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Presbítero y Mártir
Martirologio Romano: En Hanoi, en Tonquín, hoy Vietnam, san Juan Teófano Vénard, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que tras pasar seis años de trabajos de ministerio en la clandestinidad y en medio de grandes dificultades, aceptó con alegre ánimo, en tiempo del emperador Tu Duc, ser encerrado en una cueva y después degollado (1861)
Fecha de canonización: 19 de junio de 1988 por el Papa Juan Pablo II, junto a otros 116 mártires en Vietnam.</span>
Breve Biografía
Sacerdote de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir que tras pasar seis años de trabajos de ministerio en la clandestinidad y en medio de grandes dificultades, aceptó con alegre ánimo el martirio por la causa de Cristo. Permaneció encerrado en una jaula por más de ocho semanas y después fue degollado. Sus cartas, escritas durante el cautiverio, inspiraron a Santa Teresita del Niño Jesús a orar por las misiones.
Jean-Théophane Vénard (en francés) nació el 21 de febrero de 1829 en Saint-Loup-sur-Thouet (Francia), en el seno de una familia profundamente cristiana y patriarcal.
Solía leer los "Anales de la Propagación de la Fe"; de ahí fue que supo de los atroces sufrimientos que padecían los cristianos por odio a la fe en tierra vietnamita. Entonces tomó una decisión heroica: "Yo también quiero ir a Tonkín, yo también quiero ser un mártir".
En 1841 el jovencito ingresó al colegio Doué-la-Fontaine. A sus 18 años estudiaba la Filosofía en el Seminario de Montmorillon y posteriormente la Teología en el Seminario Mayor de Poitiers. "El Seminario es el paraíso en la tierra", escribió un día.
Sintiendo en su corazón el llamado de Dios a un apostolado más vasto, manifestó a su obispo el deseo de adherirse a la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París.
Ordenado sacerdote en 1852, después de 15 meses de viaje el P. Vénard arribó a Hong Kong, donde le fue anunciado su destino: el Tonkín (Vietnam) adonde llegó en 1854.
Invocando a María, "mi reina y mi madre", y bajo la protección de su ángel de la guarda, se dispuso a entregarse completamente al servicio de Dios, aprendiendo rápidamente la lengua indígena.
Desde 1851 el rey Tu-Duc, instigado por sus consejeros, emanó un edicto para ordenar que los sacerdotes europeos fueran arrojados al río, los vietnamitas descuartizados y el delator premiado; posteriormente ordenó que todos los cristianos fueran proscritos. Algunos alcanzaron a esconderse, entre ellos el Obispo y el P. Vénard, pero toda la villa fue destruida.
Siempre de refugio en refugio, el misionero continuó evangelizando hasta su arresto, el 30 noviembre de 1860 en Kim-Bang. Fue encerrado en una jaula de bambú y transportado en ella hasta Hanoi donde fue condenado a muerte.
Transcurrieron ocho semanas antes de que se ratificara la sentencia, tiempo que el padre Vénard aprovechó para catequizar a cuanto visitante llegaba y escribir cartas, algunas de ellas dirigidas a su familia.
El 2 de febrero de 1861, a sus casi 32 años de edad, el P. Vénard fue cruelmente decapitado tras cinco golpes de espada. Sus despojos mortales fueron trasladados a Francia en 1865, al Seminario de la Sociedad para las Misiones Extranjeras de París.
Beatificado por Pío X (1906), fue canonizado por Juan Pablo II (1988) junto a 116 compañeros mártires en Vietnam de los siglos XVIII-XIX, siendo su festividad el 24 de noviembre, en tanto que la memoria litúrgica de Saint-Jean-Théophane la recordamos el 2 de febrero.</span>
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