08/16/13

Martirologio Romano: En la Lombardía, san Roque, que, nacido en Montpellier, del Languedoc, en Francia, adquirió fama de santidad peregrinando piadosamente y curando por toda Italia a los afectados de peste (c. 1379)

Etimológicamente: Roque = Fuerte como roca



Este santo se ha hecho famoso en el mundo por los grandes favores que consigue a favor de pobres y enfermos. Su popularidad ha sido verdaderamente extraordinaria cuando a pueblos o regiones han llegado pestes o epidemias, porque consigue librar de la enfermedad y del contagio a muchísimos de los que se encomiendan a él. Quizás él pueda librarnos de epidemias peligrosas.

San Roque nació en Montpellier, de una familia sumamente rica. Muertos sus padres, él vendió todas sus posesiones, repartió el dinero entre los pobres y se fue como un pobre peregrino hacia Roma a visitar santuarios.


Y en ese tiempo estalló la peste de tifo y las gentes se morían por montones por todas partes. Roque se dedicó entonces a atender a los más abandonados. A muchos logró conseguirles la curación con sólo hacerles la señal de la Santa Cruz sobre su frente. A muchísimos ayudó a bien morir, y él mismo les hacía la sepultura, porque nadie se atrevía a acercárseles por temor al contagio. Con todos practicaba la más exquisita caridad. Así llegó hasta Roma, y en esa ciudad se dedicó a atender a los más peligrosos de los apestados. La gente decía al verlo: "Ahí va el santo".


Y un día mientras atendía a un enfermo grave, se sintió también él contagiado de la enfermedad. Su cuerpo se llenó de manchas negras y de úlceras. Para no ser molesto a nadie, se retiró a un bosque solitario, y en el sitio donde él se refugió, ahí nació un aljibe de agua cristalina, con la cual se refrescaba.


Y sucedió que un perro de una casa importante de la ciudad empezó a tomar cada día un pan de la mesa de su amo e irse al bosque a llevárselo a Roque. Después de varios días de repetirse el hecho, al dueño le entró curiosidad, y siguió los pasos del perro, hasta que encontró al pobre llaguiento, en el bosque. Entonces se llevó a Roque a su casa y lo curó de sus llagas y enfermedades.


Apenas se sintió curado dispuso el santo volver a su ciudad de Montpellier. Pero al llegar a la ciudad, que estaba en guerra, los militares lo confundieron con un espía y lo encarcelaron. Y así estuvo 5 años en la prisión, consolando a los demás prisioneros y ofreciendo sus penas y humillaciones por la salvación de las almas.


Y un 15 de agosto, del año 1378, fiesta de la Asunción de la Virgen Santísima, murió como un santo. Al prepararlo para echarlo al ataúd descubrieron en su pecho una señal de la cruz que su padre le había trazado de pequeñito y se dieron cuenta de que era hijo del que había sido gobernador de la ciudad. Toda la gente de Montpellier acudió a sus funerales, y desde entonces empezó a conseguir de Dios admirables milagros y no ha dejado de conseguirlos por montones en tantos siglos.


Lo pintan con su bastón y sombrero de peregrino, señalando con la mano una de sus llagas y con su perro al lado, ofreciéndole el pan.


¡Felicidades a quienes lleven este nombre!



José María Sanchis Mompó, su verdadero nombre, nace el 8 de octubre de 1866 en Benifayó de Espioca, diócesis y provincia de Valencia. Fueron sus padres Gabriel y Vicenta.

En su pueblo natal aprende las primeras letras y luego se ejercita en el oficio de carpintero, que practica hasta los casi veinticinco años en que se decide a ingresar en religión.


El 24 de junio de 1890 hace su primera profesión religiosa en manos del Venerable Luis Amigó y el 15 de agosto de 1896 emite sus votos perpetuos. Llamado a servir al Señor desde la primera hora de la Congregación de Terciarios Capuchinos, en su dilatada vida recorrió la mayor parte de las casas de la misma, simultaneando generalmente su ministerio de administrador con el oficio de carpintero.


Los últimos trece años de su existencia los pasa en la casa noviciado de Godella, Valencia, donde dio muestras de sus habilidades como ayudante de administración y su destreza en el trato de la madera. Y donde le sorprende la contienda.


El 25 de julio de 1936 abandona la casa noviciado dirigiéndose a su pueblo natal en busca de lugar más seguro. Halla piadosa acogida en casa de su sobrina Florencia Sanchís. El 14 de agosto fue sacado violentamente de casa de su sobrina y recluido en la cárcel del pueblo. Y antes del amanecer del 16 de agosto, hacia las dos de la mañana, juntamente con cinco sacerdotes más, hijos del pueblo, fue sacrificado en la partida de La Coma, junto a la Masía de Espioca, y en el término de Picassent (Valencia).


Fray Gabriel fue un religioso muy afable, bondadoso y servicial. Asimismo se manifestaba sumamente piadoso. Era la imagen del hermano franciscano más popular. Era el religioso humilde, alegre, amable y trabajador, que creaba fraternidad. Varón de silenciosa dulzura, siempre manifestó una franciscana reverencia hacia los sacerdotes sus hermanos en religión.


Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001 junto a otros 232 mártires de la persecución religiosa en España.



Hermanos Franciscanos

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