Este joven tiene su origen en Holanda. Cuando el siglo XVI estaba en su mitad, él, movido por la vocación divina, entró en el convento de los franciscanos para seguir un camino de mayor perfección cristiana.
Una vez que le admitieron, pasó largos años estudiando la Sagrada Escritura. Para ello tuvo suerte, ya que sabía la lengua griega, la hebrea y la caldea.
Con este bagaje cultura, no le fue muy difícil empezar a hacer comentarios bíblicos, aunque inéditos, pero no así tres obras completas que aparecieron en 1534.
Su enseñanza tuvo un gran eco en todo el mundo cultural. El mismo padre benedictino Butzbach describe con palabras elogiosas a san Armando:"Profundo en la Biblia, no desconocedor de la filosofía secular, de estilo ingenioso, buen comunicador, piadoso en su vida, inferior tan sólo al Tritemio".
Este joven, con su inquietud y su enorme corazón, quiso reformar la Orden de san Francisco, sin que hubiera necesidad de recurrir a las clásicas divisiones que se suscitan cuando alguien pretende hacer reformas.
Este fue el ideal que movió su vida entera mientras estuvo como ministro en la región de Colonia.
Pero, muy a pesar suyo, encontró muchas dificultades que le llevaron a renunciar de su cargo. Se vino abajo, se deprimió y se fue con aquellos que seguían la estricta observancia.
Le encantaba la vida en común. Con tal de que esta marchara bien, estaba dispuesto a dejar toda clase de privilegios personales.
Los últimos años de su vida loe empleó en escribir hasta que le sobrevino la muerte en el convento de Lovaina en el año 1524.
¡Felicidades quien lleve este nombre!
Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com
Publicar un comentario