En recientes investigaciones que ha llevado a cabo Mario Besson, se han encontrado noticias seguras acerca de la vida y de las obras apostólicas de san Mario.
Por lo que dice, parece ser que nació en el año 530, y que llegó a ser obispo de Aventicum en el 574.
En el 587 tomó parte activa en el concilio de Macon.
En ese mismo año consagró una iglesia dedicada a la Virgen de Payerne.
Para mayor seguridad de su persona, lo trasladaron a Aventicum como obispo. Había luchas políticas e inseguridad social.
Murió aquí en el año 594. Lo enterraron en la iglesia de san Tirso, pero más tarde se llamó de san Mario.
Su culto empezó a ponerse en práctica al principios del primer milenio.
Su representación como obispo no aparece hasta el siglo XVI. Una veces aparece con una palma y ornamentos episcopales y el título de mártir.
La diócesis de Lausana y de Basilea, Suiza, lo festejan el 31 de diciembre.
Mario es el autor de una crónica de san Próspero. Es un documento muy exacto, breve y precioso para los históricos.
Basten estas notas para hacerse una idea de cómo estaba Italia y el Oriente, los reinos francos y el de Borgoña.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
¡Feliz final de Año!
“Si el enfermo se avergüenza de descubrir su llaga al médico, la medicina no cura lo que ignora” (San Jerónimo).
Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com
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