Nació en el año 762 en Irenopoli, murió en Constantinopla en 862.
Abrazó la vida monástica y después la de anacoreta.
Más tarde, peregrinando, se detuvo bastante tiempo en Tesalónica, y finalmente se afincó en Constantinopla, donde, luchando fuertemente en defensa de las imágenes sagradas, entregó su alma al Señor (s. IX).
Sus reliquias son beneradas hoy en tierra romana.
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