Vivió, con olor de santidad, durante el siglo XII.
Alrededor de su figura de monja y abadesa se divulgaron narraciones populares que, atestiguan el valor de su intercesión y caridad fraternal, aumentando su culto particularmente en la iglesia de Santa Cristina en Bolonia.
Desde aquí el 7 de Noviembre de 1753, el Cardenal Palleoti trasladó las religuias a la Iglesia de San Andrés de Ozzano donde había otro monasterio del mismo nombre.
Pio VI en 1779 confirmó la devoción y fijó su festividad para el 7 de Noviembre.
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