Nacido en Worms, Remania (Alemania), alrededor del año 1050 en una fammilia noble, ya había sido ordenado sacerdote cuando decidió hacer una peregrinación a Santiago de Compostela, uno de los destinos más buscados por los peregrinos en la edad media.
Durante el viaje hizo una parada en la Abadía de Cluny, fundada en el año 910 por san Bruno y que por aquellos días era gobernado por san Hugo (1049-1109); quedó fuertemente impresionado por el estilo de vida de monjes, y al retorno de su peregrinación, hizo la solicitud para ser aceptado en la abadía.
Ya como monje, por sus cualidades ejemplares fue enviado al monasterio de Auvernia, en la región central de Francia. En el año 1100 un señor alsaciano (de Alsacia, región francesa con dialecto alemán), deseaba restaurar el santuario dedicado a san Cristóbal que estaba dentro de sus propiedades en Altkirch, por lo que solicito ayuda al abad de Cluny. El abad estaba de acuerdo en fundar un monasterio junto a la iglesia y envió a algunos monjes para la fundación, pero la tarea resulto difícil debido a que los monjes no conocían la lengua de esa región.
Entonces el san Hugo mandó a buscar en Auvernia a Morando y lo envió a Altkirch como un intérprete, aquí brilló para su bondad, su calma y el conocimiento del lugar; se ganó el aprecio de las personas que comensaron a visitarlo a menudo en busca de consejo, conocimiento y ayuda, también se le atribuye varios milagros.
El santo monje murió en el año 1115, y fue canonizado en el siglo XII, su tumba aún está en la iglesia de Altkirch.
Es considerado el santo patrón de los vinocultores de la región del sur de Alsacia, porque se dice que Morando pasó toda una Cuaresma sin más comida que un manojo de uvas, aquel manojo fue representado en algunas esculturas en los portales de varias iglesias.
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