abundante nieve, se halla el santuario de la Virgen Nuria.


Según la tradición, San Gil llegó al valle alrededor del año 700. Este santo, de origen ateniense, residió en el valle durante cuatro años. Siempre según la leyenda, el santo talló una imagen de la Virgen que escondió en una cueva al verse obligado a huir del valle cuando los romanos iniciaron una persecución contra los cristianos. Junto a la Virgen dejó escondidas la olla que utilizaba para hacer la comida, la cruz que presidía sus rezos y la campana con la que llamaba a los pastores para que vinieran a comer.


En 1072, un peregrino procedente de Dalmacia, y de nombre Amadeo, llegó al valle buscando la imagen de la Virgen según una revelación divina. Construyó una pequeña capilla a la que acudían los peregrinos. En 1079 encontró la imagen, junto a la cruz, la campana y la olla y trasladó todos los objetos sagrados a la capilla.


Lo cierto es que la imagen de la Virgen de Nuria que hoy se venera es una talla datada entre el siglo XII o siglo XIII. Se trata de una talla en madera de estilo románico. De rasgos primitivos, la talla conserva aún perfectamente su policromía original. La Virgen tiene al Niño sentado sobre su rodilla izquierda. Este tiene una de sus manos levantadas en señal de bendición. Tanto María como el Niño visten manto y túnica. Antes de la restauración, la imagen tenía un color negruzco provocado por el paso del tiempo, la humedad y el humo de las velas. Este color le valió el apelativo de moreneta del Pirineu.


Durante la Guerra Civil Española, por el temor de ser destruida, un gerundense trasladó la imagen a Suiza, para devolverla nuevamente cuando terminó la guerra


El día 5 de enero de 1965 el papa Pablo VI autorizó la coronación canónica de la imagen, y su fiesta se estableció el 8 de septiembre.



Nuestra Señora de la Salud. Vailankanni, India.


Desde el siglo XVI hasta nuestros días, y con progresivo entusiasmo, los católicos de la India viene invocando a la que ellos denominan "Vailankánni Arókia Matha"; denominación que, traducida, significa "Madre de la Salud Vailankanni".

Todo comenzó, como en tantas otras ocasiones, con la sencillez ingenua de dos pastorcitos que decían haber visto a la Madre de Jesús. El primer pastorcito contaba a los vecinos de la aldea cómo una hermosa Señora, con un Niño en los brazos, le había pedido un poco de agua fresca de la que él llevaba en un cántaro y cómo, al llegar a su casa, se había llevado la gran sorpresa de ver que el agua se había transtormado en jugosa leche fresca... El otro niño pastor había sido curado milagrosamente por esa misma Señora así lo afirmaba él, y la Senora le había pedido que para agradecerle la recuperación de la salud, consiguiera levantar una capilla en aquel lugar adonde las gentes acudirían y Ella les mostraría de continuo su maternal benevolencia. Un señor rico de Nagapathnam, con la ayuda de todo el vecindario, había respondido puntualmente a la reiterada petición del niño pastor y la capilla alzaba al poco sus muros en la cima del altozano. Al pie de la montaña de la Virgen, como comenzaba ya a designar las buenas gentes de aquel lugar, la ancha bahía del mar de Bengala, escenario de los afanes de los pobres pescadores de la aldea de Vailankánni y sorpresa, admirable por su belleza, para las carabelas lusas que lo surcaban con impulsos de descubrimientos, ideales de evangelización y avaricias incontenibles de oro, rubíes y especias...


Y ocurrió lo que tenía que ocurrir. Una mala noche las aguas del mar de Bengala se encresparon porque los monzones estaban a punto de irrumpir con sus diluvios y los navegantes portugueses, aunque avezados a las muchas tormentas, vieron en peligro sus vidas. Una resplandeciente luz, en la altura de un altozano vecino, les infundía esperanza, sin que supieran a ciencia cierta el porqué de ese sentimiento de esperanza y, sobre todo, el porqué de aquella insólita claridad... Uno de los marineros recordó de repente que, en una travesía anterior, habia divisado los muros de una capilla y toda la tripulación, sin más argumentos, se puso acto seguido a invocar la protección de Nuestra Señora.


Por lo que en consideración de este favor que devolvía a la vida desde una inminente muerte a unos marineros. Y en atención a los otros dos anteriores del agua convertida en leche fresca y del pastorcito curado de sus enfermedades, las gentes del lugar comenzaron a invocar a la Virgen de la ermita como "Santa María, Madre de la Salud".


De aquella primitiva construcción nada queda al presente, salvo que la curiosidad de los arqueólogos se concentre algún día en forzar excavaciones de viejas cimentaciones. La piedad de los católicos de la India construyó un templo mayor y luego otro aún más espacioso, éste superpuesto al primero. Los arquitectos quisieron imitar un tanto al Santuario de Lourdes, y trazaron una amplia escalinata de dos brazos, erigieron las catorce cruces del Viacrucis, hicieron saltar el agua de unas rocas vecinas... Juan XXIII, a instancias del episcopado indio, elevó el templo a la categoría de basílica menor y todos comenzaron a calificar al santuario de la "Madre de la Salud de Vailankanni" como "el Lourdes de la India".


La festividad de la "Madre de la Salud" se celebra el 8 de septiembre de cada año. Más de 1,000,000 de peregrinos se concentra en la jornada para honrar la natividad de Nuestra Señora. Llegan al Estado de Támil Nádu, a la diócesis de Thanjavur y a esta aldea de 5,000 habitantes, desde todas partes del inmenso país. Llegan los que son y se profesan católicos, indios lógicamente; pero llegan también y esto es novedoso miles y miles que se confiesan musulmanes, hindúes, jainistas, shiks, parsis. Las concentraciones masivas no se hacen solo el día 8 de septiembre. Durante todo el año y particularmente en Pascua, en mayo, en agosto..., las multitudes se apiñan en el santuario. La Iglesia de India, que cuenta con muchos otros templos dedicados a la Virgen, no ha procedido por el momento, al menos a declarar al de la "Madre de la Salud" como el Santuario Mariano nacional, pero pocas dudas caben de que éste de la aldea de Vailankanni sea el principal y tal vez el más antiguo de todos los santuarios marianos de la India, seguido muy de cerca también es verdad por el de la "Virgen de las Gracias", en Sardana, diócesis de Meerut en el Norte del país, y por el de la "Virgen del Monte", en Bandra, archidiócesis de Bombay.


Resultaba lógico que el Santuario de la "Madre de la Salud" expresara el amor maternal de Nuestra Señora en instituciones de asistencia y de beneficencia para los más desvalidos: los niños y los ancianos. Y así se ha hecho, en efecto. A la sombra del Santuario se han construido dos orfanatos. Uno para niños, y otro para niñas.


Funcionan también aquí mismo un asilo para ancianos y ancianas y un dispensario para urgencias que no cierra sus puertas ni de día ni de noche por la extraordinaria afluencia de peregrinos que de día y de noche suben hasta la colina.


Los orfanatos del Santuario, como los otros 800 que la Iglesia tiene en India para bien de los niños huérfanos y abandonados, están financiados, al menos parcialmente por la obra de la Infancia Misionera.



Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, beatos Ralph Corby, jesuita, y Juan Duckett, presbíteros y mártires, que, siendo rey Carlos I, fueron condenados a muerte en el patíbulo de Tyburn por haber entrado en Inglaterra como sacerdotes, alcanzando así la palma celestial (1644).

Fecha de beatificación: 15 de diciembre de 1929 por el Papa Pío XI.



Juan Ducket nació en Inglaterra, en l613, en la región de Yorkshire. Se cree que era sobrino del beato Jaime Ducket, quien también fue mártir. Realizó los primeros estudios en un colegio inglés de la ciudad de Douai (Francia), donde más tarde recibió la ordenación sacerdotal. Años después concurrió a la universidad de París.

Al confesar que era sacerdote católico, fue enviado a Londres y encarcelado en un presidio de las cercanías. Allí lo acompañó el padre Ralph Corby, sacerdote jesuita, también apresado cuando celebraba misa en la localidad de Hamsterley Hall.


Este último vio la luz en 1598 en Maynooth, Todos los miembros de su familia habían ingresado a la vida consagrada. Su padre y dos de sus hermanos pertenecían a la compañía de Jesús, y dos hermanas eran benedictinas en Bruselas.


Ralph Corby se incorporó a la Compañía en Watten (Vlandes). Tenía treinta y cuatro años cuando comenzó su apostolado en Inglaterra, en el condado de Durham, de donde era oriunda su familia. Durante doce años trabajó infatigablemente, sosteniendo con su palabra de fe a los fieles, atemorizados por la persecución de la corona.


En el mes de setiembre ambos sacerdotes fueron condenados a morir en el patíbulo. Fuera de Inglaterra, los jesuitas trabajaron para conseguir la libertad del padre Corby, quien al enterarse ofreció su lugar al padre Ducket, cosa que éste no aceptó. Las gestiones emprendidas para liberarlos fracasaron, y el día 7 de setiembre de 1644 fueron llevados a Tyburn. Tranquilos y sonrientes marcharon hacia el lugar del suplicio. El padre Ducket bendecía a todos aquellos que se acercaban. A un pastor protestante que quiso convertirlo, lo atajó diciendo: "No he venido a este lugar para que me enseñen mi fe, sino a morir por ella".


Puestos bajo las respectivas horcas, el padre Corby habló a los que allí se hallaban, exaltando la fe católica y su alegría por haber merecido la palma del martirio. La víspera de la ejecución, el beato Juan Ducket escribió una carta al vicario apostólico de Inglaterra, quien en ese entonces se hallaba en París. En ella le expresaba que no temía a la muerte, que la recibiría con júbilo, "porque Cristo es mi vida y la muerte mi victoria".


Si usted tiene información relevante para la canonización de los Beatos Juan y Ralph, por favor contacte a:

Catholic Bishops’ Conference of England and Wales

39 Eccleston Square

London SW1V 1BX, UNITED KINGDOM


¡Felicidades a quienes lleven estos nombres!



Martirologio Romano: En Orleans, en la Galia Lugdunense (hoy Francia), san Evorcio, obispo (s. IV).

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.



Viajando en el tiempo, nos encontramos hoy en Orleáns. Resulta que había un concilio y había reunidos muchos obispos para tratar el la condena de las herejías reinantes en aquellos turbulentos años del 358.

Estaban trabajando a fondo. Mientras hacía un día la oración acostumbrada, entró un desconocido y todos pusieron cara de sorpresa.


Un guardián del templo, picado por la curiosidad, se acercó a él y le preguntó qué hacía allí.


"Soy subdiácono de la Iglesia y mi nombre es Evorcio. Mi patria es Benevento y vengo en busca de mis hermanos Eumorcio y Casia.

Están cautivos y quiero que le den la libertad".


El guaria le llevó a su casa y lo alojó en ella.


Al día siguiente se puso en camino. El guardia lo llamó y le dijo: "Amigo de Dios, ¿no sabes lo que pasa aquí? Desde que murió el obispo, no han encontrado a un sucesor.

Hay dos bandos y nadie se entiende. Quédate con nosotros".


Se fue a la iglesia y se colocó al lado del guardián. Rezaron juntos. Y en ese momento apareció una blanca paloma sobre Evorcio.


Todos, sin dudarlo, le nombraron obispo, y gobernó la diócesis durante 30 años. Murió el 7 de septiembre del 388.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!


Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com



Sacerdote y Fundador de la Congregación de las

Religiosas de la Bienaventurada Virgen María de Loreto


Martirologio Romano: En Powazki, Polonia, beato Ignacio Klopotowski, presbítero y fundador (1931)

Fecha de beatificación: Fue beatificado el 19 de junio de 2005 en el pontificado de S.S. Benedicto XVI



Nació el 20 de julio de 1866 en Korzeniówka, en la región de Podlasie. Frecuentó el instituto de estudios clásicos de Siedlce. En 1883 entró en el seminario mayor de Lublin. Para completar los estudios, al cuarto año fue enviado a la Academia de teología de San Petersburgo, donde obtuvo la licenciatura en teología. Recibió la ordenación sacerdotal el 5 de julio de 1891 en la catedral de Lublin, de manos de monseñor Franciszek Jaczewski.

Después de la ordenación, fue nombrado vicario parroquial en la parroquia de la Conversión de San Pablo. En 1892 fue designado capellán del hospital de San Vicente y profesor del seminario mayor, donde durante catorce años enseñó, entre otras disciplinas, sagrada Escritura, teología moral y derecho canónico.


En su trabajo pastoral se encontró muchas veces con la miseria moral y material, el desempleo, la ignorancia y el subdesarrollo; estas eran las condiciones en que vivía gran parte de la sociedad de entonces. Para paliar estas situaciones, fundó diversas instituciones de beneficencia: una casa de trabajo retribuido, una escuela profesional, el hospicio de San Antonio para mujeres de la calle, orfanatos, residencias de ancianos, etc.


El padre Klopotowski, que estaba atento a la voz de Dios y la reconocía ante todo en la oración y en las circunstancias concretas de la vida, no se contentó con satisfacer las necesidades básicas de los más pobres, sino que también quiso llevarles ayuda espiritual, preocupándose a la vez por su situación cultural. Su vida se polarizaba en torno a la Eucaristía. El rosario era para él un importante elemento de la piedad mariana. En particular, cuando Polonia se liberó de Rusia, promovió incansablemente la educación cristiana de niños y jóvenes, defendiendo con empeño la figura de la madre en el hogar y su papel insustituible en la educación de los hijos y en la transmisión de las primeras nociones de la fe.


Ya durante los primeros años de su sacerdocio publicó libros de oración y de contenido religioso. En 1905 empezó a publicar el diario "Polaco-Católico", el semanario "La Semilla" y la revista mensual "El Buen Domingo". Su celo por la difusión del rosario lo impulsó a publicar la revista mensual "Círculo del Rosario"; fruto de su amor a la niñez es la publicación "El Ángel Custodio".


En uno de sus escritos decía: "Todo niño abrazado contra el corazón, toda existencia humana salvada de la muerte, todo centésimo sumado a una obra buena, son un gran mérito ante la patria".


Con el fin de garantizar la continuidad de la acción apostólica mediante la palabra impresa, el 31 de julio de 1920 fundó la congregación de las Religiosas de la Bienaventurada Virgen María de Loreto. Sabía que la vocación del sacerdote consiste en guiar a las personas a la salvación. Para lograrlo a través de los medios de comunicación más modernos de su tiempo, se inspiraba en las exhortaciones de los Sumos Pontífices León XIII y Pío X a oponer a la prensa negativa la fuerza de la buena. Por lo demás, consideraba la palabra impresa como la prolongación del ambón y un medio muy idóneo para difundir el reino de Dios en la tierra. Murió el 7 de septiembre de 1931, y fue enterrado en el cementerio de Powazki.


Si usted tiene información relevante para la canonización del beato ignacicio, contacte a:

ul. Sierakowskiego 6

03-717 Warszawa, POLONIA


Reproducido con autorización de Vatican.va



Martirologio Romano: En Parma, ciudad de la Emilia, en Italia, beata Eugenia Picco, virgen, de la Congregación de las Pequeñas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, que, entregada al cumplimiento de la voluntad de Dios, promovió la dignidad de la mujer y se dedicó a la formación de las religiosas (1921).

Fecha de beatificación: Fue beatificada el 7 de octubre de 2001 por S.S. Juan Pablo II.



"Como Jesús ha escogido el pan, algo tan común, así debe ser mi vida, común... accesible a todos y, al mismo tiempo, humilde y escondida, como lo es el pan".

Estas palabras de Eugenia Picco brotan de una larga contemplación de Jesús, Pan de vida, entregado por todos. A esta contemplación Eugenia llega tras un largo y doloroso camino.


Nace en Crescenzago (Milán) el 8 de noviembre de 1867 de José Picco y Adelaida del Corno. El padre es un excelente músico de «La Scala» de Milán, ciego. La madre es una mujer frívola, que no ama a su marido, sino que prefiere el dinero, el éxito y los viajes. De Eugenia cuidan habitualmente los abuelos y encuentra a sus padres durante las breves pausas que se conceden entre una gira y otra, hasta que un día la madre vuelve sola, sin su marido, dándolo por muerto.


Eugenia, no sabrá nunca nada de su padre. Desde este momento la madre obliga a la hija a vivir con ella y con su amante, del que luego tendrá otros dos hijos. Eugenia crece en un ambiente irreligioso y moralmente malsano, teniendo que convivir entre los deseos mundanos de la madre que la quiere cantante famosa y con el amante de la madre que la molesta y la fastidia frecuentemente.


«Peligros y ocasiones tanto en casa como afuera» dirá luego Eugenia recordando aquellos años de tribulación y aquel «instintivo» anhelo de orar, de mirar hacia arriba, en el silencio de la austera basílica de S. Ambrosio de Milán, donde cada día va a pedir ayuda a Dios, casi sin conocerlo. Hasta que una tarde de mayo de 1886, Eugenia siente dentro de sí la llamada a la santidad y desde aquel instante caminará, con prontitud y fidelidad indefectibles hacia la perfección.


A los veinte años Eugenia decide amar a Jesús y ser santa. Ingresa en la todavía joven Familia Religiosa de las Pequeñas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María huyendo de casa el 31 de agosto de 1887, siendo inmediatamente acogida, comprendida y amada por el Fundador, el venerable Agustín Chieppi.


El 26 de agosto de 1888 comienza el noviciado y el 10 de junio de 1891 emite la primera profesión religiosa en manos del mismo Fundador. Hace la profesión perpetua el 1 de junio de 1894.


Simple y humilde, fiel y generosa, se entrega sin reservas a las alumnas del Colegio de las que es maestra de música, canto y francés; a las novicias de las que es madre y maestra; a las hermanas como archivista, Secretaria general y Consejera. En junio de 1911 es elegida Superiora general permaneciendo en el cargo hasta la muerte.


Mujer valiente, hace voto de cumplir con perfección serena y tranquila los deberes de Superiora y esto para cumplir la voluntad de Dios.


Animadora sabia y prudente de la Congregación de las Pequeñas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, durante su gobierno desarrolla una actividad iluminadora y prudente para una organización definitiva del Instituto, proponiéndose cumplir las directrices transmitidas por el Fundador.


Para todos es madre, especialmente para los pobres, para los pequeños y para los marginados, a los que sirve con caridad generosa e incansable. Las necesidades y los dramas de muchos hermanos durante la gran guerra de 1915-1918 le abren aun más el corazón para acoger todo llanto, tanto dolor y toda preocupación social o privada.


Su principal apoyo, el eje vital de su vida interior y de toda la obra y trabajo apostólico es para Sor Eugenia la Eucaristía, su gran amor, centro de piedad, alimento, consuelo y gozo de sus jornadas densas de oración y de fatiga.


Jesús le infunde su celo por la salvación de las almas, su deseo ferviente de llevar a todos a la Casa del Padre y es en su ardiente amor a Jesús donde se encuentra la explicación de su incesante actividad caritativa.


De salud débil, con un cuerpo consumido por la tuberculosis ósea, tiene que someterse, el año 1919, a la amputación de la extremidad inferior derecha. Sor Eugenia se ofrece con toda disponibilidad a cumplir los planes del Padre sobre ella, pronta a cualquier inmolación, mostrándose siempre la amiga sonriente de Jesús, de los hermanos y del mundo.


Este dinamismo que concentra todos sus deseos y toda su voluntad en Dios, esta decisión resuelta de caminar hacia la perfección, expresada en una vida de mortificación, de pureza, de obediencia, de heroismo, de obras virtuosas, viviendo lo ordinario y más humilde de la vida de manera extraordinaria, es el clima en el que se desarrolla la existencia de Sor Eugenia Picco.


En la enfermedad y en la muerte cumple su total consagración a Dios. Sor Eugenia muere santamente el 7 de septiembre de 1921.


Su fama de santidad pervive e incluso irá en aumento después de su muerte. Por todas partes se oyen expresiones de devota admiración y veneración hacia Sor Eugenia, considerada por todos como ejemplo de extraordinaria virtud y modelo de piedad, celo, prudencia, espíritu de sacrificio y sabiduría.


Comenzado el Proceso de beatificación en septiembre de 1945, el 18 de febrero de 1989 fue reconocido el ejercicio heroico de las virtudes y el 20 de diciembre de 1999 se publicó el Decreto sobre el milagro, atribuido a su intercesión, que reconoce la curación prodigiosa de Camilo Talubingi Kingombe de la diócesis de Uvira (ex Zaire) acaecida el 25 de agosto de 1992.


El 7 de octubre del 2001, Juan Pablo II la proclama «beata».


La luz que acompañó los pasos de Eugenia niña, contemplada sólo por Dios, la luz que brilló de repente en los días de su juventud, la luz que la condujo a la santidad, la luz a través de la cual ha llegado a la vida de tantos hermanos y hermanas desorientados y confusos, se transforma en mensaje para hoy, cuando tanto se insiste sobre los condicionamientos psicológicos negativos, que pueden provenir de situaciones dificiles, sin tener debidamente en cuenta lo que puede la gracia cuando es acogida y secundada.


Si usted tiene información relevante para la canonización de la Beata Eugenia, contacte a:

P.le S. Giovanni, 7

43100 Parma, ITALY


Reproducido con autorización de Vatican.va



Martirologio Romano: En la isla Woodlark, en Oceanía, beato Juan Bautista Mazzucconi, presbítero del Instituto de Milán para Misiones Extranjeras y mártir, que después de dos años evangelizando, ya exhausto por fiebres y llagas, fue decapitado por odio a la fe (1855).

Fecha de beatificación: Juan Pablo II lo beatificó en el año 1984.



Sus padres eran dueños de una hilandería y muy estimados por su generosidad. Tuvieron doce hijos, de los cuales tres se hicieron sacerdotes y cuatro fueron monjas. Juan, el noveno hijo, es ordenado sacerdote en el 1850 y enseguida entra en el Seminario para las misiones extranjeras recientemente fundado (actualmente lo conocemos como PIME: Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras). Con él los aspirantes a misioneros son seis, y empiezan una preparación apasionada, pero incompleta por el lugar en que serán enviados: Oceanía.

En el marzo de 1852 se embarcan en Londres con destino a Australia cinco presbíteros: Paolo Reina, Carlo Solerio, Timoleone Raimondi, Ángel Ambrosoli y Juan Mazzucconi, junto con los catequistas Luis Tacchini y José Corti. De Australia parten, en octubre, a su zona misionera, se dividen en grupos sobre las islitas Rook y Woodlark, cerca de Nueva Guinea. Reciben las consignas de los misioneros Maristas, que se retiran totalmente maltrechos.


Mazzucconi, con el Padre Reina, el Padre Ambrosoli y José Corti, se establece en Rook. Pero pronto cae enfermo: y su aspecto doliente le hace recibir con mayor fuerza la hostilidad de los isleños. Mazzucconi descubre pronto que "los padres y las madres matan más que la mitad de sus hijos" apenas nacidos. Todo va mal. Pero él acepta la situación, se empeña en entender a los lugareños y busca medios para ganar la confianza de aquellos, venciendo las dificultades y peligros. Luego da fiebres terribles tiene que ir a recibir tratamiento médico en Australia.


Una vez curado, se reenbarca, y cuatro meses después reaparece en Woodlark en una goleta de nombre Gazelle. Aquí se entera que el Corti ha muerto, y que todos los misioneros han tenido que regresar a Australia, sin haber podido comunicarle a él sobre ese retorno. Estaba pues tan solo con la tripulación de la Gazelle. Y es el primero a morir: un notable de la isla, sube al barco aparentando deseos de saludarlo, lo derriba con un golpe de hacha en la cabeza, luego más hombres abordan la nave, todo es matanza y saqueo. Los cuerpos de las víctimas acaban en mar.


Después de meses una expedición de Australia llega a la islita, recoge testimonios del crimen, sobre el sitio en que tuvo lugar y sobre como fue su suplicio.


125 años después, el PIME ha vuelto, un miembro de aquél instituto, contemporáneo nuestro, ha escrito sobre Juan Bautista Mazzucconi: "No es un personaje que tenerlo en un nicho... Es un joven moderno y actual, por la sensibilidad y mentalidad que tuvo, por el camino que trazó, por la vocación misionera que realizó" (Piero Gheddo).


Reproducido con autorización de Santiebeati.it



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