Por: Claudio Leonardi,Andrea Riccardi,Gabriella Zarri | Fuente: Diccionario de los Santos
Obispo
La Vita medieval de Gaudencio compuesta probablemente entre finales del siglo XI e inicios del XII, en el clima de la reforma de la Iglesia y teniendo en cuenta que en tierra lombarda no se habían apagado del todo los ecos de la predicación patarina1- presenta al primer obispo de Novara como originario de Ivrea. El hagiógrafo, que dice que escribe «apoyándose en los méritos del papa León» (León IX, uno de los promotores de la reforma), narra que en Novara el joven fue discípulo del sacerdote Lorenzo. Cayendo víctima este último de la reacción pagana, Gaudencio se trasladó a Milán, donde fue notario de san Martín de Tours. Inmediatamente, durante la persecución ariana, acompañó al obispo Eusebio de Vercelli en su exilio palestino de Escitópolis.
De regreso a Novara, Gaudencio comenzó una vida en común con algunos discípulos. Poco tiempo después, el obispo Ambrosio, mientras volvía a Milán desde Vercelli, no tuvo más remedio que detenerse en Novarra ya que llegado aquí, su caballo se negó a continuar el camino- para encontrar a Gaudencio, quien le predijo el episcopado: Gaudencio respondió que no sería Ambrosio quien lo consagraría. Poco tiempo después, los novares pidieron al emperador sin que existiese simonía- que nombrase obispo a Gaudencio, quien fue consagrado por Simpliciano, sucesor de Ambrosio.
Gaudencio gobernó la diócesis durante veinte años (según la tradición de 498 al 518), predicando, realizando conversiones y milagros, construyendo iglesias y monasterios, y convirtiéndose en padre de muchas comunidades. Presintiendo cercana la muerte, reunió al pueblo y al clero cristiano y, esta vez sin ninguna intervención imperial, nombró personalmente a su sucesor, Arabio, «para que no hubiese discordias en la elección del pastor». Tras su muere, el 22 de enero, su cuerpo permaneció incorrupto milagrosamente por seis meses, a la espera de que acabasen los trabajos de la basílica que él inició en las afueras de la ciudad, en la que fue sepultado el 3 de agosto. Junto a su tumba se dieron curaciones, en particular la de una mujer romana poseída por el demonio.
El culto a Gaudencio está ininterrumpidamente testimoniado a partir de la época carolingia. La iconografía representa a Gaudencio con los tradicionales ornamentos pontificales.
Fuente: Diccionario de los Santos, Volumen I
Escrito por Claudio Leonardi,Andrea Riccardi,Gabriella Zarri
Editorial San Pablo, 2000
ISBN 8428522588, 978842852258
1Herejía Patarina: movimiento reformista surgido en el norte de Italia (Lombardía) en el curso del siglo XI, que tuvo por finalidad lograr una renovación de las costumbres del clero, basándose para ello en la promoción de la vida ascética. Sus propuestas fueron acogidas favorablemente con la llegada al pontificado del ex patarino, Anselmo de Baggio, como Alejandro II (1061-1073) y principalmente durante el papado de Gregorio VII (1073-1085) quien recogió muchas de sus propuestas reformistas. Sin embargo, la comunidad patarina no tardó en radicalizar sus posturas al rechazar la validez de los sacramentos impartidos por clérigos considerados indignos como en adoptar las ideas milenaristas y dualistas vigentes por entonces. Ello motivó que el papa Gregorio VII endureciera su postura con los patarinos para luego condenarlos. Si bien la comunidad patarina desapareció a mediados del s. XII, sus ideales fueron recogidos por muchos otros en los siglos venideros.
Publicar un comentario