Ártículos Más Recientes

11:25 p.m.

Mártir

Martirologio Romano: En Lorch, en la región del Nórico, en lo que hoy es Alemania, san Florián, mártir, que durante la persecución bajo Diocleciano, y por orden del gobernador Aquilino, fue arrojado desde el puente al río Enns con una piedra atada al cuello. ( 304)

Patronazgo: contra la guerra, contra ahogamientos, contra incendios, contra inundaciones, de Austria, de los fabricantes de barriles, de los cerveceros, deshollinadores, de la Diócesis Suiza de Chur, de las víctimas de ahogamiento, de los bomberos, de las cosechas, de Linz (Austria), de Polonia, de los fabricantes de jabón.

Breve Biografía


San Florián, a quien el Martirologio Romano conmemora en este día, era un oficial del ejército romano. Tras desempeñar un alto puesto administrativo, en Nórico de Austria, fue martirizado por la fe, en tiempos de Diocleciano. Sus «Actas», que son legendarias, cuentan que él mismo se entregó en Lorch a los soldados del gobernador Aquilino que perseguían a los cristianos. Por su valiente confesión de la fe, se le azotó dos veces, fue despellejado en vida y, finalmente, se le arrojó al río Enns con una piedra al cuello. Una piadosa mujer recuperó su cuerpo, que fue más tarde depositado en la abadía agustiniana de San Florián, cerca de Linz. Las reliquias del santo fueron después trasladadas a Roma; el Papa Lucio III, en 1138, regaló una parte de ellas al rey Casimiro de Polonia y al obispo de Cracovia. Desde entonces, se considera a San Florián como patrono de Linz, de Polonia y de Austria superior.

Se le representa con una cubeta de agua debido a la leyenda de que detuvo un incendio arrojando sobre el fuego un simple balde de agua.

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11:25 p.m.

Por: . | Fuente: misa_tridentina.t35.com !! «Vidas de los santos», Alban Butler

Mártir

Martirologio Romano: En Nicea, en Bitinia, en territorio de lo que hoy es Turquía, santa Antonina, mártir, que fue cruelmente torturada y atormentada con distintos suplicios, luego estuvo tres días colgada y después encarcelada durante dos años. Por último, bajo el gobernador Prisciliano y por la confesión de su fe en Cristo, fue quemada viva. ( s.iii/iv)
La santa Antonina que conmemora en este día el Martirologio Romano, era una mujer que posiblemente fue martirizada por mandato del gobernador Prisciliano, durante la persecución de Diocleciano. Parece indudable que fue cruelmente torturada, pero no es posible afirmar en que forma murió. De acuerdo con uno de los relatos, permaneció colgada por un brazo durante tres días con su noches, arrojada luego a la prisión y, por fin, quemada en la hoguera. De acuerdo con otra versión, se la extendió en el potro de hierro, le fueron desgarrados los costados con los garfios y ahí mismo fue muerta por la espada; la tercera tradición relata que tras de sufrir muchos tormentos, fue metida en una bolsa o en un cofre y arrojada a un estanque. Se dice que su cabeza fue llevada a Praga en 1673.

En tanto que el Menaion griego asegura que Antonina recibió el martirio en Nicaea (Cea), en Bitinia, los españoles la veneran como una virgen y mártir de Ceja, en Galicia y, los isleños del Egeo consideran que murió en la isla de Cea. Es muy posible que, en realidad, Antonina sufriese el martirio en Nicomedia, puesto que esa es la ciudad mencionada en el antiguo Breviarium de Siria, a pesar de que ahí se hace mención de un hombre llamado Antonino. Los sinaxarios griegos están de acuerdo en conservar el apelativo en femenino, a Nicaea como el lugar de su muerte y el nombre de Prisciliano como el del gobernador que la mandó matar. Es curioso que en el caso de una mártir de historia tan oscura y para la que no existe ninguna «Pasión», el Hieronymianum proporcione abundancia de datos y detalles que no se encuentran en otras fuentes de información.

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11:25 p.m.

Por: . | Fuente: www.provid.org.co

Fundador del Instituto de Hermanas
de la Divina Providencia

Martirologio Romano: En Tréveris, en Alemania, beato Juan Martín Moyë, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París, que en la localidad de Lorena, en Francia, fundó el Instituto de Hermanas de la Divina Providencia, y en China reunió en régimen de vida común a unas vírgenes dedicadas a la enseñanza. Se mostró siempre inflamado por el celo de las almas, aún después de verse obligado a abandonar su patria durante la Revolución Francesa. ( 1730)

Fecha de beatificación: 21 de noviembre de 1954 por el Papa Pío XII.

El fundador de las Hermanas de la Providencia, Jean-Martin Moye (pronunciado ´Moi´), nació en Cutting, Francia, el 27 de enero de 1730, en una de esas buenas fincas del entonces ducado de Lorena, en la comarca de las salinas y las lagunas. Los establos eran amplios, las cosechas diversas y las bodegas de vino bien surtidas. Sus raíces familiares se hunden profundamente en ese territorio. De larga data, sus ancestros están implantados en Lorena.

Sus padres le hacían trabajar en el campo pero también lo hicieron estudiar. Sus profesores sucesivos previeron para él una carrera brillante. En sus estudios se destacó por los conocimientos en idiomas antiguos, en lógica y en historia de la Iglesia.

"Pero la vida real no me tentaba mucho. Fui ordenado sacerdote a los 24 años para ser sacerdote de Jesucristo y nada más. Felizmente no estaba solo. Con otros sacerdotes jóvenes formamos un pequeño grupo. ¿Cuál era nuestra fuerza? Contar más con el dinamismo del espíritu, la oración y la exigencia personal, que con las opiniones del clero mundano."

Juan Martín va y viene por las calles y las callejuelas de sus parroquias sucesivas. Para ver y escuchar, para sentir la sonrisa de un recién nacido que le llevan a bautizar, el amor de una pareja de ancianos, la pobreza oculta de los tugurios. Y la injusticia: conoce jóvenes apenas en la pubertad que por algunos robos menores terminaron en la horca. Conoce también la angustia de las prostitutas de Metz, ciudad que ha sido siempre un bastión de tropas militares. Y comprende que la piedad popular, manifestada en las procesiones, es impotente para detener esos males. Se necesita algo más. Otra cosa muy distinta: Instruir.

Los colegios existen, pero para los burgueses, para los habitantes de la ciudad, para los hombres jóvenes. A las niñas, incluso a las niñas ricas, no se les enseña sino la piedad y cómo ser buenas amas de casa. ¿Y la lectura y la escritura? A veces, si queda un poco de tiempo.

Sin embargo, mucho antes que Freud, Juan Martín está convencido de que todo se hace desde la infancia. Entonces el joven y brillante intelectual formula un proyecto loco: abrir miniescuelas para las niñas en los lugares más pobres y más apartados de Lorena.

"Se necesitaba poder contar con jóvenes libres y dispuestas a todo; a codearse con la miseria y con la incomprensión. Proyecto insensato el mío, ciertamente. Pero como este pensamiento seguía invadiéndome, podía creer que venía de Dios."

Un día, Marguerite Lecomte llega donde él para confesarse. Él no la ha visto antes. Le hace algunas preguntas, y se da cuenta, sorprendido, de que sabe leer y enseña a unas compañeras de trabajo.

Poco después, Margarita entrará de lleno en el proyecto de Juan Martín e irá a vivir a Vigy-Béfey. Más adelante será seguida por muchas otras ´mujeres apóstoles´ que también irán a instruir a las niñitas de los caseríos abandonados.

Y nace así la Congregación de Hermanas de la Providencia.

Pero esas ´mujeres apóstoles´ molestan

En la Lorena de 1762, Moye respondió a una urgencia sociológica. Aportó un remedio eficaz, por medios desconcertantes, a una carencia social de entonces: la ignorancia crasa en la cual se encontraban las niñitas campesinas. Moye es por lo tanto testigo de muchas miserias.

La oposición a Moye crece en el clero y en la alta sociedad de Metz. Y el obispo prohibe abrir nuevas escuelas en los pueblos. Juan Martín entra en una especie de agonía. Su razón y su corazón vacilan.

"Y sin embargo yo quería confiar totalmente en Dios. En el corazón mismo de esta absurda situación, mi amigo el padre Jobal llamó mi atención sobre un detalle. Como se me permitía mantener las escuelas existentes, estas serían cimientos para muchas otras. Vi en esto lo que me gusta llamar ´un signo de la Providencia´. Pudo ser un hecho microscópico, pero resucitó mi esperanza y me llevó a dar un sentido nuevo al acontecimiento."

Algún tiempo después el obispo levanta la prohibición y estimula el desarrollo de las miniescuelas.

Pero a Moye le gusta sembrar. Prefiere dejar la mies a otros. Las misiones extranjeras lo atraen, China sobre todo.

Septiembre de 1772: Juan Martín desembarca en Macao

A China llega un Juan Martín totalmente transformado en ´comerciante´: de cabello largo y barba como los chinos. Y con un apellido que también suena a chino: ´Moi´. Pero el país está prohibido a los misioneros. Va a tener que actuar con astucia. Arrastrarse en los campos de maíz para esconderse. Atravesar a pie altas montañas y a nado varios ríos.

Durante 10 años Moye vivirá lo que no dejó de repetir a las Hermanas: asumir los riesgos que exija una buena obra con confianza en la Providencia. Entre benevolencia y traición estará a merced de la gente. Hasta en su deseo, Juan Martín se entrega a Dios. "No me prometí convertir primero muchas almas sino hacer y sufrir en China lo que Dios quisiera."

Juan Martín es un infatigable caminante y su parroquia es tan extensa como Francia y España juntas. En el camino los chinos lo detienen y lo golpean. "A veces tenía tanto miedo que no sentía el dolor." Entre dos vigías celebra la misa, instruye, exhorta. Observa también, escucha, aprende costumbres, nociones jurídicas cuya sabiduría reconoce. En el contacto con la gente perfecciona rápidamente su chino, hasta el punto de escribir bellos textos de oración en este idioma.

Moye desarrolla varias intuiciones que tuvo en Europa. En primer lugar, en esa época en la que las mujeres no tienen casi derecho a la palabra y ciertamente no en las asambleas, él quiere apoyar su trabajo en jóvenes chinas. Excelentes catequistas, son también voluntarias en casos de hambrunas y pestes. Y bautizan a millares de moribundos, y a muchos niños. Como siempre, allí donde otros no ven sino debilidades, Juan Martín ve en los niños el germen de una gran fuerza. Lucha para que se les reconozca el derecho al bautismo, al dinamismo del Espíritu.

En otras partes lucha contra prácticas usureras fuertemente implantadas en China y que impiden a los pobres salir del círculo infernal de las deudas. En un pequeño seminario en la montaña consagra tiempo a la formación del clero local.

En 1783, después de 10 años de trabajo, agotado por varias enfermedades, Moye vuelve a embarcarse para Francia. Allá, durante 10 años más va a recorrer de nuevo las escuelas de las Hermanas, tentadas a veces por la vida fácil.

Tréveris, Alemania, en la primavera de 1793, rebosa de gente que huye de la Revolución Francesa. La ciudad huele a tifo. Juan Martín, que no ha dejado de prodigar cuidados a los enfermos, contrae el implacable mal. En la cama de una humilde buhardilla espera la muerte. Quiere mirarla de frente. Bendice a algunas Hermanas: "Crezcan y multiplíquense si tal es la voluntad de Dios."

El 4 de mayo vive su muerte como vivió su vida: entregándose sencillamente en las manos de Dios.

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5:19 p.m.


SAN FELIPE Y SANTIAGO EL MENOR

APÓSTOLES




San Felipe era originario de Betsaida de Galilea. San Juan habla de él varias veces en el Evangelio. Narra que el Señor Jesús llamó a Felipe al día siguiente de las vocaciones de San Pedro y San Andrés. De los Evangelios se deduce que el Santo respondió al llamado del Señor .Escritores de la Iglesia primitiva y Eusebio, historiador de la Iglesia, afirman que San Felipe predicó el Evangelio en Frigia y murió en Hierápolis. Papías, obispo de este lugar, supo por las hijas del apóstol, que a Felipe se le atribuía el milagro de la resurrección de un muerto. 

A Santiago se le llama "el Menor" para diferenciarlo del otro apóstol, Santiago el Mayor (que fue martirizado poco después de la muerte de Cristo). 

El evangelio dice que era de Caná de Galilea, que su padre se llamaba Alfeo y que era familiar de Nuestro Señor. Es llamado "el hermano de Jesús", no porque fuera hijo de la Virgen María, la cual no tuvo sino un solo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, sino porque en la Biblia se le llaman "hermanos" a los que provienen de un mismo abuelo: a los primos, tíos y sobrinos (y probablemente Santiago era "primo" de Jesús, hijo de alguna hermana de la Sma. Virgen). En la S. Biblia se lee que Abraham llamaba "hermano" a Lot, pero Lot era sobrino de Abraham. Y se le lee también que Jacob llamaba "hermano" a Laban, pero Laban era tío de Jacob. Así que el decir que alguno era "hermano" de Jesús no significa que María tuvo más hijos, sino que estos llamados "hermanos", eran simplemente familiares: primos, etc. 

San Pablo afirma que una de las apariciones de Jesús Resucitado fue a Santiago. Y el libro de Los Hechos de los Apóstoles narra cómo en la Iglesia de Jerusalén era sumamente estimado este apóstol. (Lo llamaban "el obispo de Jerusalén"). San Pablo cuenta que él, la primera vez que subió a Jerusalén después de su conversión, fue a visitar a San Pedro y no vio a ninguno de los otros apóstoles, sino solamente a Santiago. Cuando San Pedro fue liberado por un ángel de la prisión, corrió hacia la casa donde se hospedaban los discípulos y les dejó el encargo de "comunicar a Santiago y a los demás", que había sido liberado y que se iba a otra ciudad (Hech. 12,17). Y el Libro Santo refiere que la última vez que San Pablo fue a Jerusalén, se dirigió antes que todo "a visitar a Santiago, y allí en casa de él se reunieron todos los jefes de la Iglesia de Jerusalén" (Hech. 21,15). San Pablo en la carta que escribió a los Gálatas afirma: "Santiago es, junto con Juan y Pedro, una de las columnas principales de la Iglesia". (Por todo esto se deduce que era muy venerado entre los cristianos). 

Cuando los apóstoles se reunieron en Jerusalén para el primer Concilio o reunión de todos los jefes de la Iglesia, fue este apóstol Santiago el que redactó la carta que dirigieron a todos los cristianos (Hechos 15). 

Hegesipo, historiador del siglo II dice: "Santiago era llamado ‘El Santo’. La gente estaba segura de que nunca había cometido un pecado grave. Jamás comía carne, ni tomaba licores. Pasaba tanto tiempo arrodillado rezando en el templo, que al fin se le hicieron callos en las rodillas. Rezaba muchas horas adorando a Dios y pidiendo perdón al Señor por los pecados del pueblo. La gente lo llamaba: ‘El que intercede por el pueblo’". Muchísimos judíos creyeron en Jesús, movidos por las palabras y el buen ejemplo de Santiago. Por eso el Sumo Sacerdote Anás II y los jefes de los judíos, un día de gran fiesta y de mucha concurrencia le dijeron: "Te rogamos que ya que el pueblo siente por ti grande admiración, te presentes ante la multitud y les digas que Jesús no es el Mesías o Redentor". Y Santiago se presentó ante el gentío y les dijo: "Jesús es el enviado de Dios para salvación de los que quieran salvarse. Y lo veremos un día sobre las nubes, sentado a la derecha de Dios". Al oír esto, los jefes de los sacerdotes se llenaron de ira y decían: "Si este hombre sigue hablando, todos los judíos se van a hacer seguidores de Jesús". Y lo llevaron a la parte más alta del templo y desde allá lo echaron hacia el precipicio. Santiago no murió de golpe sino que rezaba de rodillas diciendo: "Padre Dios, te ruego que los perdones porque no saben lo que hacen". 

El historiador judío, Flavio Josefo, dice que a Jerusalén le llegaron grandes castigos de Dios, por haber asesinado a Santiago que era considerado el hombre más santo de su tiempo. 

Este apóstol redactó uno de los escritos más agradables y provechosos de la S. Biblia. La que se llama "Carta de Santiago". Es un mensaje hermoso y sumamente práctico. Ojalá ninguno de nosotros deje de leerla. Se encuentra al final de la Biblia. Allí dice frases tan importantes como estas: "Si alguien se imagina ser persona religiosa y no domina su lengua, se equivoca y su religión es vana". "Oh ricos: si no comparten con el pobre sus riquezas, prepárense a grandes castigos del cielo". "Si alguno está triste, que rece. Si alguno se enferma, que llamen a los presbíteros y lo unjan con aceite santo, y esa oración le aprovechará mucho al enfermo" (de aquí sacó la Iglesia la costumbre de hacer la Unción de los enfermos). La frase más famosa de la Carta de Santiago es esta: "La fe sin obras, está muerta". 

11:25 p.m.

Por: . | Fuente: santiebeati.it

Mendicante Capuchino

Martirologio Romano: En Innsbruck, Austria, Beato Tomás Acerbis de Olera, laico profeso de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos ( 1631)

Fecha de beatificación: 21 de septiembre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco

Breve Biografía

Fray Tomás de Olera fue un campeón de la defensa de la fe y la promoción de la piedad popular en Tirol y Véneto en la primera mitad del siglo XVII.

Se llamaba Tomás Acerbis y nació en el pequeño pueblo de Olera, situado en el Val Seriana (Bérgamo) en 1563, fue pastor hasta los 17 años, cooperando así con sus padres para su subsistencia dada la pobreza en la que su familia vivía, nunca pudo estudiar -en la región no había escuelas- por lo que era analfabeto.

El 12 de septiembre de 1580, ya con 17 años, ingresó a la Orden Franciscana Capuchina en el convento de Verona, donde aprendió a leer y escribir, probando ser un joven novicio lleno de todas las virtudes.

Hizo su profesión el 5 de julio de 1584 recibiendo la tarea mendigar en Verona (hasta 1605) y luego en Vicenza (hasta 1612) y en Rovereto (entre 1613 y 1617). En sus recorridos fuera del convento logró reconciliaciones y el perdón entre las personas, visitó y consoló a los enfermos, escuchaba y dio animo a los pobres, denunciando el mal y logró muchas conversiones.

Su obra de apostolado se alimentada de la oración nocturna, la penitencia que infligía a su cuerpo, el ayuno y la austeridad; fue inspirador -especialmente entre las damas- de muchas vocaciones religiosas. Entre 1612 y 1613 promovió la construcción del monasterio capuchino en Vicenza, cerca de Porta Nuova; el mismo esfuerzo lo dedicó luego a la construcción del monasterio de las clarisas en Rovereto, construido en 1624.

En 1618 se encuentra en Padua como portero del convento, desde hace ya un año antes era amigo y guía espiritual de Ippolito Guarinoni Hall, un hombre de ciencias y médico de la corte de Innsbruck; en 1619 por presión del archiduque del Tirol, Leopoldo V de Habsburgo, fue destinado a Innsbruck como mendicante.

Pero allí no sólo fue un mendicante, fue el guía espiritual de “Virgen de Hall”, un centro educativo para las nobles niñas tirolesas. Mediante cartas, y entrevistas en palacio, dirigió espiritualmente a las archiduquesas María Cristina y Leonor de Habsburgo, hermanas de Leopoldo V, así como a Claudia de Medici esposa del archiduque.

Cuidó la vida espiritual de Fernando II, emperador de Austria, siendo su consejero durante la Guerra de los Treinta Años (1618-48); fue amigo y consejero de los duques de Baviera Maximiliano I e Isabel, con su corte en Mónaco, donde en 1620 fue capaz de convertir al catolicismo al ex luterano duque de Weimar; entre 1620 y 1621 en la corte imperial de Viena logró la conversión desde el luteranismo de la viuda del conde de Lerchenverg, George Fleicher, Eva Maria Rettinger que llegó a ser la abadesa del monasterio benedictino en Salzburgo.

Estrictamente fue un simple hermano lego, no fue sacerdote, pero era capaz de hablar bien acerca de Dios, suscitando en quien lo escuchara asombro y sorpresa, educando la fe de las personas -sean gobernantes, humildes o nobles- e impregnándolo todo con amor.

La obediencia y humildad le hizo ser el "hermano mendicante" durante casi 50 años y ser consejero del arzobispo Paris Lodron, príncipe de Salzburgo. Llevó a cabo trabajo social a favor de los mineros de Taufers y en los valles del Inn y del Adigio; luchó contra las ideologías luteranas que se expandían rápidamente.

En sus escritos reconoce ya la Inmaculada Concepción y la Asunción de Nuestra Señora a los cielos; peregrinó en tres ocasiones (1623, 1625, 1629) a la Santa Casa de Loreto, fue el promotor de la construcción de la primera iglesia en la tierra de lengua alemana dedicada a la Inmaculada Concepción, su levantamiento se inició en 1620, obra que con diversas ayudas y la superación de dificultades de todo tipo, se completó en 1654, es considerado un monumento nacional en Austria.

Fray Tomás de Olera murió piadosa y devotamente el 3 de mayo de 1631 y fue enterrado en la cripta de la Capilla de Nuestra Señora, en la iglesia de los Capuchinos en Innsbruck. En los siglos siguientes, la Iglesia ha dado testimonio de la fama de santidad y del brillante trabajo realizado por el humilde fraile de Bérgamo, que fue capaz de hablar de Dios -sin problemas- a los pobres y a los poderosos de su tiempo.

El Papa Juan XXIII lo definió como "verdadero y santo maestro espiritual", Pablo VI lo recordó cómo "valioso instrumento de la renovación espiritual... que brilla en la historia de esa época gloriosa junto con los más ardientes defensores de la Reforma Católica".

Siglos después de su retorno a la casa del Padre, el 28 de febrero de 1967, en Bérgamo, se comenzó el proceso de información, la introducción del decreto de la causa de beatificación se llevó a cabo el 4 de diciembre de 1980, el decreto sobre las virtudes y el título de Venerable se firmó el 23 de octubre de 1987, y el 10 de mayo de 2012 se promulgó el decreto, firmado por S.S. Benedicto XVI, que reconoce un milagro gracias a la intercesión del Venerable Tomás de Olera, lo cual permitirá su próxima beatificación que se realizará, Dios mediante, el 21 de septiembre de 2013.

El milagro en cuestión ocurrió el 30 de enero de 1906 (hace 106 años) en la localidad italiana de Vicenza, donde Bartolomé Valerio, de 31 años, se encontraba en estado crítico debido a una gravísima enfermedad respiratoria que iba a acabar con su vida. La familia, lejos de perder la esperanza, situó debajo de la almohada del enfermo una estampa de Tomás de Olera, pidieron su intercesión y se produjo la inexplicable e inmediata curación.

responsable de la traducción: Xavier Villalta


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Sacerdote

Martirologio Romano: En Kazimierz, Polonia, san Estanislao Soltys , presbítero y canónigo regular, que, impulsado por su caridad pastoral, fue ministro diligente de la palabra de Dios, maestro de la vida espiritual y confesor muy solicitado. ( 1489)

Fecha de canonización: 17 de octubre de 2010, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

Breve Biografía

Louis Soltys nació el 27 de septiembre de 1433 en Kazimiers (Polonia) en el seno de una familia de profundas raíces cristianas, sus padres fueron Maciej y Jadwiga Soltys, quienes le proveyeron de una buena educación en la fe.

Luego de sus estudios superiores recibió sendos doctorados en teología y filosofía de Universidad de Jagiello, (Cracovia, Polonia).

Ingresó a la Orden de los Canónigos Regulares Lateranenses en 1456, dedicando su vida a la Eucaristía y al cuidado de los enfermos y los pobres, tomando el nombre Estanislao Kazimierczyk.

Como sacerdote fue reconocido como un gran predicador y confesor. Prior y maestro de novicios en su monasterio. Profesor de filosofía y teología. Amigo de San Juan de Kanty.

Tal como le sucede a muchos santos, la gente que lo conocía lo consideraba un santo en vida, mientras el Padre Estanislao veía su propia vida como una lucha constante por alcanzar la santidad.

Ingresó a la casa del Padre el 3 de mayo de 1489 en su población natal, Kazimiers.

Juan Pablo II confirmó su culto el 18 de abril de 1993.

El 19 de diciembre de 2009 S.S. Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto que reconoce un milagro atribuido a la intercesión del Beato Estanislao, la canonización se realizó el 17 de octubre de 2010.

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11:25 p.m.

Fundadora de las Hermanitas de la Sagrada Familia

Beata María Leonia Paradis, del germánico, probable variante de Leonila: "la que lucha como un león".

Nacida en Acadie Canadá el 12 de mayo de 1840.

Sus padres fueron piadosos cristianos de escasos recursos. En su juventud ingresó con las religiosas Marianitas de la Cruz.

Realizó trabajos al servicio del prójimo, en Nueva York e Indiana y en el colegio canadiense de Memramcook.

Contagiaba a otros por su gran amor a Dios, al ofrecer y realizar las labores más sencillas y los sacrificios implícitos en éstas.

Con frecuencia solicitaba: "Señor, muéstrame tus caminos", la respuesta del Creador no se hizo esperar: unida a otras jóvenes funda la Congregación de la Hermanitas de la Sagrada Familia, cuyo compromiso es realizar trabajo doméstico en escuelas y seminarios.

Uno de los principios rectores de las Hermanitas es encontrar la paz y la alegría en la entrega generosa al servicio del prójimo.

María Leonia falleció en Sherbrooke (Quebec, Canadá) el 3 de mayo de 1912.

Fue beatificada por Juan Pablo II el 11 de Septiembre de 1984 en Montreal, Canadá.

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LA SANTA CRUZ


FIESTA




Etimológicamente significa “lo mismo”. Viene de la lengua latina.

Hoy se celebra en Granada y en el mundo el día de la Cruz. Una preciosa fiesta popular que arranca desde el día en que se encontró la Santa Cruz en el año 326.

Casi todas las fiestas tienen un origen religioso. Hay algunos que en la actualidad las quieren convertir simplemente en culturales, abandonado su trasfondo religioso. 

Eusebio de Cesarea fue un gran historiador de aquellos tiempos. Cuenta en sus libros que el General Constantino no era creyente pero le tenía mucho respeto a los cristianos por su paz y el bien que hacían en todos sitios. 

Antes de una dura batalla contra Majencio –jefe de Roma -, tuvo un sueño en el que pudo contemplar una cruz luminosa y una voz que le decía:"Con este signo vencerás"

Y sin tener la menor duda de su triunfo, puso en todos los estandartes y banderas la cruz. Y arengando a las tropas les decía:"Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena".

Al ganar la batalla, llegó bien pronto a ser emperador. Decretó el cese de perseguir a los cristianos y la libertad religiosa.

Hay, además, otros escritores célebres como san Ambrosio y Juan Crisóstomo afirman que Elena se fue a Jerusalén en busca de la Cruz del Señor.

Los arqueólogos se emplearon a fondo en esta labor. Al cabo del tiempo, encontraron tres cruces. ¿Cuál era la de Jesús? La respuesta se la dio una mujer que estaba muy enferma. Al tocarla, quedó curada.

Elena y el obispo de Jerusalén juntamente con muchos creyentes, la llevaron en procesión por las calles de la ciudad.

A raíz de estos acontecimientos se implantó esta fiesta por todo el orbe cristiano.

Ultimamente, al hacer la reforma del calendario litúrgico, ha desaparecido como fiesta. Pero el pueblo, siempre sencillo, la sigue celebrando.

Por ejemplo es Granada es fiesta. De esta forma, mantiene viva la tradición.

Fiesta de la Santa Cruz en México

México es uno de los lugares donde tiene más arraigo la celebración de la Santa Cruz. 

Cuando los primeros evangelizadores llegaron a estas tierras, ponían cruces en las nuevas construcciones de iglesias, conventos y casas de oración. La desnudez de los maderos no era bien recibida por los oriundos del lugar, por lo que prefirieron pintarlas con colores llamativos y adornarlas con flores y listones.

Esto se sigue haciendo hoy con todo respeto. Cada 3 de mayo, no hay construcción que no tenga fiesta. Todos los trabajadores (albañiles, peones, arquitectos, ingenieros) conviven en una comida junto con sus familias. 

Durante su último viaje a este país, el Papa Juan Pablo II bendijo un monumento con el tema de la Santa Cruz. Desde este punto una importante empresa cementera organiza cada año una magna peregrinación a la Basílica de Guadalupe y otra organiza un convivió en el Estadio Azul, de fútbol. 

Todo el día se escuchan cohetes por los rumbos de esta gran ciudad de México, y lo mismo sucede en otros lugares del país, sobre todo en Veracruz (que significa la Cruz Verdadera, Vera-Cruz) en el sureste de México.

11:25 p.m.

Por: P. Ängel Amo | Fuente: Catholic.net

Arzobispo

Antonio Pierozzi, llamado Antonino por su pequeña estatura, nació en 1389, y era hijo de un notario florentino. Desde muy joven entró al convento de los Dominicos, en donde fue recibido por el Beato Juan Dominici, a quien recitó de memoria las Decretales de Gracián, para demostrar su preparación cultural, a pesar de ser autodidacta. Del año 1413, año de su ordenación sacerdotal, al año 1446, cuando fue elegido arzobispo de Florencia, ocupó varios cargos en su Orden: Vicario, Visitador, Prior en Fiesole, en Roma, en Nápoles y en Florencia.

A él se debe el mérito de haber encargado al Beato Angelico la tarea de decorar con frescos el convento de San Marcos en Florencia. Entre tanta actividad maravilla el hecho de haber tenido tiempo para escribir numerosas obras, entre las cuales merece una mención particular la Summa moral, definida “una grande enciclopedia sistemática del pensamiento y de la práctica de la vida cristiana”. En todos sus escritos se nota la tendencia a descartar las “doctrinas sublimes” para detenerse solamente en lo que consideraba útil para él y para los demás.

Era un hombre práctico, sensible a los problemas sociales de su tiempo, deseoso de dar un significado cristiano a los nuevos fermentos humanísticos. Lo llamaban ingeniosamente “Antonino de los consejos” por su extraordinaria versatilidad en el campo religioso, jurídico, político y económico, que lo ocupaba diariamente en audiencias a los numerosos visitantes de toda clase que iban a plantearle sus problemas. Cuando quedó vacante la sede episcopal de Florencia, el Papa Eugenio IV lo nombró arzobispo, parece que por sugerencia del Beato Angelico, que en ese momento estaba en Roma haciendo una obra de arte por encargo del Papa.

El primero en maravillarse, e incluso hasta asustarse ante el inesperado nombramiento, fue el humilde fraile Antonino, que huyó a esconderse en Maremma. Su delicada salud y los achaques físicos que lo acompañaron desde su juventud, desde que era novicio, no le impidieron desarrollar una actividad prodigiosa. A lomo de mula cabalgaba como un humilde fraile para visitar todas las parroquias de su diócesis y de las sufragáneas de Fiesole, Pistoia y Prato. El pueblo florentino lo amaba mucho, y él defendió sus derechos aun contra el mismo Cosimo de Medici, de quien era amigo. Humilde e ingenioso, celoso y bondadoso, el buen pastor se entregó de lleno a su grey hasta la víspera de su muerte, el 2 de mayo de 1459. Fue canonizado por Adriano VI el 31 de mayo de 1523.

En muchos lugares a San Antonio de Florencia lo siguen recordando en la fecha en la que apareciá en el antiguo santoral: el 10 de Mayo.

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11:25 p.m.

Obispo

Martirologio Romano: En Linköping, en Suecia, beato Nicolás Hermansson, obispo, el cual, exigente consigo mismo, se entregó totalmente a su Iglesia y a los pobres, y recibió la custodia de las reliquias de Santa Brígida ( 1391).

Etimológicamente: Nicolás = Aquel que es vencedor por el pueblo, es de origen griego.

Fecha de beatificación: El Papa Alejandor VI confirmó su culto el año 1499

Breve Biografía


Nicolás (Nils) Hermansson fue un destacado obispo y poeta de la Suecia medieval, estrechamente asociado con el Santa Brígida. Nicolás nació un Skanninge (Ostergotland). Temprano en la vida decidió ser un sacerdote. Estudió en París y Orleans; en su retorno a Suecia en 1358 fue canónigo en Linköping y Uppsala. En 1361 era al mismo tiempo archi-diácono y vicario general de la antigua e importante diócesis de Linköping, misma que administró durante la ausencia de su obispo. En 1374 fue elegido obispo de Linköping, cargo en el que lo ratificó el Papa Gregory XI, pero por la oposición del Rey Alberto no pudo tomar posesión hasta 1375.

Nicolás siempre tuvo una alta reputación. Severo consigo mismo, estaba totalmente consagrado a la Iglesia y a los pobres. Activo en su trabajo pastoral, visitó todas las parroquias de su diócesis, promoviendo la dignidad de culto y la moralidad en el clero. Era un predicador incansable, siempre accesible al creyente. Visitaba frecuentemente los monasterios, sobre todo el que Santa Brígida estaba fundando en Vadstena. Fue Nicolás quien presidió el entierro de Santa Brígida en Vadstena en 1374 y quien bendijo el monasterio en 1384. También ayudó substancialmente en su proceso de canonización que se completó en 1391. Él era un fiel devoto de los santos suecos; revivió el culto a San Oscar, el apóstol de Suecia, tenía una devoción especial por San Sigfrido y San Botvido (28 julio). También era poeta litúrgico, escribió los himnos para el oficio de Santa Brigida cuyas Revelaciones él usó como una llamada al arrepentimiento y renovación. Colaboró en cuanto fuera necesario para resistir la opresión abusiva de los reyes, llegando incluso a excomulgar a Alberto y Haakon VI.

Nicolás murió el 2 de mayo de 1391. La fama de su santidad se extendió por toda la Escandinavia, y pronto se comenzaron a reportar milagros al pie de su tumba en la catedral de Linköping. Éstos acontecimientos serían registrados en 1402. En 1414 todo el episcopado sueco solicitó al cardenal Baldassare Cosa (el antipapa Juan XXIII) las canonizaciones de Brinolf de Skara, Ingrid de Skanning, y Nicolás de Linköping. El Concilio de Constanza autorizó la apertura del proceso de la canonización. El proceso formal sobre su vida y milagros fue sustentado en Linköping y Vadstena; es interesante y particular el analizar las virtudes de Nicolás y la vida religiosa en Suecia en momentos en que se vivía el Cisma de Occidente, mismo que terminó en 1417 con la elección de Martin V quien depuso a sus predecesores sismáticos. El Papa Martin V confirmó el trabajo de la comisión para la canonización de Nicolás, pero el proceso nunca se finalizó formalmente. El traslado solemne de sus reliquias tuvo lugar en Linköping en 1515. Posteriormente en 1523 el obispo autorizó la impresión del Oficio y Misa. Su festividad era anteriormente el 24 de julio pero se ha restaurado recientemente a la fecha de su muerte: 2 de mayo.

Nicolás no ha sido canonizado todavía formalmente, sería apropiado orar para que pueda darse la culminación de su proceso. Su culto y memoria deben ser una inspiración para la Iglesia Católica en Suecia, muy herida por la reforma protestante y sus consecuencias, pero que ha experimentado un pequeño pero significativo resurgir.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

fuente: Butler’s live of the saints

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11:25 p.m.

Por: Fernando Rojo, o.s.a. | Fuente: OsaNet.org

Nacido en la ciudad de Cork (Irlanda) en el seno de una familia de comerciantes profundamente católica, de la que procedía un tío obispo con el mismo nombre, entró en la Orden de San Agustín, estudiando en Valladolid, París y Bruselas. Por obediencia a las decisiones de sus superiores, regresó a Irlanda algunos años antes del comienzo del levantamiento del Ulster (1641). En 1646 fue nombrado secretario del Padre provincial Driscoll, y en 1649 prior del convento de Skreen. Tras la llegada de Cromwell, que le hizo imposible el ejercicio de este oficio, sirvió a Fethard (Tipperary) como preceptor, ejerciendo ocultamente el ministerio sacerdotal.

Traicionado por cinco libras esterlinas, fue capturado mientras se encontraba revestido con los ornamentos sagrados en la mañana del sábado santo de 1654. A la vez le encontraron algunos escritos en defensa de la fe católica. Inmediatamente fue conducido a la cárcel de Clonmel, y aunque se le ofreció la libertad a cambio de la adhesión a la doctrina de la reforma anglicana, todo fue inútil. El tribunal lo acusó de traición en virtud de las normas proclamadas el 6 de enero de 1653 que prohibían a los sacerdotes la permanencia en el país. En su defensa respondió que en los asuntos temporales reconocía el gobierno, pero no en los espirituales, en que seguía lo que su conciencia le dictaba, acatando sólo las órdenes de sus superiores religiosos y del Papa. Después de alguna indecisión, el tribunal, presionado por los militares, lo declaró culpable, condenándolo a ser “colgado por el cuello hasta que le llegase la muerte”.

Para la ejecución Tirry vistió el hábito agustiniano. En el camino hacia la colina junto a Fethard en que debía llevarse a efecto la sentencia, con una cadena en las muñecas y una cuerda al cuello, exhortó a la multitud reunida a mantener su fe religiosa y su fidelidad al Papa. Ya en el patíbulo, después de haber perdonado a quienes le habían vendido y haber rezado por ellos, pidió perdón de sus pecados, suplicando la absolución de algún sacerdote, si por casualidad se encontraba entre el gentío que asistía a la escena. Suponía que el P. O’Driscoll le estaba escuchando, como así era, mezclado con el público presente.

Murió ahorcado en 1654, el 2 de mayo según el calendario juliano, 12 del gregoriano, seguido en la mayor parte de Europa.

Fue beatificado por Juan Pablo II el 27 de septiembre de 1992 junto a otros 16 mártires irlandeses sacrificados entre 1579 y 1654.

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5:19 p.m.

SAN ATANASIO

OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA




Atanasio nació en Alejandría de Egipto en el año 295, y es la figura más dramática y desconcertante de la rica galería de los Padres de la Iglesia. Tozudo defensor de la ortodoxia durante la gran crisis arriana, inmediatamente después del concilio de Nicea, pagó su heroica resistencia a la herejía con cinco destierros decretados por los emperadores Constantino, Constancio, Julián y Valente. Arrio, un sacerdote salido del seno mismo de la Iglesia de Alejandría, negando la igualdad substancial entre el Padre y el Hijo, amenazaba atacar el corazón mismo del cristianismo. En efecto, si Cristo no es Hijo de Dios, y él mismo no es Dios, ¿a qué queda reducida la redención de la humanidad? 

En un mundo que se despertó improvisamente arriano, según la célebre frase de San Jerónimo, quedaba todavía en pie un gran luchador, Atanasio, que a los 33 años fue elevado a la prestigiosa sede episcopal de Alejandría. Tenía el temple del luchador y cuando había que presenter batalla a los adversarios era el primero en partir lanza en ristre: “Yo me alegro de tener que defenderme” escribió en su Apologia por la fuga. Atanasio tenía valentía hasta para vender, pero sabiendo con quién tenía que habérselas (entre las acusaciones de sus calumniadores estaba la de que él había asesinado al obispo Arsenio, que después apareció vivo y sano), no esperaba en casa a que vinieran a amarrarlo. A veces sus fugas fueron sensacionales. El mismo nos habla de ellas con brío. 

Pasó sus últimos dos destierros en el desierto, en compañía de sus amigos monjes, esos simpáticos anárquicos de la vida cristiana, que aunque rehuyendo de las normales estructuras de la organización social y eclesiástica, se encontraban bien en compañía de un obispo autoritario e intransigente como Atanasio. Para ellos escribió el batallador obispo de Alejandría una grande obra, la “Historia de los arrianos”, dedicada a los monjes, de la que nos quedan pocas páginas, pero suficientes para revelarnos abiertamente el temperamento de Atanasio: sabe que habla a hombres que no entienden las metáforas, y entonces llama al pan pan y al vino vino: se burla del emperador, llamándolo con apodos irrespetuosos, y se burla también de los adversarios; pero habla con entusiasmo de las verdades que le interesan, para arrancar a los fieles de las garras de los falsos pastores. 

Durante las numerosas e involuntarias peregrinaciones llegó a Occidente, a Roma y Tréveris en donde hizo conocer el monaquismo egipcio, como estado de vida organizado de modo muy original en el desierto, presentando al monje ideal en la sugestiva figura de un anacoreta, San Antonio, de quien escribió la célebre Vida, que se puede considerar como una especie de manifiesto del monaquismo. Murió en el año 373.

11:25 p.m.

Mafalda de Borgoña y de Barcelona
(1190/1200 - 1256)

Infanta de Portugal y reina de Castilla. Era hija de Sancho I el Poblador y de su mujer, Dulce de Barcelona.

En 1215 contrajo matrimonio con Enrique I de Castilla pero la juventud de ambos hizo que el matrimonio no se llegara a consumar. Al año siguiente, el matrimonio fue anulado por el Papa Inocencio III.

A la muerte de su padre, Mafalda, según las disposiciones del testamento, tenía que recibir el castillo de Seia y la porción restante del término municipal así como todas las rentas que ahí se producían. Además, se le concedía el derecho a utilizar el título de reina.

Esto generó un conflicto con su hermano Alfonso II el Gordo que, deseando un poder centralizado, obstaculizó que su hermana pudiera recibir los títulos y derechos que le correspondían. Alfonso temía que algo parecido pudiera suceder con sus otras dos hermanas, Teresa y Sancha, y con los eventuales herederos de estas, creando un problema de soberanía que podía llegar a dividir el país.

Una buena parte de los nobles portugueses se pusieron de parte de Mafalda y sus hermanas, pero terminaron derrotados. A la muerte de Alfonso II, su hijo Sancho II concedió a sus tías algunas tierras y castillos pero les hizo renunciar al título de princesa-reina. La paz definitiva llegó en 1223.

VIDA RELIGIOSA

Finalmente, tanto Mafalda como sus hermanas se hicieron monjas cistercienses. Mafalda fundó la Abadía de Arouca. El 1 de mayo de 1256 falleció en el monasterio de río Tinto. Al querer trasladar su cuerpo hasta Arouca lo encontraron incorrupto, lo que generó una fuerte devoción hacia la infanta portuguesa.

El 27 de junio de 1793 fue beatificada por el Papa Pío VI, acompañando así a sus hermanas Teresa y Sancha, declaradas beatas desde principios del siglo XVIII.

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11:25 p.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Profeta

Etimológicamente significa “Dios me levanta”. Viene de la lengua hebrea.

Vivió en el año 566 antes de Cristo. Este profeta es uno de los llamados grandes por la extensión de sus escritos. Dios se vale de personas en cada tiempo para hacer el bien y para dar a conocer la buena noticia que viene del cielo.

El vivía feliz con sus padres en una aldea cercana a Jerusalén. De pronto el Señor irrumpió en su vida y le trastornó todos sus planes. Al principio se opuso indicándole que era muy joven y que, además, era tartamudo.

Ante estas palabras, Dios le dijo:" No digas que eres demasiado joven o demasiado débil, porque yo iré contigo y te ayudaré". Le tocó predicar en tiempos difíciles en los que reinaron varios reyes. Profetizó acerca de la destrucción que sufriría Jerusalén. Ante profecías como ésta, alguna gente reaccionaba en contra suya apedreándolo o expulsándolo a otros lugares o naciones.

Entre tanta pena tuvo el consuelo de que el rey Josías lo entendió y le ayudó en suscitar o restaurar la religiosidad del pueblo elegido por Dios, Israel. Otros reyes, sin embargo, le hicieron la vida imposible.

Jeremías, a pesar de su juventud, no tenía pelillos en la lengua para decir las verdades a cualquiera. Cosa que también ocurre con los mártires y profetas de este siglo XXI y del recién acabado XX.

Hubo reyes que se permitieron el lujo de quemarle sus escritos proféticos. Otros lo encarcelaban y le amenazaban con darle muerte si no se callaba.

Estando en estas circunstancias, el Señor que nunca defrauda a nadie que se fíe de él, le dijo estas palabras:" Te haré fuerte como el diamante si no te acobardas. Pero si te dejas llevar por el miedo, me apartaré de ti".

Estas palabras le animaron a proseguir en su labor apostólica. Sentía en sus carnes que parte del pueblo y sus gobernantes “pasaban” de él. "Señor, todos se burlan de mí. Cuando voy por las calles se ríen y y dicen: Allá va el de las malas noticias". Eran los desahogos del profeta ante Dios.

¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

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11:25 p.m.

Nació el 22 de Noviembre de 1822 en Mittelbronn, Mosela, Francia.

En la aldea de Son-Tay, en Tonquín (Vietnam), san Agustín Schoeffler, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París, después de haber ejercido durante tres años su ministerio, fue encarcelado y, por orden del emperador Tu Duc, en un paraje denominado “Cinco Yugadas” fue decapitado, obteniendo así la gracia del martirio que cada día había pedido a Dios. Era el año 1851.

Fue canonizado el 19 de Junio de 1988 por S.S. Juan Pablo II.

Para ver más sobre los 117 mártires en Vietnam haz "click" AQUI

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5:09 p.m.



SAN JOSÉ OBRERO




Se cristianizó una fiesta que había sido hasta el momento la ocasión anual del trabajador para manifestar sus reivindicaciones, su descontento y hasta sus anhelos. Fácilmente en las grandes ciudades se observaba un paro general y con no menos frecuencia se podían observar las consecuencias sociales que llevan consigo la envidia, el odio y las bajas pasiones repetidamente soliviantadas por los agitadores de turno. En nuestro occidente se aprovechaba también ese momento para lanzar reiteradas calumnias contra la Iglesia que era presentada como fuerza aliada con el capitalismo y consecuentemente como el enemigo de los trabajadores.

Fue después de la época de la industrialización cuando toma cuerpo la fiesta del trabajo. Las grandes masas obreras han salido perjudicadas con el cambio y aparecen extensas masas de proletarios. También hay otros elementos que ayudan a echar leña al fuego del odio: la propaganda socialista-comunista de la lucha de clases.

Era entonces una fiesta basada en el odio de clases con el ingrediente del odio a la religión. Calumnia dicha por los que, en su injusticia, quizá tengan vergüenza de que en otro tiempo fuera la Iglesia la que se ocupó de prestar asistencia a sus antepasados en la cama del hospital en que murieron; o quizá lanzaron esas afirmaciones aquellos que un tanto frágiles de memoria olvidaron que los cuidados de la enseñanza primera los recibieron de unas monjas que no les cobraban a sus padres ni la comida que recibían por caridad; o posiblemente repetían lo que oían a otros sin enterarse de que son la Iglesia aquellas y aquellos que, sin esperar ningún tipo de aplauso humano, queman sus vidas ayudando en todos los campos que pueden a los que aún son más desafortunados en el ancho mundo, como Calcuta, territorios africanos pandemiados de sida, o tierras americanas plenas de abandono y de miseria; allí estuvieron y están, dando del amor que disfrutan, ayudando con lo que tienen y con lo que otros les dan, consolando lo que pueden y siendo testigos del que enseñó que el amor al hombre era la única regla a observar. Y son bien conscientes de que han sido siempre y son hoy los débiles los que están en el punto próximo de mira de la Iglesia. Quizá sean inconscientes, pero el resultado obvio es que su mala propaganda daña a quien hace el bien, aunque con defectos, y, desde luego, deseando mejorar.

El día 1 de Mayo del año 1955, el Papa Pío XII, instituyó la fiesta de San José Obrero. Una fiesta bien distinta que ha de celebrarse desde el punto de partida del amor a Dios y de ahí pasar a la vigilancia por la responsabilidad de todos y de cada uno al amplísimo y complejo mundo de la relación con el prójimo basada en el amor: desde el trabajador al empresario y del trabajo al capital, pasando por poner de relieve y bien manifiesta la dignidad del trabajo -don de Dios- y del trabajador -imagen de Dios-, los derechos a una vivienda digna, a formar familia, al salario justo para alimentarla y a la asistencia social para atenderla, al ocio y a practicar la religión que su conciencia le dicte; además, se recuerda la responsabilidad de los sindicatos para logro de mejoras sociales de los distintos grupos, habida cuenta de las exigencias del bien de toda la colectividad y se aviva también la responsabilidad política del gobernante. Todo esto incluye ¡y mucho más! la doctrina social de la Iglesia porque se toca al hombre al que ella debe anunciar el Evangelio y llevarle la Salvación; así mantuvo siempre su voz la Iglesia y quien tenga voluntad y ojos limpios lo puede leer sin tapujos ni retoques en Rerum novarum, Mater et magistra, Populorum progressio, Laborem exercens, Solicitudo rei socialis, entre otros documentos. Dar doctrina, enseñar donde está la justicia y señalar los límites de la moral; recordar la prioridad del hombre sobre el trabajo, el derecho a un puesto en el tajo común, animar a la revisión de comportamientos abusivos y atentatorios contra la dignidad humana... es su cometido para bien de toda la humanidad; y son principios aplicables al campo y a la industria, al comercio y a la universidad, a la labor manual y a la alta investigación científica, es decir, a todo el variadísimo campo donde se desarrolle la actividad humana.

Nada más natural que fuera el titular de la nueva fiesta cristiana José, esposo de María y padre en funciones de Jesús, el trabajador que no lo tuvo nada fácil a pesar de la nobilísima misión recibida de Dios para la Salvación definitiva y completa de todo hombre; es uno más del pueblo, el trabajador nato que entendió de carencias, supo de estrecheces en su familia y las llevó con dignidad, sufrió emigración forzada, conoció el cansancio del cuerpo por su esfuerzo, sacó adelante su responsabilidad familiar; es decir, vivió como vive cualquier trabajador y probablemente tuvo dificultades laborales mayores que muchos de ellos; se le conoce en su tiempo como José «el artesano» y a Jesús se le da el nombre descriptivo de «el hijo del artesano». Y, por si fuera poco, los designios de Dios cubrían todo su compromiso. 

Fiesta sugiere honra a Dios, descanso y regocijo. Pues, ánimo. Honremos a Dios santificando el trabajo diario con el que nos ganamos el pan, descansemos hoy de la labor y disfrutemos la alegría que conlleva compartir lo nuestro con los demás.

11:25 p.m.

Por: . | Fuente: santiebeati.it

Monje Camaldulense

Martirologio Romano: En Verona, en la región de Venecia, san Gualfardo, quien, oriundo de Alemania y guarnicionero de profesión, después de pasar varios años en la soledad fue recibido por los monjes del monasterio de San Salvador, cerca de la ciudad (1127).
De origen germánico y de profesión guarnicionero (talabartero), san Gualfardo, obedeciendo a su deseo interior de una vida todo entregada a Dios, después de haber transcurrido algún tiempo en Verona, se apartó en soledad eremítica, como hicieron muchos jóvenes hombres de la Edad Media, en un lugar cerca del Adige.

Sobre el ejemplo de san Romedio, ermitaño en el Val di Non en Trentino, pasadas en este lugar solitarios veinte años de aislamiento, luego algunos barqueros que navegaron por el río lo descubrieron, obligándolo así a trasladarse a Verona cerca de la iglesia de San Pedro.

Después de cierto tiempo, pasó a la iglesia de la Santísima Trinidad fuera de los muros de la ciudad y por fin fue acogido caritativamente como oblato, por los monjes camaldulenses de San Salvador de Corteregia en Verona, con los que permaneció durante diez años hasta su muerte.

Mediante la oración incesante, las vigilias nocturnas, los ayunos, las penitencias, logró llegar a los más altos grados de la contemplación y santidad; todo lo anterior estaba entretejido con gracias tales como equilibrio, serenidad, modestia y prudencia, que reflejaban su paz interior y su íntima unión con Dios.

Un monje contemporáneo, que fue el autor de la primera hagiografía de San Gualfardo, describió el fervor que aquel ponía en la santa conversación con los fieles y con los camaldulenses; además relató muchos milagros que obró en vida y después de muerto.

Murió en el convento de Verona el 30 de abril de 1127; los veroneses celebran la fiesta el 1° de mayo como protector de los guarnicioneros, mientras que el orden Camaldulense y el Martirologio Romano, lo recuerda el 30 de abril, aniversario de su nacimiento al cielo.

Reproducido con autorización de Santiebeati.it

responsable de la traducción: Xavier Villalta


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11:25 p.m.

Por: José María Iraburu | Fuente: hispanidad.tripod.com/hechos.htm || Foro Abril

Madre de la Iglesia Católica en Canadá

Martirologio Romano: En Québec, en Canadá, santa María de la Encarnación Guyart Martin, la cual, siendo madre de familia, después de la muerte de su esposo confió a su hijo, aún pequeño, a los cuidados de su hermana e, ingresando en las Ursulinas, estableció la primera casa de este Instituto en Canadá, distinguiéndose por su actividad (†1672).

Etimológicamente: María = Aquella señora bella que nos guía, es de origen hebreo.

Fecha de beatificación: 22 de julio de 1980 por el Papa Juan Pablo II
Fecha de canonización: Culto universal confirmado el 3 de abril de 2014, por S.S. el Papa Francisco.

Breve Biografía


Francesa, nació en 1599 María Guyart, de familia humilde, en Tours, y a pesar de sentir muy pronto la vocación religiosa, fue en 1617 dada en matrimonio al comerciante Claudio Martin, que murió a los dos años, dejándole un hijo, también llamado Claudio. Y aunque todavía hubo de trabajar un tiempo como administradora de una empresa de su cuñado, ya en 1621 hizo voto de virginidad perpetua.

En esos mismos años, de trabajos y ajetreos, tuvo notables visiones de la Trinidad y del Verbo encarnado, recibiendo en 1627 la gracia mística del matrimonio espiritual. En 1631 ingresó, por fin, en las Ursulinas de Tours, en donde su vida mística alcanzó más altos vuelos. Tomó el nombre de María de la Encarnación.

En 1639, con la joven María de San José, pasó a América para fundar en Quebec (Canadá). Guardando allí clausura conventual, fue desde entonces el alma de las misiones en la Nueva Francia. Son años de altísima vida mística, reflejada en admirables escritos y en miles de cartas. María de la Encarnación, en medio de guerras y revueltas, incertidumbres y martirios, avances misionales y retrocesos, fue como el corazón de la Iglesia naciente, ayudando a unos, aconsejando a otros, y animando a todos.

Para entrar mejor en la vida misional, aprendió pronto las lenguas nativas, el iroqués, el montañés, el algonquino y el hurón, hasta el punto de que compuso diccionarios y catecismos. Uniendo a la oración y a la penitencia su palabra encendida, convertía con la gracia de Dios a las personas, llamándolas a perfección. Su mismo hijo Claudio llegó a ser un excelente benedictino, y escribió más tarde la biografía de su madre (París 1677).

En una ocasión confesaba la santa: "Gracias a la bondad de Dios, nuestra vocación y nuestro amor por los indígenas jamás han disminuido. Yo los llevo en mi corazón e intento, muy dulcemente, mediante mis oraciones, ganarlos para el cielo. Existe siempre en mi alma un deseo constante de dar mi vida por su salvación" (Herencia 528).

María de la Encarnación murió en 1672 con gran fama de santidad. Declarada venerable en 1911, fue beatificada el 22 de junio 1980, como «Madre de la Iglesia católica en el Canadá», por S.S. Juan Pablo II.

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11:25 p.m.

Por: . | Fuente: UruguayArgentinasCC.org.ar

Fundadora de la
Congregación de las Hermanas de la Caridad Cristiana

Martirologio Romano: En Paderborn, en Alemania, beata Paulina von Mallinckrodt, virgen, fundadora de las Hermanas de la Caridad Cristiana, para atender a los niños pobres y ciegos y auxiliar a los enfermos y pobres (1881).

Etimológicamente: Paulihna = Aquella de pequeño tamaño, es de origen latino.

Paulina von Mallinckrodt nace el 3 de junio de 1817 en Minden, Westfalia. Es la mayor de los hijos de Detmar von Mallinckrodt, de religión protestante y alto funcionario de gobierno del estado de Prusia y de su esposa, la baronesa Bernardine von Hartmann, de religión católica, originaria de Paderborn.

Desde pequeña absorbe con avidez la formación cristiana que le imparte su madre, con amor. De ella hereda una fe profunda, un gran amor a Dios y a los pobres y una férrea adhesión a la Iglesia católica y a sus pastores. Herencia paterna son la firmeza de carácter, los sólidos principios, el respeto hacia los demás y el cumplimiento de la palabra empeñada.

Parte de su niñez y juventud pasa Paulina en Aquisgrán, adonde fue trasladado su padre. Por la temprana muerte de su madre, Paulina, cuando sólo cuenta 17 años de edad, toma en sus manos la dirección de su casa y la educación de sus hermanos menores Jorge y Hermann y de la pequeña Berta. Cumpliendo su tarea a plena satisfacción de su padre, encuentra tiempo y medios para ponerse al servicio de tantos pobres que por los cambios técnicos, económicos y sociales de su siglo, sufren de miserias materiales y espirituales. En Aquisgrán, con sus amigas, cuida enfermos, niños y jóvenes.

A los 18 años recibe el sacramento de la Confirmación y se hace habitual en ella la Misa diaria. Un poco más tarde su confesor le permite la comunión diaria, algo infrecuente en esa época. Fruto de la Confirmación es también la decisión de Paulina de consagrar su vida entera al servicio de Dios.

Cuando su padre se retira del servicio estatal y se instala con su familia en Paderborn, prosigue Paulina su actividad caritativa. Invita y entusiasma a señoras y jóvenes a colaborar en el cuidado de enfermos pobres; pero ante todo le parece necesaria la educación e instrucción de los niños pobres.

Funda para ellos una guardería y acoge niños ciegos para cuidarlos e instruirlos. Impulsada por la fuerza de la gracia, organiza la Liga Femenina para el cuidado de los enfermos pobres. Luego funda un jardín de infantes para atender a los niños de las madres que deben trabajar fuera de su hogar para ganar el sustento diario de la familia. La fundación de este kindergarten en 1840 fue una idea novedosa y de avanzada para proteger y dar un ambiente de contención y afecto a estos niños que no podían ser cuidados por sus madres.

Llega hasta las chozas de los pobres para aliviar sus miserias; los ayuda, consuela, exhorta y ora con los enfermos, sin temer ni la suciedad ni los contagios, sino por el contrario, lo afronta todo con una sonrisa dedicando gran parte de su vida en un incansable servicio en favor de los que sufren. "Nunca he encontrado a una persona como ella; es difícil describir la imagen tan atrayente y emotiva de su vivir en Dios" escribe en una carta su prima Bertha von Hartmann.

En 1842 poco después de la muerte del señor von Mallinckrodt, le confían a Paulina el cuidado de unos niños ciegos muy pobres. Ella los atiende con la exquisita afabilidad que la caracteriza. Y como Dios sabe guiar todo según sus planes, son los niños ciegos los que darán origen a la Congregación, porque a Paulina la admiten en distintas congregaciones religiosas pero no así a los ciegos. Paulina pide una vez más consejo a Monseñor Antonio Claessen quien después de escucharla atentamente y de hacer mucha oración le hace ver que ella está llamada por Dios a fundar una Congregación. Y obtenida la aprobación del Obispo de Paderborn Monseñor Francisco Drepper, el 21 de agosto de 1849 funda la Congregación de las Hermanas de la Caridad Cristiana, Hijas de la Bienaventurada Virgen María de la Inmaculada Concepción con tres compañeras más. Pronto se abren otros campos de actividad: hogares para niños y escuelas.

Bendecida por la Iglesia, la Congregación florece y se extiende rápidamente en Alemania; pero como toda obra grata a Dios, debe ser probada por el sufrimiento; la prueba no tarda en llegar. El Canciller von Bismark emprende en 1871 una dura lucha contra la Iglesia católica. Una tras otra ve la Madre Paulina cómo se van cerrando y expropiando las casas de la Congregación en Alemania.

Con su profundo espíritu de fe la Madre Paulina ve la mano de Dios en esta persecución religiosa. Las casas de la joven Congregación fueron confiscadas, las Hermanas expulsadas, la fundación parecía llegar a su fin. Pero justamente así produjo frutos, se extendió por Estados Unidos y América Latina.

En la misma época de las persecuciones en Alemania llegan muchos pedidos de Hermanas desde Estados Unidos y Sudamérica para enseñar a los niños inmigrantes alemanes. Paulina respondió enviando pequeños grupos de Hermanas a Nueva Orleans en 1873.

En los siguientes meses se enviaron más grupos de religiosas a los Estados Unidos y ella misma hizo dos largos viajes a América para constatar en persona las necesidades del Nuevo Mundo, donde fundó al poco tiempo una Casa Madre en Wilkesbarre, Pennsylvania. Desde entonces las Hermanas abrieron además casas en las arquidiócesis de Baltimore, Chicago, Cincinnati, New York, Philadelphia, St. Louis, y St. Paul, y en la diócesis de Albany, Belleville, Brooklyn, Detroit, Harrisburg, Newark, Sioux City y Syracuse.

En noviembre de 1874 arriban las primeras religiosas a la diócesis de Ancud, en Chile, solicitadas por Monseñor Francisco de Paula Solar. De allí partirían unos años más tarde hacia el Río de la Plata, en 1883 a Melo, Uruguay, y en 1905 a Buenos Aires, Argentina.

A fines de década de 1870 la persecución religiosa terminó en Alemania y las Hermanas pudieron volver desde Bélgica a su patria donde prosiguieron con su obra. La Comunidad había crecido en integrantes y en misiones durante los años de opresión. La Madre Paulina volvió a Paderborn después de su viaje a América en 1880. A los pocos meses, ante el dolor de las Hermanas, la Madre Paulina enfermó gravemente de neumonía y murió el 30 de abril de 1881.

S.S. Juan Pablo II la beatificó el 14 de Abril de 1985.

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5:09 p.m.



SAN JOSÉ BENITO DE COTTOLENGO


PRESBÍTERO



En Chieri, cerca de Torino, en el Piamonte, san José Benito Cottolengo, presbítero, que, confiando solamente en el auxilio de la Divina Providencia, abrió una casa para acoger a toda clase de pobres, enfermos y abandonados (1842). 


Etimológicamente: José = Aquel al que Dios ayuda, es de origen hebreo.

Etimológicamente: Benito = Aquel a quien Dios bendice, es de origen latino.

Pío IX la llamaba “la Casa del Milagro”. El canónico Cottolengo, cuando las autoridades le ordenaron cerrar la primera fase, ya repleta de enfermos, como medida de precaución al estallar la epidemia de cólera en 1831, cargó sus pocas cosas en un burro, y en compañía de dos Hermanas salió de la ciudad de Turín, hacia un lugar llamado Valdocco. En la puerta de una vieja casona leyó: “Taberna del Brentatore”. La volteó y escribió: “Pequeña Casa de la Divina Providencia”. Pocos días antes le había dicho al canónigo Valletti con sencillez campesina: “Señor Rector, siempre he oído decir que para que los repollos produzcan más y mejor tienen que ser transplantados.

La “Divine Providencia” será, pues, transplantada y se convertirá en un gran repollo...”. 

José Cottolengo nació en Bra, un pueblo al norte de Italia. Fue el mayor de doce hermanos, y estudió con mucho provecho hasta conseguir el diploma de teología en Turín.

Después fue coadjutor en Corneliano de Alba, en donde celebraba la Misa de las tres de la mañana para que los campesinos pudieran asistir antes de ir a trabajar. 

Les decia: “La cosecha será mejor con la bendición de Dios”. Luego fue nombrado canónigo en Turín. Aquí tuvo que asistir, impotente, a la muerte de una mujer, rodeada de sus hijos que lloraban, y a la que se le habían negado los auxilios más urgentes, porque era sumamente pobre. Entonces José Cottolengo vendió todo lo que tenía, hasta su manto, alquiló un por de piezas y comenzó así su obra bienhechora, ofreciendo albergue gratuito a una anciana paralítica. 

A la mujer que le confesaba que no tenía ni un centavo para pagar el mercado, le dijo: “No importa, todo lo pagará la Divina Providencia”. Después del traslado a Valdoceo, la Pequeña Casa se amplió enormemente y tomó forma ese prodigio diario de la ciudad del amor y de la caridad que hoy el mundo conoce y admire con el nombre de “Cottolengo”. Dentro de esos muros, construidos por la fe, está la serene laboriosidad de una república modelo, que le habría gustado al mismo Platón. 

La palabra “minusválido” aquí no tiene sentido. Todos son “buenos hijos” y para todos hay un trabajo adecuado que ocupa la jornada y hace más sabroso el pan cotidiano.

Les decía a las Hermanas: “Su caridad debe expresarse con tanta gracia que conquiste los corazones. Sean como un buen plato que se sirve a la mesa, ante el cual uno se alegra”. Pero su buena salud no resistió por mucho tiempo al duro trabajo. “El asno no quiere caminar” comentaba bonachonamente. En el lecho de muerte invitó por última vez a sus hijos a dar gracias con él a la Providencia. Sus últimas palabras fueron: “In domum Domini íbimus” (Vamos a la casa del Señor). Era el 30 de abril de 1842.

Hermanos Franciscanos

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