Ingresó en la Orden de los Siervos de María y vivió primero en el convento milanés de santa María; más tarde, fue trasladado a Florencia.
Se retiró a Monte Senario, permaneciendo allí casi veinte años, para dedicarse por completo a la penitencia y a la contemplación.
Finalmente regresó a Milán, en donde se ocupó de manera especial de la cristiana educación de los niños.
Murió el 23 de octubre de 1505.
El papa Clemente XII lo proclamó Beato en 1737.
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