Por: . | Fuente: praemonstratensis.co.uk
Obispo
Mientras realizaba un viaje oficial, acompañado tan sólo por un pequeño cuerpo de seguridad, fue capturado por hombres del duque Alberto, encadenado, escupido y tratado con absoluta brusquedad. Esa noche, estando atado de pies y manos, sin piedad alguna lo dejaron afuera en pleno bosque, siendo víctima de los enjambres de mosquitos. Luego fue encarcelado y finalmente puesto en libertad. Ludolfo llevaba todos sus sufrimientos con paciente determinación. Ante el temor de volver a Ratzeburg donde el duque Alberto tenía ahora un control totalitario, Ludolfo se refugió con el príncipe Juan de Mecklenburg en Wismar.
Fue durante este exilio que Ludolfo, agobiado por las enfermedades sufridas en la prisión y por su avanzada edad, cayó gravemente enfermo. Él celebró su última Misa un Jueves Santo. Sus últimas palabras fueron: "Oh Dios grande y bueno, permite a este tu siervo inútil, pertenecer junto a ti por toda la eternidad". Murió el 29 de marzo 1250.
Su cuerpo fue devuelto a Ratzeburg para el entierro. Cuando la procesión pasó por Schlagsdorf, se dice que las campanas de la ciudad empezaron a tañir completamente solas. Ya en territorio del Duque, el cuerpo de Ludolfo fue llevado en hombros, desde el puente hasta la Catedral, por los nobles de Ratzeburg, Sus hermanos de la orden llevaron el cuerpo al interior del templo, donde se encontraba su lugar de descanso final.
Ludolfo es honrado como obispo y un mártir de los derechos y la libertad de la Iglesia. Se le representa con las insignias de un obispo, portando las cadenas que lo ataban en la prisión y la palma del martirio. Fue canonizado en el siglo XIV.
responsable de la traducción: Xavier Villalta
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