Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net
Noviembre 15
Príncipe
Etimológicamente significa “ valiente con la gente”. Viene de la lengua alemana.
La Sabiduría dice: “ Te compadeces de todos, Señor, porque todo lo puedes, Amas a todo lo que existe”.
Leopoldo era príncipe que nació en Melk en 1073 y murió en Viena en 1136.
No se conoce mucho acerca de este príncipe, Leopoldo III, margrave de Austria.
Lo que se sabe es que fue querido por su pueblo y que fue un magnífico bienhechor de la Iglesia.
Tres de sus fundaciones religiosas existen todavía: las abadías de Matiazell, benedictina; Heiligenkreux, cisterciense y Klosterneuburg, de agustinos regulares.
En 1125 renunció a ser candidato para la corona real.
El cronista Otto de Freising era uno de sus 18 hijos. Le llamaban el piadoso. Era hijo de Leopoldo y de Ita, hija del emperador Enrique III.
Leopoldo prefirió vivir como un pobre en lugar de vivir con todo el boato de la corte.
Le hacía a Dios mucha oración pidiéndole buenos súbditos.
Y es curioso que, siendo como era su altura real, no prefiriese nada para sí.
Sin embargo, a pesar de sus penitencias y vida de plegaria, no descuidaba el ser un buen gobernante.
Murió el año 1136.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
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