XIX Papa
Griego de nacionalidad, hijo de Rufino, fue elegido el 21 de noviembre del 235 para suceder en la Sede de Pedro a San Ponciano y murió el 3 de enero del 236, por lo que su pontificado duró sólo cuarenta y tres días. Fue martirizado por orden del emperador Maximiano I. por haber ordenado a los notarios que recogieran asiduamente y conservaran las Actas de los mártires en los archivos de la Iglesia. Su cuerpo fue trasladado en la cripta de los papas de las catacumbas de S. Calixto. Las reliquias están guardadas hoy en la iglesia romana de S. Silvestre in capite.
Empezó también una recopilación oficial de las actas de la Iglesia, que guardó en un lugar llamado scrinium. La recopilación, que fue quemada con Diocleciano, se volvió a seguir más tarde y luego desapareció de nuevo en tiempos de Honorio III (1225).
Se le atribuye un decreto sobre la traslación de Obispos a otra sede, expedida a instancias de los prelados de Toledo y Sevilla.
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