Desde el principio Cristo estaba en Dios. Desde el nacimiento de la humanidad, él fue la Palabra viva. Vino a la tierra para hacer accesible la confianza de la fe. Resucitado, hace de nosotros su morada, nos habita.. y descubrimos que el amor de Cristo se manifiesta ante todo por su perdón y su continua presencia.
Estas palabras introductorias han marcado la vida de muchos santos y siguen convirtiéndose hoy en el lema de los creyentes en Cristo.
Sin la presencia vivificadora suya, ¿qué sería de nosotros?
Nació en el año 335 y murió en el 414.
Este santo fue un amigo íntimo de san Paulino de Nola. Lo nombraron obispo de Remesiana (Bela Palanca en Serbia) en el 370.
No se conoce mucho acerca de su vida, salvo que fue muy conocido por sus actividades misioneras, especialmente entre los Godos, Dacianos y Bessi.
Todo esto lo conmemora Paulino en un bello poema.
Eran amigos. Nicetas tuvo la ocasión – y si no se las buscó – de visitarle dos veces en Italia.
Habla de él como en auténtico evangelista entre los habitantes de una tierra gélida.
Nicetas escribió una exposición muy importante acerca del Credo de lo Apóstoles, disertaciones sobre la fe, la Trinidad y el valor de los salmos cantados.
Escribió también sobre la importancia del canto en la iglesia. Se cree que fue él el autor y redactor del TE DEUM.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com
Publicar un comentario