Ártículos Más Recientes

5:12 p.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net



Diciembre 7


Etimológicamente significa “ florido, inestimable” Viene de la lengua griega.


Dice el Salmo: “Te busco de todo corazón, Señor; en mi corazón escondo tus consignas, para no pecar contra ti”.


Nació en Archangelsk. La vida de trabajo aquí era muy mala. Por eso tuvo que irse a encontrarlo a Novgorod.


Se puso al servicio de un señor mercader altamente rico. Estaba tan contento con su rendimiento, amabilidad y madurez que incluso le permitió contraer matrimonio con su hija.


Por desgracia, la mujer murió y se quedó viudo siendo todavía muy joven.


Desde entonces sólo le daba vueltas en la cabeza a una cosa: hacerse monje en un monasterio.


Y, una vez que se lo hubo pensado en serio, se encaminó al de Kensk.


Al cabo de unos años, lo dejó para irse a vivir la soledad del bosque cercano al Mar Blanco.


Se cuenta que comía solamente champiñones y frutos silvestres.


Pero cuando la soledad va cargada de santidad y de un corazón que busca ardientemente al Señor, pronto llegó la gente a conocer la virtud de este santo eremita.


Tenía muchas visitas de personas de los alrededores. Su fama se extendía cada día más y más. Incluso el príncipe de Moscú, al enterarse de su existencia y obras buenas que hacía con quien le visitaba, y que ya tenía hasta discípulos, mandó que le construyeran un monasterio.


El abad Antonio los dirigió con tanto amor y entrega a la oración y ala penitencia que todos estaban felices con él.


Bueno todos, no.


Era él mismo el que deseaba volver de nuevo a su amada soledad. Recapacitando en su interior, se decidió por volver de nuevo a la comunidad que lo pedía con insistencia.


Murió el año 1556.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!


“Cuando se discute demasiado, se pierde la verdad” (Siro).



9:18 a.m.

Por: Lamberto de Echeverría, Bernardino Llorca y José Luis Repetto Betes | Fuente: AÑO CRISTIANO Edición 2005



Mártir


Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, beato David Gunston, mártir, caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, que por no reconocer el poder del rey Enrique VIII en los asuntos espirituales, fue ahorcado en el patíbulo de Southwark. ( 1581)

Fecha de canonización: 15 de diciembre de 1929, durante el pontificado de PÍO XI.



El día 12 de julio de 1541 fue ajusticiado en St. Thomas Waterings el caballero de Malta David Gunston o Gonson, acusado de traición al rey, pero en realidad fue a causa de su fe católica.

Era hijo de William Gunston, vicealmirante de la flota inglesa y tesorero de la Marina. Había ingresado en la Orden de Malta y había estado en la isla de Malta hasta que por asuntos de la misma Orden decidió volver a Inglaterra. Enrique VIII había decidido suprimir la Orden en Inglaterra y apoderarse de todos sus bienes. Para ello llevó una ley al Parlamento que se la aprobó el 10 de mayo de 1540. Para entonces David ya estaba en Inglaterra.


Todo hace suponer que David no ocultaba el juicio religioso que le merecía la conducta del rey, al arrogarse la supremacía en materia religiosa, negar el primado universal del Papa y reformar la religión a su gusto. En Malta ciertamente David no había dudado en calificar al rey de hereje por negar el primado del Papa.


Como negar la supremacía religiosa del rey era considerado delito de traición (ley 26, cap. 13), David fue formalmente acusado de traición el 8 de octubre de 1540 ante el Consejo Privado por sir John Stony, basándose en una declaración de un tal Philip Babbington. Como resultado David fue arrestado y encerrado en la Torre y el día de la Trinidad de 1541 fue procesado. A las acusaciones de haber hablado mal del rey y de negar su supremacía religiosa se añadió la de haber dicho que del Papa no se puede apelar a nadie en la tierra y desde luego no al rey. Ha habido discusiones sobre el tenor literal inglés de las palabras de David, pero lo que queda claro es que para él en materia religiosa las apelaciones eran al Papa, como cabeza de la Iglesia, y no al rey, a quien debían hacerse según las leyes de Inglaterra.


David fue sentenciado a muerte como traidor, entregado al mariscal y llevado a la cárcel de Marshalsea, de donde fue llevado al lugar de la ejecución.


AÑO CRISTIANO Edición 2005

Autores: Lamberto de Echeverría (†), Bernardino Llorca (†) y José Luis Repetto Betes

Editorial: Biblioteca de Autores Católicos (BAC)

Tomo VII Julio ISBN 84-7914-763-6



9:18 a.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente: Cathoic.net



Fundadora


Etimológicamente significa “princesa de las aguas”, en lengua siria; “espejo”, en lengua hebrea.


Si fuera posible sondear nuestro corazón humano, la sorpresa sería descubrir, fugaz o estable, la espera de una invisible presencia. El creyente es consciente de que está presencia la tiene asegurada en Cristo resucitado.


Esta joven vino al mundo en el año 1811 y murió en la ciudad en que nació, Savona, en el 1880.

Desde pequeña se distinguió por su piedad y su gran devoción. Muy pronto, iluminada por el Señor, soñaba con entregarse a él en la Tercera Orden Franciscana.


Unos nobles quisieron adoptarla como hija, pero ella lo rechazó sin la menor duda.


Cuando quiso entrar en el instituto religioso, tenía fe en que así sucedería a pesar de que no tenía dote (dinero o bienes que había que aportar al convento).


Cuando el obispo se dio cuenta de que no tenía lo necesario para entrar, le dijo que se ocupara de la juventud pobre. María, siempre dispuesta a hacer la voluntad de Dios, fundó con él las “Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia.”


La sorpresa acudía a su alma cada vez que emprendía nuevas actividades. Sí, porque poco tiempo después, sus hijas religiosas se dedicaron a tratar y educar a los esclavos negros.


Sintiendo en las profundidades de su alma el celo por el amor a Dios y al prójimo, abrió casas para la reeducación de las chicas pobres y un seminario para los jóvenes que querían ser sacerdotes pero no podían entrar en el centro por falta de medios económicos.


Ella, por su parte, vivía centrada en Dios y los asuntos evangélicos. Era muy desprendida.

Solía repetir:" Si no somos generosos con Dios, él no lo será con nosotros. Sólo se responde al amor con el amor".


O esta otra declaración suya que señala su punto de intimidad con Dios:"Haz lo que puedas. Dios hará el resto".


Hoy, millares de hermanas de su instituto trabajan por todo el mundo.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!




9:18 a.m.

Por: . | Fuente: Cpalsj.org



Sacerdote y Mártir


Martirologio Romano: Santos mártires Juan de Brébeuf e Isaac Jogues, presbíteros, y compañeros de la Compañía de Jesús, en el día en que san Juan de la Lande, religioso, fue asesinado por los paganos en el lugar llamado Ossernenon, entonces en territorio del Canadá (hoy Auriesville, estado de Nueva York), el mismo lugar donde algunos años antes había conseguido la corona del martirio san Renato Goupil. Son venerados conjuntamente sus santos compañeros Gabriel Lalemant, Antonio Daniel, Carlos Garnier y Natal Chabanel, que en la región canadiense, en días distintos, después de fatigar en la misión del pueblo de los hurones para anunciar el evangelio de Cristo a aquellos pueblos, terminaron muriendo mártires ( 1649)


Este santo es muy querido en la Compañía de Jesús. Desde muy joven se entregó con gran generosidad al llamado de Dios. Siempre fue un hombre feliz. En su vida no parece haber una sombra de tristeza. La consolación espiritual lo acompaña en todas las etapas.

Nacimiento y patria


Carlos Garnier nace el 25 de mayo de 1606, en la ciudad de París. Sus padres tienen grandes medios económicos. Son católicos fervorosos y se preocupan por la buena formación de los hijos. La prudencia del padre y la devoción de la madre fueron su mejor escuela.


De esa familia, tan religiosa, salieron cuatro hombres consagrados: Carlos para la Compañía, Enrique para los Carmelitas, José para los Capuchinos y Antonio para el clero diocesano.


En el Colegio de los jesuitas


Cuando llega la edad de empezar los estudios secundarios, Carlos es matriculado en el Colegio de Clermont de la Compañía de Jesús, el más importante de Francia. Es bien acogido. Se siente a gusto y pronto se distingue en todo. Tiene facilidad para los estudios, y con agrado ingresa a la Congregación Mariana de los alumnos mayores (hoy, Comunidades de Vida cristiana, CVX).


Su padre es generoso con el dinero. Carlos recibe siempre una buena cantidad para sus gastos personales. Pero el muchacho gasta solamente lo indispensable. El resto, todos los meses, va a parar a la alcancía que los jesuitas han destinado para la ayuda de los presos de la cárcel.


Un día pasea por el Puente Nuevo. En los escaparates hay algunos libros inconvenientes. Los compra todos y los destruye. Cuando le preguntan, dice con natural simpatía: "Alguno podría comprarlos y al leerlos podría, tal vez, ofender a Dios".


El ingreso a la Compañía


Sin dudar, como algo muy natural, decide a los 18 años ingresar a la Compañía de Jesús.


Su padre siente tristeza cuando el buen hijo decide partir. Sufre en silencio. Se sobrepone y, con entereza, lo acompaña hasta el Noviciado, el 5 de septiembre de 1624.


Las palabras del señor Garnier al Superior le muestran a Carlos el temple de su padre: "Estoy tranquilo. Si yo no quisiera a la Compañía no daría a mi hijo. Desde que nació jamás ha desobedecido, jamás ha dado la menor molestia".


En el Noviciado, Carlos se entrega como él sabe hacerlo, como es su costumbre. No parece sentir la menor molestia. La vida religiosa le es agradable. Con suavidad, se acomoda a todo hasta en los pequeños detalles.


Sus compañeros de noviciado pasan a ser, ahora, sus mejores amigos. A algunos los conoce desde el Colegio. Pedro Chastellain es su compañero de ingreso, desde el primer día. La amistad va a continuar en las misiones del Canadá. Francisco José Le Mercier será también su compañero en la misión. En una carta a su hermano Enrique, el carmelita, le escribe: "Cuando ruegues por mí, ruega también por Pedro, mi mejor amigo".


La formación tradicional


Carlos con alegría y paz, sin sobresaltos, continúa la formación que dan los jesuitas a los ingresados para el sacerdocio.


Los votos de pobreza, castidad y obediencia los hace el 6 de septiembre de 1626, en la casa del Noviciado. Para él es un día de plena felicidad.


De inmediato, es destinado al Colegio de Clermont para hacer los estudios de filosofía. ¿Qué pasa? Todo parece resultarle fácil. Ni siquiera se imagina que puedan venir dificultades.


En octubre de 1629, está en el Colegio de Eu, en la Normandía francesa. Es la experiencia del magisterio. Debe enseñar literatura. Las dificultades tampoco se presentan en esta etapa. Tiene cualidades y mucho ánimo. Con gusto se entrega a sus alumnos. Él siente que el Señor le allana los caminos.


El primer contacto con Juan de Brébeuf


En el Colegio de Eu se encuentra con un gigante. Es el P. Juan de Brébeuf, el fundador de la misión de los hurones, quien ha debido volver a Francia al ser expulsado por los ingleses después de la caída de Quebec.


Las conversaciones con Brébeuf son interminables. Con él sigue las peripecias por el gran río San Lorenzo. Parece ir por los bosques y las nieves sin fin. Conoce las costumbres, las supersticiones y las guerras de las tribus. Comparte con Juan el anhelo de convertir a esos pueblos tan abandonados. El deseo por la misión empieza a anidar en el corazón de Carlos.


La ordenación sacerdotal


Los estudios de teología los hace también en el Colegio de Clermont. El caminar en la Compañía lo hace dichoso. Ahí madura su vocación a las misiones del Canadá. La preparación al sacerdocio y a la misión, para él, corren paralelas.


La ordenación sacerdotal la recibe en París, al terminar su tercer año de teología. Es una gracia que Carlos recibe con honda gratitud. Considera como un regalo de Dios el poder asistir al año siguiente, en ese mismo altar, a la ordenación del P. Isaac Jogues, otro de sus amigos que quiere ser misionero como él.


Carlos Garnier es destinado al Canadá al terminar la teología. Él lo ha pedido con insistencia. Los Superiores lo conocen bien. Saben que la misión es dura, pero él tiene el corazón firme y una virtud muy bien probada. Le ponen, eso sí, una condición: hablar con su padre y obtener su aprobación y bendición.


La Misión del Canadá


Al señor Garnier le resulta muy difícil bendecir, por esta separación, al hijo tan querido. Ha sido muy dura la separación cuando se hizo jesuita, pero esta segunda es extremadamente dolorosa.


Carlos respeta, siente el cariño del padre. Pero ante Dios insiste con mucha fuerza. Un año dura el combate. Al fin obtiene lo que quiere.


El 8 de abril de 1636 sale la flota desde el puerto de Dieppe. Él va feliz. Su amigo, el P. Isaac Jogues, viaja en la misma nave. Juntos comienzan la conquista del nuevo mundo.


La travesía resulta fácil, sin tormentas. Con Isaac tiene el consuelo de decir la misa casi diariamente. Fueron dos meses. Una carta a su padre encierra sus sentimientos:


"El viaje podría haber sido duro, pero el capitán lo hizo fácil. En estos dos meses, solamente, doce días no pudimos celebrar Misa. Nuestra capilla era la cabina del capitán. Una parte de la tripulación asistía a la primera misa, la otra a la segunda. A la elevación se disparaban los mosquetes. En los domingos truena la artillería. El capitán y muchos otros comulgan. Enseñamos catecismo y leímos a todos las vidas de los santos".


Su corazón va lleno de alegría. El agradecimiento a Dios es grande. No sólo porque él va en viaje a la misión, sino también porque sabe que en otra de las ocho naves de la flota va también su amigo el P. Pedro Chastellain.


A la Misión de los hurones


El 1 de julio de 1636, recibe el encargo de dirigirse a Trois Rivières. Desde allí deberá salir hacia los hurones. Su compañero de misión es el P. Pedro Chastellain, su gran amigo. Ambos tienen la misma edad, 29 años. Juntos han ingresado a la Compañía de Jesús y juntos van a la misión que tanto han deseado. Carlos se siente como un preferido de Dios.


El viaje resulta también sin mayores tropiezos. Los hurones se muestran buenos y los tratan con cariño. Pedro y Carlos parecen encantados. Cada uno va en canoa distinta. A Carlos los hurones lo empiezan a llamar Uracha.


Escribe Carlos, el 8 de agosto: "Dios sea bendito. Ayer llegamos a Nipissirinien, sanos y salvos. El Señor se portó bien conmigo. No he remado en demasía. No he cargado sino mi propio equipaje. Solamente, por dos o tres días, debí cargar el equipaje de un hurón enfermo. A la isla llegamos en la vigilia de San Ignacio. Compramos grano. No encontramos enemigos, ni peligros".


El 13 de agosto, llega a Ihonatiria. El P. Chastellain está ahí desde el día anterior. El Superior es su amigo el P. Juan de Brébeuf, el más cariñoso de los padres. En la capilla de troncos agradece al Señor. Después, en la cabaña de paja comparte con los amigos. Todos cantan, y comen la pobre comida de los indios hurones.


Las terribles epidemias


La alegría no puede ser eterna. Unos días después de la llegada del P. Isaac Jogues, la peste irrumpe en la misión. Los jesuitas también caen. Carlos interrumpe los Ejercicios espirituales, que ha comenzado, y se entrega al cuidado de sus hermanos. Acompaña al gigante Brébeuf, pero pronto también lo derriba la fiebre. Fue duro el recibimiento de la misión tanto tiempo apetecida.


Los primeros apostolados


Una vez restablecido, el P. Juan de Brébeuf lo destina a hacer los primeros recorridos por las aldeas huronas. El 4 de diciembre, Carlos está en Ossossané, el 14 en Anenatea, para ayudar a una muchacha moribunda. Este viaje lo hace con su amigo el P. Francisco José Le Mercier.


Asiste a la fiesta que dan los hurones por su niña enferma, después a la danza de la muerte. Con los hurones canta y danza golpeando las ramas. Contempla con pena cómo colocan cenizas ardientes en las manos de la enferma. Terminada la fiesta, Carlos bautiza a la niña.


Un tiempo después, es destinado a iniciar la misión de Ossossané. Su trabajo es visitar, enseñar catecismo y practicar la amistad. No le parece difícil. Con agrado nota que el idioma de los hurones empieza pronto a perder sus secretos. Cada día lo habla con más soltura.


A Uracha los hurones no le tienen miedo. Lo dejan entrar a sus cabañas y bendecir a los niños. Uracha es incansable, cariñoso y un buen amigo.


Cuando los hurones abandonan a sus parientes moribundos, incapaces de soportar ellos mismos el hedor de la peste y el terrible temor a la muerte, ahí está Uracha. Con caridad, Carlos logra acercarse. Los lava, los acaricia, los alimenta y a los que van a partir los bautiza. Después llora con sus amigos los hurones.


En una carta a su padre, de 1637, manifiesta su temple:


"Estamos en las manos de Dios. El cuida de nosotros. Por supuesto, tenemos dificultades, pero somos felices. Te cuento, en Ossossané tenemos una fortaleza mejor que la Bastilla. Aquí, no hay cañones españoles que puedan asustar como en París. Estamos en paz. Nuestra defensa es de madera, palos de diez y doce pies. Tenemos una torre en un ángulo de la empalizada y estamos construyendo otras dos para asegurar los caminos de acceso.


¿Te acuerdas de mi fastidio por los estudios de medicina? Ahora ésta es una de mis principales ocupaciones. Preparo cataplasmas y suministro polvos. No te preocupes por mi salud. Nunca me he sentido mejor. Si tus amigos en Francia vivieran como yo, sé que estarían libres de muchas enfermedades.


Respecto al idioma, hago progresos. Anoto todas las palabras que escucho. Es cierto, no tengo mucho tiempo para escribir porque dedico casi todo el tiempo, desde la mañana hasta la noche, a predicar, a visitar a los enfermos, a recibir a los hurones en mi tienda".


Sobre los gustos artísticos de los pieles rojas escribe en una carta a su hermano Enrique, el carmelita:


"Necesito una pintura de Jesucristo, pero que no tenga barba. Si no es posible, que tenga muy poca, como si tuviera dieciocho años. La figura sobre la cruz debe ser muy clara, sin nadie al lado, para no distraer la atención. Sobre la cabeza de la Virgen María, haz poner una corona y un cetro en las manos, que el Niño esté en las rodillas. Esto ayuda a la imaginación de los hurones. No debes poner ninguna aureola, cámbiala por un sombrero. Los rayos pueden prestarse a equívocos, las cabezas deben estar siempre cubiertas.


Mándame un cuadro sobre la resurrección del último día, pero haz que las almas de los bienaventurados aparezcan extraordinariamente felices. Cuando representes el Juicio final, preocúpate de no confundir. Los muertos resucitados deben estar fuera de sus tumbas y, si se puede, iluminados. Las caras no deben pintarse de perfil, sino de frente y con los ojos muy grandes. Los cuerpos no deben estar completamente vestidos, por lo menos una parte debe estar desnuda. Los cabellos no deben ser rizados. Ninguna cabeza puede ser calva. Nadie debe usar barba. Nuestro Señor y Nuestra Señora deben ser muy blancos. Sus vestidos deben tener colores vivos: rosado, azul, escarlata; nunca verde ni café. Los santos que descienden del cielo deben ser blancos, como la nieve, con ornamentos relucientes, con una cara llena de risa y felicidad. Los condenados deben estar pintados de color negro y asados al fuego. Pon algunas llamas encima y dentro de la cabeza. Los ojos deben ser como brasas. La boca que esté abierta y de ella debe salir fuego, también de la nariz y de las orejas. Toda la cara debe aparecer atormentada, llena de arrugas. Las manos, los pies y los costados deben tener cadenas de fierro. Pon un terrible dragón, que se retuerza alrededor de las víctimas, y les muerda las orejas. Recuerda que las escamas de la bestia deben ser horribles, jamás de color azul. A cada lado de un condenado, pon dos demonios que lo torturen con arpones de fierro y un tercero que lo tire de los cabellos".


La Misión entre los petuns


Después de establecer la Residencia central de Santa María para la misión de los hurones, el nuevo Superior, el P. Pablo Raguenau, destinó a los Padres Isaac Jogues y Carlos Garnier a la región habitada por los petuns o tribu del Tabaco. Ambos deben iniciar allí un nuevo campo de evangelización.


El territorio de la nueva misión dista, hacia el occidente, a unas doce a quince leguas de la región de los hurones. El nombre de la tribu se debe a las grandes plantaciones de tabaco.


Los dos misioneros parten en noviembre de 1639. Para Carlos es un desafío que lo llena de alegría. El camino es duro en el invierno, tanto que ningún hurón acepta acompañarlos.


Se pierden en el bosque, los senderos han sido borrados por la nieve. Con hambre llegan a la primera aldea. Ellos la bautizan con el nombre de los Apóstoles Pedro y Pablo.


El recibimiento es muy duro. Nadie se atreve a darles hospitalidad. Las mujeres huyen espantadas a esconderse en las tiendas. Los muchachos siguen a sus madres dando gritos. Todos piensan que los carapálidas traen enfermedad y hambre. ¿Qué otra cosa pueden pensar al verlos arrodillados? Sin duda están preparando los maleficios.


Cada dos días deben seguir a otra aldea. Nadie desea tenerlos más tiempo. Isaac y Carlos no desmayan. Como les permiten vivir, ellos pueden continuar recorriendo los pueblos. No se quejan. Sólo están agradecidos.


Fueron tres meses muy duros. Al fin, regresan a Santa María con la cara llena de risa. No han logrado casi nada, pero están contentos porque piensan en el futuro.


El misionero insistente


Ocho meses después, Carlos Garnier regresa a la tribu de los hombres del tabaco. Esta vez, él es el Superior. Su compañero es el P. Pijart. Sabe que será mal recibido, pero tiene la decisión de quedarse entre ellos.


Al llegar a la aldea de los Apóstoles Pedro y Pablo, convoca a los jefes. Les habla con dulzura, distribuye regalos y solicita quedarse. Es escuchado sin interrupción. Cuando termina, uno de los sachems le responde:


"No queremos tus regalos. Deja pronto nuestro país si no quieres sufrir las consecuencias".


Pero Carlos, a pesar de la amenaza, decide quedarse.


Son otros meses de trabajo difícil y peligroso. Carlos sabe lo que busca y no desmaya. En dos ocasiones está a punto de morir, pero Dios parece liberarlo. "Nosotros te arrancaremos de la tierra, raíz venenosa".


La profesión solemne


En 1642, Carlos queda encargado de la misión de San José, en la aldea hurona de Teanaustayé. Esta es la época de la cosecha para Carlos Garnier. Domina el idioma, quiere profundamente a los hurones, sabe su oficio. A los pocos meses recoge a manos llenas.


"En un mes o dos han progresado en el conocimiento y en el amor de Dios, más de lo que yo hubiera esperado con un trabajo de uno o dos años".


La alegría de Carlos se interrumpe con la noticia terrible de la prisión de sus amigos Isaac Jogues y René Goupil en manos de los iroqueses. El martirio de René lo llora junto a sus hermanos. La oración, entonces, la dirige por la preservación de Isaac.


El día 30 de agosto de 1643, en la capilla de la misión de Santa María, Carlos hace su profesión solemne de cuatro votos en manos del Superior del Canadá, el P. Jerónimo Lalement. Carlos agradece a Dios la incorporación definitiva a esa Compañía de Jesús que tanto ama.


El sufrimiento de un gran amigo


En el mes de agosto de 1644, Carlos Garnier recibe las más increíbles noticias de sus hermanos jesuitas. Isaac Jogues, su entrañable amigo, ha regresado al Canadá. Sano y salvo. Ha sido torturado por los iroqueses. Ha podido huir gracias a la ayuda de los holandeses. Estuvo en Francia y ha regresado. ¡Cómo quisiera volar a su lado para abrazarlo! Con muchas lágrimas de consuelo, agradece a Dios por la vida del amigo. Pero la obediencia y los trabajos lo obligan a permanecer en Teanaustayé.


Los detalles de la odisea de Isaac los va sabiendo, uno tras otro. Ya conocía el hecho de la prisión, en manos iroquesas, el triste día del 30 de junio de 1642. Por la narración entregada por Isaac, ahora se impone del terrible viaje al interior del país de los mohaws. Una a una le cuentan las torturas. También los detalles del martirio de San René Goupil. En su interior, Carlos envidia al joven cirujano.


Isaac Jogues no ha querido decir mucho sobre su tiempo de esclavitud entre los iroqueses. Algo más ha contado sobre los holandeses del fuerte de Rensselaerswyck y de New Amsterdam. Han sido palabras agradecidas hacia esos amigos hugonotes. Ha narrado la huida, el viaje en velero, la llegada a Francia.


Carlos cree merecida la acogida triunfal en la corte francesa. Se alegra con la dispensa del Papa y goza con su regreso. Y ahora, admira el temple de su amigo que ha decidido partir nuevamente al país de los iroqueses.


De nuevo en la tribu de los petuns


En octubre de 1646, la misión de Teanaustayé es encargada al P. Antonio Daniel. Carlos Garnier y el P. Leonardo Garreau deben partir a la siempre deseada misión en la tribu del Tabaco. Esta vez, Carlos ha sido llamado por los sachems. Eso lo llena de alegría. La aldea Etharita del Clan de los Lobos y la aldea Ekarenniondi del Clan de los Ciervos solicitan que Uracha sea quien los lleve a la verdadera fe.


En ese terreno, que bien puede ser considerado virgen, Carlos siente que ha encontrado el campo y la perla tanto tiempo pesquisados. Es duro, pero también el consuelo es grande. Muy pronto establece firmemente dos misiones: la de San Juan y la de San Matías.


Lleva dos meses en su nuevo puesto. Una carta le trae pronto las noticias del martirio de sus amigos Isaac Jogues y Juan de La Lande en el país de los iroqueses. Carlos y Leonardo lloran, pero se consuelan en la fe. Saben que ambos son ahora sus mejores intercesores.


Una carta escrita al P. General, d el 25 de abril de 1647, dice casi todo de su trabajo entre los petuns:


"El buen P. Garreau y yo estamos casi siempre separados, porque él vive en una aldea distante de la mía, unos diez o doce días de camino. Él viene a mí y yo a él de tanto en tanto. Y después de permanecer unos días juntos él regresa al poblado donde yo estaba y yo al de él. Así vivimos".


La guerra de los iroqueses


Pero la cruz del aislamiento no es la más pesada. Las incursiones de los iroqueses son su mayor preocupación. Carlos sabe que la guerra hace estragos entre los hurones. No se hace ilusiones. Un día la violencia llegará también a sus dos misiones de la tribu del Tabaco.


En julio de 1648, con pena conoce la destrucción de su querida misión de Teanaustayé y la muerte violenta del P. Antonio Daniel, su sucesor entre los hurones. El Superior, en su carta, les pide discernir. Carlos y Leonardo deciden quedarse con sus pueblos.


Poco después, el Superior, al conocer la decisión, determina enviarles compañeros. El P. Natal Chabanel será el compañero de Carlos en San Juan, y el P. Adrián Grélon acompañará a Leonardo, en San Matías.


En el mes de marzo de 1649, la amenaza de los iroqueses parece acercarse cada vez más. Hasta el país de los petuns, con la rapidez del rayo, ha llegado la noticia del martirio de los PP. Juan de Brébeuf y Gabriel Lalement. Después del incendio, nada queda de las aldeas huronas.


La muerte de la Misión hurona


Ese día del 16 de marzo de 1649, en Santa María de los hurones, el P. Pablo Raguenau observa la espiral de humo que se eleva por encima de los bosques. Parece venir desde la vecina misión de San Luis.


Poco después, llegan las mujeres llorando y los niños hurones espantados. Con aullidos anuncian el ataque de los iroqueses. Los PP. Juan de Brébeuf y Gabriel Lalement habían decidido quedarse con los hurones.


La sangre del P. Raguenau se hiela en las venas. Sin duda, a estas horas ambos pueden estar en poder de los iroqueses. De inmediato, el P. Raguenau organiza la defensa de Santa María. Si llegan los iroqueses, todos pueden perecer.


Al día siguiente, llegan trescientos hurones de la nación del Oso. Ellos anuncian la llegada de otros doscientos de sus guerreros. Sigilosamente salen los hurones hacia San Luis y San Ignacio. Primeramente son vencidos; después, con los socorros, viene la victoria.


El 19 de marzo llegan a Santa María los hurones que, con el desastre iroqués, se han liberado. El sachem Esteban Annaotaha cuenta a los horrorizados jesuitas los detalles del martirio de Juan de Brébeuf y de Gabriel Lalement. Todos lloran.


Al amanecer del día veinte, los jesuitas con algunos guerreros viajan a San Luis y a San Ignacio. Sólo encuentran ruinas, silencio y muerte. Sollozando, recogen el cuerpo ennegrecido de Juan y el cadáver del atormentado Gabriel. Con veneración los llevan a Santa María.


En una semana, los hurones abandonan quince aldeas. Algunos buscan refugio en la nación de los neutrales. Otros se dirigen al norte, hacia los algonquines. Centenares parten hacia la tierra de los petuns. La nación hurona parece morir.


Los jesuitas deciden, entonces, acompañarlos. Determinan abandonar la Misión de Santa María y reconstruirla en otro sitio. Con doce hurones mayores celebran consejo, y deciden trasladarse a la isla Ahoendoe.


De inmediato, el P. Raguenau organiza los trabajos. Con sus hurones, construye una barcaza de 16 metros de longitud y una balsa de troncos de 25 metros. Empaquetan y enfardan todo: ropa, maíz, provisiones, semillas y pescado ahumado. Con especial cuidado envuelven los vasos sagrados, ornamentos, imágenes y los libros. Las reliquias de los mártires las ponen en una caja, con fuertes cerraduras.


El 14 de junio de 1649, después de asegurarse de que no hay iroqueses en la cercanía, se embarcan todos, aun los animales. Los hurones los siguen en sus canoas. Santa María es destruida a fuego.


Desembarcan en Ahoendoe, y febrilmente comienzan a levantar las construcciones. Los hurones, hambrientos, llegan de todas partes. Los problemas de alimentación son extremadamente duros y ésta es la primera preocupación del Superior.


La guerra en el país de los petuns


En noviembre, algunos hurones, que regresan de la tierra de los petuns, comunican la aterradora noticia de que los iroqueses han levantado también el hacha de guerra contra la tribu del Tabaco.


El P. Pablo Raguenau queda aterrado, pues ahora cuatro de sus misioneros viven en los poblados de los petuns. En Etarita, están los PP. Carlos Garnier y Natal Chabanel y, a 15 kilómetros más lejos, los PP. Adrián Grélon y Leonardo Garreau.


De inmediato, el P. Raguenau escribe a Carlos Garnier, ordenándole a él y a los otros tres dirigirse a la nueva Santa María de Ahoendoe, cuanto antes, a menos que alguna poderosa razón lo impida.


Otro discernimiento heroico


En Etarita, a principios de diciembre, los PP. Carlos Garnier y Natal Chabanel reciben la orden del P. Raguenau. Silenciosamente y con tristeza se miran ambos. Cada uno da sus razones. Sí, el peligro de los iroqueses existe. Pero ése no puede ser un motivo para abandonar a los cristianos. Conversan, discuten, rezan y disciernen, como tal vez jamás lo han hecho en sus vidas.


Al fin, Carlos Garnier, el superior de los dos, toma la decisión. Partirá el P. Natal Chabanel y él se quedará con los petuns. En carta al P. Pablo Raguenau, explica:


"No tengo temor alguno por mi vida. Lo que más sentiría sería abandonar a mis cristianos. Ellos me necesitan en su hambre, miseria y en el terror de la guerra. Dejaría de utilizar la oportunidad que Dios me da, de morir por Él. Pero en todo momento estoy dispuesto a dejarlo todo y a morir en la obediencia".


Bajo el doble mandato de la obediencia, el P. Natal Chabanel sale de Etarita el 5 de diciembre de 1649.


El ansiado martirio


El martes 7 de diciembre, a las tres de la tarde, mientras Carlos hace su acostumbrada visita apostólica, oye el grito aterrorizado de sus cristianos: ¡Los iroqueses! ¡Los iroqueses!.


De inmediato corre. Ve a los iroqueses, con sus pinturas de guerra, entrando al poblado y derribando todo. Corre a la Capilla. Grita a los petuns para que huyan sin tardanza. Bendice a los cristianos.


"¡Uracha, sálvate! ¡Huye con nosotros! Él hace un gesto, negándose. De pronto, siente en su pecho la herida de una bala de mosquete. Después, otra bala le perfora el estómago. Pierde entonces el conocimiento.


Al recobrarlo, se encuentra totalmente desnudo, con la sangre manando de las heridas. Musita el acto de contrición. A poca distancia ve a un petun que se retuerce en agonía.


Carlos entonces se levanta, penosamente, y se desploma. Haciendo un esfuerzo, intenta taponar la sangre y se arrastra hacia el moribundo. Entonces, un iroqués se precipita sobre él, le corta el cuero cabelludo y le clava el hacha en la cabeza.


La glorificación


Los restos de Carlos fueron recogidos por los PP. Adrián Grélon y Leonardo Garreau, dos días después.


Sentados en tierra permanecieron todo el día, como estatuas de bronce, la cabeza inclinada y los ojos fijos en el suelo. No debían llorar, porque eso era indigno de un valiente. Lo enterraron en lo que había sido su Capilla.


San Carlos Garnier fue canonizado el 26 de junio de 1930, conjuntamente con Juan de Brébeuf, Isaac Jogues, René Goupil, Juan de La Lande, Antonio Daniel, Gabriel Lalement y Natal Chabanel.


Para ver más sobre los mártires en Canadá haz "click" AQUI



9:18 a.m.
Santa Fara nació en la ciudad de Pipimisicum (hoy Poincy, cerca de Meaux). Sus padres eran el conde Cagnerico y Leodegonda. Tuvo dos hermanos santos: Cagnoaldo, monje en Luxeuil, y Farone, Obispode Meaux.

De pequeña fue bendecida y dedicada a Dios por San Colombano quien, exiliado de Luxeuil, había recibido la hospitalidad de los padres de la santa.


Ya adulta, su padre, indiferente a la promesa hecha al santo, resolvió casarla. La joven acudió en busca de ayuda a Eustasio, sucesor de Colombano en la dirección del monasterio de Luxeuil, quien recomendó a Cagnerico que dejara a su hija libre para consagrarse a Dios.


El padre prometió hacerlo, pero no mantuvo su promesa. La Santa entonces, viendo que nuevamente se empezaba a hablar de casamiento, abandonó la casa paterna y se refugió en la de una fiel amiga, cerca de la iglesia de San Pedro. Descubierta, le ruegan que vuelva a la casa paterna, amenazándola de muerte si no lo hace. Informado Eustasio de lo que estaba ocurriendo, interviene, y reprimiendo severamente a Cagnerico, impone el velo a la joven.


Más tarde, Fara recibió en herencia de su padre un terreno en donde fundó el monasterio de Evoriacum (Faremoutiers), del que fue abadesa durante cuarenta años. El convento pronto se convirtió en centro de ferviente vida espiritual: primero adoptaron la regla de San Colombano, y luego la benedictina.


Santa Fara murió alrededor de el año 675. Es invocada especialmente contra los males de los ojos.



8:13 a.m.

Por: Lamberto de Echeverría, Bernardino Llorca y José Luis Repetto Betes | Fuente: AÑO CRISTIANO Edición 2005



Mártir


Martirologio Romano: En el territorio de Langziqiao, cerca de Hengshui, en la provincia de Hebei, en China, san Pablo Liu Jinde, mártir, que, durante la persecución llevada a cabo por los Yihetuan, ya anciano y habiendo quedado como el único cristiano de la aldea, salió al encuentro de los agresores con el rosario y un libro de devoción en la mano y los saludó como se solía saludar a los cristianos, por lo que fue inmediatamente asesinado. ( 1900)

Fecha de canonización 1 de octubre de 2000 por el Beato Juan Pablo II.



Pablo Liu Jinde (Liou-Tsinn-Tei) tenía 79 años en el momento de su martirio, y fue su sentido de la responsabilidad el que le llevó al martirio. Se ganaba la vida como trabajador del campo y tenía a su cargo la iglesia del pueblo de Langziqiao (China) y la administración de los bienes de la comunidad cristiana, y vivía por ello en una casita adosada a la iglesia.

En 1900 en China estalló la rebelión conocida como "levantamiento de los boxers" y en China como el «Levantamiento Yihétuán», un movimiento contra la influencia comercial, política, religiosa y tecnológica foránea en China. Los principales afectados fueron los cristianos chinos, que siendo numerosos y sin muchas posibilidades de poder huir a ninguna parte fueron objeto de violaciones, torturas y asesinatos.


Cuando los cristianos supieron de la llegada de los boxers, huyeron del pueblo para salvar la vida, pero Pablo dijo que él no podía abandonar la iglesia. Distribuyó entre los pobres los fondos de la comunidad y decidió no irse, poniéndose en las manos de Dios. Llegados los boxers lo arrestaron y le exigieron con amenazas que apostatara del cristianismo, a lo que el anciano se negó firmemente. Entonces lo mataron a golpes de espada.


Después de la persecución, los cristianos honraban su tumba como la tumba de un mártir.


AÑO CRISTIANO Edición 2005

Autores: Lamberto de Echeverría (†), Bernardino Llorca (†) y José Luis Repetto Betes.

Editorial: Biblioteca de Autores Católicos (BAC)

Tomo VII Julio ISBN 84-7914-763-6




8:13 a.m.

Por: Lamberto de Echeverría, Bernardino Llorca y José Luis Repetto Betes | Fuente: AÑO CRISTIANO Edición 2005



Mártir


Martirologio Romano: En la localidad de Nangong, en la provincia china de Hebei, san José Wang Guiji, mártir, el cual, durante la persecución ya mencionada, rechazó salvar su vida diciendo, como le sugerían, una leve mentira, y prefirió morir gloriosamente por Cristo. ( 1900)

Fecha de canonización: 1 de octubre de 2000 por el Beato Juan Pablo II.



En 1900 en China estalló la rebelión conocida como "levantamiento de los boxers" y en China como el «Levantamiento Yihétuán», un movimiento contra la influencia comercial, política, religiosa y tecnológica foránea en China. Los principales afectados fueron los cristianos chinos, que siendo numerosos y sin muchas posibilidades de poder huir a ninguna parte fueron objeto de violaciones, torturas y asesinatos.

José Wang Guiji (Wang Koei-Tsu) era un cristiano de 37 años de edad, casado y con hijos; un creyente convencido y fervoroso, como lo era igualmente su hermano Juan. Cuando supieron la llegada de los boxers tomaron a sus familias y, en carros, las llevaron a la población de Chan-Kia-Tchoang donde los cristianos se habían fortificado. Una vez que las dejaron allí, volvieron a sus casas y entraron en el pueblo de Nangong, donde los vecinos les preguntaron si eran cristianos y ellos dijeron que sí. Entonces los vecinos avisaron a los boxers. Ambos huyeron, pero mientras Juan escapaba, José cayó enseguida en manos de los boxers que procedieron a darle muerte. Era el 13 de julio de 1900.


AÑO CRISTIANO Edición 2005

Autores: Lamberto de Echeverría (†), Bernardino Llorca (†) y José Luis Repetto Betes

Editorial: Biblioteca de Autores Católicos (BAC)

Tomo VII Julio ISBN 84-7914-763-6




12:34 a.m.

Por: . | Fuente: misionerasclarisas.com



Fundadora de las Congregaciones

de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento

y de los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal


Martirologio Romano: En Roma, Italia, Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento (en el siglo, Manuela de Jesús Arias Espinosa), Fundadora de las Congregaciones de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y de los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal. ( 1981)

Fecha de beatificación: 21 de abril de 2012, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI



Tomado de la Autobiografía de la Sierva de Dios y de sus Notas Intimas las cuales fueron encontradas después de su muerte)




Nací en Ixtlán del Río, Nayarit, México el 7 julio de 1904. Fui la quinta de ocho hijos.

Mi madre, una mujer toda de su hogar, inteligente, llena de prudencia, de una sensibilidad exquisita. Cuánto era querida de pobres y ricos. Mi padre, ocupando siempre puestos públicos, no se desdeñaba jamás de que lo vieran en la iglesia rodeado de su familia, su esposa y 8 hijos.


Iba a fiestas familiares, paseos y otras diversiones inocentes, me gustaba lucir y ser atendida. Sin embargo esto no me llenaba (Experiencias Espirituales, f. 449) .


En mayo de 1924 salimos de Tepic a Colima, sentía en mi alma algo que no acertaba a comprender. Se acercaba el tiempo de la gracia (Exp. Esp., f. 449) .


En septiembre me dio un acceso fuerte de apendicitis. me llevaron a Guadalajara., necesitaba operación. Me negué, tenía miedo (Exp. Esp., f. 449) .


Antes de que regresáramos a Colima me prestaron la vida de santa Teresita, en el camino fui leyendo . En la lectura de «Historia de un alma», no sólo encontré mi vocación, sino a Dios de una manera muy especial en mí (Exp. Esp., f. 449).


En octubre en los días del Congreso Eucarístico en México 1924, sentía ya un cambio en mí, en la iglesia me sentía otra, todo me empezaba a parecer despreciable. Sonó el momento designado por la infinita misericordia para transformarme y no lo pude resistir.


Dios, el amor, me atraía con fuerza irresistible. Sólo quería amar y darme a Dios. Todo mi anhelo era la Eucaristía (Exp. Esp., f. 449) .


Resolví que me operaran para ofrecerle mis sufrimientos a Dios. Nadie en casa se había dado cuenta del cambio operado en mí (Exp. Esp., f. 449).


Y después en los días 8 al 12 de diciembre del mismo año inolvidable las gracias de la Madre de Dios, sus caricias y ternuras llovieron a profusión sobre mi pobre corazón que se sentía incapaz de resistir a tanta dicha (Estudios y meditaciones, f. 734). Nunca sabré decir exactamente, lo que ha sido esta Madre para mí. Lo que si sé decir es que yo nunca acierto a separarme de ella (Exp. Esp., f. 540).


En la fiesta de Cristo Rey de 1926, me consagré por primera vez al Amor Misericordioso, como víctima de holocausto (Exp. Esp. f. 451) .


Dios me llevaba por el camino de la mortificación, y penas interiores muy intensas, por causa del deseo inmenso de pertenecerle del todo y no poderlo realizar por las persecuciones religiosas de México: 1926 - 1931. Nuestro Señor me detuvo, cuánto me costó. Me marcaba el camino, y luego. no me dejaba marchar.


Estos años de clausura en mi propia casa me fueron de grande utilidad, pues el buen Dios fue preparando mi alma a una vida intensa de contemplación, siendo la oración el anhelo más grande de mi alma.


Fue en el año 1929, el 5 de junio, cuando al fin, después de muchas penas interiores, pude ingresar; en Los Ángeles, California.


¡Cuán dolorosa fue mi partida!, la deseaba con ansias; siendo Dios quien llama, ¿se le puede decir que no?


No se puede negar que se siente el corazón partido al dejar seres tan amados.


Pero también es verdad que Dios llena todos esos huecos y cuando se va a encontrarse con el Amado del alma para realizar con él, los desposorios divinos, es una dulzura, una paz y una alegría espiritual, que sólo las almas que lo han experimentado lo pueden comprender.


Si yo ingresé a una Orden de clausura fue por el deseo inmenso de imitar, en la medida de mis fuerzas, a mi santita predilecta: santa Teresita del Niño Jesús.


Se deslizaron los días del postulantado en una alegría exuberante. La comunidad estaba muy pobre; yo pasé muchas hambres, eran sacrificios para comprar almas para el cielo.


Así transcurrió el tiempo de mi noviciado en Los Ángeles, California.


Mi primera profesión fue el día 12 de diciembre de 1930; no podía menos que, en ese día de mi Morenita amada. Ella me hizo una promesa, promesa formal y solemne que yo se la recuerdo, y le pido la cumpla.


«Si entra en los designios de Dios servirse de ti para las obras de apostolado, me comprometo a acompañarte en todos tus pasos, poniendo en tus labios la palabra persuasiva que ablande los corazones, y en éstos la gracia que necesiten; me comprometo además, por los méritos de mi Hijo, a dar a todos aquellos con los que tuvieres alguna relación, y aunque sea tan solo en espíritu, la gracia santificante y la perseverancia final...» (Estudios y meditaciones, f. 735).


En ese día, le prometí solemnemente que la haría amar del mundo entero, llevando a todos los países su sagrada y hermosísima imagen en su advocación de santa María de Guadalupe.


Se fue acercando el tiempo de los votos perpetuos: 1933, el 14 de ese diciembre fue nuestra consagración total, irrevocable, los desposorios divinos con un Dios que no desecha a sus criaturas.


Qué día tan feliz, en medio de nuestras pobrezas, escasez, hambres.


Se consiguió un nuevo medio de sustento: lavado y planchado de ropa. Esto me fue confiado a mí, lo hice varios años. Jesús, mi amado Esposo, me ayudó a comprarle con esto muchas almas.


Mas de esto mismo, de no poder llevar una vida plenamente contemplativa, me ha nacido la idea de dedicar a los pobrecitos infieles, a los paganos, las horas que en el convento dedicamos al trabajo manual, para ganarnos la vida ( Exp. Esp. f. 541) .


Se fue haciendo este deseo más y más intenso, una verdadera obsesión. Trataba este negocio todos los días con Nuestro Señor en la oración, diciéndole manifestara su santísima voluntad.


El proyecto fundacional fue dilatado y sobre todo doloroso. Mi alma empezaba a dudar; era yo tan feliz en mi comunidad, mis hermanas y superiora todas me querían y el panorama que se me presentaba era aterrador.


Le decía a mi Jesús que manifestara su voluntad, ya que yo solamente eso quería hacer.


En medio de las dificultades que iban surgiendo a causa del proyecto fundacional. me seguí dedicando en cuerpo y alma a mis novicias, de las cuales era maestra. El panorama pacífico y tranquilo de mi convento me invadió, llenándome de paz.


Pasado un tiempo, mi superiora me dijo que la votación del consejo para que se hiciera la fundación había sido unánime. Gozo, alegría, pena, incertidumbre.; Pero, al ver así manifiesta la voluntad santísima de Dios, pedí permiso a mi superiora para moverme en ese sentido.


Así pues, una vez decidido el que se haría la fundación, pasado un tiempo, tuve que renunciar a mi cargo de Maestra de Novicias


Fuimos a Cuernavaca a recabar el permiso del Sr. obispo de las diócesis, entonces el señor Dr. Don Francisco González Arias, para exponerle los fines de la fundación proyectada. Al escuchar los deseos manifestados por mí de la fundación de una obra misionera, le gusto desde el primer momento. Quedando de enviar a la Santa Sede las Preces solicitando dicho permiso, el cual firmó el día 3 de diciembre de 1944.


¿Cómo se llevó a cabo esa... fundación? . Una fundación hecha con los debidos permisos, no deseando en nada sino hacer la voluntad de Dios, hasta en la elección de las hermanas que quisieran acompañarme.


Mi cuñado, que tenía unos bonitos terrenos en la Privada de la Selva ., me ofreció darme el que escogiera a mitad de precio (Estudios y meditaciones, f. 725).


Tenía que empezarse la construcción y no teníamos dinero... La Providencia se hacía esperar, probaba mi fe.


Transcurrían los días y los meses, y en ellos penas, alegrías, dudas, sobresaltos, envuelto todo en una gran confianza en Dios nuestro Señor y en un esperar todo de él.


El día 2 de agosto de 1945 se nos entregó el documento en que la Santa Sede aprobaba la fundación en Cuernavaca.


Me dijo mi superiora: «Ya tiene todo, ya puede salir a la fundación. Pero ¿a dónde?, ¿a qué casa?». No la teníamos. Había que orar, orar más y más y con inmensa confianza.


«Ya tienes una casa a tus órdenes en Cuernavaca, para cuando quieras irte» (me dijo Don José María, mi cuñado).


Era la primera casa que habitamos, llamada «Quinta Jesús-María» con un jardín muy hermoso. Las 5 hermanas que se iban a ir conmigo ya estaban también preparadas.


Se empezaron a adquirir los muebles indispensables como es un hermoso altar, de talla, todo en cedro, así como su sagrario y 6 columnas en las cuales se colocaban floreros.


La casa sólo tenía 5 cuartos; el mejor, a la entrada, lo dedicamos a la capilla, luciendo ya su altar de cedro. pero allí mismo, a un lado, la hermosísima imagen de mi Reina y Madre Santa María de Guadalupe.


La primera Misa se celebró el domingo 25 de agosto de 1945. El Santísimo se quedó expuesto durante todo el día en acción de gracias.


Dios tuvo compasión de su Obra, de esta Obra para la cual se había valido del instrumento más deleznable, más inepto, más incapaz. Pero era suya... la Obra.


Bastante se lo dije antes de iniciarla: «Señor, si no es tu voluntad santísima, yo no quiero hacer nada». Por esto ahora muchas veces le digo: «¡Tú tienes la culpa, para qué te valiste de lo peor que encontraste!»


A los años de paz, después de las guerras anteriores, se vino una floración de vocaciones, de días muy hermosos.


Las almas, las instituciones, tienen que pasar también por sus cuatro estaciones, aunque los inviernos, a las veces, nos hagan sangrar.


La Obra no es de esta miserable María Inés-Teresa, sino de Dios sólo, que ha usado este instrumento tan deleznable para que así resplandezca a los ojos de todas las hijas la infinita bondad, el infinito amor y protección de Dios.


La vocación misionera fue siempre la mía, ya que, cuando Dios me hizo sentir el deseo de pertenecerle a él por entero, mi vocación fue ser misionera.


Por esto me encerré en el claustro, sabía que la oración y los sacrificios salvan más almas, que todo lo que sea acción, si esto va impregnado del espíritu de sacrificio, del deseo de no sobresalir, pero sí del deseo de llevar muchas almas a Cristo.


En una tarde tranquila de verano, el 22 de julio de 1981, Madre Ma. Inés T. Arias entregó su alma al Padre Eterno en un acto de amor.


"Permíteme, Señor, que desde tu gloria siga fecundizando la semilla que deposité en la tierra para tu mayor gloria, para que fructifique más y más en las manos de los que me han seguido en las tareas apostólicas".


"Yo seguiré viviendo en ellos hasta la consumación de los siglos y por lo mismo, mi trabajo no terminará hasta que se clausuren los siglos y empiece la eternidad."


El milagroo para su beatificación


El niño Francisco Javier Carrillo Guzmán, de un año tres meses de edad, tras caer en una alberca, sufrió asfixia de casi ahogamiento y como consecuencia miocardiopatía hipóxico isquémica, encefalopatía hipóxica difusa y estenosis subglótica.


El accidente aconteció el día 17 de junio de 2001, en el rancho El Rocío, a varios kilómetros de la ciudad de Guadalajara. Habiendo realizado repetidos intentos de reanimación, el niño recibió los primeros auxilios médicos especializados después de hora y media aproximadamente del momento del accidente, internándolo en terapia intensiva pediátrica del hospital San Javier.


El pronóstico hasta los primeros seis días fue «reservado a su evolución», agravándose aún más, con una insuficiencia orgánica múltiple: falla hepática, pulmonar, hemática, y neurológica así como alteraciones hidroelectrolíticas. Había muy pocas esperanzas de vida y en caso de sobrevivir, la enfermedad dejaría secuelas neurológicas severas.


Ante tal acontecimiento, los familiares encomendaron a la intercesión de la sierva de Dios María Inés- Teresa Arias, la curación total y sin secuelas del niño. El día 23 de junio, séptimo día del accidente, durante una Misa celebrada en el convento de las hermanas misioneras clarisas se oró con insistencia para obtener, por la intercesión de la Madre María Inés, lo que sólo un milagro podía conseguir: la salud total de Paquito. Ese mismo día por la tarde, inesperadamente, el niño empezó a mejorar (comenzó a respirar por sí mismo y a orinar).


Durante la segunda semana se recupera totalmente y el 9 de julio es dado de alta. Ulteriores exámenes clínicos y neurológicos han demostrado que el niño está totalmente sano y no muestra lesión alguna sea física que neurológica. Los médicos tratantes no encuentran explicación científica a la total recuperación del niño por lo que se atribuye a la intercesión de la sierva de Dios María Inés-Teresa Arias.


ORACION PARA PEDIR ALGUNA GRACIA O MILAGRO POR SU INTERCESIÓN

Señor Padre Santo,

que sostienes y guías a tu Iglesia,

glorifica a tu sierva fiel,

madre María Inés Teresa Arias,

fundadora de nuestra familia misionera,

ella vivió en sencillez y alegría

en contemplación y acción inflamada

por el ansia misionera de dilatar

el reino de Cristo

concédenos venerarla en los altares

para mejor imitar su caridad misionera,

y por su intercesión concédenos

la gracia que hoy te pedimos confiadamente.

Amén

(se hace la petición y se reza un padre nuestro y ave maría)





Si Dios te concede alguna gracia comunícalo a:

MISIONERAS CLARISAS, APARTADO POSTAL 1-083, CUERNAVACA MORELOS, CP 62000, TEL (01-73), 18 58 44, FAX 18 71 53



12:34 a.m.

Mártir


Martirologio Romano: En Anastasiópolis, de Galacia, en la moderna Turquía, san Antíoco, mártir, hermano de san Platón. ( s. III/IV)

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma: el Papa.



Su pasión indica que Antioco el médico, –oriundo de la ciudad de Sebaste, y hermano del mártir san Platón–, mientras que estaba atendiendo a enfermos de Galacia y Capadocia, fue detenido –por ser cristiano– por el prefecto Adriano. Antioco soportó diversos tormentos: fue sumergido en una olla de agua hirviente, lanzado a las ferias, pero siempre salía airoso de estas pruebas, mientras que sus oraciones hacían que los ídolos se rompieran. Por último, se lo decapitó, y de su cuello brotó sangre y leche. A la vista de este milagro, Ciriaco, uno de los testigos, se profesó cristiano e inmediatamente fue también decapitado.

Esta historia repite detalles contenidos en otras historias sin darnos detalles particulares sobre los hechos. Pero, sin embargo, es evidente lo antiguo de la devoción a este mártir, constando ya su nombre en el Sinaxario Constantinopolitano.


La pasión del san Platón, el hermano de Antíoco, testifica que su martirio tuvo lugar por orden de Maximiano; Ciriaco, y Antíoco, fueron probablemente víctimas de la persecución de Diocleciano. En cuanto a la ciudad de origen, todos los textos existentes nos indican que Antíoco nació en Sebaste; entre las siete ciudades con aquel nombre en esos tiempos está Ancira –llamada Sebaste Tectosagi en la época imperial–, cuna de san Platón, y por ello considerada también la cuna de nuestro santo de hoy.


Por último, en cuanto a su culto tenemos un testimonio del siglo VI: la vida de San Teodoro Siceota relata un milagro ocurrido el 16 de julio, mientras san Teodoro celebraba la solemne liturgia en honor de Antioco, en la iglesia a el dedicada. Esta información nos permite ratificar el 16 de julio como la fecha más antigua de entre aquellas en que se recordaba a este santo en el Martirologio Romano y el Sinaxario Bizantino. Además, el testimonio de la existencia de una iglesia dedicada a San Antíoco en la ciudad de san Teodoro –es decir la ciudad de Dara, una ciudad de Mesopotamia que en el 507 se llamaba Anastasiópolis– nos permite suponer que fue en este lugar donde ocurrió el martiro.


responsable de la traducción: Xavier Villalta




12:34 a.m.

Por: Lamberto de Echeverría, Bernardino Llorca y José Luis Repetto Betes | Fuente: AÑO CRISTIANO Edición 2005



Mártir


Martirologio Romano: En la ciudad de Nangong, en la provincia china de Hebei, san Juan Wang Guixin, mártir, que en la persecución desencadenada por los Yihetuan prefirió morir por Cristo antes que manchar su pureza con una leve mentira. ( 1900)

Fecha de canonización: 1 de octubre de 2000 por el Beato Juan Pablo II.



En 1900 en China estalló la rebelión conocida como "levantamiento de los boxers" y en China como el «Levantamiento Yihétuán», un movimiento contra la influencia comercial, política, religiosa y tecnológica foránea en China. Los principales afectados fueron los cristianos chinos, que siendo numerosos y sin mucas posibilidades de poder huir a ninguna parte fueron objeto de violaciones, torturas y asesinatos.

Juan Wang Guixin (Wang Koei-Tsu) era primo del mártir José Wang Guiji que conmemoramos ayer. También casado y padre de familia, al saber los horrores que practicaban los boxers llevó su familia a la población de Chan-Kia-Tchoang, donde la dejó encomendada a la misericordia de Dios, y volvió a su pueblo junto con su hermano cuando en Nankong fue delatado a los boxers, que mataron allí a su hermano. Él pudo huir y llegó a Ceu-ly-pu, pero fue localizado y llevado ante el mandarín local, que intentó salvarlo y le propuso para ello que disimulara su religión. Pero como se negaba a nada que pudiera significar renegar de ella, hubo de ser entregado a los boxers. Lo sacaron fuera de la población mientras el mártir rezaba en voz alta, hasta que fue decapitado. Era el 14 de julio de 1900.


AÑO CRISTIANO Edición 2005

Autores: Lamberto de Echeverría (†), Bernardino Llorca (†) y José Luis Repetto Betes

Editorial: Biblioteca de Autores Católicos (BAC)

Tomo VII Julio ISBN 84-7914-763-6



12:34 a.m.

Viuda


Martirologio Romano: En Verona, en los confines de la región de Venecia,Italia, santa Tuscana, que, muerto su esposo, distribuyó todos sus bienes entre los pobres y se dedicó incesantemente en la Orden de San Juan de Jerusalén al cuidado de los enfermos. ( 1343)


La santa viuda Toscana, a pesar de que su nombre era en realidad veneciana; fue de Zevio, cerca de Verona, donde vio la luz a finales del siglo XIII. En 1310 contrajo matrimonio con el veronés Alberto Canoculi (es decir, "Ojos de perro"), con quien vivió castamente la relación matrimonial. Cuatro años más tarde Toscana se mudó a Verona, donde vivió en una cabaña en la colina de San Zeno in Monte. Pudo así dedicarse por entero al cuidado de los pobres y abandonados, a quienes solía ayudar y visitar en sus humildes viviendas.

Enviudó en 1318, repartió entre los necesitados todas sus sus posesiones e ingresó en la Orden de San Juan de Jerusalén para el cuidado de los enfermos. Prestó servicio en el hospital que la orden tenía en Verona, estaba junto a la iglesia del Santo Sepulcro, donde con caridad cristiana y amabilidad se entregó por entero a los enfermos. Agotada pero feliz por el bien realizado, falleció en Verona el 14 de julio 1343.


Santa Toscana está enterrada en la iglesia del Santo Sepulcro en Verona, en la «Puerta del Obispo», iglesia también conocida como de “Santa Toscana”, allí acuden muchos devotos a solicitar su celestial intercesión. El edificio alberga también la delegación de la Soberana Orden de Malta.


responsable de la traducción: Xavier Villalta



12:34 a.m.

Monje


Martirologio Romano: En Soignies, de Brabante, en Austrasia, actualmente en Bélgica, san Vicente o Madelgario, que, con el consentimiento de su esposa santa Valtrudis, abrazó la vida monástica y, según cuenta la tradición, fundó dos monasterios. ( c.677)


En la historia de la cristiandad no faltan, aunque a menudo son desconocidos, los casos de familias enteras elevadas al honor de los altares, como por ejemplo el del santo que hoy celebramos, San Vicente Madelgario que es venerado con su esposa, santa Valdetrudis , y todos sus hijos: Landerico (Obispo de París), Dentellino (quien murió siendo todavía joven), Aldetrudis (abadesa del monasterio de Maubeuge) y Madelberta (también ella abadesa del mismo monasterio).

Madelgario, hombre rico de origen franco, era un nativo de Strépy, actualmente en Bélgica. Contrajo matrimonio con Valdetrudis, con quien tuvo cuatro hijos. Tan pronto como los niños tuvieron la edad suficiente para valerse por sí mismos, los esposos decidieron –de común acuerdo– separarse, sin disolver el vínculo matrimonial, con el fin de dedicarse a servir a Dios en la vida religiosa.


Santa Valdetrudis se retiró a Mons, mientras que Madelgario emprendió la fundación de un monasterio cerca de Haumont, donde se convirtió en monje tomando el nombre religioso de Vicente. Después de un tiempo, en el año 653, se trasladó a Soignies, ciudad de la que era señor y fundó allí otro monasterio. Tal vez presagiando su muerte, le confió la dirección de este monasterio a su hijo Landerico, obispo de Metz. Vicente Madelgario murió el 14 de julio, probablemente en el año 677.


No existen fundamentos históricos suficientes para aceptar elementos de su leyenda: su supuesto origen gascón, un supuesto viaje a Irlanda y el que su padre le haya obligado a casarse.


Pronto comenzó una espontanea veneración popular y fue nombrado patrono de la ciudad de Soignies, donde aún se levanta una hermosa basílica románica que lleva su nombre. Un ataúd del siglo XIII, que contenía la reliquia de la cabeza, fue destruido durante la Revolución Francesa, pero se logró salvar los restos que ahora están en un relicario creado en 1803. El culto del santo –aún hoy en día– es muy fuerte y se caracteriza por dos procesiones que anualmente tienen lugar en Soignies: el 14 de julio y el lunes siguiente a Pentecostés. El Martirologio Romano, el calendario oficial de la Iglesia Católica, conmemora el aniversario de su nacimiento a la casa celestial.


responsable de la traducción: Xavier Villalta




12:34 a.m.

Por: . | Fuente: ACI Prensa || Enciclopedia Católica



Santo del Antiguo Testamento


Martirologio Romano: Conmemoración de san Esdras, sacerdote y escriba, que, en tiempo de Artajerjes, rey de los persas, habiendo regresado desde Babilonia a Judea, congregó al pueblo que estaba disperso y puso gran empeño en estudiar, llevar a la práctica y enseñar la Ley del Señor en Israel.


Esdras es un famoso sacerdote y escriba relacionado con la restauración de Israel después del Exilio. Las principales fuentes de información sobre su vida son los libros canónicos de Esdras y Nehemías. Hay un grupo de escritos apócrifos que se refieren a él pero apenas se puede confiar en ellos, puesto que más bien relatan los cuentos legendarios de una época posterior. Esdras era de ascendencia sacerdotal perteneciente a la línea de Sadoq (Esd. 7,1-5). El se llama a sí mismo “hijo de Seraías” (7,1), una expresión que muchos entienden en un sentido amplio, presuponiendo que Seraías, el sumo sacerdote del que habla 2 Reyes 25,18-21, era uno de los ancestros de Esdras. Sin embargo se le conoce más bien como “el escriba” que como “el sacerdote”: él era “un hábil escriba en la ley de Moisés” y por consiguiente especialmente cualificado para la tarea para la que estaba destinado entre su pueblo.

Entre las cuestiones relacionadas con la historia de la restauración judía, una de las más discutidas es la relación cronológica de la obra de Esdras con la de Nehemías. Muchos expertos bíblicos aún se agarran a la postura sugerida por el orden tradicional del texto sagrado (concediendo la ruptura de la narrativa---Esdras 4,6-23) y colocan la misión de Esdras antes que la de Nehemías. Otros, entre los que podemos mencionar al profesor Van Hoonacker de Lovaina, Dr. T.K. Cheyne en Inglaterra y el profesor C.F. Kent en América, para eliminar las numerosas dificultades que surgen de la interpretación de las fuentes principales de esta historia, afirman que la misión de Nehemías precedió a la de Esdras. La primera de las opiniones sostiene que Esdras llegó a Jerusalén alrededor del 458 a.C. y que la primera llegada de Nehemías fue en 444 y la segunda en 430 a.C., y según la opinión contraria la misión de Esdras pudo haber tenido lugar tan tarde como el año 397 a.C. Sea como fuere, como aquí sólo nos concierne Esdras, nos limitaremos a resumir los principales rasgos de su vida y obra, sin tener en cuenta los problemas que conlleva; baste con haberlos mencionado.


Ya habían pasado muchos años desde que se había autorizado a los judíos a volver a Palestina. Entre dificultades y obstáculos la comunidad restaurada se había asentado de nuevo en su antiguo hogar y habían construido un nuevo Templo, pero su condición tanto desde el punto de vista político como religioso, era muy precaria. Irritados bajo la opresión de los sátrapas persas, se habían vuelto indiferentes y habían dejado de observar la Ley. Desde Babilonia, donde era bien conocido este estado de cosas, Esdras deseaba ir a Jerusalén y utilizar su autoridad como sacerdote e intérprete de la Ley para restaurar las cosas a una condición mejor.


Gozaba del favor de la corte del rey persa y no sólo obtuvo permiso para visitar Judea sino además un edicto real que le investía de amplia autoridad para realizar su propósito e importante ayuda económica del tesoro real. El rescripto, además, les ordenaba a los sátrapas “de más allá del río” que ayudaran a Esdras con liberalidad y decretó que todos los oficiales del Templo judíos estuviesen exentos de impuesto, contribución o peaje. “Y tú, Esdras, nombra jueces y magistrados para que juzguen a todo el pueblo que está más allá del río” (Esdras 7,25). Finalmente la Ley de Dios y la ley habrían de tener severas penas para exigir su cumplimiento. El edicto permitía a todos los judíos que quisieran volver libremente a su país a que así lo hicieran. Unos 1800 hombres incluidos algunos sacerdotes, levitas y natineos salieron con Esdras desde Babilonia y después de cinco meses llegaron a salvo a Jerusalén, donde se habían arraigado abusos que habían sido desatendidos durante largo tiempo. Esdras se dio a la tarea de corregirlos una vez que hubo depositado en el Templo el oro y la plata que habían traído desde Babilonia y que hubo ofrecido sacrificios La primera tarea que emprendió fue ocuparse de los matrimonios mixtos. Ignorando la Ley de Moisés muchos, hasta los dirigentes judíos y sacerdotes, se habían casado con las habitantes idólatras del país. Horrorizado por el descubrimiento de estos abusos--- cuya magnitud probablemente había sido desconocida para Esdras hasta entonces--- manifestó sus sentimientos en una oración que impresionó de tal manera al pueblo que Sequenías, en sus nombres, propuso que los israelitas despidieran a sus esposas extranjeras y a los hijos tenidos con ellas.


Esdras aprovechó la oportunidad y consiguió de la congregación un juramento de que cumplirían con esta proposición. Los príncipes y los ancianos reunieron una asamblea del pueblo pero el asunto no pudo ser zanjado fácilmente por lo que se nombró una comisión encabezada por Esdras para solucionarlo. La comisión se reunió durante tres meses, al final de los cuales las “esposas extranjeras” fueron despedidas. No se nos dice cual fue el resultado de tan drástica medida; las memorias de Esdras se interrumpen aquí. Tampoco sabemos si una vez cumplida su misión volvió a Babilonia o se quedó en Jerusalén.


Lo volvemos a encontrar en Jerusalén en la lectura de la Ley que tuvo lugar después de la reconstrucción de las murallas. Sin duda este hecho había despertado el entusiasmo del pueblo y para cumplir con la demanda popular Esdras trajo el Libro de la Ley. En el primer día del séptimo mes (Tishri), se celebró una gran concentración “en la calle que hay delante de la puerta del agua” para leer la Ley. Esdras, subido en una plataforma, leyó el libro en voz alta “desde la mañana hasta el medio día”. Al oír las palabras de la ley, que habían transgredido con tanta frecuencia, la congregación rompió en lamentos poco apropiados para la santidad de aquel día, así que Nehemías disolvió la asamblea. Esdras retomó la le lectura al día siguiente y encontraron en la Ley las directrices para la fiesta de los tabernáculos.


Así que se dieron los pasos necesarios para la debida celebración de esa fiesta, que debía durar siete días, desde el día décimo quinto hasta el vigésimo segundo de Tishri. Esdras continuó la lectura pública de la Ley cada día de la fiesta; y dos días después de terminada se mantuvo un ayuno muy severo y “se levantaron y confesaron sus pecados y las iniquidades de sus padres” (Neh. 9,2). Fue una buena oportunidad para renovar solemnemente el pacto entre el pueblo y Dios. Este pacto comprometía a la comunidad a la observancia de la Ley, a la abstención de matrimonios con paganos, a guardar cuidadosamente el Sabbath y las fiestas y a las distintas regulaciones acordadas para el cuidado del Templo, sus servicios y el pago de los diezmos. Los príncipes, levitas y sacerdotes lo leyeron formalmente y fue firmado por Nehemías y representantes escogidos de los sacerdotes (por extraño que parezca, el nombre de Esdras no aparece en la lista de los que la subscribieron (Neh. 10,1-27). En adelante no vuelve a hacerse mención de Esdras en la literatura canónica. No se habla de él en relación con la segunda misión de Nehemías a Jerusalén y esto ha llevado a muchos a suponer que podía haber fallecido. De hecho tanto el lugar como la fecha de su muerte son desconocidos, aunque en las orillas del Tigris, cerca del lugar donde se une con el Éufrates, hay un monumento que se alega es la tumba de Esdras; durante siglos ha sido un lugar de peregrinaciones para los judíos.


El papel de Esdras en la restauración de los judíos después del exilio dejó una impresión permanente en las mentes del pueblo, lo cual se debió a que en adelante la vida de los judíos discurrió por los cauces trazados por él y de un modo que, en lo esencial, nunca se separó. Hay probablemente una gran parte de verdad en la tradición que le atribuye la organización de las sinagogas y la determinación de los libros consagrados como canónicos entre los judíos. La actividad de Esdras parece haber ido aún más lejos. El Talmud le atribuye haber compilado “su propio libro” (es decir: Esdras-Nehemías) “y las genealogías de los Libros de las Crónicas hasta su propio tiempo” (Trat. "Baba bathra", 15a). Sin embargo, especialistas modernos difieren ampliamente respecto a la extensión de su trabajo literario.


Algunos lo ven como el último editor del Hexateuco, mientras que, por el contrario, otros dudan de que tomara parte en la composición de Esdras – Nehemías y Crónicas. Sea como fuere, es cierto que nada tuvo que ver en la composición de los llamados Tercero y Cuarto Libros de Esdras. Como ocurre con muchos hombres que han jugado una parte importante en las épocas trascendentales de la historia, con el curso del tiempo la personalidad y actividad de Esdras asumió en las mentes del pueblo proporciones gigantescas. Esta leyenda se mezcló con la historia y proveyó para completar la escasez de datos que hay sobre su vida. Se le vio como un segundo Moisés y se le atribuyeron todas las instituciones que no se le pudieron atribuir a Moisés. Según la tradición judía restauró de memoria---una gesta poco menos que milagrosa---todos los libros del Antiguo Testamento, los que se creía habían perecido durante el Exilio. Asimismo sustituyó, al copia la Sagrada Escritura, la antigua escritura fenicia por el alfabeto aún en uso. Hasta la Edad Media, e incluso el Renacimiento, continuó creciendo la cosecha de logros legendarios atribuidos a él. Entonces se le aclamó como organizador de la famosa Gran Sinagoga---cuya existencia misma parece ser un mito---y como inventor de los signos vocales del hebreo.



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: www.pastoral-vocacional.org



Obispo y Mártir


Martirologio Romano: En Bucarest, Rumania, beato Janos Scheffler, obispo de Satu Mare y mártir, perseguido por el régimen comunista a causa de su fe. ( 1952)


Fecha de beatificación: 3 de julio de 2011, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.



János Scheffler nació el 29 de octubre 1887 en Kálmánd, una aldea en la región de Satu Mare, en la época perteneciente a Hungría. De familia católica, y dotado de gran inteligencia, fue ayudado por el párroco a cursar los estudios en la Escuela de Satu Mare. En 1905 fue admitido en el seminario. Estudió en Facultad de Teología de la Universidad de Budapest y en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde recibió la licenciatura en Derecho Canónico; mientras en 1910 fue ordenado sacerdote.

De regreso a Budapest, obtuvo el doctorado en teología. Además de dedicarse a la enseñanza y a la predicación, entre otras actividades, publicó varios libros sobre la catequesis: la catequesis católica, la liturgia católica para estudiantes de la escuela secundaria, e Historia de la Iglesia Católica.


En 1942 fue nombrado obispo de Satu Mare y administrador apostólico de la diócesis de rito latino de Oradea. Como Obispo de la diócesis organizó la administración, construyó iglesias, visitó las parroquias, administró el sacramento de la confirmación, ordenó sacerdotes, y promovió el seminario y la Acción Católica.


Desde 1947, cuando se agudiza la persecución comunista rumana contra la Iglesia Católica, János Scheffler fue encarcelado por no inclinarse a la intención del régimen de separar la Iglesia rumana de la de Roma. En la prisión de Jilava fue sometido a trabajos forzados e interrogatorios violentos. Sin embargo, transformó esta dolorosa realidad como una ocasión de apostolado, catequesis y oración. Murió el 6 de diciembre de 1952


Fue beatificado el 3 de julio de 2011 en la comunidad de Satu Mare de Rumanía, en una ceremonia concelebrada por el arzobispo de Esztergom-Budapest y Primado de Hungría, el Cardenal Péter Erdő y con la presencia del Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, en representación del Papa.


En el día de la beatificación, el Papa Benedicto XVI dijo en el Angelus dominical:


"Queridos hermanos y hermanas, me uno a la alegría de la Iglesia en Rumanía, en particular a la de la Comunidad de Satu Maru, donde hoy se ha proclamado Beato a János Scheffler, que fue obispo de esa diócesis y murió mártir en 1952. Que su testimonio sostenga siempre la fe de los que lo recuerdan con afecto y de las nuevas generaciones".


En 1942 fue nombrado obispo de Szatmár.


Durante la II Guerra Mundial, ayudó a numerosos prófugos y a cuantos se encontraban en los centros de recogida, especialmente a judíos, dirigiendo su actividad pastoral a la protección de los oprimidos y de los perseguidos.


Al final de la guerra, el régimen comunista comenzó a obligar a los fieles y religiosos a crear una Iglesia católica rumana independiente del Papa. Ya que monseñor Scheffler no aceptó el encargo, fue arrestado y procesado. Encerrado en la cárcel subterránea de Jilava, fue condenado a trabajos forzados. Murió a causa de la inanición y de los maltratos.


Si usted tiene información relevante para la canonización del Beato János, por favor escribir a:

Rev. Szoke János, SDB

Episcopia Romano-Catolica

Str. 1 Decembrie 1918, nr. 2

440010 Satu Mare, ROMANIA



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: SiervasDeMariaCastilla.com



Religiosa y Mártir


Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata Aurelia (en el siglo Clementina Arambarri Fuente) y 3 compañeras, religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Nació en Vitoria, Álava, el día 23 de octubre de 1866 y en ese mismo día, fue bautizada en la Parroquia de Santa María de Vitoria, recibiendo el nombre de Clementina. Sus padres, fervientes católicos, educaron cristiana y piadosamente a su hija.

Contaba 20 años cuando ingreso en el Instituto de Siervas de María, el 23 de Agosto de 1866, en la Casa Madre. Conoció a la Fundadora, Santa María Soledad, siendo ella quien la admitió y de cuyas manos recibió el santo hábito, el 14 de noviembre de 1866. Hizo su profesión temporal el 18 de diciembre de 1887, siendo destinada a Puerto Rico, donde emitió la Profesión Perpetua el 18 de Diciembre de 1894.


A los 38 años de edad, es nombrada Superiora de la comunidad de Guanajuato (México) cargo que ejerció con gran caridad y solicitud, hasta el año 1909 en el que fue destinada para desempeñarlo en la comunidad de Durango y Puebla (México), donde vivió la terrible revolución de mexicana. Trasladada a España, en agosto de 1916, le confiaron de nuevo el cargo de Superiora en Mataró, Alcoy, Sarriá y Barbastro, dejando siempre en el desempeño de esta misión, el mismo celo e interés hacia las Hermanas.


En octubre de 1929, al ser erigida la Provincia de Madrid, es trasladada a la misma como Consejera Provincial y Superiora de Pozuelo de Alarcón, hasta que en 1934, viendo que sus fuerzas naturales no le permitían seguir en tan delicado cargo, fue trasladada con gran pena por parte de los Superiores, a la enfermería de Madrid, siendo modelo de virtudes para quienes la cuidaban y visitaban.


El año 1936, ante el gran peligro que corrían las amadas ancianitas en Madrid, se dispuso el traslado de Madre Aurelia a la casa de Pozuelo de Alarcón, para que gozara de más paz y tranquilidad, aunque los planes de Dios bien se han visto, muy diferentes.


Tanto en la calma como en la adversidad su lema era: "De Dios somos, no permitirá que nos pase nada malo"


En Julio de 1936, se declaró la guerra civil en España, la casa fue tomada y las Hermanas tuvieron que dispersarse entre las familias conocidas, estando sometidas a una estrecha vigilancia y en absoluta incomunicación las unas con las otras. Madre Aurelia con otras tres Hermanas más, fue reconocida como religiosa y sin negar en ningún momento su condición de consagrada, fue elegida para el martirio. Es muy probable que Madre Aurelia muriera en la noche del 6 al 7 de diciembre de 1936 en Aravaca, Madrid. Contaba M. Aurelia con 70 años de edad.


Este grupo de mártires está integrado por:




1. CLEMENTINA ARAMBARRI FUENTE (AURELIA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Octubre 1866 en Vitoria, Álava (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)

2. ANUNCIACIÓN PEÑA RODRÍGUEZ (AGUSTINA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Marzo 1900 en Ruanales, Santander (España)

martirio: 05 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


3. JUSTA LÓPEZ GONZÁLEZ (AURORA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 28 Mayo 1850 en San Lorenzo, Madrid (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)


4. ENGRACIA ANDIARENA SAGASETA (DARÍA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 05 April 1879 en Donamaría, Navarra (España)

martirio: 06 December 1936 en Aravaca, Madrid (España)



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: SiervasDeMariaCastilla.com



Religiosa y Mártir


Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata Aurelia (en el siglo Clementina Arambarri Fuente) y 3 compañeras, religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Sor Aurora nació en San Lorenzo, Madrid, el 28 de mayo de 1850. Recibió el Bautismo el 30 de mayo del mismo año poniéndole el nombre de Justa. Dos años más tarde recibió el sacramento de la Confirmación.

Sus padres la educaron cristianamente desde su niñez. El 20 de marzo de 1874, ingresó como Postulante en las filas de las Siervas de María, en la casa de El Escorial, pasando al poco tiempo al Noviciado de Madrid, para formarse en él, según las Constituciones de esa Congregación. El 14 de mayo del mismo año vistió el Santo Hábito, cambiando su nombre por el de Sor María Aurora. El 24 de junio, hizo sus primeros Votos con el fervor que el caso lo requiere y el 2 de julio de 1897, pronunció sus Votos Perpetuos en la Casa Madre.


El año 1885 fue nombrada Superiora de Arévalo. Volvió a Madrid en 1893, luego la destinaron a El Escorial, donde desempeño el cargo de Consiliaria. Residió también en las comunidades de Salamanca, Alcalá de Henares, Cabeza del Buey, Jaén, Cuidad Real y por último en Pozuelo de Alarcón.


Contemporánea de Santa Mª Soledad Torres Acosta, refleja fielmente en su vida , la sencillez y la valentía, la bondad y el espíritu sobrio, que distinguió a la Fundadora. En su larga vida religiosa, la Hermana Aurora se mostró muy amante del Instituto y sacrificada en el ejercicio de los ministerios, en el cuidado de los enfermos en sus domicilios, compartiendo con las jóvenes religiosas su rica experiencia.


A pesar de su ancianidad, ya que al tiempo de su muerte, era la religiosa más antigua del Instituto (62 años de vida religiosa), era muy fervorosa, le gustaba ser puntual para acudir a los actos de comunidad y recordaba con frecuencia la presencia de Dios. Era trabajadora y muy animada en las recreaciones.


Al llegar los momentos de la prueba, Sor Aurora se amoldó a todo con una docilidad admirable, aunque al quitarse el hábito, gruesas lágrimas corrían por sus mejillas. Supo dar prueba en todo momento de serenidad y abandono de los planes del Señor sobre ella.


En julio de 1936, la casa de Pozuelo de Alarcón fue tomada por los revolucionarios y las Hermanas tuvieron que dispersarse entre las familias conocidas, estando completamente incomunicadas las unas de las otras y sometidas a una estrecha vigilancia. Sor Aurora, junto con las otras tres Siervas de María, fue reconocida como Religiosa y fue escogida para el martirio. Es muy probable que Sor Aurora muriera en la noche del 6 al 7 de diciembre de 1936 en Aravaca, Madrid. Tenía Sor Aurora 86 años de edad.


Este grupo de mártires está integrado por:




1. CLEMENTINA ARAMBARRI FUENTE (AURELIA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Octubre 1866 en Vitoria, Álava (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)

2. ANUNCIACIÓN PEÑA RODRÍGUEZ (AGUSTINA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Marzo 1900 en Ruanales, Santander (España)

martirio: 05 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


3. JUSTA LÓPEZ GONZÁLEZ (AURORA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 28 Mayo 1850 en San Lorenzo, Madrid (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


4. ENGRACIA ANDIARENA SAGASETA (DARÍA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 05 April 1879 en Donamaría, Navarra (España)

martirio: 06 December 1936 en Aravaca, Madrid (España)



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: SiervasDeMariaCastilla.com



Religiosa y Mártir


Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata Aurelia (en el siglo Clementina Arambarri Fuente) y 3 compañeras, religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Nació Sor Daría en Donamaría ( Navarra), el día 5 de abril de 1879, siendo bautizada al día siguiente en la Parroquia de Nuestra Sra. de la Asunción. Sus padres se esmeraron en darle una cristiana educación y muy pronto se vio el fruto de sus desvelos, con la colaboración de la gracia.

A los 23 años, ingresó en el Instituto de las Siervas de María, el 9 de noviembre de 1902 en la casa de San Sebastián, pasando a los pocos días al Noviciado de Madrid. Recibió el santo hábito el 19 de abril de 1903, emitiendo sus Votos Temporales el 4 de mayo de 1905, siendo destinada a la casa de Zaragoza, donde permaneció hasta el 1910, ejerciendo el hermoso ministerio de caridad junto a los enfermos, con celo e interés. Pasó luego a la casa de Ciudad Real y al año de estar allí, fue trasladada a Madrid emitiendo los Votos Perpetuos el 5 de mayo de 1913. No tardó en enfermar de una úlcera de estómago, distinguiéndose durante todo el tiempo que le duró la afección, por su espíritu de humildad y mortificación


El año 1922, se le destinó al Noviciado de Madrid con el cargo de Auxiliar, misión que desempeñó con grandísima edificación de todas, siendo un modelo de virtudes para las novicias; la caridad para con éstas era la de una madre, sacrificándose por todas, siempre que la necesidad lo pedía. Esta delicada misión la ejerció por espacio de 8 años, al cabo de los cuales, fue destinada a la Casa de Pozuelo de Alarcón, donde desempeñó los cargos de Secretaria - Consiliaria en 1932. En esta comunidad también fueron visibles y admiradas sus hermosas virtudes, edificando a todas por su porte afable y religioso.


La entrega de su vida no fue vista por las Hermanas que la conocieron como algo casual, sino como la coronación de toda una vivencia. Con frecuencia se le oía decir: “yo quiero el martirio del sacrificio diario y si Dios quiere, también morir; morir mártir por Él”.


En el 1936, fue detenida por los revolucionarios en unión de Madre Aurelia y Sor Aurora. Según la familia que las albergaban fue Sor Daría, quien, al ser objeto de insultos y vejaciones al sospechar que eran religiosas, afirmó: “Somos, en efecto, religiosas; pueden hacer lo que quieran de nosotras, pero yo les suplico, que a esta familia no les hagan nada, pues, al vernos sin casa y autorizados por el Comité de Pozuelo nos recibieron en la suya por caridad”.


Sor Daría fue escogida para el martirio, que tuvo lugar probablemente en la noche del 6 al 7 de diciembre de 1936 en Aravaca, Madrid. Contaba Sor Daria con 57 años de edad.


Este grupo de mártires está integrado por:




1. CLEMENTINA ARAMBARRI FUENTE (AURELIA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Octubre 1866 en Vitoria, Álava (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)

2. ANUNCIACIÓN PEÑA RODRÍGUEZ (AGUSTINA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Marzo 1900 en Ruanales, Santander (España)

martirio: 05 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


3. JUSTA LÓPEZ GONZÁLEZ (AURORA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 28 Mayo 1850 en San Lorenzo, Madrid (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)


4. ENGRACIA ANDIARENA SAGASETA (DARÍA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 05 April 1879 en Donamaría, Navarra (España)

martirio: 06 December 1936 en Aravaca, Madrid (España)



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: Somos.Vicencianos.org



Sacerdote y Mártir


Martirologio Romano: En distintos lugares de España, Beatos Fortunato Velasco Tobar y 13 compañeros, de la Congregación de la Misión;asesinados por odio a la fe ( 1934-1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Era natural del pueblo de Los Balbases, provincia de Bur­gos, en donde vió la primera luz el 10 de febrero de 1879. Sus padres se llamaron Mamerto y Cristina.

Pasados en su pueblo natal los años primeros de su niñez, ingresó, juntamente con otros compañeros, en la recientemen­te fundada Escuela Apostólica de Arcos, en 1891, de donde pasó, al año siguiente, a Tardajos, al trasladarse a este pueblo aquella residencia de PP. Paúles.


Cursados los tres años de Latín y Humanidades, fue recibido en el Noviciado de la Congregación en junio de 1895. Supo aprovecharlo bien, formándose en el espíritu de buen hijo de San Vicente, y en el mismo espíritu y aprovechamien­to tanto en la virtud como en los estudios, cursó los estudios mayores de la carrera eclesiástica, hasta ordenarse de Meno­res y Subdiácono, respectivamente, el 18 y 25 de octubre de 1903; de Diácono, el 28 de este mes, y de Presbítero, el 1 de noviembre del mismo año.


A los pocos días de su ordenación sacerdotal, fue destinado a Filipinas. En aquellas islas permaneció dieciocho años, de­dicado a la enseñanza en los Seminarios de Cebú y San Pablo.


Su actuación destacó principalmente en calidad de párroco de la nueva iglesia dedicada a San Vicente de Paúl en Manila, que regentó siete años, con mucho celo y acierto, captándose las simpatías de propios y extraños.


El P. lreneo tenía la rara habilidad de hacer valer sus dotes, aun por encima de su mérito intrínseco. Llegó a adquirir fama de gran orador; no es que anduviera escaso de caudal, pero la verdad es que se explotaba a sí mismo con usura. Corno tenía la campechanía por arrobas, entreverada ciertamente con vetas de geniazo, y aun este registro fuerte le sacaba rara vez, conseguía en poco tiempo y sin esfuerzo lo que para otros hubiera constituido obra de romanos con­seguirlo.


El clima le rindió. Vino el natural desgaste. Y se impuso la vuelta a España, en 1920, para reponer su quebrantada salud.


Suspirando por Filipinas, volvió de nuevo a aquellas tie­rras en 1922; mas tuvo que despedirse de ellas en seguida.


En 1924 estuvo ya dando Misiones en la provincia de León y Diócesis de Astorga, en compañía del P. José Santos. Las privaciones que juntos en ellas padecieron las hacía más lle­vaderas el buen humor y excelente compañerismo de que siempre estuvo animado el P. Rodríguez. Por este tiempo y a causa del frío y la humedad, adquirió el P. Rodríguez una penosa y molestísima enfermedad; tuvo que operarse.


El bienio 1925-1926 residió en Madrid sin destino fijo.


Durante el curso 1926-192Z predicó Misiones en la Diócesis de Badajoz.


Destinado a Cuba, estuvo dos años y medio al frente de la iglesia de la Merced, en la Habana. No se hizo a vivir en tie­rras americanas y se vino a España, siendo destinado a Guada­lajara: aquí era confesor de los Apostólicos, capellán de monjas y confesor de las mismas, prefecto de la iglesia y Di­rector de la Asociación de la Medalla Milagrosa. Maestro en estos menesteres, se le hizo agradable la estancia en esta ciu­dad. A este tiempo se refieren los siguientes apuntes biográ­ficos que su Superior, a la sazón, el P. Gregorio Sedano, escribió a requerimiento nuestro y con destino a ilustrar y avalo­rar nuestro humilde trabajo:


“1. Alma de cera en un, temperamento sujeto al estam­pido.


He aquí la gráfica, en lo humano, del P. Ireneo Rodríguez, según mi visión psicológica, pobre y reducida a los años en que le conocí.


Con ella a la vista se descifra su conducta.


2. Por tener de cera el alma, tenía, ante todo, el P. Ro­dríguez don de gentes singular.


Sus pasos levantaban como arcos de saludos.


Era de esas figuras populares y amplias en, el barrio y la ciudad entera.


3. Suplemento de este don era su arte en la historieta —pasó por Filipinas…—y la campechanería —gracia llana y querenciosa—, propia del valle en que nació.


Con el cuento chistoso y la palmada al hombro se granjeaba al punto cordiales amistades, sobre las que vendría lue­go la siembra de la exhortación misionera.


4. Un derivado asimismo de dicha cualidad era también, su tipo emocional. Lo tierna le cuajaba al momento los ojos de lágrimas y le anudaba la expresión.


¡Cuántas veces nos sorprendió con, tales manifestaciones en el púlpito, en las repeticiones!…


A mí no se me enfría la emoción que me encendió cuando, al terminar la conferencia de la caridad fraterna en unos Ejer­cicios, me tendió tembloroso un abrazo sollozando un “¡Qué sublime!”. Y sí que era emotiva la causa y la ocasión. Pero, vaya!; para la sensibilidad del común la cosa no parecía para tanto. ¡Sólo en su alma, por ser tan de cera, había tenido aquellos efecto: de derretimiento dulce e inflamado.


5. Este don de las ternezas era la nota de sus devociones. Le gustaban los Caminos Rectos, las Pepitas de Oro… Se ex­plicaba por frases de sutil incoherencia…


Hablando, por ejemplo, de la Virgen, el P. Ireneo evocaba al pequeñín que balbuce lindezas sobre el halda bien querida.


6. El culto de la Milagrosa, por lo demás —se le veía—, le saciaba los anhelos hasta poder constituirle el afán señero y suficiente para llenar su vida.


Y así la Milagrosa de Guadalajara, la de la cara de Reina y Madre y de Virgen sin segundo, tuvo en el P. Rodríguez un verdadero apasionado y un celador todo desvelos por acre­cerla el culto y el número de coros.


7. Paúl de cuerpo entero, el P. Rodríguez sentía por las Misiones verdadero gozo. Y en mis días se fue a ellas por los pueblos cercanos desafiando su afección de reumatismo, la cual, recrudecida por tal causa, llegó a postrarle en cama con posibles fatales consecuencias.


8. La labor apostólica, sin embargo, que por aquellos días le robó el cariño de modo peculiar, fue la dirección de las Damas de la Caridad.


9. Otra buena cualidad del P. Rodríguez merecedora de alta estima era el orden en sus cosas.


10. Por su temperamento, adolecía de ciertos exabruptos, que con facilidad descomponían en extremo su habitual ta­lante. Pero, sobre no llegar probablemente a ser pecado tal, sabía él sacar de la necesidad virtud. No se le pondría el sol sin reparar las posibles ofensas; y era altamente edificante acu­sarse en Capítulo de “este mi genio”.


11. Era el P. Rodríguez amante enamorado de la Com­pañía y entusiasta enaltecedor de sus valores, éxitos y progre­sos. En las veladas de los niños había de pedir la palabra para una solfa muy suya.


12. Y a él se le notaba andar en el empeño de redoblar esfuerzos y cuidados, así en la propia santificación, como en el desempeño de sus ministerios, en aquella jornada ya de pára­mo abajo de su vida”.


Sin querer, me han salido doce puntos, doce estrellas…


Para cogerlas, nada mejor que el sartal de quejumbres que por las calles de Guadalajara a mi paso recientemente por allá— eran el duelo universal por la desaparición de “¡aquel P. Rodríguez!”.


Parecían la réplica de aquello: “Hic homo… videbatur nobis camino mori non debuisse”.


Al soplar airadamente los vientos revolucionario’, no se espantó el P. Rodríguez; por ende, vino gustoso en quedarse de Superior interino de la Casa cuando la. Comunidad de ésta en su casi totalidad se trasladó a Murguía, con el objeto de salvar a los niños de las futuras consecuencias revolucionarias.


Y la actuación del P. Rodríguez culminó en estos meses, de marzo a julio de 1936, en la venta de la finca, que se venía hacía tiempo procurando por temor a la pérdida de la casa por un posible incendio criminal.


La verdadera joya que en esta casa se encerraba era la pre­ciosísima imagen de la Virgen Milagrosa. En, plena sesión del Consejo Doméstico se había tomado el acuerdo de cortarle la cabeza y esconderla, para salvarla, ya que era su cara de raro mérito, en caso de que amenazara un próximo asalto de la horda.


El P. Rodríguez quedó encargado de realizar esta doloro­sa faena. ¿La llevó a término? Nada se sabe. Es probable que, como triunfó el Movimiento al principio, desistiera de hacer semejante barrabasada por de pronta, y después, avasallados los héroes, la irrupción fue rapidísima, y por consiguiente no habría tiempo de pensar en la estatua muerta cuando las vi­vas andaban al filo de la muerte.


Borracha con el triunfo la jauría marxista, y también har­ta de comer los famosos bizcochos y demás cuantioso botín objeto de su rapacidad, se cebó cruelmente y con saña en los pobres derechistas vencidos; empero, como tantos, los mejores, habían caído en la heroica defensa y ya no quedaban, creían ellos, los rojos insensatos, valientes alcarreños a quienes te­mer, se contentaron con encerrar en el Fuerte medio millar, integrado por algunos supervivientes de la lucha, sacerdotes y adinerados, de derechas verdad unos y algunos también de los equivocados o cobardes en religión.


Entre éstos ejerció fructuoso apostolado el P. Rodríguez, quien con su prestigio anterior y su celo entonces avivado, ce convirtió en el oráculo de aquella mansión de pesadumbre y escuela de heroicas virtudes.


Que eso es lo que sabemos: que el P. Rodríguez fue dete­nido y recluido en el Fuerte, y que aquí fue un sacerdote ejem­plar y un apóstol celosísimo.


Pasaron los días y las noches, entre hastío, esperanza, bu­los, desilusiones, desesperación, aliento, sobresaltos, cábalas, sacas parciales para el paredón, etc. (así se vive en la cárcel), hasta diciembre de 1936.


Y llegó el 6 de este mes de diciembre para no borrarse jamás del recuerdo. fue tan triste, tan cargado de bochorno, tan negro, tan criminal, tan inaudito lo que aquel día se hizo en Guadalajara…


Para vengarse de un bombardeo hecho por los aparatos na­cionales, resolvieron los infames verdugos preceder y aun jus­tificar su abominable ejecución con la mascarada de una pú­blica manifestación que recorriera las calles pidiendo a los responsables las vidas de los desgraciados presos del Fuerte. Pero lo incalificable es que sacándoles a viva fuerza de sus ca­sas, obligaron a los propios parientes de los reclusos a ir entre la canalla manifestante. Tan refinada crueldad es el colmo. Mas, ¿quién puede imaginar los colmos que los rojos verifica­ron? Sólo hay una explicación: era la hora de la vesania y sadismo infernales.


En el Fuerte hubo, ante la inminencia del peligro, pensa­miento de resistir: morir matando, con las uñas, con los dien­tes, como se pudiera, era la consigna que muchos patrocina­ban. Fue entonces cuando se levantó digna y noble la voz au­torizada del P. Ireneo Rodríguez: “Muramos como mártires, ya que no podemos defendernos como caballeros.’”


Y ocurrió el asalto de las turbas sanguinarias.


¡Cuadro horrendo! ¿Cuántos muertos?


¡Todos! Más de QUINIENTOS!…


Más de quinientos leones de España inmolados como cor­deros, mártires cristianos en la hora suprema del sacrificio.


Bajad, ángeles del Cielo. Recoged toda la siega. No espi­guéis, que no hay espigas vacías.


¡Fuerte de Guadalajara convertido en ara inmensa sobre­cargada de inocentes víctimas!


¡Guadalajara, Guadalajara! Te sentías orgullosa de poseer en tu recinto ese suntuoso panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, y no sabías que era un símbolo… ¡Tu verdadero panteón es el Fuerte de Ingenieros!


¡Día 6 de diciembre de 1936!…


Así murió el P. Ireneo Rodríguez, héroe de la trágica jor­nada.


Las imágenes de su iglesia de Guadalajara también fueron decapitadas, deshechas.


De ellas, ni rastro; de él, el recuerdo.


Una prueba fehaciente queda en Los Balbases, su pueblo natal, de su celo y de su cariño a la Virgen Milagrosa: su re­galo de una valiosa y artística imagen, un precioso estandar­te, ricamente bordado y una próspera Asociación por él es­tablecida. Otro misionero, hijo asimismo del pueblo, que con­tribuyó con, él, regalando varias urnas de la Visita Domicilia­ria, a que reine la Milagrosa en Los Balbases, lo cuenta y es­cribe: “Con esto deseo tributar un homenaje de cariñoso re­cuerdo al inolvidable compañero y querido hermano, que, sin duda, estará ya gozando de Dios, y, al mismo tiempo, recordar al pueblo lo que hizo por él tan buen hijo suyo.”


Que sí, que en el corazón de cada balbaseño debe haber, y habrá, un altar para su ilustre Mártir


BIOGRAFÍAS DE MISIONEROS PAULES Edición 1942

Autor: Elías Fuente


Este grupo de mártires está integrado por:




1. TOMÁS PALLARÉS IBÁÑEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 06 Marzo1890 en Iglesuela del Cid, Teruel (España)

martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

2. SALUSTIANO GONZÁLEZ CRESPO

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 01 Mayo 1871 en Tapia de la Ribera, León (España)

martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)


3. LUIS AGUIRRE BILBAO

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 13 Septiembre 1914 en Murguía, Vizcaya (España)

martirio: 30 Julio 1936 en Alcorisa, Teruel (España)


4. LEONCIO PÉREZ NEBREDA

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 18 Marzo1895 en Villarmentero, Burgos (España)

martirio: 02 Agosto 1936 en Las Planas de Oliete, Teruel (España)


5. ANDRÉS AVELINO GUTIÉRREZ MORAL

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 11 Noviembre 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España)

martirio: 03 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


6. ANTONIO CARMANIÚ MERCADER

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 17 Agosto 1860 en Rialp, Lérida (España)

martirio: 17 Agosto 1936 en Llavorsi, Lérida (España)


7. FORTUNATO VELASCO TOBAR

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 31 Mayo 1906 en Tardajos, Burgos (España)

martirio: 24 Agosto 1936 en Alcorisa, Teruel (España)


8. RICARDO ATANES CASTRO

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 05 Agosto 1875 en Cualedro, Orense (España)

martirio: 14 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


9. PELAYO JOSÉ GRANADO PRIETO

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 30 Julio 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España)

martirio: 27 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


10. AMADO GARCÍA SÁNCHEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 29 Abril 1903 en Moscardón, Teruel (España)

martirio: 24 Octubre 1936 en Gijón, Asturias (España)


11. IRENEO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 10 Febrero 1879 en Los Balbases, Burgos (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


12. GREGORIO CERMEÑO BARCELÓ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 09 Mayo 1874 en Sitios, Zaragoza (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


13. VICENTE VILUMBRALES FUENTE

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 05 Abril 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


14. NARCISO PASCUAL y PASCUAL

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 11 Agosto 1917 en Sarreaus de Tioira, Orense (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)



Hermanos Franciscanos

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.