Sacerdote de la Primera Orden (1194‑1236).
Fecha de beatificación: León XIII el 4 de septiembre de 1892 aprobó su culto.
Recorrer, tras sus pies descalzos su itinerario entre el Arno y el Támesis, es seguir una de las etapas más importantes de la difusión del franciscanismo en Europa.
El joven Agnelo conoció a San Francisco en Venecia, y había sido uno de los muchos atraídos por su palabra y por su ejemplo.
A los 17 años de edad fue recibido en la Orden por el mismo San Francisco. Siguiéndolo descalzo por amor de la Dama Pobreza, pronto mostró sus dotes de óptimo organizador y realizador, a pesar de su modestia de verdadero franciscano, que conservó durante toda su vida. Por esto, muy joven, tenía apenas 23 años, fue enviado a Francia por el mismo San Francisco, con un grupo de hermanos destinados a fundar los primeros conventos franciscanos en París.
Fray Agnelo fue el primer custodio, o superior de las casas allí fundadas por él, dando pruebas de gran celo y de ejemplar sabiduría. Por esto en el capítulo general de 1223, San Francisco le encomendó una tarea todavía más exigente: la conquista espiritual de todo un país, Inglaterra, fundando allí una Provincia Franciscana. Fray Agnelo desembarcó en Dover con ocho compañeros, el 10 de septiembre de 1224.
Para finales de aquel año, ya había fundado dos conventos: uno en Cornhill, cerca de Londres, y el otro en Oxford. En los años siguientes las casas franciscanas se multiplicaron en Inglaterra por sobre toda previsión. Fray Agnelo comprendió la importancia de los estudios y de la enseñanza para el provenir de la Orden y de su Provincia. Oxford, donde él fundó el segundo convento, era – y es todavía hoy – el máximo centro universitario del país. Los Dominicos ya habían abierto allí una casa de estudios; lo mismo hicieron pocos años después los franciscanos con fray Agnelo, que invitó a enseñar teología allí al mismo canciller de la Universidad, Roberto Grossatesta. La escuela franciscana de Oxford pronto adquirió grandísima importancia, y tal siguió siendo en los siglos siguientes.
Toda la provincia franciscana de Inglaterra se hizo admirable por su virtud y su doctrina. Estos éxitos sin embargo no disminuyeron la humildad de fray Agnelo, que no se ensoberbeció ni siquiera cuando fue escogido como consejero del rey Enrique III, ni cuando fue sabio mediador en las controversias políticas y diplomáticas. Por obediencia aceptó la ordenación sacerdotal; como ministro provincial fue a Asís para el capítulo de 1230; luego volvió a Inglaterra, por petición de los obispos del país. Se estableció en el convento de Oxford, por él mismo fundado. Poco después murió, a la edad de 42 años, en Oxford, en 1236. La fama de santidad bien pronto rodeó a este inglés de Pisa, símbolo viviente de la unidad espiritual de los dos países.
Su sepulcro en la iglesia franciscana de Oxford fue destruido durante la persecución de Enrique VIII.
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