Fecha de beatificación: 16 de abril de 1978 por el Papa Pablo VI.
Durante la edad de 6 – 14, Catalina asistió a la escuela del pueblo. Sin embargo, era una niña enfermiza y faltaba de la escuela con frecuencia. Su educación formal equivalía a unos dos años.
Cuando Catalina tenía 21 años, su padre falleció. Ella empezaba a trabajar como jornalera por 10 centavos al día para sostener a su mamá y a si misma.
Ya como niña Catalina era sensible a las necesidades de los pobres en su pueblo. Como mujer joven, comenzaba a ayudar a los pobres y los abandonados, y visitaba a los enfermos. Sus obras de caridad atraían a otras jóvenes de su pueblo, y animada por su director espiritual, el Padre Heimann, ella formó una Asociación de Caridad.
El amor de Catalina para María, la madre de Dios, fue nutrido por sus frecuentes visitas a la capilla dedicada a Nuestra Señora del Heilborn. La fe de María en responder a los designios de Dios motivaba a Catalina a responder con valentía a las mociones del Espíritu Santo.
Las inspiraciones del Espíritu, la “voz dentro de mi” como Catalina la llamó, la animaron a construir una pequeña casa. Con el aval del obispo Peter Josef Blum, unos once pesos y mucha fe, ella comenzó la construcción en 1847. Después de la muerte de su madre en 1848, ella pudo mudarse a su pequeña casa y dedicar más tiempo a sus obras de caridad.
Con el tiempo, cuatro jóvenes se unieron con ella y el 15 de Agosto de 1851 este pequeño grupo llegó a ser una congregación religiosa. Catalina eligió el nombre Siervas Pobres de Jesucristo. Ella miraba a María la primera Sierva como su modelo. Como María, ella escuchaba atenta al Espíritu y respondía con valentía a la voluntad de Dios.
Catalina, conocida en la vida religiosa como la Madre María, murió el 2 de febrero de 1898. A causa de sus obras y seguimiento de la vida de Cristo, la iglesia la designó como la Beata María Catalina Kasper el 16 de Abril de 1978.
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