Lo nombra en su carta a Timoteo: "Quiera el Señor darte la gracia al bueno de Onesíforo porque a menudo me animaba ; nunca se avergonzó de verme encadenado, pero cuando llegó a Roma, me buscó por todos sitios con gran valentía y, gracias a mí, quiso el Señor concederle la gracia de encontrar misericordia".
Y en otro versículo dice de él así: "Saluda a Prisca y Aquila y al inestimable Onesíforo".
La tradición añade que Onesíforo siguió los pasos de san Pablo a España y volvió al Este, en donde fue martirizado durante el reinado de Domiciano en Helesponto, atado a caballos salvajes.
Porfirio, un fiel amigo del primero, compartió su trabajo y el mismo martirio.
El Señor estuvo cerca de ellos para darles el valor de anunciar su Evangelio y ser colaboradores de un gran apóstol del Evangelio.
¡Felicidades a quienes lleven estos nombres!
Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com
Publicar un comentario