Felipe Howard, Santo |
Octubre 19
Etimológicamente significa “amante de los caballos”. Viene de la lengua griega.
Los Padres de la Iglesia captaron perfectamente bien todo el engranaje interior de las primeras comunidades cristianas. Donde estaba la Iglesia, también estaba el Espíritu de Dios, y allí donde está el Espíritu de Dios, también está la Iglesia y toda gracia.
No importa mucho la categoría social de este joven y sus enlaces con reyes y reinas.
Lo que importa más es su dimensión de creyente.
Nació en 1557 y murió en 1595. Los 38 años que vivió lo constituyeron en uno de los cuarenta mártires de la Iglesia de Inglaterra y de Gales.
Lo bautizaron como católico y lo educaron como protestante. Durante algunos años fue indiferente a la fe.
A la edad de 12 ó 14 años lo casaron con Ana Dacre. Estudió en Cambridge.
La reina Isabel mandó que mataran a su padre, él se convirtió en uno de sus favoritos.
Llevó una vida disipada y frívola en la corte.
Años después, se dio cuenta de que necesitaba reformar sus costumbres. Cuando la reina se enteró, puso bajo arresto a su mujer Ana Dacre y a Felipe lo envió a la prisión de la Torre de Londres.
Tras esta dura experiencia, volvió con mucho fervor a la Iglesia católica.
En 1585 intentó huir de Inglaterra por el Canal de la Mancha hacia Flandes con su familia, amigos y muchos católicos.
El capitán del barco lo traicionó y fue derecho a la Torre de Londres de nuevo. Murió seis meses más tarde envenenado.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
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