Etimología: Juan = Dios es misericordia. Viene de la lengua hebrea.
Desde niño tuvo la suerte de recibir una educación hondamente cristiana. Su padre, que tenía gran influencia, lo colocó en la corte del rey Luis VII.
El joven era de un espíritu alegre, vivaz, divertido, con valor tanto en el trabajo como en el juego.
El rey de Francia, Felipe Augusto, lo nombró su consejero personal. Se casó con una joven de la alta nobleza.
Desde este instante tan sólo pasaba por su cabeza la pasión de la gloria y de la fama.
Se convirtió en el prototipo de la Edad Media.
Era un señor con dinero en abundancia, buena educación, liberal, guerrero...todo esto y más le hicieron brillar a gran altura entre sus contemporáneos.
Pero se encontró con un religioso que fue su director espiritual. Poco a poco su forma de ser fue cambiando. Pasó del orgullo a la humildad.
Lentamente iba dejando los placeres de la corte por los del espíritu.
Salió para retirarse a sus propiedades en un primer momento; ya no escuchaba los consejos que le daba el rey y se pasaba grandes ratos en oración con los canónigos.
Se hizo una pequeña cabaña para vivir en soledad, sin por eso descuidar sus deberes, entre los que figuraban en primer lugar la educación de sus seis hijos, la administración de sus tierras.
Después dejó sus bienes a su mujer y tomó el hábito de cisterciense en la abadía de Longpont.
Su familia lo trató de loco, la corte lo rechazó y los mismos campesinos se reían de él. Había crucificado su vida con la de Cristo. Murió en el año 1217.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com
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