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La II República española, proclamada el 14 de abril de 1931, llegó impregnada de fuerte anticlericalismo. Apenas un mes más tarde se produjeron incendios de templos en Madrid, Valencia, Málaga y otras ciudades, sin que el Gobierno hiciera nada para impedirlos y sin buscar a los responsables para juzgarles según la ley. Los daño fueron inmensos, pero el Gobierno no los reparó ni material ni moralmente, por lo que fue acusado de connivencia. La Iglesia había acatado a la República no sólo con respeto sino también con espíritu de colaboración por el bien de España. Estas fueron las instrucciones que el Papa Pío XI y los obispos dieron a los católicos. Pero las leyes sectarias crecieron día por día. En este contexto fue suprimida 1a Compañía de Jesús y expulsados los jesuitas.

Durante la revolución comunista de Asturias (octubre de 1934) derramaron su sangre muchos sacerdotes y religiosos, entre ellos le diez Mártires de Turón (9 Hermanos de las Escuelas Cristianas y un Pasionista, canonizados el 21 de noviembre de 1999).

Durante el primer semestre de 1936, después del triunfo del Frente Popular, formado por socialistas, comunistas y otros grupos radicales, se produjeron atentados más graves, con nuevos incendios de templos, derribos de cruces, expulsiones de párrocos, prohibición de entierros y procesiones, etc., y amenazas de mayores violencias.

Éstas se desataron, con verdadero furor, después del 18 de julio d 1936. España volvió a ser tierra de mártires desde esa fecha hasta el 1 de abril de 1939, pues en la zona republicana se desencadenó la mayor persecución religiosa conocida en la historia desde los tiempos del Imperio Romano, superior incluso a la Revolución Francesa.

Fue un trienio trágico y glorioso a la vez, el de 1936 a 1939, que debe ser fielmente recordado para que no se pierda la memoria histórica.

Al finalizar la persecución, el número de mártires ascendía a casi diez mil: 13 Obispos; 4.184 Sacerdotes diocesanos y seminaristas, 2.365 Religiosos, 283 Religiosas y varios miles de seglares, de ambos sexos, militantes de Acción Católica y de otras asociaciones apostólicas, cuyo número definitivo todavía no es posible precisar.

El testimonio más elocuente de esta persecución lo dio Manuel de Irujo, ministro del Gobierno republicano, que en una reunión del mismo celebrada en Valencia -entonces capital de la República-, a principios de 1937, presentó el siguiente Memorándum:

«La situación de hecho de la Iglesia, a partir de julio pasado, en todo el territorio leal, excepto el vasco, es la siguiente: a) Todos los altares, imágenes y objetos de culto, salvo muy contadas excepciones, han sido destruidos, los más con vilipendio. b) Todas las iglesias se han cerrado al culto, el cual ha quedado total y absolutamente suspendido. e) Una gran parte de los templos, en Cataluña con carácter de normalidad, se incendiaron. d) Los parques y organismos oficiales recibieron campanas, cálices, custodias, candelabros y otros objetos de culto, los han fundido y aún han aprovechado para la guerra o para fines industriales sus materiales. e) En las iglesias han sido instalados depósitos de todas clases, mercados, garajes, cuadras, cuarteles, refugios y otros modos de ocupación diversos. f) Todos los conventos han sido desalojados y suspendida la vida religiosa en los mismos. Sus edificios, objetos de culto y bienes de todas clases fueron incendiados, saqueados, ocupados y derruidos. g) Sacerdotes y religiosos han sido detenidos, sometidos a prisión y fusilados sin formación de causa por miles, hechos que, si bien amenguados, continúan aún, no tan sólo en la población rural, donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje, sino en las poblaciones. Madrid y Barcelona y las restantes grandes ciudades suman por cientos los presos en sus cárceles sin otra causa conocida que su carácter de sacerdote o religioso. h) Se ha llegado a la prohibición absoluta de retención privada de imágenes y Objetos de culto. La policía que practica registros domiciliarios, buceando en el interior de las habitaciones, de vida íntima personal o familiar, destruye con escarnio y violencia imágenes, estampas, libros religiosos y cuanto con el culto se relaciona o lo recuerde ».

Y el cardenal arzobispo de Tarragona, Francisco Vidal y Barraquer (1868-1943), que se hallaba refugiado en Italia y fue invitado por el Gobierno republicano en 1938 para que regresara a su diócesis, dijo:

«¿Cómo puedo yo dignamente aceptar tal invitación, cuando en las cárceles continúan sacerdotes y religiosos muy celosos y también seglares detenidos y condenados, como me informan, por haber practicado actos de su ministerio, o de caridad y beneficencia, sin haberse entrometido en lo más mínimo en partidos políticos, de conformidad a las normas que les habían dado?».

Y añadía: «Los fieles todos, y en particular los sacerdotes y religiosos, saben perfectamente los asesinatos de que fueron víctimas muchos de sus hermanos, los incendios y profanaciones de templos y cosas sagradas, la incautación por el Estado de todos los bienes eclesiásticos y no les consta que hasta el presente la Iglesia haya recibido de parte del Gobierno reparación alguna, ni siquiera una excusa o protesta».

Sobre esta persecución son esenciales la obra de Antonio MONTERO MORENO, Historia de la persecución religiosa en España. 19361939 (Madrid, BAC, 1960, reimpresa en 1999) y los libros de Vicente CÁRCEL ORTÍ, La persecución religiosa en España durante la Segunda República (1931-1939) (Madrid, Rialp, 1990), Mártires españoles del siglo XX (Madrid, BAC, 1995), Buio sull´altare. La persecuzione religiosa spagnola, 1931-1939 (Roma, Città Nuova, 1999), La gran persecución. España 1931-1939 (Barcelona, Planeta, 2000), Mártires del siglo XX. Cien preguntas y respuestas (Valencia, Edicep, 2001) y Persecuciones religiosas y mártires del siglo XX (Madrid, Palabra, 2001). Sobre los de Valencia cf. V. CÁRCEL ORTÍ y R. FITA REVERT, Mártires valencianos del siglo XX (Valencia, Edicep, 1998).

LOS MÁRTIRES

A los sacerdotes, religiosos y seglares que entregaron sus vidas por Dios el pueblo comenzó a llamarles mártires porque no tuvieron ninguna implicación política ni hicieron la guerra contra nadie. Por ello, no se les puede considerar caídos en acciones bélicas, ni víctimas de la represión ideológica, que se dio en las dos zonas, sino mártires de la fe.

Los mártires que beatificó el Santo Padre Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001, demuestran la unidad y diversidad eclesial y esta celebración resulta pastoralmente significativa, porque ve unidos en un único rito a muchos mártires de una misma archidiócesis y tiene las siguientes características:

- la representatividad eclesial del grupo de mártires, pues hay sacerdotes, religiosos y seglares, que son expresión de los numerosos carismas y familias de vida consagrada;

- la representatividad de la Iglesia en España porque este grupo representa 37 diócesis. Todos ellos se encontraban en Valencia desarrollando sus respectivos ministerios y actividades apostólicas y algunos de ellos han sido unidos en el proceso por competencia, en base a la normativa canónica vigente;

- el elevado número de sacerdotes seculares y de seglares, pues es la primera vez que son beatificados 40 miembros de los presbíteros diocesanos de Valencia (37) y Zaragoza (3), así como 22 mujeres y 20 hombres y jóvenes, miembros de la entonces floreciente Acción Católica Española y de otras asociaciones de apostolado seglar, de todas las edades, profesiones y estado social;

- el actual contexto pastoral favorable, que ha despertado interés en las diócesis españolas hacia esta página gloriosa de la reciente historia. Ésta había quedado un tanto olvidada, pero testimonia la fe y la fidelidad de la Iglesia en España y, más en concreto, en Valencia que tuvo sus orígenes a principios del siglo IV en el martirio diácono Vicente. El desarrollo de los procesos, las correspondientes catequesis y la fama martyrii han llevado a las comunidades, cristianas a un mayor interés y devoción hacia los mártires.

Por ello, la beatificación de todos ellos juntos es sumamente oportuna y es de desear que susciten una vida cristiana más intensa, un mayor fervor espiritual y un renovado interés por mantener viva la memoria de estos gloriosos testigos de la Fe.

El clima espiritual favorable creado por el Gran Jubileo del 2000 ha permitido que, concluido el largo proceso canónico, pudiera celebrarse esta beatificación el 11 de marzo de 2001, como primer fruto espiritual del Año Santo apenas terminado.

Estos mártires fueron los primeros beatos del Tercer Milenio.

ESPIRITUALIDAD DE ESTOS MÁRTIRES

La mayoría de los sacerdotes y seglares no necesitaban el martirio para ser beatificados, porque ya en vida tenían famade santos algunos de ellos se llegó a decir que eran tan buenos, que precisamente por eso fueron martirizados.

Todos ellos fueron hombres y mujeres muy ejemplares, plenamente entregados a sus ministerios respectivos, Los sacerdote: de seminaristas fueron modelos por sus virtudes, por su amor Eucaristía y por su devoción a la Virgen. Se entregaron de lleno parroquias: culto litúrgico, confesiones, catequesis, apostolado los jóvenes, visitas asiduas a los enfermos, ayuda a los pobres y necesitados fueron sus principales actividades apostólicas.

Lo mismo hay que decir de los religiosos y religiosas, desarrollaban una intensa labor apostólica y social en colegios, a y hospitales; una labor que nunca fue suficientemente reconocida. Muchos de ellos, además de mártires de la fe, fueron apóstoles caridad, de la enseñanza religiosa y de la formación humana.

Los sacerdotes fueron semejantes al santo cura de Ars cumplimiento de su ministerio, semejantes en todo a otro párroco valenciano, que no fue mártir, pero tiene abierto el proceso de beatificación: el Beato José Bau Burguet, párroco de Masarrochos, fallecido en 1932. Éste influyó decisivamente en la formación espiritual de los sacerdotes valencianos del primer tercio del siglo XX.

Los hombres, mujeres y jóvenes eran muy piadosos, muy entregados a la Iglesia y a todas sus obras de caridad y apostolado; nacieron y vivieron en familias de antigua tradición cristiana, recibieron una formación religiosa muy sólida y vivieron una auténtica vida cristiana, alimentada diariamente con la Eucaristía, la devoción a la Virgen, el rezo del Santo Rosario y otras devociones particulares; vivieron entregados apostólicamente a sus respectivas parroquias a través de la Acción Católica y de otras asociaciones apostólicas; dieron siempre un testimonio coherente de vida cristiana, que culminó con el martirio. Todos ellos fueron martirizados única y exclusivamente por motivos religiosos, murieron amando y perdonando a sus verdugos y diciendo "¡Viva Cristo Rey"!, porque tuvieron un sentido teológico muy profundo de la realeza de Cristo y porque éste fue el grito con el que los cristianos hicieron frente a los totalitarismos del siglo XX.

Hoy los veneramos en los altares como mártires de la fe cristiana, porque la Iglesia ha reconocido oficialmente que entregaron sus vidas por Dios durante la persecución religiosa de 1936. No les debemos llamar caídos en guerra, porque no fueron a la guerra ni la hicieron contra nadie, pues eran personas pacíficas, que desarrollaban normalmente sus actividades en sus pueblos y parroquias; tampoco les podemos llamar víctimas de la represión política, porque los motivos fundamentales de sus muertes no fueron de carácter político o ideológico sino religioso: porque eran sacerdotes o religiosos, porque eran seglares católicos practicantes, muy comprometidos con la Iglesia en la defensa y promoción de la fe cristiana.

LOS PROCESOS CANÓNICOS

Durante la persecución religiosa republicana la Archidiócesis de Valencia pagó uno de los mayores tributos de sangre (361 sacerdotes, 373 hombres y jóvenes de Acción Católica, 93 Mujeres de Acción Católica y varios centenares de religiosos de diversos institutos masculinos y femeninos fueron martirizados) y esto explica el hecho de que en ella se abrieron la mayoría de los procesos de beatificación que ese 11 de marzo llegaron a su punto final.

Impulsados por los arzobispos Mareclino Olaechea (1946-1966) y José María García Lahiguera (1969-1978), Siervo de Dios, así como por el Presbiterio Diocesano y el Foro de Laicos, lo mismo que por las respectivas Ordenes y Congregaciones religiosas, Valencia dedicó muchas energías humanas para que estos procesos pudieran llegar a su conclusión y fueran un instrumento de evangelización, especialmente en los campos de la catequesis, de la pastoral juvenil y de la promoción vocacional.

Todos los procesos canónicos de los Siervos de Dios que el 11 de marzo de 2001 fueron beatificados fueron instruidos en la archidiócesis de Valencia, a excepción del de los Franciscanos Conventuales (n. 99 a 104), que se hizo en Barcelona, y el del Beato Francisco Castelló Aleu (n. 233), que se instruyó en Lleida.

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LOS NOMBRES DE LOS MÁRTIRES

CAUSA DE LOS SACERDOTES DIOCESANOS,
MUJERES, HOMBRES Y JÓVENES DE ACCIÓN CATÓLICA
Y DE OTRAS ASOCIACIONES APOSTOLICAS
DE LA ARCHIDIÓCESIS DE VALENCIA

(Decreto de la Congregación de las Causas de los Santos, leído
ante el Santo Padre el 18 de diciembre de 2000)

SACERDOTES DIOCESANOS

1. Beato José Aparicio Sanz, Arcipreste de Enguera (* Enguera, 12-III-1893 †Picadero de Paterna, 29-XII-1936) Martirizado junto con su coadjutor (n. 12).

2. Beato Fernando González Añón, Párroco de Turís (* Turís, 17-II-1886 †27-VIII-1936).

3. Beato Juan ventura solsona, Arcipreste de Villahermosa del Río (* Villahermosa del Río, Castellón, 1875 †Castillo de Villamalefa, Castellón, 17-IX-1936).

4. Beato José ruiz bruixola, Párroco de San Nicolás, de Valencia (* Foios 1857, 30-III-1857 †Gilet, 29-X-1936).

5. Beato Ramón martí soriano, Cura Regente de Vallada (* Burjassot, 7-X-1902 †Carretera de Godella a Bétera, 27-VIII-1936).

6. Beato Joaquín vilanova camallonga,Coadjutor de lbi (* Ontinyent, 6-X-1888 † Ibi, Alicante, 29-VII-1936).

7. Beato Enrique morant pellicer, Cura de Barx (*Bellreguard, 13-X-1908 †Xeraco, 3-X-1936).

8. Beato Carmelo Sastre Sastre, Párroco de Piles (* Pego, Alicante, 21-XII-1890 †Palma de Gandía, 15-VIII-1936).

9. Beato Vicente ballester far, Capellán de las Agustinas de Xábia (*Benidoleig, Alicante, 4-II-1888 †Carretera de Teulada a Benissa, Alicante, 23-IX-1936).

10. Beato Ramón Esteban bou pascual, Cura Regente de Planes (* Benimantell, Alicante, 12-X-1906 †La Nucía, Alicante, 15-X-1936).

11. Beato Pascual ferrer botella, Capellán de San Vicente de Algemesí (* Algemesí, 9-XI-1894 †Sueca, 24-IX-1936).

12. Beato Enrique juan requena, Coadjutor de Enguera (* Aielo de Malferit, 2-III-1903 †Picadero de Paterna, 29-XII-1936). Martirizado junto con su párroco (n. l).

13. Beato Elías carbonell mollá, Coadjutor de Cocentaina (*Cocentaina, Alicante, 20-XI-1869 †Sax, Alicante, dióc. Orihuela, 2-X-1936). Martirizado junto con su hermano Juan (n. 14).

14. Beato Juan Carbonell Mollá, Coadjutor de Cocentaina (*Cocentaina, Alicante, 6-VI-1874 †Sax, Alicante, dióc. Orihuela, 2-X-1936). Martirizado junto con su hermano Elías (n. 13).

15. Beato Pascual Penadés Jornet, Regente de Bélgida (* Montaverner, 3-1-1894 †Puerto de Cárcer, 15-IX-1936).

16. Beato Salvador Ferrandis Seguí, Párroco de Pedreguer (* L´Orxa, Alicante, 25-V-1880 †Carretera del Vergel, Alicante, 3-VIII-1936).

17. Beato José Toledo Pellicer, Coadjutor de Banyeres (*Llaurí, 15-VII-1909 †El Saler de Valencia, 10-VIII-1936).

18. Beato Fernando García Sendra, Cura de Sagra (*Pego, Alicante, 31-III 1905 †La Pedrera de Gandía, 18-IX- 1936).

19. Beato José García Mas, Capellán del Ecce-Homo de Pego (* Pego, Alicante, 11-VI-1896 †La Pedrera de Gandía, 18-IX-1936).

20. Beato José María Segura Penadés, Coadjutor de Ontinyent (* Ontinyent, 13-X- 1896 †Genovés, 11 -IX- 1936).

21. Beato Salvador Estrugo Solves, Capellán del Hospital de Alberic (* Alzíra, 12-X- 1862 † Alberie, 10-VIII- 1936).

22. Beato Vicente Sicluna Hernández, Párroco de Navarrés (* Valencia, 30-IX-1859 †Bolbaite, 22-IX-1936).

23. Beato Vicente María Izquierdo Alcón, Párroco de La Pobla de Farnals (* Mosqueruela, Teruel, 25-V-1891 †Rafelbunyol, 18-VIII-1936).

24. Beato José María Ferrándiz Hernández, Arcipreste de Alcoi (* El Camp de Mirra, Alicante, 11-VIII-1879 †Rotglá, 24-IX-1936).

25. Beato Francisco Ibáñez Ibáñez, Abad de la Colegiata de Xátiva (*Penáguila, Alicante, 22-IX-1876 †Llosa de Ranes, 19-VIII-1936).

26. Beato José González Huguet, Párroco de Cheste (*Alaquás, 23-1-1874 †Ribarroja, 12-X-1936).

27. Beato José Fenollosa Alcayna, Canónigo de la Colegiata de San Bartolomé, de Valencia (* Rafelbunyol, III-1903 †Sagunto, 27-IX-1936).

28. Beato Félix Yuste Cava, Párroco de San Juan y San Vicente, de Valencia (*Chulilla, 21-II-1887 †El Saler de Valencia, 14-VIII-1936).

29. Beato Vicente Pelufo Corts, Capellán de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, de Alzíra (* Alzira, 26-11-1868 †11-IX-1936).

30. Beato José Canet Giner, Vicario de Catamarruch (*Bellreguard, 24-VIII-1903 †La Pedrera de Gandía, 4-X-1936).

31. Beato Francisco Sendra Ivars, Cura Regente de Calpe (*Benissa, Alicante, 23-1V-1899 Teulada, Alicante, 4-1X-1936).

32. Beato Diego Llorca Llopis, Coadjutor de Benissa (* Oliva, 2-VII- 1896 †Gata de Gorgos, Alicante, 6-1X- 1936).

33. Beato Alfonso Sebastiá Vinals, Director de la Escuela de Formación Social de Valencia (* Valencia, 27-V-1910 †Paterna, 1-IX-1936).

34. Beato Germán Gozalbo Andreu, Misacantano de Torrent (* Torrent, 30-VIII-1933 †Monserrat, 22-IX-1936).

35. Beato Gonzalo Viñes Masip, Canónigo de la Colegiata de Xátiva (* Xàtiva, 19-I-1883 †Valles, 10-XII- 1936).

36. Beato Vicente Rubiols Castelló, Cura Párroco de La Pobla Llarga (*Gandía, 13-III-1874 †La Pobla Llarga, 4-VIII-1936).

37. Beato Antonio Silvestre Moya, Cura Ecónomo de Santa Tecla, de Xàtiva (*L´Ollería, 26-X-1892 †El Saler de Valencia, 7-VIII-1936).

MUJERES DE ACCIÓN CATÓLICA

38. Beata Amalia Abad Casasempere. Viuda y madre de dos hijas. Dedicada a sus labores. (*Alcoi, Alicante, 11-XII-1897 †Beníllup, Alicante, 21-IX-1936).

39. Beata Ana María Aranda Riera. Soltera. Sus labores. (* Denia, Alicante, 24-1-1888 †Paterna, 14-X-1936).

40. Beata Florencia Caerols Marúnez. Soltera. Obrera textil. Caudete, Albacete, 20-II-1890 †Rotglá Corbera, 2-X-1936).

41. Beata María Climent Mateu. Martirizada junto con su madre. Sus labores. (Xàtiva, 13-V-1887 †20-VIII- 1936).

42. Beata Társila Córdoba Belda. Madre de tres hijos fallecidos, viuda. Sus labores. (*Sollana, 8-V-1861 †Algemesí, 17-X-1936).

43. Beata Francisca Cualladó Baixauli. Soltera. Modista (* Valencia 3-XII-1890†Benifaió, 19-IX-1936).

44. Siervade Dios María Teresa Ferraguid Roig. Martirizada a sus 83 añosjunto con sus cuatro hijas, religiosas de clausura (n. 117, 118, 119 y 122).Sus labores. (* Algemesí, 14-1-1853 †Alzira 25-X-1936).

45. Beata Luisa María Frias Cañizares. Soltera. Profesora de la Universidad de Valencia. (* Valencia, 20-VI-1896 †Paterna, 6-XII-1936).

46. Beata Encarnación Gil Valls. Soltera. Maestra nacional. (* Ontinyent, 27-1-1888 †Ollería, 24-IX-1936).

47. Beata María Jordá Botella. Soltera. Sus labores. (* Alcoi, Alicante, 26-1-1905 †Benifállím, Alicante, 27-IX-1936)

48. Beata Hermínia Martínez Amigó. Martirizada junto con su marido. Sus labores. (*Puzol, 31-VII-1887 †Gilet, 26-IX-1936).

49. Beata María Luisa Montesinos Orduna. Martirizada junto con su padre, sus tres hermanos y su tío. Sus labores. (* Valencia, 3-III-1901†Picassent, 31-1-1937).

50. Beata Josefina Moscardó Montalvá. Soltera. Sus labores. (* Alzira, 10-1V-1880 †22-1X-1936).

51. Beata María del Olvido Noguera Albelda. Sus labores. (* Carcaixent, 30-XII-1903 †Benífairó de Valldigna, 30-XI-1936.

52. Beata Crescencia Valis Espí. Martirizada junto con sus tres hermanas. Sus labores. (*Ontinyent, 9-VI-1863 † 20-1X-1936).

53. Beata María de la Purificación Vidal Pastor. Soltera. Sus labores. (* Alzira, 14-IX-1892 † Corbera, 21-IX-1936).

54. Beata María del Carmen Viel Ferrando. Soltera. Sus labores. (* Sueca, 27-XI-1893 †El Saler de Valencia, 4-XI-1936).

55. Beata Pilar Villalonga Villalba. Soltera. Sus labores (* Valencia, 22-1-1891 †Burjassot, 11-XII-1936).

56. Beata Sofia Ximénez Ximénez. Viuda, madre de dos hijos. Sus labores. Martirizada junto con su hermana Puri­ficación, religiosa (n. 204) y con otra religiosa (n. 205). (* Valencia, 15-X-1876 †Paterna, 23-IX-1936).

HOMBRES Y JÓVENES DE ACCIÓN CATÓLICA

57. Beato Rafael Alonso Gutiérrez. Casado, padre de seis hijos. Administrador de correos. (* Ontinyent, 14-VI-1890 †Agullent, 11-VIII-1936). Martirizado junto con Carlos Díaz (n. 60).

58. Beato Marino Blanes Giner. Casado, padre de nueve hijos. (* Alcoi, Alicante, 17-IX-1888 †8-IX-1936).

59. Beato José María Corbín Ferrer. Soltero. Univer­sitario. (* Valencia, 26-XII-1914 †Santander, en el barco-prisión "Alfonso Pérez", 27-XII-1936).

60. Beato Carlos Díaz Gandía. Casado, padre de una niña de ocho meses. (* Ontinyent, 25-XII- 1907 †Agullent, 11 -VIII- 1936). Martirizado junto con Rafael Alonso (n. 57)

61. Beato Salvador Damián Enguix Garés. Viudo, padre de seis hijos. Veterinario. (* Alzira, 27-IX- 1862 †29-X- 1936).

62. Beato Ismael Escrihuela Esteve, Casado, padre de tres hijos. (* Tavernes de Valldigna, 20-V-1902 †Picadero de Paterna 9-IX-1936).

63. Beato Juan Bautista Faubel Cano. Casado, padre de tres hijos. Pirotécnico. (* Llíria, 3-I-1889 †Paterna, 28-VIII-1936).

64. Beato José Ramón Ferragud Girbés.Casado, padre de ocho hijos. Labrador. (*Algemesí, 10-X-1887 †Alzira, 24-IX-1936).

65. Beato Vicente Galbis Gironés. Casado, padre de un hijo. Abogado. (* Ontinyent, 9-IX-1910 † Benisoda, 21-IX-1936).

66. Beato Juan Gonga Marúnez. Soltero. Oficinista. (* Carcaixent, 25-111-1911 begin_of_the_skype_highlighting              25-111-1911      end_of_the_skype_highlighting †Simat de Valldigna, 13-XI-1936).

67. Beato Carlos López Vidal. Casado, sin hijos. Segundo sacristán de la Colegiata de Gandía. (* Gandía, 15-XI- 1894 †La Pedrera de Gandía, 6-VIII- 1936).

68. Beato José Medes Ferrís. Casado, sin hijos. Martirizado junto con sus tres hermanos religiosos. (* Algernesí, 13-1-1885 †Alcudia de Carlet 12-XI-1936).

69. Beato Pablo Meléndez Gonzalo. Abogado y periodista. Casado, padre de diez hijos. Martirizado junto con su hijo Alberto. (* Valencia, 7-XI-1876 †Castellar, 23-XII-1936).

70. Beato José Perpiñá Nácher. Casado. Telegrafista y abogado. (* Sueca, 22-II-1911 †Picadero de Paterna, 29-XII-1936).

71. Beato Arturo Ros MONTALT. Casado y padre de seis hijos, Trabajador de la yutera. (* Vinalesa, 26-X-1901 † Moncada, 28-VIII-1936).

72. Beato Pascual Torres Lloret. Casado y padre de cuatro hijos. Constructor. (*Carcaixent, 23-I-1885 †6-IX-1936).

73. Beato Manuel Torró Garúa. Casado, sin hijos. Aparejador. (* Ontinyent, 2-VII-1902 †Benisoda, 21-IX-1936).

74. Beato José María Zabal Blasco. Casado, padre de tres hijos. Empleado de la Estación del Norte de Valencia. (* Valencia, 20-III-1898 † Picadero de Paterna 8-XII-1936).

CAUSA DE LA ORDEN DE PREDICADORES
(DOMINICOS) O.P.

(Decreto del 20 de diciembre de 1999)

Este grupo comprende 18 frailes predicadores de la provincia religiosa de Aragón, la cual fue erigida en 1301. A esta provincia pertenecieron San Vicente Ferrer, San Luis Bertrán y los beatos Dalmacio Moner y Francisco Coll.

Son los primeros dominicos españoles víctimas de la persecución religiosa de la II República española elevados al honor de los altares.

Nueve de los nuevos beatos eran miembros del convento de Calanda (Teruel), entonces casa de Formación; cinco de Valencia y cuatro de Barcelona.

A ellos se unen dos sacerdotes de la archidiócesis de Zaragoza.

75. Beato Jacinto Serrano López, vicario provincial (*´ Urrea de Gaén, Teruel, dióc. Zaragoza, 30-VII- 1901 †Puebla de Híjar, Teruel, 25-XI-1936).

76. Beato Luis Urbano Lanaspa, vicario provincial. (* Zaragoza, 3-VI-1882 † Valencia, 25-VIII-1936).

77. Beato Constantino Fernández Álvarez (* La Vecilla, León, 7-11-1907 † Valencia, 29-VIII- 1936).

78. Beato Rafael Pardo Molina, cooperador (* Valencia, 28-X-1899 † 26-IX-1936).

79. Beato Lucio Martínez Mancebo, maestro de novicios (* Vegas del Condado, León, 28-VII-1902 † Calanda, Teruel, 29-VII-1936).

80. Beato Antonio López Couceiro (* El Ferrol, La Coruña, dióc. Mondoñedo-El Ferrol, 15-XI-1869 † Calanda, Teruel, 29-VII-1936).

81. Beato Felicísimo Díez González (* Devesa de Curueño, León, 26-XI-1907 † Calanda, Teruel 29-VII-1936).

82. Beato Saturio Rey Robles (* Devesa de Curueño, León, 21-XII-1907 †Calanda, Teruel 29-VII-1936).

83. Beato Tirso Manrique Melero (* Alfaro, La Rioja, dióc. Calahorra y La Calzada, 26-I-1877 †Calanda, Teruel, 29-VII-1936).

84. Beato Gumersindo Soto Barros, cooperador (* Amil, La Coruña, 2 1 -X- 1869 †Calanda, Teruel, 29-VII- 1936

85. Beato Lamberto De Navascués y de Juan, novicio, cooperador (* Zaragoza, 18-V-1911 † Calanda, Teruel, 29-VII-1936).

86. Beato José María Muro Sanmiguel (* Tarazona, Zaragoza, 26-X-1905 † Castelserás, Teruel , 30-VII-1936).

87. Beato Joaquín Prats Baltueña, novicio, clérigo (* Zaragoza, 5-III-1915 †Castelserás, Teruel, 30-VII-1936).

88. Beato Francisco Calvo Burillo (* Hijar, Teruel, 21-XI-1881 † 2-VIII-1936).

89. Beato Francisco Monzón Romeo (* Hijar, Teruel, 29-111-1912 † 29-VIII-1936).

90. Beato Ramón Peiró Victorí (* Aiguafreda, Barcelona, 7-III-1891 † El Morrot, Barcelona, 21-VIII-1936).

91. Beato José María Vidal Segú (* Secuita, Tarragona, 3-II-1912 † Barcelona, IX-1936)

92. Beato Santiago Meseguer Burillo (* Híjar, Teruel, 1-V-1885 † Barcelona, XI-1936).

Sacerdotes de la archidiócesis de Zaragoza, incluidos en el proceso de los dominicos:

93. Beato Manuel Albert Ginés, coadjutor de Calanda. (* Calanda, Teruel, 3-X-1867 †29-VII-1936).

94. Beato Zósimo Izquierdo Gil, párroco de Castelserás (* Víllahermosa del Campo, 17-XII-1895 †Castelserás, 30-VII-1936).

CAUSA DE LA ORDEN FRANCISCANA
DE LOS FRAILES MENORES (O.F.M.)

(Decreto del 20 de diciembre de 1999)

95. Beato Pascual Fortuño Almela. Vicario del convento de Santo Espíritu del Monte. (*Villarreal de los Infantes, Castellón, dióc. Segorbe-Castellón, 5-III- 1886 † 7-IX-1936). Martirizado con un golpe de machete en el pecho.

96. Beato Plácido García Gilabert (* Benitachell, Alicante, dióc. Valencia, 1-I-1895 † Denia, Alicante, dióc. Valencia, 16-VIII-1936). Fue atrozmente mutilado y asesinado.

97. Beato Alfredo Pellicer Muñoz. Estudiante de Teología. (* Bellrreguard 10-IV-1914 † 4-X-1936). Fusilado.

98. Beato Salvador Mollar Ventura. Sacristán del colegio de Benissa. (* Manises 27-III-1896 † Paterna, 26-X-1936. Fusilado.

CAUSA DE LA ORDEN FRANCISCANA
DE LOS FRAILES MENORES CONVENTUALES
(O.F.M.Conv.)

(Decreto del 26 de marzo de 1999)

Estos seis mártires eran miembros de la comunidad religiosa de Granollers (Barcelona), la única que la Orden de los Frailes Menores Conventuales había erigido en España a principios del siglo XX, después de la supresión llevada a cabo por el rey Felipe II en 1567.

La violenta persecución que se levantó en el verano de 1936 sorprendió a los religiosos en sus puestos de trabajo, dispuestos a confesar su fidelidad a Cristo. En la tarde del 20 de julio, los milicianos de la F.A.I. quemaron la iglesia y el convento, mientras que todos los religiosos se dispersaron y buscaron refugio junto a amigos y bienhechores. Sin embargo, muy pronto fuero descubierto y, en fechas distintas, del 27 de julio a los primeros días de septiembre, fueron arrestados, encarcelados, juzgados sumariamente y, en fin, matados por el simple hecho de ser religiosos y sacerdotes franciscanos.

99. Beato Modesto Vegas Vegas. Sacerdote. (* La Serna, Palencia, 24-II-1912 † Llisa, Barcelona, 27-VII-1936)

100. Beato Dionisio Vicente Ramos. Sacerdote. (* Caudé, Teruel, 9-X-1871 † Granollers, Barcelona, 31-VII-1936). Martirizado junto con el siguiente.

101. Beato Francisco Remón Játiva. Hermano. (* Caudé, Teruel, 22-IX-1890 † Granollers, Barcelona, 31-VII-1936.

102. Beato Alfonso López López. Sacerdote. (* Secorún, Huesca, dióc. Jaca, 16-XI-1878 †Samalús, Barcelona, 3-VIII-1936). Martirizado junto con el siguiente.

103. Beato Miguel Remón Salvador. Hermano. (* Caudé, Teruel, 17-IX-1907 †Samalús, Barcelona, 3-VIII-1936).

104. Beato Pedro Rivera Rivera. Sacerdote. (* Villacreces, Valladolid, 3-IX-1912 † Barcelona, 1-IX-1936

CAUSA DE LA ORDEN FRANCISCANA
DE LOS FRAILES MENORES CAPUCHINOS
(O.F.M.Cap.)

(Decreto del 20 de diciembre de 1999)

En el grupo de los Mártires españoles de la Orden de los Frailes Capuchinos, hay 12 religiosos y 5 monjas clarisas Capuchinas. Los Capuchinos sacerdotes y hermanos, pertenecían todos a la Provincia religiosa de la « Preciosísima Sangre de Cristo » de Valencia, y fueron asesinados en distintos lugares, sin hacerles ningún proceso formal previo.

Todos ellos de edades diferentes que van de los 23 a los 80 años de edad, provenientes de las distintas fraternidades de la Provincia Religiosa, empeñados en trabajos y apostolados diversos, predicadores, confesores, profesores formadores, otros empeñados en los trabajos de servicio a la fraternidad y a la gente que se acercaba al Convento.

Se trata de los primeros Capuchinos españoles martirizados durante la persecución del 1936-1939 que son Beatificados.

A este grupo se añade una monja agustina hermana de tres de las Capuchinas con su madre que quiso estar junto a sus hijas hasta la muerte.

105. Beato Aurelio de Vinalesa (José Ample Alcaide). Sacerdote. (* Vinalesa, 3-II-1896 † Barranco de Carraixet, 28-VIII-1936).

106. Beato Ambrosio de Benaguacil (Luis Valls Ma­tamales). Sacerdote. (* Benaguasil, 3-V-1870 † Carretera de Valencia a Barcelona, 24­VIII-1936).

107. Beato Pedro de Benisa (Alejandro Mas Ginester). Sacerdote. (* Benissa, Alicante, 11 -XII- 1876 † Denia, Alicante, 26-VIII- 1936).

108. Beato Joaquín de Albocácer (José Ferrer Adell). Sacerdote. (* Albocásser, Castellón, 23-IV-1879 † Carretera de Puebla Tornesa a Villafamés, Castellón, 30-VIII- 1936).

109. Beato Modesto de Albocácer (Modesto García Martí). Sacerdote. (* Albocásser, Castellón, 18-I-1880 †13-VIII-1936).

110. Beato Germán de Carcagente (Jorge María Garrigues Hernández). Sacerdote. (*Carcaixent, 12-II-1895 †Carcaixent, junto al puente del Júcar, 9-VIII-1936).

111. Beato Buenaventura de Puzol (Julio Esteve Flores).Sacerdote. (* Puzol, 9-X-1897 † 26-IX-1936).

112. Beato Santiago de Rafelbuñol (Santiago Mestre Iborra). Sacerdote. (* Rafelbuñol, Valencia, 10-IV-1909 † Gilet, Valencia, 29-IX-1936).

113. Beato Enrique de Almazora (Enrique García Beltrán), Diácono. (*Almassora, Castellón, 16-III-1913 † Pedrera de Castellón) 16-VIII-1936).

114. Beato Fidel de Puzol (Mariano Climent Sanchis). Hermano. (* Puzol, Valencia, 8-I-1856 - Sagunto, Valencia, 27 septiembre 1936

115. Beato Berard de Lugar Nuevo de Fenollet (José Bleda Grau) Hermano. (* Lloch Nou de Fenollet, 23-VII-1867 †Genovés, 4-IX-1936)

116. Beato Pacífico de Valencia, lego (Pedro Salcedo Puchades). Hermano. (* Castellar, 24-II-1874 † Monteolivete, 12-X-1936).

Cinco religiosas capuchinas de la Orden de Santa Clara Monasterio de Agullent, incluidas en este proceso:

117. Beata María Jesús (María Vicenta Masiá Ferragud, (* Algemesí, 12-I-1882 - Cruz Cubierta de Alzira, 25 octubre 1936

118. Beata María Verónica (María Joaquina Masiá Ferragud) (* Algemesí, 15-VI-1884 - Idem).

119. Beata María Felicidad (María Felicidad Masiá Ferragud) (* Algemesí, 28-VIII-1890 - Idem).

Estas tres eran religiosas clarisas y fueron martirizadas junto con su anciana madre (n. 44) y otra hermana religiosa, agustina descalza (n. 122).

120. Beata Isabel Calduch Rovira (* Alcalá de Chivert, Castellón, dioc. Tortosa, 9-V-1882 † Cuevas de Vinromá, Castellón, dióc. Tortosa, 14 abril 1937). Del monasterio de Castellón de la Plana.

121. Beata Milagros Ortells Gimeno (* Valencia, 29-XI-1882 - Picadero de Paterna, 20 noviembre 1936). Del monasterio de capuchinas de la calle de Ruzafa, de Valencia.

122. Beata Josefa de la Purificación Masiá Ferragud. Agustina descalza (en el siglo: María Josefa Ramona). (* Algemesí, 1887). Martirizada el 25-X-1936 junto con su anciana madre (n. 44) y sus tres hermanas religiosas clarisas (n. 117, 118, 119).

CAUSA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
(JESUITAS) S.J.

(Decreto del 20 de diciembre de 1999)

Los Beatos Mártires jesuitas pertenecían al territorio de la Provincia de Aragón de entonces; eran siete padres y cuatro hermanos. A ellos se añade un laico, D. Luis Campos Górriz, antiguo alumno, congregante mariano y dirigente nacional de Acción Católica.

La Compañía de Jesús estaba legalmente disuelta en España desde 1932; los novicios y los jóvenes en formación, con sus profesores y formadores fueron acogidos por diversas provincias europeas y pudieron proseguir en ellas su formación. Un número apreciable de padres y hermanos continuaron viviendo dispersos y en clandestinidad, realizando sus ministerios con grandes dificultades y en medio de circunstancias adversas. A partir del comienzo de la guerra civil (julio 1936) la persecución religiosa se hizo más intensa y sus vidas estaban en peligro. De hecho, más de un centenar de jesuitas sufrieron el martirio durante esos años.

Entre los que la Iglesia se dispone ahora a beatificar había superiores de comunidad y operarios, enfermeros y electricistas, rectores y profesores de Colegios, un eminente profesor de Derecho Canónico, directores de Congregaciones Marianas, así como los que se dedicaban con especial predilección a los más pobres y a trabajar con la juventud obrera. Sabían que sus vidas estaban en peligro, se les ofreció ocultarse o huir, pero prefirieron permanecer consolando a sus hermanos, celebrando la eucaristía y el ministerio de conciliación. Testimoniaron su fidelidad a Cristo y a su Iglesia no ocultaron su identidad de religiosos y jesuitas, ofreciendo sus personas a seguir al Rey eternal en la pena hasta el derramamiento de la sangre.

123. Beato Tomás Sidar Fortiá (* Girona, 1866 - Cruz Blanca, carretera de Albaida a Gandía, 19-VIII-1936), superior de la residencia de Gandía.

124. Beato Constantino Carbonell Sempere (* Alcoi, 1866 - Tavernes de Valldigna, Valencia, 23 agosto 1936)

125. Beato Pedro Gelabert Amer (* Manacor, Mallorca, 1887 - Tavernes de Valldigna, Valencia, 23-VIII-1936).

126. Beato Ramón Grimaltós Monllor (* La Pobla Llarga, Valencia, 1861 - Tavernes de Valldigna, 23 agosto 1936).

127. Beato Pablo Bori PUIG (* Vilet de Maldá, Lérida, 1864 - Benimaclet, 29 septiembre 1936).

128. Beato Vicente Sales Genovés (* El Grao de Valencia, 1881 - Picadero de Paterna, 29 septiembre 1936).

129. Beato José Tarrats Comaposada (* Manresa, Barcelona, 1878 - Barcelona, 28 septiembre 1936).

130. Beato Darío Hernández Morató (* Buñol, 1880 - Paterna, 29 septiembre 1936).

131. Beato Narciso Basté Basté (* San Andrés de Palomar, Barcelona, 1866 - Paterna, 15 octubre 1936).

132. Beato Alfredo Simón Colomina (* Valencia, 1877 - Paterna, 29 noviembre 1936).

133. Beato Juan Bautista Ferreres Boluda (* L´Ollería, 1861 - Cárcel de San Miguel de los Reyes de Valencia, 29 diciembre 1936). Murió víctima de los sufrimientos padecidos antes de que llegaran los asesinos.

134. Beato Luis Campos Górriz, Congregante mariano y antiguo alumno de los Jesuitas (* Valencia, 1905 - Picadero de Paterna, 28-XI-1936).

CAUSA DE LA SOCIEDAD SALESIANA
DE SAN JUAN BOSCO (SALESIANOS) S.D.B.

(Decreto del 20 de diciembre de 1999)

Los Salesianos martirizados en la España republicana fueron 88, a los que se añaden dos Salesianas y cinco seglares Cooperadores. La mayoría fueron asesinados por separado o en grupos reducidos en lugares, situaciones y fechas muy diferentes, a causa de la dispersión obligada en diversos domicilios muchas veces en grandes ciudades. La mayor parte murieron sin ningún juicio previo, pocos con uno de mero trámite, y sólo nos consta un juicio formal en el Tribunal de Espionaje y Alta Traición de Barcelona: en él fue condenado a muerte el sacerdote don Julio Junyer Padern el 23 de marzo de 1938, sentencia que se cumplió al ser fusilado en los fosos de Montjuïe el 26 de abril de 1938.

La Provincia Salesiana Tarraconense en aquellas fechas abarcaba: Cataluña, Valencia, Baleares y Aragón. Un buen grupo de sus religiosos se hallaba en el Colegio Salesiano de Valencia, de la calle Sagunto, practicando los Ejercicios Espirituales que todos los hijos del Beato Don Bosco solían tener cada verano. Recordaremos primero a los salesianos sacrificados junto con el Provincial, después a los que sufrieron la muerte en Barcelona y por último a otros dispersos en otras diócesis.

El primer grupo de Salesianos martirizados está formado por nueve religiosos de la Comunidad de Valencia, detenidos todos ellos en julio de 1936 y ejecutados en lugares distintos:

135. Beato José Calasanz Marqués. Sacerdote, Inspector de la Provincia Tarraconense. (* Azanuy, Huesca, 23-XI-1872 † Valencia 29-VII-1936)

136. Beato Jaime Buch Canals. Coadjutor. (* Bescanó, Girona, 9-IV-1889 † El Saler de Valencia, 31-VII-1936).

137. Beato Juan Martorell Soria. Sacerdote. (* Picassent, Valencia, 1-IX-1889 †Valencia, 10-VIII-1936).

138. Beato Pedro Mesonero Rodríguez. Clérigo. (* Aldearrodrigo, Salamanca, 29-V-1912 † El Vedat de Torrent VIII-1936).

Los cinco que siguen, después de haber pasado algunos meses en San Miguel de los Reyes y en la Cárcel Modelo de Valencia, fueron fusilados en el Picadero de Paterna el 9 de diciembre de 1936.

139. Beato Antonio Marún Hernández. Sacerdote (* Calzada de Béjar, Salamanca, 18-VII-1885).

140. Beato Recaredo de los Ríos Fabregat. Sacerdote. (* Bétera, Valencia, 11-I-1893).

141. Beato Julián Rodríguez Sánchez. Sacerdote. (* Salamanca, 16-X-1896).

142. Beato José Giménez López. Sacerdote. (* Cartagena, Murcia, 31-X-1904).

143. Beato Agustín García Calvo. Coadjutor. (* Santander, 3-II-1905).

A la Comunidad Salesiana de Alcoi (Alicante) pertenecían:

144. Beato José Otín Aquilé. Sacerdote. (* Huesca, 22-XII-1901 † Valencia, 1-XI-1936).

145. Beato Alvaro Sanjuan Canet. Sacerdote. (* Alcocer de Planes, Alicante, 26-IV-1908 † Villena, 2-X-1936).

Pertenecían a la Comunidad Salesiana de Sarriá (Barcelona):

146. Beato Francisco Bandrés Sánchez. Sacerdote. (* Hecho, Huesca, 24-1V-1896 †Barcelona, 3-VIII-1936).

147. Beato Sergio Cid Pazo. Sacerdote. (* Allariz, Orense, 24-IV-1884 †Barcelona, 30-VII-1936).

148. Beato José Batalla Parramón. Sacerdote. (* Abella, Lleida, 15-1-1873 † Barcelona, 4-VIII-1936).

149. Beato José Rabasa Bentanachs. Sacerdote. (* Noves (Lleida), 26-VII-1862 †Barcelona, 8-VIII-1936).

150. 150. Beato Gil Rodicio Rodicio. Coadjutor. (* Requejo, Orense, 20-III-1888 † Barcelona, 4.VIII.1936).

151. Beato Angel Ramos Velázquez. Coadjutor. (* Sevilla, 9-III-1876 † Barcelona, 11-X- 1936)

152. Beato Felipe Hernández Martínez. Estudiante de Teología. (* Villena, Alicante, 14-III-1913 † Barcelona, 27-VII-1936).

153. Beato Zacarías Abadía Buesa. Clérigo. (*Almuniente, Huesca, 5-XI-1913 †Barcelona, 27-VII-1936).

154. Beato Jaime Ortiz Alzueta. Coadjutor. (* Pamplona, 24-V-1913 † Barcelona, 27-VII-1936).

155. Beato Javier Bordás Piferer. Clérigo. (* San Pol de Mar, Barcelona, 24-IX-14 †Barcelona, 23-VII-1936).

156. Beato Félix VIVET TRABAL. Clérigo. (* San Félix de Torelló, Barcelona, 23-I-1911 † Esplugues, Barcelona, 25-VIII-1936).

157. Beato Miguel Domingo Cendra. Clérigo. (* Caseres, Tarragona, 1-III- 1909 †Prat de Compte, Tarragona, 12-VIII-1936).

De la Comunidad Salesiana del Tibidabo, de Barcelona:

158. Beato José Caselles Moncho. Sacerdote. (* Benidoleig, Alicante, 8-VIII-1907 † Barcelona, 27-VII-1936).

159. Beato José Castell Camps. Sacerdote. (* Ciudadela, Menorca, 12-X-1902 †Barcelona, 28-VII-l936).

De la Comunidad Salesiana de la calle de Rocafort, de Barcelona:

160. Beato José Bonet Nadal. Sacerdote. (* Santa María de Montmagastrell, Lleida, 26-XII-1875 † barcelona, 13-VIII-1936).

161. Beato Jaime Bonet Nadal. Sacerdote. (* Santa María de Montmagastrell, Lleida, 4-VIII-1884 † Tárrega, 18.VIII.1936). Primo hermano del anterior.

De la Comunidad Salesiana de Sant Vicent dels Horts, Barcelona:

162. Beato Alejandro Planas Saurí Fiel laico, célibe. (* Mataró, Barcelona, 31-X-1878 †Garraf, 19-XI-1936) Conocido como El Sord, por lo que no pudo profesar salesiano, aunque lo fue por voluntad y dedicación.

163. Beato Elíseo García GarcíA. Coadjutor. (* El Manzano, Salamanca, 25-VIII-1907 † Garraf, 19-XI-1936)

De la comunidad Salesiana de Girona:

164. Beato Julio Junyer Padern. Sacerdote. (* Vilamaniscle, Girona, 30-X-1892 †Monjuic, 26-IV-1938). Condenado a muerte el 23-X-1938, por el Tribunal de Espionaje y Alta Traición, que manifestó su odio al sacerdote.

El 6 de septiembre de 1936 alcanzaron el Martirio en Barcelona dos Hijas de María Auxiliadora, del colegio de Santa Dorotea de Sarriá (Barcelona), unidas en su renuncia a la libertad para atender a una hermana enferma, unidas también al dar la vi Cristo:

165. Beata María del Carmen Moreno Benítez, f.m.a. (* Villamartín, Cádiz, 1885).

166. Beata María Amparo Carbonell Muñoz, f.m.a (* Alboraia, Valencia, 9-XI-1893).

CAUSA DE LOS TERCIARIOS CAPUCHINOS
DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES T. C.
(Decreto del 18 de diríembre de 2000)

Guiado por el Espíritu, el padre Luis Amigo dijo a sus seguidores: Vosotros, zagales del Buen Pastor, sois los que habéis de ir en pos de la oveja descarriada hasta volverla al aprisco. Y no temáis perecer en los despeñaderos y precipicios en que os habréis de poner para salvar la oveja perdida; ni os arredren zarzales ni emboscadas. Les confió así la misión de ser, entre los niños y jóvenes desadaptados, testigos del amor misericordioso de Cristo, que vino a buscar al que estaba perdido.

Y consciente, además, de que el amor se testifica desviviéndose por la persona amada, les invitó a que estuviesen dispuestos a sacrificar incluso la propia vida en el servicio a sus muchachos. Y al trasluz de la estampa del Buen Pastor, la vida de los diecinueve amigonianos beatificados cobra un significado especial. Algo similar sucede también con la vida de la laica amigoniana Carmen García Moyón. A mediados de aquel año 1936, obligados por las autoridades, tuvieron que abandonar muchas de las instituciones que regían en favor del menor desadaptado. La mayoría de sus co­munidades fueron dispersadas y sus bienes patrimoniales enajenados, cuando no destruidos.

Todos ellos, -con su actitud de dar libremente la vida y de afrontar los últimos momentos de pie, como María, y con las sandalias puestas, al estilo de quien no huye ante las dificultades- constituyen un acabado ejemplo de lo que significa ser zagal del Buen Pastor.

167. Beato Vicente Cabanes Badenas. Sacerdote. (* Torrente, 25-II-1908 †Bilbao, 30-VIII-1936). Después de haberle disparado cuatro tiros lo dejaron por muerto, pero pudo ser llevado al hospital de Basurto, donde murió.

168. Beato José Arahal de Miguel (Bienvenido María de Dos Hermanas). Sacerdote. (* Dos Hermanas, Sevilla, 17-VI-1887 †Madrid, 1-VIII-1936). Fue martirizado bárbaramente, abierto en canal y expuesto su cuerpo al público.

169. Beato Salvador Chullá Ferrandis (Ambrosio María de Torrente). Sacerdote. (*Torrente, Valencia, 16-IV-1866 † Torrente, 18-IX-1936).

170. Beato Manuel Ferrer Jordá (Benito María de Burriana). Hermano. (* Burriana, Castellón, 26-XI-1872 † Masía de Calabra Turís, 16-IX-1936).

171. Beato Crescencio García Pobo. Sacerdote. (* Celadas, Teruel, 15-IV-1903 † Madrid, 3-X-1936).

172. Beato Vicente Gay Zarzo (Modesto Modesto María de Torrente). Hermano. (* Torrente, Valencia, 19-I-1885 † Torrente, 18-IX-1936).

173. Beato Urbano Gil Sáez (* Albarracin, Teruel, 9-111-1901 † La Pobla de Vallbona, Valencia, 23-VIII-1936).

174. Beato Agustín Hurtado Soler (Domingo Miaría de Alboraya). Sacerdote. (*Alboraya, 28-VIII-1872 † Madrid, 15-VIII-1936).

175. Beato Vicente Jaunzarás Gómez (Valentín María de Torrente). Sacerdote. (* Torrente, Valencia, 6-III-1896 † Torrente, 18-IX-1936).

176. Beato Salvador Ferrer Cardet (Laureano María de Burriana). Sacerdote (* Burriana, Castellón, 13-VIII-1884 † Masiá de Calabra 16-IX-1936).

177. Beato Manuel Legua Martí (León María de Alacuás). Sacerdote. (* Alacuás, Valencia, 23-IV-1875 † Madrid, 26-IX-1936).

178. Beato Justo Lerma Marúnez (Francisco María de Torrente). Hermano. (* Torrente, Valencia, 12-XI-1886 - Torrente, 18-IX-1936).

179. Beato José María Llópez Mora (Recaredo María de Torrente). Hermano. (* Torrente, Valencia, 22-VIII-1874 † Torrente, 18-IX-1936).

180. Beato José Llosá Balaguer. Hermano. Benaguacil, Valencia, 23-VIII-1901 †Benisanó, Valencia, 7-X-1936).

181. Beato Pablo Martínez Robles (Bernardino María de Andujar). Hermano. (* Andujar, Jaén, 28-I-1879 † Masiá de Calabra, Turís, 16-IX-1936).

182. Beato Florentin Pérez Romero. Sacerdote. (*Valdecuenca, Teruel, 14-III-1904 †La Pobla de Vallbona, Valencia, 23-VIII-1936).

183. Beato José María Sanchís Monpó (Gabriel María de Benifayó). Hermano. (*Benifayó, Valencia, 8-X-1858 † Benifayó, 16-VIII-1936).

184. Beato Francisco Tomás Serer. Sacerdote. (* Alcalalí, Alicante, 11-X-1911 † Madrid, 2-VIII-1936).

185. Beato Timoteo Valero Pérez. Sacerdote. (* Terriente, Teruel, 24-I-1901 †Vicalvaro, Madrid, 17-IX-1936).

Unida a este grupo, en el proceso canónico, está también:

186. Beata Carmela García Moyón. Cooperadora laica. (* Nantes, Francia, 13-IX- 1888 † Torrent, 30-1-1937). Después de haber intentado abusar de ella, los milicianos la rociaron de gasolina y la quemaron viva.

CAUSA DEL SACERDOTE
DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
(Dehoniano o Reparador) S.C.I.

(Decreto del 18 diciembre 2000)

187. Beato Mariano Juan María de la Cruz García Méndez (* San Esteban de los Patos, Ávila, 1891 † Silla, 23-VIII-1936). Párroco en la diócesis de Ávila desde 1916. En 1926 ingresó en la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús.

CAUSA DE LOS HERMANOS DE LAS ESCUELAS CRISTIANAS
F.S.C. Y RELIGIOSAS CARMELITAS DE LA CARIDAD

(Decreto del 20 diciembre 1999)

188. Beato Leonardo Olivera Buera, Capellán del Colegio de la Bonanova (Barcelona). (* Campo, Huesca, dióc. Barbastro, 6-III-1889 † El Saler de Valencia 23-X-1936). Sacerdote de Zaragoza. Había sido Párroco de Movera en Puente Gallego.

Los tres religiosos siguientes eran hermanos que formaban parte de la Comunidad del Colegio de la Bonanova y fueron martirizados juntos el 23 de octubre de 1936 en Benimaclet (Valencia).

189. Beato Ambrosio León (Pedro Lorente Vicente) (* Ojos Negros, Teruel, dióc. Zaragoza, 7-I-1914).

190. Beato Florencio Martín (Alvaro Ibáñez Lázaro) (* Godos, Teruel, dióc. Zaragoza, 12-VI-1913).

191. Beato Honorato Andrés (Andrés Zorraquim Herrero) Los dos religiosos siguientes formaban parte de la Comunidad de Cambrils (Barcelona) y fueron martirizados juntos en Paterna (Valencia) el 22 de noviembre de 1936.

192. Beato Elías Julián (Julián Tormo Sánchez) (* Torrijo del Campo, 17-XI-1900).

193. Beato Bertrán Francisco (Francisco Lahoz Moli) (* Campos, Teruel, 14-XII-1912).

Estas nueve religiosas formaban la comunidad del Colegio-Asilo de la Purísima, de Cullera (Valencia). Fueron asesinadas todas juntas en la playa del Saler, cerca de Valencia, el 19 de agosto de 1936, por un grupo de milicianos armados, que les habían obligado a subir a un camión con la excusa de trasladarlas a Valencia, después de haber asaltado el colegio y haberlas sometido a violencias.

194. Beata Elvira Torrentallé Parairede la Natividad de Nuestra Señora (* Balsareny, Barcelona, 29-VI-1883). Superiora de la comunidad.

195. Beata Rosa Pedret Rullde Nuestra Señora del Buen Consejo (* Falset, Tarragona, 5-XII-1864). Murió en el camino cuando la llevaban el 18 de agosto, para asesinarla.

196. Beata María Calaf Miracle De Nuestra Señora de la Providencia (* Bonastre, Tarragona, 18-XII-1871).

197. Beata Francisca de Amezúa Ibaibarriagade Santa Teresa (* Abadiano, Vizcaya, 9-III-1881).

198. Beata María Desamparados Giner Lísterdel Santísimo Sacramento (*El Grao de Valencia, 13-XII- 1877).

199. Beata Teresa Chambó Palés de la Divina Pastora (* Valencia, 5-II-1889).

200. Beata Agueda Hernández Amorósde Nuestra Señora de las Virtudes (* Villena, Alicante, 5-I-1893).

201. Beata María Dolores Vidal Cervera de San Francisco JAVIER (* Valencia, 31-1-1895).

202. Beata María de las Nieves Crespo Lópezde la Santísima Trinidad (* Ciudad Rodrigo, Salamanca, 17-IX-1897).

Las tres religiosas siguientes fueron martirizadas otros en lugaresy fechas:

203. Beata Ascensión Lloret Marcode San José de Calasanz (* Gandía, 21-V-1879 †7-IX-1936). Martirizada junto con su hermano Salvador, escolapio.

204. Beata María de la Purificación Ximénez Ximénez deSan José (* Valencia, 3-II-1871 - Benicalap, Valencia, 23-IX-1936). Martirizada junto con su hermana Sofía Ximénez (n. 56) y el hijo de ésta, Luis, y con la siguiente.

205. Beata María Josefa del Río Messade Santa Soffía (*Tarragona, 29-IV-1895 - Benicalap, Valencia, 23-OX-1936)

Las siguientes doce religiosas, de la Comunidad de la Casa de la Misericordia, fueron detenidas en la Cárcel de Mujeres y después cargadas en un camión con la excusa de llevarlas a una guardería de niños evacuados, y fueron martirizadas todas juntas en el Picadero de Paterna (Valencia), el 24 de noviembre de 1936.

206. Beata Niceta Plaja, Xifrade San Prudencia (* Torrent, Girona, 31-X-1863), Superiora de la Casa Misericordia.

207. Beata Paula Isla Alonsode Santa Anastasia (* Villalaín, Burgos, 28-VI- 1863).

208. Beata Antonia Gosens Sáez de Ibarrade San Timoteo (* Vitoria, 17-I-1870).

209. Beata Daría Campillo Paniaguade Santa Sofia (* Vitoria, 1 1-IX-1873).

210. Beata Erundina Colino Vegade Nuestra Señora del Carmen (* Lagarejos, Zamora, dióc. Astorga, 23-VII-1883).

211. Beata Consuelo Cuñado Gonzálezdel Santísimo Sacramento (* Bilbao, 1-I-1884).

212. Beata Concepción Odriozola Zabaliade San Ignacio. (* Azpeitia, Guipúzcoa, dióc. Vitoria, 8-II-1882).

213. Beata Feliciana de Uribe Orbede Nuestra Señora del Carmen (* Múgica, Vizcaya, dióc. Vitoria, 8-III-1893).

214. Beata Concepción Rodríguez Fernándezde Santa Magdalena (* Santa Eulalia de las Manzanas, León, dióc. Oviedo, 13-XII-1895).

215. Beata Justa Maiza Goicoecheade la Inmaculada (* Ataún, Guipúzcoa, dióc. Vitoria, 13-VII-1897).

216. Beata Clara Ezcurra Urrutiade Nuestra Señora de la Esperanza (* Mondragón, Guipúzcoa, dióc. Vitoria, 17-VIII-1896).

217. Beata Cándida Cayuso Gonzálezde Nuestra Señora de los Ángeles (* Ubiarco, Santander, 5-I-1901).

CAUSA DE UNA RELIGIOSA SERVITA

(Decreto del 18 de diciembre de 2000)

218. Beata María Guadalupe Ricart Olmos. Del Monasterio Servita del Pie de la Cruz, de Valencia. (* Albal, Valencia, 23-II-1881 † Silla, Valencia, 2-X- 1936). Su cuerpo fue hallado monstruosamente destrozado y desfigurado.

CAUSA DE LAS RELIGIOSAS DE LAS ESCUELAS PÍAS
(ESCOLAPIAS)

(Decreto del 28 de junio de 1999)

Este grupo está formado por seis religiosas de la Congregación de Hijas de María, Religiosas de las Escuelas Pías y dos exalumnas uruguayas laicas. Así pues, ocho mujeres dedicadas exclusivamente a la educación humano-cristiana de las niñas y jóvenes, a la promoción de la mujer, según su carisma, fueron martirizadas. Éstas son:

219. Beata María del Niño Jesús (María Baldillou Bullit). (* Balaguer, Lleida, dioc. La Seu de Urgel 6-11-1905).

220. Beata Presentación de la Sda. Familia (Pascuala Presentación Gallén Martí). (* Morella, Castellón de la Plana, dióc. Tortosa, 20-XI-1872).

221. Beata María Luisa de Jesús (María Luisa Girón Romera). (* Bujalance, Córdoba, 25-VIII-1887).

222. Beata Carmen de San Felipe Neri (Nazaria Gómez Lezaun). (* Eulz, Navarra, dióc. Pamplona, 27-VII-1869)

223. Beata Clemencia de San Juan Bautista (Antonia Riba Mestres). (* Igualada, Barcelona, dioc. Vich, 8-X-1893).

Estas cinco escolapias del colegio de Valencia, dada la situación persecutoria y antirreligiosa reinante en la ciudad, buscaron refugio en un piso de la calle de San Vicente, que el 8 de aosto de 1936 fue asaltado por unos milicianos. En un coche fueron llevadas a la playa del Saler, donde al amanecer de ese mismo día sellaron con su sangre su vida de fidelidad al Señor.

224. Beata María de Jesús (María de la Encarnación de la Yglesia de Varo). (* Cabra, Córdoba, 25-III-1891).

225. Beata Dolores Aguiar-Mella Díaz. (* Montevideo, Uruguay, 29-III-1897). De madre uruguaya y padre español.

226. Beata Consuelo Aguiar-Mella Díaz. (* Montevideo, Uruguay, 29-III-1898).

Madre María de la Iglesia y la laica uruguaya Dolores Aguiar-Mella desde finales de julio de 1936 vivían refugiadas en un piso en Madrid. Su hermana Consuelo Aguiar-Mella con su familia Después de haber pasado estos dos meses entre atropellos, registros domiciliarios, todo tipo de amenazas y persecución, el 19 de septiembre de 1936, Dolores fue detenida en la calle. Dos horas más tarde unos milicianos fueron a buscar a M. María de la Iglesia al piso donde estaba refugiada. Consuelo Aguiar-Mella, que momento se encontraba allí para conocer lo que había pasado con su hermana, la acompañó. Por su fe y convicciones cristianas, claramente manifestadas, las tres fueron detenidas y martirizadas a las afueras de Madrid. Dolores y Consuelo Aguiar-Mella Díaz son las primeras Beatas del Uruguay.

CAUSA DE UNA RELIGIOSA DE LA CONGREGACIÓN
DE RELIGIOSAS DE MARÍA INMACULADA
MISIONERAS CLARETIANAS

(Decreto del 18 de diciembre de 2000)

227. Beata María Patrocinio Giner Gomisde San Juan (Tortosa, 4-I-1874 - Portichol de Tavernes de Valldigna, 13-XI-1936). Por muchos años formadora de las jóvenes generaciones de claretianas y educadora en Carcagente. Fundadora de la comunidad y colegio en Puerto de Sagunto, Sufrió la primera persecución el año 1931. Entregó la vida por Cristo y su Evangelio ofreciéndola por la paz y reconciliación.

CAUSA DE DOS HERMANITAS
DE LOS ANCIANOS DESAMPARADOS

(Decreto del 18 de diciembre de 2000)

Las dos religiosas pertenecían a la Comunidad de Requena (Valencia) y fueron martirizadas juntas en el término municipal de Buñol (Valencia) el 8 de septiembre de 1936.

228. Beata Josefa de San Juan Ruano García (* Berja, Almería, 11-VII-1854).

229. Beata Dolores de Santa Eulalia Puig Bonany (* Berga, Barcelona, 12-VII-1857).

CAUSA DE TRES TERCIARIAS CAPUCHINAS
DE LA SAGRADA FAMILIA

(Decreto del 18 de diciembre de 2000)

La forma de vida que las identificó como Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia fue el seguimiento de Jesucristo como menores y penitentes, según los ideales de San Francisco de Asís y el espíritu legado por el Venerable Padre Luis Amigo, reflejado en las actitudes del Buen Pastor en la misión especifica de las obras de misericordia, corporales y espirituales, con los más pobres y necesitados.

La Sagrada Familia de Nazaret, desde su vida oculta y sencilla fue para ellas modelo de oración, humildad, vida de famila y disponibilidad a la Voluntad de Dios hasta el martirio.

En el ejercicio humilde de su apostolado fueron sorprendidas por la persecución religiosa, encontrando la muerte en Puzol y Gilet, localidades de la Provincia de Valencia (España), donde demostraron la solidez de su fe y la fidelidad a sus compromisos.

230. Beata M. Victoria Quintana Argos (Rosario de Soano) (* Soano, Santander, 13-V-1866 † Puzol, Valencia, 22-VIII­1936)

231. Beata María Fenollosa Alcaina (Francisca Javier de Rafelbuñol) (*Rafelbuñol, Valencia, 24-V-1901 † Gilet, Valencia, 27-IX-1936)

232. Beata Manuela Fernández Ibero (Serafína de Occhovi) (Ochovi, Navarra, dióc. Pamplona, 6-VIII-1872 † Pu

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11:36 p.m.

Virgen

Martirologio Romano: En París, Francia, santa Genoveva, virgen de Nanterre, que a los quince años, aconsejada por el obispo Germán de Auxerre, tomó el velo de las vírgenes. Animó a los habitantes de la ciudad, amedrentados por las incursiones de los hunos, y ayudó a sus conciudadanos en tiempo de hambre. ( c.500)

Etimológicamente: Genoveva = algunos autores le atribuyen origen Gales "Gwenhuifar", que significa "Aquella que es blanca como la espuma del mar" y otros le atribuyen origen Celta, su significado es "Aquella que es de origen noble o de buena casta".

Breve Biografía

Nació cerca de París en el año 422.  Muy niña, se encontró con San Germán, venerable Obispo, el cual le aconsejó que dedicara su vida a servir a Dios y al prójimo y así lo hizo.

A los 15 años formó con un grupo de amigas una asociación de mujeres dedicadas al apostolado y a ayudar a los pobres. No eran religiosas pero vivían muy santamente en su casa o en su sitio de trabajo, y asistiendo mucho al templo y ayudando todo lo más posible a los necesitados.

Genoveva practicaba de tan manera el recogimiento y apartamiento del mundo que durante los 40 días de cuaresma no salía de su casa sino para ir al templo o ayudar a algún necesitado. Y el resto del año hacía casi lo mismo.

Cuando tenía 30 años oyó que el terrible bárbaro llamado Atila se acercaba con 100,000 guerreros a sitiar a París y a destruirla a sangre y fuego. La gente quería salir huyendo pero Genoveva los convenció de que en vez de salir corriendo lo que debían hacer era ir al templo a rezar. Casi la linchan los cobardes, pero la mayoría le hizo caso y se dedicaron a orar.

Y la ciudad se salvó de ser atacada, pues el feroz Atila cuando ya venía llegando a París, cambió imprevistamente de rumbo y se dirigió hacia Orleans, pero por el camino le salieron al encuentro los ejércitos cristianos y lo derrotaron en la terrible batalla de los Campos Cataláunicos. Así se cumplió lo que había anunciado Genoveva, que si el pueblo oraba con fe la ciudad de París no sería atacada. Esto le dio una gran popularidad en esa capital.

Después llegó a París una espantosa escasez y carestía y la gente se moría de hambre. Genoveva en vez de quejarse reunió un buen grupo de hombres y se fue río arriba buscando víveres y volvió con las barcas llenas de comestibles y así salvó una vez más la ciudad.

Como los reyes Childerico y Clodoveo sentían por ella una gran veneración, logró obtener de ellos el perdón para muchos presos políticos que iban a ser ajusticiados.

Cuando Genoveva murió, muy anciana, el 3 de enero del año 502, ya la ciudad de París la consideraba su patrona, y todavía hoy, ella es la Patrona de París. Sobre su tumba se construyó un famoso templo, el cual en la Revolución Francesa fue destruido y en ese sitio levantaron el edificio llamado Panteón, donde los franceses entierran a sus héroes.

Los datos acerca de esta santa los conocemos porque los escribió Gregorio de Tours, unos veinte años después de haber muerto ella.

Santa Genoveva ha sido invocada en épocas de grandes calamidades públicas, y ha librado muchas veces a ciudades y pueblos de pestes, carestías e invasiones de enemigos.
 

Oración

Señor:
que a imitación de Santa Genoveva
amemos a nuestra patria
y a nuestros paisanos
no sólo con amor de palabras,
sino con amor que se demuestra en buenas obras
y que como ella,
estemos convencidos de que es mejor confiar en Dios
que confiar sólo en las ayudas humanas.
Amen.

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11:36 p.m.

XIX Papa

Griego de nacionalidad, hijo de Rufino, fue elegido el 21 de noviembre del 235 para suceder en la Sede de Pedro a San Ponciano y murió el 3 de enero del 236, por lo que su pontificado duró sólo cuarenta y tres días. Fue martirizado por orden del emperador Maximiano I. por haber ordenado a los notarios que recogieran asiduamente y conservaran las Actas de los mártires en los archivos de la Iglesia. Su cuerpo fue trasladado en la cripta de los papas de las catacumbas de S. Calixto. Las reliquias están guardadas hoy en la iglesia romana de S. Silvestre in capite.

Empezó también una recopilación oficial de las actas de la Iglesia, que guardó en un lugar llamado scrinium. La recopilación, que fue quemada con Diocleciano, se volvió a seguir más tarde y luego desapareció de nuevo en tiempos de Honorio III (1225).

Se le atribuye un decreto sobre la traslación de Obispos a otra sede, expedida a instancias de los prelados de Toledo y Sevilla.
 

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5:28 p.m.
SANTA GENOVEVA

VIRGEN




Nació cerca de París en el año 422.

Genoveva significa: "De buena familia". Muy niña, se encontró con San Germán, venerable Obispo, el cual le aconsejó que dedicara su vida a servir a Dios y al prójimo y así lo hizo.

A los 15 años formó con un grupo de amigas una asociación de mujeres dedicadas al apostolado y a ayudar a los pobres. No eran religiosas pero vivían muy santamente en su casa o en su sitio de trabajo, y asistiendo mucho al templo y ayudando todo lo más posible a los necesitados.

Genoveva practicaba de tan manera el recogimiento y apartamiento del mundo que durante los 40 días de cuaresma no salía de su casa sino para ir al templo o ayudar a algún necesitado. Y el resto del año hacía casi lo mismo.

Cuando tenía 30 años oyó que el terrible bárbaro llamado Atila se acercaba con 100,000 guerreros a sitiar a París y a destruirla a sangre y fuego. La gente quería salir huyendo pero Genoveva los convenció de que en vez de salir corriendo lo que debían hacer era ir al templo a rezar. Casi la linchan los cobardes, pero la mayoría le hizo caso y se dedicaron a orar.

Y la ciudad se salvó de ser atacada, pues el feroz Atila cuando ya venía llegando a París, cambió imprevistamente de rumbo y se dirigió hacia Orleans, pero por el camino le salieron al encuentro los ejércitos cristianos y lo derrotaron en la terrible batalla de los Campos Cataláunicos. Así se cumplió lo que había anunciado Genoveva, que si el pueblo oraba con fe la ciudad de París no sería atacada. Esto le dio una gran popularidad en esa capital.

Después llegó a París una espantosa escasez y carestía y la gente se moría de hambre. Genoveva en vez de quejarse reunió un buen grupo de hombres y se fue río arriba buscando víveres y volvió con las barcas llenas de comestibles y así salvó una vez más la ciudad.

Como los reyes Childerico y Clodoveo sentían por ella una gran veneración, logró obtener de ellos el perdón para muchos presos políticos que iban a ser ajusticiados.

Cuando Genoveva murió, muy anciana, el 3 de enero del año 502, ya la ciudad de París la consideraba su patrona, y todavía hoy, ella es la Patrona de París. Sobre su tumba se construyó un famoso templo, el cual en la Revolución Francesa fue destruido y en ese sitio levantaron el edificio llamado Panteón, donde los franceses entierran a sus héroes.

Los datos acerca de esta santa los conocemos porque los escribió Gregorio de Tours, unos veinte años después de haber muerto ella.

Santa Genoveva ha sido invocada en épocas de grandes calamidades públicas, y ha librado muchas veces a ciudades y pueblos de pestes, carestías e invasiones de enemigos.

Oración

Señor: que a imitación de Santa Genoveva amemos a nuestra patria y a nuestros paisanos no sólo con amor de palabras, sino con amor que se demuestra en buenas obras y que como ella, estemos convencidos de que es mejor confiar en Dios que confiar sólo en las ayudas humanas. Amen.

11:23 p.m.

Por: . | Fuente: Corazones.org

Obispo y Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de san Basilio Magno y san Gregorio Nacianceno, obispos y doctores de la Iglesia. Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia, apodado «Magno» por su doctrina y sabiduría, enseñó a los monjes la meditación de la Escritura, el trabajo en la obediencia y la caridad fraterna, ordenando su vida según las reglas que él mismo redactó. Con sus egregios escritos educó a los fieles y brilló por su trabajo pastoral en favor de los pobres y de los enfermos. Falleció el día uno de enero del año 379. Gregorio, amigo suyo, fue obispo de Sancina, en Constantinopla, y finalmente de Nacianzo. Defendió con vehemencia la divinidad del Verbo, y mereció por ello ser llamado «Teólogo». Murió el 25 de enero del año 390. La Iglesia se alegra de celebrar conjuntamente la memoria de tan grandes doctores.

Breve Biografía


San Gregorio Nacianceno, Llamado el Demóstenes cristiano por su elocuencia y, en la iglesia Oriental le dicen "el teólogo", por la profundidad de su doctrina y el encanto de su elocuencia. Es uno de los Padres Capadocios, muy cercano a los hermanos San Basilio y San Gregorio de Nicea, los llamados "Padres Capadocios" con quienes cooperó para derrotar la herejía arriana. Es uno de los cuatro grandes Doctores de la Iglesia Griega.

Nació en Nacianzo, Cappadocia (hoy en Turquia), el mismo año que su gran amigo San Basilio. Perteneció a una familia de santos: Su padre fue un judío converso, obispo de Nacianzo por 45 años (san Gregorio El Mayor), su madre, santa Nona. Sus hermanos, santos Cesáreo y Gorgonia;

Estudió en Cesarea, en Palestina, donde conoció a San Basilio. Estudió leyes por diez años en Atenas. Entre sus compañeros de estudio estaba San Basilio y el futuro emperador, Julián el Apóstata. Gregorio volvió a Nacianzo a los 30 años (aprox.) y se unió a San Basilio por 2 años en vida solitaria.

Aunque prefería la vida solitaria, regresó para ayudar a su padre anciano en la administración de la diócesis. Fue ordenado contra su voluntad por su padre en el 362. Huyó para volver a la vida monacal con Basilio. Pero en 10 semanas regresó a sus responsabilidades como sacerdote. Escribió una apología sobre las responsabilidades del sacerdote.

Alrededor del 372, fue consagrado obispo por S. Basilio de Sasima pero no lo aceptó. Siguió como coajutor de su padre. Esto causó la ruptura de la amistad entre Basilio y Gregorio pero se reconciliarion despues.

Se retiró por 5 años a un monasterio en Seleucia, Isauria. Al morir el emperador Valens se mietigó la persecución de los ortodoxos y un grupo de obispos lo invitaron a Constantinople. La ciudad había sido dominada por 30 años por los arianos. Fue nombrado obispo. Sufrió mucho por difamaciones y persecución de los arianos y otros herejes.

El Concilio de Constantinopla estableció y confirmó las conclusiones de Nicea. Poco después de su consagración como obispo de Constantinopla, sus enemigos pusieron en duda la validez de su elección en 381. El, para restaurar la paz, resignó. Volvió a Nacianzo, donde la cede estaba vacante y administró la diócesis hasta que eligieron a un sucesor. Alrededor del año 384 se retiró. Fue entonces que escribió sus famosos poemas y su autobiografía. Murió en Nacianzo 25 de enero de 389 o 390.

Enseñanza y escritos: 45 discursos, 244 cartas y 400 o más poemas. En la iconografía aparece como obispo oriental, con el palio y un libro.
 

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11:23 p.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

VIII Papa
Mártir

Martirologio Romano: En Roma, muerte de san Telesforo, papa, que, según recuerda san Ireneo, siendo el séptimo sucesor de los apóstoles, sufrió un glorioso martirio (c. 136).

Etimológicamente significa “el que cumple”. Viene de la lengua griega.

Estamos hoy luchando contra una cultura pagana que exalta la violencia y el sexo, entre otras cosas.

Pues bien, Telesforo, que murió el año 136, nació en Grecia y por razones de estudios y de su gran valía personal, se marchó a Roma en donde se ordenó de sacerdote para prestar un servicio mucho más abnegado a la Iglesia y a los pobres.

De los 14 obispos que siguieron a san Pedro en al papado hasta el fin del siglo II, cada uno de ellos está anotado en la lista de los mártires que dieron su vida por la fe en Cristo, y por no renegar de lo que Dios les había concedido.

El era un cristiano de proa. Su valentía era tan grande que no temía predicar la Palabra de Dios ante cualquiera, so pena de caer en sus garras mortíferas.

No cabe duda de que le hubiera sido muy fácil renegar de sus principios y así quedar bien con el emperador y, de este modo, salvar la vida de muchos cristianos.

Pero estoy seguro de que los mismos creyentes – de haberle hecho caso al emperador – se hubieran vuelto contra él.

Siempre hizo honor a su nombre. Cuando tuvo que suceder al Papa anterior, Sixto I, no se lo pensó dos veces. Lo guiaba su amor a Dios y su afán de extender su palabra por todas partes. ¡Ojalá que hubiera tenido – como hoy – páginas web en internet para poder comunicarse con todo el mundo! Como lo hacen hoy todas la diócesis sensibilizadas con el mensaje de Cristo Salvador.

San Irineo, un padre inteligente de la primitiva Iglesia, dice que Telesforo sufrió un glorioso martirio. Y tan es así que en todo el Oriente y en Occidente hay iglesias que lo honran y lo veneran después de tantos siglos. El emperador que reinaba en su tiempo era Adrián
En el arte se le representa como un Papa con un cáliz con tres Hostias.

¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

“Ha triunfado quien unió lo útil a lo agradable” (Horacio).

Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com


 

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11:23 p.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Etimológicamente significa “coronada de luz”. Viene de la lengua griega.

Todos los padres desean que sus hijos tengan una formación lo más completa posible. Es casi una ley natural.

Esta chica se sitúa históricamente en el siglo XVI. Y para mayor información, uno se puede acercar a la iglesia de Colomo, al lado de Parma, en donde se conserva el cuerpo de esta santa.

Esto constituyó un regalo inmenso ofrecido al archiduque Fernando de Borbón, duque de Parma, en 1784.

No hacía mucho tiempo que el mismo Papa Benedicto XIV había aprobado que se podía dar culto a esta santa.

Y como suele ocurrir a la muerte de un santo – al menos antes – la gente iba presurosa a buscar reliquias de ella. Así por ejemplo, su cabeza se puede ver en Cremona, justo al lado de una iglesia dominica.

Y hay que tener en cuenta que Estefanía no había nacido en ninguno de los dos sitios. Ella vino al mundo en el pueblo de Orzinuovi, en la provincia de Brescia, Italia.

Su padre era una persona comprometida en serio con el apostolado que todo creyente desempeña en la Iglesia por el bien de los demás.

A tal grado llegó su compromiso que, desde los 15 años pertenecía ya a la tercera orden dominica.
Su hija le siguió fielmente por los caminos que marca el Evangelio para aquellos que lo dejan todo con tal de ganar a Cristo.

No fue una chica aislada ni tristona. Al contrario, todo el mundo la veía con ánimos de luchadora, y emprendía obras que, a primera vista, parecerían absurdas o de locas.

De esta forma, fundó un convento en Soncino. Todo lo hacía por amor. Quien ama de verdad se siente feliz, aunque vengan las pruebas y tribulaciones.

Y a Estefanía le llegaron muy fuertes, pero las superó con energía y paciencia. En su cuerpo aparecieron los estigmas de la Pasión de Cristo. Murió el año 1530.

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5:28 p.m.
SAN BASILIO MAGNO

OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA






Memoria de los santos Basilio Magno y Gregorio Nazianceno, obispos y doctores de la Iglesia. Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia (hoy en Turquía), apellidado “Magno” por su doctrina y sabiduría, enseñó a los monjes la meditación de la Escritura, el trabajo en la obediencia y la caridad fraterna, ordenando su vida según las reglas que él mismo redactó. Con sus egregios escritos educó a los fieles y brilló por su trabajo pastoral en favor de los pobres y de los enfermos. Falleció el día uno de enero de 379. Gregorio, amigo suyo, fue obispo de Sancina, en Constantinopla y, finalmente, de Nacianzo. Defendió con vehemencia la divinidad del Verbo, mereciendo por ello ser llamado “Teólogo”. La Iglesia se alegra de celebrar conjuntamente la memoria de tan grandes doctores. (379) 


Etimológicamente: Basilio = Aquel que es un rey, es de origen griego.

Basilio nació en Cesarea, la capital de Capadocia, en el Asia Menor, a mediados del año 329. Por parte de padre y de madre, descendía de familias cristianas que habían sufrido persecuciones y, entre sus nueve hermanos, figuraron San Gregorio de Nicea, Santa Macrina la Joven y San Pedro de Sebaste. Su padre, San Basilio el Viejo, y su madre, Santa Emelia, poseían vastos terrenos y Basilio pasó su infancia en la casa de campo de su abuela, Santa Macrina, cuyo ejemplo y cuyas enseñanzas nunca olvidó. Inició su educación en Constantinopla y la completó en Atenas. Allá tuvo como compañeros de estudio a San Gregorio Nacianceno, que se convirtió en su amigo inseparable y a Juliano, que más tarde sería el emperador apóstata. 

Basilio y Gregorio Nacianceno, los dos jóvenes capadocios, se asociaron con los más selectos talentos contemporáneos y, como lo dice éste último en sus escritos, “sólo conocíamos dos calles en la ciudad: la que conducía a la iglesia y la que nos llevaba a las escuelas”. Tan pronto como Basilio aprendió todo lo que sus maestros podían enseñarle, regresó a Cesárea. Ahí pasó algunos años en la enseñanza de la retórica y, cuando se hallaba en los umbrales de una brillantísima carrera, se sintió impulsado a abandonar el mundo, por consejos de su hermana mayor, Macrina. Esta, luego de haber colaborado activamente en la educación y establecimiento de sus hermanas y hermanos más pequeños, se había retirado con su madre, ya viuda, y otras mujeres, a una de las casas de la familia, en Annesi, sobre el río Iris, para llevar una vida comunitaria.

Fue entonces, al parecer, que Basilio recibió el bautismo y, desde aquel momento, tomó la determinación de servir a Dios dentro de la pobreza evangélica. Comenzó por visitar los principales monasterios de Egipto, Palestina, Siria y Mesopotamia, con el propósito de observar y estudiar la vida religiosa. Al regreso de su extensa gira, se estableció en un paraje agreste y muy hermoso en la región del Ponto, separado de Annesi por el río Iris, y en aquel retiro solitario se entregó a la plegaria y al estudio. Con los discípulos, que no tardaron en agruparse en torno suyo, entre los cuales figuraba su hermano Pedro, formó el primer monasterio que hubo en el Asia Menor, organizó la existencia de los religiosos y enunció los principios que se conservaron a través de los siglos y hasta el presente gobiernan la vida de los monjes en la Iglesia de oriente. San Basilio practicó la vida monástica propiamente dicha durante cinco años solamente, pero en la historia del monaquismo cristiano tiene tanta importancia como el propio San Benito. 

Lucha contra la herejía arriana

Por aquella época, la herejía arriana estaba en su apogeo y los emperadores herejes perseguían a los ortodoxos. En el año 363, se convenció a Basilio para que se ordenase diácono y sacerdote en Cesárea; pero inmediatamente, el arzobispo Eusebio tuvo celos de la influencia del santo y éste, para no crear discordias, volvió a retirarse calladamente al Ponto para ayudar en la fundación y dirección de nuevos monasterios. Sin embargo Cesárea lo necesitaba y lo reclamó. Dos años más tarde, San Gregorio Nacianceno, en nombre de la ortodoxia, sacó a Basilio de su retiro para que le ayudase en la defensa de la fe del clero y de las Iglesias. Se llevó a cabo una reconciliación entre Eusebio y Basilio; éste se quedó en Cesárea como el primer auxiliar del arzobispo; en realidad, era él quien gobernaba la Iglesia, pero empleaba su gran tacto para que se diera crédito a Eusebio por todo lo que él realizaba. Durante una época de sequía a la que siguió otra de hambre, Basilio echó mano de todos los bienes de todos los bienes que le había heredado su madre, los vendió y distribuyó el producto entre los más necesitados; mas no se detuvo ahí su caridad, puesto que también organizó un vasto sistema de ayuda, que comprendía a las cocinas ambulantes que él mismo, resguardado con un delantal de manta y cucharón en ristre, conducía por las calles de los barrios más apartados para distribuir alimentos a los pobres. 

Obispo de Cesárea

El año de 370 murió Eusebio y, a pesar de la oposición que se puso de manifiesto en algunos poderosos círculos, Basilio fue elegido para ocupar la sede arzobispal vacante. El 14 de junio tomó posesión, para gran contento de San Atanasio y una contrariedad igualmente grande para Valente, el emperador arriano. El puesto era muy importante y, en el caso de Basilio, muy difícil y erizado de peligros, porque al mismo tiempo que obispo de Cesárea, era exarca del Ponto y metropolitano de cincuenta sufragáneos, muchos de los cuales se habían opuesto a su elección y mantuvieron su hostilidad, hasta que Basilio, a fuerza de paciencia y caridad, se conquistó su confianza y su apoyo. 

Antes de cumplirse doce meses del nombramiento de Basilio, el emperador Valente llegó a Cesárea, tras de haber desarrollado en Bitrina y Galacia una implacable campaña de persecuciones. Por delante suyo envió al prefecto Modesto, con la misión de convencer a Basilio para que se sometiera o, por lo menos, accediera a tratar algún compromiso. Varios habían renegado por miedo, pero nuestro santo le respondió: 

¿Qué me vas a poder quitar si no tengo ni casas ni bienes, pues todo lo repartí entre los pobres? ¿Acaso me vas a atormentar? Es tan débil mi salud que no resistiré un día de tormentos sin morir y no podrás seguir atormentándome. ¿Qué me vas a desterrar? A cualquier sitio a donde me destierres, allá estará Dios, y donde esté Dios, allí es mi patria, y allí me sentiré contento . . .

El gobernador respondió admirado: “Jamás nadie me había contestado así”. Y Basilio añadió: “Es que jamás te habías encontrado con un obispo”. 

El emperador Valente se decidió en favor de exilarlo y se dispuso a firmar el edicto; pero en tres ocasiones sucesivas, la pluma de caña con que iba a hacerlo, se partió en el momento de comenzar a escribir. El emperador quedó sobrecogido de temor ante aquella extraordinaria manifestación, confesó que, muy a su pesar, admiraba la firme determinación de Basilio y, a fin de cuentas, resolvió que, en lo sucesivo, no volvería a intervenir en los asuntos eclesiásticos de Cesárea. 

Pero apenas terminada esta desavenencia, el santo quedó envuelto en una nueva lucha, provocada por la división de Capadocia en dos provincias civiles y la consecuente reclamación de Antino, obispo de Tiana, para ocupar la sede metropolitana de la Nueva Capadocia. La disputa resultó desafortunada para San Basilio, no tanto por haberse visto obligado a ceder en la división de su arquidiócesis, como por haberse malquistado con su amigo San Gregorio Nacianceno, a quien Basilio insistía en consagrar obispo de Sasima, un miserable caserío que se hallaba situado sobre terrenos en disputa entre las dos Capadocias. Mientras el santo defendía así a la iglesia de Cesárea de los ataques contra su fe y su jurisdicción, no dejaba de mostrar su celo acostumbrado en el cumplimiento de sus deberes pastorales. Hasta en los días ordinarios predicaba, por la mañana y por la tarde, a asambleas tan numerosas, que él mismo las comparaba con el mar. Sus fieles adquirieron la costumbre de comulgar todos los domingos, miércoles, viernes y sábados. Entre las prácticas que Basilio había observado en sus viajes y que más tarde implantó en su sede, figuraban las reuniones en la iglesia antes del amanecer, para cantar los salmos. Para beneficio de los enfermos pobres, estableció un hospital fuera de los muros de Cesárea, tan grande y bien acondicionado, que San Gregorio Nacianceno lo describe como una ciudad nueva y con grandeza suficiente para ser reconocido como una de las maravillas del mundo. A ese centro de beneficencia llegó a conocérsela con el nombre de Basiliada, y sostuvo su fama durante mucho tiempo después de la muerte de su fundador. A pesar de sus enfermedades crónicas, con frecuencia realizaba visitas a lugares apartados de su residencia episcopal, hasta en remotos sectores de las montañas y, gracias a la constante vigilancia que ejercía sobre su clero y su insistencia en rechazar la ordenación de los candidatos que no fuesen enteramente dignos, hizo de su arquidiócesis un modelo del orden y la disciplina eclesiásticos.

No tuvo tanto éxito en los esfuerzos que realizó en favor de las iglesias que se encontraban fuera de su provincia. La muerte de San Atanasio dejó a Basilio como único paladín de la ortodoxia en el oriente, y éste luchó con ejemplar tenacidad para merecer ese título por medio de constantes esfuerzos para fortalecer y unificar a todos los católicos que, sofocados por la tiranía arriana y descompuestos por los cismas y la disensiones entre sí, parecían estar a punto de extinguirse. Pero las propuestas del santo fueron mal recibidas, y a sus desinteresados esfuerzos se respondió con malos entendimientos, malas interpretaciones y hasta acusaciones de ambición y de herejía. Incluso los llamados que hicieron él y sus amigos al Papa San Dámaso y a los obispos occidentales para que interviniesen en los asuntos del oriente y allanasen las dificultades, tropezaron con una casi absoluta indiferencia, debido, según parece, a que ya corrían en Roma las calumnias respecto a su buena fe. “¡Sin duda a causa de mis pecados, escribía San Basilio con un profundo desaliento, parece que estoy condenado al fracaso en todo cuanto emprendo!"”

Sin embargo, el alivio no había de tardar, desde un sector absolutamente inesperado. El 9 de agosto de 378, el emperador Valente recibió heridas mortales en la batalla de Adrianópolis y, con el ascenso al trono de su sobrino Graciano, se puso fin al ascendiente del arrianismo en el oriente. Cuando las noticias de estos cambios llegaron a oídos de San Basilio, éste se encontraba en su lecho de muerte, pero de todas maneras le proporcionaron un gran consuelo en sus últimos momentos. Murió el 1º de enero del año 379, a la edad de cuarenta y nueve años, agotado por la austeridad en que había vivido, el trabajo incansable y una penosa enfermedad. Toda Cesárea quedó enlutada y sus habitantes lo lloraron como a un padre y a un protector; los paganos, judíos y cristianos se unieron en el duelo.

San Gregorio Nacianceno, Arzobispo de Constantinopla, en el día del entierro: “Basilio santo, nació entre santos. Basilio pobre vivió pobre entre los pobres. Basilio hijo de mártires, sufrió como un mártir. Basilio predicó siempre con sus labios, y con sus buenos ejemplos y seguirá predicando siempre con sus escritos admirables”.

Setenta y dos años después de su muerte, el Concilio de Calcedonia le rindió homenaje con estas palabras: “El gran Basilio, el ministro de la gracia quien expuso la verdad al mundo entero indudablemente que fue uno de los más elocuentes oradores entre los mejores que la Iglesia haya tenido; sus escritos le han colocado en lugar de privilegio entre sus doctores.

5:28 p.m.
SAN GREGORIO NACIANCENO 

OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA





San Gregorio Nacianceno, Llamado el Demóstenes cristiano por su elocuencia y, en la iglesia Oriental le dicen "el teólogo", por la profundidad de su doctrina y el encanto de su elocuencia. Es uno de los Padres Capadocios, muy cercano a los hermanos San Basilio y San Gregorio de Nicea, los llamados "Padres Capadocios" con quienes cooperó para derrotar la herejía arriana. Es uno de los cuatro grandes Doctores de la Iglesia Griega.



Nació en Nacianzo, Cappadocia (hoy en Turquia), el mismo año que su gran amigo San Basilio. 

Perteneció a una familia de santos: Su padre fue un judío converso, obispo de Nacianzo por 45 años (san Gregorio El Mayor), su madre, santa Nona. Sus hermanos, santos Cesáreo y Gorgonia; 

Estudió en Cesarea, en Palestina, donde conoció a San Basilio. Estudió leyes por diez años en Atenas. Entre sus compañeros de estudio estaba San Basilio y el futuro emperador, Julián el Apóstata. Gregorio volvió a Nacianzo a los 30 años (aprox.) y se unió a San Basilio por 2 años en vida solitaria. 

Aunque prefería la vida solitaria, regresó para ayudar a su padre anciano en la administración de la diócesis. Fue ordenado contra su voluntad por su padre en el 362. Huyó para volver a la vida monacal con Basilio. Pero en 10 semanas regresó a sus responsabilidades como sacerdote. Escribió una apología sobre las responsabilidades del sacerdote. 

Alrededor del 372, fue consagrado obispo por S. Basilio de Sasima pero no lo aceptó. Siguió como coajutor de su padre. Esto causó la ruptura de la amistad entre Basilio y Gregorio pero se reconciliarion despues. 

Se retiró por 5 años a un monasterio en Seleucia, Isauria. Al morir el emperador Valens se mietigó la persecución de los ortodoxos y un grupo de obispos lo invitaron a Constantinople. La ciudad había sido dominada por 30 años por los arianos. Fue nombrado obispo. Sufrió mucho por difamaciones y persecución de los arianos y otros herejes. 

El Concilio de Constantinopla estableció y confirmó las conclusiones de Nicea. Poco después de su consagración como obispo de Constantinopla, sus enemigos pusieron en duda la validez de su elección en 381. El, para restaurar la paz, resignó. Volvió a Nacianzo, donde la cede estaba vacante y administró la diócesis hasta que eligieron a un sucesor. Alrededor del año 384 se retiró. Fue entonces que escribió sus famosos poemas y su autobiografía. Murió en Nacianzo 25 de enero de 389 o 390.

Enseñanza y escritos: 45 discursos, 244 cartas y 400 o más poemas. 

En la iconografía aparece como obispo oriental, con el palio y un libro.

11:23 p.m.

Obispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Hierápolis, en Frigia, san Apolinar, obispo, varón eximio por su doctrina y santidad, que vivió en tiempo del emperador Marco Aurelio. ( c.175)

Claudio Apolinar, obispo de Hierápolis de Frigia, llamado «el Apologeta», fue un famoso profesor cristiano del siglo II. A pesar de las alabanzas que le prodigan Eusebio, san Jerónimo, Teodoreto y otros, poco sabemos de su vida. Por otra parte, sus escritos, que eran muy estimados, se han perdido. Focio, que los había leído y era buen juez en la materia, los recomienda por su tema y estilo.

Claudio Apolinar escribió contra los encratitas y otros herejes, y puso en claro los orígenes filosóficos de los errores de cada secta, según testifica san Jerónimo. Su última obra fue un ataque contra los montanistas y sus pretendidos profetas, que habían comenzado a aparecer en Frigia hacia el año 171. Pero la obra que le hizo famoso fue su apología de la religión cristiana, que dedicó al emperador Marco Aurelio, poco después de que dicho príncipe había triunfado sobre la tribu de los cuados, gracias a las oraciones de los cristianos, como lo mencionaba el santo.

Como las tropas de Marco Aurelio habían luchado en vano durante largo tiempo por subyugar a los germanos, el emperador resolvió el año 174 ponerse al frente de las operaciones. Había cruzado ya el Danubio, cuando los cuados, un pueblo que habitaba el territorio que más tarde se llamaría Moravia, le rodearon en una posición muy peligrosa para él. Las tropas del emperador no tenían ninguna posibilidad de escapar de las manos de sus enemigos, ni tampoco podían resistir largo tiempo, por falta de agua.

La duodécima legión estaba compuesta principalmente de cristianos. Cuando el ejército se hallaba a punto de perecer de sed, los cristianos se arrodillaron, "como acostumbraban hacerlo para orar" -nos dice Eusebio-, y pidieron a Dios su ayuda. Súbitamente, el cielo se cubrió de nubes y una espesa lluvia se desató, en el momento en que los bárbaros se lanzaban al ataque. Los romanos luchaban y, al mismo tiempo, bebían el agua de la lluvia que recogían en sus cascos, apurándola enrojecida por la sangre del enemigo. Los bárbaros eran más poderosos que los romanos; pero un fuerte viento, acompañado de truenos y relámpagos, hizo que la lluvia les azotara el rostro y les cegara, lo que les obligó a huir aterrorizados. Tanto los autores paganos como los cristianos relatan esta victoria. Los autores paganos la atribuyen a un poder mágico o a la intervención de sus dioses, pero los cristianos lo cuentan como un milagro obtenido por las oraciones de los legionarios.

Parece que san Apolinar hizo alusión al hecho en la apología que dedicó al emperador, informando que Marco Aurelio había dado a esa legión el nombre de «la legión del trueno» en recuerdo de la famosa batalla. Eusebio, Teturliano, san Jerónimo y san Gregorio de Nisa repiten el dato, tomándolo de san Apolinar.

Los cuados devolvieron todos los prisioneros y se rindieron incondicionalmente al emperador. En agradecimiento a sus legionarios cristianos, Marco Aurelio publicó un edicto en el que reconocía que debía la victoria «a la tempestad que se había desatado, tal vez, gracias a las oraciones de los cristianos». En dicho edicto, prohibía bajo pena de muerte condenar a los cristianos a causa de su religión. Sin embargo, muchos cristianos fueron todavía condenados a muerte después de la publicación de tal edicto, aunque se dice que sus acusadores recibieron la misma pena.

La "Columna Antoniniana", que se halla en Roma, representa esta victoria del emperador, bajo el símbolo de Júpiter Pluvio; es decir, bajo la figura de un hombre que vuela con los brazos abiertos y una larga barba que parece perderse en la lluvia. Los soldados parecen contentos bajo la tempestad; unos beben ávidamente, mientras otros se baten con el enemigo; los bárbaros se hallan tendidos en el suelo con sus caballos, y la tempestad se descarga furiosamente sobre ellos. En la actualidad, la certeza de esta leyenda, que Eusebio parece haber tomado de la Apología de san Apolinar, es todavía materia de discusión. Por una parte, es seguro que no fue Marco Aurelio quien dio a la «Legión de trueno» el nombre de «Legio fulminata», que proviene de la época de Augusto; pero, por otra parte, los hechos no tienen en sí mismos nada de inverosímil. Es muy natural que los cristianos de la época hayan atribuido tan sorprendente victoria a las oraciones de sus correligionarios. No existe documento pagano que confirme la existencia del famoso edicto del emperador en favor de los cristianos. Aun los historiadores que defienden la exactitud de los hechos narrados admiten que el texto del edicto está interpolado.

Es posible que san Apolinar haya compuesto su apología dedicada al emperador, hacia el año 175, a fin de recordarle la gracia que Dios le había hecho por las oraciones de los cristianos, e implorar al mismo tiempo su protección. No poseemos datos exactos sobre la muerte de san Apolinar, que aconteció probablemente antes de la de Marco Aurelio

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11:23 p.m.

Laico Mártir

Martirologio Romano: En Mirna, Eslovenia, Beato Lojze Grozde, laico miembro de la Acción Católica asesinado en Mirna por odio a la fe durante el régimen comunista. ( 1943)

Fecha de beatificación: 13 de junio de 2010, durante el pontificado de Benedicto XVI

Si alguien parecía no ser tallado para la santidad era el esloveno Lojze, quien al inicio de su vida (27 de mayo de 1923) tenía todos los puntos en contra para llegar a ser un muchacho de buen comportamiento y a quienes todos admirarían. Hijo ilegítimo, termina siendo criado por una tía, porque su madre decidió seguir su vida sin él. Fue marginado, para que no les recordara la vergüenza de la familia, careció totalmente del afecto familiar. Sintiéndose lastimado, se aísla, se rebela y se convierte en un verdadero salvaje. Indeseado por todos, él mismo se lamenta de no haber fallecido en un accidente. Su único consuelo es la soledad de los bosques.

Pero cuando va a la escuela por primera vez encuentra la liberación. Supera su complejo de inferioridad y se convierte en un excelente estudiante. Descubre la lectura, la que se convertirá en su pasión. Aunque parezca difícil, Lojse es piadoso.

Por último, la suerte llama a su puerta. Una benefactora permite que él siga sus estudios en un colegio de Liubliana, la capital. Es el año 1935, año del Congreso Eucarístico. Las celebraciones religiosas le impresionan, pero también experimenta el desprecio de sus compañeros que sólo ven en él a un pobre campesino desaliñado y pretencioso. Lojze reacciona violentamente a esta discriminación, pero también con el orgullo de ser el mejor alumno, gracias a su perseverancia y trabajo duro. No tiene amigos, ni en su pueblo ni en la ciudad, se refugia en el estudio, en la poesía (para la que tenía un verdadero talento) y el alcohol. ¡Tiene sólo quince años!

Sin embargo, no carece de cualidades. Tiene la predisposición de dar clases gratuitas a sus compañeros, motivándoles. Es piadoso, pero aún cede a las tentaciones de la vida fácil, perdiéndose por caminos moralmente reprobables.

Conversión
Es entonces, que llevado por unos amigos, ingresa a la Acción Católica. Poco a poco, empieza en él una lucha que lo llevará a una conversión radical. Establece su programa de oración, acepta responsabilidades, incluyendo el editar la revista del movimiento. Se da cuenta de que los estudios no son sólo un medio de promoción social sino también un instrumento de apostolado. Convertido en uno de los mejores líderes de la Acción Católica, predica, no sólo con palabras, sino sobre todo con el ejemplo. Su vida ha cambiado, en sus hábitos y virtudes de pureza, la dulzura, la humildad y la paciencia: es un verdadero apóstol, testigo de Cristo. Reza, comulga diariamente, participa en retiros espirituales. Enemigo de la mediocridad, su deseo es radical: ¡santo o nada! , estaba por seguir la vocación sacerdotal.

Persecución comunista
Entre tanto la situación política de Yugoslavia se altera. Tras el conflicto mundial de la Segunda Guerra Mundial viene el surgimiento del comunismo promovido por Tito y la posterior persecución a la fe católica. Los líderes de la Acción Católica y los sacerdotes son asesinados sólo porque se atrevieron a denunciar el peligro del marxismo. Lojze Grodze es consciente de que es un blanco fácil para la persecución. Confía en el sacrificio de su vida a Cristo. “No quiero ser un hombre mediocre. Una tarea tan bella y sublime como la que propone la Acción Católica, vale la pena que sea vivida a cualquier precio”.

En la Navidad, decide visitar a sus parientes en el pueblo. El 1 de enero de 1943 es detenido y acusado de propaganda contra el comunismo. A lo largo de la noche es torturado hasta la muerte, hacen desaparecer su cuerpo. El cadáver será encontrado recién el 23 de febrero. Preservado, el cuerpo rebela las huellas de su suplicio. Su fama de su santidad ha crecido desde entonces y es considerado como un verdadero mártir en Eslovenia.

La causa de su beatificación fue introducida en 1992. El sábado 27 de marzo de 2010, S.S. Benedicto XVI firmó el decreto referente al martirio del Venerable Lojze Grozde.

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11:23 p.m.

Presbítero

Martirologio Romano: En la ciudad de Hasselt, cerca de Maastricht, en Bélgica, beato Valentín Paquay, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, el cual se distinguió por el admirable ejemplo de su caridad cristiana en la predicación, en el ministerio de la reconciliación y en fomentar la devoción al Rosario, y en su espíritu de humildad alcanzó una gran santidad ( 1905).

Etimológicamente: Valentín = Aquel que tiene buena salud y es vigoroso, es de origen latino.

Breve Biografía


Nació en Tongres, Bélgica, el 17 de noviembre de 1928, quinto de los once hijos de Enrique y Ana Neven, matrimonio profundamente religioso, ejemplo de honradez. En el bautismo recibió el nombre de Luis.

Después de realizar sus estudios de primaria, entró en el colegio que los Canónigos Regulares de San Agustín tenían en Tongres, para proseguir sus estudios literarios. En 1845 fue admitido en el seminario menor de Saint-Trond para los cursos de retórica y filosofía.

Después de la prematura muerte de su padre, acontecida en 1847, y con el consentimiento de su madre, entró en la orden de los Frailes Menores de la provincia belga, y el 3 de octubre de 1849 comenzó su noviciado en el convento de Thielt.

El 4 de octubre de 1850 emitió la profesión religiosa en manos del padre Hugolino Demont, guardián del convento, e inmediatamente después se dirigió a Beckheim para hacer los estudios teológicos, que concluyó en el convento de Saint-Trond.

Recibió la ordenación sacerdotal en Lieja el 10 de junio de 1854. Luego fue destinado por sus superiores a Hasselt, donde permaneció durante el resto de su vida, desempeñando, entre otros, los oficios de vicario y guardián. En 1890 y en 1899 fue elegido definidor provincial.

"A través de la guía de san Juan Berchmans, su maestro predilecto, el padre Valentín -escribe Agostino Gemelli- se injerta en la espiritualidad franciscana, enseñándonos la virtud de todos los momentos, la valoración de las cosas más insignificantes, bajo el aspecto de la más franca e inmediata humildad".

Fue incansable la obra del padre Valentín en el campo del apostolado. Predicó casi continuamente y, por su palabra sencilla y persuasiva, fue muy estimado, especialmente en los ambientes populares y en las organizaciones religiosas. Ejercía continuamente el ministerio del sacramento de la penitencia, emulando al santo cura de Ars, con el que a veces ha sido comparado. A menudo manifestó poseer el don de penetrar de modo extraordinario en la conciencia de los penitentes, que acudían a él incluso desde lejos.

Cultivó una profunda devoción a la santísima Eucaristía y, con su apostolado de medio siglo en favor de la comunión frecuente, fue precursor activo del famoso decreto del Papa san Pío X.

Devoto del Sagrado Corazón de Jesús, cuyas excelsas perfecciones no cesaba de meditar y ensalzar, difundió su culto, especialmente entre las religiosas de la Hermandad de la Orden franciscana seglar de Hasselt, que dirigió durante veintiséis años. Siempre mantuvo vivo el recuerdo de la pasión de Jesús, practicando diariamente el piadoso ejercicio del vía crucis.

También fue muy devoto de la Virgen María, a la que veneró, ya desde su adolescencia, en la iglesia parroquial de Tongres bajo el título de Causa de nuestra alegría, y en el santuario de Hasselt bajo el título de Vara de Jesé, pero, como franciscano, prefería sobre todos los títulos de María el de Inmaculada Concepción. A pesar de su enfermedad, quiso celebrar con gran júbilo el quincuagésimo aniversario de la proclamación de ese dogma, que coincidía con su jubileo de ordenación sacerdotal.

Murió en Hasselt el 1 de enero de 1905 a la edad de setenta y siete años

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5:29 p.m.
SANTA MARÍA MADRE DE DIOS 

SOLEMNIDAD





Es el mejor de los comienzos posibles para el santoral. Abrir el año con la solemnidad de la Maternidad divina de María es el mejor principio como es también el mejor colofón. Ella está a la cabeza de todos los santos, es la mayor, la llena de Gracia por la bondad, sabiduría, amor y poder de Dios; ella es el culmen de toda posible fidelidad a Dios, amor humano en plenitud. No extraña el calificativo superlativo de "santísima" del pueblo entero cristiano y es que no hay en la lengua mayor potencia de expresión. Madre de Dios y también nuestra... y siempre atendida su oración.



Los evangelios hablan de ella una quincena de veces, depende del cómputo que se haga dentro de un mismo pasaje, señalando una vez o más.

El resumen de su vida entre nosotros es breve y humilde: vive en Nazaret, allá en Galilea, donde concibió por obra del Espíritu Santo a Jesús y se desposó con José.

Visita a su parienta Isabel, la madre del futuro Precursor, cuando está embarazada de modo imprevisto y milagroso de seis meses; con ella convive, ayudando, e intercambiando diálogos místicos agradecidos la temporada que va hasta el nacimiento de Juan.

Por el edicto del César, se traslada a Belén la cuna de los mayores, para empadronarse y estar incluida en el censo junto con su esposo. La Providencia hizo que en ese entonces naciera el Salvador, dándolo a luz a las afueras del pueblo en la soledad, pobreza, y desconocimiento de los hombres. Su hijo es el Verbo encarnado, la Segunda Persona de Dios que ha tomado carne y alma humana.

Después vino la Presentación y la Purificación en el Templo.

También la huída a Egipto para buscar refugio, porque Herodes pretendía matar al Niño después de la visita de los magos.

Vuelta la normalidad con la muerte de Herodes, se produce el regreso; la familia se instala en Nazaret donde ya no hay nada extraordinario, excepción hecha de la peregrinación a Jerusalén en la que se pierde Jesús, cuando tenía doce años, hasta que José y María le encontraron entre los doctores, al cabo de tres días de angustiosa búsqueda.

Ya, en la etapa de la "vida pública" de Jesús, María aparece siguiendo los movimientos de su hijo con frecuencia: en Caná, saca el primer milagro; alguna vez no se le puede aproximar por la muchedumbre o gentío.

En el Calvario, al llegar la hora impresionante de la redención por medio del cruentísimo sufrimiento, está presente junto a la cruz donde padece, se entrega y muere el universal salvador que es su hijo y su Dios.

Finalmente, está con sus nuevos hijos _que estuvieron presentes en la Ascensión_ en el "piso de arriba" donde se hizo presente el Espíritu Santo enviado, el Paráclito prometido, en la fiesta de Pentecostés.

Con la lógica desprendida del evangelio y avalada por la tradición, vivió luego con Juan, el discípulo más joven, hasta que murió o no murió, en Éfeso o en Jerusalén, y pasó al Cielo de modo perfecto, definitivo y cabal por el querer justo de Dios que quiso glorificarla.

Dio a su hijo lo que cualquier madre da: el cuerpo, que en su caso era por concepción milagrosa y virginal. El alma humana, espiritual e inmortal, la crea y da Dios en cada concepción para que el hombre engendrado sea distinto y más que el animal. La divinidad, lógico, no nace por su eternidad.

El sujeto nacido en Belén es peculiar. Al tiempo que es Dios, es hombre. Alta teología clasifica lo irrepetible de su ser, afirmando dos naturalezas en única personalidad. El Dios infinito, invisible, inmenso, omnipotente en su naturaleza es ahora pequeño, visible, tan limitado que necesita atención. Lo invisible de Dios se hace visible en Jesús, lo eterno de Dios entra con Jesús en la temporalidad, lo inaccesible de Dios es ya próximo en la humanidad, la infinitud de Dios se hace limitación en la pequeñez, la sabiduría sin límite de Dios es torpeza en el gemido humano del bebé Jesús y la omnipotencia es ahora necesidad.


María es madre, amor, servicio, fidelidad, alegría, santidad, pureza. La Madre de Dios contempla en sus brazos la belleza, la bondad, la verdad con gozoso asombro y en la certeza del impenetrable misterio.

11:23 p.m.

Obispo

Martirologio Romano: En Lausana, entre los helvecios (hoy Suiza), san Mario, obispo, que trasladó allí la sede de Aventicum, edificó muchas iglesias y fue defensor de los pobres (594).

En recientes investigaciones que ha llevado a cabo Mario Besson, se han encontrado noticias seguras acerca de la vida y de las obras apostólicas de san Mario.


Por lo que dice, parece ser que nació en el año 530, y que llegó a ser obispo de Aventicum en el 574.

En el 587 tomó parte activa en el concilio de Macon.

En ese mismo año consagró una iglesia dedicada a la Virgen de Payerne.

Para mayor seguridad de su persona, lo trasladaron a Aventicum como obispo. Había luchas políticas e inseguridad social.

Murió aquí en el año 594. Lo enterraron en la iglesia de san Tirso, pero más tarde se llamó de san Mario.

Su culto empezó a ponerse en práctica al principios del primer milenio.

Su representación como obispo no aparece hasta el siglo XVI. Una veces aparece con una palma y ornamentos episcopales y el título de mártir.

Mario es el autor de una crónica de san Próspero. Es un documento muy exacto, breve y precioso para los históricos.

Basten estas notas para hacerse una idea de cómo estaba Italia y el Oriente, los reinos francos y el de Borgoña.

¡Felicidades a quien lleve este nombre! y ¡Feliz final de Año!

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11:23 p.m.

Por: . | Fuente: Vatican.va

"Sor Sonrisa"
Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

Martirologio Romano: En Cagliari, Italia, beata Josefina Nicoli, virgen, religiosa de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. ( 1924)

Fecha de beatificación: 3 de febrero de 2008, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

Josefina Nicoli nació en Casatisma (Pavía, Italia) el 18 de noviembre de 1863. Era la quinta de diez hijos de una familia de clase media y de profunda fe.

Cursó la escuela primaria con las religiosas agustinas, en Voghera; y estudió magisterio en Pavía. Su deseo secreto, que la impulsó a realizar estos estudios, era el de dedicarse a la educación de niños pobres en un tiempo en el que era muy alto el porcentaje de analfabetismo entre la gente de menos recursos. Este deseo fue madurando, sobre todo, a través de la experiencia del dolor, que visitó su familia con la muerte de algunos de sus hijos, entre ellos Juan, de quien Josefina se había convertido en su servicial enfermera personal. En medio de estas situaciones dolorosas aprendió a considerar el valor de la vida y la fragilidad de las cosas humanas.

Josefina era querida por todos, su carácter dulce era un don natural; y un sacerdote de Voghera, don Giacomo Prinetti, su director espiritual, la guió en el camino de la perfección del espíritu, mientras maduraba la llamada a consagrar su vida a Dios.

El 24 de septiembre de 1883, a la edad de veinte años, ingresó en la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en la casa "San Salvario" de Turín, donde hizo el postulantado y el noviciado. Recibió el hábito propio de la Compañía en París, en una ceremonia que tuvo lugar en la Casa madre de las Hijas de la Caridad.

En el año 1885 fue trasladada a Cerdeña. Su primera misión, que acogió con gran entusiasmo, fue la de enseñar en el "Conservatorio de la Providencia" de Cágliari. La experiencia educativa entre niñas pobres la marcó de forma especial. Durante este tiempo no se limitó a mirar sólo lo que sucedía entre los muros del conservatorio, sino que intensificó cada vez más su unión con el Señor crucificado en medio de las vicisitudes cotidianas.

En el año 1886, la ciudad de Cágliari fue azotada por la epidemia del cólera, y sor Josefina, juntamente con sus hermanas del conservatorio, se dedicó, en los momentos que le quedaban libres después del horario escolar, a socorrer a las familias pobres de la ciudad, organizando "cocinas económicas" que pusieron a disposición de las autoridades civiles.

Este servicio le permitió salir al encuentro de los muchachos abandonados por las calles de Cágliari, enseñándoles el catecismo en los encuentros que programaba los domingos. Más tarde organizó a los muchachos en una asociación que llamó "Los Luisitos", estimulándolos a vivir en actitud de ayuda fraterna y educándolos a una sana sociabilidad que, a muchos de ellos, los condujo a cambiar de vida.

Después de casi quince años de activa vida apostólica en Cágliari, en el año 1889 fue trasladada al orfanato de Sássari. También allí desarrolló un amplio proyecto apostólico, organizando diversas instituciones orientadas siempre al servicio hacia los pobres.

Se preocupó por la formación de escuelas de catequesis que cada domingo reunían a cerca de 800 niños, y, sobre todo, dedicó muchas de sus energías a dar vida a la "Escuela de religión" para las jóvenes universitarias, con el fin de prepararlas para ser buenas maestras en la fe, y así contrarrestar la masonería que se difundía por Sássari y trataba de debilitar la presencia de los católicos en la ciudad.

En los proyectos de la divina Providencia, le espera un nuevo destino: Turín (1910-1913). Por sus dotes organizativas la nombraron ecónoma provincial, y un tiempo después pasó a ser directora de la casa de formación de las Hijas de la Caridad, misión a la que se dedicó con gran entrega. Se enfermó gravemente de tuberculosis y fue trasladada a Cerdeña —con gran dolor para el consejo provincial—, ya que el clima de las islas era favorable para su salud.

De regreso a Sássari, en el año 1914, reinaba un ambiente hostil a causa del anticlericalismo. Su permanencia en las islas mejoró el estado de su salud, pero comenzó su calvario interior. Una serie de malentendidos y falsos testimonios por parte de la administración del orfanato obligaron a los superiores a trasladarla nuevamente. Sor Josefina estaba a completa disposición, aceptando en silencio la humillación más grande que hubieran podido hacerle: la declararon incapaz de administrar el orfanato. Ante esta situación se repetía a sí misma: "Josefina, esto te viene muy bien. Aprende a ser humilde". La Providencia la condujo en la última etapa de su vida al Asilo de la Marina, en Cágliari.

En su nuevo destino, se encontró en medio de un barrio superpoblado, ubicado en las cercanías del puerto, y donde la pobreza alcanzaba índices muy altos, haciendo que las condiciones de vida fueran muy precarias. A los niños, por ser pobres, se les negaba el derecho a la educación, lo que favorecía los malos comportamientos.

En el contacto directo con la pobreza material descubrió heridas aún más secretas: las de la pobreza moral y espiritual. Su celo apostólico la impulsó nuevamente a salir al encuentro de los jóvenes, enseñándoles el catecismo, y orientando a quienes emigraban de las zonas rurales a la ciudad. Fundó la primera sección en Italia de la "Pequeña obra de Luisa de Marillac". Formó también el primer grupo de la Acción Católica femenina en Cágliari. Pero a quienes dedicó gran parte de sus iniciativas apostólicas, como una bondadosa y paciente madre, fue a los llamados "is piccioccus de crobi", "los muchachos de la cesta". Era un grupo numeroso que vagaba por la ciudad, sobre todo en las cercanías del mercado de la ciudad, llevando consigo su instrumento de trabajo: una cesta; y se ganaban su sustento llevando equipajes de la estación al puerto.

La caridad fue la norma de su vida, y en cada circunstancia hizo realidad su constante deseo de entregarse al Señor, formulando, desde edad muy temprana, como un firme propósito: "Deseo ser toda suya".

En el último año de su vida, no obstante todo el bien realizado, se repitió la situación de calvario al ser calumniada ella y su obra en el Asilo de la Marina. Como en otras ocasiones, sor Josefina aceptó en silencio cuanto acontecía, y el testimonio de su vida llevó al funcionario que la calumnió a retractarse y reconocer su error. La caridad humilde que testimonió hizo que el funcionario difamador se acercara a su lecho de muerte, y ella, sonriendo, lo perdonó.

Murió en Cágliari, a causa de una bronco-pulmonía, el 31 de diciembre de 1924; el funeral se celebró el día 1 de enero. Su muerte —dijo una hermana de la comunidad— fue "la corona de una vida íntegra y la prueba de una virtud practicada de modo heroico".

El milagro por su intercesión presentado para la beatificación tuvo lugar en Milán: un joven militar fue curado de un tumor óseo.

La caridad ha glorificado a sor Josefina en un camino de humildad que la llevaba a ocultarse ante los aplausos del mundo y le abría las puertas a la inhabitación de Cristo. La caridad era la norma de todos sus pensamientos, de todas sus palabras, de todas sus acciones; y así penetró el misterio de la caridad hacia los pobres como acto de amor hacia el Señor, esa fue su gloria.

Reproducido con autorización de Vatican.va

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