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Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En la aldea de Hof, en Alemania, beato Bernardo Lichtenberg, presbítero y mártir, que al ver pisoteada la dignidad de Dios y de los hombres, no cesaba de orar en público por los judíos inhumanamente torturados y detenidos, y por eso fue también apresado y destinado al campo de concentración de Dachau, donde, destrozado por los malos tratos pero impávido, dio su vida por Cristo (1943).

Etimología: Bernard = Aquel que es valiente y batallador, es de origen germánico

Nació en Ohlau, Alemania, el 3 de Diciembre de 1875.

Sacerdote de ka diócesis de Berlín, ejercía sus labores en la Catedral berlinesa, y era muy conocido en los circulos cívicos de la capital alemana.

Fuerte crítico de los Nazis y su antisemitismo, el Padre Bernard organizó protestas fuera de los campos de concentración, elevó oraciones públicas por los hebreos luego de la "Kristallnacht" y presentó denuncias formales contra las políticas racistas del partito.

Por estas causas fue encarcelado durante dos años, tras ser puesto en libertad reanudó de inmediato sus labores pastorales y sociales, por lo que fue detenido nuevamente pero esta vez fue condenado al campo de concentración de Dachau.

Tenía 67 años, lo embarcaron en un tren para ganado para llevarlo a cumplir su condena, el Padre Bernard murió en el camino hacia el campo de concentración, a causa del hambre y enfermedades adquidiridas en prisi+on, era el 5 de Noviembre de 1943.

Fue beatificado por Juan Pablo II en el Estadio Olimpico de Berlín, el 25 de Junio de 1996.

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Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Constantinopla, beato Gómidas Keumurgian (Cosme de Carboniano), presbítero y mártir, que, siendo padre de familia, nacido y ordenado en la Iglesia de Armenia, por mantener firmemente y propagar la fe católica profesada en el Concilio de Calcedonia, padeció enormemente y finalmente murió degollado mientras recitaba el símbolo niceno (1707).

El Beato Gomidas Keumurjian se casó a los veinte años.

Era sacerdote en la iglesia armenia.

En 1696, él y su familia se sometieron a la autoridad de Roma.

Los funcionarios armenios se encolerizaron, tomándolo como un insulto. Algunos de ellos calumniaron a Gomidas, acusándolo de ser espía de Roma.

A raiz de eso, fue detenido y ejecutado por las autoridades turcas. Se le considera mártir, pues su muerte fue el resultado de su conversión.

En 1929 fue beatificado por el Papa Pío XI.

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Obispo y Fundador

Martirologio Romano: En Parma, de Italia, San Guido María Conforti, obispo y buen pastor, siempre en vela por la defensa de la Iglesia y de la fe de su pueblo, el cual, movido por el anhelo de la evangelización de los pueblos, fundó la Pía Sociedad de San Francisco Javier (1931).

Etimologicamente: Guido = Aquel que pertenece al bosque, es de origen germánico.

Fecha de beatificación: 17 de marzo de 1996 por S.S. Juan Pabo II
Fecha de canonización: 23 de octubre de 2011 por el Papa Benedicto XVI.

Breve Biografía


GUIDO MARIA CONFORTI nació en Ravadese (Parma -Italia ) el 30 de marzo de 1865.

Era el octavo de los diez hijos de Rinaldo Conforti y Antonia Adorni.

La óptima educación cristiana recibida de su madre, la complementaron los Hermanos de las Escuelas Cristianas en cuya escuela de Parma realizó su primaria. Guido solía decir que su vocación se debía a la educación recibida de estos religiosos y, además, a una singular experiencia que tuvo contemplando el Crucifijo.


Venciendo la resistencia de su padre, en 1876 entró en el seminario, donde realizó brillantemente sus estudios, distinguiéndose por su diligencia, piedad y obediencia. Durante sus estudios de teología, el Beato Andrés Ferrari fue su rector en el seminario., Sin haber sido aún ordenado sacerdote Guido fue nombrado vicerector del seminario, tarea que continuó realizando después de su ordenación sacerdotal que tuvo lugar el 22 de septiembre de 1888. En esta misión pudo mostrar sus elevadas dotes de educador siendo un modelo para los jóvenes seminaristas por su testimonio de santidad y caridad pastoral.

Su vocación sacerdotal y misionera había nacido a los pies del Crucifijo. "No es posible - escribió - fijar la mirada en este modelo divino sin sentirse empujado a cualquier sacrificio por grande que sea".

"El Crucifijo es el gran libro que ofrece a nuestros ojos horizontes infinitos". De hecho, a pesar de que la vida de Guido transcurrió en la región italiana de Emilia, su mirada abarcaba los horizontes de toda la humanidad, y nunca desfalleció en el deseo ardiente de anunciar el Evangelio a todos los hombres. El "espectáculo" de la cruz le hablaba "con la elocuencia de la sangre", manifestándoles el amor infinito de Dios hacia la humanidad. En 1895, Guido funda una Congregación Misionera de hombres consagrados a Dios con el único fin de llevar el Evangelio a los no cristianos.

El 9 de junio de 1902, el Siervo de Dios fue llamado a regir la Arquidiócesis de Rávena. El día de su ordenación episcopal pronunció los votos religiosos junto con el voto de dedicarse sin reservas al anuncio del Evangelio "ad gentes". En Rávena, la enfermedad le obligó a largos períodos de inactividad. Su profundo sentido de responsabilidad pastoral hacia el rebaño que le había sido confiado le llevó a presentar su dimisión que fue aceptada.

Regresó humildemente a su Instituto Misionero donde, recuperada algo su salud, se ocupó en la formación de los alumnos misioneros y a la redacción de las Constituciones de su familia misionera.

A finales de 1907, el Santo Padre confió al Siervo de Dios la diócesis de Parma. Durante 25 años él fue buen pastor, signo viviente de la "solicitud maternal de la Iglesia hacia todos los hombres, tanto fieles, como infieles, por su preocupación particular por los pobres y los más débiles".

La catequesis fue el punto principal de su tarea pastoral: instituyó las escuelas de la doctrina cristiana en todas las parroquias, preparó a los catequistas con apropiados cursos de cultura religiosa y pedagógica. Fue el primer obispo de Italia que celebró un congreso de catequética en su diócesis.

Cinco veces realizó la visita pastoral a las parroquias, celebró dos sínodos diocesanos, instituyó y promovió la Acción Católica, especialmente de los jóvenes. Cuidó de manera especial la cultura y la santidad del clero, la formación de los seglares, las asociaciones y la prensa católica, las misiones populares, los congreso eucarísticos, marianos y misioneros. Logró reconciliar a los ánimos divididos, se preocupó por llevar a los extraviados a la unidad del rebaño y fomentó el amor y el respeto incondicional hacia el Papa.

Su presencia en los momentos difíciles de la historia de aquellos años en la ciudad de Parma fue discreta, casi inobservada, pero eficaz y con resultados. Durante las huelgas de 1908, fundó un grupo de abogados dedicados a la defensa de los derechos de los campesinos y de los sacerdotes, Cuando una parte de la ciudad se opuso violentamente a la instauración del fascismo y se corría el peligro de un baño de sangre, la mediación de Conforti obtuvo la retirada de las milicias fascistas, evitando así una guerra civil.


La preocupación por la Iglesia local que le había sido confiada no le quitó la "preocupación por aquellos lugares del mundo donde la Palabra de Dios no ha sido anunciada". Creía firmemente que el anuncio del Evangelio "ad gentes" fuese el camino más seguro por la nueva evangelización de su pueblo. Se entregó incansablemente a la tarea de "la Evangelización ad gentes" ya fuese a través de su familia misionera, como colaborando con las varias iniciativas de animación misionera en Italia y en el resto del mundo.

Puso especial cuidado en colaborar en la fundación y en la difusión de la Pontificia Unión Misionera del Clero, de la que fue su primer presidente. "Fue providencial que, en la fundación de la Unión Misionera del Clero, al lado de P. Pablo Manna se encontrase Guido María Conforti, que no sólo ayudó excepcionalmente con su consejo y su colaboración a la naciente Unión, sino que con su autoridad logró para dicha Unión la aprobación pontificia" (Pablo VI ).

En 1928, Conforti viajó a China para visitar las comunidades y los lugares que habían sido confiados a la familia religiosa de la que él era Superior General. Su viaje fue signo de la comunión entre las Iglesias.

El 5 de noviembre de 1931, consumido por su incansable tarea pastoral, habiendo recibido devotamente el Sacramento de los Enfermos y el Santo Viático, después de haber profesado públicamente su fe y haber implorado la bendición de Dios para su clero y su pueblo, Guido María Conforti entró en la Casa del Padre.

El Papa Juan Pablo II lo beatificó el 17 de marzo de 1996.

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Por: . | Fuente: Santiebeati.it

Terciaria Franciscana

Martirologio Romano: En Montefusco, Italia, beata Teresa Manganiello, laica, de la Tercera Orden de San Francisco ( 1876)

Fecha de beatificación: 22 de mayo de 2010 durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

Es "la analfabeta Sabia" de Montefusco en la provincia de Avelino (Italia); Teresa Manganiello nació cerca de Montefusco el 1 de enero de 1849, undécima de doce hijos de aquella familia presidida por sus padres campesinos. Hacia los siete años recibe la Primera Comunión en la iglesia de San Egidio, anexa al homónimo convento Capuchino.

Como muchos niños campesinos del sur de Italia de aquella época, no asistió a ninguna escuela y siempre creció a la sombra de la casa colonial edificada en los campo de aquella zona del país. Ya adolescente manifestó el deseo de consagrar su vida a Dios; cuando tuvo 18 años, llegó al convento de San Egidio el padre Ludovico Acernese quien, ante el despertar en la vida cristiana de aquella zona, instituyó en Montefusco la Tercera Orden Franciscana.

Teresa se sintió fuertemente atraída por el ideal franciscano y corrió enseguida a registrarse, convirtiéndose en la primera terciaria de Montefusco, eligió al padre Acernese como a su guía y confesor. El 15 de mayo de 1870 a los 21 años, vistió el hábito terciario y al año siguiente hizo la profesión de los votos tomando el nombre de hermana María Luisa.

El padre Ludovico Acernese supo reconocer en ella todas cualidades más profundas de su alma, por lo que la nombró primera concejera y luego, por la perfección de su ideal franciscano, maestra de las novicias.

La familia nunca apoyó su deseo de hacerse monja, principalmente para no privarse de la gran ayuda que era tener a Teresa viviendo en casa, ella llevó un estilo de vida monacal; fue llamada popularmente "monachella1 santa"; estaba siempre presente en la Misa diaria en la iglesia de San Egidio, además vivía intensamente la oración, que junto a ásperas mortificaciones corporales, las ofrecía por la reparación de los escándalos; a pesar de eso siempre y dondequiera tenía una encantadora sonrisa que atraía a todos.

Aunque era analfabeta, contestaba con sabiduría incluso a personas de vasta cultura; fue la artífice de la extensión, en Irpina y en Sannio, del Movimiento Terciario Franciscano, que conducía junto al padre Acernese, quien ante la insistencia de Teresa Manganiello de su ideal religioso y hablando de aquello con otras terciarias, planeó la fundación de una Comunidad por ellas.

Para tener una aprobación especial, la mandó en 1873 a una audiencia con el Papa Pío IX, para que le presente su intención; el beato pontífice la bendijo y la animó a ir adelante; y cuando ya era considerada como la primera superiora de la naciente Congregación de Monjas Terciarias Franciscanas, su salud empezó pero a declinar.

El 14 de febrero de 1874, mientras oraba en la iglesia tuvo la primer hemoptisis2 acompañada de una grave artritis; en aquella época fue una enfermedad maliciosa que atacó a personas de toda edad y condición social. Siguió adelante, entre los altos y bajos de la enfermedad, hasta que en el verano del 1876 el mal la postró; a los muchos sacerdotes y fieles que fueron a visitarla les regaló siempre su maravillosa sonrisa; totalmente entregada a las manos de Dios la Virgen a quienes oraba fervorosamente.

Murió el 4 de noviembre de 1876 con tan sólo 27años y fue enterrada en el cementerio de Montefusco; cinco años después de su muerte, el padre Ludovico Acernese, confiando en su espiritual protección, fundó en Pietradefusi la Congregación de las ´Monjas Franciscanas Immaculatinas´ de las que Teresa es "Piedra angular" y "Madre espiritual." En su patrimonio espiritual cada monja encuentra ricos ejemplos y enseñanzas, por una vida de total consagración al servicio de Dios y la Iglesia.

A 100 años de su muerte, en 1976, las Monjas Franciscanas Immaculatinas, iniciaron la causa por su beatificación, reconociendo en ella, el papel fundamental en la fundación de la Congregación. El proceso se cerró en el archidiócesis de Benevento el 29 de septiembre de 1991 y las actas fueron aprobados por el Santa Sede el 12 de diciembre1992.

Continúan siendo frecuentes las señales de gracias, curaciones y favores de orden moral y espiritual, conseguidos por su intercesión.

1Pequeña ave, de la misma familia de la collalba rubia.
2 La hemoptisis incluye la emisión de flema hemóptica o de sangre fresca procedente del aparato respiratorio.

Reproducido con autorización de Santiebeati.it

responsable de la traducción: Xavier Villalta

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Virgen Clarisa

Martirologio Romano: En Padua, en la región de Venecia, beata Elena Enselmini, virgen de la Orden de las Clarisas, que sufrió con admirable paciencia multitud de dolores y hasta la pérdida del habla (1242).

Etimología: Elena = Aquella que brilla como una antorcha, de la lengua griega

La suerte viene en nuestra ayuda con un documento de importancia excepcional, conservado en la Biblioteca Antoniana, el Códice 559, que describe las vidas de san Antonio, del beato Antonio Manzoni y de la beata Elena Enselmini. Las compuso entre los años 1433 y 1437 el notario Sicco Polentone, archivero municipal, filósofo, astrólogo, literario y escritor de numerosas obras, una de las personalidades más destacadas de la Padua humanista del siglo XV.

El código, copiado con elegante escritura en 1439 por el conventual fray Giacomo, "era considerado -dice el padre Ruggero Lotto- un "best seller" del siglo XV y, aunque no es obra de alto nivel, no deja de ser un interesante documento de sociología religiosa, del que emana la mansa luz de una simpática joven santa, a la que nos sentimos afectuosamente cercanos, incluso después de tanto rechinar de siglos".

En un latín elegante, Polentone inicia así: "Mi querido hijo Lázaro, hace mucho que me solicitas e incitas a escribir las memorias del beato Antonio Pellegrino y de la beata Elena, monja de la orden franciscana. Siempre me ha parecido justa y loable esta petición tuya. Pues, si bien el culto de ninguno de los dos ha sido aprobado por el sumo pontífice, uno y otra son conocidos, sin embargo, por sus milagros, y venerados como beatos por la opinión del pueblo. Además, son de buena raza paduana: Antonio era originario de los Manzoni. Elena, de los Enselmini, a cuya estirpe pertenece también su madre".

La jovencita Elena se hizo monja para servir al Señor en el monasterio que hospedaba, en dos moradas distintas, a las monjas y a los frailes de la Orden de san Francisco, en una zona llamada "la Celda vieja" (la actual Arcella), monasterio destruido en 1509, para realizar la "explanada".

Añade el historiador: "Ninguna más diligente que ella en la oración litúrgica, ninguna más obediente a la abadesa, ninguna más observante de la regla, ninguna más solícita en realizar las tareas domésticas. Su vida estaba tejida de penitencias y ayunos, colmada de santidad y austeridad. Tan áspera fue su existencia, que, agotada, con frecuencia caía enferma, víctima de la fiebre".

Más allá del intento hagiográfico y enaltecedor, Sicco, autor de indudable probidad, realizó cuidadosas investigaciones sobre ella, disponiendo de excelentes fuentes en el antiguo monasterio de la Arcella, antes de incendiarse el archivo.

De complexión grácil y enfermiza, padeció en los últimos quince meses de vida repetidas fiebres, y permaneció durante tres meses sin comer, ni beber, ni pronunciar palabra.

El historiador se detiene ampliamente en describir las visiones celestiales de las que gozó Elena, como indicio de su unión con el Señor, visiones que ella, de palabra, daba a conocer a las hermanas, y cuyos contenidos sabían también a admonición.

El 4 de octubre de 1231, arrebatada en éxtasis, vio a los santos Francisco y Antonio en actitud de cantar las alabanzas del Señor. En definitiva, "el cielo en la celda", hasta el 4 de noviembre, cuando expiró, a los 24 años. Polentone concluye así: "Desde el día de su tránsito hasta hoy, su cuerpo se conserva tan bien, que no puede verse sin admirarse, y eso por un privilegio divino que testifica la santidad de Elena". Y añade un halo de misterio: "A menudo, especialmente cuando cae algún desastre sobre la ciudad, ha ocurrido que el cuerpo de Elena se agitó con estrépito, casi como si quisiera prever el futuro".

Podemos decir que su cuerpo sufrió en la muerte un proceso natural de momificación y quedó intacto, y las manifestaciones de temblor son exageradas, pero revelan la espontaneidad de una devoción popular hacia esta ilustre clarisa.

Su cuerpo, por una circunstancia fortuita, fue colocado en una urna y conservado en la pequeña iglesia del monasterio, hasta el año 1509, en que fue trasladado a la iglesia de Santa María de los Armenios, luego llamada de la Beata Elena. Y, desde 1810, fue trasladado a la de Santa Sofía, donde permaneció hasta el 23 de mayo de 1958, en que fue devuelto a la iglesia de La Arcella.

El 29 de octubre de 1695, el papa Inocencio XII la inscribió en el Catálogo de los beatos, reconociendo su culto secular, y en 1956 se iniciaron los trámites para su canonización.

La caja de madera de la beata, en la capilla del beato Lucas

Cuando las clarisas de la Arcella se trasladaron en 1509 al monasterio de Santa Elena, y luego al de San Bernardino, se llevaron consigo el cuerpo de la beata. Pero, al ser suprimidos dichos monasterios en el año 1810, ofrecieron su tesoro a la Basílica [de San Antonio]. De modo que, el 20 de mayo, el cuerpo de Elena Enselmini fue llevado a la sacristía del templo antoniano, y allí guardado. Mientras tanto, los presidentes del Arca pidieron al obispo Dondi dell´Orologio que lo dejara en la iglesia, pero el 6 de junio siguiente, "muy airado por la donación de las monjas, y más aún por la sustracción nocturna, había mandado colocar los sellos, ordenando que fuera entregado a la iglesia de Santa Sofía, para ser venerado junto a la beata Beatriz de Este".

La caja que guardó los huesos de Elena hasta el 1810 fue primero colocada en la urna que había sido de san Antonio, debajo del altar del beato Lucas Belludi, y luego, en 1985, en la urna empotrada en la pared.

Presencia de Elena en el arte y en las reliquias

La reliquia de un brazo fue donada a la iglesia de Santa Sofía, mientras que su cuerpo se conserva aún bajo el altar del templo de la Arcella.

Para encontrar un relicario de la beata Elena hay que trasladarse a la sacristía de la Basílica. Firmado por el artista Pinton, es de las primeras décadas del siglo pasado, de tipo arquitectónico, en plata labrada y repujada, cuyo nudo y receptáculo representa la fachada de la iglesia de la Arcella. En lo más alto de la pequeña cúpula preside una estatua de Elena.

Una bella imagen de ella la encontramos en la puerta de bronce norte de la Basílica, llamada "de los beatos Lucas y Elena". Antes era la entrada más utilizada. Fundida en 1904 por el paduano Giuseppe Michieli, la donó el doctor Giovanni Guolo, y una inscripción la recuerda como "virgen paduana".

Entrando en el claustro del Noviciado se puede admirar una bonita pintura de ella, dentro de una monófora, en el lado occidental. Es una reproducción del 1994, de una pintura que realizó el artista de Bérgamo Giuseppe Amadio Riva, en 1923. El actual fue realizado, curiosamente, no en base al bronce original, sino a una copia suya firmada por Giovanni Zabai en 1932. La beata sostiene un lirio y un libro, claro indicio de la pureza de vida llevada por ella, en la secuela de la Palabra del Señor.

En la iglesia de la Arcella hay más recuerdos de Elena. En primer lugar, en la estatua del pequeña hornacina derecha de la fachada, obra de Pedro Bertocco. Luego, en la capilla de los "Santos franciscanos", donde está representada en un lienzo de Pedro Pajetta (1905), y en otras pinturas.

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Por: . | Fuente: ACI Prensa

Fundador

Martirologio Romano: En Cerfroid, en el territorio de Meaux, en Francia, san Félix de Valois, que, después de una larga vida de solitario, se le considera compañero de san Juan de Mata en la fundación de la Orden de la Santísima Trinidad, para la redención de los cautivos (1212).

Etimología: Felix = Aquel que es feliz. De la lengua latina.

Algunos escritos de la "Orden de la Santísima Trinidad", afirman que San Félix llevaba el apellido de Valois porque pertenecía a la familia real de Francia, pero en realidad el nombre proviene de la provincia de Valois donde habitó originalmente.

Según se dice, vivió como ermitaño en el bosque de Gandelu, en la diócesis de Soissons, en un pueblo llamado Cerfroid. Tenía el propósito de pasar su vida en la oscuridad pero Dios lo dispuso de otro modo.

En efecto, San Juan de Mata, discípulo de San Félix, le propuso que fundase una orden para el rescate de los cautivos. Aunque el santo tenía ya setenta años, se ofreció a hacer y sufrir cuanto Dios quisiera por un fin tan noble. Así, los dos santos partieron juntos a Roma en el invierno de 1197 para solicitar la aprobación de la Santa Sede.

San Félix propaga la orden en Italia y Francia. En París fundó el convento de San Maturino y cuando San Juan volvió a Roma, San Félix a pesar de su avanzada edad, administró la provinica francesa y la casa madre de la orden en Cerfroid. Ahí murió a los ochenta y seis años de edad en 1212.

Según la tradición de los trinitarios, los dos santos fueron canonizados por el Papa Urbano IV en 1262. Alejandro VII confirmó el culto de los dos fundadores en 1666.

El 4 de noviembre recordamos su ingreso al Reino, y el 20 del mismo mes se celebra su fiesta litúrgica.

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Por: . | Fuente: www.bisbatlleida.org

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En diversos lugares de la diócesis de Lleida (Lérida), España, Beatos Mariano Alcalá Pérez y 18 compañeros de la Orden de la Bienaventurada Virgen de las Mercedes, asesinados por odio a la fe. ( 1936-37)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Nació en Lorca, Murcia, el 24 de mayo de 1899, de Hilario y Teresa. El 28 inmediato fue bautizado con los nombres de Lorenzo, Manuel, Ángel y Torcuato del Sagrado Corazón de Jesús.

Era un niño angelical, de carácter suave, humildísimo. Y muy caritativo, no pudiendo sufrir que algún pobre se fuera de su casa sin algo. El dinero que le regalaban lo destinaba a la adquisición de imagencitas, convirtiendo su habitación en pequeña capilla; en la que, por las tardes, convocaba, a toque de campanilla, a sus familiares y las bordadoras del taller de una tía para rezar el rosario y algunas devociones; si alguna bordadora se abstenía, la corregía con gran celo. Organizaba procesiones domésticas. Se pasaba las horas muertas en las iglesias, sobre todo en su parroquia del Carmen. Decía y repetía que ansiaba ser religioso.

A los doce años, igualmente bueno y angelical, por consejo del maestro, tuvo que dejar la escuela para ayudar a su madre viuda, primero de aprendiz en un comercio, luego en la estación del ferrocarril; de todos era querido, a pesar de que frecuentemente llegara tarde al trabajo, pues cuando entraba en una iglesia, no encontraba el momento de salir. Sobre todo en las Semanas santas, no podíamos arrancarlo de la iglesia, dirá su cuñada Carmen. El cielo le deparó la suerte de ingresar de sacristán en las Mercedarias de Lorca; tenía encantadas a las monjas, pero viendo su clara vocación, la hermana Pilar le preparó el ingreso en la Orden. Ya era un hombre maduro, tan delicado que no toleraba frivolidades y niñerías. Un hermano suyo le regaló cincuenta pesetas para que fuera a los toros, mas él se compró una imagen, se lo tomó a mal el donante y, cogiendo la imagen, hizo ademán de estrellarla; el bueno de Lorenzo cayó desmayado, y al recobrar el sentido se puso a gritar: ¡Mi virgen, mi virgen! Jamás había ocasionado el menor disgusto a su madre, se le acomodaba en todo y se conformaba con muy poco en su vestir y comer.

El mismo día que recibió la admisión, el 15 de octubre de 1917, dejaba Lorca para viajar a Poyo, Pontevedra. Las amistades le proveyeron de ropas y viático; su madre, aunque resignada desde antiguo a su vocación, a última hora, llorando le pidió que no se fuera, mas él replicó: que Dios lo llamaba y no podía dejar de seguirle. En Poyo vistió el hábito el 31 de agosto de 1919 de manos del padre Enrique Saco y emitió los votos el 23 de septiembre de 1920. Cursó con notas muy dispares tres años de latín y dos de filosofía. Y en 1923 fue destinado a la viceprovincia de Valencia, recién restaurada.

Su recuerdo en Poyo quedó inolvidable. Como bien lo reviviría el padre Gumersindo Placer, que lo vio llegar joven, guapo, vistiendo galanamente una rica capa española y cubierto con sombrero flexible. Se mostró único por la tenacidad ante las dificultades, por su mimo en cuidar y adornar la capilla del postulantado, por su contagioso fervor ma­riano, por su conversación viva, por su carácter excelente, severo consigo y bondadoso para los demás. Era poeta, un poeta fácil, íntimo, de expre­siones cordiales en que vaciaba sus más profundos sentimientos. Tenía a punto su inspiración para las fiestas, las onomásticas. Gustaba de describir las semanas santas murcianas y lorquinas. Gozaba con las lecturas espirituales, las historias de la Orden. Cuando partió para la vicaría de Valencia, hubo duelo y pesar en el estudiantado de Poyo, dejando una estela de cariño que no se borró con los años. Supo vivir días llenos, mientras los demás nos mirábamos en él. Sufría por el estado en que dejó a su madre y, con deseo de consolarla, le escribió una carta con sangre de sus venas expresándole lo feliz que era en la vida religiosa.

En El Puig hizo la profesión solemne, sin saberse la fecha. En Orihuela fue ordenado presbítero el 18 de diciembre de 1926 por el obispo Francisco Javier Irastorza. Residió en el Colegio del Puig, encargado de los internos, muy querido por ellos pues jugaba con ellos y se comportaba sencilla y suavemente, sin perder nunca la calma. Pasó cinco años en el reformatorio de Menores de Godella, teniendo con los muchachos una gran empatía como buen pedagogo, amigo, sencillo, amado, respetado más por su bondad que por su autoridad. Se mantuvo siempre dócil, muy espiritual, mariano, humilde, casto, amable, paciente, bondadoso, sin maldad. Un místico en su compostura y recogimiento. Mas muy normal, pues en el convento era querido por todos, dirá su hermano José.

La República sacó a los Mercedarios del reformatorio de Godella, sin valorar el trabajo de rehabilitación de los delincuentes menores. Y fue enviado a Mallorca, llegando el 2 de mayo de 1931. El 29 de ese mismo julio se hizo examen, control conventual, de derecho, dogma y moral. El 9 de agosto salió para Barcelona. Mas el 21 de febrero de 1934 tornó, proveniente de Barcelona, predicaría los sermones del jueves santo y de la Soledad y cantaría el Exultet, el 8 de julio iba para Lorca. El 6 de marzo de 1935 fue a pasar tres meses con su madre, en Lorca, el padre Lorenzo Moreno. El 20 de mayo de 1936 el obispo de Cartagena Miguel de Santos prorrogaba para seis meses el permiso de residencia en la diócesis. Ayudaba como vicario primero en la parroquia de San Patricio y capellán del hospital y de las Hermanas de la Caridad, distinguiéndose, decía su párroco por su puntualidad, celo y fervor. Pero su anhelo era regresar al claustro. Le gustaba predicar, y los treinta y ocho sermones conservados, nos dicen de su estilo excesivamente florido y fuertemente afectivo, más adecuados a fomentar la moción de los corazones, que a prestar razones a la mente.

Carmelo Navarro nos recogió los recuerdos de aquellos días. Cómo se reunían cuatro amigos en una farmacia y se edificaban con la palabra del padre Lorenzo, sobre todo de su Orden, cuyo convento añoraba entrañablemente, y la Virgen de la Merced, a la que manifestaba un afecto tierno. Repugnaba hablar de política, y no quería decir si había votado, pues no quería que la gente dijese que los frailes interveníamos en política, que Dios sabía muy bien lo que convenía. Navarro agrega que enemigos personales no podía tener, pues era toda bondad y dulzura, sólo se le podía acusar de ser sacerdote.

Estallando el 18 de julio, se ocultó entre la familia sin perder la serenidad y celebrando en privado la Eucaristía. Los rojos lo tenían localizado, pero por el momento no lo molestaban. Se atrevió a visitar a un mandamás, antiguo amigo, que no lo recibió bien, y le espetó: -lo que tienes que hacer es asociarte al partido y ponerte a trabajar aunque sea en las calles. -Trabajar no me importa –dijo el Fraile- pero asociarme jamás lo haré, porque está el comunismo prohibido por la Iglesia.

Se apercibió que era cuestión de días, pero no se escondió aunque se lo propusiera la familia. Con gran resignación y paciencia, como los mártires, dirá su hermana Antonia. Su estado de ánimo era tal que hacía todo por Dios y vivía sólo para Dios, no se le notó jamás debilidad ni miedo de morir, se dejó llevar como un manso cordero sin ofrecer resistencia añadirá su sobrino Hilario. Sí lamentaba los trastornos que ocasionaba a la familia. Rezaba el breviario y, con los suyos, el rosario. El sacerdote Emilio García asegura que al principio de la revolución tenía gran valor, después viendo que no lo martirizaban se achicó, mas llegada la hora, recuperó un valor extraordinario; asegura que no había honor más grande que el de ser mártir. Una señora, rica y buena, por mediación de Jacinto Monteverde le ofreció su casa en el campo como escondite, lo consultó con la familia, y decidió no aceptar para no dar motivo de habladurías estando solo en casa con una señora. Aquella misma noche, del 3 al 4 de noviembre de 1936, se presentaron en la casa materna cuatro hombres, acababa de acostarse cuando oyó aporrear la puerta de la casa y abrirla violentamente. Los milicianos vienen por ti, hijo de mi corazón, dijo la madre. Presionado por los suyos tenía ya el pie en una ventana para huir, pero se contuvo y se entregó. Empezaron los interrogatorios: -Por qué no te has escondido, le dijeron. –Porque no creo haber cometido ningún delito y porque acordaron los del comité no meterse conmigo, replicó él. Al verlo marchar, su madre se desmayó, quiso volver él, pero no le dejaron. Lo llevaron a pie hasta el cuartel de los milicianos, donde le preguntaron por la custodia de San Mateo, dijo no saber nada y lo soltaron.

Regresaba a su casa, al volver una esquina cayeron sobre él, lo detuvieron. El cabecilla Avelino Navarro le ordenó subir a un automóvil, como a manso cordero, lo llevaron Avelino, Jesús Chuecos (alias El Rondín), José Ayala (El Che) y Miguel Cánovas (El Tempranillo). Partieron hacia la carretera de Caravaca. Llegados al llamado Coto minero, le hicieron bajar, y, para hacerle blasfemar, con ferocidad, le cortaron las orejas, lo acuchillaron, le arrancaron trozos de carne, le machacaron el cerebro a culetazos, le hicieron sentar en el brocal del pozo y realizaron varias descargas de fusil y de pistola sobre él, y, aún vivo, lo arrojaron en el pozo de azufre, siguieron disparando y, cuando se fueron seguían oyéndose los lamentos del ejecutado. Su última palabra fue: ¡viva Cristo rey! Era la noche del 3 al 4 de noviembre. Antes de la masacre había bendecido y perdonado a sus carniceros, contará el chofer, que pondera su serenidad. Hilario anduvo investigando, sin conseguir información pero al día siguiente los rumores le llevaron al Coto minero, allí encontró huellas de asesinato, su boina, acribillada por los disparos, con parte de la masa encefálica y el breviario ensangrentado, que no pensó en recoger.

En aquel mismo lugar fueron asesinados otros cinco hermanos de La Salle y el párroco de San Jaime. Luego de la Guerra se hizo todo lo posible para encontrar los restos de los cinco mártires, pero no se consiguió porque el pozo estaba inundado de agua y de gas.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. MARIANO ALCALÁ PÉREZ, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 11 Mayo 1867 en Andorra, Teruel (España)
martirio: 15 Septiembre 1936 en Andorra, Teruel (España)

2. TOMÁS CARBONELL MIQUEL, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 20 Diciembre 1888 en Jijona, Alicante (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)

3. FRANCISCO GARGALLO GASCÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Febrero 1872 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

4. MANUEL SANCHO AGUILAR, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero 1874 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

5. MARIANO PINA TURÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 13 Atril 1867 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 08 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

6. PEDRO ESTEBAN HERNÁNDEZ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 27 Julo 1869 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)

7. ANTONIO LAHOZ GAN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 22 Octubre 1858 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)

8. JOSÉ TRALLERO LOU, religioso mercedario profeso
nacimiento: 28 Diciembre 1903 en Oliete, Teruel (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)

9. JAIME CODINA CASELLAS, religioso mercedario profeso
nacimiento: 03 Mayo 1901 en Aguilar de Segarra, Barcelona (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)

10. JOSEP REÑÉ PRENAFETA, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 15 June 1903 en Lleida (España)
martirio: 16 Agosto 1936 en Barcelona (España)

11. ANTONIO GONZÁLEZ PENÍN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Marzo 1864 en San Salvador de Rabal, Celanova, Orense (España)
martirio: 10 Agosto 1936 en Barcelona (España)

12. TOMÁS CAMPO MARÍN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Enero 1879 en Mahamud, Burgos (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

13. FRANCESC LLAGOSTERA BONET, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 30 Agosto 1883 en Valls, Tarragona (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

14. SERAPIO SANZ IRANZO, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Octubre 1879 en Muniesa, Teruel (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

15. ENRIC MORANTE CHIC, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Septiembre 1896 en Lleida (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)

16. JESÚS EDUARD MASSANET FLAQUER, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero1899 en Capdepera, Islas Baleares (España)
martirio: 25 Julo 1936 en Lleida (España)

17. AMANCIO MARÍN MÍNGUEZ, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 26 Marzo 1908 en Celada del Camino, Burgos (España)
martirio: 26 Julo 1936 en Binéfar, Huesca (España)

18. LORENZO MORENO NICOLÁS, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Marzo 1899 en Lorca, Murcia (España)
martirio: 03 Noviembre 1936 en Lorca, Murcia (España)

19. FRANCESC MITJÁ i MITJÁ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 26 June 1864 en Arbucias, Girona (España)
martirio: Enero 1937 en Ivorra, Lleida (España)

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Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid

Laico

Martirologio Romano: En Linares (España), Beaato Manuel Lozano Garrido, laico, escritor y periodista, que desde su silla de ruedas, a la que llegó a causa de una parálisis progresiva, se dedicaba a ser cristiano y testimonio de fe ( 1971).

Fecha de beatificación: 12 de junio de 2010 durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.

Breve Biografía

Nació en Linares (Jaén) el 9 de agosto de 1920. En el año 1931 inició sus estudios de Bachillerato e ingresó como socio Junior en el recién creado centro de Jóvenes de Acción Católica. Aquellos años fueron para Lolo algo así como una prolongada vigilia, en la que los tres pilares “piedad, estudio y acción” fueron las armas que le prepararon para la gran prueba. En el Centro de Juventud fe Acción Católica fue incluido en un grupo de futuros dirigentes.

Era consciente del riesgo que suponían en los tiempos azarosos de la guerra civil sus actividades, en especial la distribución de la Eucaristía a los enfermos. El 13 de febrero de 1938 fue encarcelado durante tres meses. Ya antes de terminar la guerra aparecen los síntomas de una enfermedad reumática que le iría impidiendo progresivamente los movimientos.

Tras acabar la guerra retoma sus estudios y su actividad apostólica. En 1939 fue nombrado vicesecretario general de su Centro de Juventud de Acción Católica.

Comienza a colaborar en unas emisiones de radio. El avance lento pero progresivo de su enfermedad no le impidió ejercer una intensa actividad intelectual y literaria: dirigió la revista “cruzada, publicó varios libros (El primero “El sillón de ruedas” en 1961) y artículos.

Era consciente de que su misión era dar testimonio de que sus dolores y sufrimientos podían ser soportables. Escribió sobre su amor a la Virgen, sobre la oración y la Eucaristía. Vivió con gozo la convocatoria del Concilio Vaticano II.

El 3 de noviembre de 1971 entregó su alma a Dios.


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Por: . | Fuente: Bibliotheca hagiographica latina

Nació probablemente en Tolosa del Languedoc, Francia , hacia el 656 o 658; murió el 30 de mayo de 727 o 728, en Tervuren, Bélgica. Es un santo católico, al que se invoca como protector contra la rabia y se le tiene por celestial patrono de los cazadores, matemáticos, ópticos y metalúrgicos. Su fiesta se celebra el día 3 de noviembre.

Huberto fue el hijo mayor de Bertrán. Como los nobles merovingios de su tiempo, Huberto practicaba asiduamente la caza. Se trasladó a Metz, donde se casó (682) con Floribana, hija de Dagoberto, Conde de Lovaina. Fue una elección matrimonial conveniente por la importancia de las dos familias. Su hijo Floriberto, como Huberto, llegaría a ser obispo de Lieja.

Huberto partió, luego de sentir el llamado del Señor, hacia Mastrique, donde Lamberto era obispo, y a partir de entonces actuó como su director espiritual. Huberto renunció a su rango y derechos de primogenitura en el Ducado de Aquitania en favor de su hermano Eudo, que fue nombrado tutor de Floriberto, el hijo de Huberto y Floribana. Distribuyó a los pobres su riqueza y estudió órdenes sagradas, para ser consagrado presbítero, asistiendo en la administración de la diócesis de Mastrique-Tongeren a San Lamberto. Siguiendo su consejo, partió en romería hasta Roma el año 708, durante su ausencia fue asesinado su obispo y mentor. La hagiografía de Huberto indica que este asesinato fue revelado al Papa con la indicación de designar a Huberto, sucesor de San Lamberto en la diócesis de Mastrique-Tongeren, como así sucedió.

Como obispo, trasladó la sede de Mastrique a Lieja, enterró a su predecesor en una basílica construida para honrar su memoria en el lugar mismo del asesinato y sentó las bases para hacer de Lieja una gran ciudad. Ësta tiene hoy a San Lamberto como su santo patrón y a San Huberto es contado como su primer obispo. El obispo Huberto destacó por su sencillez y austeridad, por intensidad de sus oraciones y ayunos y su famosa elocuencia. Evangelizó el área de la Ardenas.

Huberto muró en Tervuren, Brabante en 727 o 728 y fue enterrado en Lieja. Sus restos fueron luego exhumados el año 825 y trasladados a la abadía benedictina de Andain, situada en la población que actualmente se llama San Huberto. En los siguientes años hasta el Siglo XVI, en que desaparecieron los restos, su sepulcro fue muy visitado y centro de peregrinación.

El nombre y la protección de San Huberto se tomó por algunas Órdenes Militares en el Sglo XV. Felipe IV de España, rey cazador, tenía a San Huberto como protector.

En algunos sitios se lo festeja el 13 de Marzo

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Por: O. C. Moreno | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04

Obispo

Martirologio Romano: En el monasterio de Clairvaux, en la Borgoña, sepultura de san Malaquías, obispo de Down y Connor, en Irlanda, que restauró allí la vida de la Iglesia, y cuando se dirigía a Roma, en dicho monasterio, y en presencia del abad san Bernardo, entregó su espíritu al Señor. ( 1148)

Breve Biografía


En el siglo IX empezó Irlanda a experimentar los efectos de las invasiones que habían asolado a otros países. En efecto, los bárbaros conocidos con el nombre genérico de orientales, hicieron incursiones en las regiones costeras, y los daneses establecieron colonias permanentes en Dublín y otras ciudades. Por dondequiera que iban cometían asesinatos, demolían monasterios y quemaban bibliotecas. To do ello debilitó mucho al poder civil; los reyezuelos locales, que luchaban contra el enemigo de fuera y se destruían entre sí, perdieron mucha autoridad. El trato prolongado e inevitable entre los nativos y los opresores de la religión y de la ley trajo consigo una relajación gradual de la fe y las costumbres. Así pues, aunque Irlanda no llegó nunca a caer en el grado de iniquidad que suponían ciertos ingleses y algunos hombres de iglesia extranjeros (incluso San Bernardo), se hallaba sin embargo en un estado lamentable cuando estalló la guerra civil, tras la derrota definitiva de los daneses, en Clonfart (1014).

Precisamente en esa época de confusión, del año 1095, nació Malaquías O´More. El niño se educó en Armagh, donde su padre era maestro de escuela. Malaquías era un niño juicioso y piadoso. Después de la muerte de sus padres, se fue a vivir con un ermitaño llamado Eimar. San Celso, arzobispo de Armagh, juzgándole digno del sacerdocio, le ordenó a los veinticinco años. El arzobispo le encargó que predicase la palabra de Dios al pueblo y extirpase las malas costumbres que abundaban en su diócesis. San Bernardo, en su biografía de San Malaquías, dice que éste "quemó las ramas y la hojarasca inútil y aplicó el hcha a los árboles de raíz podrida". En una palabra, el santo se entregó a su tarea con gran celo. Sin embargo, temía no conocer suficientemente los cánones eclesiásticos para reformar a fondo la disciplina y el culto, por lo que acudió a San Malco, obispo de Lismore, quien se había educado en Winchester, en Inglaterra, y era famoso por su ciencia y su virtud. San Malco le acogió muy bien, le instruyó en todo lo referente al servicio divino y al bien de las almas y al mismo tiempo, le empleó en los ministerios de su iglesia.

Un tío de San Malaquías, que a pesar de ser lego era abad de San Comgall, se había apoderado de las rentas de la gran abadía de Bangor, la cual se hallaba en un estado lamentable. En 1123, el abad renunció a su dominio sobre Bangor, en favor de su sobrino, para que éste restableciese la observancia regular en la abadía. San Malaquías cedió a otra persona las tierras de la abadía, a pesar de las protestas. San Bernardo le alaba por eso, pero hace notar que "llevó demasiado lejos su desinterés y su espíritu de pobreza, como lo demostraron después los hechos." Con diez miembros de la comunidad de Eimar, San Malaquías construyó la abadía, empleando madera, como se acostumbraba en Irlanda. La gobernó durante un año. "Era una regla viviente, un espejo brillante, un libro en el que todos podían aprender los preceptos de la verdadera vida religiosa." La fama del santo aumentó con los milagros que obró. San Bernardo refiere algunos. A los treinta años de edad, San Malaquías fue elegido obispo de Connor. Los cristianos de su diócesis apenas lo eran más que de nombre, pues los daneses habían dominado ahí largo tiempo. El santo hizo cuanto pudo por convertir en corderos a aquellos lobos. El y sus monjes predicaron con energía apostólica, uniendo la severidad a la dulzura. Cuando las gentes no acudían a la iglesia a oírle predicar, San Malaquías iba a buscarles en sus casas. Así consiguió sembrar la bondad y piedad en algunos de los más duros, restableció el uso frecuente de los sacramentos, pobló la diócesis de pastores celosos y volvió a instituir la celebración regular de las horas canónicas, pues desde las invasiones de los daneses habían caído en desuso aun en las ciudades. En esa tarea le sirvieron los conocimientos de música sacra que había adquirido en su juventud. Pero en 1127, un reyezuelo del norte devastó Andrim y Down y expulsó a la comunidad de Bangor, donde vivía San Malaquías. El santo se retiró entonces con algunos de sus monjes a Lismore y después a Iveragh, en Kerry, donde organizó nuevamente la vida monástica.

En 1129, murió San Celso de Armagh. La sede metropolitana había estado en manos de su familia durante varias generaciones. Para romper esa nociva costumbre San Celso ordenó en su lecho de muerte que su sucesor fuese Malaquías, a quien envió su b´culo pastoral. Sin embargo, los parientes de San Celso instalaron en la sede a su primo Murtagh y, durante tres años, San Malaquías no intentó apoderarse de la diócesis. Finalmente, se dejó convencer por el legado pontificio Gilberto de Limerick, por San Malco y algunos otros y, protestando que renunciaría al gobierno de la sede en cuanto hubiese restituido el orden, se trasladó de I veragh a Armagh. Hizo cuanto pudo por tomar en sus manos el gobierno de su diócesis; sin embargo, para evitar los desórdenes y el derramamiento de sangre, no intentó entrar en la cabecera de la diócesis ni apoderarse de la catedral. Murtagh murió en 1134, no sin haber nombrado por sucesor a Niall, hermano de San Celso. Ambos bandos estaban armados, y San Malaquías determinó hacerse entronizar en su catedral. Los partidarios de Niall se presentaron de improviso en una reunión de los partidarios de San Malaquías, pero fueron dispersados por una tempestad tan violenta, que doce hombres murieron calcinados por el rayo. San Malaquías consiguió tomar posesión de su diócesis. Sin embargo, la paz no reinaba en ella, pues Niall se había llevado de Armagh dos reliquias muy veneradas, y el pueblo consideraba como legítilmo arzobispo a quien las tenía en su poder. Consistían en un libro (probablemente el "Libro de Armagh") y una cruz pastoral llamada "el báculo de Jesús": el pueblo creía que ambas habían pertenecido a San Patricio. Esto explica por qué muchos eran partidarios de Niall y perseguían violentamente a Malaquías. Uno de ellos invitó al santo a una conferencia para asesinarle. San Malaquías, rontra el parecer de sus amigos, acudió a la reunión, dispuesto a sufrir el martirio por la paz; pero su valor y tranquila dignidad desarmaron a sus enemigos, y se firmó la paz. Sin embargo, San Malaquías tuvo que conservar su guardia de corps hasta que recuperó el báculo y el libro y fue reconocido como arzobispo por todo el pueblo. Habiendo roto así la tradición de la sucesión hereditaria y restablecido la disciplina y la paz en la sede, insistió en renunciar a la digni dad archiepiscopal y consagró por sucesor suyo a Gelasio, abad de Derry. En 1137 regresó a su antigua sede.

San Malaquías dividió su diócesis, consagró a un nuevo obispo para Connor y se reservó para sí la región de Down. Ya sea en Downpatrick, o más probable mente en las ruinas del monasterio de Bangor, estableció una comunidad de canónigos regulares, con quienes vivía siempre que se lo permitían sus actividades pastorales. Dos años después, emprendió un viaje a Roma para informar a la Santa Sede de todo lo que había hecho. Entre otras cosas quería conseguir el palio para los arzobispos de Armagh y de otra sede metropolitana que San Celso había establecido en Cashel. San Malaquías desembarcó en Inglaterra y se trasladó a York, donde conoció a Waltheof de Kirkham, quien le regaló un caballo. Después pasó a Francia, atravesó la Borgoña y llegó a la abadía de Claraval Ahí conoció a San Bernardo, quien se convirtió en fiel amigo, fue admirador suyo y, más tarde, escribió su biografía. Malaquías quedó tan edificado por el espíritu de los cistercienses, que concibió el deseo de compartir su vida de penitencia y contemplación y acabar ahí sus días. En Ivrea del Piamonte restituyó la salud al hijo de su huésped, que estaba al borde de la muerte. El Papa Inocencio II se negó a aceptar la renuncia del santo, aprobó cuanto había hecho en Irlanda, le nombró legado suyo en ese país y prometió que concedería los palios, si se le pedían oficialmente. En el viaje de regreso, San Malaquías volvió a pasar por Claraval, donde, como dice San Bernardo, "nos bendijo por segunda vez". Como no podía quedarse con aquellos siervos de Dios, San Malaquías dejó ahí a cuatro de sus compañeros, quienes, en 1142, volvieron a Irlanda con el hábito del Cister e instituyeron la abadía de Mellifont, de la que se originaron muchas otras. San Malaquías volvió a su patria por Escocia, donde el rey David le rogó que curase a su hijo, quien estaba muy enfermo. El santo dijo al prícipe: "Ten buen ánimo. No morirás de esta enfermedad." En seguida le roció con agua bendita. Al día siguiente, Enrique estaba completamente curado.

En 1148, los obispos y el clero reunidos en un sínodo en Inishpatrick, cerca de Skerries, resolvieron pedir oficialmente a Roma el palio para los dos metropolitanos. San Malaquías fue comisionado para entrevistarse con el Papa Eugenio III, quien se hallaba entonces en Francia. Pero la suspicacia política del rey Esteban retrasó al santo en Inglaterra y, cuando él llegó a Francia, el Papa ya había partido para Roma. Así pues, San Malaquías pudo ir a Claraval, donde San Bernardo y sus monjes le acogieron gozosamente. Después de la celebración de la misa de la fiesta de San Lucas, San Malaquías se sintió enfermo y hubo de guardar cama. Los monjes le atendieron solícitamente, pero el santo les dijo que todo era inútil, pues iba a morir de aquélla enfermedad. Además, insistió en bajar a la iglesia a recibir los ñultimos sacrametos, y rogó a los monjes que siguiesen orando por él después de su muerte. También les encomendó que pidiesen por las almas de todos sus feligreses y él prometió, por su parte, no olvidarlos ante Dios. San Malaquías murió el día de difuntos de 1148, en brazos de San Bernardo, y fue sepultado en Claraval. En su segundo sermón sobre San Malaquías, San Bernardo decía a sus monjes: "Quiera él proteger con sus méritos a aquellos a quienes instruyó con su ejemplo y confirmó con sus milagros." Además, San Benardo tuvo la audacia de cantar, en la misa de cuerpo presente, la postcomunión de la misa de un obispo confesor. El Papa Clemente III confirmó, en 1190, aquella "canonización de un santo por otro santo". San Malaquías fue el primer irlandés canonizado por un Papa. Los cistercienses, los canónigos regulares y todas las diócesis de Irlanda celebran su fiesta. San Malaquías hizo por la unificación de la Iglesia en Irlanda lo que Sab Teodoro había hecho 500 años antes, por la de Inglaterra.

Nuestro artículo sobre San Malaquías quedaría incompleto, si no hiciésemos mención de las "profecías" sobre los Papas, que se le atribuyen. Consisten en la atribución de ciertos rasgos y características a los Papas, desde Celestino II (1143-1144) hasta el fin del mundo, cuando reine "Pedro el Romano". Las provesías están formuladas como lemas o títulos simbólicos. El que las reveló al mundo fue Dom Arnoldo de Wyon, O.S.B., en 1595. El benedictino las atribuyó a San Malaquías, pero sin explicar por cuáles razones y sin decir siquiera dónde las había encontrado. Un jesuita del siglo XVII sostuvo que habían sido inventadas por un partidario del cardenal Simoncelli, durante el cónclave de 1590, pero, en 1871, el P. Cucherat escribió un libro en el que afirmaba que las profecías habían sido reveladas en Roma a San Malaquías, el cual las comunicó por escrito a Inocencio II. Las profecías habían quedado olvidadas en los archivos pontificios durante 450 años, hasta que las descubrió Dom de Wyon. Está fuera de duda que las profecías son espurias y no tienen nada que ver con San Malaquías. Un examen superficial revela que los lemas que caracterizan a los Papas hasta Gregorio XIV (1590), son muy precisos (con frecuentes alusiones a los apellidos italianos) y se cumplieron a la letra. Por el contrario, los lemas de los siguientes Pontífices son vagos, generales y no siempre se aplican a los hechos, por más esfuerzos que se hagan por ensanchar su sentido. El lema de Pío XII era "Pastor Angelicus" (Pastor angélico), algo bastante común; en cambio el de San Pío V era "Ángel del bosque" y el de Benedicto XIV "Animal rústico".

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Religioso Pasionista

Martirologio Romano: En Casale, de la provincia de Flaminia, en Italia, beato Pío de San Luis Campidelli, religioso pasionista, el cual, siendo joven y víctima de cruel enfermedad, se conformó totalmente a la divina voluntad ( 1889).

Fecha de beatificación: 17 de noviembre de 1985 por S.S. Juan Pablo II

Breve Biografía


Los santos son como flores, hay rosas que se muestran bellamente en mayo, en los jardines y sobre las terrazas; hay violetas escondidas que hacen sentir su suave olor. Una de estas es el beato Pío Campidelli.

Es el tercero de cinco hijos; nace en Romagna, en Trebbio de Poggio Berni, el 29 de abril de 1869 con el nombre de Luis, llamado después familiarmente Luisito. El bautismo lo recibe el mismo día en que ha venido a la luz. Los padres José Campidelli y Filomena Belpani son campesinos. Es una familia tranquila dedicada al trabajo de los campos, temerosa de Dios. Con ellos vive también el tío Miguel, llamado “Bertoldo”, al cual de vez en cuando dice alguna blasfemia. Luisito siente escalofríos y reza por él; también en el convento rezará muchas veces por el “tío Bertoldo” y el Señor le dará la alegría de saber que el tío no blasfema más.

Participa en las fiestas de la cosecha; va con la familia a misa el domingo y habla con la mamá de la predicación que apenas han escuchado. A los 5 años recibe la confirmación y a los 10 la primera comunión. Es un muchacho como los otros, pero muy bueno. Ora mucho, por todos, por el abuelo muerto cuando él tenía seis años. Va a misa todos los días, haciendo cinco kilómetros a pié; tornado a casa da catecismo a los compañeros. Alguno lo critica juzgándolo demasiado mojigato, la mayoría lo aprecia e lo tiene en grande estima. Sobretodo la mamá se ocupa de estas buenas inclinaciones, lo sostiene y pide consejo al hermano sacerdote Don Felipe. Se muestran contentos y observan.

Mientras tanto llegan al pueblo para dar misiones los pasionistas del vecino Santuario de la Virgen de Casale en S. Arcángel. Luisito tiene 10 años, va a escuchar junto con la mamá y queda atraído. Una voz interior le dice que debe hacerse pasionista y el acepta con alegría. Confía su deseo al padre superior, pero desgraciadamente su solicitud no puede ser aceptada antes de los 14 años.

El dos de mayo de 1882 parte para el convento; el mismo mes viste el hábito religioso. Solo seis meses estará lejos de su tierra como novicio en San Eutizio de Soriano en la cumbre. Regresará después a Casale por los estudios iniciales y teológicos en preparación al sacerdocio. Es un novicio y un estudiante modelo, se hace apreciar por su profundo recogimiento, su modestia, la obediencia, la compostura exterior e interior. Es muy devoto de la Virgen.

Desgraciadamente, para él que es constitución débil, en 1888, aparecen los primeros síntomas de la tuberculosis, que lo llevará a la muerte. Es la enfermedad de muchos jóvenes santos. Pío acepta morir con dócil obediencia a la volunta de Dios, “ofreciendo la propia vida por la Iglesia, por el Papa, por la Congregación, por los pecadores, por su querida Romagna”

Saluda a la mamá que va a encontrarlo con estas simples palabras: “¡Ánimo mamá, nos encontraremos en el paraíso!” Muere en un éxtasis de amor el 2 de noviembre de 1889 a los 21 años y medio. El 17 de noviembre de 1985 Juan Pablo IIº con una ceremonia trasmitida en mundo visión lo ha declarado beato y dijo de él:

“En el año internacional de la juventud es elevado a la gloria de los altares el hermano Pío de San Luis, un joven que, como “sal deliciosa”, ha dado la vida por su tierra, por su pueblo. El hermano Pío ha encontrado el valor fundamental de su vida religiosa en el don de sí mismo. Este rasgo esencial de su fisonomía interior aparece en su testimonio especialmente en el momento de la muerte, cuando, con plena conciencia de su próxima consumación se ofreció para cumplir perfectamente su sacrificio conformándose a la voluntad de su Dios. Desde pequeño había percibido su atracción a la oración, a la liturgia, a la instrucción religiosa y, sostenido del buen ejemplo de la familia, se adhirió con entusiasmo. Una vez entrado en la Congregación de los Pasionistas encontró el clima favorable para desarrollar su aspiración dominante de vivir en unión con Dios en el íntimo de sí mismo y para prepararse a implicar a los otros en esta experiencia apasionante en el ejercicio del ministerio sacerdotal. Pero no pudo llegar al sacerdocio porque Dios lo llamó a la edad de 21 años. En el voto particular de los Pasionistas de hacer memoria continua de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, el supo implicar totalmente su propia vida, realizando así la misión de la vocación específica de su familia religiosa. Provenía de gente pobre, tenía salud frágil, inteligencia normal; pero no tenía como infortunada, ni sintió como frustración su pobreza ni sus límites; más bien realizó el máximo de sí. Así fue verdadera <> para cuantos lo conocieron en vida y continúa siendo <> para cuantos se acercan al luminoso testimonio de su ejemplo”

Es la verdadera santidad de lo cotidiano. La santidad extraordinaria de una vida ordinaria.

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10:45 p.m.
San Acindino sufrió el martirio en Persia juntamente con los Santos Pegaso, Aftonio, Elpidoforo, Anempodisto, y otros siete mil cristianos en tiempos del Rey Sapor II (310-381). Estos santos pertenecían a la corte de Sapor, y secretamente cristianos. Cuando el rey inició la persecución contra los cristianos, los paganos envidiosos los denunciaron. Convocados a la presencia de Sapor para el interrogatorio, los santos mártires confesaron su fe en la Santísima Trinidad valientemente. Entonces el rey ordenó que fueran castigados con latigazos.

Sapor decretó que Acindino, Pegaso, Anempodisto y Elpidoforo fueran decapitados, y que no se les permitiera a los cristianos enterrar sus cuerpos.

Una notable muchedumbre , glorificando a Cristo, acompañó a estos santos cuando eran conducidos a las afueras de la ciudad para la ejecución. Entonces por orden de Sapor, los soldados masacraron a todos los cristianos en la procesión (aproximadamente siete mil), incluso san Elpidoforo.

Acindino, Pegaso, y Anempodisto fueron quemados al día siguiente con la madre del emperador. Unos cristianos, fueron de noche secretamente al lugar de la ejecución, y encontraron los cuerpos de los santos mártires indemnes, y los sepultaron dignamente.

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11:45 p.m.

Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01

Obispo

Martirologio Romano: En el territorio de Théouranne, en Flandes, san Audomaro, que, siendo discípulo de san Eustasio, abad de Luxeuil, fue elegido obispo de los Marinos y renovó allí la fe cristiana (c. 670).

El nombre de San Audómaro resulta más familiar y conocido en su forma francesa de Omer, ya que en Francia existe la ciudad de Saint-Omer donde estuvo, en tiempos de la persecución religiosa en Inglaterra, el famoso colegio de jesuitas que mantuvo bien provista la misión inglesa, colegio aquél que, posteriormente, quedó en manos del clero seglar y donde murió Alban Butler que fue su director durante algún tiempo.

El lugar de nacimiento de Omer no estaba lejos de la ciudad de Coutances. Todas las preocupaciones de sus padres se concentraron en él, y la educación del joven fue su cuidado primordial. Omer respondió bien a las esperanzas que habían sido puestas en él, progresó rápidamente en los estudios, manifestó su inclinación hacia la vida religiosa y, a la muerte de su madre, ingresó en el monasterio de Luxeuil. San Eustaquio, que había sucedido al fundador San Columbano en el gobierno de aquella casa, acogió amablemente al joven y a su padre, que le acompañaba; ambos fueron admitidos y, a su debido tiempo, padre e hijo hicieron juntos su profesión religiosa. La humildad, devoción, obediencia y pureza de costumbres que demostró poseer el joven desde un principio, le distinguieron entre sus hermanos, aun en aquel hogar de santos.

Con el correr del tiempo, se supo que Thérouanne, la capital de los morini, tenía gran necesidad de un pastor celoso y enérgico para que guiara a sus habitantes por el buen camino. Aquella comarca, que comprendía lo que ahora conocemos con el nombre de Pas-de-Calais, se hallaba bajo la égida del vicio y el error, y el rey Dagoberto buscaba afanosamente a una persona bien calificada para restablecer la fe y la práctica de las reglas de moral que predica el Evangelio. San Omer, que hacía veinte años era monje en el convento de Luxeuil, fue señalado como el hombre capaz de desempeñar la ardua tarea y, San Acario, obispo de Noyon y Tournai, se lo recomendó al rey, de manera que, alrededor del año 637, Omer, que se hallaba feliz y contento en su retiro, fue súbitamente obligado a abandonar su soledad. Al recibir la orden, hizo este comentario: "¡Qué enorme diferencia hay entre la segura rada en la que ahora me encuentro anclado y ese mar tempestuoso al que me empujan, contra mi voluntad y sin ninguna experiencia!"

La primera tarea de su ministerio pastoral como obispo de Thérouanne fue el restablecimiento de la fe, con toda su pureza, entre los pocos cristianos que encontró y cuya reforma fue un trabajo tan difícil como la conversión de los idólatras. A pesar de los obstáculos, fue inmenso el éxito de sus labores, y se puede afirmar que dejó su diócesis al mismo nivel que las más florecientes de Francia. Sus sermones, llenos de fogosa elocuencia, eran irresistibles, pero su vida ejemplar era una prédica todavía más poderosa, puesto que alentaba a los demás a prodigarse para dar de comer a los pobres, consolar a los enfermos, reconciliar a los enemigos y servir a todos, sin otro interés que el de su salvación y la mayor gloria de Dios. Ese era el carácter del santo obispo y de todos los que trabajaban bajo su dirección. Entre sus principales colaboradores figuraban San Momolino, San Beltrán y San Bertino, tres monjes a los que San Omer sacó de Luxeuil para que le ayudasen. La asociación de estos cuatro santos se relata y discute en el artículo dedicado a San Bertino, el 5 de este mes. Junto con ellos, San Omer fundó el monasterio de Sithiu, que llegó a ser uno de los grandes seminarios de Francia. Las biografías de San Omer relatan una serie de milagros no muy convincentes que se le atribuyen. Durante sus últimos años de vida, estuvo ciego, pero aquella aflicción no le causó ningún abatimiento ni disminuyó su preocupación pastoral por su grey. Otro de sus biógrafos dice que, cuando San Auberto, obispo de Arras, trasladó las reliquias de San Vedast al monasterio que había construido en su honor, San Omer estaba presente y, en aquella ocasión, recuperó la vista durante algún tiempo. Es probable que San Omer muriese poco después del año 670.

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Por: . | Fuente: SagradaFamilia.net

Obispo de Angers del siglo VII

Martirologio Romano: En Anjou, en Neustria, san Licinio, obispo, a quien el papa san Gregorio I Magno encomendó los monjes que se dirigían a Inglaterra (c. 618).

Nacido hacia el 540 y muerto alrededor del 618. conde de Anjou, atraído por la vida religiosa pero preocupado también por el porvenir del condado, aceptó prometerse; cuando su futura esposa se vio súbitamente afectada por la lepra, vio en aquel acontecimiento una señal del Cielo y abandonó sus funciones para convertirse en obispo de Angers.

Dando pruebas de una incansable devoción, iba personalmente a consolar a los enfermos y a las mujeres a punto de parir.

Y desde la ciudad de Angers, difunde la suavidad y pureza de sus costumbres y de su caridad como obispo santo, hasta su muerte.

San Lucinio, que había sido el XVII en el elenco episcopal de aquella diócesis, pronto fue venerado en Angers como el patrono de la ciudad.

Angers es la antigua capital de Anjou

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Por: O. C. Moreno | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04

No sabemos con certeza mucho sobre este santo sino que fue misionero en Armenia, lo mismo que San Estremonio, y que se le venera como apóstol y primer obispo de Clermont.

Los historiadores discuten hasta la época en que vivió.

Según San Gregorio de Tours, fue uno de los siete obispos enviados de Roma a la Galia a mediados del siglo III.

Su culto se popularizó gracias a una visión que tuvo un diácono junto al sepulcro del santo, en Issoire.

Una fantasiosa leyenda de San Austremonio se fue desarrollando a partir del siglo VI. Según esta leyenda, el santo fue uno de los setenta y dos discípulos del Señor. Fue asesinado por un rabino judío, a cuyo hijo había convertido. El rabino le cortó la cabeza y la arrojó en un pozo. Los cristianos l descubrieron gracias al rastro de sangre que había dejado desde el sitio del asesinato hasta el pozo. Por ello se veneraba como mártir a San austremonio (el martirologio romano no lo considra mártir).

En Clermont se le venera todavía. Su cuerpo fue sepultado en Issoire.

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Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid

Religioso

Martirologio Romano: En Palma, Mallorca, España, san Alonso Rodríguez, que al perder a su esposa e hijos entró como religioso en la Orden de la Compañía de Jesús y estuvo como portero del colegio de aquella ciudad durante largos años, mostrando una gran humildad, obediencia y constancia en una vida penitente. ( 1617)

Fecha de canonización: 15 de enero de 1888, por el Papa León XIII.

Breve Biografía


Estaba un día enfermo y le llevó el enfermero la comida a la cama con un mandato de parte del Padre Superior: «que se coma todo el plato». Cuando regresa el enfermero, le encuentra deshaciendo el plato y comiéndolo pulverizado. El santo se impuso a sí mismo una obediencia ciega; se exigió a sí mismo tanto que uno de los padres le dijo un buen día «que obedecía a lo asno».

Nació en Segovia en el año 1533, segundo de los once hijos del matrimonio formado por Diego Rodríguez y María Gómez que vivían del comercio de paños.

Su niñez y juventud estuvieron ligadas a la Compañía de Jesús.

A la muerte de su padre se encarga de sacar adelante el negocio familiar, pero su incompetencia es notable para el negocio de los paños.

Contrae matrimonio con María Juárez con quien tiene dos hijos. Pero la mala fortuna parece que le persigue: muere uno de sus hijos y su mujer y el negocio va de mal en peor; luego fallece su otro hijo y su madre. Alonso se ha quedado solo.

Se produce entonces una crisis fuerte que resuelve con confesión general y con el deseo de comenzar una nueva vida tomando un impresionante ritmo interior de trato con Dios y que mantiene por seis años. Cede a sus hermanos sus bienes y marcha a Valencia en 1569 con el propósito de ingresar en la Compañía; pero no contaba con insalvables obstáculos: su edad, la falta de estudios y escasa salud.

Trabaja entonces en comercio y de ayo.

Por fin es admitido en el Colegio Monte Sión en el año 1571; desde el año 1572 ocupa el cargo de portero hasta el 1610 que hacen casi cuarenta años.

Es considerado en la Compañía como modelo para los hermanos legos por su ejercicio permanente para lograr auténtica familiaridad con Dios, por su obediencia absoluta y por su amor y deseo de tribulación.

Este humilde y santo portero fue durante su vida un foco radiante de espiritualidad de la que se beneficiaron tanto los superiores que le trataron como los novicios con los que tuvo contacto; un ejemplo representativo está en San Pedro Claver, el apóstol de los esclavos.

Con sus cartas ejerce un verdadero magisterio. Su lenguaje es sencillo y el popular de la época, pero logra páginas de singular belleza al tratar temas de mayor entusiasmo. La santidad que describe en sus escritos no es aprendida en los libros, es fruto de su experiencia espiritual.

Fue canonizado por el papa León XIII junto con san Pedro Claver.
 

Autor: Isabel Orellana Vilches
Fuente: Zenit.org

Este santo portero del convento mallorquino de Montesión de los padres jesuitas, nació en Segovia, España, el 25 de julio de 1531. Fue el tercero de los once hijos habidos en el matrimonio compuesto por Diego Rodríguez y María Gómez de Alvarado, prósperos comerciantes de paños. La característica principal de su niñez fue su amor a la Virgen, con la que mantuvo celestiales coloquios. Siempre mostró una devoción singular por el misterio de la Inmaculada, y rezaba el Oficio Parvo dedicado a Ella. Comenzó a formarse con los padres franciscanos, pero a los 10 años escuchó predicar al beato jesuita Pedro Fabro, que entabló una entrañable relación con toda su familia, y se ocupó de prepararle para su primera comunión.

A los 14 años se hallaba estudiando con los jesuitas de Alcalá cuando murió su padre y tuvo que regresar para ayudar a su madre en los asuntos de la familia. Luego quedó solo al frente de la gestión de los negocios, una misión para la que realmente no tenía cualidades, y se casó con María Juárez, hija de un acomodado ganadero. Se afincaron en Segovia y fueron viniendo los hijos. Pero los perdió a todos. La niña murió nada más nacer; luego lo hizo su esposa al dar a luz a un niño. Por si fuera poco, un año más tarde, falleció su madre y, a continuación, su último hijo. Ya no tenía nada. Al haber vendido su negocio con anterioridad, convivió junto a dos hermanas solteras y aprendió a dialogar con Dios. Ellas le ayudaron en este difícil momento que atravesó abrumado por sus pecados a los que culpaba de tantas tragedias.

En una visión vislumbró el gozo del cielo y se arrepintió de su vida pasada. Se centró en la oración convirtiéndose en un severo penitente; confesaba y comulgaba todas las semanas. Se planteó ser jesuita, pero tenía en su contra la edad, una frágil salud y falta de formación. Luís de Santander, rector del colegio que los jesuitas tenían en Segovia, no le disuadió formalmente. Pero sí le recomendó que prosiguiese estudiando.Por eso, en 1569 se trasladó a Valencia. Comenzó a cursar latín con vías a una posible ordenación sacerdotal costeándose los gastos con su trabajo en casa de una marquesa. Hubo un momento en que había tenido que mendigar. No sin cierto pudor, que tuvo que vencer, estudiaba junto a unos niños. Luego fue en pos de un ermitaño que entabló amistad con él y quiso disuadirle de su empeño de ser jesuita. Vio que estaba sucumbiendo a una tentación y lo dejó. Regresó a Valencia, dejando nuevamente en suspenso sus estudios, para iniciar otro intento de ingreso en la Compañía. Se puso a merced del P. Santander, quien le hizo ver que hasta ese momento parecía seguir sus dictados y no los de Dios. Entonces Alonso respondió: "Os prometo que jamás en mi vida volveré a hacer mi propia voluntad. Haced de mí lo que queráis". Con ayuda del religioso acometió el sueño que le guiaba de ser jesuita, aunque no pudiera ser sacerdote. La negativa de quienes dilucidaban qué hacer con él estaba en el aire, cuando el superior P. Antonio Cordesses terció rotundo: "Recibámoslo para santo".

En 1571 fue aceptado como "hermano lego" por el provincial y tras finalizar el noviciado partió a Palma de Mallorca. Le encomendaron la portería del colegio de Montesión y desempeñó esta misión durante casi cuarenta años, hasta que sus fuerzas se lo impidieron. Nadie podría haber imaginado que el ángel de bondad que franqueaba la puerta a todos, viendo en ellos a Cristo, sufría aridez, era escrupuloso y padecía violentas tentaciones contra la castidad de las que en alguna ocasión le rescató la Virgen. "En las tentaciones he sido más de doscientas veces mártir", reconocía.Experimentaba desolación y el mero hecho de meditar le generaba muchos dolores. Es como si los sufrimientos y mortificaciones que realizaba desde hacía años no dieran su fruto. "El demonio –afirmaba– es un gran bachiller". Pero no se desesperó, ni se desanimó. Haciendo acopio de paciencia seguía perseverando y sirviendo humildemente en la misión que tenía: abrir la puerta. Y al final experimentó una intensísima presencia de Jesús y de María que le colmaban de místicos consuelos.

En 1585 profesó los últimos votos. En 1604 inició sus Memorias autobiográficas a demanda de sus superiores que culminó en 1616. Su obediencia seguía intacta. Cuando, cumplidos más de 70 años y hallándose muy enfermo, para probar su virtud lo destinaron a la India, automáticamente se dirigió a la puerta diciendo: "Tengo orden de partir a las Indias", ante lo cual el superior intervino, de lo contrario se habría ido. Así era su obediencia y disposición, tan literal que asombraba. Humildemente decía que "obedecía a lo asno". Y el juicio de sus hermanos era: "Este hermano no es un hombre, sino un ángel". Nunca reparó en la actitud de aquellos a los que abría la puerta, que no siempre era correcta, y les entregaba lo mejor de sí: "Es que a Jesús que se disfraza de prójimo, nunca lo podemos tratar con aspereza o mala educación". Cuando escuchaba el sonido de la campana, profería un gozoso: "¡Ya voy, Señor!". Y engarzaba sus jornadas de trabajo y oración cincelando a conciencia en su corazón una hermosa filigrana de caridad con la que íntimamente coronaba a quienes pasaban por el convento: "Allí viene el humilde. Ahí, el obediente. Allá viene el que jamás se enoja. Ese es el que vive en viva fe. Viene el de gran pobreza. Ese es prudente. Hacia acá viene el piadoso".

Tan intensa llegó a ser la presencia continua de Dios para él, que era de todo punto imposible alejarlo por un momento de sí, como una vez le sugirió su superior para dejar descansar su mente, cuando ya era de avanzada edad.Estuvo adornado de diversos carismas, entre otros, visiones, discernimiento y milagros. Falleció el 31 de octubre de 1617. León XII lo beatificó el 25 de mayo de 1825. León XIII lo canonizó el 15 de enero de 1888. Ese día era elevado a los altares junto a Juan Berchamns, y Pedro Claver uno de sus dilectos discípulos.

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Por: . | Fuente: frayleopoldo.org || religionenlibertad.com

Religiosa

Martirologio Romano: En Sevilla, España, Santa María Purísima de la Cruz (en el siglo Isabel Salvat y Romero), quien fuera superiora general de la congregación de las hermanas de la Compañía de la Cruz. ( 1998)

Fecha de beatificación: 18 de septiembre de 2010, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.

Fecha de canonización: 18 de octubre de 2015, por S.S. Francisco

Breve Biografía

La Sierva de Dios nació el 20 de febrero de 1926 en Madrid en el seno de una familia acomodada. Al día siguiente, fue llevada a la fuente bautismal en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, recibiendo el nombre de María Isabel. En su ambiente familiar, fuertemente motivado en sentido religioso, junto con la primera educación asimiló también los valores cristianos, que profundizó con creciente conocimiento frecuentando desde niña el colegio madrileño de la Virgen María, gestionado por las Religiosas Irlandesas. En el ámbito de su itinerario formativo, recibió la Primera Comunión, la Confirmación y completó el currículo normal de los estudios. En el 1936, al estallar la guerra civil, la familia se trasladó a Portugal; pero, después de dos años, regresó a la patria, escogiendo como residencia, en un primer momento, la ciudad vasca de San Sebastián y luego nuevamente Madrid.

A lo largo de estos años Maria Isabel fue madurando en todas las cualidades personales y culturales para poder proyectar una vida social llena de satisfacciones, revalorizada posteriormente por su procedencia alto burguesa. Ella, sin embargo, comenzó a percibir con mucha claridad la vocación a la vida religiosa, de manera que, una vez presentada la solicitud, en el 1944 fue acogida como postulante en el Instituto de las Hermanas de la Compañía de la Cruz de Sevilla. Al año siguiente recibió el hábito religioso, asumiendo el nombre de Sor María de la Purísima de la Cruz, y fue admitida al noviciado.

Ya durante este periodo de formación, la Sierva de Dios se distinguió por su compromiso, espíritu de sacrificio y ejemplaridad. De modo particular se manifiestan en ella, con admirable sencillez, el amor a la pobreza, un comportamiento humilde y un espíritu de obediencia desinteresada y convencida. En el 1947 emitió los votos temporales. Reconociendo en ella la preparación humana y espiritual, a la joven hermana se le confió la dirección del colegio de Lopera, cerca de Jaén, compromiso al que siguieron otros cargos de responsabilidad en Valladolid y Estepa. En 1966 fue llamada a la Casa Madre de Sevilla, primero como auxiliar del Noviciado, luego como Maestra de novicias. Dos años más tarde fue nombrada Provincial, luego Consejera General, después aún Superiora de la comunidad de Villanueva del Río y Minas (Sevilla) y en el 1977 fue elegida Madre General del Instituto. Sería reelegida, con permiso de la Santa Sede, otras tres veces para este oneroso cargo, particularmente delicado en los difíciles años que siguieron al Concilio Vaticano II y que vieron a la Sierva de Dios comprometida en la actualización de las Constituciones del Instituto dentro de la óptica de la salvaguardia y de la revalorización del carisma original, a través de una renovada fidelidad al Evangelio y al Magisterio eclesial, una intensa dimensión eucarística y mariana, una inteligente adaptación de la tradición a las nuevas perspectivas de la Iglesia y de la sociedad. Su actitud fundamental fue de un equilibrio dinámico: Sor María no vivió la fidelidad como una cansada repetición de fórmulas ensayadas, sino como un deseo de creatividad para ir al encuentro de las exigencias que el Señor le iba haciendo comprender. En cada circunstancia miró a Santa Ángela de la Cruz, Fundadora de la Congregación, como a un manantial perenne de continuidad coherente dentro de la necesaria renovación.

Tuvo una solicitud particular por la formación permanente de las Hermanas, sobre todo por las que atravesaban momentos de crisis y de desorientación, de modo que en aquellos años de experiencias y de no pocas incertidumbres su testimonio de vida constituyó un punto seguro de referencia para muchas de ellas. Cuidó con amor la animación vocacional, cuyos frutos maduraron incluso de modo visible, hasta el punto de que la Sierva de Dios tuvo que dedicarse a abrir nuevas casas religiosas en otras ciudades de España, como Puertollano, Huelva, Cádiz, Lugo, Linares, Alcázar de S. Juan. Incluso en Reggio Calabria, en Italia, en el 1984 realizó la fundación de una casa. Su personalidad serena y jovial contribuía a crear un clima de confianza y de comunión, pero era sobre todo su sólida espiritualidad la que motivaba sus intenciones y sus acciones. En ella, efectivamente, se pone de manifiesto una intensa experiencia religiosa, vivida con clara conciencia de la presencia de Dios y en la constante búsqueda de su voluntad, y alimentada en las fuentes de la oración y de la contemplación; una sincera disponibilidad a las exigencias del prójimo, de manera particular para con los más necesitados, y una sagaz apertura hacia los problemas contemporáneos; una tendencia hacia la perfección, hasta llegar a conseguir un asiduo y fervoroso ejercicio de las virtudes humanas e cristianas.

En el 1994 le diagnosticaron un tumor, por el que tuvo que ser operada. Afrontó la enfermedad con gran docilidad a la voluntad de Dios y con fortaleza de ánimo y durante cuatro años continuó generosamente con su actividad. En los últimos días de vida, cuando el sufrimiento fue más doloroso, renovó su confianza en la bondad de Dios, preparándose para el momento del encuentro con el Esposo.

El 31 de octubre 1998 se durmió piadosamente en la Casa Madre de Sevilla. En su funeral participaron numerosos sacerdotes y religiosas, junto con un grandísima asistencia de fieles, testimonio de una fama de santidad que ya en vida había acompañado a la Sierva de Dios.

La beatificación

El sábado 27 de marzo de 2010, S.S. Benedicto XVI firmó el decreto referente a un milagro atribuido a la intercesión de la venerable María de la Purísima de la Cruz Salvat.

La protagonista fue una niña de La Palma del Condado (Huelva), Ana María Rodríguez Casado, que había nacido con una cardiopatía congénita y sin vena cava inferior, por lo que llevaba marcapasos desde los 13 meses. Una noche de enero de 2004, cuando tenía tres años, se desplomó en brazos de su madre. Se le había roto el cable del marcapasos provocándole una parada cardiorrespiratoria. Había sufrido el síndrome de stock adam. La falta de oxígeno en el cerebro le provocó importantes secuelas neurológicas. La niña volvió a su casa en una silla de ruedas, sin hablar, no conocía a nadie.

Dos Hermanas de la Cruz dieron a su madre una estampa de María de la Purísima. "Yo no sabía quién era, pero me dijeron que me encomendara a ella. Cogí la estampa y dije: Si eres santa sólo te pido que mi hija me vea y me conozca. No te pido más. Aunque se quede en la silla de ruedas, pero que esos ojitos me vean".

Le pasó la foto por la cabeza. Tras rezar, las hermanas se marcharon prometiendo volver al día siguiente para hacer una novena. Minutos después, Paloma escuchó la voz de su hija: "Mamá Paloma", exclamó primero. "Abuela Dolores", dijo después. "Hubo una mejoría instantánea. Salí a la calle corriendo, gritando que era un milagro".

Pero la recuperación no quedó ahí. Ana María le pidió a su padre que la ayudara a levantarse de la silla de ruedas. La niña, aunque había mejorado notablemente, aún no era capaz de mantener una conversación. "Le hice una novena a Madre María de la Purísima y al pasar unos días mi padre pasó por casa y la escuchó hablar perfectamente. La niña tenía la estampa de Madre en la mano y le dijo ´ella es la que me ha curado´". El equipo médico, impresionado y sorprendido ante su evolución, manifestó que su curación había sido "excepcional, no previsible y difícilmente explicable".

La niña hizo su primera comunión con 10 años en la beatificación de María de la Purísima, con 45.000 asistentes, en 2010. "Para mí, Madre María Purísima es mi mejor amiga", explicaba la niña a la prensa.

La canonización

El martes 5 de mayo de 2015, S.S. Francisco firmó el decreto referente a un milagro atribuido a la intercesión de la Beata María de la Purísima de la Cruz Salvat.

Este milagro sucedió en 2012 en Sevilla bajo control hospitalario. Francisco José Carretero, "er Carre", un miembro de la hermandad de la Macarena en la que procesionaba siempre como armao se recuperó tras sufrir un ataque al corazón por el que permaneció 12 días ingresado en la UCI sin que los médicos tuvieran ninguna esperanza de recuperación. Pero su madre era muy devota de siempre de Sor Ángela de la Cruz y de María de la Purísima.

Muchos rezaron a Dios por Francisco José mediante la intercesión de la beata. A los 12 días despertaba sin secuelas. Dado que los médicos no pueden atribuir su recuperación a ninguna medida terapéutica ni natural, se atribuye a la oración.

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Nació en el siglo VII en Irlanda.

Hermano de San Fursey y San Ultan. Viajó con ellos desde Irlanda a Inglaterra donde realizaron labores misioneras, y establecieron un monasterio cerca de Yarmouth.

Abad de la comunidad en Cnoberesburg, Suffolk por el año 640, una casa fundada por su hermano Fursey.

Durante una guerra entre los Mercians y los Anglosajones en el 650 la casa fue destruida, los hermanos asesinados, capturados o dispersados.

Foillan rescató a sus hermanos, recuperó las reliquias no destuidas, los libros y ornamentos litúrgicos de la casa, y viajó a Francia.

Él y sus hermanos fueron acogidas con beneplácito y apoyados en su labor evangelizadora por el rey Clodoveo II.

Foillan fundó un monasterio en Fosses, diócesis de Lieja, en el año 653 en las tierras donadas por San Itta de Nivelles y Santa Gertrudis de Nivelles.

Fue electo abad de este monasterio, como referencia podemos indicar que a sus alrededores creció a la moderna ciudad de Le Roeulx, Bélgica.

Fue también capellán y director espiritual en la casa fundada por Santa Gertrudis.

Predicador popular y pastor dedicado a su pueblo, murió asesinado junto con tres compañeros por unos bandidos que los atacaron en uno de sus viajes.

Su hermano sobreviviente, Saint Ultan, tomó el cargo de abad de Fosses.
 

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Viuda

Martirologio Romano: En Marienwerder, en la Prusia polaca, beata Dorotea de Montau, que, al quedar viuda, vivió recluida en una celda junto a la catedral, entregada a la oración continua y a la penitencia. ( 1394)

Fecha de beatificación: Culto confirmado el 9 de enero de 1976 por el Papa Pablo VI

La célebre contemplativa Beata Dorotea Swartz de Montau, nació en Montau, el 6 de febrero del año 1347, murió en Marienwerder, el 25 junio de 1394.

A la edad de diecisiete años se casó con el artesano cuchillero Albrecht de Danzig, un hombre muy temperamental, de carácter violento, que la golpeaba sin piedad. Llevando una vida de santa paciencia, logró, con su humildad y gentileza, cambiar poco a poco el carácter de su marido.

Los dos hicieron frecuentes peregrinaciones a Colonia, Hacheen, y Einsiedeln, y en 1390 pensaban visitar Roma; pero Albrecht fue impedido por una enfermedad y permaneció en su casa donde murió, mientras Dorotea viajaba sola a Roma.

De sus nueve niños todos se murieron, salvo una hija que se hizo Benedictina.

En el verano del año 1391 Dorotea se mudó a Marienwerder, y el 2 de mayo de 1393, con el permiso del Capítulo y de la Orden Teutónica, levantó una ermita cerca de la catedral. Llevó una vida muy austera. Numerosos visitantes buscaron su consejo y consuelo, tenía visiones y revelaciones.

Su confesor, el diácono John de Marienwerder, un sabio teólogo, escribió sus conversaciones y una biografía en latín de siete libros, "Septililium", además escribió en alemán su vida en cuatro libros.

Nunca fue canonizada formalmente, aunque en algunos sitios la llaman Santa Dorotea. El pueblo la ha honrado como la protectora del país, de la Orden Teutónica y Patrona de Prusia.

La iglesia de Marienwerder en la actualidad es luterana; sus reliquias no se han encontrado.

En algunos lares continúan festejándola el 30 de octubre.

VIDAS DE LOS SANTOS Edición 1965
Autor: Alban Butler (†)
Traductor: Wilfredo Guinea, S.J.
Editorial: COLLIER´S INTERNATIONAL - JOHN W. CLUTE, S. A.

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Hermanos Franciscanos

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