Por: P. Felipe Santos |
Obispo
En tu mesa, el espíritu de fiesta trasluce de sencillez. El compartir hace de tu hogar un lugar de paz, un lugar de bondad.
San Demetrio vivió en el siglo X. Su veneración es muy grande en la isla de Chipre, en la que fue obispo.
Su nombre es de claro origen pagano. Demetria es la madre tierra de los griegos.
Pero este nombre se bautizó con la sangre de muchos mártires, esparcidos por aquí y por allá en los calendarios.
Chipre era la patria mítica de Venere. Los padres del futuro santo, buenos cristianos, aunque preocupados por su felicidad humana, hicieron que se casara a los 15 años con una dulce chica que murió al poco tiempo de su matrimonio.
Demetrio, que era todavía muy joven, se retiró a un monasterio. Con el paso de los años, comprendió que era muy importante para él la penitencia y su entrega a la vida eremítica.
Tenía 40 años. Se había formado en torno a su persona una fama inmensa de que era un buen curandero de cuerpos y de almas.
El obispo lo nombró su coadjutor y para ello, naturalmente, tuvo que ordenarlo de sacerdote.
A la muerte del obispo, Demetrio volvió al monasterio, en el que lo eligieron abad. Estuvo poco tiempo, porque en seguida fue consagrado obispo de Chipre.
No quería esta dignidad. Se escondió por un tiempo, hasta que un buen amigo suyo le hizo recapacitar. Fue un gran obispo ceñoso y entregado a los pobres. Murió en el año 915.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com
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