Reformador de la Orden Trinitaria
y fundador de la Orden de los Trinitarios Descalzos.
Sintió una temprana vocación religiosa que reflejó en «jugar a santo» por medio de un acusado ascetismo que puso en peligro su salud infantil.
Recuperado a duras penas de un mal que le perseguiría durante casi toda su vida, su vocación se fortaleció al pasar por la localidad Santa Teresa de Jesús en 1574 ó 1576, quien profetizó a sus padres el futuro del niño.
Estudió gramática con los Carmelitas Descalzos de Almodóvar y luego teología en Baeza y Toledo, donde tomó el hábito de los Trinitarios Calzados el 28 de junio de 1580 e hizo el noviciado. Profesó el 29 de junio de 1581.
Allí estudió también filosofía con el Beato Simón de Rojas. Luego cursó cuatro cursos de teología en Alcalá de Henares y marchó a Sevilla, pero entonces tuvo una revelación al salir de Écija y concibe el deseo de reformar la Orden trinitaria para hacerla más rigurosa; marcha primero a Valdepeñas y luego a Roma, donde llega el 21 de marzo de 1598.
Tiene que sufrir la oposición de los trinitarios calzados y tras varias dilaciones, detenciones y maniobras, logró el breve de erección de la reforma el 20 de agosto de 1599.
De vuelta a España tomó posesión del convento de Valdepeñas en 1600; desde 1601 a 1605 fundó ocho conventos en Alcalá, Madrid y Salamanca.
Elegido provincial, continúa fundando hasta siete casas, algunas importantes, cuales son Salamanca, Baeza, Córdoba, Sevilla y Pamplona.
Escribe para sus monjes numerosas obras ascéticas y un caudaloso Epistolario, en total ocho nutridos tomos de vario contenido, siempre en prosa y de tema moral, teológico o ascético. También una relación autobiográfica y algunas obras místicas.
Cesa de provincial en 1609, pero funda aún el monasterio de Toledo (1611) y trabaja en la fundación del de Sanlúcar de Barrameda, a pesar de un molesto mal de vejiga del que es operado y mal curado; se le ordena que cese de esas gestiones y se retira a Córdoba, donde se agravan sus achaques; allí fallece el 14 de febrero de 1613.
Sus obras se conservan manuscritas en ocho volúmenes autógrafos y otro apógrafo en la Biblioteca Vaticana y permanecieron inéditas durante más de dos siglos hasta que, tras ser beatificado, en 1830 y 1831 se hizo una pésima edición en Roma de los autógrafos.
Con la canonización se incitó una reedición más cuidada de sus Obras completas, que se encomendó a Juan Pujana y este realizó con ejemplar rigor en cuatro amplios volúmenes (1998–2002). San Juan Bautista de la Concepción es, sin duda, el escritor ascético y místico español de obra más extensa.
El papa Pablo VI lo canonizó en 1975.
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