Eremita
Peregrinó a muchos lugares sagrados, llegando a Roma en 574. Durante una audiencia con el Papa Benedicto I, quien le dijo que siguiera su deseo de tener una vida unida a Dios. Vivió por un tiempo en Einsidel, Alemania y luego como ermitaño en el bosque de Westerich.
Durante un viaje a los santuarios en Tréveris, según los informes, conoció a un rico ladrón de caminos. El ladrón le amonestó que fuera un mendigo cuando obviamente era muy capaz de ganarse la vida. Trabajó para el ladrón como un porquero, hasta que encontró que no había tiempo para sus oraciones. Fue transferido a criar ganado, Vendelino de nuevo tuvo tiempo para la oración. Sin embargo, el rebaño que atendía creció tan rápido que pronto se encontró de nuevo con exceso de trabajo. Esta vez fue transferido a cuidar ovejas, un trabajo tradicionalmente asignado a los niños o a los hombres mayores, ya que era menos exigente físicamente. Aun cuando su rebaño creció, tenía tiempo para la oración. La leyenda dice que Dios trasportaba a Vendelino y sus rebaño a la antigua ermita muchas veces, y luego los regresaba por la noche.
Para el año 590 era ermitaño en Tréveris, y para el año 597 era abad en Tholey, donde falleció alrededor del año 617.
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