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Religioso y Mártir

Martirologio Romano: En diversos lugares de la diócesis de Lleida (Lérida), España, Beatos Mariano Alcalá Pérez y 18 compañeros de la Orden de la Bienaventurada Virgen de las Mercedes, asesinados por odio a la fe. ( 1936-37)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Se hacía querer. Era tan bueno, tan humilde, tan simple, tan dócil, tan piadoso, tan observante… ¿cómo no lo iban a querer todos?

Nació en Oliete, cerquita de El Olivar, de Antonio y Petra, el 28 de diciembre de 1903, siendo bautizado al día siguiente.

Tuvo la infancia dura, huérfano de madre desde los diez años y de padre desde los diecinueve. Con talante valeroso sufrió esas pérdidas y las afrontó. Desde niño se hizo cargo del rebaño, con tal dedicación y tanta alegría que nunca hizo fiesta, y nunca aceptó relevo en su trabajo. Se pasaba toda la semana en el campo, hasta la noche del sábado, viniendo entonces para estar el domingo al rosario de la aurora y a la misa; tornándose al ejido, su delicia. De no ser por las obligaciones religiosas -decía- no habría ido al pueblo tantas veces. Se confesaba y comulgaba frecuentemente.

Las fiestas del pueblo, por los mozos tan suspiradas, lo mismo. Las horas que estaba en casa –contará su hermana Josefina- se mostraba sobre todo obediente, humilde, sin molestarse jamás, y piadoso; las fiestas le servían de aburrimiento, pues, jamás tuvo interés por asistir a espectáculos, ni se miró a ninguna chica. Y un amigo de siempre asegura que en ningún momento se acercó a bares, ni menos a bailes y espectáculos, mostrándose en todo piadoso y ejemplar, su rostro sólo dirigido al cielo y a la tierra. Su primo Bartolomé aseverará: No le gustaba hacer daño a nadie ni meterse donde no le tocaba, no se le veía acción mala, de ningún género. Su tía testificó que era muy bueno, sólo se preocupaba de su trabajo, de cumplir sus deberes cristianos, distinguiéndose por su mansedumbre.

Al morir su progenitor, quedó cabeza de familia, asumiendo el cometido con responsabilidad, en organizar las labores del campo y las incumbencias del hogar, educando a sus hermanos con su ejemplo de cristiano cabal.

El pequeño de la familia, Pedro, dijo que le gustaría ser fraile de El Olivar, José quiso llevarlo personalmente y se quedaron los dos, porque José resultó prendado de aquella soledad y de sus moradores. El menor duró poco en el claustro, el mayor permaneció hasta la muerte. También vino al convento otro hermano, Antonio, pero de criado por un año; y afirmaría: en el convento mi José era muy exacto en el cumplimiento de sus obligaciones y muy respetuoso con los superiores; como pastor, jamás tuvo una denuncia; un día se le metió el rebaño en una viña, acudió el dueño furioso y vio con sorpresa que los animales no le habían hecho ningún daño, por milagro de san Antonio.

Lo hallamos postulante hermano el 26 de agosto de 1924. Vistió el hábito el 8 de septiembre de 1925, a las 20 horas, de manos del padre Francisco Gargallo, ante el padre Pablo Planes; fuera escrutado el 22 de agosto. Emitiría sus votos simples antes de la misa mayor el 24 de septiembre de 1926 (previa comprobación comunitaria el 25 y el 26 de agosto), en presencia de los padres Gargallo, Mariano Pina y Jaime Monzón, y los solemnes el 25 de septiembre de 1929 ante los padres Gargallo y Monzón; habiendo precedido la votación secreta del capítulo conventual los días 21 y el 22 de agosto. ¿Cómo no, si era modélico y había asimilado a la perfección aquella vida? Nunca le caía mal lo que se le ordenara, dócil como un niño bueno; era delicadísimo en cuanto a la castidad y exquisito en el trato con las mujeres; daba gozo verle rezar, embelesado ante el sagrario y en el recoleto camarín de la Virgen de El Olivar; apenas sonaba la campana del Ángelus, se arrodillaba donde estuviera, e invitaba a los circunstantes a rezar con él. El padre Jaime Monzón, formador entonces en El Olivar, lo define obediente, sacrificado y laborioso.

Casi toda su vida religiosa permaneció en Olivar; lo suyo eran las labores del agro, a las órdenes de fray Antonio Lahoz. Ambos tenían el huerto hecho un vergel. Si alguna vez venía a verle la familia, les enseñaba sus cultivos, pero bien se guardaban de tocar una fruta, que veían tentadora, pues les encarecía que era de la comunidad y él no podía disponer ni de un grano de uva; menudo disgusto le dieron una vez al decirle que habían comido nueces de las que estaban cosechando. Sin embargo una vez que fue al pueblo regaló su merienda. Aunque muy comedido en palabras, a los suyos manifestaba con ponderaciones su felicidad de vivir en el retirado Convento del Oli­var: Para mi herma­no el Olivar era la gloria, y viviendo en él se consideraba la perso­na más feliz del mundo». Entre la familia y entre sus paisanos, aunque no se prodigaba por Oliete, era tenido por santo. Su sobrina María afirmó que se pasaba de virtuoso. Otro sobrino, José, asevera que era muy delicado de conciencia, muy mortificado, grandemente humilde, en una palabra completamente santo.

Allí los días 7 y 13 de marzo de 1926 alegó defecto de audición para librarse del servicio militar. Solían ponerse esas excusas los mozos al ser llamados a filas, por si valían, y a él le valieron. Porque algo había; el 29 de septiembre de 1931 el padre Francisco Gargallo comunicaba al padre provincial que fray José Trallero tenía un tumor en la rodilla, le supuraba un oído y sufría de dolores de cabeza, debiendo ir a Barcelona para operarse tan pronto hubiera espacio en la casa, pues en Zaragoza sería más caro por no tener residencia propia.

El 6 de noviembre de 1932 el Provincial anunciaba al padre Gargallo que enviaba a fray Trallero temporalmente a Palma de Mallorca, pero compruebo que finalmente remitiría a fray Jaime Codina; no obstante debió salir fray Trallero por algún tiempo de El Olivar, porque el 26 de septiembre de 1933 decía el Provincial al Superior que no se lo podía enviar. Sí consta que el 9 de mayo de 1934 estaba en San Ramón, de cocinero. El 16 de octubre de 1935 se hallaba en Banicalap, de médicos en Valencia, el inmediato día 21 el padre Provincial comunicaba a El Olivar no iba peor, pero el 9 de noviembre de 1935 avisaba de que fray Trallero tendría que operarse.

En efecto, sufría de los oídos; causándole muy agudísimos do­lores en toda la cabeza. Pero también aquí demostró su temple, pues llevó los padecimientos con paciencia admirable y sublime espíritu de mortificación. Finalmente fue operado en el hospital Clínico de Barcelona, en abril de 1936, y por este mo­tivo antes y después de la operación tuvo que ir muchas veces a visi­tarse.

Y una vez más manifestó que era un ser especial. Por tener que estar en el hospital Clínico muy temprano y en ayunas, el hermano cocinero le ponía el desayuno en un paquetito para que se lo tomara después de la visita. Mas, a pesar de estar muy débil, casi nunca se lo comía, porque lo daba al primer pobre que veía. Si le reñían por quedarse sin des­ayuno, estando débil por la convalecencia, respondía: No saben el contento que siento al desprenderme del desayuno y de los céntimos del tranvía. Aquel desventurado quizá no pueda comer en todo el día y a mí, gracias a Dios, no me faltará nada a mediodía. Estando en Barcelona algunos familiares se empeñaron en llevarlo a un espectáculo teatral, pero, fiel a sus principios, se negó en redondo.

Por el mes de mayo de 1936, restablecido, partía de Barcelona hacia su querido Olivar. Fue de por ahora la confidencia que relata su hermana Josefina: estuvo en casa y fue la última vez que lo vi, y diciéndole -adiós, hasta que nos veamos, y me respondió adiós, hasta la eternidad; le insistí que no fuera pesimista, y él me dijo que muy pronto estallaría una guerra o revolución y que serían matados muchos sacerdotes y religiosos, y yo seré uno de ellos; díjele que viniese a casa en Oliete, si pasaba algo, contestó que él no abandonaría el convento; diciendo textualmente: todo mi deseo sería morir mártir; ¡qué gloria! ¡Qué suerte!

Y su deseo se cumplió, no obstante que pudo salvar su vida, pues regresando de llevar algunos estudiantes a Muniesa, un campesino le advirtió del peligro de volver al convento y que se fuese con su hermano, pero le respondió que el deber, el deber, por encima de todo.

Martirio de
Fray José Trallero Lou y de Fray Jaime Codina Casellas

El 4 de agosto, hacia las cuatro de la tarde, por insinuación del padre Comendador, saliendo del corral donde estaban escondidos, como ya vimos, fueron los dos Hermanos a ojear si había paso para Oliete. Manuel Aced les advirtió que era muy peligroso, pero manifestaron que por obediencia cumplirían la disposición del superior. Anduvieron un par de horas, cuando fueron sorprendidos por un grupo de milicianos que, desde Olite, iban hacia El Olivar. Maniatados, los trajeron al Convento, llegando puesto el sol. Ya lo habían ocupado elementos del comité de Estercuel, que, luego de cerrar las puertas monacales, se disponían a regresar a su pueblo; mas a unos trescientos metros se toparon con los milicianos aprehensores que instaron a los estercuelinos a volverse. Llegados a la plaza comenzaron a torturar e injuriar soezmente a los Hermanos.

Juan Manuel Boltaña asevera cómo bajó con el comité de Estercuel a posesionarse del convento, y vio cómo algunos milicianos maltrataban a los Frailes y los amenazaban con la pistola en el pecho para que manifestasen dónde estaban los otros; dijeron que no lo sabían y callaban ante los insultos. En estas intimidaciones descubrieron a fray Trallero unas medallas al cuello, y le conminaron: Quítate eso, que ya ha pasado de moda. Pero él se negó resueltamente. Querían obligarles a gritar viva la revolución, viva el comunismo, viva Rusia, pero replicaban: ¡viva Cristo rey!, ¡viva la religión católica!

Fray José y fray Jaime fueron compelidos a presenciar la profanación del templo, la violación del cementerio monástico y del panteón, la quema de imágenes y ornamentos, las parodias más satánicas. Tomándose un respiro, quisieron los sicarios comer y beber cuanto los religiosos habían venido ahorrando, así que, siempre vigilados por dos milicianos, tuvieron que preparar la cena las dos víctimas; que, desconfiando los facinerosos, fueron obligados a probar los alimentos. Les infligieron muchos insultos en todo momento, como el de tenderlos en medio del refectorio, mientras banqueteaban, entre cuatro candeleros encendidos, simulando un velatorio. Hartos y bien bebidos, los sicarios encerraron a los Hermanos en una celda, y siguieron su orgía macabra.

Al amanecer el día 5 fueron sacados los Frailes del convento; unos tiraron para Estercuel, otros para Oliete, que al separarse dijeron: estos dos no tendrán que andar mucho. Un miliciano, mostrando un rosario, preguntó de quién era, manifestando fray Trallero que era suyo, el rufián le espetó: Toma, póntelo, pues con él morirás.

Los llevaron como dos kilómetros, según manifestaciones posteriores de los milicianos, pudieron de huir pues conocían bien el terreno, pero caminaron como mansos corderos. Al llegar a la bajada del barranco del Agua, se pararon, volvieron a preguntar a las víctimas por los otros frailes, a denostarles, a pretender arrancarles una blasfemia, vivas a Rusia y a la revolución; mas a todo contestaban: viva Cristo Rey

Uno de los asesinos comentó después: Los dos legos que hemos matado, los hemos matado porque eran estúpidos, porque no querían renegar de la fe y no querían blasfemar de Dios como nosotros les exigíamos y ellos respondieron con un ¡viva Cristo rey! y esto repetidas veces. No hay Dios, pero si hubiese estos son dos santos. Otro contaría: Acabo de matar a dos frailes. Les exigí que gritasen algún viva, y ellos respondieron inflexibles ¡viva Cristo rey!, me enfurecieron tanto que disparando con la pistola los maté. Otro comentaría: Yo los quería salvar, porque eran trabajadores, pero se han empeñado en morir por su religión y tanto oír viva Cristo rey. No he tenido más remedio que matarlos.

Eran las seis de la mañana cuando cayeron acribillados. Los sicarios aplicaron unos haces de mies, y les prendieron fuego, mas no ardieron sino las ropas y se chamuscaron los cadáveres.

Pablo Juan Sanz memorara cómo aquella mañana iba a acarrear con sus caballerías, vio fuego, se acercó y reconoció los cadáveres, no obstante estar chamuscados; luego supo cómo fray Trallero dijo al fray Codina: prontísimo iremos a la gloria. Aquella misma tarde los primos de fray Trallero, Agustín y José Lázaro, removieron las cenizas, constataron cómo las cabezas estaban abiertas por los disparos y una vaciada con los sesos esparcidos por el suelo; recogieron un crucifijo y dos medallas.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. MARIANO ALCALÁ PÉREZ, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 11 Mayo 1867 en Andorra, Teruel (España)
martirio: 15 Septiembre 1936 en Andorra, Teruel (España)

2. TOMÁS CARBONELL MIQUEL, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 20 Diciembre 1888 en Jijona, Alicante (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)

3. FRANCISCO GARGALLO GASCÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Febrero 1872 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

4. MANUEL SANCHO AGUILAR, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero 1874 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

5. MARIANO PINA TURÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 13 Atril 1867 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 08 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

6. PEDRO ESTEBAN HERNÁNDEZ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 27 Julo 1869 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)

7. ANTONIO LAHOZ GAN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 22 Octubre 1858 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)

8. JOSÉ TRALLERO LOU, religioso mercedario profeso
nacimiento: 28 Diciembre 1903 en Oliete, Teruel (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)

9. JAIME CODINA CASELLAS, religioso mercedario profeso
nacimiento: 03 Mayo 1901 en Aguilar de Segarra, Barcelona (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)

10. JOSEP REÑÉ PRENAFETA, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 15 June 1903 en Lleida (España)
martirio: 16 Agosto 1936 en Barcelona (España)

11. ANTONIO GONZÁLEZ PENÍN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Marzo 1864 en San Salvador de Rabal, Celanova, Orense (España)
martirio: 10 Agosto 1936 en Barcelona (España)

12. TOMÁS CAMPO MARÍN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Enero 1879 en Mahamud, Burgos (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

13. FRANCESC LLAGOSTERA BONET, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 30 Agosto 1883 en Valls, Tarragona (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

14. SERAPIO SANZ IRANZO, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Octubre 1879 en Muniesa, Teruel (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

15. ENRIC MORANTE CHIC, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Septiembre 1896 en Lleida (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)

16. JESÚS EDUARD MASSANET FLAQUER, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero1899 en Capdepera, Islas Baleares (España)
martirio: 25 Julo 1936 en Lleida (España)

17. AMANCIO MARÍN MÍNGUEZ, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 26 Marzo 1908 en Celada del Camino, Burgos (España)
martirio: 26 Julo 1936 en Binéfar, Huesca (España)

18. LORENZO MORENO NICOLÁS, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Marzo 1899 en Lorca, Murcia (España)
martirio: 03 Noviembre 1936 en Lorca, Murcia (España)

19. FRANCESC MITJÁ i MITJÁ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 26 June 1864 en Arbucias, Girona (España)
martirio: Enero 1936 en Ivorra, Lleida (España)

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Religioso y Mártir

Martirologio Romano: En diversos lugares de la diócesis de Lleida (Lérida), España, Beatos Mariano Alcalá Pérez y 18 compañeros de la Orden de la Bienaventurada Virgen de las Mercedes, asesinados por odio a la fe. ( 1936-37)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Trece son las que conservamos, las tengo aquí delante. Son reliquias, reliquias de un mártir, venerandas. ¡Y tan hermosas! Su familia las guardó y las legó a la Orden como gran tesoro. Lo son. Escribe mal, en castellano o en catalán; su letra es casi indescifrable, comete todas las faltas ortográficas posibles… Pero son admirables, por ingenuas, por piadosas, por sinceras. Se manifiesta pobre e ignorante, se propone ir a la escuela para aprender a escribir mejor, repite que es de corto entendimiento, se declara un pobrecico. Así se veía él, así era, como nos dicen los que le conocieron. Humilde, fervoroso, mortificado, pobre, se daba con toda el alma, absolutamente por Dios y por el prójimo, diría el padre Bienvenido Lahoz

Nació, de José y Magdalena, el 3 de mayo de 1901 en Aguilar de Segarra, siendo bautizado el 5 de ese mayo, confirmado el 10 de octubre del mismo año.

Piadoso de por sí, bien orientado en el seno de la familia, desde niño deseó ser mercedario. La correspondencia manifiesta la gran influencia que tuvo sobre él su tío sacerdote Valentín Codina. Veo lo mucho que desea mi bien espiritual, le escribía el 19 de septiembre de 1932.

Simuló ir a trabajar cerca de Barcelona para entrar en contacto con los Mercedarios. A los dieciséis años, con el consentimiento familiar, ingresó en el convento de Lérida, a donde fue llevado por su padre. Cayó enfermo, y –lo confesaba a su primo Estanislao Codina- su meditación eran sufrimientos de Cristo y su anhelo padecer para ganarse el cielo. Enviado a San Ramón el 20 de junio de 1921 para mejorarse, retornó a la Ciudad del Segre el 29 de agosto de 1921. Mas regresaría a San Ramón a fin de vestir el hábito mercedario el 30 de noviembre de 1921, a las 20’15 horas, de manos del padre Ramón Martín y ante el padre Pablo Planes.

Llamado a filas, estuvo cumpliendo el servicio militar desde el 15 de enero de 1922. Gran riesgo aquel, mas fray Codina tenía las cosas claras; la mili aún consolidó más su vocación, estando de vuelta al convento a primeros de enero de 1926. Su tío Valentín escribió al respecto: cuando estuvo mi sobrino en el servicio militar, no se relajó en nada. Se veía inclinado a la piedad. No me sorprendió que se hiciera religioso porque no le había visto nunca desmandado; creo que tenía una buena vocación. Y Estanislao cuenta cómo, cumpliendo la mili en Barcelona, saliendo ambos a pasear no sabía hablar de otra cosa que de las vidas de los santos y sus ansias de volver al convento.

De que no entró en crisis su vocación es fehaciente cómo inmediatamente que fue licenciado, a primeros de enero de 1926, regresó al convento; el 21 del mismo enero llegaba desde Barcelona a El Olivar para hacer el noviciado, que interrumpiera el servicio militar; hizo retiro; fue escrutado el 22 y el 23 por los padres Francisco Gargallo, Mariano Pina, Manuel Sancho, Pablo Planes y Jaime Monzón; y el 30, a las 20’15, le vistió de nuevo el padre Francisco Gargallo ante el padre Manuel Sancho. En diciembre de este año 1926 felicitaba a mosén Valentín, deseando que viviendo y muriendo santamente tengamos la dicha de gozar un dichoso cielo así sea; proveyendo a la salud del familiar Luís; rogando que si por aquí encuentra que tenga vocación por el estado religioso le agradeceré que tenga la bondad de avisar, ahora también en San Ramón han abierto postulantado; comunicándole cómo sin darse cuenta pronto va a hacer un año que llegué a este convento, y si no hay ninguna novedad y mis superiores no encuentran inconvenientes y Dios acepta mis deseos celebraré con libre y plena libertad mis primeros votos religiosos simples el 31 de enero.

Así fue pues el 31 de enero de 1927 en El Olivar, ante los padres Tomás Tajadura, Mariano Pina y Jaime Monzón. Le habían escrutado los precedentes días 21 y 22. El 7 de agosto de ese año escribía a su bondadoso y amado tío Valentín: Recibí su muy atenta grata carta por lo cual agradezco vuestro gran amor para con mí y me confundo al observar la poca atención y amor para con vos pienso atentamente como podré corresponder por lo mucho que habéis hecho por mi por toda la familia y los sobrinos, siendo muy poca cosa para corresponder y agradecer rezará por él al Corazón de Jesús. Le envía una fotografía de la Virgen y exclama: en verdad digo dichosa y bendita la hora en que llegué a este paraíso celestial en la tierra.

El 23 de diciembre de ese 1927 felicitaba a su tío mosén Valentín y, una vez más le mostraba con exquisita humildad su agradecimiento: cada día veo que mis deudas hacia usted son más grandes cuando recuerdo cuando era pequeño qué poco apreciaba sus buenos consejos, que Dios me perdone la falta de respeto.

En 1928 pasó algunos días en casa por haberse enfermado gravemente su madre, pues no se apartó un momento de ella, compartiendo rezos y pláticas espirituales. Eran tiempos de riesgo, y Estanislao le advirtió que lo podrían matar; del cuerpo –respondió- hagan lo que quieran, mas el alma es sólo de Dios.

En enero de 1929 escribía a su padre desde esta soledad santa y casa de Dios de Mercedes: por vuestra carta de octubre veo vuestra salud y vuestra prosperidad de los bienes materiales… amado padre ya tenéis unos cuantos años y fácilmente el corazón se aficiona en las cosas materiales y el hombre se olvida fácilmente de lo más importante que es reflexionar atender y seguir el camino que conduce la verdad… Así espero amado padre mío que en camino de verdadera y santa penitencia que espiraremos en los dulces brazos de Jesús María y José y después tengamos la dicha de abrazarnos en el cielo… Ya que tengo estado y han llegado los reyes espero que algo me ban a traer aun que es verdad que nada jamás me tiene que faltar porque en la propia casa de Dios estoy Dios provera de todo antes que yo lo pida y me de cuenta que me haga falta... si en vida le queréis dar lo que le dejareis por testamento y me lo queréis ahora lo que sea vuestra voluntad… mucho os lo agradeceré y la orden también y la Virgen nuestra Madre, si acaso os determinéis de mandármelo lo mandareis en esta casa de Dios de Olivar casa de mis encantos y delicias mis hermanos podrán poseer riquezas pero aunque poseyeran todo el mundo entero yo no canviaría por mi única felicidad de servir a Dios en mi amada orden. Adjuntaba una carta para sus hermanos: Espero con la ayuda del cielo expresaros mis únicas resoluciones con toda claridad… para que no murmuréis ni censuréis mis decisiones porque Dios nos pedirá cuenta de todas las cosas… sigue hablando de cómo el hombre se entrega a sus apetitos, no se sacia… hermanos míos instruíos bien sobre este punto de la penitencia ya que es una necesidad indispensable para entrar en el reino de Dios. Os pido, hermanos muy amados, que me dejéis en santa paz y tranquilidad. No escribirá más –dice- hasta que haya aprendido a escribir y para ello va a ir a la escuela.

El 19 de marzo de 1930 en el convento de San Ramón profe­saba solemnemente, adoptando el nombre fray Pedro Armengol. Se conservan cuatro cartas suyas a su tío sacerdote Valentín Codina expedidas en San Ramón.

El 11 de abril de 1930 se excusaba porque no le había avisado de su profesión solemne, perdone que no es mi intención ofender o hacer sufrir a nadie, de buena gana me iría a rincón de una montaña solamente por no hacer sufrir a otros, qué importa que yo sufra mientras haga que no sufra nadie… parece que no sepa portarme de otra manera que ingratamente. Enfadó a sus superiores porque ni a su padre se lo quería anunciar, pues doy poca importancia a la profesión, qué me aprovechará a la hora de la muerte la profesión si mi vida ha sido diferente de lo que he prometido solemnemente, cuántos hombres hay que van por los cuatro mundos de Dios como abandonados y perdidos y ellos también un día profesaron… profesado en cumplimiento de la voluntad de Dios, ahora hace falta que cumpla lo que he prometido.

El 24 de diciembre de 1931 deseaba al tío feliz la Navidad y manifestaba los mismos complejos de inferioridad: Usted se conformó con que no le escribiera, pero lo he preguntado y me ha dicho que estaba mal hecho… Veo que con mucha razón Usted también le habrá parecido mal al pasar tanto tiempo sin que yo le escribiera, bien veo que son tantas las cosas que he hecho mal por no pedir consejo porque me ha parecido a mi y nada más. Espero que dará por olvidado mi mal comportamiento con Usted.

El 19 de septiembre de 1932 animaba a su tío a ir al Santuario de ejercicios, con las esperanzas de poderle obsequiar, añadiendo, desde su acostumbrada humildad, creo muy bien que me dispensará de no haberle obsequiado de la manera que habría deseado el año pasado.

Un 11 de febrero (de 1933) le contaba cómo acababa de llegar para ver su muy estimado padre enfermo; había tenido otro ataque muy fuerte, pero se había recuperado, así que el día 23 se regresará a San Ramón.

De por ahora es una misiva a su muy querida tía María Casellas, de la que también tenía recibidos muchos favores y justo es que se los agradezca, pues la tiene dentro de su corazón, aunque no le escriba, como tampoco le escribe a su padrina la tía Acheta y a su cuñada Francisca Giral, porque no sabe, cuando escribe es por dar satisfacción a mosén Valentín. A todos deseo todo el bien material y espiritual y después que nos podamos ver todos en el cielo… Estaré contentísimo –agrega- si cuando están ante el sagrario se acuerdan de mí.

El 15 de noviembre de 1932 llegó a Palma. Desde allí escribía el 23 de abril de 1933 a su amado tío mosén Valentín, excusándose de no haberle contestado antes por estar muy ocupado y cómo me cuesta tanto escribir. Palma es un país muy bonito los extranjeros les gusta mucho. Usted venga podrá mejor formarse una idea yo no le puedo explicar nada porque salgo muy poco me causan tan poca ilusión las cosas que a donde estoy mejor es en casa. A ver cómo terminaran las cosas de la política parece como si lo peor todavía no hubiere venido. Por este país también se esta con mucho peligro según se ve la parte moral a decaído por todas partes y por eso no encuentro nada extraño que los desordenes aumenten.

Vino, en efecto, a Mallorca para verle el tío Valentín, parece que en 1933, constatando cómo saqué la impresión de que era muy obediente y que sus superiores estaban contentos con él. Creo que vivía feliz su estado religioso. El sobrino le escribió el 27 de diciembre de 1933 deseándole buenas navidades; anunciándole la muerte del padre Eleuterio Menchaca; comentando que escribía a su padre, a su hermana, a su tía monja, a la madrina; lamentando que los tiempos no son favorables para que las cosas se arreglen para una entera paz y tranquilidad, que Dios tenga misericordia y sea propicio a estos tiempos en que las pasiones y los vicios se han mostrado tan descaradamente.

Se halla cuando la visita provincial del 10 al 12 de julio de 1933, y cuando el informe provincial de 1934. Este año el 2 de noviembre con los padres Mariano Pina, Lorenzo –los tres mártires- visitaron la tumba del padre Eleuterio Menchaca y el 21 de ese mismo noviembre con el padre Pina hicieron día de asueto en Génova, escalando el monte. El 22 de diciembre de 1934 respondía a la felicitación de su tío Valentín, se hacía eco del momento político y comentaba: Por estas islas algunos van a tener unas fiestas muy tristes han suspendido dos bancos los pagos y con el temor de que alguno más hará lo mismo, cierre de alguna fabrica y comercio. Seguía en Palma cuando la visita provincial del 19 al 23 de enero de 1935. El 26 de febrero Codina cogió un gripazo. El 4 de mayo de 1935 salió para San Ramón.

El 12 de septiembre de 1935 el padre provincial disponía que fray José Gascón fuera para San Ramón y de allí pasara a El Olivar fray Jaime Codina, que viajó el inmediato día 16. El 19 de septiembre el padre Gargallo decía al provincial que había llegado fray Jaime Codina y tomado el mando de la cocina, lo que será una buena ayuda para la economía de la casa y además me parece que las comidas serán más aceptables.

Ahora fray Codina aún había progresado más en bondad; en servicialidad para propios y extraños; en laboriosidad, pues no sólo llevaba la cocina para una comunidad de más de setenta personas, sino que aún tenía tiempo para hacer arreglos en la casa y de echar una mano en el campo; en humildad, ya que a veces hasta se ponía ridículo, para que lo menospreciaran; en austeridad, tanto que, aunque cocinero, nunca comía nada fuera de las horas; en austeridad, tanta que no le importaba comer los restos de la comida; en devoción a su Madre de la Merced y al Sacramento, cuyo cultivo ardorosamente propagaba. Y sobre todo eso, jamás se molestaba o se quejaba.

Martirio de Fray José Trallero Lou y de Fray Jaime Codina Casellas

El 4 de agosto, hacia las cuatro de la tarde, por insinuación del padre Comendador, saliendo del corral donde estaban escondidos, como ya vimos, fueron los dos Hermanos a ojear si había paso para Oliete. Manuel Aced les advirtió que era muy peligroso, pero manifestaron que por obediencia cumplirían la disposición del superior. Anduvieron un par de horas, cuando fueron sorprendidos por un grupo de milicianos que, desde Olite, iban hacia El Olivar. Maniatados, los trajeron al Convento, llegando puesto el sol. Ya lo habían ocupado elementos del comité de Estercuel, que, luego de cerrar las puertas monacales, se disponían a regresar a su pueblo; mas a unos trescientos metros se toparon con los milicianos aprehensores que instaron a los estercuelinos a volverse. Llegados a la plaza comenzaron a torturar e injuriar soezmente a los Hermanos.

Juan Manuel Boltaña asevera cómo bajó con el comité de Estercuel a posesionarse del convento, y vio cómo algunos milicianos maltrataban a los Frailes y los amenazaban con la pistola en el pecho para que manifestasen dónde estaban los otros; dijeron que no lo sabían y callaban ante los insultos. En estas intimidaciones descubrieron a fray Trallero unas medallas al cuello, y le conminaron: Quítate eso, que ya ha pasado de moda. Pero él se negó resueltamente. Querían obligarles a gritar viva la revolución, viva el comunismo, viva Rusia, pero replicaban: ¡viva Cristo rey!, ¡viva la religión católica!

Fray José y fray Jaime fueron compelidos a presenciar la profanación del templo, la violación del cementerio monástico y del panteón, la quema de imágenes y ornamentos, las parodias más satánicas. Tomándose un respiro, quisieron los sicarios comer y beber cuanto los religiosos habían venido ahorrando, así que, siempre vigilados por dos milicianos, tuvieron que preparar la cena las dos víctimas; que, desconfiando los facinerosos, fueron obligados a probar los alimentos. Les infligieron muchos insultos en todo momento, como el de tenderlos en medio del refectorio, mientras banqueteaban, entre cuatro candeleros encendidos, simulando un velatorio. Hartos y bien bebidos, los sicarios encerraron a los Hermanos en una celda, y siguieron su orgía macabra.

Al amanecer el día 5 fueron sacados los Frailes del convento; unos tiraron para Estercuel, otros para Oliete, que al separarse dijeron: estos dos no tendrán que andar mucho. Un miliciano, mostrando un rosario, preguntó de quién era, manifestando fray Trallero que era suyo, el rufián le espetó: Toma, póntelo, pues con él morirás.

Los llevaron como dos kilómetros, según manifestaciones posteriores de los milicianos, pudieron de huir pues conocían bien el terreno, pero caminaron como mansos corderos. Al llegar a la bajada del barranco del Agua, se pararon, volvieron a preguntar a las víctimas por los otros frailes, a denostarles, a pretender arrancarles una blasfemia, vivas a Rusia y a la revolución; mas a todo contestaban: viva Cristo Rey

Uno de los asesinos comentó después: Los dos legos que hemos matado, los hemos matado porque eran estúpidos, porque no querían renegar de la fe y no querían blasfemar de Dios como nosotros les exigíamos y ellos respondieron con un ¡viva Cristo rey! y esto repetidas veces. No hay Dios, pero si hubiese estos son dos santos. Otro contaría: Acabo de matar a dos frailes. Les exigí que gritasen algún viva, y ellos respondieron inflexibles ¡viva Cristo rey!, me enfurecieron tanto que disparando con la pistola los maté. Otro comentaría: Yo los quería salvar, porque eran trabajadores, pero se han empeñado en morir por su religión y tanto oír viva Cristo rey. No he tenido más remedio que matarlos.

Eran las seis de la mañana cuando cayeron acribillados. Los sicarios aplicaron unos haces de mies, y les prendieron fuego, mas no ardieron sino las ropas y se chamuscaron los cadáveres.

Pablo Juan Sanz memorara cómo aquella mañana iba a acarrear con sus caballerías, vio fuego, se acercó y reconoció los cadáveres, no obstante estar chamuscados; luego supo cómo fray Trallero dijo al fray Codina: prontísimo iremos a la gloria. Aquella misma tarde los primos de fray Trallero, Agustín y José Lázaro, removieron las cenizas, constataron cómo las cabezas estaban abiertas por los disparos y una vaciada con los sesos esparcidos por el suelo; recogieron un crucifijo y dos medallas.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. MARIANO ALCALÁ PÉREZ, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 11 Mayo 1867 en Andorra, Teruel (España)
martirio: 15 Septiembre 1936 en Andorra, Teruel (España)

2. TOMÁS CARBONELL MIQUEL, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 20 Diciembre 1888 en Jijona, Alicante (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)

3. FRANCISCO GARGALLO GASCÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Febrero 1872 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

4. MANUEL SANCHO AGUILAR, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero 1874 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

5. MARIANO PINA TURÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 13 Atril 1867 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 08 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

6. PEDRO ESTEBAN HERNÁNDEZ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 27 Julo 1869 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)

7. ANTONIO LAHOZ GAN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 22 Octubre 1858 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)

8. JOSÉ TRALLERO LOU, religioso mercedario profeso
nacimiento: 28 Diciembre 1903 en Oliete, Teruel (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)

9. JAIME CODINA CASELLAS, religioso mercedario profeso
nacimiento: 03 Mayo 1901 en Aguilar de Segarra, Barcelona (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)

10. JOSEP REÑÉ PRENAFETA, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 15 June 1903 en Lleida (España)
martirio: 16 Agosto 1936 en Barcelona (España)

11. ANTONIO GONZÁLEZ PENÍN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Marzo 1864 en San Salvador de Rabal, Celanova, Orense (España)
martirio: 10 Agosto 1936 en Barcelona (España)

12. TOMÁS CAMPO MARÍN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Enero 1879 en Mahamud, Burgos (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

13. FRANCESC LLAGOSTERA BONET, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 30 Agosto 1883 en Valls, Tarragona (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

14. SERAPIO SANZ IRANZO, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Octubre 1879 en Muniesa, Teruel (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

15. ENRIC MORANTE CHIC, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Septiembre 1896 en Lleida (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)

16. JESÚS EDUARD MASSANET FLAQUER, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero1899 en Capdepera, Islas Baleares (España)
martirio: 25 Julo 1936 en Lleida (España)

17. AMANCIO MARÍN MÍNGUEZ, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 26 Marzo 1908 en Celada del Camino, Burgos (España)
martirio: 26 Julo 1936 en Binéfar, Huesca (España)

18. LORENZO MORENO NICOLÁS, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Marzo 1899 en Lorca, Murcia (España)
martirio: 03 Noviembre 1936 en Lorca, Murcia (España)

19. FRANCESC MITJÁ i MITJÁ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 26 June 1864 en Arbucias, Girona (España)
martirio: Enero 1937 en Ivorra, Lleida (España)

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Postulante y Mártir

Martirologio Romano: En Valencia, España, Beatos Ricardo Gil Barcelón (sacerdote) y Antonio Arrué Peiró (postulante), miembros de la Congregación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, asesinados por odio a la fe ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Incluso la familia de Don Orione hizo su contribución con sangre durante la masacre inhumana de los obispos, sacerdotes, religiosos y monjas, asesinados por odio a la Iglesia Católica en España, durante la sangrienta guerra civil de 1936-39. Las víctimas orionistas son el padre Ricardo Gil Barcelón y el postulante Antonio Arrué Peiró.

Antonio Arrué Peiró, nació el 4 de abril 1908 en Calatayud, Zaragoza (España) siendo sus Antonio Arrué y Aqueda Peiró Caballer, personas de modestas condiciones económicas pero buenos cristianos, entre sus parientes hubo un obispo dominico en Filipinas quien murió en 1896.

Asistió a la escuela durante unos años de Calatayud y de su padre aprendió el arte del tallar la madera. El 22 de agosto de 1926 quedó huérfano de padre y después de un tiempo murieron también su madre y una hermana, todas estas muertes y la falta de apoyo y abandono de la familia provocó en él un período de depresión.

A los 23 años, en 1931, conoció al sacerdote Ricardo Gil Barcelón, quien lo acogió en su casa en Valencia, por gratitud Antonio colaboraba allí como guardián de aquella vivienda, también ayudaba en la misa en la iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados y con las ayudas a los pobres.

Era un joven serio y piadoso, trabajador, de pocas palabras. El Padre Ricardo reconoció su vocación y vio en él cualidades convenientes para que se uniese a la “Congregación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia", informó de aquello Don Orione en cartas, y consideró a Antonio como postulante por lo que comenzó a darle clases de latín.

Antonio Arrué perseveró durante cinco años en la vida de piedad y dedicación a los demás, haciendo todo lo posible para ayudar a las legiones de pobres que acudían con confianza a ellos.

El 3 de agosto de 1936 regresaba a casa cuando se dio cuenta de que el Padre Ricardo había sido detenido por militantes y anarquistas, y rechazando la invitación de los vecinos que querían ocultarlo y ayudarlo a escapar, se unió al religiososque le había ayudado tanto.

El 4 de agosto cuando asesinaron al sacerdote, el se arrojó a su lado para sostenerle, los anarquistas le rompieron el cráneo con la culata de un rifle, asociándolos en el martirio.

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Por: . | Fuente: Franciscanos.org

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En el campo de concentración de Dachau, cerca de Munich, de Baviera, en Alemania, beato Enrique Krzysztofik, presbítero y mártir. Deportado durante la guerra desde Polonia a una cárcel extranjera por su fe cristiana, acabó entre suplicios su martirio (1942).
Sacerdote capuchino, profeso desde 1927. Era guardián y director de estudios del convento de Lublin; religioso de extraordinario celo, fe y entrega a la causa de Dios. Arrestado el 25 de enero de 1940, lo deportaron al campo de Dachau, donde fue sostén espiritual de los que sufrían y de los moribundos. En su última carta a los seminaristas les escribía: «Estoy pavorosamente flaco... Peso 35 kilos. Me duelen todos los huesos. Estoy tirado en la cama como en la cruz con Cristo. Pero estoy contento de estar y sufrir con él. Ruego y ofrezco a Dios estos mis sufrimientos por vosotros». Murió el 4 de agosto de 1942.

El 13 de junio de 1999, el papa Juan Pablo II beatificó, en Varsovia, a un grupo de 108 mártires de la última Guerra Mundial en Polonia, entre ellos está nuestro beato Enrique.

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Monje y Mártir

Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, beato Guillermo Horn, mártir. Fue monje en la Cartuja de esta ciudad, sin apartarse nunca del cumplimiento de la Regla. Debilitado por una larga permanencia en la cárcel durante el reinado de Enrique VII y sometido finalmente al suplicio en el patíbulo de Tyburn, emigró a la derecha de Cristo (1540).
El calendario cartujano celebra hoy al último de los mártires de la Cartuja londinense. Ya vimos en la reseña del martirio de San Juan Houghton y sus compañeros, el 4 de mayo, las circunstancias pormenorizadas del martirio de aquellos monjes a los que el lugarteniente de Enrique VIII, Tomás Cromwell, no sólo se negó a oírles su defensa sino que les infligió un terrible martirio.

Nuestro Beato Guillermo forma parte del grupo último que fue apresado por negarse a reconocer como cabeza de la Iglesia en Inglaterra al sensual Rey Enrique. Todos los datos de las detenciones y provocaciones de los súbditos de Cromwell a aquella Comunidad los sabemos de primera mano por el monje Dom Mauricio Chauncy, miembro de la Cartuja de Londres, que pudo huir al continente y le escribió lo sucedido al Reverendo Padre General. A él seguimos transcribiendo lo que nos dice del Hermano Guillermo.

El Padre Chauncy nos dice que después de dos años de vejaciones, desde la muerte de los primeros mártires, y viendo que todo el mundo se sometía al edicto regio, algunos de la Comunidad «no sin gran lesión de su conciencia y, llorando, se sometieron a la voluntad del Rey.

Los demás no quisieron tener en más la Casa de piedra que a sí mismos y anteponiendo a todo la salvación de su alma, dieron con gusto cuanto tenían, y se negaron a conseguir su libertad mediante una simulación, antes bien, resistieron al rey con firmeza para alcanzar así una resurrección más feliz y tener en el cielo una casa no hecha por mano de hombres.

Este último grupo consta de diez cartujos, seis Hermanos y cuatro Padres. Todos fueron encarcelados el 20 de mayo de 1537 en cárcel asquerosísima, en la ciudad de Newgate, en donde murieron al poco tiempo, excepto uno, por la inmundicia y el hedor de la cárcel. Al oír esto, el predicho representante regio se impacientó mucho y juró que los habría atormentado más cruelmente si no hubiesen muerto.

El Hermano converso sobreviviente, Guillermo Horn, permaneció tres años en la cárcel con buena salud. Sacado finalmente el 4 de noviembre de 1541 y sometido a los mismos tormentos de mutilaciones y desgarramientos de su cuerpo que su Padre Prior, padeció y murió con él. Así, el hijo siguió a su Padre, siendo entre todos el más cruelmente atormentado, y murió al cabo por amor a Jesucristo y por la fe de su Esposa la Iglesia católica, negándose a prestar en falso un juramento».

En la Orden siempre se guardó con gran veneración la memoria de estos hermanos mártires, mas cuando Inglaterra comenzó a cambiar la legislación respecto a los católicos en el S. XIX, el Papa León XIII proclamó, el 6 de diciembre de 1887, beatos a los dieciocho cartujos ingleses junto con otros dieciséis mártires de la Reforma de Enrique VIII.

Oración
Padre todopoderoso, que concediste al Beato
Guillermo fortaleza para morir por la
libertad de la fe; te rogamos que su intercesión
nos ayude a soportar por tu amor la adversidad
y a caminar con valentía hacia Tí,
fuente de toda vida.
Por Nuestro Señor Jesucristo
Amén

"Santos y Beatos de la cartuja", pág. 64, autor Juan Mayo Escudero, Edit. Analecta Cartusiana, ISBN 3-901995-24-2, año 2000 REPRODUCIDO CON AUTORIZACIÓN DEL AUTOR

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6:57 p.m.

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Juan María Bautista Vianney (a veces escrito Juan Vianey), el Santo Cura de Ars, Es patrón de los sacerdotes; ejemplo de virtud, confesor, promotor de la Eucaristía y de la devoción Mariana. Nació cerca de Lyon el año 1786. Tuvo que superar muchas dificultades para llegar por fin a ordenarse sacerdote. Se le confió la parroquia de Ars, en la diócesis de Belley, y el santo, con una activa predicación, con la mortificación, la oración y la caridad, la gobernó, y promovió de un modo admirable su adelanto espiritual. Estaba dotado de unas cualidades extraordinarias como confesor, lo cual hacía que los fieles acudiesen a él de todas partes, para escuchar sus santos consejos. Murió el año 1859.

6:57 p.m.

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Conmemoración de san Aristarco de Tesalónica, que fue discípulo de san Pablo, fiel compañero en sus viajes y prisionero con él en Roma (s. I).

11:26 p.m.

Por: P. Flavio Peloso | Fuente: www.santo.donorione.org

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Valencia, España, Beatos Ricardo Gil Barcelón (sacerdote) y Antonio Arrué Peiró (postulante), miembros de la Congregación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, asesinados por odio a la fe ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Madrugada del 4 de febrero de 1910. Un humilde sacerdote sale de la iglesia de "Sant´Anna dei Palafrenieri" en el Vaticano para iniciar una de sus jornadas, llena de fatigas entrelazadas con incesante oración.

Las iglesias están todavía cerradas; las calles desiertas; el viento mordaz sacude los residuos perezosos de la noche. A buen paso se encamina hacia la estación y llega, mientras la claridad del día va extendiéndose, a la avenida Vittorio Emanuele, cerca de la fuente de la "navicella", al lado de la calle. Este cura del norte mira alrededor, nunca saciado, fascinado por la grandeza cristiana de Roma, motivo de sentimientos y sincera oración. Delante de la nueva iglesia inclina la cabeza vertiendo una invocación a su querido San Felipe Neri, "Pippo bono", como también suele llamarle.

La vista se alza para contemplar fugazmente la magnífica fachada diseñada por Rughesi. De rodillas y casi encorvado sobre el peldaño delante del postigo aún cerrado, hay una masa negra, inmóvil. Una figura en actitud absorta y casi arrebatada. Don Orione - era Él este cura del norte - se siente empujado a acercarse; tiene la impresión de que sea un sacerdote: sus manos juntas y una profunda piedad se lo hacen creer... Es de estatura superior a la media; el hábito y el sombrero están limpios pero muy pobres y desteñidos. Sin embargo hay en Él algo que habla de candor y firmeza en la voluntad de bien.

"¿Quién eres?", pregunta Don Orione.
"¡Soy un hijo de la Divina Providencia!", responde el sacerdote.
"¡También yo soy hijo de la Divina Providencia! Pues entonces me perteneces un poco, sonríe Don Orione. Tengo una congregación cuyos miembros se llaman Hijos de la Divina Providencia".

El desconocido se levanta. Los dos sacerdotes se miran a los ojos: la sonrisa de Don Orione atrae, como un imán, la sonrisa del otro. Se ha entablado una amistad.

Se acompañan tranquilamente en la calle todavía silenciosa, atraídos por una inmediata y recíproca simpatía. Aceleran el paso porque es tarde para Don Orione que no puede permitirse el lujo de perder el tren: muchas cosas le esperan. Mientras hablan una atracción mayor vierte al corazón del desconocido seguridad y confianza que se resuelve en confidencia.

Es español, sacerdote. Ha venido a pie desde Valencia, en peregrinación de penitencia, para implorar a Dios que le enseñe el camino que debe seguir: necesita mucha luz interior. Hasta hoy no ha hecho otra cosa que vagar siguiendo un gran sueño de amor, de evangelización, de santidad.

"Vete a la Iglesia de Santa Ana, preséntate en nombre mío y espérame", concluye Don Orione. "¡Dios nos inspirará y la Santa Virgen nos llevará de la mano!".

De este modo el Padre Ricardo Gil entró en la Órbita de Don Orione; y, ocurriendo todo aquello que había afirmado graciosa y proféticamente en aquella fría mañana de febrero, terminó como un Hijo de la Divina Providencia.

La historia de uno de tantos sacerdotes, heroicos testigos de la fe y mártires durante la persecución religiosa en España en 1936, se inicia así, en las puertas del Vaticano.

El P. Ricardo Gil Barcelón había nacido en Manzanera, en España, el 27 de octubre de 1873, en una familia noble y desahogada. Tan brillante en los estudios como en la música, gozaba de la vida cómodamente: caballos, entretenimientos, alegres compañías, mitos juveniles. Volvió a la casa paterna descontento de sí mismo, cansado de un mundo del que apenas había visto su superficialidad y probado su vanidad.

Tomó casi como un acto liberador la posibilidad de enrolarse en la artillería del ejército español empeñado entonces en las Filipinas en la lucha tanto contra los rebeldes de Mindanao como contra el incipiente imperio estadounidense. En un momento de gran peligro, rezó a la Virgen. La inexplicable liberación del peligro le hizo pensar en el Cielo. En la compañía de los militares para divertir, se puso a tocar la guitarra y a cantar. No quisieron que sus manos manejasen ya armas, sólo instrumentos musicales. El, inquieto, empezó a juntarlas para orar.

Entró con los dominicos, frecuentó la Pontificia Universidad de Manila suscitando admiración. Se ordenó sacerdote en 1904 con el porvenir asegurado: vice-bibliotecario de la universidad y capellán de la catedral. Sin embargo parecía faltarle algo para estar en paz. Volvió a España, desde allí salió hacia Italia, a pie, mendigando, ayudando a los pobres y visitando santuarios lugares de santos.

La Divina Providencia le había dado cita, aquella mañana del 4 de febrero de 1910 con Don Orione. Estuvo por algún tiempo en la comunidad de los Ironistas que oficiaban en "Sant´Anna dei Palafrenieri" en el Vaticano; se encontró con Pío X. Había entendido por fin la fuente de su inquietud: la santidad y la caridad.

Viajó con Don Orione a Mesina al tiempo de la reconstrucción de la ciudad después del terrible terremoto, y después durante 10 años en Cassano Ionio, en Calabria, custodio del santuario de la Virgen de la Cadena y de un grupito de huérfanos allí acogidos. Desde 1923 a 1927 en Roma, dividiendo su tiempo entre la colonia agrícola de Santa María, en Monte Mario, y la populosa Parroquia de "Ognisanti", fuera de la puerta de San Juan. Vuelto a Cassano Ionio por un breve periodo, tuvo que probar el cáliz amargo de una calumnia terrible que fue seguida de un mes de cárcel.

Viendo en Él temple de pionero, en 1930, Don Orione envió al Padre Gil a España con la orden de abrir una avanzadilla de su joven Congregación. Empezó en extrema pobreza, a la orionista: evangelio, obras de caridad y mucha confianza en la Divina Providencia.

Para España eran años llenos de desórdenes sociales terribles y de persecución religiosa. Cuando en julio de 1936 el huracán anarquista y comunista sacudió aquella región llenándola de desolación y muerte, el Padre Gil fue respetado hasta el final porque se ocupaba de los más pobres. Dos veces fueron a su casa los milicianos para eliminarle como a tantos otros. Dos veces se interpuso la gente del vecindario diciendo: "¡Es bueno, ayuda a los pobres, nuestros hijos comen porque está Él!". La tercera vez, el 3 de agosto, cerraron la discusión: "¡Es precisamente a los buenos a los que buscamos nosotros!".

Un joven aspirante, Antonio Arrué Pairó, que no estaba en casa, vio el camión en el que habían hecho subir al Padre. No lo dudó un momento, corrió a su encuentro y quiso a toda costa permanecer con Él. Al día siguiente fueron llevados juntos al Saler de Valencia. Fusilaron al Padre Gil que a la propuesta blasfema de gritar "¡viva la anarquía!" prefirió gritar "¡Viva Cristo Rey!". Antonio - según el relato de un guardia - al ver caer al Padre se arrojó a su lado para sostenerlo. Los guardias comunistas le fracturaron el cráneo con la culata del fusil.

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11:26 p.m.

Por: . | Fuente: HispaniaMartyr.org

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Barcelona, España, Beato José Guardiet y Pujol, sacerdote diocesano; asesinado por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

El Doctor Josep Guardiet i Pujol nació el día de la fiesta de san Luis Gonzaga de 1879 en Manlleu, industriosa villa de la plana de Vic en la que su padre era farmacéutico. Cursó estudios eclesiásticos en el seminario de Vic, siendo ordenado en 1902. Se doctoró en Teología en la Universidad Pontificia de Tarragona.

Cómo era el Doctor Guardiet

El celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas de sus parroquianos le devoraba como a Elías. Su actividad parroquial era incansable; decía: “procuremos tener siempre más trabajo que el que podamos hacer”.

Cuando regía la parroquia del Espíritu Santo en Tarrasa, en una excursión con los jóvenes, pasando por Rubí, exclamó proféticamente: “¡Rubí, Rubí, quien pudiera vivir en tu pueblo y dar por ti su sangre!” Los jóvenes le replicaron: -“¿Sabe que es un pueblo muy malo?”. Él respondió: “Nadie es del todo bueno; yo siento este deseo apostólico”. En 1917 era nombrado párroco de San Pedro de Rubí, y veinte años después iba a cumplirse este su deseo.

Predicador y catequista incansable. Enérgico y emprendedor a la vez que bondadoso y afable, rebosante de creatividad pastoral, austero y servicial, sacrificado y caritativo hasta el extremo.

Le llamaban el párroco de la sonrisa por su proverbial amabilidad, su sentido del humor. Firme pero siempre dispuesto a concitar voluntades, hizo que su parroquia se convirtiera en modelo, y el Doctor Guardiet en el rector por antonomasia del obispado. Su rectoría era la casa de todos. No tenía horas de despacho porque era un continuo entrar y salir de gente, y dejaba el plato de comida sobre la mesa para atender de inmediato al visitante. Decía: “La comida puede esperar, pero el feligrés no debe”.

La catequesis de los niños para su primera comunión era su más grata actividad. Decía: “Un niño que recibe la comunión es más feliz que San José teniéndolo en brazos, porque es mejor comerse una manzana que tenerla en las manos.”

Organizador de mutiudinarias peregrinaciones a Lourdes y otros santuarios marianos, secundó la iniciativa del Obispo D. Manuel Irurita, como uno de los más entusiastas organizadores de la Primera Diada Catequista Interdiocesana en Montserrat el 25 de junio de 1933.

La persecución religiosa en su fase legal

Llegada la República, el Ayuntamiento de Rubí prohibió el toque de campanas. Hombre de iniciativas y soluciones, para suplir los toques el Dr. Guardiet ideó y puso en práctica la iluminación de los ventanales del campanario a base de distintos colores, según la festividad o acto que se quería anunciar. Si se celebraba bautizo, la luz era blanca; si boda, luz rosada; si exequias de párvulos, luz azul; si la defunción era de un adulto, luz violeta; para anunciar fiestas solemnes, luz roja, y para fiestas sencillas luz verde. Muchos de sus parroquianos llegaron a conocer el significado de las luces indicadoras mejor que el vetado tañido de las campanas. Su iniciativa tuvo resonancia internacional, y una revista católica inglesa dirigida por el famoso Gilbert K. Chesterton, con su peculiar humor británico, hizo un elogioso comentario de la ingeniosa novedad.

Intransigente con las ideas y amable con los equivocados, decía: “Hemos de ser implacables con el error, aunque condescendientes y respetuosos con las personas que lo sostienen.”

Mantuvo digna postura ante las autoridades de la villa por su radicalismo en la cuestión de los entierros religiosos, que ponían obstáculos a las declaraciones de los difuntos, firmadas en vida de querer ser enterrados católicamente, so pretexto de defectos de forma, obligando a retirarse a los sacerdotes del cortejo fúnebre.

La Alcaldía prohibió la tradicional procesión mariana de final del mes de mayo. El Dr. Guardiet publicó la siguiente nota:

“La Alcaldía notifica a la Parroquia que con el fin de mantener el orden público no tiene por conveniente se celebre la procesión anunciada para esta tarde. La Parroquia ha de procurar secundar siempre el mantenimiento del orden público y ha de ayudar al Ayuntamiento en su tarea por conseguirlo. Por ello la Parroquia no sólo obedece la voluntad de la Alcaldía, sino que se adelanta, y suprime también la Procesión del Corpus de este año .

Si el temor de perturbación del orden público viniese de parte de los fieles de la Parroquia, ésta sabría impedirlo y garantizar su mantenimiento, pero no cree la Parroquia que se le pueda culpar del peligro de perturbación, siendo la entidad que más manifestaciones de carácter público ha organizado en la villa y fuera de ella, y nunca éstas han perturbado el orden, y así seguirá pasando.

En la tarde de hoy celebraremos con solemnidad la conclusión del mes de María y la bella fiesta de la Primera Comunión dentro de la iglesia.

En la tarde del día del Corpus, también dentro del templo celebraremos fiesta solemnísima, y desde la mañana estará expuesto Nuestro Señor, a quien harán vela voluntaria todos los adoradores que tiene en Rubí. Jesús se quedará este año dentro de la iglesia, por el temor de que saliendo perturbe el orden público, Él que es la pacificación de los espíritus y de los pueblos.”

En Julio de 1936 comienza la fase sangrienta de la persecución religiosa

Ramón Ratés, hombre de ideas opuestas a las del Dr. Guardiet, escribe en su libro “Memories d’un cafeter”: “Comenzada la guerra civil y tras algunos asesinatos… supe que se proponían matar al Dr. Guardiet, y por primera y única vez, de prisa y corriendo, me fui a la rectoría para ofrecerle refugio en mi casa, el lugar más seguro, porque nadie sospecharía que estuviese escondido en casa Ratés. El hombre, conmovido, me abrazó y me dio las gracias, pero rehusó el ofrecimiento.”

El Doctor Parellada, médico de Rubí, la mañana del día 19 de julio fue a buscar al Dr. Guardiet al Casal Popular donde presidía una reunión de la Juventud Católica Femenina, para decirle que a las tres cerraban la frontera, que se marchaba y que si no se iba con él ya no tendría tiempo de marchar. El Dr. Guardiet le dio las gracias y declinó la invitación “Mi sitio está junto a mis feligreses”, le dijo.

El lunes día 20 de julio abrió la iglesia y dio la Comunión cada cuarto de hora, como hacía siempre. Pero al llegar la noche gente amenazadora se apostaba en torno de la Parroquia. El Vicario Mn. Josép Tintó, testigo de los hechos, y que pudo salir con vida, relata lo sucedido:

Un tiro a media noche fue la señal de ataque convenido. Momentos después llamaba estrepitosamente a la puerta de la casa rectoral un numeroso grupo de gente armada exigiendo las llaves del templo y la presencia del "Señor Guardiet".

Se presentó conmigo en la plaza; le obligaron a abrir la Iglesia y encender las luces. La mayoría de los asaltantes se mostraban cohibidos ante la serenidad y autoridad moral del Dr. Guardiet, pero, instigados por el que capitaneaba el grupo, irrumpieron atropelladamente en el templo.

El Dr. Guardiet se dirigió al jefe de los asaltantes y le pidió autorización para retirar el Santísimo Sacramento a su casa. El jefe se la dio.

Una vez en la rectoría miraba por una ventana preguntándose esperanzado si se limitarían sólo al saqueo, pero el ruido de apilar los bancos, las explosiones de las botellas de líquido inflamable y los primeros fogonazos de las llamas que consumían en pocos instantes la obra de muchos siglos, desvanecieron su esperanza.

El Dr. Guardiet pasó ante Jesús Sacramentado en amistoso coloquio las cuatro horas que faltaban hasta el amanecer, disponiéndose para el martirio que sabía próximo. Al apuntar el nuevo día, en una de sus reacciones características que reflejan su personalidad, bajó a la plaza completamente solo con un cubo de agua con la vaga esperanza de salvar lo poco que restaba por destruir. Volvió por otro cubo una y otra vez hasta que uno de los revolucionarios que quedaba por allí, amistosamente le convenció de que en interés de todos volviera a la rectoría. Acató, pues tras los sufrimientos de aquella noche ya poco le importaban la detención, la cárcel y la muerte.

Detención, prisión y muerte

El martes 21 le detenían, y entre un griterío amenazador le llevan a la cárcel de Rubí. Allí pasó 15 días rezando y dando consuelo religioso a los demás detenidos.

El tres de agosto, a las tres de la madrugada, unos milicianos forasteros le sacan de la cárcel y con otros dos vecinos de Rubí le llevan a la carretera de San Cugat al Tibidabo, la sangrienta Arrabassada, y le asesinan en lugar conocido por el Pi Bessó (el pino gemelo).

En su recuerdo se erigió en 1939 un monolito de piedra, que en los últimos años ha sido profanado repetidas veces, pero que otras tantas, los celosos “Amigos del Doctor Guardiet” de Rubí, lo han restaurado y lo mantienen siempre ornado con flores.

Sus venerables despojos fueron inhumados en el Cementerio del Sudoeste de Barcelona, y en 1945 trasladados a su querida Parroquia de San Pedro de Rubí, junto al altar de la Virgen de Montserrat de la que fue gran devoto.

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11:26 p.m.

Por: . | Fuente: Somos.Vicencianos.org

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En distintos lugares de España, Beatos Fortunato Velasco Tobar y 13 compañeros, de la Congregación de la Misión;asesinados por odio a la fe ( 1934-1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Salazar de Amaya es una aldea burgalesa asentada a la sombra de la Peña Amaya, testigo del nacimiento de Castilla, era 894.

En ella nació el P. Gutiérrez el 11 de noviembre de 1886. Sus padres se llamaron Juan y Vicenta.

De temperamento muy en, consonancia con el paisaje bra­vío que le vio nacer, desde chico fue de famosos hechos y no santos.

Para muestra, todo un señor botón.

Cuando él tenía diez años, cierta mujer del pueblo sor, prendió a Andrés Avelino y a otro guaja haciendo una trave­sura gorda y los reprendió severamente y aun diz que les in­sultó más de la cuenta. Con buena gentecilla se metió la pobre. La molieron a golpes; tanto, que, creyéndola muerta, la tira­ron a un arroyo, y gracias a que en el hilillo de agua que por él corría halló la infeliz su resurrección.

Pero el cachorrillo se dejaba domar y aun gobernar por la mansedumbre de una corderilla, su hermana, algo mayor de edad. A ella debió —es confesión propia— que su Primera Comunión fuera ejemplarísima; a ella, el haberse aprendido, como nadie, el Catecismo; a ella, la vocación religiosa.

Porque, sí, señor; con asombro inaudito de todos los veci­nos de Salazar, un día corrió por el pueblo este clamor: “¡An­drés se ha ido fraile!”

Y para fraile se metió a estudiar en la Escuela Apostólica de Tardajos.

A punto estuvo de darles la razón a sus paisanos, que de­cían: “¡Ese, fraile! No tardará en volver ¡Es imposible que persevere tan buena pieza!” Y el caso fue que “le picó la mosca”, sin que le aprovecharan, ni poco ni mucho, los conse­jos sabios de los respetables y reverendos Padres, sus profe­sores; mas Dios, que cuando quiere aprovecha incluso con el veneno, se sirvió de un apostoliquillo para reducir al rebelde, cuando mismo, maleta en mano, se disponía a abandonar el Colegio.

Terminados felizmente sus estudios de humanidades, in­gresó en, el noviciado de la Congregación de la Misión, el año 1903. Pronunciados a su debido tiempo los santos votos, es­tudiada la Filosofía en Hortaleza y la Teología en Madrid, aun sin recibir las sagradas Órdenes, fue destinado como pro­fesor al Colegio de Limpias. Sobre su conducta durante el es­tudiantado nada de especial es de advertir, si no son algunos borbotones de su carácter violento, sobre los que hay que echar mi velo de indulgencia. Nada tiene de extraño, que la fierecilla se revolviera y mordiera las cadenas con que su fuer­za de voluntad la aprisionaba. Y no disimulamos —nótese bien—en nuestros biografiados sus defectos, precisamente para destacar más el efecto de la gracia divina, que sale boyante entre el mar furioso de pasiones que en el hombre o la mujer nacen como las espinas en la tierra.

Al año de su estancia en Limpias se’ ordenó. Su actuación como profesor fue brillantísima y eficacísima. Su sola mirada llamaba al orden a los colegiales. Alguien dijo entonces que tres como el P. Gutiérrez bastaban para regir mi ejército de colegiales.

Desde 1917 a 1930 estuvo de residencia en Tardajos, con destino a las Misiones en la provincia de Burgos, en, los últi­mos años como Director. Para la predicación misionera se dis­ponía concienzudamente: nunca se repetía, afirma un -testigo. Su talento, extraordinario, y su erudición, abundante, exqui­sita, no le dispensaba, en su recto juicio, del estudio constan­te. No manojo, sino maraña de nervios, era exageradísimo en los gestos, aunque con los años se fue moderando. Sudaba en­tre témpanos de nieve y gritaba con desafuero: en una Nove­na-Misión que predicó en, el Santuario de los Milagros, decía la gente: “Pensa, pensa, que con berrar está todo feito.” Decía mal su bravura con fa melosidad gallega. Él era trompeta y aun trombón que sonaba demasiado fuerte en la terriña de las gaitas. En Burgos se le llamaba “El Padre Tareas.”

Desde 1930 a 1933 estuvo destinado en la ciudad de Oren­se, dedicado al servicio de la iglesia encargada a la Comuni­dad; pero más a la predicación de los Preceptos y otros ser­mones sueltos en los pueblos de la provincia.

Mediando el año 1933 fue trasladado a Gijón. Aquí le es­peraba la Providencia divina —serutans corda et renes Deus ­para otorgarle el singular privilegio del martirio.

¿Cómo fue?

Terrible.

Apuntemos los datos conocidos. Uno de sus asesinos fue detenido en Valencia, a poco de terminada la guerra, y se le obligó a recomponer la escena.

El motivo ocasional de su detención lo refiere así el Padre Lozano:

“… El P. Gutiérrez fue un día llamado por teléfono. ¿Fue una penitenta? Así le dijeron, y él se lo creyó cumplidamente. Quienquiera que fuese, comenzó por preguntarle si estaba en el puerto el crucero Cervera. El barco en cuestión era enton­ces el terror de Gijón. Sin darse cuenta de ello y de que los teléfonos todos estaban intervenidos, el Sr. Gutiérrez contestó al interlocutor dando toda suerte de detalles sobre la presencia del barco y algunas de sus características técnicas. Media hora después, los ridículos milicianos, que tantos días les habían visitado, se presentaban en casa preguntando por él y se lo llevaban para no volver. Por la noche, ya se comentaba que había estado en complicidad con el Cervera.”

3 de agosto. Invención del cuerpo del Protomártir San Es­teban. Esta es la fecha.

Y el monte de San Justo, a poca distancia relativamente de Villaviciosa, trasunto del Calvario. A su falda se paró el coche fatal. Largo había sido el paseo.

Las fieras, al ver en su cubil a la víctima, ¡cómo gozan! ¡Y se regodean! Despiértanse instintos de trogloditas. Hay de­talles canibalescos.

Con gran rapidez se apearon los milicianos, la gavilla de esbirros, y a empujones le hicieron bajar al P. Gutiérrez.

La subida al monte, penosa y triste, pero piadosa. “Iba hablando solo”, decía el asesino Fraisón. Por lo visto, rezaba. Llegaron más arriba de “La Venta de la Rana”. Y el león hecho cordero, camino de su inmolación, tenía presente la imagen del Inmaculado. ¡Tantos años aprendiendo la lección de mansedumbre que El tanto ponderó poniéndose como Maes­tro de teoría y práctica! Su geniazo, reprimido muchas veces, mas nunca debilitado, que con tanta frecuencia había servido de ejercicio de paciencia a los hermanos, se había embotado al fin. Genio y figura, dicen, hasta la sepultura. Se equivocó el refrán por esta vez. En aquellos meses en que se veía a las bestias revolucionarias tejer con febril empeño los últimos plin­tos de la urdimbre maldita, el P. Gutiérrez dio un cambiazo. Su pasión dominante cayó hecha una piltrafa. Había logrado, en fiera lid, total victoria.

Por eso, ante el Comité de El Llano guardó silencio y no desmenuzó entre sus uñas al desgraciado presidente, Campa­nal, que Dios haya perdonado.

Por eso, no rechinaron ya sus dientes cuando le insultaban, o le cacheaban desvergonzados, o le maltrataban.

Por eso, cuando ellos blasfemaban, él rezaba. Y por lo bajo, sin afán de reto, sin alarde corajudo.

Por eso, tranquilamente, santamente, cristianamente, subía y subía por la senda que él trabajosamente abría entre la maleza del monte de San Justo.

Antes que él se cansó el tropel de bárbaros.

Y sonó la descarga cerrada. Era la rabia del infierno con­vertida en pólvora.

Resonaron los tiros en los cercanos “casines”.

¡Ay! De ninguno de ellos surgió una Verónica.

Pero han guardado una frase de incalificable fiereza: —”No hay tiro de gracia; que sufra y se…”

Era un lunes, por la mañana.

El sadismo de aquellos tigres se satisfizo largo rato, vién­dole padecer, entre cuchufletas, sarcasmos y burlas.

Al fin, se fueron los criminales.

Y las horas de espantosa agonía continuaron. A voces pedía auxilio. Sus alaridos repercutían a lo lejos; mas sólo las mon­tañas los recibían compasivas. Los humanos de los contornos, que los oían,-eran menos impresionables que las piedras. Diz que temían a los rojos emboscados.

Pero, no; que para robarle el reloj ya tuvieron ánimo. ¿No sería consigna infernal no rematarle para que se des­esperase?

Mas el Ángel Consolador estaría a su lado, como hizo en el Huerto de Getsemaní, cuando el Divino Agonizante quiso con el sudor de su sangre regar la tierra. De las ramas de los ar­bustos entre los cuales cayó el P. Gutiérrez cuelgan rubíes, que son las gotas de su sangre, y con ellas empurpura también el suelo.

¡Trágica estampa la que ofrecía el pobre malherido: incor­porándose y volviendo a caer, siendo inútiles todos sus esfuer­zos por levantarse y echar a andar!

Todavía, al cabo de tres años, se notaba el hoyo que su pie hiciera, al servir en vano de palanca para la erección. Expiró.

De Villaviciosa vino el carro de recoger las basuras de la calle, para transportar el cadáver.

Abochorna el decirlo, pero es menester; que se entienda de qué indignidades somos capaces los civilizados, si Dios nos deja de su mano.

Y es que el carretero, al conducirlo, pegaba palos al cadá­ver, diciendo “¡Me c… en tu alma!”…

El lugar del espantoso crimen y del triunfo admirable está hoy acotado: una reja lo circunda y en su centro se levanta airosa la Cruz redentora.

En el Cementerio Ceares, de Gijón, descansan los restos gloriosos del invicto Mártir. Fueron a él trasladados al termi­nar la guerra en Asturias.

En el Cielo está su alma. Porque sufrió la prueba, ha reci­bido la corona de la vida, prometida por Dios a los que le aman.

BIOGRAFÍAS DE MISIONEROS PAULES Edición 1942
Autor: Elías Fuente

Este grupo de mártires está integrado por:

1. TOMÁS PALLARÉS IBÁÑEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 06 Marzo1890 en Iglesuela del Cid, Teruel (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

2. SALUSTIANO GONZÁLEZ CRESPO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 01 Mayo 1871 en Tapia de la Ribera, León (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

3. LUIS AGUIRRE BILBAO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 13 Septiembre 1914 en Murguía, Vizcaya (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Alcorisa, Teruel (España)

4. LEONCIO PÉREZ NEBREDA
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 18 Marzo1895 en Villarmentero, Burgos (España)
martirio: 02 Agosto 1936 en Las Planas de Oliete, Teruel (España)

5. ANDRÉS AVELINO GUTIÉRREZ MORAL
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Noviembre 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España)
martirio: 03 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

6. ANTONI CARMANIÚ MERCADER
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 17 Agosto 1860 en Rialp, Lérida (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Llavorsi, Lérida (España)

7. FORTUNATO VELASCO TOBAR
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 31 Mayo 1906 en Tardajos, Burgos (España)
martirio: 24 Agosto 1936 en Alcorisa, Teruel (España)

8. RICARDO ATANES CASTRO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Agosto 1875 en Cualedro, Orense (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

9. PELAYO JOSÉ GRANADO PRIETO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 30 Julio 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España)
martirio: 27 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

10. AMADO GARCÍA SÁNCHEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 29 Abril 1903 en Moscardón, Teruel (España)
martirio: 24 Octubre 1936 en Gijón, Asturias (España)

11. IRENEO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 10 Febrero 1879 en Los Balbases, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

12. GREGORIO CERMEÑO BARCELÓ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 09 Mayo 1874 en Sitios, Zaragoza (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

13. VICENTE VILUMBRALES FUENTE
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Abril 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

14. NARCISO PASCUAL y PASCUAL
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Agosto 1917 en Sarreaus de Tioira, Orense (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

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7:22 p.m.

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En Autun, en la Galia Lugdunense, san Eufronio, obispo, que edificó una basílica en honor del mártir san Simforiano y dotó de mayor adorno y belleza el sepulcro de [san Martín de Tours] (d. 475).

11:21 p.m.

Por: . | Fuente: Somos.Vicencianos.org

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En distintos lugares de España, Beatos Fortunato Velasco Tobar y 13 compañeros, de la Congregación de la Misión;asesinados por odio a la fe ( 1934-1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Natural de Villarmentero (Burgos). Nació el 18 de marzo de 1895. Sus padres, José y Engracia. Perteneció a la Apos­tólica de Tardajos.

Ingresó en la Congregación en Madrid, el día 29 de agosto de 1911. Hizo los votos el 1 de enero de 1914. Estudió la carrera en Hortaleza y Madrid.

Se ordenó de Menores y Subdiácono, respectivamente, los días 6, 7 y 8 de mayo de 1921; de Diácono, el día 21 de mayo de 1922, y de Presbítero, el 10 de julio de este mismo año.

La anormalidad de fechas que habrá podido advertirse, en cuanto a la demora en hacer los votos y recibir las sagra­das Ordenes, debióse a que le salió un bulto en la rodilla, que juzgaron tumor blanco desde el principio. Ello suponía una irregularidad; pero era una verdadera lástima despedir a un sujeto que, por lo demás, tan buenas dotes intelectuales y mo­rales reunía. En esta alternativa se mantuvieron los Superiores durante diez años. Realizada la operación, quirúrgica, el resul­tado fue bien desgraciado, por cierto, aumentando entonces los escrúpulos. Diferidas las Órdenes, se procuró, por todos los medios, corregir las deficiencias hasta lograr un notable éxito ortopédico.

Ya sacerdote, fue destinado a Teruel, para profesor de la Escuela Apostólica. Su espíritu de regularidad, amor al traba­jo, celo de la gloria del Señor. y prosperidad de la Compañía, logró fruto copiosísimo en la formación de los futuros levitas y misioneros, durante los catorce años largos que dedicó a tan sublime labor, en Teruel y Alcorisa. Nunca los Superiores tu­vieron por qué arrepentirse de haber hecho con él la bondadosa excepción arriba aludida. Fue decoro de la Casa de Dios, no desdoro.

Los últimos momentos de su vida y su gloriosa muerte los describe así el Rvdo. P. Santamaría, su Superior de Alcorisa:

“Salió de Alcorisa el día 28 de julio, al tener noticia de que los rojos estaban en Calanda, sembrando el espanto y co­sechando víctimas.

“Llegó este día a la masía de “Las Lomas”, propiedad del médico de Alcorisa, D. Recaredo Arillo. Salió de allí la noche del 30, a las dos de la mañana, con el H. Larrallaga, para “La Masía de los Frailes”, adonde el Sr. Conde le llevó una medi­cina para los pies.

“Después se acogió a “La Mascarada”, propiedad de los Espallargas del Comercio, familia de la confianza de la Casa; estuvo allí como unos tres días, al cabo de los cuales, al verse y ver al Padre en peligro, el mediero le despidió, cambiándo­le el vestido nuevo que llevaba por uno viejo y los zapatos por alpargatas. Con este atuendo camuflado, dejando al masovero 200 pesetas en depósito, y, si ‘las cosas empeoraban, le apli­casen misas, se puso el P. Pérez en camino por aquellas agres­tes montañas de Alloza, hasta dar en la hermosa huerta de Olie­te, pueblo muy frío en religión y entonces, en su mayoría, rojo.

“Era el 2 de agosto, víspera de entrar los comunistas en Oliete, y se encontraba este pueblo sin autoridades, pues ha­bían huido hacia Zaragoza, en vista de la proximidad del ene­migo, y, al acercarse nuestro muy confiado P. Pérez, en él puente, se le hizo encontradizo un individuo de lo más extre­mista del pueblo, llamado José Santiago, de suyo cobarde, aun­que valiente con los débiles y medrosos, que iba al acarreo de mieses con dos caballerías. Al verle con el báculo en la mano y mal trajeado, le dijo el vivo:

-¿Adónde se va por aquí?

-A buscar trabajo.

-Pues aquí no lo encontrará usted.

-Si aquí no lo hay, me dirigiré a Zaragoza.

-¡Oh, a Zaragoza! ¡No se necesita andar!

“Así fueron siguiendo la conversación, hasta la entrada del pueblo. Conducía el malvado comunista dos caballerías; le hizo montar en la una, camino de Zaragoza. A tres kilómetros y medio le desvió de la carretera y le condujo por un camino muerto, que conducía al monte. Cuando ya se habían adentra­do un kilómetro, dijo el fingido que bajase de la caballería, para descender al barranco, y mientras estaba desmontando el Padre, le dio un garrotazo con el baste de acarrear y le dejó en el sitio, robándole, acto seguido, cuanto llevaba.

“Luego, le fue arrastrando, barranco abajo, en donde ha­bía una roca hendida, como de metro y medio de alta.

“No parece que le rematara al punto; señales había de la lucha que tuvo que sostener con el criminal, que le prolongó un cruel martirio, rematando su víctima, una vez hundió a ésta en la cueva, que sirvió de sepulcro y, encerramiento, durante veinte meses.

“Fue la primera víctima, entre las varias que se ejecuta­ron en Oliete.

“Compadezcamos a la víctima inocente y alegrémonos del premio que le acarrearía tan cruel martirio.

“Este fue el fin del buen Padre Pérez…

“El 2 de agosto del 36 fue su martirio y el 22 de abril de 1939 fue trasladado al cementerio local, pues nosotros está­bamos ignorantes de su paradero. Allí se le dio sepultura, por el Sr. Cura, con otras víctimas de la revolución, hasta que el 22 de agosto fue el Superior a trasladar tan gloriosos restos a nuestro panteón de Alcorisa, donde yacen honrosamente.

“¡Y cuál no fue nuestra pena al ver que sólo estaba en el cementerio de Oliete el tronco de su sagrado cuerpo! La ca­beza estuvo rodando por aquellos barrancos por espacio de casi un año, hasta que en dicho día apareció, encontrando también en el lugar del suplicio una Medalla Milagrosa, encerra­da en una bolsa que llevaba pendiente del cuello.”

Hasta aquí la relación del P. Santamaría, que nosotros nos permitimos apostillar.

Sin pretender negar el carácter de martirio, parece ser que la ejecución la inspiró principalmente el deseo desenfrenado del lucro a un criminal marxista, sí, pero ante todo ladrón vul­gar, que supo captarse la confianza del P. Pérez fingiéndose fa­langista, y deducido que tenía dinero, ofrecióse a llevarle a Zaragoza, para desvalijarle con oportunidad criminal preme­ditada. El plan de ocultación de su vil asesinato tiene fácil explicación si se considera que la situación política era con­fusa; de haber creído en el positivo triunfo de los rojos en Oliete, es probable que el bandolero no habría andado con :antas añagazas.

Los detalles del martirio nos parecen simples conjeturas, desposeídas incluso algunas de probabilidad. Así, por ejemplo, se afirma que la víctima fue rematada en la cueva y que la muerte le fue ocasionada únicamente por los golpes. ¿Cómo se explica entonces que, mientras el cuerpo estaba oculto en la cueva, su cabeza anduviese rodando por el barranco? ¿Cuándo fue ésta cortada, antes de ocultar el cuerpo o después? Si des­pués, ¿cómo tantos meses fue de todos desconocido el sepulcro roqueño del tronco? Se nos ocurre preguntar: aun concedien­do que el primer golpe fuese un garrotazo traidor, que atonl tara a la víctima, el criminal, pues iba de siega, ¿no segaría con su hoz la cabeza al P. Pérez?

En previsión de inculpaciones del todo injustas, adverti­mos que al P. Pérez no le dejaron sus hermanos solo en la huida, lo que hubiera supuesto una falta grave de caridad, dado que le era imposible correr, por estar cojo; le acompa­ñaron hasta la masía de “Las Lomas” el P. Conde y el H. La­rrañaga. Al correr por allá la noticia de que la llegada de los rojos a Alcorisa era falsa, el P. Conde volvió en busca de noticias. Habiendo tenido lugar, desgraciadamente, la conquista del dicho pueblo por las hordas, el H. Larrañaga acompañó al P. Pérez hasta la finca de los Espallargas, donde podía estar seguro por la justa confianza que inspiraban los masoveros, y quedarse allí era lo aconsejable, ya que proseguir hasta Zara­goza andando era una aventura demasiado difícil para el po­bre impedido. El pánico, la turbación, etc., trastocaron el plan.

Dios, en sus adorables designios, así lo tenía prefijado. ¡Loado sea!

BIOGRAFÍAS DE MISIONEROS PAULES Edición 1942
Autor: Elías Fuente

Este grupo de mártires está integrado por:

1. TOMÁS PALLARÉS IBÁÑEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 06 Marzo1890 en Iglesuela del Cid, Teruel (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

2. SALUSTIANO GONZÁLEZ CRESPO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 01 Mayo 1871 en Tapia de la Ribera, León (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

3. LUIS AGUIRRE BILBAO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 13 Septiembre 1914 en Murguía, Vizcaya (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Alcorisa, Teruel (España)

4. LEONCIO PÉREZ NEBREDA
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 18 Marzo1895 en Villarmentero, Burgos (España)
martirio: 02 Agosto 1936 en Las Planas de Oliete, Teruel (España)

5. ANDRÉS AVELINO GUTIÉRREZ MORAL
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Noviembre 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España)
martirio: 03 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

6. ANTONI CARMANIÚ MERCADER
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 17 Agosto 1860 en Rialp, Lleida (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Llavorsi, Lleida (España)

7. FORTUNATO VELASCO TOBAR
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 31 Mayo 1906 en Tardajos, Burgos (España)
martirio: 24 Agosto 1936 en Alcorisa, Teruel (España)

8. RICARDO ATANES CASTRO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Agosto 1875 en Cualedro, Orense (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

9. PELAYO JOSÉ GRANADO PRIETO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 30 Julio 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España)
martirio: 27 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

10. AMADO GARCÍA SÁNCHEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 29 Abril 1903 en Moscardón, Teruel (España)
martirio: 24 Octubre 1936 en Gijón, Asturias (España)

11. IRENEO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 10 Febrero 1879 en Los Balbases, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

12. GREGORIO CERMEÑO BARCELÓ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 09 Mayo 1874 en Sitios, Zaragoza (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

13. VICENTE VILUMBRALES FUENTE
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Abril 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

14. NARCISO PASCUAL y PASCUAL
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Agosto 1917 en Sarreaus de Tioira, Orense (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

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Por: . | Fuente: vocationist.org

Sacerdote y Fundador
de la Comunidad de Padres Vocacionistas
y de la Comunidad de Hermanas Vocacionistas

Martirologio Romano: En Pianura, Italia, Justino María Russolillo, sacerdote, párroco y fundador de la Sociedad de las Divinas Vocaciones ( 1955)

Fecha de beatificación: 7 de mayo de 2011, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.

Padre Justino Russolillo nació el 18 de enero 1891 y fue bautizado en Pianura (Nápoles), al día siguiente. Después de terminar los estudios en su ciudad natal, ingresó en el Seminario de Pozzuoli, donde se distinguió por su inteligencia, humildad y piedad. El Obispo Zezza y Marquis Zampaglione estaban contentos de pagar la matrícula de dicho Seminario al piadoso y brillante seminarista.

El 20 de septiembre de 1913, Justino fue ordenado sacerdote. Mientras estaba arrodillado ante el obispo para la ordenación, juró al Señor para fundar una congregación religiosa para cultivar las vocaciones a la fe, el sacerdocio y la santidad.

Como sacerdote, intensificó el trabajo que ya había empezado como estudiante del Seminario. Cuando fue nombrado Párroco de Pianura el 20 de septiembre de 1920, pronto comenzó a trabajar para la realización de su misión.

El 18 de octubre del mismo año, la primera comunidad de Padres Vocacionistas vio la luz en la rectoría de la parroquia de San Jorge. Un año más tarde se formó la Comunidad de las Hermanas Vocacionistas con los mismos objetivos y metas que la de los Padres.

Los Padres y Hermanas Vocacionistas se extendieron rápidamente por toda Italia, Francia, Brasil, Argentina y EE.UU. y, últimamente han llegaron a Nigeria, India, Filipinas, Madagascar, Colombia y Ecuador.

Dondequiera que iba, su objetivo principal era la búsqueda y el cultivo de las vocaciones, especialmente entre los pobres y los desfavorecidos. La Santísima Trinidad, la Sagrada Familia y la Iglesia Madre fueron la fuente y el centro de su espiritualidad y de sus múltiples ministerios.

Las dos congregaciones religiosas Vocacionistas se convirtieron en congregación de derecho pontificio, el 3 de enero de 1948 y el 24 de mayo de 1947, respectivamente.

El P. Justino completó su misión en la tierra el 2 de agosto de 1955, confortado por los sacramentos de la Iglesia. El 18 de diciembre 1997 el Papa Juan Pablo II declaró oficialmente que el Padre Justino había practicado las virtudes cristianas de manera heroica, por lo que estaba siendo elevado a la dignidad del Venerable.

responsable de la traducción: Xavier Villalta

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