noviembre 2013









Eloy, Santo
Eloy, Santo

Orfebre

Diciembre 1






El hijo de Euquerio y de Terrigia parece que desde el comienzo de su existencia estuvo bajo el signo de la predilección divina. Así lo asegura la leyenda de su vida. Despierto de inteligencia y hábil en el empleo de sus manos. Aprendiz de platero de los de antes, es decir, de los que tienen que martillear el metal para sacarle de las entrañas la figura que el artista tiene en su mente. Tanta destreza adquirió que el rey Clotario II, su hijo Dagoberto luego y su nieto Clovis II después, lo tuvieron como propio en la corte para los trabajos que en metales preciosos naturalmente necesitan los de sangre azul que viven en palacios y tienen que solventar compromisos sociales, políticos y hasta militares con sus iguales.


Pero lo que llamó poderosamente la atención de estos principales del país galo no fue sólo su arte. Eso fue el punto de arranque. Luego fue el descubrimiento de su entera personalidad profundamente honrada. Un hombre cabal. De espíritu recto. Cristiano más de obras que de nombre. Piadoso en su soledad y coherente en la vida. Prudente en las palabras y ponderado en los juicios. Un sujeto poco frecuente en sus tiempos atiborrados de violencia.


El rey Dagoberto, considerando los pros y contras, pensó que era el hombre ideal para solucionar el antiguo contencioso que tenía con el vecino conde de Bretaña, lo envió como legado y acertó en la elección por el resultado favorable que obtuvo. No es extraño que Eloy o Eligio pasara a ser solicitado como consejero de la Corona.


Aparte de sus sinceros rezos privados y del reconocimiento de su indignidad ante Dios —cosa que le dignificaban como hombre—, supo compartir con los necesitados los dineros que recibía por su trabajo. Patrocinó la abadía de Solignac, a sus expensas nacieron otros en el Lemosin y, en París, la iglesia de San Pablo.


No es sorprendente que al morir el obispo de Noyon y de Tournay, el pueblo tuviera sensibilidad para desear el desempeño de esa misión a Eloy y, menos sorprendente aún, que el rey Clovis pusiera toda su influencia al servicio de esa causa. Casi hubo que forzarle a aceptar. Ordenado sacerdote y a continuación consagrado obispo, se dedicó a su misión pastoral con el mejor de los empeños en los diecinueve años que aún el Señor le concedió de vida. Fueron frecuentes las visitas pastorales, se mostró diligente en el trato con los sacerdotes, se tiene por ejemplar su disciplina de gobierno y esforzado en la superación de las dificultades para extender el Evangelio allí donde rebrotaba la idolatría pagana o echaban raíces los vicios de los creyentes. Hasta estuvo presente en el concilio de Chalons-sur-Seine, del 644.


Este artífice de los metales nobles y de las gemas preciosas que no se dejó atrapar por la idolatría a las cosas perecederas ha sido adoptado como patrono de los orfebres, plateros, joyeros, metalúrgicos y herradores. Ojalá los que asiduamente tienen entre sus manos las joyas que tanto ambicionan los hombres sepan sentirse atraídos por los bienes que no perecen

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Clementina Anuarite Nengapeta, Beata
Clementina Anuarite Nengapeta, Beata

Diciembre 1

"La María Goretti afrinaca"




Etimológicamente significa “generosa, indulgente.” Viene de la lengua latina.


En los instantes o días de depres, cuando tu corazón parece que no escucha a Dios o él no te oye, abandónate con toda sencillez a la vida del Espíritu. Y no te hundas. Tu poca fe te basta.


Esta joven del Zaire murió en 1964. Le tocaron tiempos horrible. Era la época en la que el Congo se independizaba de Europa (Bélgica) al grito de ¡fuera los blancos!


Y precisamente en este ambiente de crispación es donde nació y se fraguó el martirio de Clementina.


Dicen que era una religiosa de fuerte voluntad, aunque su cultura e inteligencia no brillaran a gran altura.


No le tenía miedo a nada ni a nadie. Sabía resistir al mal y a los peligros haciendo el bien.


Había un coronel revolucionario que le pedía insistentemente una chica a la superiora.


La suerte cayó en la joven Clementina. Cuando se dio cuenta de las malas intenciones del militar, le gritó fuerte :"No quiero, no quiero, no quiero, prefiero la muerte antes que ser suya".


El bruto del coronel, al ver la negativa de la chica, le golpeó, se enfureció, cogió una pistola y le dio muerte a la religiosa.


Antes de morir, pidió perdón al coronel. Le dijo:" Le perdono...no tengo en cuenta lo que me has hecho...el Padre de perdona".


Esta preparación al martirio no se improvisa. Llevaba una vida llena de amor a Dios, ayudaba a todo el mundo, consolaba a los apenados, alegraba a los alegres.


Nació en 1939 en Wamba en el seno de una familia pagana. El padre le puso por nombre Nengapeta, pero, al hacer la profesión religiosa, se puso el de Clementina en la congregación de la Sagrada Familia.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!



La corte ha dado también santos. Blanca era hija de Alfonso IX, rey de Castilla y de Eleonora de Inglaterra.

Nació en el año 1185.


Cuando era todavía una adolescente quinceañera, contrajo matrimonio con Luis, hijo de Felipe-Augusto, rey de Francia en el año 1200.


Al morir Felipe, el 14 de julio de 1223, ocupó el trono su marido con el nombre de Luis VIII.


Se le coronó, al estilo de aquellos siglos, en la bella catedral de Reims al mes siguiente.


A los tres años murió el rey Luis. Los obispos estaban presentes y veían con gran dolor la pena que tenía Blanca.


La consolaron y le dieron la regencia y la tutela de su hijo.


Dicen que como regente mostró una fina prudencia y al mismo tiempo mucha energía.


Nadie – comentaban – se lo podían imaginar.


Hizo trizas todas las intrigas que conspiraban contra la corona real.


La guerra contra los albigenses continuó. En 1228, hizo un tratado de paz con Raimundo, conde de Tolosa.


Educó a su hijo en la verdad cristiana. Por eso, con esta buena madre y su profunda fe, su hijo llegaría también más tarde, a la santidad: san Luis rey de Francia.


Fue en peregrinación a Tierra Santa. Murió cuatro años más tarde. Sus restos descansan en el monasterio de Maubuisson, fundado por ella misma.


En Roma, en la iglesia de los franceses, se conservan algunas de sus reliquias.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!


Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com



Es descrito como un apuesto joven protestante, que estudió en Oxford.

Convertido al catolicismo estudió en el colegio inglés en Reims, Francia, y fue ordenado sacerdote el 29 de marzo de 1578.


Regresó a Inglaterra en Agosto de 1579, como misionero en Somersetshire, detenido el 28 de abril de 1581 en Londres en la casa del Padre Robert Persons.


Fue torturado en las Torres de Londres, en parte para que indicara el paradero del Padre Robert. Durante su encarcelamiento escribió a los Jesuitas solicitando ser admitido, recibiendo respuesta positiva en las últimas semanas de su arresto.


Fue condenado a morir, junto con otros seis sacerdotes el 16 de Noviembre de 1581 en Wetminster, su crimen: ser sacerdotes católicos.


En prisión, Alejandró talló una pequeña cruz de madera, que luego usaba todo el tiempo, incluso durante el juicio donde le dijo al juez: "Usted podrá quitármela de mis manos, pero no de mi corazón".


Es uno de los cuarenta mártires de Inglaterra y Gales.


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Hermano Carlos de Jesús) nace en Francia, en Estrasburgo, el 15 de septiembre 1858. Huérfano a los 6 años, creció con su hermana Maria, bajo los cuidados de su abuelo, orientándose hacia la carrera militar.

Adolescente, pierde la fe. Conocido por su gusto de la vida fácil él revela, no obstante una voluntad fuerte y constante en las dificultades. Emprende una peligrosa exploración a Marruecos (1883- 1884). El testimonio de fe de los Musulmanes despierta en él un cuestionamiento sobre Dios: «Dios mío, si existes, haz que te conozca ».


Regresando a Francia, le emociona mucho la acogida discreta y cariñosa de su familia profundamente cristiana, y comienza una búsqueda. Guiado por un sacerdote, el Padre Huvelin, él encuentra a Dios en octubre 1886.Tiene 28 años. «Enseguida que comprendí que existía un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que de vivir sólo para El».


Durante una peregrinación a Tierra Santa descubre su vocación: seguir Jesús en su vida de Nazareth. Pasa 7 años en la Trapa, primero N.S. de las Nieves, después Akbes, en Syria. Enseguida después, él vive solo en la oración y adoración cerca de las Clarisas de Nazareth.


Ordenado sacerdote a los 43 años (1901) parte al Sahara, primero Beni-Abbes, después Tamanrasset en medio de los Tuaregs del Hoggar. Quiere ir al encuentro de los más alejados, «los más olvidados y abandonados».Quiere que cada uno de los que lo visiten lo consideren como un hermano, «el hermano universal». El quiere «gritar el evangelio con toda su vida» en un gran respeto de la cultura y la fe de aquellos en medio de los cuales vive. «Yo quisiera ser lo bastante bueno para que ellos digan: “Si tal es el servidor, como entonces será el Maestro...”?».


En el atardecer del 1° de Diciembre 1916, fue matado por una banda que rodeó la casa.


Siempre soñó compartir su vocación con otros: después de haber escrito varia reglas religiosas; pensó que esta «vida de Nazareth» podía ser vivida en todas partes y por todos. Actualmente la «familia espiritual de Charles de Foucauld» comprende varias asociaciones de fieles, comunidades religiosas e institutos seculares de laicos y sacerdotes.


Fue beatificado por Benedicto XVI el 13 de Noviembre de 2005 en la Basílica de San Pedro en Roma.


Aquí podrás ver más sobre Charles de Foucauld


Con autorización de Vatican.va



Martirologio Romano: En Montpellier, de la Provenza, en Francia, beato Juan de Verceli, presbítero, maestro general de la Orden de Predicadores, que predicó incansablemente la reverencia al nombre de Jesús (1283).

Juan nació en Vercelli alrededor del año 1205.


Cuando la historia habla de él por primera vez, tenía ya cuarenta años y era prior de los dominicos de Vercelli.


Tras haber dado pruebas de su fuerza de carácter y habilidades en varios cargos y misiones, fue elegido como sexto maestro general de la Orden de Predicadores, en 1624.


Durante diecinueve años, desempeñó ese oficio en forma muy distinguida. Juan era de estatura más bien baja (en su primera carta a sus hermanos se llama a sí mismo "pobre hombrecito") y de rostro tan alegre que, según se dice, exigía que su ayudante fuese siempre un fraile de aspecto severo e imponente.Pero su energía suplía con creces su baja estatura.


En efecto, visitó y reformó incansablemente los conventos de su orden en toda Europa, sin dispensarse jamás durante sus viajes de los ayunos eclesiásticos y de los de su orden.


Gregorio X, poco después de su elección al pontificado, confió a Juan de Vercelli y a los dominicos la tarea de hacer la paz entre los estados italianos. Tres años más tarde, el Papa pidió al beato que redactase un "esquema" para el segundo Concilio Ecuménico de Lyon.


En el Concilio conoció el Beato Juan a Jerónimo de Ascoli (más tarde Nicolás IV), quien había cedido a San Buenaventura en el cargo de general de los franciscanos. Ambos escribieron juntos una carta a sus súbditos.


Más tarde, la Santa Sede los envió como mediadores entre Felipe III de Francia y Alfonso X de Castilla. Ello no fue más que una continuación del oficio de pacificación en el que tanto se distiuguió Juan de Vercelli.


El beato fue uno de los primeros propagadores de la devoción al nombre de Jesús, que el Concilio de Lyon recomendó como acto de reparación por las blasfemias de los albigenses.


El Beato Gregorio X eligió particularmente a Juan de Vercelli como capitán de la Orden de Predicadores, para difundir esa devoción. El beato escribió inmediatamente a todos los provinciales.


Filialmente se decidió que en todas las iglesias de los dominicos hubiese un altar dedicado al Santo Nombre de Jesús y que se formasen cofradías contra la blasfemia.


En 1278, el maestro general envió a un visitador a Inglaterra, donde algunos frailes habían atacado la doctrina de Santo Tomás de Aquino, muerto recientemente.


El beato había nombrado al Doctor Angélico para ocupar la cátedra de teología en París, ya que San Alberto Magno no quiso aceptarla. Dos años más tarde, Juan de Vercelli asistió a un capítulo general en Oxford. Como su predecesor, Humberto de Romanos, el beato se negó a aceptar la dignidad episcopal y un cargo en la curia romana.


También renunció al cargo de general de la orden, pero su renuncia no fue aceptada, de suerte que ejerció ese oficio hasta su muerte, ocurrida el 30 de noviembre de 1283.


Su culto fue aprobado en 1903.




Noviembre 30




Etimológicamente significa “audaz, fuerte”. Viene de la lengua alemana.


Incluso cuando haya en el creyente dudas, la presencia del Espíritu Santo permanece, en los días apacibles como en las horas de aridez.

Dios no hace acepción de personas. A todos los quiere y llama por igual para que hagan en la vida algo concreto que ayude a los demás y se santifiquen.


Este joven nació de una familia rica y con el título de condes de Stahleck.


En esa casa acomodada surgió la vocación para cisterciense en la abadía de Schoeneau. Tuvo dificultades al principio porque no tenía ninguna clase de estudios.


Entonces, cuando sólo tenía 16 años, se fue de ermitaño a una ermita que él mismo se construyó cerca de Maguncia.


Dios le guiaba en cada instante. Por eso le vino la idea de fundar allí un monasterio de monjas cistercienses.


Se dirigió al abad cercano, y éste le envió un grupo de religiosas de la abadía de Marienhausen.

Así nació la abadía de Chumbd.


En estas circunstancias, el abad le impuso el hábito de la Orden. Pronto lo hicieron el padre espiritual de las religiosas, una vez, claro está, que se ordenó de sacerdote.


Entre estas religiosas había dos hermanas suyas.

Cayó enfermo y así estuvo durante muchos años. Todo el mundo, comenzando por las religiosas, lo consideraban un verdadero santo que vivía entre ellas.


Nadie podía suponer que muriera tan joven: a los 28 años. Fue tal día como hoy del año 1191. Lo sepultaron en la iglesia del monasterio.

Sus restos se conservan en la actualidad en la abadía de Himmerod.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!



Nació en Ratisbona (Alemania). Sus padres pertenecían a la clase media. Entró como hermano no clérigo en el convento de los agustinos, y sirvió a la comunidad como carpintero, con el encargo de proveer a la casa la leña necesaria para el uso cotidiano, un modesto trabajo llevado a cabo durante años unido a una profunda vida de oración.

Pronto fue apreciado por su religiosidad, por su humildad y en particular por su ardiente devoción a la Eucaristía. Murió el 29 de noviembre de 1329.


Es una lástima que sea poco lo que se sabe de su vida. Conocemos, eso sí, algunas relaciones legendarias, como las aparecidas al inicio del siglo XX, provenientes de un manuscrito existente en la biblioteca del capítulo metropolitano de Praga, publicadas por el canónigo Dr. Podlaha. El autor, P. Hieronymus Streitel, prior de Ratisbona y cronista de la Orden a principios del siglo XVI, recoge tradiciones orales, preferentemente las ya propuestas en el retrato historiado que uno de sus inmediatos predecesores al frente de la comunidad ratisbonense, el P. Konrad Schleier, había seleccionado para decorar con ellas la tumba de Federico.


Entre ellas, la más conocida, narra cómo un día en que no pudo asistir a la misa, en el mismo lugar donde se encontraba trabajando recibió la comunión de manos de un ángel.


La carga de colorido con la que se presentan y enmarcan los hechos históricos conformidad a los gustos del tiempo, hoy hace que tales relatos sean vistos con fuertes reservas, incluso con rechazo.


Pero hay que tener en cuenta que al narrador medieval, más que la misma vida de los santos le interesaba mostrar su testimonio, y la confirmación y reconocimiento divino de su santidad mediante el milagro. Su intención era la de representar ejemplos de virtud e ideales religiosos que animaran a seguirlos.


Episodios como el expuesto atestiguan la devoción eucarística de nuestro beato y prueban el profundo efecto producido entre sus contemporáneos y la continuidad de la piadosa memoria de que fue objeto a lo largo de los siglos.


Los esfuerzos del siervo de Dios, P. Pío Keller, lograron su cometido cuando el 12 mayo de 1909, el papa Pío X ratificó el ininterrumpido culto que Federico había gozado y lo proclamó beato.



Nació en Yorkston, cerca de Barnstaple, Devonshire (bautizado el 20 de marzo de 1543 o 15444); murió en Launceston, Cornwall, el 29 Noviembre de 1577.

Era hijo de William Mayne; su tío era un sacerdote cismático que lo hizo educacar en la escuela primaria de Barnstaple.


Fue ordenado ministro protestante a la edad de dieciocho o diecinueve años. Entonces se fue a Oxford, primero a Saint Alban´s Hall, y luego a la Universidad de Saint John, donde se graduó en 1570.


Durante su permanencia en Oxford conoció al Dr. Gregorio Martin y al Beato Edmundo Champion, que era todavía protestante. Cutberto comprendió muy pronto que la verdad estaba en el catolicismo, pero no se atrevió a abandonar el protestantismo por miedo de perder cuanto tenía y quedarse en la miseria. Martin y Campion partieron al Colegio Inglés de Douai y desde allí escribieron varias veces a Cutberto para invitarle a reunirse con ellos.


En 1570,poco después de que Cutberto había obtenido la lincenciatura, una de esas cartas cayó en manos del obispo de Londres quien mandó arrestar a todos los estudiantes de Oxford cuyos nombres figuraban en ella. Cutberto estaba entonces ausente, de suerte que escapó de la prisión casi milagrosamente. Pero aquel incidente venció sus últimas resistencias: inmediatamente abjuró del protestantismo y, en 1573, ingresó en el Colegio de Douai.


Tres años después, recibió la ordenación sacerdotal y obtuvo el título de bachiller en teología.


En abril de 1576, fue enviado a Inglaterra con el Beato Juan Payne. Cutberto Mayne fue el décimo quinto sacerdote de Douai enviado a Inglaterra.


Nuestro Santo estableció su residencia en casa de Francisco Tregian, en Golden de Cornwall, donde se hizo pasar por un criado. Sabemos muy poco acerca de los ministerios de Cutberto. Lo cierto es que su presencia despertó sospechas porque un año después, el alcalde mayor, Ricardo Grenville, recorrió palmo a palmo la casa de Tregian.


El Padre Mayne fue arrestado por llevar al cuello un "Agnus Dei". También el señor Tregian fue detenido. El alcalde arrastró a Cutberto de la casa de un noble a otro. Finalmente, en Launceston le encerró en una horrible mazmorra y le encadenó a un poste del camastro.


Hacia el día de la fiesta de San Miguel, el Padre Mayne fue juzgado por varios crímenes: por haber obtenido de Roma y publicado en Golden "una facultad de absolver" a los súbditos de la reina (en realidad se trataba de un ejemplar de un ejemplar de la indulgencia del jubileo de 1575); por haber enseñado en la cárcel de Launceston que el obispo de Roma conservaba el poder espiritual sobre Inglaterra y haber dado el Señor Tregian "un objeto vano y supersticioso, vulgarmente llamado "Agnus Dei" (de lo cual no se adujo pruba alguna); y por haber celebrado la misa (pues se habían descubierto en Golden un misal, un cáliz y unos ornamentos sacerdotales). Todo ello era contrario a los estatutos de la reina.


El jurado dirigido por el fiscal Manwood, después de hablar muy largamente con el alcalde Grenville, declaró culpable al acusado, que fue condenado a muerte. Tres de los cuatro señores y los tres administradores de sus fincas fueron condenados a prisión perpetua y a la confiscación de sus bienes, por haber prestado ayuda al culpable.


Pero el segundo juez, que se llamaba Jeffrey, descontento de la forma en que se había llevado el proceso, consideró que el caso fuera estudiado nuevamente por todo el cuerpo judicial en Serjeants´Inn. Los jueces no lograron ponerse de acuerdo; pero, aunque la mayoría opinaba como Jeffrey, el Consejo Privado determinó que se ejecutase la sentencia para que sirviese de escarmiento a los sacerdotes que pasaban del continente a Inglaterra.


La víspera de la ejecución, se ofreció la libertad al Padre Mayne, a condición de que jurase la supremacía espiritual de la reina.


El beato pidió una Biblia, la besó y dijo: "La reina no ha sido ni será nunca la cabeza de la Iglesia en Inglaterra."


Fue conducido en un trineo al sitio de la ejecución y no se le permitió dirigir la palabra a la multitud desde el patíbulo. Como las autoridades tratasen de arrancarle una confesión contra el señor Tregian y su cuñado, Sir John Arundell, el Padre Mayne declaró: "Lo único que sé sobre ellos es que son hombres buenos y piadosos. El único que estaba al tanto de mi ministerio sacerdotal era yo mismo." El santo fue descuartizado vivo, pero probablemente ya había perdido el conocimiento cuando los verdugos enpezaron a desentrañarle.


Cutberto Mayne fue uno de los mártires beatificados por León XII. Su fiesta se celebra en Plymouth y algunas otras diócesis de Inglaterra. Las carmelitas de Lanherne poseen una importante reliquia del cráneo del santo; procede de Launceston, donde fue expuesta la cabeza después de la ejecución. Francisco Tregian fue desposeído de sus vienes y estuvo en diversas prisiones durante casi treinta años. Murió en Lisboa en 1608 y a sus reliquias se atribuyeron varios milagros. "Es de notar que ninguno de aquellos a los que el Padre Mayne reconcilió con la Iglesia, apostató de la fe católica, sin duda porque la habían conocido gracias a tan excelente maestro."


Pablo VI lo canonizó en 1970 como uno de los cuarenta mártires de Inglaterra y Gales.


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Saturnino de Tolosa, Santo
Saturnino de Tolosa, Santo

Obispo y Mártir

Noviembre 29






La ciudad de Toulouse, en el Languedoc francés, muestra con orgullo su magnífica e impresionante catedral —joya del románico— de Saint-Sernin. Tiene cinco naves, vasto crucero y un coro deambulatorio con capillas radiadas.


San Saturnino —nuestro conocido y tantas veces cantado Sanserenín de las canciones y juegos infantiles— fue el primer obispo de esta parte de la Iglesia.


No se conoce nada anterior a su muerte. Todo lo que nos ha llegado es producto del deseo de ejemplarizar rellenando con la imaginación y la fantasía lo que la historia no es capaz de decir. A partir de unos relatos probables se suman otros y otros más que lo van adornando como descendiente de familia romana — el nombre es diminutivo del dios romano Saturno— culta, adinerada, noble e incluso regia hasta llegar a las afirmaciones de Cesareo de Arlés que, nada respetuoso con la cronología, lo presenta candorosamente como oriundo de Oriente, uno más de los discípulos del Señor, bautizado por Juan Bautista, presente en la última Cena y en Pentecostés. Ciertamente es el comienzo de la literatura legendaria.


Lo que consta es que la figura está enmarcada en el siglo III, en tiempos de la dominación romana, después de haberse publicado, en el año 250, los edictos persecutorios de Decio, cuando la zona geográfica de Tolosa cuenta con una pequeña comunidad cristiana pastoreada por el obispo Saturnino que por no caer en idolatría, quemando incienso a los dioses, sufre el martirio de una manera suficientemente cruel para que el hecho trascienda los límites locales y la figura del mártir comience a recibir culto en el interior de las Galias, en la ribera mediterránea y pase también los Pirineos hacia España.


En tiempos posteriores, facilita la extensión de esta devoción el hecho de que el reino visigodo se prolongue hasta España lo que conlleva el transporte de datos culturales; también el peregrinaje desde toda Europa a la tumba el Apóstol Santiago en Compostela hace que los andariegos regresen expandiendo hacia el continente la devoción saturniniana, al ser Tolosa un punto de referencia clásico en las peregrinaciones, y con ello los peregrinos entran en contacto con las reliquias del mártir.


El martirologio romano hace su relación escueta en estos términos: "En Tolosa, en tiempo de Decio, San Saturnino, obispo, fue detenido por los paganos en el Capitolio de esta villa y arrojado desde lo alto de las gradas. Así, rota su cabeza, esparcido el cerebro, magullado el cuerpo, entregó su digna alma a Cristo".


Los relatos siguientes lo presentan atado con cuerdas a un toro que estaba dispuesto para ser sacrificado y que lo arrastra hasta dejarlo muerto y destrozado. Dos valientes cristianas —Les Saintes-Puelles— recogen su cuerpo y lo entierran cerca de la ruta de Aquitania.


El obispo Hilario hizo construir sobre la tumba de su antecesor una pequeña basílica que reformó san Exuperio en el siglo V y que destruyeron los sarracenos en el 711. Edificada lentamente durante el siglo XI, la consagró en papa Urbano II el año 1096 para que, en el 1258, el obispo Raimundo de Falgar depositara en su coro los restos de san Saturnino.

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Dionisio se llamó en el siglo Pedro Berthelot y nació en Honfleur-Calvados (Francia) el 12 de diciembre de 1600. A1 vestir el hábito de religioso carmelita cambió su nombre por el de Dionisio de la Natividad con el que ahora se le conoce.

Sus padres Pedro y Florida Morín, eran muy pobres, por ello el pequeño Pedro, en cuanto tuvo doce años, ya se enroló en la marina mercante para ayudar en algo a la precaria situación económica de la familia. Durante siete anos recorrió varios puertos de diferentes naciones: España, Inglaterra y hasta América.


A los diecisiete años salió en una flota en rumbo hacia las Indias Orientales. Sufrieron muchísimo durante toda la travesía, pero de todo salió ileso nuestro valiente y joven marino. Durante este tiempo de la travesía demostró tantas cualidades, tanta seriedad y responsabilidad, que el capitán del navío, el señor Beailieux, le nombró primer piloto del navío, cuando todavía era un joven inexperto. Era el 1618 cuando pisa tierra de las Indias, como primer piloto y especialista como cosmógrafo de los reyes de Francia y Portugal, para estudiar cuantos países descubran y visiten. Recuerdo de aquellos viajes y prueba fidedigna de su gran pericia y no menos valor, es el testimonio de su preciosa obra Tabulae maritimae que se conserva en el Museo Británico de Londres.


Mientras estaba en Goa, igual que en todas partes, procuraba llevar una vida de generosa entrega al Señor por medio de la oración y vida de sacrificio y de caridad, sirviendo a sus hermanos en cuanto le era posible. Estos días, su Padre espiritual, P. Fernando de la Santísima Trinidad, le anima a que deje el mundo y abrace la vida religiosa en el Carmelo. Así lo hace emitiendo los votos religiosos el 25 de diciembre de 1636 con el nombre de Fray Dionisio de la Natividad. Dos años después, el 24 de agosto de 1638, era ordenado sacerdote. Tanto durante el tiempo del Noviciado como durante sus estudios y el poco tiempo que pudo ejercer el sacerdocio, fue siempre modelo de todas las virtudes. El embajador del Rey de Portugal quiso llevarse a Dionisio con él como guía a Achen (Sumatra). El Padre Dionisio tomó como compañero a Tomás Rodríguez.


Llegaron a esta ciudad el 25 de octubre de 1638. Los recibieron con demostraciones de falsa alegría y muy pronto fueron hechos prisioneros.


El intento era que renegaran de su fe católica y que se hicieran musulmanes. Los dos carmelitas fueron mucho mas duramente torturados que los otros cautivos. Los dos se privaban de lo necesario para ayudar a los otros. Les alentaban para que no decayeran en la fe. Pasaban largas horas entregados a la oración. En varias ocasiones el Señor les premio con gracias especiales que dejaban a los demás admirados. Esto era un estimulo para morir por Jesucristo. Dionisio quiso ser el ultimo en morir para alentar a los demás.


E1 primero fue el Hermano Redento. Los mataron a golpes de cimatarra, que abrieron sus cabezas por la mitad. Era el 29 de noviembre de 1638.



El Beato Redento, en el siglo. Tomas Rodríguez, había nacido en Portugal el 1598. Su pueblo era Paredes. De muy joven se embarco hacia las Indias Orientales y allí vistió el hábito de religioso carmelita como Hermano. Estuvo en varios conventos. En Goa, muchos años de sacristán. Allí conoció al P. Dionisio. Al vestir el habito carmelita se puso el nombre de Redento de la Cruz. De veras que amó siempre tiernamente la Cruz de Jesucristo y sus propias cruces.

Cuando el embajador del Rey de Portugal quiso llevarse al P. Dionisio a Anchen (Sumatra), los acompañó en el viaje.


Llegaron a esta ciudad el 25 de octubre de 1638. Los recibieron con demostraciones de falsa alegría y muy pronto fueron hechos prisioneros.


El intento era que renegaran de su fe católica y que se hicieran musulmanes. Los dos carmelitas fueron mucho mas duramente torturados que los otros cautivos. Los dos se privaban de lo necesario para ayudar a los otros. Les alentaban para que no decayeran en la fe. Pasaban largas horas entregados a la oración. En varias ocasiones el Señor les premio con gracias especiales que dejaban a los demás admirados. Esto era un estimulo para morir por Jesucristo. Dionisio quiso ser el ultimo en morir para alentar a los demás.


E1 primero fue el Hermano Redento. Los mataron a golpes de cimatarra, que abrieron sus cabezas por la mitad. Era el 29 de noviembre de 1638.



Fundadora del Instituto de

Hermanas de la Adoradoras Perpetuas del Santísimo Sacramento


Martirologio Romano: En Roma, Italia, beata María Magdalena de la Encarnación (Catalina) Sordini, virgen, fundadora del Instituto de las Hermanas de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento. ( 1824)

Fecha de beatificación: 3 de mayo de 2008, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.



Nació en Porto Santo Stefano (Italia) el 16 de abril de 1770, en el seno de una familia fervientemente católica. Fue bautizada al día siguiente con los nombres de Catalina María Francisca Antonia.

Creció en un ambiente impregnado de religiosidad ejemplar. Su padre, Lorenzo Sordini, promovió que en la iglesia parroquial se expusiera a la veneración pública, en circunstancias especiales, con espíritu de amor y reparación, el Santísimo Sacramento, como por ejemplo el jueves de carnaval. Así, desde su adolescencia, Catalina pasaba horas en adoración junto a Jesús sacramentado.


A los 17 años recibió una propuesta de matrimonio de parte de Alfonso, joven de posición acomodada que le regaló preciosas joyas. En una ocasión, adornada con ellas, al mirarse en un espejo se le apareció el rostro doloroso de Jesús crucificado que la invitaba a entregarse totalmente a él y le decía: "Catalina, ¿me abandonas por un amor humano?". En febrero de 1788 ingresó en el monasterio de las Terciarias Franciscanas de Ischia di Castro. Al vestir el hábito religioso tomó el nombre de sor María Magdalena de la Encarnación.


El 19 de febrero de 1789, jueves de carnaval, en el refectorio vio a "Jesús como en un trono de gracia en el Santísimo Sacramento, rodeado de vírgenes que lo adoraban" y oyó una voz que le decía: "Te he elegido para instituir la obra de las Adoratrices Perpetuas, que día y noche me ofrecerán su humilde adoración para reparar las ofensas y las ingratitudes de la humanidad e impetrar gracias y ayudas de mi divina misericordia". Aquel día se convirtió para ella en el "día de la luz".


El 20 de abril de 1802 fue elegida abadesa, cargo que ocupó hasta 1807, cuando, siguiendo la voluntad de Dios que deseaba un nuevo instituto —y escritas las Constituciones—, se trasladó a Roma, con algunas hermanas y la bendición de Pío VII, para fundar el primer monasterio de las Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento, en el convento de San Joaquín y Santa Ana, en Quattro Fontane. La fundación tuvo lugar el 8 de julio de 1807. Por iniciativa suya la iglesia se abrió a la adoración de los fieles laicos.


Gracias a su unión con Dios cada vez más íntima, a su gran espíritu de fe y a su intensa oración en tiempos muy difíciles, por la invasión de los franceses después de la Revolución, logró realizar muchas obras, en beneficio del monasterio y también de muchas personas que recurrían a ella.


La madre María Magdalena profetizó al Papa Pío VII la deportación a Francia: "Pero no tenga miedo; nadie le podrá perjudicar y volverá glorioso a Roma". También llegó la cruz para las Adoratrices, en forma de supresión del instituto; y ella fue exiliada a Florencia.


Caído el régimen napoleónico, en el año 1814 la madre volvió a Roma con algunas jóvenes florentinas y el 18 de septiembre de 1817 vistió el nuevo hábito religioso, que había visto en visión el "día de la luz": sayo blanco y escapulario rojo, símbolos del candor virginal y del amor a Jesús crucificado y eucarístico.


El 10 de marzo de 1818 la Santa Sede reconoció oficialmente la congregación, que la madre María Magdalena puso bajo el patrocinio de la Virgen de los Dolores.


Murió el 29 de noviembre de 1824 en Roma, donde reposan sus restos.


El instituto cuenta hoy con más de noventa monasterios esparcidos por todo el mundo.


El milagro para su beatificación


El milagro comprobado, y por el que S.S. Benedicto XVI la declarara beata el 3 de mayo de 2008, fue la sanación de Juan de Dios Rodríguez Madrid, un sinaloense de 60 años, que el 2 de julio de 1994 tuvo un accidente. El iba sentado en la parte trasera de una camioneta que corría a gran velocidad, al dar el vehículo una curva él cayo a tierra golpeándose fuertemente la cabeza contra el pavimento.


Llegó inconsciente al hospital. El 3 de julio a la 01:40 horas fue preso de fuertes convulsiones, las que provocaron que cayera de la camilla del tomógrafo; golpeándose nuevamente la cabeza lo que empeoró la situación. Los exámenes que se le realizaron pusieron en evidencia una fractura linear fronto-parietal, hemorragia subaracnoidea, edema cerebral difuso y hematoma laminar sottodurale occipital. Los médicos que lo atendieron manifestaron un pronóstico desfavorable, temían por su vida y por los trastornos neurológicos secundarios al grave trauma cráneo encefálico.


La madre María Eugenia Monárrez Madrid, sobrina de Juan de Dios, monja Adoratriz Perpetua del Santísimo Sacramento, avisada del accidente, invitó a la comunidad y a su familia a rogar a la Madre María Magdalena de la Encarnación, y se inició una novena. La mañana del lunes 4 de julio se le permitió a María Eugenia visitar al enfermo y el médico que lo asistía en el departamento de Terapia Intensiva le confirmó la gravedad de la situación. Con toda su fe, María Eugenia pone una reliquia sobre la cabeza de su tío, invoca la gracia de la curación por intercesión de la Madre y el 6 de julio, tercer día de la Novena, a las 13:35 horas, en presencia de los doctores Marenco y Rivera, inesperadamente el enfermo mueve las extremidades, trata verbalmente con los presentes que le asisten, se levanta solo del lecho y sin apoyo, camina.


Los médicos afirmaron que la evolución de la mejoría fue inesperada, rápida e impresionante, para la cual no tienen explicación, pues de un caso así, quien sobrevive, queda paralizado.



Martirologio Romano: Presbítero jesuita, primer y principal apóstol en España de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús ( 1735)

Fecha de beatificación: 18 de abril de 2010, siendo Papa S.S. Benedicto XVI.



Nació en Torrelobatón (España) en 1711. Su padre don Manuel de Hoyos era secretario del ayuntamiento de Torrelobatón, pero su familia era originaria de Hoyos. Su madre doña Francisca de Seña, nació en Medina del Campo. El niño fue bautizado a los 16 días con el nombre de Bernardo por deseo de sus padres (nació un 20 de agosto, memoria litúrgica de San Bernardo deClaraval), y también con el nombre de Francisco, a propuesta del Párroco de la Iglesia de Santa María de Torrelobatón donde fue bautizado, poniendo al niño bajo la protección de San Francisco Javier.A los 9 años Bernardo recibió la confirmación en Torrelobatón, a los 10 años fue a estudiar en el colegio de los Jesuitas de Medina del Campo, y a los 11 años al colegio de los Jesuitas de Villa García de Campos. A los 14 años, con el permiso de su familia, fue admitido en el noviciado de los Jesuitas en Villa García de Campos.

Terminó el noviciado con casi 17 años, y emitió los votos simples perpetuos. Desde los 17 hasta los 20 años, Bernardo estudió filosofía en el colegio de los santos Pedro y Pablo en Medina del Campo. A los 20 años Bernardo comenzó los estudios de teología en el colegio de San Ambrosio de Valladolid. Cuando Bernardo tenía 13 años, murió su padre don Manuel de Hoyos. Este es un fragmento del testamento de don Manuel: "A mis hijos recomiendo que sean temerosos de Dios y de la propia conciencia, obrando y procediendo bien según sus obligaciones, porque así merecerán el mayor alivio y, sobre todo, el agrado de la misericordia de su Majestad que les guiará y les iluminará para su santo servicio y para permanecer en él hasta la muerte, guardando obediencia, respeto y veneración a su madre, abuelo, tío, y todas las otras personas, a fin de que consigan en esta vida el afecto de todos y en la otra el eterno descanso".


Sobre su madre doña Francisca, podemos leer estas palabras: "crió a Bernardo su madre doña Francisca con especial esmero y cuidado, diciendo algunas veces que tendría gravísimo escrúpulo del menor descuido, porque si perdía aquel hijo, la daba a conocer el cielo, que le quitaba un santo grande". En el siguiente fragmento, se indica como era el joven Bernardo de Hoyos en el colegio: "era muy puntual a las confesiones y comuniones, que los estudiantes de nuestras aulas de gramática practican todos los meses, y recibía con suma docilidad los buenos consejos de sus maestros, cuando exhortaban a sus discípulos a la devoción a María Santísima, a la frecuencia de los sacramentos, a evitar toda culpa aunque fuese venial, y a los demás ejercicios virtuosos que inspiran los maestros a sus discípulos al tiempo mismo que les enseñan las letras".


VOTOS SIMPLES PERPETUOS


Cuando pronunció la fórmula de los votos simples perpetuos, con casi 17 años, escribe el mismo Bernardo lo que sintió en ese momento: “Al empezar a leer la fórmula de los votos ví en la sagrada eucaristía al mismo Jesucristo, que me oía, como juez en su trono, muy afable. Quedé al principio como fuera de mí, al ver tan gran Majestad, mas no fue tanto, que se conociese en lo exterior. Vile venir, y entrar en mi dichosa boca: causó mayor reverencia amorosa, y amor reverente, al verle entrar y estar en mi lengua. Después que pasó la Sagrada Forma, me dijo el Señor estas palabras intelectuales: “desde hoy me uno más estrechamente contigo por el amor que te tengo ". Contexto histórico durante la vida de Bernardo de Hoyos durante toda la vida de Bernardo de Hoyos reinaba en España y en la América Española el rey Felipe V, de la familia Borbón, que era nieto del rey de Francia Luis XIV. En Francia, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se había extendido mucho con los escritos de Santa Margarita María de Alacoque, y su confesor, san Claudio de la Colombière. Sobre la importancia de la consagración al Sagrado Corazón de Jesús, escribe Santa Margarita María de Alacoque: “... cuando nos hemos consagrado y dedicado por completo a este Corazón adorable, para honrarle y amarle con todos nuestros medios, abandonándose del todo a él, él se cuida de nosotros y nos hace arribar al puerto de salvación, a pesar de las borrascas ".


NADA SABIA DEL CULTO AL CORAZÓN DE JESÚS


De esta etapa de su vida, recogemos un hecho importante. En 1733, cuando Bernardo tenía 21 años y era estudiante de teología en el colegio de San Ambrosio de Valladolid, recibió una carta de su amigo Agustín Cadaveraz que era sacerdote y profesor de gramática en Bilbao. A Agustín le habían pedido un sermón para la octava de Corpus, y recordaba Agustín que en Valladolid había leído un libro escrito en latín cuyo título era ´de cultu Sacratissimi Cordis Iesu´, del P. José de Gallifet, sobre la devoción al Corazón de Jesús. Para preparar el sermón, Agustín le pedía a Bernardo que copiase determinados fragmentos de ese libro y que se los enviase. Bernardo tomó el libro de la biblioteca y lo llevó a su habitación para copiar los párrafos pedidos.


HABLA DIOS


Esto es lo que relata Bernardo: "Yo que no había oído jamás tal cosa, empecé a leer el origen del culto del Corazón de nuestro amor Jesús, y sentí en mi espíritu un extraordinario movimiento fuerte, suave y nada arrebatado ni impetuoso, con el cual me fui luego al punto delante del Señor Sacramentado a ofrecerme a su Corazón para cooperar cuanto pudiese a lo menos con oraciones a la extensión de su culto". "No pude echar de mí este pensamiento hasta que, adorando la mañana siguiente al Señor en la Hostia Consagrada, me dijo clara y distintamente que quería por mi medio extender el culto de su Corazón Sacrosanto, para comunicar a muchos sus dones por su corazón adorado y reverenciado, y entendí que había sido disposición suya especial que mi hermano el P. Agustín de Cardaveraz me hubiese hecho el encargo para arrojar con esa ocasión en mi corazón estas inteligencias. Yo, envuelto en confusión renové la oferta del día antes, aunque quedé algo turbado, viendo la improporción del instrumento y no ver medio para ello".


"Todo el día anduve en notables afectos al Corazón de Jesús, y ayer estando en oración, me hizo el Señor un favor muy semejante al que hizo a la primera fundadora de este culto, que fue una hija de nuestro santo director, San Francisco de Sales, la venerable madre Margarita Alacoque, y lo trae el mismo autor en su vida: “mostróme su Corazón todo abrasado en amor, y condolido de lo poco que se le ama. Repitióme la elección que había hecho de este su indigno siervo para adelantar su culto, y sosegó aquel generillo de turbación que dije, dándome a entender que yo dejase obrar a su providencia, que ella me guiaría, que todo lo tratase con el P. Juan de Loyola que sería de singular agrado suyo, que esta provincia de su compañía tuviese el oficio y celebrase la fiesta de su Corazón, como se celebra en tan innumerables partes”.


“El domingo pasado (dice) inmediato a la fiesta de nuestro San Miguel, después de comulgar, sentí a mi lado a este santo Arcángel que me dijo cómo extender el culto del Corazón de Jesús por toda España, y más universalmente por toda la Iglesia, aunque llegará día en que suceda, ha de tener gravísimas dificultades, pero que se vencerán, que él, como Príncipe de la Iglesia, asistirá a esta empresa; que en lo que el Señor quiere se extienda por nuestro medio, también ocurrirán dificultades, pero que experimentaremos su asistencia". "Después de esto quedé un poco recogido, cuando por una admirable visión imaginaria, se me mostró aquel divino Corazón de Jesús todo arrojando llamas de amor, de suerte que parecía un incendio de fuego abrasador de otra especie que este material". "Agradecióme el aliento con que le ofrecí hasta la última gota de mi sangre en gloria de su Corazón, y para que yo experimentase cuán de su agrado es esta oferta, por lo mucho que se complacía en los deseos solos, que yo tenía de extender por el mundo, cerró y cubrió mi corazón miserable dentro del suyo, donde por visión intelectual admirable vi los tesoros y riquezas del Padre depositadas en aquel sagrario, el deseo y como ímpetu que padecía su corazón por comunicarlas a los hombres, el agrado en que aprecien aquel Corazón, conducto soberano de las aguas de la vida, con otras inteligencias maravillosas en que por modo más especial entendí lo que San Miguel me había dicho.


Pues las dulzuras, los gozos, suavidades y celestiales delicias que allí inundaron mi pobre corazón sumergido en aquel océano de fuego de amor, sólo el mismo Jesús lo sabe, que yo no"."Desde este punto he andado absorto, y anegado en este Divino Corazón; al comer, al dormir, al hablar, al estudiar y en todas partes parece que no palpa mi alma otra cosa que el Corazón de su Amado, y cuando estoy delante del Señor Sacramentado, aquí es donde se desatan los raudales de sus deliciosísimos favores, y como este culto mira al Corazón Sacramentado, como a su objeto, aquí logra de lleno sus ansias amorosas”. "Dióseme a entender que no se me daban a gustar las riquezas de este Corazón para mi sólo, sino para que por mi las gustasen otros. Pedí a toda la Santísima Trinidad la consecución de nuestros deseos, y pidiendo esta fiesta en especialidad para España, en que ni aun memoria parece hay de ella, me dijo Jesús: “reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes’ “yo no salgo del Corazón Sagrado; allí me encontrará v. r. (Bernardo escribe al P. Juan de Loyola); quiere este Divino Dueño que yo sea discípulo del Corazón Sagrado de Jesús, y discípulo amado: así la obra de Bernardo de Hoyos. En sus pocos años de vida escribió varios centenares de cartas principalmente a su director espiritual, el p. Juan de Loyola, con el fin de difundir por toda España la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, entre ellos: escritos espirituales, apuntes y sermones.


EL REINADO DEL SAGRADO CORAZÓN


En una carta del día 28 de octubre de 1733, Bernardo de Hoyos decía: en la acción de gracias después de haber comulgado "pedí la extensión del reino del mismo Corazón Sagrado en España, y entendí que se me otorgaba. y con el gozo dulcísimo que me causó esta noticia quedó el alma como sepultada en el Corazón Divino, en aquel paso que llaman sepultura. Muchas y repetidas veces he sentido estos asaltos de amor en estos días, dilatándose tanto en deseos mi pobre corazón que piensa extender en el nuevo mundo el amor de su amado Corazón de Jesús, y todo el universo se le hace poco".


La principal fuente para conocer estos escritos de Bernardo es el libro "vida del angelical joven P. Bernardo Francisco de Hoyos de la Compañía de Jesús" escrito por Juan de Loyola. Dice el propio p. Loyola: “Todos estos papeles han estado a mi vista al tiempo de escribir esta historia; y todos están hoy en este colegio de nuestro S. Ignacio de Valladolid, noticia que puede satisfacer a cualquiera que dudase de algún hecho particular de lo que escribo”.


BERNARDO CONSAGRADO SACERDOTE


A los 23 años le correspondía a Bernardo comenzar el cuarto curso de teología, y aunque no tenía edad para ordenarse, sus superiores pidieron dispensa para que pudiese hacerlo durante ese curso, y con esta dispensa pudo ordenarse de diácono. Poco después se ordenó de Presbítero, y unos días después celebró la primera misa en el colegio de san Ignacio de Valladolid. A los 24 años, pocos meses después de haber sido ordenado sacerdote, enfermó de tifus y falleció, habiendo recibido el viático y la santa unción.


CAUSA DEL PADRE HOYOS


En 1961 fue aprobada la investigación histórica o positio, y el 12 de enero de 1996 el papa Juan Pablo II leyó el decreto que declaraba heroicas las virtudes del desde entonces venerable Padre Hoyos.


En lo que respecta a la Causa del Padre Hoyos, en marzo de 2008 "... la Consulta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos ha reconocido por unanimidad que el caso de la curación de María de las Mercedes Cabezas no puede ser explicado en base a los datos de la ciencia médica". Nos encontramos ante una "curación instantánea, completa y duradera, científicamente inexplicable".


Mercedes Cabezas Terrero, de 23 años, hija de labradores de San Cristóbal de la Cuesta (Salamanca), tenía una tumoración de grandes proporciones, y quedó curada instantáneamente el 23 de Abril de 1936, después de rezar una novena y de pedir con frecuencia la intercesión del P. Bernardo de Hoyos para su curación.


Cumplidos así todos los requisitos, el 16 de enero de 2009 el papa Benedicto XVI firmó el decreto que reconocía el citado milagro y admitía la beatificación, que, siguiendo los procedimientos en vigor, se celebró en la Archidiócesis de Valladolid, donde se promovió la causa, el 18 de abril de 2010, en el paseo Central del Campo Grande de Valladolid, y fue presidida por Mons. Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, como representante pontificio.


Para conocer más sobre el Beato Bernardo de Hoyos se puede leer la Biografía escrita por su Director espiritual el P. Juan de Loyola S.J. poco después de la muerte de Bernardo en 1735. También se puede consultar el sitio web oficial por la canonización del Beato Bernardo de Hoyos.





De este santo, cuyo nombre está unido al de San Bernardino de Siena y al de San Juan de Capistrano, que lo acompañó en sus peregrinaciones apóstolicas por Europa, tenemos muchas noticias: unas nos la refiere él mismo y otras el humilde fraile laico, Venancio de Fabriano, que lo acompañó constantemente desde 1463.

Santiago de la Marca, cuyo nombre de pila era Domingo Gangali, nació en Monteprandone (Ascoli Piceno) en 1394. Quedó huérfano de padre siendo todavía muy niño, y a los siete años fue enviado a apacentar las ovejas; asustado por la continua presencia de un lobo misterioso, que mas tarde él llamará “ángel de Dios y no lobo como parecía” abandonó el rebaño y huyó a Offida acogido por un sacerdote familiar suyo.


Siguió los estudios de derecho civil en Perusia; llegó a ser notario. Después se estableció en Florencia, en donde fue elegido alcalde. Regresó a las Marcas por asuntos familiares, se detuvo en Asís y aquí, después de un coloquio con el prior de Santa María de los Angeles, resolvió entrar a formar parte de la familia franciscana.


Hizo su profesión religiosa el 1 de agosto de 1416 y seis años después, ya sacerdote, fue encargado de la predicación, ocupación que abarcaría toda su vida hasta la muerte, el 28 de noviembre de 1476 en Nápoles.


Durante más de medio siglo recorrió Europa oriental y centro septentrional no sólo para predicar el nombre de Jesús (tema constante de sus homilías, siguiendo el ejemplo de su maestro San Bernardino), sino también para cumplir delicadas misiones encomendadas por los Papas Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III.


Este gran caminador parecía que sólo se detenía el tiempo necesario para fundar un nuevo convento o para restablecer la observancia de la genuina regla franciscana en los ya existentes. Los últimos 18 años de su vida los pasó casi todos predicando en las varias regiones de Italia. Se encontraba en Aquila cuando murió San Bernardino de Siena, en 1444, y a los seis años pudo presenciar en Roma su solemne canonización. Lo seguía devotamente fray Venancio, quien nos cuenta que durante una misión predicada en Lombardía le propusieron a fray Santiago la elección para obispo de Milán; pero el humilde fraile no aceptó. Fray Venancio, después de la muerte del maestro, escribió una Vida en la que narra los muchísimos milagros que hizo en vida y después de la muerte.




Noviembre 28




Etimológicamente significa “ feliz”. Viene de la lengua latina.


El Señor dice: “Mirad que voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Habrá gozo perpetuo por lo que voy a crear. Voy a hacer de mi pueblo una tierra de alegría”.


Fausta fue un madre en el siglo I.


Existe una carta de aquellos años en la que se dice:"Aunque mi padre sea pagano, mi madre es siempre fiel y casta. Me ha hecho cristiana desde la cuna".


El nombre de su hijo era Crisógono.


Había ya en los primeros años del cristianismo personas con esta reciedumbre y fortaleza.


Pertenece, sin duda, a lo que dice el Señor: Era de una tierra nueva y de un nuevo cielo.


Para los apologistas, la difusión del cristianismo constituyó por sí mismo un verdadero milagro.


Este milagro hubiera bastado para probar la divinidad de Cristo.


La misma conversión de la gente era un camino seguro de santidad.


Por eso, los cristianos de la primera hornada se llamaban “santos”.


Anastasia hablaba muy bien en su “Pasión” o teatro medieval para ensalzar y el conocimiento de los santos, de la madre Fausta como una verdadera cristiana que educó en la verdad y la santidad a su hija.


Cuando en la familia florece la flor del creyente auténtico, se debe, en parte, a unos buenos padres que, además de alimentarlos y educarlos, no descuidan nunca el valor religioso.


Si hoy existe tanto despiste y falta de sentido en alguna juventud, se debe a que lo cristiano está aparcado para actos oficiales de bautizo, primera comunión, boda y funerales.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!



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