11/07/14

12:13 p.m.
Según una piadosa tradición, san Prosdócimo, primer obispo de Padua, fue enviado por el apóstol san Pedro a anunciar la buena nueva en tierras euganeas.

Santo patrón de la ciudad de Euganean, y también, según la opinión de muchos estudiosos, probable evangelizador de la Venecia occidental entera.


Santa Justina, Virgen y Mártir, fue convertida y bautizada por San Prosdocimo, siendo este un claro ejemplo de la labor apostólica del santo Obispo de Padua



12:13 p.m.
Casta virgen de Bolonia, llamada de Settefonti, no lejos de Ozzano Emilia, donde estaba el monasterio de Santa Cristina donde con otras compañeras Lucía profesó en la Orden Camaldulense.

Vivió, con olor de santidad, durante el siglo XII.


Alrededor de su figura de monja y abadesa se divulgaron narraciones populares que, atestiguan el valor de su intercesión y caridad fraternal, aumentando su culto particularmente en la iglesia de Santa Cristina en Bolonia.


Desde aquí el 7 de Noviembre de 1753, el Cardenal Palleoti trasladó las religuias a la Iglesia de San Andrés de Ozzano donde había otro monasterio del mismo nombre.


Pio VI en 1779 confirmó la devoción y fijó su festividad para el 7 de Noviembre.



12:13 p.m.

Por: O. C. Moreno | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04


Cuando los godos tomaron la ciudad de Perugia, después de siete años de sitio, el rey Totila condenó al obispo Herculano a una muerte terrible, ya que los verdugos debían arrancarle tiras de piel desde la cabeza hasta los pies antes de decapitarle.

El encargado de ejecutar la tortura fue suficientemente humano para cortarle la cabeza antes de haberle arrancado toda la piel. Era el año 547 de nuestra era.


El cuerpo del mártir fue arrojado en las afueras de la ciudad. Los cristianos se apresuraron a sepultar el cadáver junto con la cabeza.


San Gregorio el Grande afirma que, cuando lo desenterraron para trasladarlo a la iglesia de San Pedro, cuarenta días después, la cabeza estaba unida al tronco como si nunca hubiese sido cortada.


Sobre el santo que nos ocupa, se tiene el dato cierto de que un joven que buscó refugio en Perugia, cuando todos tomaron Tifernum (Cita di Castello), recibió allí la ordenación sacerdotal de manos de San Herculano. Posteriormente, aquel sacerdote fue el obispo de Tifernum y fue canonizado como San Florindo, a quien se conmemora el 13 de este mes.


Los habitantes de Perugia veneran también a otro San Herculano obispo de dicha ciudad. Según se dice, era un sirio que había ido a Roma, de donde fue enviado a evangelizar Perugia. Ahí murió martirizado. Probablemente los dos Herculanos se identifican.



12:13 p.m.

Por: O. C. Moreno | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04


En esta fecha se celebra la fiesta del Beato Antonio Baldinucci en la Compañía de Jesús y en varias diócesis de Italia, donde el beato trabajó.

Antonio nació en Florencia. Era el quinto hijo de Catalina Scolari y Felipe Baldinucci. Su padre, que era pintor y escritor, se restableció de una enfermedad, gracias a la intercesión de San Antonio de Padua, y prometió que consagraría a Dios a su próximo hijo.


El niño nació en 1665, precisamente en la octava de la fiesta de San Antonio, y recibió aquel nombre en el bautismo.


Su padre lo educó desde un principio para el sacerdocio. Los Baldinucci habitaban en la misma casa de la Via degli Angeli, en Florencia, donde San Luis Gonzaga había vivido un tiempo cuando niño y, el recuerdo de este santo ejerció una influencia profunda en Antonio.


A los dieciséis años, pidió la admisión en la Compañía de Jesús, cosa que le fue concedida, a pesar de que su salud no era muy robusta..


Antonio hubiese querido ir a misionar a las Indias, pero sus superiores le dedicaron a la enseñanza de los jóvenes y a la predicación en las cofradías, primero en Terni y después en Roma. Como sufriese de fuertes jaquecas, sus superiores le enviaron de nuevo a Florencia y, después, a varios colegios situados en el campo. La salud de Antonio empezó a mejorar y comenzó a predicar con gran éxito.


A los treinta años recibió la ordenación sacerdotal. Cuando terminó el año de su tercera probación, se ofreció nuevamente para las misiones de las Indias, pero sus superiores no accedieron, sino que le enviaron a trabajar a Viterbo y Frascati.


Ahí pasó el beato los treinta años que le quedaban de vida, trabajando sobre todo entre los pobres e instruyendo al pueblo.


Para atraer a las gentes, empleaba métodos muy llamativos, semejantes a los que usó San Pedro Claver con los negros y el Beato Julián Maunoir con los bretones. En efecto, solía organizar imponentes procesiones, desde diversos sitios hacia el centro de la ciudad, que era donde predicaba, con los penitentes que llevaban coronas de espinas y se disciplinaban.


El beato predicaba a menudo con una cruz sobre los hombros o cargado de cadenas y movía a compasión al pueblo al aplicarse feroces disciplinas en las calles. Una vez que había conseguido impresionar a las gentes y hacerse oír, empleaba métodos más ordinarios.


A fin de guardar el orden entre las multitudes que acudían a oírle, solía organizar un cuerpo de guardias, escogidos generalmente entre aquellos que llevaban una vida notoriamente licenciosa, con lo cual se los ganaba y conseguía que oyesen sus consejos.


Por regla general, la misión terminaba con la quema pública de barajas, dados, imágenes obscenas y otros objetos que fuesen ocasión de pecado. El juego, las venganzas violentas y el libertinaje, estaban a la orden del día pero el celo del Padre Antonio lograba conversiones duraderas y le movía a dejar organizadas buenas obras.


Aunque predicaba constantemente misiones, con el trabajo que ello supone, tuvo tiempo para escribir numerosos sermones e instrucciones, por no hablar de su amplia correspondencia.


Rara vez dormía más de tres horas y lo hacía siempre sobre un lecho de tablas. Ayunaba tres días por semana. En vista de su prodigiosa actividad, el Papa Clemente XI le dispensó de la recitación del breviario, pero el beato jamás hizo uso de esa dispensa.


En veinte años, predicó 448 misiones en trece diócesis de los Abruzos y de la Romaña.


En 1708, fue a predicar la cuaresma en Liorna, por orden del duque Cosme III. Llegó descalzo, vestido con una vieja sotana y con su equipaje sobre los hombros.


Los nobles no asistieron al principio sus sermones, pero el beato acabó por ganárselos, y desde entonces, predicó siempre durante la cuaresma en alguna de las ciudades más importantes de la región.


El año 1776 Italia se vio asolada por un hambre terrible, y el beato Antonio trabajó incansablemente por socorrer a los necesitados. Aunque apenas tenía algo más que cincuenta años, estaba consumido por la fatiga y con dificultad pudo soportar aquel esfuerzo. Dios le llamó a Si el 7 de noviembre del año siguiente.


Durante una misión que había predicado en Carpineto en 1710, se hospedó en la casa de la familia Pecci, que más tarde había de dar a la Iglesia al Papa León XIII. Antonio Baldinucci fue precisamente beatificado por dicho pontífice en 1893.



12:13 p.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente:



Abad


Etimológicamente significa “fuerte en el combate”. Viene de la lengua alemana.


El joven Ernesto, muerto en el año 1147, vivió de lleno en la época de la primera cruzada (1099).


Fue ella la que permitió abrir nuevos caminos para los Lugares santos a todos los peregrinos.


Y además, permitió la fundación de cuatro pequeños estados cristianos en tierras del Islám: Jerusalén, Antioquía, Edesa y Trípoli.


Sin embargo, desde 1144, la caída de Edesa mostró que los musulmanes podían volver a coger lo que los franceses les habían arrebatado anteriormente, incluida Jerusalén.


Esto dio lugar a la segunda cruzada (1147-1149).


Se sabe por la historia que fue un desatino.


De los 200.000 hombres y mujeres que partieron para el Oriente, volvieron sólo algunos miles.


Ernesto de Steisslingen fue uno de ellos. En su juventud entró de monje en la abadía de Zwiefalten, que da al bello lago de Constanza.


Lo eligieron abad durante cinco años para dirigir humana y espiritualmente a los sesenta y dos monjes que la habitaban.


Al término de su mandato, se marchó de nuevo a la cruzada con el ejército alemán, comandado por el emperador Conrado III.


Cuando se despidió de sus hermanos religiosos, les dijo: "Creo que no volveré a veros en esta tierra, pues Dios me concederá que vierta mi sangre por él. Poco importa la muerte que me reserva, si me permite sufrir por el amor de Cristo".


Sus predicciones se cumplieron. Y desde entonces no se supo nunca cómo y dónde murió.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!


Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com



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Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net



Fundador

Noviembre 7


Etimológicamente significa “floreciente”. Viene de la lengua latina.


Dice Isaías: “ Buscad al Señor, él se dejará encontrar pues es grande su perdón”.


Como estás viendo por el Santoral, hay santos de todas las condiciones sociales. La santidad es un deber de todo creyente.


Florencio pertenecía a una de las familias más ilustres de Irlanda.


Había oído hablar de Jesús. Y sin pensárselo dos veces, emprendió camino hacia Francia.


La razón no era otra que sabía que existían buenos maestros en la fe del Resucitado.


Se preparó a fondo para recibir el bautismo y hacerse cristiano. Se dio perfecta cuenta deque Dios lo llamaba a que comenzara el sendero de la santidad.


Ya establecido en Francia, construyó una ermita en Alsacia muy cerca del río Hazle, en los Vosgos.

Allí se pasaba el día haciendo oración de contemplación antele bello paisaje que le brindaba la naturaleza.


Poco a poco la gente se fue enterando de que allí había un ermitaño con fama de santidad.


El mismo rey Dagoberto iba a menudo a esta región. Se enteró de los prodigios que hacía el solitario irlandés.


Tras haber hablado con él, le nombró obispo de Strasburgo. Era un privilegio que tenían entonces algunos reyes cristianos.


No quería aceptar, pero al fin cedió por los intensos ruegos del monarca.


Y dice su biografía que lo hizo tan bien que se convirtió en el padre y guía de todos sus feligreses.


Fundó el monasterio de Haselach y la colegiata de santo Tomás, que fueron dos centros de verdadera espiritualidad. Murió en el año 693.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!



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