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12:34 a.m.

Por: . | Fuente: misionerasclarisas.com



Fundadora de las Congregaciones

de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento

y de los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal


Martirologio Romano: En Roma, Italia, Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento (en el siglo, Manuela de Jesús Arias Espinosa), Fundadora de las Congregaciones de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y de los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal. ( 1981)

Fecha de beatificación: 21 de abril de 2012, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI



Tomado de la Autobiografía de la Sierva de Dios y de sus Notas Intimas las cuales fueron encontradas después de su muerte)




Nací en Ixtlán del Río, Nayarit, México el 7 julio de 1904. Fui la quinta de ocho hijos.

Mi madre, una mujer toda de su hogar, inteligente, llena de prudencia, de una sensibilidad exquisita. Cuánto era querida de pobres y ricos. Mi padre, ocupando siempre puestos públicos, no se desdeñaba jamás de que lo vieran en la iglesia rodeado de su familia, su esposa y 8 hijos.


Iba a fiestas familiares, paseos y otras diversiones inocentes, me gustaba lucir y ser atendida. Sin embargo esto no me llenaba (Experiencias Espirituales, f. 449) .


En mayo de 1924 salimos de Tepic a Colima, sentía en mi alma algo que no acertaba a comprender. Se acercaba el tiempo de la gracia (Exp. Esp., f. 449) .


En septiembre me dio un acceso fuerte de apendicitis. me llevaron a Guadalajara., necesitaba operación. Me negué, tenía miedo (Exp. Esp., f. 449) .


Antes de que regresáramos a Colima me prestaron la vida de santa Teresita, en el camino fui leyendo . En la lectura de «Historia de un alma», no sólo encontré mi vocación, sino a Dios de una manera muy especial en mí (Exp. Esp., f. 449).


En octubre en los días del Congreso Eucarístico en México 1924, sentía ya un cambio en mí, en la iglesia me sentía otra, todo me empezaba a parecer despreciable. Sonó el momento designado por la infinita misericordia para transformarme y no lo pude resistir.


Dios, el amor, me atraía con fuerza irresistible. Sólo quería amar y darme a Dios. Todo mi anhelo era la Eucaristía (Exp. Esp., f. 449) .


Resolví que me operaran para ofrecerle mis sufrimientos a Dios. Nadie en casa se había dado cuenta del cambio operado en mí (Exp. Esp., f. 449).


Y después en los días 8 al 12 de diciembre del mismo año inolvidable las gracias de la Madre de Dios, sus caricias y ternuras llovieron a profusión sobre mi pobre corazón que se sentía incapaz de resistir a tanta dicha (Estudios y meditaciones, f. 734). Nunca sabré decir exactamente, lo que ha sido esta Madre para mí. Lo que si sé decir es que yo nunca acierto a separarme de ella (Exp. Esp., f. 540).


En la fiesta de Cristo Rey de 1926, me consagré por primera vez al Amor Misericordioso, como víctima de holocausto (Exp. Esp. f. 451) .


Dios me llevaba por el camino de la mortificación, y penas interiores muy intensas, por causa del deseo inmenso de pertenecerle del todo y no poderlo realizar por las persecuciones religiosas de México: 1926 - 1931. Nuestro Señor me detuvo, cuánto me costó. Me marcaba el camino, y luego. no me dejaba marchar.


Estos años de clausura en mi propia casa me fueron de grande utilidad, pues el buen Dios fue preparando mi alma a una vida intensa de contemplación, siendo la oración el anhelo más grande de mi alma.


Fue en el año 1929, el 5 de junio, cuando al fin, después de muchas penas interiores, pude ingresar; en Los Ángeles, California.


¡Cuán dolorosa fue mi partida!, la deseaba con ansias; siendo Dios quien llama, ¿se le puede decir que no?


No se puede negar que se siente el corazón partido al dejar seres tan amados.


Pero también es verdad que Dios llena todos esos huecos y cuando se va a encontrarse con el Amado del alma para realizar con él, los desposorios divinos, es una dulzura, una paz y una alegría espiritual, que sólo las almas que lo han experimentado lo pueden comprender.


Si yo ingresé a una Orden de clausura fue por el deseo inmenso de imitar, en la medida de mis fuerzas, a mi santita predilecta: santa Teresita del Niño Jesús.


Se deslizaron los días del postulantado en una alegría exuberante. La comunidad estaba muy pobre; yo pasé muchas hambres, eran sacrificios para comprar almas para el cielo.


Así transcurrió el tiempo de mi noviciado en Los Ángeles, California.


Mi primera profesión fue el día 12 de diciembre de 1930; no podía menos que, en ese día de mi Morenita amada. Ella me hizo una promesa, promesa formal y solemne que yo se la recuerdo, y le pido la cumpla.


«Si entra en los designios de Dios servirse de ti para las obras de apostolado, me comprometo a acompañarte en todos tus pasos, poniendo en tus labios la palabra persuasiva que ablande los corazones, y en éstos la gracia que necesiten; me comprometo además, por los méritos de mi Hijo, a dar a todos aquellos con los que tuvieres alguna relación, y aunque sea tan solo en espíritu, la gracia santificante y la perseverancia final...» (Estudios y meditaciones, f. 735).


En ese día, le prometí solemnemente que la haría amar del mundo entero, llevando a todos los países su sagrada y hermosísima imagen en su advocación de santa María de Guadalupe.


Se fue acercando el tiempo de los votos perpetuos: 1933, el 14 de ese diciembre fue nuestra consagración total, irrevocable, los desposorios divinos con un Dios que no desecha a sus criaturas.


Qué día tan feliz, en medio de nuestras pobrezas, escasez, hambres.


Se consiguió un nuevo medio de sustento: lavado y planchado de ropa. Esto me fue confiado a mí, lo hice varios años. Jesús, mi amado Esposo, me ayudó a comprarle con esto muchas almas.


Mas de esto mismo, de no poder llevar una vida plenamente contemplativa, me ha nacido la idea de dedicar a los pobrecitos infieles, a los paganos, las horas que en el convento dedicamos al trabajo manual, para ganarnos la vida ( Exp. Esp. f. 541) .


Se fue haciendo este deseo más y más intenso, una verdadera obsesión. Trataba este negocio todos los días con Nuestro Señor en la oración, diciéndole manifestara su santísima voluntad.


El proyecto fundacional fue dilatado y sobre todo doloroso. Mi alma empezaba a dudar; era yo tan feliz en mi comunidad, mis hermanas y superiora todas me querían y el panorama que se me presentaba era aterrador.


Le decía a mi Jesús que manifestara su voluntad, ya que yo solamente eso quería hacer.


En medio de las dificultades que iban surgiendo a causa del proyecto fundacional. me seguí dedicando en cuerpo y alma a mis novicias, de las cuales era maestra. El panorama pacífico y tranquilo de mi convento me invadió, llenándome de paz.


Pasado un tiempo, mi superiora me dijo que la votación del consejo para que se hiciera la fundación había sido unánime. Gozo, alegría, pena, incertidumbre.; Pero, al ver así manifiesta la voluntad santísima de Dios, pedí permiso a mi superiora para moverme en ese sentido.


Así pues, una vez decidido el que se haría la fundación, pasado un tiempo, tuve que renunciar a mi cargo de Maestra de Novicias


Fuimos a Cuernavaca a recabar el permiso del Sr. obispo de las diócesis, entonces el señor Dr. Don Francisco González Arias, para exponerle los fines de la fundación proyectada. Al escuchar los deseos manifestados por mí de la fundación de una obra misionera, le gusto desde el primer momento. Quedando de enviar a la Santa Sede las Preces solicitando dicho permiso, el cual firmó el día 3 de diciembre de 1944.


¿Cómo se llevó a cabo esa... fundación? . Una fundación hecha con los debidos permisos, no deseando en nada sino hacer la voluntad de Dios, hasta en la elección de las hermanas que quisieran acompañarme.


Mi cuñado, que tenía unos bonitos terrenos en la Privada de la Selva ., me ofreció darme el que escogiera a mitad de precio (Estudios y meditaciones, f. 725).


Tenía que empezarse la construcción y no teníamos dinero... La Providencia se hacía esperar, probaba mi fe.


Transcurrían los días y los meses, y en ellos penas, alegrías, dudas, sobresaltos, envuelto todo en una gran confianza en Dios nuestro Señor y en un esperar todo de él.


El día 2 de agosto de 1945 se nos entregó el documento en que la Santa Sede aprobaba la fundación en Cuernavaca.


Me dijo mi superiora: «Ya tiene todo, ya puede salir a la fundación. Pero ¿a dónde?, ¿a qué casa?». No la teníamos. Había que orar, orar más y más y con inmensa confianza.


«Ya tienes una casa a tus órdenes en Cuernavaca, para cuando quieras irte» (me dijo Don José María, mi cuñado).


Era la primera casa que habitamos, llamada «Quinta Jesús-María» con un jardín muy hermoso. Las 5 hermanas que se iban a ir conmigo ya estaban también preparadas.


Se empezaron a adquirir los muebles indispensables como es un hermoso altar, de talla, todo en cedro, así como su sagrario y 6 columnas en las cuales se colocaban floreros.


La casa sólo tenía 5 cuartos; el mejor, a la entrada, lo dedicamos a la capilla, luciendo ya su altar de cedro. pero allí mismo, a un lado, la hermosísima imagen de mi Reina y Madre Santa María de Guadalupe.


La primera Misa se celebró el domingo 25 de agosto de 1945. El Santísimo se quedó expuesto durante todo el día en acción de gracias.


Dios tuvo compasión de su Obra, de esta Obra para la cual se había valido del instrumento más deleznable, más inepto, más incapaz. Pero era suya... la Obra.


Bastante se lo dije antes de iniciarla: «Señor, si no es tu voluntad santísima, yo no quiero hacer nada». Por esto ahora muchas veces le digo: «¡Tú tienes la culpa, para qué te valiste de lo peor que encontraste!»


A los años de paz, después de las guerras anteriores, se vino una floración de vocaciones, de días muy hermosos.


Las almas, las instituciones, tienen que pasar también por sus cuatro estaciones, aunque los inviernos, a las veces, nos hagan sangrar.


La Obra no es de esta miserable María Inés-Teresa, sino de Dios sólo, que ha usado este instrumento tan deleznable para que así resplandezca a los ojos de todas las hijas la infinita bondad, el infinito amor y protección de Dios.


La vocación misionera fue siempre la mía, ya que, cuando Dios me hizo sentir el deseo de pertenecerle a él por entero, mi vocación fue ser misionera.


Por esto me encerré en el claustro, sabía que la oración y los sacrificios salvan más almas, que todo lo que sea acción, si esto va impregnado del espíritu de sacrificio, del deseo de no sobresalir, pero sí del deseo de llevar muchas almas a Cristo.


En una tarde tranquila de verano, el 22 de julio de 1981, Madre Ma. Inés T. Arias entregó su alma al Padre Eterno en un acto de amor.


"Permíteme, Señor, que desde tu gloria siga fecundizando la semilla que deposité en la tierra para tu mayor gloria, para que fructifique más y más en las manos de los que me han seguido en las tareas apostólicas".


"Yo seguiré viviendo en ellos hasta la consumación de los siglos y por lo mismo, mi trabajo no terminará hasta que se clausuren los siglos y empiece la eternidad."


El milagroo para su beatificación


El niño Francisco Javier Carrillo Guzmán, de un año tres meses de edad, tras caer en una alberca, sufrió asfixia de casi ahogamiento y como consecuencia miocardiopatía hipóxico isquémica, encefalopatía hipóxica difusa y estenosis subglótica.


El accidente aconteció el día 17 de junio de 2001, en el rancho El Rocío, a varios kilómetros de la ciudad de Guadalajara. Habiendo realizado repetidos intentos de reanimación, el niño recibió los primeros auxilios médicos especializados después de hora y media aproximadamente del momento del accidente, internándolo en terapia intensiva pediátrica del hospital San Javier.


El pronóstico hasta los primeros seis días fue «reservado a su evolución», agravándose aún más, con una insuficiencia orgánica múltiple: falla hepática, pulmonar, hemática, y neurológica así como alteraciones hidroelectrolíticas. Había muy pocas esperanzas de vida y en caso de sobrevivir, la enfermedad dejaría secuelas neurológicas severas.


Ante tal acontecimiento, los familiares encomendaron a la intercesión de la sierva de Dios María Inés- Teresa Arias, la curación total y sin secuelas del niño. El día 23 de junio, séptimo día del accidente, durante una Misa celebrada en el convento de las hermanas misioneras clarisas se oró con insistencia para obtener, por la intercesión de la Madre María Inés, lo que sólo un milagro podía conseguir: la salud total de Paquito. Ese mismo día por la tarde, inesperadamente, el niño empezó a mejorar (comenzó a respirar por sí mismo y a orinar).


Durante la segunda semana se recupera totalmente y el 9 de julio es dado de alta. Ulteriores exámenes clínicos y neurológicos han demostrado que el niño está totalmente sano y no muestra lesión alguna sea física que neurológica. Los médicos tratantes no encuentran explicación científica a la total recuperación del niño por lo que se atribuye a la intercesión de la sierva de Dios María Inés-Teresa Arias.


ORACION PARA PEDIR ALGUNA GRACIA O MILAGRO POR SU INTERCESIÓN

Señor Padre Santo,

que sostienes y guías a tu Iglesia,

glorifica a tu sierva fiel,

madre María Inés Teresa Arias,

fundadora de nuestra familia misionera,

ella vivió en sencillez y alegría

en contemplación y acción inflamada

por el ansia misionera de dilatar

el reino de Cristo

concédenos venerarla en los altares

para mejor imitar su caridad misionera,

y por su intercesión concédenos

la gracia que hoy te pedimos confiadamente.

Amén

(se hace la petición y se reza un padre nuestro y ave maría)





Si Dios te concede alguna gracia comunícalo a:

MISIONERAS CLARISAS, APARTADO POSTAL 1-083, CUERNAVACA MORELOS, CP 62000, TEL (01-73), 18 58 44, FAX 18 71 53



12:34 a.m.

Mártir


Martirologio Romano: En Anastasiópolis, de Galacia, en la moderna Turquía, san Antíoco, mártir, hermano de san Platón. ( s. III/IV)

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma: el Papa.



Su pasión indica que Antioco el médico, –oriundo de la ciudad de Sebaste, y hermano del mártir san Platón–, mientras que estaba atendiendo a enfermos de Galacia y Capadocia, fue detenido –por ser cristiano– por el prefecto Adriano. Antioco soportó diversos tormentos: fue sumergido en una olla de agua hirviente, lanzado a las ferias, pero siempre salía airoso de estas pruebas, mientras que sus oraciones hacían que los ídolos se rompieran. Por último, se lo decapitó, y de su cuello brotó sangre y leche. A la vista de este milagro, Ciriaco, uno de los testigos, se profesó cristiano e inmediatamente fue también decapitado.

Esta historia repite detalles contenidos en otras historias sin darnos detalles particulares sobre los hechos. Pero, sin embargo, es evidente lo antiguo de la devoción a este mártir, constando ya su nombre en el Sinaxario Constantinopolitano.


La pasión del san Platón, el hermano de Antíoco, testifica que su martirio tuvo lugar por orden de Maximiano; Ciriaco, y Antíoco, fueron probablemente víctimas de la persecución de Diocleciano. En cuanto a la ciudad de origen, todos los textos existentes nos indican que Antíoco nació en Sebaste; entre las siete ciudades con aquel nombre en esos tiempos está Ancira –llamada Sebaste Tectosagi en la época imperial–, cuna de san Platón, y por ello considerada también la cuna de nuestro santo de hoy.


Por último, en cuanto a su culto tenemos un testimonio del siglo VI: la vida de San Teodoro Siceota relata un milagro ocurrido el 16 de julio, mientras san Teodoro celebraba la solemne liturgia en honor de Antioco, en la iglesia a el dedicada. Esta información nos permite ratificar el 16 de julio como la fecha más antigua de entre aquellas en que se recordaba a este santo en el Martirologio Romano y el Sinaxario Bizantino. Además, el testimonio de la existencia de una iglesia dedicada a San Antíoco en la ciudad de san Teodoro –es decir la ciudad de Dara, una ciudad de Mesopotamia que en el 507 se llamaba Anastasiópolis– nos permite suponer que fue en este lugar donde ocurrió el martiro.


responsable de la traducción: Xavier Villalta




12:34 a.m.

Por: Lamberto de Echeverría, Bernardino Llorca y José Luis Repetto Betes | Fuente: AÑO CRISTIANO Edición 2005



Mártir


Martirologio Romano: En la ciudad de Nangong, en la provincia china de Hebei, san Juan Wang Guixin, mártir, que en la persecución desencadenada por los Yihetuan prefirió morir por Cristo antes que manchar su pureza con una leve mentira. ( 1900)

Fecha de canonización: 1 de octubre de 2000 por el Beato Juan Pablo II.



En 1900 en China estalló la rebelión conocida como "levantamiento de los boxers" y en China como el «Levantamiento Yihétuán», un movimiento contra la influencia comercial, política, religiosa y tecnológica foránea en China. Los principales afectados fueron los cristianos chinos, que siendo numerosos y sin mucas posibilidades de poder huir a ninguna parte fueron objeto de violaciones, torturas y asesinatos.

Juan Wang Guixin (Wang Koei-Tsu) era primo del mártir José Wang Guiji que conmemoramos ayer. También casado y padre de familia, al saber los horrores que practicaban los boxers llevó su familia a la población de Chan-Kia-Tchoang, donde la dejó encomendada a la misericordia de Dios, y volvió a su pueblo junto con su hermano cuando en Nankong fue delatado a los boxers, que mataron allí a su hermano. Él pudo huir y llegó a Ceu-ly-pu, pero fue localizado y llevado ante el mandarín local, que intentó salvarlo y le propuso para ello que disimulara su religión. Pero como se negaba a nada que pudiera significar renegar de ella, hubo de ser entregado a los boxers. Lo sacaron fuera de la población mientras el mártir rezaba en voz alta, hasta que fue decapitado. Era el 14 de julio de 1900.


AÑO CRISTIANO Edición 2005

Autores: Lamberto de Echeverría (†), Bernardino Llorca (†) y José Luis Repetto Betes

Editorial: Biblioteca de Autores Católicos (BAC)

Tomo VII Julio ISBN 84-7914-763-6



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Viuda


Martirologio Romano: En Verona, en los confines de la región de Venecia,Italia, santa Tuscana, que, muerto su esposo, distribuyó todos sus bienes entre los pobres y se dedicó incesantemente en la Orden de San Juan de Jerusalén al cuidado de los enfermos. ( 1343)


La santa viuda Toscana, a pesar de que su nombre era en realidad veneciana; fue de Zevio, cerca de Verona, donde vio la luz a finales del siglo XIII. En 1310 contrajo matrimonio con el veronés Alberto Canoculi (es decir, "Ojos de perro"), con quien vivió castamente la relación matrimonial. Cuatro años más tarde Toscana se mudó a Verona, donde vivió en una cabaña en la colina de San Zeno in Monte. Pudo así dedicarse por entero al cuidado de los pobres y abandonados, a quienes solía ayudar y visitar en sus humildes viviendas.

Enviudó en 1318, repartió entre los necesitados todas sus sus posesiones e ingresó en la Orden de San Juan de Jerusalén para el cuidado de los enfermos. Prestó servicio en el hospital que la orden tenía en Verona, estaba junto a la iglesia del Santo Sepulcro, donde con caridad cristiana y amabilidad se entregó por entero a los enfermos. Agotada pero feliz por el bien realizado, falleció en Verona el 14 de julio 1343.


Santa Toscana está enterrada en la iglesia del Santo Sepulcro en Verona, en la «Puerta del Obispo», iglesia también conocida como de “Santa Toscana”, allí acuden muchos devotos a solicitar su celestial intercesión. El edificio alberga también la delegación de la Soberana Orden de Malta.


responsable de la traducción: Xavier Villalta



12:34 a.m.

Monje


Martirologio Romano: En Soignies, de Brabante, en Austrasia, actualmente en Bélgica, san Vicente o Madelgario, que, con el consentimiento de su esposa santa Valtrudis, abrazó la vida monástica y, según cuenta la tradición, fundó dos monasterios. ( c.677)


En la historia de la cristiandad no faltan, aunque a menudo son desconocidos, los casos de familias enteras elevadas al honor de los altares, como por ejemplo el del santo que hoy celebramos, San Vicente Madelgario que es venerado con su esposa, santa Valdetrudis , y todos sus hijos: Landerico (Obispo de París), Dentellino (quien murió siendo todavía joven), Aldetrudis (abadesa del monasterio de Maubeuge) y Madelberta (también ella abadesa del mismo monasterio).

Madelgario, hombre rico de origen franco, era un nativo de Strépy, actualmente en Bélgica. Contrajo matrimonio con Valdetrudis, con quien tuvo cuatro hijos. Tan pronto como los niños tuvieron la edad suficiente para valerse por sí mismos, los esposos decidieron –de común acuerdo– separarse, sin disolver el vínculo matrimonial, con el fin de dedicarse a servir a Dios en la vida religiosa.


Santa Valdetrudis se retiró a Mons, mientras que Madelgario emprendió la fundación de un monasterio cerca de Haumont, donde se convirtió en monje tomando el nombre religioso de Vicente. Después de un tiempo, en el año 653, se trasladó a Soignies, ciudad de la que era señor y fundó allí otro monasterio. Tal vez presagiando su muerte, le confió la dirección de este monasterio a su hijo Landerico, obispo de Metz. Vicente Madelgario murió el 14 de julio, probablemente en el año 677.


No existen fundamentos históricos suficientes para aceptar elementos de su leyenda: su supuesto origen gascón, un supuesto viaje a Irlanda y el que su padre le haya obligado a casarse.


Pronto comenzó una espontanea veneración popular y fue nombrado patrono de la ciudad de Soignies, donde aún se levanta una hermosa basílica románica que lleva su nombre. Un ataúd del siglo XIII, que contenía la reliquia de la cabeza, fue destruido durante la Revolución Francesa, pero se logró salvar los restos que ahora están en un relicario creado en 1803. El culto del santo –aún hoy en día– es muy fuerte y se caracteriza por dos procesiones que anualmente tienen lugar en Soignies: el 14 de julio y el lunes siguiente a Pentecostés. El Martirologio Romano, el calendario oficial de la Iglesia Católica, conmemora el aniversario de su nacimiento a la casa celestial.


responsable de la traducción: Xavier Villalta




12:34 a.m.

Por: . | Fuente: ACI Prensa || Enciclopedia Católica



Santo del Antiguo Testamento


Martirologio Romano: Conmemoración de san Esdras, sacerdote y escriba, que, en tiempo de Artajerjes, rey de los persas, habiendo regresado desde Babilonia a Judea, congregó al pueblo que estaba disperso y puso gran empeño en estudiar, llevar a la práctica y enseñar la Ley del Señor en Israel.


Esdras es un famoso sacerdote y escriba relacionado con la restauración de Israel después del Exilio. Las principales fuentes de información sobre su vida son los libros canónicos de Esdras y Nehemías. Hay un grupo de escritos apócrifos que se refieren a él pero apenas se puede confiar en ellos, puesto que más bien relatan los cuentos legendarios de una época posterior. Esdras era de ascendencia sacerdotal perteneciente a la línea de Sadoq (Esd. 7,1-5). El se llama a sí mismo “hijo de Seraías” (7,1), una expresión que muchos entienden en un sentido amplio, presuponiendo que Seraías, el sumo sacerdote del que habla 2 Reyes 25,18-21, era uno de los ancestros de Esdras. Sin embargo se le conoce más bien como “el escriba” que como “el sacerdote”: él era “un hábil escriba en la ley de Moisés” y por consiguiente especialmente cualificado para la tarea para la que estaba destinado entre su pueblo.

Entre las cuestiones relacionadas con la historia de la restauración judía, una de las más discutidas es la relación cronológica de la obra de Esdras con la de Nehemías. Muchos expertos bíblicos aún se agarran a la postura sugerida por el orden tradicional del texto sagrado (concediendo la ruptura de la narrativa---Esdras 4,6-23) y colocan la misión de Esdras antes que la de Nehemías. Otros, entre los que podemos mencionar al profesor Van Hoonacker de Lovaina, Dr. T.K. Cheyne en Inglaterra y el profesor C.F. Kent en América, para eliminar las numerosas dificultades que surgen de la interpretación de las fuentes principales de esta historia, afirman que la misión de Nehemías precedió a la de Esdras. La primera de las opiniones sostiene que Esdras llegó a Jerusalén alrededor del 458 a.C. y que la primera llegada de Nehemías fue en 444 y la segunda en 430 a.C., y según la opinión contraria la misión de Esdras pudo haber tenido lugar tan tarde como el año 397 a.C. Sea como fuere, como aquí sólo nos concierne Esdras, nos limitaremos a resumir los principales rasgos de su vida y obra, sin tener en cuenta los problemas que conlleva; baste con haberlos mencionado.


Ya habían pasado muchos años desde que se había autorizado a los judíos a volver a Palestina. Entre dificultades y obstáculos la comunidad restaurada se había asentado de nuevo en su antiguo hogar y habían construido un nuevo Templo, pero su condición tanto desde el punto de vista político como religioso, era muy precaria. Irritados bajo la opresión de los sátrapas persas, se habían vuelto indiferentes y habían dejado de observar la Ley. Desde Babilonia, donde era bien conocido este estado de cosas, Esdras deseaba ir a Jerusalén y utilizar su autoridad como sacerdote e intérprete de la Ley para restaurar las cosas a una condición mejor.


Gozaba del favor de la corte del rey persa y no sólo obtuvo permiso para visitar Judea sino además un edicto real que le investía de amplia autoridad para realizar su propósito e importante ayuda económica del tesoro real. El rescripto, además, les ordenaba a los sátrapas “de más allá del río” que ayudaran a Esdras con liberalidad y decretó que todos los oficiales del Templo judíos estuviesen exentos de impuesto, contribución o peaje. “Y tú, Esdras, nombra jueces y magistrados para que juzguen a todo el pueblo que está más allá del río” (Esdras 7,25). Finalmente la Ley de Dios y la ley habrían de tener severas penas para exigir su cumplimiento. El edicto permitía a todos los judíos que quisieran volver libremente a su país a que así lo hicieran. Unos 1800 hombres incluidos algunos sacerdotes, levitas y natineos salieron con Esdras desde Babilonia y después de cinco meses llegaron a salvo a Jerusalén, donde se habían arraigado abusos que habían sido desatendidos durante largo tiempo. Esdras se dio a la tarea de corregirlos una vez que hubo depositado en el Templo el oro y la plata que habían traído desde Babilonia y que hubo ofrecido sacrificios La primera tarea que emprendió fue ocuparse de los matrimonios mixtos. Ignorando la Ley de Moisés muchos, hasta los dirigentes judíos y sacerdotes, se habían casado con las habitantes idólatras del país. Horrorizado por el descubrimiento de estos abusos--- cuya magnitud probablemente había sido desconocida para Esdras hasta entonces--- manifestó sus sentimientos en una oración que impresionó de tal manera al pueblo que Sequenías, en sus nombres, propuso que los israelitas despidieran a sus esposas extranjeras y a los hijos tenidos con ellas.


Esdras aprovechó la oportunidad y consiguió de la congregación un juramento de que cumplirían con esta proposición. Los príncipes y los ancianos reunieron una asamblea del pueblo pero el asunto no pudo ser zanjado fácilmente por lo que se nombró una comisión encabezada por Esdras para solucionarlo. La comisión se reunió durante tres meses, al final de los cuales las “esposas extranjeras” fueron despedidas. No se nos dice cual fue el resultado de tan drástica medida; las memorias de Esdras se interrumpen aquí. Tampoco sabemos si una vez cumplida su misión volvió a Babilonia o se quedó en Jerusalén.


Lo volvemos a encontrar en Jerusalén en la lectura de la Ley que tuvo lugar después de la reconstrucción de las murallas. Sin duda este hecho había despertado el entusiasmo del pueblo y para cumplir con la demanda popular Esdras trajo el Libro de la Ley. En el primer día del séptimo mes (Tishri), se celebró una gran concentración “en la calle que hay delante de la puerta del agua” para leer la Ley. Esdras, subido en una plataforma, leyó el libro en voz alta “desde la mañana hasta el medio día”. Al oír las palabras de la ley, que habían transgredido con tanta frecuencia, la congregación rompió en lamentos poco apropiados para la santidad de aquel día, así que Nehemías disolvió la asamblea. Esdras retomó la le lectura al día siguiente y encontraron en la Ley las directrices para la fiesta de los tabernáculos.


Así que se dieron los pasos necesarios para la debida celebración de esa fiesta, que debía durar siete días, desde el día décimo quinto hasta el vigésimo segundo de Tishri. Esdras continuó la lectura pública de la Ley cada día de la fiesta; y dos días después de terminada se mantuvo un ayuno muy severo y “se levantaron y confesaron sus pecados y las iniquidades de sus padres” (Neh. 9,2). Fue una buena oportunidad para renovar solemnemente el pacto entre el pueblo y Dios. Este pacto comprometía a la comunidad a la observancia de la Ley, a la abstención de matrimonios con paganos, a guardar cuidadosamente el Sabbath y las fiestas y a las distintas regulaciones acordadas para el cuidado del Templo, sus servicios y el pago de los diezmos. Los príncipes, levitas y sacerdotes lo leyeron formalmente y fue firmado por Nehemías y representantes escogidos de los sacerdotes (por extraño que parezca, el nombre de Esdras no aparece en la lista de los que la subscribieron (Neh. 10,1-27). En adelante no vuelve a hacerse mención de Esdras en la literatura canónica. No se habla de él en relación con la segunda misión de Nehemías a Jerusalén y esto ha llevado a muchos a suponer que podía haber fallecido. De hecho tanto el lugar como la fecha de su muerte son desconocidos, aunque en las orillas del Tigris, cerca del lugar donde se une con el Éufrates, hay un monumento que se alega es la tumba de Esdras; durante siglos ha sido un lugar de peregrinaciones para los judíos.


El papel de Esdras en la restauración de los judíos después del exilio dejó una impresión permanente en las mentes del pueblo, lo cual se debió a que en adelante la vida de los judíos discurrió por los cauces trazados por él y de un modo que, en lo esencial, nunca se separó. Hay probablemente una gran parte de verdad en la tradición que le atribuye la organización de las sinagogas y la determinación de los libros consagrados como canónicos entre los judíos. La actividad de Esdras parece haber ido aún más lejos. El Talmud le atribuye haber compilado “su propio libro” (es decir: Esdras-Nehemías) “y las genealogías de los Libros de las Crónicas hasta su propio tiempo” (Trat. "Baba bathra", 15a). Sin embargo, especialistas modernos difieren ampliamente respecto a la extensión de su trabajo literario.


Algunos lo ven como el último editor del Hexateuco, mientras que, por el contrario, otros dudan de que tomara parte en la composición de Esdras – Nehemías y Crónicas. Sea como fuere, es cierto que nada tuvo que ver en la composición de los llamados Tercero y Cuarto Libros de Esdras. Como ocurre con muchos hombres que han jugado una parte importante en las épocas trascendentales de la historia, con el curso del tiempo la personalidad y actividad de Esdras asumió en las mentes del pueblo proporciones gigantescas. Esta leyenda se mezcló con la historia y proveyó para completar la escasez de datos que hay sobre su vida. Se le vio como un segundo Moisés y se le atribuyeron todas las instituciones que no se le pudieron atribuir a Moisés. Según la tradición judía restauró de memoria---una gesta poco menos que milagrosa---todos los libros del Antiguo Testamento, los que se creía habían perecido durante el Exilio. Asimismo sustituyó, al copia la Sagrada Escritura, la antigua escritura fenicia por el alfabeto aún en uso. Hasta la Edad Media, e incluso el Renacimiento, continuó creciendo la cosecha de logros legendarios atribuidos a él. Entonces se le aclamó como organizador de la famosa Gran Sinagoga---cuya existencia misma parece ser un mito---y como inventor de los signos vocales del hebreo.



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: www.pastoral-vocacional.org



Obispo y Mártir


Martirologio Romano: En Bucarest, Rumania, beato Janos Scheffler, obispo de Satu Mare y mártir, perseguido por el régimen comunista a causa de su fe. ( 1952)


Fecha de beatificación: 3 de julio de 2011, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.



János Scheffler nació el 29 de octubre 1887 en Kálmánd, una aldea en la región de Satu Mare, en la época perteneciente a Hungría. De familia católica, y dotado de gran inteligencia, fue ayudado por el párroco a cursar los estudios en la Escuela de Satu Mare. En 1905 fue admitido en el seminario. Estudió en Facultad de Teología de la Universidad de Budapest y en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde recibió la licenciatura en Derecho Canónico; mientras en 1910 fue ordenado sacerdote.

De regreso a Budapest, obtuvo el doctorado en teología. Además de dedicarse a la enseñanza y a la predicación, entre otras actividades, publicó varios libros sobre la catequesis: la catequesis católica, la liturgia católica para estudiantes de la escuela secundaria, e Historia de la Iglesia Católica.


En 1942 fue nombrado obispo de Satu Mare y administrador apostólico de la diócesis de rito latino de Oradea. Como Obispo de la diócesis organizó la administración, construyó iglesias, visitó las parroquias, administró el sacramento de la confirmación, ordenó sacerdotes, y promovió el seminario y la Acción Católica.


Desde 1947, cuando se agudiza la persecución comunista rumana contra la Iglesia Católica, János Scheffler fue encarcelado por no inclinarse a la intención del régimen de separar la Iglesia rumana de la de Roma. En la prisión de Jilava fue sometido a trabajos forzados e interrogatorios violentos. Sin embargo, transformó esta dolorosa realidad como una ocasión de apostolado, catequesis y oración. Murió el 6 de diciembre de 1952


Fue beatificado el 3 de julio de 2011 en la comunidad de Satu Mare de Rumanía, en una ceremonia concelebrada por el arzobispo de Esztergom-Budapest y Primado de Hungría, el Cardenal Péter Erdő y con la presencia del Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, en representación del Papa.


En el día de la beatificación, el Papa Benedicto XVI dijo en el Angelus dominical:


"Queridos hermanos y hermanas, me uno a la alegría de la Iglesia en Rumanía, en particular a la de la Comunidad de Satu Maru, donde hoy se ha proclamado Beato a János Scheffler, que fue obispo de esa diócesis y murió mártir en 1952. Que su testimonio sostenga siempre la fe de los que lo recuerdan con afecto y de las nuevas generaciones".


En 1942 fue nombrado obispo de Szatmár.


Durante la II Guerra Mundial, ayudó a numerosos prófugos y a cuantos se encontraban en los centros de recogida, especialmente a judíos, dirigiendo su actividad pastoral a la protección de los oprimidos y de los perseguidos.


Al final de la guerra, el régimen comunista comenzó a obligar a los fieles y religiosos a crear una Iglesia católica rumana independiente del Papa. Ya que monseñor Scheffler no aceptó el encargo, fue arrestado y procesado. Encerrado en la cárcel subterránea de Jilava, fue condenado a trabajos forzados. Murió a causa de la inanición y de los maltratos.


Si usted tiene información relevante para la canonización del Beato János, por favor escribir a:

Rev. Szoke János, SDB

Episcopia Romano-Catolica

Str. 1 Decembrie 1918, nr. 2

440010 Satu Mare, ROMANIA



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: SiervasDeMariaCastilla.com



Religiosa y Mártir


Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata Aurelia (en el siglo Clementina Arambarri Fuente) y 3 compañeras, religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Nació en Vitoria, Álava, el día 23 de octubre de 1866 y en ese mismo día, fue bautizada en la Parroquia de Santa María de Vitoria, recibiendo el nombre de Clementina. Sus padres, fervientes católicos, educaron cristiana y piadosamente a su hija.

Contaba 20 años cuando ingreso en el Instituto de Siervas de María, el 23 de Agosto de 1866, en la Casa Madre. Conoció a la Fundadora, Santa María Soledad, siendo ella quien la admitió y de cuyas manos recibió el santo hábito, el 14 de noviembre de 1866. Hizo su profesión temporal el 18 de diciembre de 1887, siendo destinada a Puerto Rico, donde emitió la Profesión Perpetua el 18 de Diciembre de 1894.


A los 38 años de edad, es nombrada Superiora de la comunidad de Guanajuato (México) cargo que ejerció con gran caridad y solicitud, hasta el año 1909 en el que fue destinada para desempeñarlo en la comunidad de Durango y Puebla (México), donde vivió la terrible revolución de mexicana. Trasladada a España, en agosto de 1916, le confiaron de nuevo el cargo de Superiora en Mataró, Alcoy, Sarriá y Barbastro, dejando siempre en el desempeño de esta misión, el mismo celo e interés hacia las Hermanas.


En octubre de 1929, al ser erigida la Provincia de Madrid, es trasladada a la misma como Consejera Provincial y Superiora de Pozuelo de Alarcón, hasta que en 1934, viendo que sus fuerzas naturales no le permitían seguir en tan delicado cargo, fue trasladada con gran pena por parte de los Superiores, a la enfermería de Madrid, siendo modelo de virtudes para quienes la cuidaban y visitaban.


El año 1936, ante el gran peligro que corrían las amadas ancianitas en Madrid, se dispuso el traslado de Madre Aurelia a la casa de Pozuelo de Alarcón, para que gozara de más paz y tranquilidad, aunque los planes de Dios bien se han visto, muy diferentes.


Tanto en la calma como en la adversidad su lema era: "De Dios somos, no permitirá que nos pase nada malo"


En Julio de 1936, se declaró la guerra civil en España, la casa fue tomada y las Hermanas tuvieron que dispersarse entre las familias conocidas, estando sometidas a una estrecha vigilancia y en absoluta incomunicación las unas con las otras. Madre Aurelia con otras tres Hermanas más, fue reconocida como religiosa y sin negar en ningún momento su condición de consagrada, fue elegida para el martirio. Es muy probable que Madre Aurelia muriera en la noche del 6 al 7 de diciembre de 1936 en Aravaca, Madrid. Contaba M. Aurelia con 70 años de edad.


Este grupo de mártires está integrado por:




1. CLEMENTINA ARAMBARRI FUENTE (AURELIA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Octubre 1866 en Vitoria, Álava (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)

2. ANUNCIACIÓN PEÑA RODRÍGUEZ (AGUSTINA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Marzo 1900 en Ruanales, Santander (España)

martirio: 05 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


3. JUSTA LÓPEZ GONZÁLEZ (AURORA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 28 Mayo 1850 en San Lorenzo, Madrid (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)


4. ENGRACIA ANDIARENA SAGASETA (DARÍA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 05 April 1879 en Donamaría, Navarra (España)

martirio: 06 December 1936 en Aravaca, Madrid (España)



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Por: . | Fuente: SiervasDeMariaCastilla.com



Religiosa y Mártir


Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata Aurelia (en el siglo Clementina Arambarri Fuente) y 3 compañeras, religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Sor Aurora nació en San Lorenzo, Madrid, el 28 de mayo de 1850. Recibió el Bautismo el 30 de mayo del mismo año poniéndole el nombre de Justa. Dos años más tarde recibió el sacramento de la Confirmación.

Sus padres la educaron cristianamente desde su niñez. El 20 de marzo de 1874, ingresó como Postulante en las filas de las Siervas de María, en la casa de El Escorial, pasando al poco tiempo al Noviciado de Madrid, para formarse en él, según las Constituciones de esa Congregación. El 14 de mayo del mismo año vistió el Santo Hábito, cambiando su nombre por el de Sor María Aurora. El 24 de junio, hizo sus primeros Votos con el fervor que el caso lo requiere y el 2 de julio de 1897, pronunció sus Votos Perpetuos en la Casa Madre.


El año 1885 fue nombrada Superiora de Arévalo. Volvió a Madrid en 1893, luego la destinaron a El Escorial, donde desempeño el cargo de Consiliaria. Residió también en las comunidades de Salamanca, Alcalá de Henares, Cabeza del Buey, Jaén, Cuidad Real y por último en Pozuelo de Alarcón.


Contemporánea de Santa Mª Soledad Torres Acosta, refleja fielmente en su vida , la sencillez y la valentía, la bondad y el espíritu sobrio, que distinguió a la Fundadora. En su larga vida religiosa, la Hermana Aurora se mostró muy amante del Instituto y sacrificada en el ejercicio de los ministerios, en el cuidado de los enfermos en sus domicilios, compartiendo con las jóvenes religiosas su rica experiencia.


A pesar de su ancianidad, ya que al tiempo de su muerte, era la religiosa más antigua del Instituto (62 años de vida religiosa), era muy fervorosa, le gustaba ser puntual para acudir a los actos de comunidad y recordaba con frecuencia la presencia de Dios. Era trabajadora y muy animada en las recreaciones.


Al llegar los momentos de la prueba, Sor Aurora se amoldó a todo con una docilidad admirable, aunque al quitarse el hábito, gruesas lágrimas corrían por sus mejillas. Supo dar prueba en todo momento de serenidad y abandono de los planes del Señor sobre ella.


En julio de 1936, la casa de Pozuelo de Alarcón fue tomada por los revolucionarios y las Hermanas tuvieron que dispersarse entre las familias conocidas, estando completamente incomunicadas las unas de las otras y sometidas a una estrecha vigilancia. Sor Aurora, junto con las otras tres Siervas de María, fue reconocida como Religiosa y fue escogida para el martirio. Es muy probable que Sor Aurora muriera en la noche del 6 al 7 de diciembre de 1936 en Aravaca, Madrid. Tenía Sor Aurora 86 años de edad.


Este grupo de mártires está integrado por:




1. CLEMENTINA ARAMBARRI FUENTE (AURELIA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Octubre 1866 en Vitoria, Álava (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)

2. ANUNCIACIÓN PEÑA RODRÍGUEZ (AGUSTINA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Marzo 1900 en Ruanales, Santander (España)

martirio: 05 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


3. JUSTA LÓPEZ GONZÁLEZ (AURORA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 28 Mayo 1850 en San Lorenzo, Madrid (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


4. ENGRACIA ANDIARENA SAGASETA (DARÍA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 05 April 1879 en Donamaría, Navarra (España)

martirio: 06 December 1936 en Aravaca, Madrid (España)



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: SiervasDeMariaCastilla.com



Religiosa y Mártir


Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata Aurelia (en el siglo Clementina Arambarri Fuente) y 3 compañeras, religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Nació Sor Daría en Donamaría ( Navarra), el día 5 de abril de 1879, siendo bautizada al día siguiente en la Parroquia de Nuestra Sra. de la Asunción. Sus padres se esmeraron en darle una cristiana educación y muy pronto se vio el fruto de sus desvelos, con la colaboración de la gracia.

A los 23 años, ingresó en el Instituto de las Siervas de María, el 9 de noviembre de 1902 en la casa de San Sebastián, pasando a los pocos días al Noviciado de Madrid. Recibió el santo hábito el 19 de abril de 1903, emitiendo sus Votos Temporales el 4 de mayo de 1905, siendo destinada a la casa de Zaragoza, donde permaneció hasta el 1910, ejerciendo el hermoso ministerio de caridad junto a los enfermos, con celo e interés. Pasó luego a la casa de Ciudad Real y al año de estar allí, fue trasladada a Madrid emitiendo los Votos Perpetuos el 5 de mayo de 1913. No tardó en enfermar de una úlcera de estómago, distinguiéndose durante todo el tiempo que le duró la afección, por su espíritu de humildad y mortificación


El año 1922, se le destinó al Noviciado de Madrid con el cargo de Auxiliar, misión que desempeñó con grandísima edificación de todas, siendo un modelo de virtudes para las novicias; la caridad para con éstas era la de una madre, sacrificándose por todas, siempre que la necesidad lo pedía. Esta delicada misión la ejerció por espacio de 8 años, al cabo de los cuales, fue destinada a la Casa de Pozuelo de Alarcón, donde desempeñó los cargos de Secretaria - Consiliaria en 1932. En esta comunidad también fueron visibles y admiradas sus hermosas virtudes, edificando a todas por su porte afable y religioso.


La entrega de su vida no fue vista por las Hermanas que la conocieron como algo casual, sino como la coronación de toda una vivencia. Con frecuencia se le oía decir: “yo quiero el martirio del sacrificio diario y si Dios quiere, también morir; morir mártir por Él”.


En el 1936, fue detenida por los revolucionarios en unión de Madre Aurelia y Sor Aurora. Según la familia que las albergaban fue Sor Daría, quien, al ser objeto de insultos y vejaciones al sospechar que eran religiosas, afirmó: “Somos, en efecto, religiosas; pueden hacer lo que quieran de nosotras, pero yo les suplico, que a esta familia no les hagan nada, pues, al vernos sin casa y autorizados por el Comité de Pozuelo nos recibieron en la suya por caridad”.


Sor Daría fue escogida para el martirio, que tuvo lugar probablemente en la noche del 6 al 7 de diciembre de 1936 en Aravaca, Madrid. Contaba Sor Daria con 57 años de edad.


Este grupo de mártires está integrado por:




1. CLEMENTINA ARAMBARRI FUENTE (AURELIA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Octubre 1866 en Vitoria, Álava (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)

2. ANUNCIACIÓN PEÑA RODRÍGUEZ (AGUSTINA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 23 Marzo 1900 en Ruanales, Santander (España)

martirio: 05 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)


3. JUSTA LÓPEZ GONZÁLEZ (AURORA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 28 Mayo 1850 en San Lorenzo, Madrid (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)


4. ENGRACIA ANDIARENA SAGASETA (DARÍA)

religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos

nacimiento: 05 April 1879 en Donamaría, Navarra (España)

martirio: 06 December 1936 en Aravaca, Madrid (España)



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: Somos.Vicencianos.org



Sacerdote y Mártir


Martirologio Romano: En distintos lugares de España, Beatos Fortunato Velasco Tobar y 13 compañeros, de la Congregación de la Misión;asesinados por odio a la fe ( 1934-1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Era natural del pueblo de Los Balbases, provincia de Bur­gos, en donde vió la primera luz el 10 de febrero de 1879. Sus padres se llamaron Mamerto y Cristina.

Pasados en su pueblo natal los años primeros de su niñez, ingresó, juntamente con otros compañeros, en la recientemen­te fundada Escuela Apostólica de Arcos, en 1891, de donde pasó, al año siguiente, a Tardajos, al trasladarse a este pueblo aquella residencia de PP. Paúles.


Cursados los tres años de Latín y Humanidades, fue recibido en el Noviciado de la Congregación en junio de 1895. Supo aprovecharlo bien, formándose en el espíritu de buen hijo de San Vicente, y en el mismo espíritu y aprovechamien­to tanto en la virtud como en los estudios, cursó los estudios mayores de la carrera eclesiástica, hasta ordenarse de Meno­res y Subdiácono, respectivamente, el 18 y 25 de octubre de 1903; de Diácono, el 28 de este mes, y de Presbítero, el 1 de noviembre del mismo año.


A los pocos días de su ordenación sacerdotal, fue destinado a Filipinas. En aquellas islas permaneció dieciocho años, de­dicado a la enseñanza en los Seminarios de Cebú y San Pablo.


Su actuación destacó principalmente en calidad de párroco de la nueva iglesia dedicada a San Vicente de Paúl en Manila, que regentó siete años, con mucho celo y acierto, captándose las simpatías de propios y extraños.


El P. lreneo tenía la rara habilidad de hacer valer sus dotes, aun por encima de su mérito intrínseco. Llegó a adquirir fama de gran orador; no es que anduviera escaso de caudal, pero la verdad es que se explotaba a sí mismo con usura. Corno tenía la campechanía por arrobas, entreverada ciertamente con vetas de geniazo, y aun este registro fuerte le sacaba rara vez, conseguía en poco tiempo y sin esfuerzo lo que para otros hubiera constituido obra de romanos con­seguirlo.


El clima le rindió. Vino el natural desgaste. Y se impuso la vuelta a España, en 1920, para reponer su quebrantada salud.


Suspirando por Filipinas, volvió de nuevo a aquellas tie­rras en 1922; mas tuvo que despedirse de ellas en seguida.


En 1924 estuvo ya dando Misiones en la provincia de León y Diócesis de Astorga, en compañía del P. José Santos. Las privaciones que juntos en ellas padecieron las hacía más lle­vaderas el buen humor y excelente compañerismo de que siempre estuvo animado el P. Rodríguez. Por este tiempo y a causa del frío y la humedad, adquirió el P. Rodríguez una penosa y molestísima enfermedad; tuvo que operarse.


El bienio 1925-1926 residió en Madrid sin destino fijo.


Durante el curso 1926-192Z predicó Misiones en la Diócesis de Badajoz.


Destinado a Cuba, estuvo dos años y medio al frente de la iglesia de la Merced, en la Habana. No se hizo a vivir en tie­rras americanas y se vino a España, siendo destinado a Guada­lajara: aquí era confesor de los Apostólicos, capellán de monjas y confesor de las mismas, prefecto de la iglesia y Di­rector de la Asociación de la Medalla Milagrosa. Maestro en estos menesteres, se le hizo agradable la estancia en esta ciu­dad. A este tiempo se refieren los siguientes apuntes biográ­ficos que su Superior, a la sazón, el P. Gregorio Sedano, escribió a requerimiento nuestro y con destino a ilustrar y avalo­rar nuestro humilde trabajo:


“1. Alma de cera en un, temperamento sujeto al estam­pido.


He aquí la gráfica, en lo humano, del P. Ireneo Rodríguez, según mi visión psicológica, pobre y reducida a los años en que le conocí.


Con ella a la vista se descifra su conducta.


2. Por tener de cera el alma, tenía, ante todo, el P. Ro­dríguez don de gentes singular.


Sus pasos levantaban como arcos de saludos.


Era de esas figuras populares y amplias en, el barrio y la ciudad entera.


3. Suplemento de este don era su arte en la historieta —pasó por Filipinas…—y la campechanería —gracia llana y querenciosa—, propia del valle en que nació.


Con el cuento chistoso y la palmada al hombro se granjeaba al punto cordiales amistades, sobre las que vendría lue­go la siembra de la exhortación misionera.


4. Un derivado asimismo de dicha cualidad era también, su tipo emocional. Lo tierna le cuajaba al momento los ojos de lágrimas y le anudaba la expresión.


¡Cuántas veces nos sorprendió con, tales manifestaciones en el púlpito, en las repeticiones!…


A mí no se me enfría la emoción que me encendió cuando, al terminar la conferencia de la caridad fraterna en unos Ejer­cicios, me tendió tembloroso un abrazo sollozando un “¡Qué sublime!”. Y sí que era emotiva la causa y la ocasión. Pero, vaya!; para la sensibilidad del común la cosa no parecía para tanto. ¡Sólo en su alma, por ser tan de cera, había tenido aquellos efecto: de derretimiento dulce e inflamado.


5. Este don de las ternezas era la nota de sus devociones. Le gustaban los Caminos Rectos, las Pepitas de Oro… Se ex­plicaba por frases de sutil incoherencia…


Hablando, por ejemplo, de la Virgen, el P. Ireneo evocaba al pequeñín que balbuce lindezas sobre el halda bien querida.


6. El culto de la Milagrosa, por lo demás —se le veía—, le saciaba los anhelos hasta poder constituirle el afán señero y suficiente para llenar su vida.


Y así la Milagrosa de Guadalajara, la de la cara de Reina y Madre y de Virgen sin segundo, tuvo en el P. Rodríguez un verdadero apasionado y un celador todo desvelos por acre­cerla el culto y el número de coros.


7. Paúl de cuerpo entero, el P. Rodríguez sentía por las Misiones verdadero gozo. Y en mis días se fue a ellas por los pueblos cercanos desafiando su afección de reumatismo, la cual, recrudecida por tal causa, llegó a postrarle en cama con posibles fatales consecuencias.


8. La labor apostólica, sin embargo, que por aquellos días le robó el cariño de modo peculiar, fue la dirección de las Damas de la Caridad.


9. Otra buena cualidad del P. Rodríguez merecedora de alta estima era el orden en sus cosas.


10. Por su temperamento, adolecía de ciertos exabruptos, que con facilidad descomponían en extremo su habitual ta­lante. Pero, sobre no llegar probablemente a ser pecado tal, sabía él sacar de la necesidad virtud. No se le pondría el sol sin reparar las posibles ofensas; y era altamente edificante acu­sarse en Capítulo de “este mi genio”.


11. Era el P. Rodríguez amante enamorado de la Com­pañía y entusiasta enaltecedor de sus valores, éxitos y progre­sos. En las veladas de los niños había de pedir la palabra para una solfa muy suya.


12. Y a él se le notaba andar en el empeño de redoblar esfuerzos y cuidados, así en la propia santificación, como en el desempeño de sus ministerios, en aquella jornada ya de pára­mo abajo de su vida”.


Sin querer, me han salido doce puntos, doce estrellas…


Para cogerlas, nada mejor que el sartal de quejumbres que por las calles de Guadalajara a mi paso recientemente por allá— eran el duelo universal por la desaparición de “¡aquel P. Rodríguez!”.


Parecían la réplica de aquello: “Hic homo… videbatur nobis camino mori non debuisse”.


Al soplar airadamente los vientos revolucionario’, no se espantó el P. Rodríguez; por ende, vino gustoso en quedarse de Superior interino de la Casa cuando la. Comunidad de ésta en su casi totalidad se trasladó a Murguía, con el objeto de salvar a los niños de las futuras consecuencias revolucionarias.


Y la actuación del P. Rodríguez culminó en estos meses, de marzo a julio de 1936, en la venta de la finca, que se venía hacía tiempo procurando por temor a la pérdida de la casa por un posible incendio criminal.


La verdadera joya que en esta casa se encerraba era la pre­ciosísima imagen de la Virgen Milagrosa. En, plena sesión del Consejo Doméstico se había tomado el acuerdo de cortarle la cabeza y esconderla, para salvarla, ya que era su cara de raro mérito, en caso de que amenazara un próximo asalto de la horda.


El P. Rodríguez quedó encargado de realizar esta doloro­sa faena. ¿La llevó a término? Nada se sabe. Es probable que, como triunfó el Movimiento al principio, desistiera de hacer semejante barrabasada por de pronta, y después, avasallados los héroes, la irrupción fue rapidísima, y por consiguiente no habría tiempo de pensar en la estatua muerta cuando las vi­vas andaban al filo de la muerte.


Borracha con el triunfo la jauría marxista, y también har­ta de comer los famosos bizcochos y demás cuantioso botín objeto de su rapacidad, se cebó cruelmente y con saña en los pobres derechistas vencidos; empero, como tantos, los mejores, habían caído en la heroica defensa y ya no quedaban, creían ellos, los rojos insensatos, valientes alcarreños a quienes te­mer, se contentaron con encerrar en el Fuerte medio millar, integrado por algunos supervivientes de la lucha, sacerdotes y adinerados, de derechas verdad unos y algunos también de los equivocados o cobardes en religión.


Entre éstos ejerció fructuoso apostolado el P. Rodríguez, quien con su prestigio anterior y su celo entonces avivado, ce convirtió en el oráculo de aquella mansión de pesadumbre y escuela de heroicas virtudes.


Que eso es lo que sabemos: que el P. Rodríguez fue dete­nido y recluido en el Fuerte, y que aquí fue un sacerdote ejem­plar y un apóstol celosísimo.


Pasaron los días y las noches, entre hastío, esperanza, bu­los, desilusiones, desesperación, aliento, sobresaltos, cábalas, sacas parciales para el paredón, etc. (así se vive en la cárcel), hasta diciembre de 1936.


Y llegó el 6 de este mes de diciembre para no borrarse jamás del recuerdo. fue tan triste, tan cargado de bochorno, tan negro, tan criminal, tan inaudito lo que aquel día se hizo en Guadalajara…


Para vengarse de un bombardeo hecho por los aparatos na­cionales, resolvieron los infames verdugos preceder y aun jus­tificar su abominable ejecución con la mascarada de una pú­blica manifestación que recorriera las calles pidiendo a los responsables las vidas de los desgraciados presos del Fuerte. Pero lo incalificable es que sacándoles a viva fuerza de sus ca­sas, obligaron a los propios parientes de los reclusos a ir entre la canalla manifestante. Tan refinada crueldad es el colmo. Mas, ¿quién puede imaginar los colmos que los rojos verifica­ron? Sólo hay una explicación: era la hora de la vesania y sadismo infernales.


En el Fuerte hubo, ante la inminencia del peligro, pensa­miento de resistir: morir matando, con las uñas, con los dien­tes, como se pudiera, era la consigna que muchos patrocina­ban. Fue entonces cuando se levantó digna y noble la voz au­torizada del P. Ireneo Rodríguez: “Muramos como mártires, ya que no podemos defendernos como caballeros.’”


Y ocurrió el asalto de las turbas sanguinarias.


¡Cuadro horrendo! ¿Cuántos muertos?


¡Todos! Más de QUINIENTOS!…


Más de quinientos leones de España inmolados como cor­deros, mártires cristianos en la hora suprema del sacrificio.


Bajad, ángeles del Cielo. Recoged toda la siega. No espi­guéis, que no hay espigas vacías.


¡Fuerte de Guadalajara convertido en ara inmensa sobre­cargada de inocentes víctimas!


¡Guadalajara, Guadalajara! Te sentías orgullosa de poseer en tu recinto ese suntuoso panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, y no sabías que era un símbolo… ¡Tu verdadero panteón es el Fuerte de Ingenieros!


¡Día 6 de diciembre de 1936!…


Así murió el P. Ireneo Rodríguez, héroe de la trágica jor­nada.


Las imágenes de su iglesia de Guadalajara también fueron decapitadas, deshechas.


De ellas, ni rastro; de él, el recuerdo.


Una prueba fehaciente queda en Los Balbases, su pueblo natal, de su celo y de su cariño a la Virgen Milagrosa: su re­galo de una valiosa y artística imagen, un precioso estandar­te, ricamente bordado y una próspera Asociación por él es­tablecida. Otro misionero, hijo asimismo del pueblo, que con­tribuyó con, él, regalando varias urnas de la Visita Domicilia­ria, a que reine la Milagrosa en Los Balbases, lo cuenta y es­cribe: “Con esto deseo tributar un homenaje de cariñoso re­cuerdo al inolvidable compañero y querido hermano, que, sin duda, estará ya gozando de Dios, y, al mismo tiempo, recordar al pueblo lo que hizo por él tan buen hijo suyo.”


Que sí, que en el corazón de cada balbaseño debe haber, y habrá, un altar para su ilustre Mártir


BIOGRAFÍAS DE MISIONEROS PAULES Edición 1942

Autor: Elías Fuente


Este grupo de mártires está integrado por:




1. TOMÁS PALLARÉS IBÁÑEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 06 Marzo1890 en Iglesuela del Cid, Teruel (España)

martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

2. SALUSTIANO GONZÁLEZ CRESPO

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 01 Mayo 1871 en Tapia de la Ribera, León (España)

martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)


3. LUIS AGUIRRE BILBAO

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 13 Septiembre 1914 en Murguía, Vizcaya (España)

martirio: 30 Julio 1936 en Alcorisa, Teruel (España)


4. LEONCIO PÉREZ NEBREDA

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 18 Marzo1895 en Villarmentero, Burgos (España)

martirio: 02 Agosto 1936 en Las Planas de Oliete, Teruel (España)


5. ANDRÉS AVELINO GUTIÉRREZ MORAL

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 11 Noviembre 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España)

martirio: 03 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


6. ANTONIO CARMANIÚ MERCADER

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 17 Agosto 1860 en Rialp, Lérida (España)

martirio: 17 Agosto 1936 en Llavorsi, Lérida (España)


7. FORTUNATO VELASCO TOBAR

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 31 Mayo 1906 en Tardajos, Burgos (España)

martirio: 24 Agosto 1936 en Alcorisa, Teruel (España)


8. RICARDO ATANES CASTRO

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 05 Agosto 1875 en Cualedro, Orense (España)

martirio: 14 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


9. PELAYO JOSÉ GRANADO PRIETO

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 30 Julio 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España)

martirio: 27 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


10. AMADO GARCÍA SÁNCHEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 29 Abril 1903 en Moscardón, Teruel (España)

martirio: 24 Octubre 1936 en Gijón, Asturias (España)


11. IRENEO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 10 Febrero 1879 en Los Balbases, Burgos (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


12. GREGORIO CERMEÑO BARCELÓ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 09 Mayo 1874 en Sitios, Zaragoza (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


13. VICENTE VILUMBRALES FUENTE

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 05 Abril 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


14. NARCISO PASCUAL y PASCUAL

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 11 Agosto 1917 en Sarreaus de Tioira, Orense (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)



12:02 a.m.

Por: . | Fuente: Somos.Vicencianos.org



Sacerdote y Mártir


Martirologio Romano: En distintos lugares de España, Beatos Fortunato Velasco Tobar y 13 compañeros, de la Congregación de la Misión;asesinados por odio a la fe ( 1934-1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



“IRÁ EN LA BIOGRAFÍA”

Tal era el estribillo —el remoquete— con que en las re­creaciones, al hacer comidilla de las prendas del P. Cermeño —a sus barbas, aunque se le encrespasen del bello furor de la humildad herida—, habíamos, de terminar nuestras ponde­raciones.


¡Señor! ¿Quién nos había de decir que aquellas bromas habían de ser veras, y tan pronto, y para fin tan fausto?…


Y pues ello es así, con el mayor amor y devoción más puros y entrañables, sin quitar el aroma del donaire y la familiari­dad confianzuda de aquellas comidillas, ahí van, P. Cermeño, las veras de estos rasgos de tu vida: Rosuelas para el nicho que te corresponde a lo menos en el retablo de nuestro altar casero. “A lo menos”, porque, para mi credo y mi esperanza, tú irás a los altares de la Iglesia.


“EL SANTITO”


Le llamaban “él santito”. Pusiéronle el apodo los chicuelos del corro de la esquina; luego lo hicieron suyo las devotas, los dependientes de comercio… Todos se lo llamaban al fin.


No hay exageración: que cuando fui a Guadalajara, hace año y medio, las gentes, al referirse a él, lo hacían así: “¡Y aquel Padre, “el santito”!…


Y es que el P. Cermeño, por esas calles de Dios, era tal­mente cualquiera de esos santos que se ganaron la canonización del pueblo por el modo de ir, por el modo de tratar…


Era el P. Cermeño llama de santidad enfundada en los hábitos talares.


Valga, pues, esto para primer rasgo: Le llamaban “el santito”. Habiendo de notar únicamente que lo del diminutivo provendría más bien de su talla, muy menuda.


ALMA DE PURA INFANCIA ESPIRITUAL


Apurando el análisis psicológico del P. Cermeño, acaso se le colocase en la casilla del tipo de menos valía. Pero en el terreno, de la santidad su situación cae de lleno en la Infan­cia Espiritual.


Alma niña era la suya, mirados los contentos y los gustos de su espíritu, y su ciego seguimiento de la voz de la Obediencia, y la pureza e inocencia de su vida y continente. Y así, es cosa de echarse a pensar a qué grado de perfección llegaría, contando como contaba con este don de privilegio, que, según la mágica doctora de las “florecillas”, es la trocha segura, ve­loz y certera.


De mí sabré decir que, descubriendo como descubría en él el tipo puro de esa modalidad místico-ascética, sentía, al ver­le, comezón de envidia. Entre el correr de las hilaridades a su cuenta, me asaltaban a mí como nostalgias de un paraíso cerrado. ¿Cómo es que a este hombre le brotan tan sin, esfuer­zo las virtudes, mientras que a los demás nos cuestan Dios y ayuda?


IN QUO DOLUS NON EST


Quien haya tratado al P. Cermeño ya sabrá del ideal que se cifra en este sentencioso rasgo ascético. Sabrá del varón que no acertaría a pensar mal de nadie; que tiene de par en par el templo de oro de su alma; que, al parecer, sigue automáti­co la línea rectilínea; que detrás de la risa sólo tiene el cielo dilatado de su buena fe…


El P. Cermeño nunca entendió de segundas intenciones. Las indirectas le descomponían, le ponían malo; abundando los casos en que, por tomar en serio las bromas, se pasó, el inocente, ratos bien atroces. El mismo lenguaje figurado le dejaba perplejo. Y él hablaba siempre con el alma en la palma de la mano: siempre, aun cuando quisiera hacer de pillín.


REZADOR EMPEDERNIDO


Si, como él lo confesaba sin cesar, acaso tendría que envi­diar a los demás en lo de las “cuantísimas luces” —sus térmi­nos— que recibían, de Dios en la meditación, en cambio, los demás le teníamos seguramente que envidiar a él aquel furor por la oración vocal de que gozaba.


Tropezarse con él en el pasillo era cortarle el bisbiseo de los labios: aquel bisbiseo tan martilleado que hacía pensar si no sería el hábito del mismo lo que le trajo aquel su refle­jo labial al rezar, aquel como tic que comprimiéndole el labio superior, le hacía parecer como que, más que decir, mordía las plegarias; lo que, por lo demás, le daba mucha gracia.


Y en cuanto al rezo común del Oficio divino, era tan asiduo, tan buen cumplidor, que, al acercarse ya la hora, allá re le veía desasosegado, mirando y remirando al minutero… Y llegada la hora, allá se le tenía el primero en su puesto, con el Breviario bien registradito y el “Aperi, Dómine” rezado con sobrada antelación.


Pites en la Misa, lo tieso de la actitud. y de los ademanes tenía unos como dejos de arrobo continuo.


SIN HIEL, SIN AGUIJON


De lo dicho se entiende, sin decirlo, que sería así el buen P. Cermeño; pero conviene hacerlo resaltar.


Esclavo hasta servil de las formas del trato social, que ma­mó en su Madrid, sabía adobarlas con la miel de una sonrisa inocua, graciosa y benevolentísima.


Pero aun, en los casos de resentimiento por las bromas, allí no había más que la palomita que al picotear hace cos­quillas. Por mucho que enarcase las cejas —cosa que hacía con tal extremo de arte pasional que habría de envidiarlo el más insigne actor—, por furibundas que afectasen ser sus mi­radas de soslayo, detrás sólo asomaba el alma sin hiel ni agui­jón, en simpática comedia causadora de grata hilaridad.


En los casos de dolencia ajena, cuando algún, compañero estaba enfermo, él era el obligado visitante, condolido, todo anhelos de servicio y siempre a la hora exacta prefijada para su vueltecita.


NI LA SOMBRA DE PECADO


¿Cómo sospechar falta consciente en el P. Cermeño? Ni la sombra del pecado enturbiaba jamás aquel su mirar per­petuamente diáfano, aquel su sonreír de alma de Dios.


Asiduo y aun devoto como era del confesionario, hacía pensar que oiría las confesiones como con un grande para­guas y que se deslizaba por esta al fin ciénaga humana con la misma inmunidad del cisne.


Y siempre en los cotidianos trajines, daba la sensación de ir bajo las alas del Ángel de la Guarda.


SU MODESTIA


Secuela de este don era su compostura, su modestia. Acaso tendrá que nacer quien le gane en tal virtud. Tan extrema ya en él, que, como acertó a definirla un donairoso compañero, aquello era más bien pudibundez.


LIMPIEZA


Si respecto de la modestia ha cabido la duda, con relación a la limpieza es apodíctico que sí que tendría que nacer quien le gane.


Quien desee saber lo que es una virtud sublimada, que lo estudie en la limpieza practicada por el P. Cermeño.


¿Una pelusa en la ropa? ¡Qué horror!


Y en la habitación, la mesa reluciente, la estatuita y el ca­racolillo de mar siempre en su sitio; en el baúl, las prendas bien plegadas y saturadas de alcanfor; los flecos de la colcha de la cama en impecable simetría, y… ¡el plumero en acción quién sabe las veces al día!


Se diría, en fin, que para el P. Cermeño la limpieza tenía rango de divinidad.


EL GESTO CUMBRE


En la vida del P. Cermeño, prisma de visos tan encantadores, hay una faceta que lo personifica sin igual: su actitud, su gesto ante el posible caso del martirio, que ¡ay! —y por su dicha— le llegó.


Tirarle de la lengua sobre tal asunto fue solaz reiteradísimo de las recreaciones cuando ya la tempestad se nos cernía negra y angustiosa.


En un alarde de osadía vindicativa, cediendo a sugerencias de un compañero tan ducho en latines como en humorismo, llegó el P. Cermeño a resolverse por añadir al “ut inimicos… humiliare digneris” la coletilla de un “Domine, ut deprehe­dantur”, que él pronunciaba con énfasis de verdadero mordisqueo de las palabras. Y era casi continuo también este diálogo:


—Pero, vamos a ver, P. Cermeño: ¿y si vienen a echarle mano ya?


—Ya sé bien lo que tengo que hacer. Les lanzo un ¡Viva Cristo Rey! que… ¡los aplasto!


FIN


Y el gesto, la exaltación de fe y el furor santo con que lo profería, eran, en efecto, como para aplastar… Pero a los racionales, no a los monstruos de entrañas de piedra y de dientes y zarpas de oso.


Y así, llegado el momento ferozmente trágico de las veras de estas bromas —¿cómo dudar de ello?—, el P. Cermeño, fiel a su plan tan madurado, estrujando las últimas fuerzas del sistema nervioso probablemente en ruinas, lanzaría su consig­na —exaltación de fe y furor santo—; la descarga de balas no cedió, y él, con el grito ya palma del espíritu, se iría a los cielos con zapatos y todo


¡Y qué hermoso estarás, querido hermano!


¡Y qué envidia!


¡Y cómo se escapan los besos a la palma y al zapato!


Hasta aquí el lindo y galano decir del P. Gregorio Sedano. Completemos la biografía.


Era el P. Cermeño hijo del matrimonio ejemplar Mariano Cermeño y Matilde Barceló, y nació el 9 de mayo de 1874, en la ciudad heroica de los Sitios.


Estudió en nuestra casa de Teruel, desde 1890 a 1892, en que ingresó en el noviciado de Chamberí, a 27 de abril. El día 28 de abril de 1894 hizo los Votos. Se ordenó de Menores el 26 de marzo de 1899; de Subdiácono, el día siguiente; de Diácono, el 23 de julio, y, de Presbítero, el 8 de septiembre del mismo año 1899.


Fue destinado accidentalmente a Valdemoro y luego a la fundación de Porto-Alegre (Brasil), en cuyo Seminario ense­ñó durante tres cursos completos: 1900-1903.


Al deshacerse aquella fundación, volvió a España, siendo destinado al Santuario de Nuestra Señora de los Milagros (Orense), y allí vivió durante dieciséis años dedicado a la en­señanza en la Escuela Apostólica y Seminario Menor de la Diócesis.


El año 1923 se inició un período de crisis en su vida ‘tran­quila y sosegada del monte Medo, con, la que también se ave­nía su espíritu. Una orden superior dispuso se trasladara a Valdemoro, para que fuera uno de los capellanes de las Her­manas ancianas y enfermas que en las dos residencias de San Diego y San Nicolás unas reparan averías y otras viven de año­ranzas; mas la tal disposición fue poco a poco modificada y marchó- a Teruel en calidad de director y confesor espiri­tual de la Escuela Apostólica de la Congregación en aquella ciudad. A pesar de correr por sus venas sangre aragonesa, no se hacía a vivir en aquellas tierras; por ello, al cabo de un año, los Superiores, comprensivos y casi adivinos (el P. Cer­meño no era pedigüeño y menos machacón), por una parte, y, por otra, no queriendo desaprovechar al buen P. Cermeño, consecuentes con el plan formativo de los futuros apostólicos, le trasladaron a la ciudad de Guadalajara; mas ni aquí se aquietó su ánimo; seguíale la nostalgia de la terriña. Fuéle, al fin, otorgado volverse a su querido Santuario, en 1924. Pero su actuación en la Apostólica de Guadalajara, justamente apre­ciada, no se echaba en olvido y nuevamente fue requerida. Pasó a dicha ciudad el año 1929, para nunca jamás abando­narla.


En Porto-Alegre tuvo bastante que sufrir, y recordamos a propósito esta su frase de entonces: “Vengo cano, y no por los arios.” Nada tiene ello de extraño ni creemos indique cosa particular respecto a su persona, pues sabido es que aquella fundación brasileña fué un semillero de disgustos para todos.


¿Y su muerte?


Su muerte, para no desentonar de la vida, anónima también.


A lo que se sabe, en casa le cogieron los rojos. De casa, al Fuerte. Y el día más trágico de la ciudad de Alvar Fáriez, del Palacio del Duque del Infantado, del Panteón, de la Acade­mia, de la Hispano… el 6 de diciembre de 1936, fecha de tris­tísima recordación, el P. Cermeño fue una de las quinientas víctimas que la barbarie marxista sacrificó, en su vesania incalificable, así de una vez.


BIOGRAFÍAS DE MISIONEROS PAULES Edición 1942

Autor: Elías Fuente


Este grupo de mártires está integrado por:




1. TOMÁS PALLARÉS IBÁÑEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 06 Marzo1890 en Iglesuela del Cid, Teruel (España)

martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

2. SALUSTIANO GONZÁLEZ CRESPO

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 01 Mayo 1871 en Tapia de la Ribera, León (España)

martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)


3. LUIS AGUIRRE BILBAO

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 13 Septiembre 1914 en Murguía, Vizcaya (España)

martirio: 30 Julio 1936 en Alcorisa, Teruel (España)


4. LEONCIO PÉREZ NEBREDA

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 18 Marzo1895 en Villarmentero, Burgos (España)

martirio: 02 Agosto 1936 en Las Planas de Oliete, Teruel (España)


5. ANDRÉS AVELINO GUTIÉRREZ MORAL

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 11 Noviembre 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España)

martirio: 03 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


6. ANTONIO CARMANIÚ MERCADER

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 17 Agosto 1860 en Rialp, Lérida (España)

martirio: 17 Agosto 1936 en Llavorsi, Lérida (España)


7. FORTUNATO VELASCO TOBAR

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 31 Mayo 1906 en Tardajos, Burgos (España)

martirio: 24 Agosto 1936 en Alcorisa, Teruel (España)


8. RICARDO ATANES CASTRO

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 05 Agosto 1875 en Cualedro, Orense (España)

martirio: 14 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


9. PELAYO JOSÉ GRANADO PRIETO

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 30 Julio 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España)

martirio: 27 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)


10. AMADO GARCÍA SÁNCHEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 29 Abril 1903 en Moscardón, Teruel (España)

martirio: 24 Octubre 1936 en Gijón, Asturias (España)


11. IRENEO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 10 Febrero 1879 en Los Balbases, Burgos (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


12. GREGORIO CERMEÑO BARCELÓ

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 09 Mayo 1874 en Sitios, Zaragoza (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


13. VICENTE VILUMBRALES FUENTE

sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 05 Abril 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)


14. NARCISO PASCUAL y PASCUAL

hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)

nacimiento: 11 Agosto 1917 en Sarreaus de Tioira, Orense (España)

martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)



11:56 p.m.

Sacerdotes y Mártires


Martirologio Romano: En distintas poblaciones de España, Beato Joaquín Jovani Marín y 14 compañeros de la Hermandad de Sacerdotes Operaros Diocesanos del Sagrado Corazón de Jesús, asesinados por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco..



El ambiente anti clerical de la II República española

El día 14 de abril de 1931 fue proclamada la II República española, el nuevo régimen fue aceptado y acatado por la Iglesia en España. El día 9 de mayo de 1931 los metropolitanos españoles escribían: "Particularmente todos y cada uno de los prelados españoles han recordado ya a los fieles los deberes que les ligan con las autoridades constituidas y la obligación que les incumbe de cooperar al bien común y al mantenimiento del orden social. Los metropolitanos españoles, reunidos, de nuevo ratifican plenamente estas manifestaciones de los prelados, en la confianza de que las autoridades respetarán los derechos de la Iglesia y de los católicos en una nación en que la casi totalidad de la población profesa la religión católica".


A los veintisiete días de la proclamación de la II República española se desencadenó la violencia más brutal y salvaje contra todo lo que tuviera algo de signo religioso, asaltando, saqueando, incendiando iglesias, conventos, residencias y colegios religiosos.


La gente que había empuñado las riendas del Estado antes había incitado a las masas a cometer los desmanes que luego realizaron, quizá más pronto de lo que ellos mismos preveían...


El siervo de Dios Joaquín Jovaní Marín, a la sazón Director General de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, escribe, el 18 de abril de 1931, al siervo de Dios Mateo Despóns Tena -martirizado el día 13 de agosto de 1936-: "Por ahora todo sigue en paz, pero dentro de unos meses, cuando las turbas se vean defraudadas en las esperanzas concebidas por predicaciones infames, ¿qué podrá suceder? No quiero ni pensarlo, sino vivir cada día como me lo manda la Divina Providencia. ¡Ahora se hace más necesaria la vida de fe!".


Se oteaba en el horizonte la tragedia. Es muy significativo lo que dice, en carta de 7 de mayo de 1931, al Director General de la Hermandad el siervo de Dios Antonio Perulles Estivill, martirizado el día 12 de agosto de 1936 (el rector del Colegio de San José para Vocaciones Eclesiásticas de Burgos): "Vino el señor arzobispo y les dijo (a los seminaristas) que los que no estuvieran decididos a todo, hasta al martirio, aprovecharan la ocasión de las vacaciones del verano para no volver al seminario".


El 11, 12 y l3 de mayo de 1931 muchas ciudades españolas se convirtieron en una inmensa hoguera de iglesias, conventos, colegios, quemados impunemente por las hordas. "Casi un centenar, entre templos y casas religiosas, fueron pasto de las llamas en tres días de barbarie popular".


Y mientras la chusma quemaba, saqueaba, profanaba, el Gobierno provisional de la II República y sus adláteres no pudieron -o no quisieron- controlar tantos y tan serios desmanes. Dice Antonio Montero: "No le quedan al historiador actas judiciales de un proceso que no llegó a iniciarse contra los autores de tales desmanes. Ya esta ausencia de formal intervención de la autoridad judicial denuncia de por sí que el Gobierno rehuía aclaraciones excesivas de lo ocurrido. Consta también que la censura oficial impidió a los periódicos de orientación católica dar la versión justa de los hechos, mientras la prensa opuesta ofrecía a su clientela las más pintorescas interpretaciones".


La persecución religiosa en Tortosa


Sin duda, la diócesis de Tortosa fue una de las que sufrió más intensamente la persecución en los años de la guerra civil. Más de trescientos sacerdotes de la diócesis fueron martirizados.


Dice doña Emilia Marín Vidal en el proceso: "El ser sacerdote era sentencia de muerte en aquellos días. Eso lo sabemos todo el mundo. Los rojos tenían la intención de acabar con todos los católicos. Yo en aquellos días confesaba y comulgaba cada semana, pero muy ocultamente, con todas las precauciones, porque nos hubieran matado de haberlo sabido".


Isidoro Bover, el día 10 de abril de 1936 escribía a su hermano José María Bover diciéndole que en España se estaba imponiendo la dictadura del marxismo, en la que, como todos sabemos, unos pocos, a punta de armas, someten a los demás.


"Da la impresión de que nos hallamos ya en los preludios de una dictadura izquierdista con máscara de legalidad, que es la más odiosa de las dictaduras. Y hay síntomas de que esa dictadura será, si Dios no lo remedia, la brecha para el paso de la dictadura roja. Por ahora no se ve en el horizonte ningún claro por donde pueda brillar el sol".


El Siervo de Dios José Manuel Claramonte Agut, en uno de sus escritos, señala claramente quienes son los culpables de los hechos acaecidos y también de los que luego ocurrirán:



"Los leales a Azaña y Martínez Barrio. Puede ser que se molesten los aludidos tiranos y reclamen para sí toda la gloria por los centenares de miles de asesinatos cometidos en el territorio sobre el que se arrogan la suprema autoridad. Porque con su autoridad fueron convocados los asesinos; en nombre de la misma autoridad se les dieron las armas a sus leales sanguinarios; el criminal silencio de la autoridad aprobó la detestable conducta de los milicianos, y la manifiesta impunidad del Gobierno alentó los bajos instintos de sus satélites.


Admitimos que los principales y casi únicos responsables de los asesinatos son Azaña y Martínez Barrio; pero alguna parte corresponde a los miserables asesinos que, aunque obrasen como instrumentos de la llamada autoridad, no puede eximirse de la responsabilidad que de sus propios actos corresponde a todo ser humano.


La lista de los abominables hechos es muy larga y espeluznante en sus detalles".



El delito de ser sacerdote

Era la causa única de su condena a muerte. Los testimonios son unánimes en el proceso de Tortosa.


El sacerdote tortosino don Luis Riba Cano testifica en la causa del siervo de Dios Mateo Despóns Tena: "Es cierto que le mataron solamente por ser sacerdote. Me fundo en mi propia suerte. Yo era entonces diácono, y discutieron los del Comité si me debían o no matar; a pesar de haber acordado matarme, no lo hicieron porque todavía no había cantado misa y, por tanto, no había engañado –dijeron- a nadie"


El señor Antonio Piñana Vizcarro testifica en la causa del siervo de Dios Vicente Jovaní Ávila: "Las matanzas de sacerdotes eran sólo por odio a la religión. En la misma fábrica donde yo trabajo oí muchas veces decir a un jefe de control -impuesto desde Barcelona- que era necesario acabar con todos los sacerdotes y con la religión".


El entonces seminarista José María Reyes Mateu, en la causa del siervo de Dios Joaquín Jovaní Marín, dice que en la llamada "cárcel de Pilato" de Tarragona, donde tuvieron prisioneros a muchos seminaristas de esta ciudad, juntamente con el siervo de Dios, "el día 10 de agosto de 1936 me hicieron una especie de juicio. Me preguntaron si yo era sacerdote. Les contesté que me faltaba un año para terminar la carrera. Me dijeron que a los estudiantes nos necesitaba la República y que no nos harían nada malo; solamente a los culpables -refiriéndose claramente a los sacerdotes- les darían lo suyo".


No se toleraba la existencia de signo alguno religioso. En la causa del siervo de Dios Joan Vallés Anguera testifica el señor Francisco Benaiges Vallés: "Hicieron un bando de que se habían de quemar todos los cuadros e imágenes de santos. Querían acabar con toda la religión. Para derribar los santos de la iglesia hacían ir, obligados, a los más católicos".


Todo el que protegiera a un sacerdote era condenado a muerte. No se libró de esto ni el hermano del tristemente célebre Marcelino Domingo, ministro de la República desde 1931.


Doña Joaquina Fibla Frecet, cuñada de Federico Domingo -hermano de Marcelino-, ha dejado una declaración muy importante a este respecto, como testigo en la causa de los siervos de Dios Joaquín Jovaní Marín y Vicente Jovaní Avila:



"Por mediación de mi cuñado, Federico Domingo, el siervo de Dios Joaquín Jovaní salió de la cárcel de la Casa de Pilato. Este Federico, a pesar de ser hermano del ex ministro de la República, Marcelino, era bueno y muy querido de todos. Mi marido fue a ver al siervo de Dios muchas veces a esta cárcel, acompañado de Federico Domingo".


El siervo de Dios había conseguido dos pasaportes para huir a Francia. "El uno era para el siervo de Dios y el otro para Joaquín Jovaní Avila, sobrino del siervo de Dios, por su condición de casado. Mi esposo le dio dinero y proporcionó vestidos para este viaje... El siervo de Dios y su sobrino Joaquín subieron al coche que los había de llevar a Francia. Los demás quedaron en la pensión un rato. En esto llegaron unos sesenta milicianos, que ocuparon la pensión y detuvieron a todos.


Entonces vieron los que estaban en la pensión que había regresado el coche en el que viajaban los que marcharon a Francia, el cual había sido detenido también por los milicianos y obligado a regresar a la pensión. A todos los detenidos los llevaron a un retén y después a la checa de San Elías.


Allí fueron a parar el siervo de Dios, con mi marido, sus dos sobrinos, Vicente (sacerdote) y Joaquín, y además Federico Domingo, que, como tantas veces he dicho, era el que los protegía por sus circunstancias especiales.


Los cinco fueron encerrados en la misma celda. De esta celda los iban sacando de dos en dos. Mi marido se quedó solo, el último. Al llamarle para declarar, preguntó por sus familiares, y los milicianos le dijeron que estaban en un campo de concentración, menos Federico, que había sido llevado a Madrid.


Esto era mentira, como pudimos comprobar después de la guerra, al encontrar juntos los cadáveres de Joaquín Jovaní, el sobrino y de Federico Domingo".



El esposo de doña Joaquina fue puesto en libertad, detenido nuevamente y asesinado en Castellón.

Resumen biográfico de D. Joaquín


Nació el 16 de octubre de 1874 en Sant Mateu aunque su familia se trasladó a vivir a Benicarló. Su familia era muy religiosa y guardó una gran relación con el Beato Manuel Domingo y Sol, fundador de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Realizó sus estudios en el seminario de Tortosa y se licenció en Teología en el seminario de Toledo. Fue ordenado presbítero el día 4 de junio de 1898 y el 12 de agosto ingresó en la Hermandad fundada por Mosén Sol. Ocupó diversos cargos de responsabilidad en el seminario de Toledo; director del colegio de San José de esa ciudad; director del colegio de San Juan en Almería; administrador del Pontificio Colegio Español de Roma, del que más tarde sería rector; profesor en el seminario de Barcelona; rector del seminario de Tarragona. En 1927 fue elegido director general de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, cargo que desempeñó hasta 1933. En 1934, a petición del arzobispo, volvió a desempeñar el cargo de rector del seminario de Tarragona. El inicio de la persecución religiosa le sorprendió en el seminario de la Seu d´Urgell, en un cursillo de verano con los seminaristas mayores de Tarragona. Como ya hemos comentado, allí le acompañó su sobrino Vicente. En diferentes cartas había manifestado sus inquietudes y presagios sobre el clima social y político que se vivía en España en 1936: “Únicamente el Señor sabe lo que nos espera en el transcurso de este año que hoy comenzamos”. “La marea roja parece que va en aumento. ¿Llegaremos al final de la zozobra? En manos de Dios estamos.”


El 25 de julio por la tarde entró un grupo de milicianos armados en la capilla donde estaban rezando vísperas. Superiores y seminaristas quedaron detenidos en el mismo seminario. Se les comunicó a los superiores la posibilidad de pasar a Andorra, salvando así su vida, pero la rechazaron por no querer abandonar a sus alumnos. El 26 de julio un autobús y dos camiones trasladan a los presos hasta Tarragona. Durante el trayecto se les despojó de todas sus pertenencias. En Tarragona fueron liberados, Don Joaquín fue acogido por la familia de un seminarista, allí se celebraba la Misa y se rezaba el rosario de forma clandestina. El 2 de agosto un numeroso grupo de milicianos fuertemente armados llamaron a la puerta exigiendo la presencia del sacerdote, su respuesta fue: “Alabado sea Dios; ha llegado la hora…” Al ser interrogado sobre su identidad, contestó: “Soy sacerdote y rector del Seminario de Tarragona”. A partir de aquel momento quedó detenido y fue trasladado al comité para ser interrogado. A las diez de la noche fue conducido al castillo de Pilatos donde quedó preso. La familia del seminarista José María Reyes le llevaba comida diariamente.


Por influencia de Federico Domingo fue liberado a los pocos días. Se refugió en casa de su primo Justo Marín pero viendo que corría peligro se trasladó junto a su sobrino Vicente a Barcelona, hospedándose en la pensión “El Carmen”. Se le facilitó un pasaporte para ir a Francia junto a su sobrino Joaquín, pero, como hemos visto anteriormente, fueron descubiertos y apresados. Junto a ellos fueron detenidos su otro sobrino, Vicente, Federico Domingo y Domingo Roig. Los cinco fueron encerrados en la misma celda de la checa de San Elías. Después de los interrogatorios Domingo Roig fue puesto en libertad, aunque moriría asesinado un mes después en Castellón. Los cuatro restantes fueron llevados al cementerio de Montcada i Reixac, siendo allí martirizados el 5 de diciembre de 1936.


Integran este grupo de mártires:




1. MIGUEL AMARO RODRÍGUEZ, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 08 Mayo 1883 en El Romeral, Toledo (España)

martirio: 02 August 1936 en Toledo (España)

2. JOAN VALLÉS ANGUERA, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 21 Diciembre 1872 en Darmós, Tarragona (España)

martirio: 09 Agosto 1936 en Darmós, Tarragona (España)


3. MATEO DESPÓNS TENA, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 05 Atril 1884 en at San Mateo, Maestrazgo, Castellón (España)

martirio: 13 Agosto 1936 en Maestrazgo, Castellón (España)


4. AMADEU MONJE ALTÉS, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 10 Atril 1906 en Batea, Tarragona (España)

martirio: 16 Agosto 1936 en Gandesa, Tarragona (España)


5. CRISTÒFOL BAQUÉS ALMIRALL, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 20 Marzo 1885 en Olesa de Bonesvalls, Barcelona (España)

martirio: 20 Agosto 1936 en la carretera de la Arrabassada, Barcelona (España)


6. JOSEP MARÍA TARÍN CURTO, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 06 Febrero 1892 en Santa Bárbara, Tarragona (España)

martirio: 29 Agosto 1936 en Tortosa, Tarragona (España)


7. JOSÉ PRATS SANJUÁN, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 31 Julio 1874 en Catí, Castellón (España)

martirio: 01 Septiembre 1936 en Tortosa, Tarragona (España)


8. LORENZO INSA CELMA, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 18 June 1875 en at Calaceite, Teruel (España)

martirio: 02 Septiembre 1936 en Tortosa, Tarragona (España)


9. TOMÁS CUBELLS MIGUEL, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 25 Octubre 1867 en La Palma, Tarragona (España)

martirio: 10 Septiembre 1936 en Campredó, Tarragona (España)


10. JOSÉ PIQUER ARNÁU, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 27 Octubre 1881 en Onda, Castellón (España)

martirio: 11 September 1936 en Bechí, Castellón (España)


11. JOSEP PLA ARASA, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 16 Noviembre 1888 en Santa Bárbara, Tarragona (España)

martirio: 11 Septiembre 1936 en Tortosa, Tarragona (España)


12. SEBASTIÁ SEGARRA BARBERÁ, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 28 Marzo 1894 en at Fatarella, Tarragona (España)

martirio: 05 Octubre 1936 en Les Corts, Barcelona (España)


13. JOAQUÍN JOVANÍ MARÍN, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 16 Octubre 1874 en San Mateo, Castellón (España)

martirio: 05 Diciembre 1936 en Montcada, Barcelona (España)


14. VICENTE JOVANÍ ÁVILA, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 05 Diciembre 1902 en Benicarló, Castellón (España)

martirio: 05 Diciembre 1936 en Montcada, Barcelona (España)


15. JOSÉ MANUEL CLARAMONTE AGUT, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús

nacimiento: 06 Noviembre 1892 en Almazora, Castellón (España)

martirio: 10 June 1938 en Vall d’Alba, Castellón (España)



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