Después de diez años de enseñanza en las escuelas elementales, en Francia, el Hermano Scubilion se va de Francia en 1833 para consagrar los treinta y cuatro años de vida que le quedan a los esclavos de la isla de la Reunión, en el Océano Índico.
Le llaman el "Catequista de los esclavos"; inaugura clases de noche para ellos y son numerosos los que vienen, aún después de una dura jornada de trabajo.
Inventa programas y técnicas especialmente adaptadas a sus necesidades y a sus capacidades, para poder enseñarles lo esencial de la doctrina y de la moral cristianas y prepararles a recibir los sacramentos.
Gana su amistad con sus actitudes cordiales y llenas de respeto hacia ellos. Después de la emancipación de los esclavos en 1848, continúa ocupándose de ellos y les ayuda a adaptarse a su nueva vida de libertad y de responsabilidad.
Durante los últimos años de su vida, a pesar de su salud delicada, colabora con el clero local cuando va a visitar a los enfermos, granjeándose el corazón de los pecadores, animando las vocaciones y hasta haciendo lo que parece curaciones milagrosas.
Cuando fallece se le venera en toda la isla como a un santo.
Nacido en Annay la-Côte, Francia, el 21 de marzo de 1797
Entrado en el Noviciado el 24 de diciembre de 1822
Fallecido en la isla de la Reunión, el 13 de abril de 1867
Beatificado el 2 de mayo de 1989
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