Inscripciones romanas confirman la presencia del Nuevo Imperio del Lacio. Fue sede episcopal, que en el reinado de Wamba ya había sido extinguida. Después fue villa de los templarios con su castillo como plaza fuerte y con las encomiendas de Higuera y Bodonal.
Uno de los cuatro santos que figuran en su historia cristiana fue san Honorio, abad. En una lápida hallada en la ermita de San Miguel se lee la siguiente inscripción: "In nomine Domini respicis augustum praeciosa rupe supulcrum. Hospitium Beatissimi Honorii abbatis caelestia tenentis regna. In saecula saeculorum amen. Hic tumullus Honorii abbatis".
Así, sabemos de su vida ejemplar, de sus oraciones y penitencias, del testimonio ante los cristianos de la primera época. Nos queda el deseo de darle a Dios, siguiendo sus pasos, lo mejor de nuestro tiempo.
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