El Obispo Honorato de Vercelli tiene unido su nombre al de su contemporaneo San Ambrosio.
En muchas pinturas se lo representa dando la comunión al moribundo obispo general de Milán, señal de una fuerte unión episcopal.
Vivió a finales del siglo III e inicio del siglo IV, era dificil con la comunidad dividida por cismas y herejías.
En Vercelli luego de la muerte del obispo Limenio, la elección de Honorato como obispo tuvo mucha oposición. San Ambrosio tuvo que usar toda su autoridad para consagrarlo personalmente.
Los hechos demostraron que su confianza estaba bien fundada, como lo recuerda una placa en la Catedral de Vercelli.
Honorato fue un digno discipulo de Eusebio y un predicador incansable de la doctrina católica en contra las influencias arianas.
Su labor episcopal duró aproximadamente dos decadas.
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