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Religiosa Mártir

Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata Maria Asumpta (en el siglo: Juliana González Trujillano) y 2 compañeras, españolas; religiosas profesas de la Congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor; asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de Beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

La Hermana Asumpta nació el 19 de junio de 1881 en El Barco (Ávila) siendo bautizada el 30 del mismo mes y año. Era hija legítima de Anacleto González y María del Rosario Trujillano, ambos residentes de El Barco de Ávila. Fue confirmada en la misma parroquia de El Barco el 18 de junio de 1885.

La Congregación de "Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor", fundada por la Beata María Ana Mogas y Fontcuberta, se instaló en el año 1900 en El Barco de Ávila, regentando un colegio para la educación de la niñez y juventud, y atendiendo, con prefe-rencia, a los más necesitados, según el estilo y carisma de su Fundadora. Juliana, sin duda, tuvo conocimiento y trato con las religiosas que allí fueron a ejercer su apostolado, y los contactos que a nivel humano y espiritual mantuvo con ellas, le ayudaron en su decisión vocacional.

Inició el noviciado en la Casa General del Instituto, calle Santa Engracia 140, en Madrid, el 18 de febrero de 1903. En esa ceremonia era costumbre en el Instituto cambiar el nombre de bautismo por el de religión, con el que sería nombrada y conocida en adelante. Juliana recibe el nombre de Hna. Asumpta. Realizó su profesión temporal en 1905 en la Casa Madre y pronunció sus votos perpetuos en 1910 en la Casa que el Instituto tiene en La Coruña.

Junto con la Hna. Asunción, la Hna. Asumpta fue a fundar el Colegio de Arenas de San Pedro y allí permaneció tres años como profesora de labores. Destinada a la Casa General, desempeñó el oficio de sacristana.

Quienes la conocieron personalmente coinciden en resaltar su exactitud en el deber, su capacidad de sacrificio por un gran ideal, sus valores espirituales, acentuando su intimidad con Cristo. Fidelísima a la Congregación y a las consignas recibidas de sus Superiores, se refugia en una casa de la calle Barquillo junto con la entonces Superiora General, Madre María de las Victorias Lage. De allí, en un intento por salvar los depósitos de las dotes y el escaso capital de la Congregación, sale por encargo de dicha Madre para llevar estos valores a una Embajada, es detenida por los milicianos y encerrada en la checa de Fomento.

Testigo de sus días de prisión es la entonces Superiora Provincial de las Escolapias, también encarcelada; de ella son estas palabras: "Tanto me ha maravillado la manera de conducirse Sor Asumpta, su espíritu de fortaleza ante el sacrificio y ese amor tan entrañable a la Congregación lleno de respeto para los Superiores e Instituto, que en mis ratos de conversación con mis religiosas se lo describo". Edificante en su cautiverio, no piensa en la suerte que correrá su persona, sufre porque la Congregación se ha quedado despojada de lo poco que tenía, mas luego la luz se hace en su alma y encuentra algo de más valor que ofrecer: su propia vida. La religiosa Escolapia, antes citada, se admira de la entereza con que nuestra Hermana espera la sentencia de muerte.

Su detención ocurre sobre el 28 de octubre de 1936, su martirio, quizá, no mucho tiempo después; no sabemos dónde ni cómo... tampoco el lugar de su tumba... sólo sabemos que su vida y gloriosa muerte han dejado una estela que habla de fidelidad a un ideal, a un AMOR.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. MARÍA DEL CONSUELO REMUIÑÁN CARRACEDO (ISABEL)
religiosa profesa, Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor
nacimiento: 17 Junio 1876 en Seavía, La Coruña (España)
martirio: 06 Agosto 1936 en Madrid (España)

2. DOROTEA LLAMAZARES FERNÁNDEZ (GERTRUDIS)
religiosa profesa, Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor
nacimiento: 06 Febrero 1870 en Cerezales del Condado, León (España)
martirio: 13 Agosto en Hortaleza, Madrid (España)

3. JULIANA GONZÁLEZ TRUJILLANO (MARÍA ASUMPTA)
religiosa profesa, Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor
nacimiento: 19 Junio 1881 en Barco de Ávila, Ávila (España)
martirio: 28 Octubre 1936 en Madrid (España)

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498 mártires que dieron la vida por Cristo durante la persecución religiosa de los años treinta del siglo XX en España fueron beatificados el 28 de Octubre por Su Santidad Benedicto XVI.

Ellos derramaron su sangre por la fe durante la persecución religiosa en España, en los años mil novecientos treinta y cuatro, treinta y seis y treinta y siete. Entre ellos hay obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos, mujeres y hombres; tres de ellos tenían dieciséis años y el mayor setenta y ocho.

Este grupo tan numeroso de beatos manifestaron hasta el martirio su amor a Jesucristo, su fidelidad a la Iglesia Católica y su intercesión ante Dios por todo el mundo. Antes de morir perdonaron a quienes les perseguían –es más, rezaron por ellos–, como consta en los procesos de beatificación instruidos en las archidiócesis de Barcelona, Burgos, Madrid, Mérida-Badajoz, Oviedo, Sevilla y Toledo; y en la diócesis de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Gerona, Jaén, Málaga y Santander.

LISTADO POR ORDEN ALFABÉTICO

Abilio Sáiz López, O.P.
Adelfa Soro Bo, O.P.
Adolfo Jaime (Antonio Serra Hortal), F.S.C.
Adolfo Mariano (Mariano Anel Andreu), F.S.C.
Agapio (José Luis Carrera Comas), F.S.C.
Agapito León (Remigio Olalla Aldea), F.S.C.
Agrícola Rodríguez G. de los Huertos Sac. Dioc.
Agustín Renedo Martino, O.S.A.
Alberto (Nestor Vivar Valdivielso), F.M.S.
Alfonso del Sagrado Corazón de María, O.C.D.
Alfredo Fanjul Acebal, O.P.
Alonso Sánchez Hernández-Raner, O.F.M.
Álvaro Santos Cejudo, Laico
Amado Cubeñas Diego-Madrazo, O.P.
Anastasio Díez García, O.S.A.
Anastasio Garzón González, S.D.B.
Anastasio González Rodríguez, O.F.M.
Anastasio María Dorca Coromina, O.Carm.
Andrés Corsino M. Solé Rovira, O.Carm.
Andrés Gómez Sáez, S.D.B.
Andrés Jiménez Galera, S.D.B.
Andrés Majadas Málaga, O.F.M.
Ángel Andrés (Lucio Izquierdo López), F.M.S.
Ángel Hernández-Ranera de Diego, O.F.M.
Ángel María Prat Hostench, O.Carm.
Ángel María Presta Batlle, O.Carm.
Ángel Pérez Santos, O.S.A.
Ángeles (Mercedes Tuní Ustech), A.A.S.C.
Anselmo (Aniceto Falgueras Casellas), F.M.S.
Antero Mateo García, Laico
Antolín (Antonio Roig Alibau), F.M.S.
Antolín Astorga Díaz, O.S.A.
Antonio Cid Rodríguez, S.D.B.
Antonio Enrique Canut Isús, S.D.B.
Antonio Fernández Camacho, S.D.B.
Antonio María Arriaga Anduiza, O.S.A.
Antonio María de Jesús, O.C.D.
Antonio Mohedano Larriva, S.D.B.
Antonio Pancorbo López, S.D.B.
Antonio Rodrigo Anton, O.F.M.
Antonio Rodríguez Blanco, Sac. Dioc.
Antonio Sáez de Ibarra López, O.F.M.
Antonio Torrero Luque, S.D.B.
Antonio Varona Ortega, O.P.
Apolonia Lizarraga del Santísimo Sacramento, C.C.V.
Arnoldo Julián (Jesús Juan Otero), F.S.C.
Arturo García de la Fuente, O.S.A.
Avelino Rodríguez Alonso, O.S.A.

Balbino Villarroel Villarroel, O.S.A.
Bartolomé Blanco Márquez, Laico
Bartolomé Rodríguez Soria, Sac. Dioc.
Baudillo (Pedro Ciordia Hernández), F.M.S.
Belarmina de Jesús (Belarmina Pérez Martínez), A.A.S.C.
Benedicto José (José Bardalet Compte), F.S.C.
Benigno Prieto del Pozo, O.F.M.
Benito Alcalde González, O.S.A.
Benito Clemente (Félix España Ortiz), F.S.C.
Benito Garnelo Álvarez, O.S.A.
Benito Rodríguez González, O.S.A.
Benito Velasco Velasco, O.S.A.
Bernabé (Casimiro Riba Pi), F.M.S.
Bernardino Álvarez Melcón, O.S.A.
Bernardino Calle Franco, O.S.A.
Bernardino Irurzun Otermín, O.P.
Bernardo (Plácido Fábrega Juliá), F.M.S.
Blasa de María (Juana Pérez de Labeaga García), A.A.S.C.
Borja de Jesús (Mª Zenona Aranzábal Barrutia), A.A.S.C.
Buenaventura García Paredes, O.P.

Cándido Alberto (José Ruiz de la Torre), F.S.C.
Carlos Jorge (Dalmacio Bellota Pérez), F.S.C.
Carlos Rafael (Carlos Brengaret, Pujol), F.M.S.
Carmelo Juan Pérez Rodríguez, S.D.B.
Casta de Jesús (Teresa Vives y Missé), A.A.S.C.
Catalina Caldés Socias, O.F.M.
Cayetano José (Ramón Palos Gascón), F.S.C.
Cecilia (Concepción Iglesias del Campo), A.A.S.C.
Celestino Antonio (Ismael Barrio Marquilla), F.S.C.
Celestino José Alonso Villar, O.P.
Cipriano Alguacil Torredenaida, O.P.
Cipriano Polo García, O.S.A.
Cirilo Pedro (Cecilio Manrique Arnáiz), F.S.C.
Claudio Julián García San Roma, O.S.A.
Clemente de los Sagrados Corazones (Clemente López Yagüe), O.C.D.
Conrado Rodríguez Gutiérrez, O.S.A.
Constancio de S. José (José Mata Luis), O.C.D.
Constantino Malumbres Francés, O.S.A.
Crisóstomo (José Llorach Bretó), F.S.C.
Cristóbal Iturriaga-Echevarría, O.P.
Cruz Laplana y Laguna, Obispo

Dámaso Arconada Merino, O.S.A.
Dámaso Luis (Antolín Martínez Martínez), F.S.C.
Daniel de la Sagrada Pasión (Daniel Mora Nine), O.C.D.
Daniela de San Bernabé, C.M.
Diego Hompanera París, O.S.A.
Dionisio Luis (Mateo Molinos Coloma), F.S.C.
Dionisio Martín (José Cesari Mercadal), F.M.S.
Dionisio Terceño Vicente, O.S.A.
Dionisio Ullívarri Barajuán, S.D.B.
Domingo Alonso de Frutos, O.F.M.
Domingo Sánchez Lázaro, Sac. Dioc.

Edmundo Ángel (Pedro Masó Llagostera), F.S.C.
Eduardo del Niño Jesús, O.C.D.
Eduardo González Santo Domingo, O.P.
Eduardo María Serrano Buj, O.Carm.
Eleuterio Marne Mansilla, O.P.
Elías María Garre Egea, O.Carm.
Eliseo de Jesús Crucificado (Esteban Cuevas Casquero), O.C.D.
Eliseo M. Fontdecava Quiroga, O.Carm.
Eliseo María Maneus Besalduch, O.Carm.
Eliseo Miguel Largo, O.P.
Eliseo Vicente (Vicente Alberich Lluch), F.S.C.
Emerío José (José Plana Rebugent), F.S.C.
Emilio Arce Díez, S.D.B.
Emilio Camino Noval, O.S.A.
Enrique Canal Gómez, O.P.
Enrique Izquierdo Palacios, O.P.
Enrique Sáiz Aparicio, S.D.B.
Enrique Serra Chorro, O.S.A.
Enrique Vidaurreta Palma, Sac. Dioc.
Epifanio Gómez Álvaro, O.S.A.
Epifanio, (Fernando Suñer Estrach) F.M.S.
Esiquio José (Baldomero Margenat Puigmitjá), F.S.C.
Esperanza de la Cruz, C.M.
Estanislao García Obeso, O.P.
Estanislao Víctor (Augusto Cordero Fernández), F.S.C.
Esteban Cobo Sanz, S.D.B.
Esteban García García, S.D.B.
Esteban García Suárez, O.S.A.
Esteban Vázquez Alonso, S.D.B.
Eufrasio del Niño Jesús (Barredo Fernández), O.C.D.
Eufrosino María Raga Nadal, O.Carm.
Eugenio Andrés Amo, O.P.
Eugenio Cernuda Febrero, O.S.A.
Eusebio Andrés (Eusebio Roldán Vielba), F.S.C.
Eusebio del Niño Jesús (Ovidio Fernández Arenillas), O.C.D.
Eustaquio (Luis Villanueva Montoya), F.S.C.

Federico Cobo Sanz, S.D.B.
Federico Herrera Bermejo, O.F.M.
Felipa (Felipa Gutiérrez Garay), A.A.S.C.
Felipe Barba Chamorro, O.S.A.
Felipe José (Fermín Latienda Azpilicueta) , F.M.S.
Felipe José (Pedro Juan Álvarez Pérez), F.S.C.
Félix Alonso Muñiz, O.P.
Félix de la Virgen del Carmen (Luis Gómez de Pablo), O.C.D.
Félix Echevarría Gorostiaga, O.F.M.
Félix Gómez-Pinto Piñero, O.F.M.
Félix González Bustos, Sac. Dioc.
Félix González Tejedor, S.D.B.
Félix José (José Trilla Lastra), F.S.C.
Félix León (Felíx Ayúcar Eraso), F.M.S.
Félix Maroto Moreno, O.F.M.
Félix Paco Escartín, S.D.B.
Fernando Español, Sac. Dioc.
Fernando M. Llovera Puigsech, O.Carm.
Florencio Alonso Ruiz, O.S.A.
Florencio Arnaiz Cejudo, S.M.
Florencio Miguel (Ruperto García Arce), F.S.C.
Florencio Rodríguez Guemes, S.D.B.
Fortunato Andrés (Fortunto Ruíz Peña), F.M.S.
Fortunato Arias Sánchez, Sac. Dioc.
Fortunato Merino Vegas, O.S.A.
Francésc Mayol Oliver, M.SS.CC.
Francisca de la Encarnación (María Francisca Espejo y Martos), O.SS.T.
Francisco Alfredo (Francisco Mallo Sánchez), F.S.C.
Francisco Carlés González, O.F.M.
Francisco Edreira Mosquera, S.D.B.
Francisco Fernández Escosura, O.P.
Francisco Fuente Puebla, O.S.A.
Francisco José Martín López de Arroyave, S.D.B.
Francisco López-Gasco Fernández- Largo, Sac. Dioc.
Francisco Magín (Antonio Tost Llavería), F.S.C.
Francisco Maqueda López, Subdiácono
Francisco Marcos del Río, O.S.A.
Francisco Míguez Fernández, S.D.B.
Froilán Lanero Villadangos, O.S.A.
Frumencio (Julio García Galarza), F.M.S.

Gabino Olaso Zabala, O.S.A.
Gabriel de la Anunciación, O.C.D.
Gabriel Eduardo (Segismundo Hidalgo Martínez), F.M.S.
Gabriela de San Juan de la Cruz, C.M.
Gaudencio (Juan Tubau Perello), F.M.S.
Gerardo Gil Leal, O.S.A.
Gerardo Pascual Mata, O.S.A.
Germán Caballero Atienza, O.P.
Germán Martín Martín, S.D.B.
Gil Felipe (Felipe Ruíz Peña), F.M.S.
Gregorio Díez Pérez, O.P.

Heliodoro Merino Merino, O.S.A.
Heliodoro Ramos García, S.D.B.
Herlinda (Aúrea González Fernández), A.A.S.C.
Hermenegildo Lorenzo (Modesto Sáez Manzanares), F.S.C.
Hermilo de San Eliseo (Pedro Ramón Rodríguez Calle), O.C.D.
Hermógenes (Antonio Badía Andalé), F.M.S.
Higinio de Mata Díez, S.D.B.
Higinio Roldán Iriberri, O.P.
Hilarión Eugenio (Eugenio Cuesta Padierna), F.S.C.
Honesto María (Francisco Pujol Espinalt), F.S.C.
Honorato Alfredo (Agustín Pedro Calvo), F.S.C.
Honorio Hernández Martín, S.D.B.
Hugo Julián (Julián Delgado Díez), F.S.C.

Ildefonso Luis (José Llorach Bretó), F.S.C.
Indalecio María (Marcos Morón Casas), F.S.C.
Inocencio García Díez, O.P.
Isabelino Carmona Fernández, O.P.
Isaías María (Victoriano Martínez Martín), F.M.S.
Isidro Mediavilla Campo, O.S.A.
Isidro Ordoñez Díez, O.P.
Ismael (Nicolás Ran Goñi), F.M.S.

Jacinto García Riesco, O.P.
Jacinto Martínez Ayuela, O.S.A.
Jacob Samuel (José Enrique Chamayou Oulés), F.S.C.
Jaime Bertino (Antonio Jaume Secases), F.S.C.
Jaime de Santa Teresa, O.C.D.
Jaime Ramón (Jaime Morella Bruguera), F.M.S.
Jesús Largo Manrique, O.S.A.
Jesús Villaverde Andrés, O.P.
Joaquín de la Madrid Arespacochaga, Sac. Dioc.
Joaquín de San José, O.C.D.
Joaquín García Ferrero, O.S.A.
Joaquín Ochoa Salazar, S.M.
Jorge de San José, O.C.D.
Josafat Roque (Urbano Corral González), F.S.C.
José Agustín del Santísimo Sacramento (Tomás Mateos Sánchez), O.C.D.
José Agustín Fariña Castro, O.S.A.
José Álvarez Rodríguez, O.F.M.
José Antonio Pérez García, O.S.A.
José Aurelio Calleja del Hierro, O.S.A.
José Benito (José Mas Pujobrás), F.S.C.
José Blanco Delgado, S.D.B.
José Carmelo (Gregorio Faci Molins), F.M.S.
José Casas Ros, Seminarista
José Dalmau Regas, O.S.A.
José de Jesús María (José Vicente Hormaechea y Apoitia), O.SS.T.
José de Vega Pedraza, O.F.M.
José Delgado Pérez, O.P.
José Federico (Nicolás Pereda Revuelta), F.M.S.
José Gafo Muñiz, O.P.
José Gando Uña, O.S.A.
José Gutiérrez Arranz, O.S.A.
José Joaquín Esnaola Urteaga, O.S.A.
José Limón Limón, S.D.B.
José López Piteira, O.S.A.
José López Tascón, O.P.
José Luis Palacio Muñiz, O.P.
José María Azurmendi Mugarza, O.F.M.
José María Cánovas Martínez, Sac. Dioc.
José María Celaya Badiola, S.D.B.
José María de la Dolorosa (Vicente Álamo Jiménez), O.C.D.
José María Escoto Ruiz, O.Carm.
José María García Tabar, O.P.
José María Laguía Puerto, O.P.
José María López Carrillo, O.P.
José María Palacio Montes, O.P.
José Mariano de los Ángeles, O.C.D.
José Menéndez García, O.P.
José Noriega González, O.S.A.
José Peque Iglesias, O.S.A.
José Polo Benito, Sac. Dioc.
José Prieto Fuentes, O.P.
José Santonja Pinsach, O.P.
José Villanova Tormo, S.D.B.
Josefa de Jesús (Josefa Boix Riera), A.A.S.C.
Josefina Sauleda Paulis, O.P.
Juan Baldajos Pérez, O.S.A.
Juan Codera Marqués, S.D.B.
Juan Crespo Calleja, O.P.
Juan Crisóstomo (Juan Pelfort Planell), F.M.S.
Juan de Jesús María (Juan Otazua y Madariaga), O.SS.T.
Juan de la Virgen del Castellar (Juan Francisco Joya y Corralero), O.SS.T.
Juan de Mata (Jesús, Mechon Franco), F.M.S.
Juan de Mata Díez, Laico
Juan Duarte Martín, Diacono
Juan Herrero Arroyo, O.P.
Juan José de Jesús Crucificado, O.C.D.
Juan Larragueta Garay, S.D.B.
Juan Luis Hernández Medina, S.D.B.
Juan María Puigmitjá Rubió, O.Carm.
Juan Mendibelzúa Ocerin, O.P.
Juan Monedero Fernández, O.S.A.
Juan Pérez Rodríguez, O.S.A.
Juan Sánchez Sánchez, O.S.A.
Julián Navío Colado, O.F.M.
Julián Zarco Cuevas, O.S.A.
Julio Alfonso (Valeriano Ruíz Peral), F.S.C.
Julio Marcos Rodríguez, O.S.A.
Julio María Fincias, O.S.A.
Julio Melgar Salgado, Sac. Dioc.
Justino Alarcón Vera, Sac. Dioc.
Justo Arévalo y Mora, Sac. Dioc.
Justo Juanes Santos, S.D.B.

Ladislao Luis (Isidro Muñoz Antolín), F.S.C.
Lamberto Carlos (Jaime Mases Boncompte), F.S.C.
Laureano Carlos (Pedro Sitjes Puig), F.M.S.
Laurentino (Mariano Alonso Fuente), F.M.S.
León Justino (Francisco del Valle Villar), F.S.C.
Leonardo José (José María Aragonés Mateu), F.S.C.
Leoncio Arce Urrutia, O.P.
Leoncio Lope García, O.S.A.
Leónides (Jerónimo Messegue Ribera), F.M.S.
Leónides Francisco (Colóm González), F.S.C.
Leopoldo José (Florentino Redondo Insausti), F.M.S.
Liberio González Nombela, Sac. Dioc.
Licarión (Ángel Roba Osorno), F.M.S.
Lino Fernando (Victor Gutierrez Gómez), F.M.S.
Lorenzo Arribas Palacio, O.S.A.
Lorenzo Gabriel (José Figuera Rey), F.S.C.
Lorenzo Santiago (Emilio Martínez de la Pera y Álava), F.S.C.
Lucas de San José, O.C.D.
Luciano Pablo (Germán García García), F.S.C.
Luciano Ramos Villafruela, O.S.A.
Lucila María de Jesús (Lucía González García), A.A.S.C.
Lucinio Ruiz Valtierra, O.S.A.
Ludovico María Ayet Canós, O.Carm.
Luis Abia Melendro, O.S.A.
Luis Blanco Álvarez, O.S.A.
Luis de Jesús (Joseph-Louis Marcou Pecalvel) , F.S.C.
Luis de San Miguel de los Santos (Luis de Erdoiza y Zamalloa), O.SS.T.
Luis Echevarría Gorostiaga, O.F.M.
Luis Furones Furones (Arenas), O.P.
Luis Gutiérrez Calvo, O.S.A.
Luis María de la Merced, O.C.D.
Luis Martínez Alvarellos, S.D.B.
Luis Suárez Valdés, O.S.A.
Luisa de la Eucaristía (Luisa Pérez Andriá), A.A.S.C.

Mª Dolores de Jesús Crucificdo (Mª Dolores Monzón Rosales), A.A.S.C.
Mª Dolores de la Santísima Trinidad (Mª Dolores Hernández Santorcuato), A.A.S.C.
Macario Sánchez López, O.S.A.
Magdalena (Magdalena Pérez), A.A.S.C.
Magdalena Fradera Ferragutcasas, C.M.F.
Mamerto Carchano Carchano, Sac. Dioc.
Manuel Álvarez Álvarez, O.P.
Manuel Álvarez Rego de Seves, O.S.A.
Manuel Borrajo Míguez, S.D.B.
Manuel Fernández Ferro, S.D.B.
Manuel Formigo Giráldez, O.S.A.
Manuel Gómez Contioso, S.D.B.
Manuel Gutiérrez Ceballos, O.P.
Manuel Martín Pérez, S.D.B.
Manuel Moreno Martínez, O.P.
Manuel Santiago Santiago, O.P.
Manuela del Sagrado Corazón (Manuela Arriola Uranga), A.A.S.C.
Marcelino Ovejero Gómez, O.F.M.
Marcelo de Santa Ana, O.C.D.
Marcos Guerrero Prieto, O.S.A.
Marcos Pérez Andrés, O.S.A.
María de la Presentación (María García Ferreiro), A.A.S.C.
María del Camen Zaragoza Zaragoza, O.P.
María del Carmen Fradera Ferragutcasas, C.M.F.
María Patrocinio de San José, O.Carm.
María Refugio de San Ángelo, C.M.
María Rosa Adrover Martí, O.P.
María Rosa Fradera Ferragutcasas, C.M.F.
Mariano de San José (Santiago Altolaguirre Altolaguirre), O.SS.T.
Mariano León (Santos López Martínez), F.S.C.
Mariano Revilla Rico, O.S.A.
Martín Lozano Tello, O.F.M.
Martiniano (Isidro Serrano Fabón), F.M.S.
Mateo Garolera Masferrer, S.D.B.
Matías Espeso Cuevas, O.S.A.
Máxima de San José (Emilia Echeverría Fernández), A.A.S.C.
Maximino Fernández Marínas, O.P.
Máximo Valle García, O.S.A.
Melchor del Espíritu Santo (Melchor Rodríguez Villastrigo), O.SS.T.
Melchor del Niño Jesús (Melchor Martín Monge) O.C.D.
Melchor Martínez Antuña, O.S.A.
Miguel Beato Sánchez, Sac. Dioc.
Miguel Cerezal Calvo, O.S.A.
Miguel de Jesús (Jaime Puigferrer Mora), F.S.C.
Miguel Díaz Sánchez, Sac. Dioc.
Miguel Ireneo (Leocadio Rodríguez Nieto) , F.M.S.
Miguel Iturraran Laucirica, O.S.A.
Miguel Lasaga Carazo, S.D.B.
Miguel Léibar Garay, S.M.
Miguel María Solér Sala, O.Carm.
Miguel Menéndez García, O.P.
Miguel Molina de la Torre, S.D.B.
Miguel Peiró Victori, Laico
Miguel Rodríguez González, O.P.
Miguel Sanrromán Fernández, O.S.A.
Miguel Zarragúa Iturriaga, O.F.M.
Miquel Pons Ramis, M.SS.CC.
Miquela Rullan Ribot, O.F.M.

Narciso Estenaga Echevarría, Obispo
Nazario del Sagrado Corazón (Nazario del Valle González), O.C.D.
Nemesio Díez Fernández, O.S.A.
Nemesio García Rubio, O.S.A.
Nicasio Romo Rubio, O.P.
Nicolás de la Torre Merino, S.D.B.
Nicolás de Mier Francisco, O.S.A.

Olegario Ángel (Eudaldo Rodas Mas), F.S.C.
Onofre (Salvio Tolosa Alsina), F.S.C.
Otilia Alonso González, O.P.
Ovidio Beltrán (Esteban Anuncibay Letona), F.S.C.

Pablo Caballero López, S.D.B.
Pablo García Sánchez, S.D.B.
Pascual de Castro Herrera, S.D.B.
Pau Noguera Trias, M.SS.CC.
Pedro Alonso Fernández, O.S.A.
Pedro Artolozaga Mellique, S.D.B.
Pedro Buitrago Morales, Sac. Dioc.
Pedro Carbajal Pereda, O.S.A.
Pedro de la Varga Delgado, O.S.A.
Pedro Ferrer Marín, O.Carm.
Pedro Ibañez Alonso, O.P.
Pedro José de los Sagrados Corazones (Pedro Jiménez Vallejo), O.C.D.
Pedro Luis Luis, O.P.
Pedro Martínez Ramos, O.S.A.
Pedro Simón Ferrero, O.S.A.
Pedro Tomás de la Virgen del Pilar, O.C.D.
Pedro Tomás María Prat Coldecarrera, O.Carm.
Pedro Vega Ponce, O.P.
Perfecto Carrascosa Santos, O.F.M.
Perfecto de la Virgen del Carmen (Perfecto Domínguez Monge) O.C.D.
Pío Conde Conde, S.D.B.
Plácido del Niño Jesús (José Luis Collado Oliver), O.C.D.
Porfirio (Leoncio Pérez Gómez), F.M.S.
Prima de Jesús ( Mª Prima Ipiña Malzárraga), A.A.S.C.
Primitivo Sandín Miñambres, O.S.A.
Prisciliano (José Mir Pons), F.M.S.
Prudencia Canyelles Ginesta, Laica
Prudencio de la Cruz (Prudencio Gueréquiz y Guezuraga), O.SS.T.
Purificación de María (Purificación Martínez Vera), A.A.S.C.

Rafale Rodríguez Mesa, S.D.B.
Raimundo Eloy (Narciso Serra Rovira), F.S.C.
Ramiro Alonso López, O.S.A.
Ramón Alberto (Feliciano Ayúcar Eraso), F.M.S.
Ramón de la Virgen del Carmen (José Grijalvo Medel), O.C.D.
Ramón Eirín Mayo, S.D.B.
Ramón Tejado Librado, O.F.M.
Ramona Fossas Románs, O.P.
Ramona Perramón Vila, O.P.
Reginalda Reginalda Picas Planas, O.P.
Reginaldo Hernández Ramírez, O.P.
Ribogerto A. de Anta y de Barrio, Sac. Dioc.
Ricardo Marcos Reguero, O.S.A.
Ricardo Pla Espí, Sac. Dioc.
Román Martín Mata, O.S.A.
Romualdo de Santa Catalina, O.C.D.
Rosa Jutglar Gallart, O.P.
Rosaura de María (Rosa López Brochier), A.A.S.C.
Ruperta (Concepción Vázquez Áreas), A.A.S.C.

Sabino Ayastuy Errasti, S.M.
Sabino Hernández Laso, S.D.B.
Sabino Rodrigo Fierro, O.S.A.
Salvador Fernández Pérez, S.D.B.
Samuel Pajares García, O.S.A.
Santiago (Serafín Zugaldía Lacruz), F.M.S.
Santiago de Jesús (Santiago Arriaga y Arrien), O.SS.T.
Santiago Franco Mayo, O.P.
Santiago María (Santiago Sáiz Martínez), F.M.S.
Santiago Mate Calzada, O.F.M.
Santos (Santos Escudero Miguel), F.M.S.
Saturnino Ortega Montealegre, Sac. Dioc.
Saturnino Río Rojo, O.F.M.
Segundo de Santa Teresa (Segundo García y Cabezas), O.SS.T.
Senén García González, O.S.A.
Severino Montes Fernández, O.S.A.
Silvio (Victoriano Gómez Gutierrez), F.M.S.
Simò Reynes Solivellas, M.SS.CC.
Simón Miguel Rodríguez, O.F.M.
Sinforosa de la Sagrada Familia (Sinforosa Díaz Fernández), A.A.S.C.
Sulpicia del Buen Pastor (Dionisia Rodríguez de Anta), A.A.S.C.

Teodosio Rafael (Diodoro López Hernando), F.S.C.
Teódulo (Lucio Zudarie Aramendia), F.M.S.
Teódulo González Fernández, S.D.B.
Teófilo Montes Calvo, O.P.
Teresa Cejudo Redondo, Laica
Teresa Prats Martí, O.P.
Tirso de Jesús María (Gregorio Sánchez Sancho), O.C.D.
Tomás Alonso Sanjuán, S.D.B.
Tomás Gil de la Cal, S.D.B.
Tomás Sánchez López, O.S.A.

Ubaldo Revilla Rodríguez, O.S.A.

Valentín Díez Serna, O.F.M.
Valentín Gil Arribas, S.D.B.
Valeriano Luis (Nicolás Alberich Lluch), F.S.C.
Vicente Álvarez Cienfuegos, O.P.
Vicente Justino (Vicente Fernández Castrillo), F.S.C.
Vicente Majadas Málaga, O.F.M.
Vicente Peña Ruiz, O.P.
Vicente Rodríguez Fernández, O.P.
Vicente Toledano Valenciano, Sac. Dioc.
Víctor Chumillas Fernández, O.F.M.
Víctor Conrado (José Ambrós Dejuán), F.M.S.
Víctor Cuesta Villalba, O.S.A.
Víctor Gaitero González, O.S.A.
Víctor García Ceballos, O.P.
Victoriano Fernández Reinoso, S.D.B.
Victoriano Ibáñez Alonso, O.P.
Victorino José (José Blanch Roca), F.M.S.
Victorio (Martín Anglés Oliveras), F.S.C.
Vidal Luis Gómara, O.P.
Vidal Ruiz Vallejo, O.S.A.
Virgilio Edreira Mosquera, S.D.B.
Virgilio, (Trifón Lacunza Unzu) , F.M.S.
Vito José (José Miguel Elola Arruti), F.M.S.
Vivencio (Juan Núñez Casado), F.M.S.
Vulfrano (Ramón Mill Arán), F.M.S.

SIGLAS ORDEN RELIGIOSA
A.A.S.C Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y Caridad
C.C.V. Carmelitas de la Caridad - Vedruna
C.M. Carmelitas Misioneras
C.M.F. Misioneras del Corazón de María
F.H.M. Franciscanas Hijas de la Misericordia
F.M.S. Hermanos Maristas de la Enseñanza
F.S.C. Hermanos de las Escuelas Cristianas - La Salle
M.SS.CC. Misioneros de los Sagrados Corazones
O.C.D. Carmelitas Descalzos
O.Carm. Carmelitas. Orden del Carmen
O.F.M. Orden Franciscana - Franciscanos
O.P. Orden de Predicadores - Dominicos
O.S.A. Orden de San Agustín - Agustinos
O.SS.T. Orden de la Santísima Trinidad - Trinitarios
S.D.B. Sociedad Salesianos de Don Bosco - Salesianos
S.M. Compañía de María - Marianistas

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11:45 p.m.
Es el más joven del grupo de mártires dominicos en China.

Nació en Écija, Sevilla, el 2 de octubre de 1713, y en esta ciudad se hizo religioso en 1730, en el Convento de San Pablo.

Impulsado por un ferviente espíritu misionero en 1735 ya estaba en Filipinas y recibe el sacerdocio en Manila. Llegó a China en 1738. Pocos años después, en 1746, fue apresado y, después de grandes sufrimientos, muere ahorcado el 28 de octubre de 1748, siendo después quemado su cuerpo.

Era religioso de gran piedad y espíritu penitencial. Fue beatificado por León XIII el 14 de mayo de 1893 y canonizado por Juan Pablo II el 1 de Octubre de 2000.

Para ver más sobre los 120 mártires en China haz "click" AQUI

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1:45 a.m.
Nacido en Manises, Valencia, el 27 de marzo de 1896, hijo de Bautista Mollar y María Muñoz, muy pobres pero piadosos.

De niño y joven se distinguió por su piedad, organizó la Asociación del Rosario en su barrio, formó parte de la Adoración Nocturna y la Conferencia de San Vicente de Paúl y enseñaba el catecismo a los niños.

Hizo el noviciado de los Hermanos Menores Franciscanos en 1921 y la Profesión solemne el 25 de enero de 1925. Alegre, jovial y optimista. Limpio y ordenado, devoto de la Santísima Virgen.

Al iniciarse la guerra civil, en 1936, era sacristán en el convento de Benisa. Al dispersarse los religiosos, se refugió primero donde unos bienhechores, y luego, para no comprometerlos, se fue a su familia, donde fue detenido y encarcelado a finales de octubre, y fusilado el 27 del mismo mes y año, en el “Picadero de Paterna”, y enterrado en Valencia. Su cadáver mostraba signos de tortura.

Él es uno de los 233 mártires de la Guerra Civil española, para ver más sobre los 233 mártires en España haz "click" AQUI

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1:45 a.m.

Obispo

Martirologio Romano: En Vicenza, en la región de Venecia, conmemoración de san Bartolomé de Breganza, obispo, de la Orden de Predicadores, que fundó en esta ciudad la Milicia de Jesucristo, para defender la fe católica y la libertad de la Iglesia. ( 1270)

Fecha de canonización: Culto confirmado por S.S. Pío VI el 11 de septiembre de 1793

Nació hacia el año 1200 en la ciudad italiana de Vicenza. Integrante de la familia de los condes de Bragança, fue formado en consonancia con su alcurnia. Estudió en Padua y tuvo la fortuna de conocer en plena juventud a santo Domingo de Guzmán, quien acababa de fundar en Vicenza. Tenía alrededor de 20 años cuando él le impuso personalmente el hábito dominico. Después de haber sido ordenado sacerdote, a Bartolomé le encomendaron sucesivas e importantes misiones. Una de sus cualidades destacadas era la predicación. Hábil y certero en sus argumentos, salía victorioso en su lucha contra los herejes. Por eso, aunque inicialmente había impartido Sagradas Escrituras, conociendo su inteligencia y virtud fue enviado a diversos lugares.

Celoso defensor de la paz y artífice de reconciliación, que ya había instaurado en zonas habitadas por la discordia como las regiones italianas de Lombardía y Emilia, aún dio un paso más. Y en 1233, mientras predicaba junto al P. Juan de Vicenza en Bolonia, fundó la Milicia de Jesucristo (conocida también como «fratres gaudentes») con el objetivo de restaurar la paz y defender la fe y libertad eclesiales. Inspirada en ella, hacia mediados de siglo un grupo de laicos perteneciente a la aristocracia, que procedían de las ciudades de Parma, Bolonia, Reggio Emilia y Modena, ante la urgente necesidad detectada de contrarrestar el empuje de movimientos como la Congregación de los Devotos (flagelantes), revitalizaron la Milicia retomándola con el nombre de Orden de los Caballeros de Santa María Gloriosa. Fue confirmada por Urbano IV en 1261 a través de una bula, y suprimida por Sixto V en 1559. En ella se integraron los miembros de la Milicia. Es decir que Bartolomé fue artífice indirecto de esta Orden. Él fue quien redactó los estatutos de esta fundación que fue aprobada por Gregorio IX en 1234 y se escindió en torno a 1260. El beatofue maestro regente de teología y consejero de este pontífice.

En 1235, dos años despuésde haber fundado la Milicia, el capítulo general de la Orden efectuado en Bolonia lo designó Maestro del Sacro Palacio como sucesor de Domingo de Guzmán. Fue prior en distintos conventos que dirigió con sabiduría y prudencia.Al igual que había hecho Gregorio IX, el papa Inocencio IV también contó con él, eligiéndole para acompañarle como teólogo al Concilio de Lyon en 1245.En 1248, siendo en esos momentos confesor del rey san Luís IX de Francia, este Santo Padre lo nombró obispo Nicosia, Chipre, juzgando esencial su presencia de hombre virtuoso allí, dado el conflicto existente en los Santos Lugares. Precisamente en esa época, el monarca francés encabezaba una expedición para combatir a los opositores de la fe en defensa de Tierra Santa, y Bartolomé le visitó en Palestina. Regresó con la invitación del rey para volver a verse en Francia.

En 1254 el pontífice Alejandro IV lo designó prelado de Vicenza. Pero a causa de la persecución antirreligiosa impulsada por el violento Ezzelino III da Romano, que lideraba el movimiento gibelino pro imperial del norte de Italia, contrario al papa, no pudo asumir la misión plenamente ya que por defender a los aterrados ciudadanos frente a este sanguinario dictador, tuvo que dejar la ciudad. A finales de ese año viajó a Inglaterra como legado pontificio. Reinaba entonces Enrique III que tenía la sede en Aquitania, y Bartolomé le acompañó a él y a la reina, en su viaje a París; entonces visitaron al rey Luís. En el transcurso de este encuentro, el santo monarca obsequió al beato con una preciadísima reliquia: una espina de la corona del Salvador. En 1256 Alejandro IV volvió a encomendarle la sede de Vicenza. Pero Ezzelino continuaba su particular cruzada en contra de la Iglesia, y aunque Bartolomé se incorporó a la diócesis, el jefe de los gibelinos le obligó a abandonarla. A finales de 1259 murió Ezzelino, y unos meses más tarde, entrado ya el año 1260, pudo regresar a su sede.

Con redoblados bríos ejerció su misión pastoral. Restituyó la paz en la región del Véneto, levantó las iglesias que habían sido destruidas y confirmó a todos en la fe. En ese tiempo mandó erigir la conocida iglesia de la Santa Corona, donde se venera la espina de la corona de Cristo que le regaló el monarca francés. En medio de tanto quehacer, Bartolomé escribió varios textos entre los cuales se conservan Expositio Cantici Canticorum y De venatione divini amoris, que tiene como trasfondo el pensamiento del Pseudo-Dionisio. Tuvo la gracia de participar en la segunda traslación de los restos de santo Domingo, que se produjo en 1267, dedicándole un panegírico. Y unos cuatro años más tarde de la misma, a finales de 1270 o a mediados de 1271, falleció en Vicenza con fama de santidad.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

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1:45 a.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Nodriza

Santo Tradicional - No incluido en el actual Martirologio Romano

Etimológicamente: Balsamia = bálsamo, perfume. Viene de la lengua latina.

Breve Semblanza

Fue del siglo VI. Su trabajo ya ha pasado de moda en muchos lugares civilizados y de una fuerte economía. En otros, por el contrario, se mantiene el papel dela mujer que sustenta a los niños, hasta con su propia leche. En toda la misteriosa Edad Media y anterior incluso a ella, había una gran veneración por las santas que habían dado su vida en este precioso trabajo de nutrientes.

Fue ella la que alimentó en Reims a san Remigio, el obispo de aquella ciudad.

Remigio, con su cultura, sus buenas formas y su diplomacia, logró que se convirtiera al cristianismo Clodoveo, el rey francés.

Para los franceses es un segundo Juan Bautista, el precursor de la vida cristiana en Francia.

Hubo un tiempo en que se le llamaba en las Galias a santa Balsamia “la santa Nutriz”, hoy prevalece su nombre: Balsamia.

La leche es “bálsamo” dado a los niños. Ella había nacido en Roma.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

NOTA: La imagen que acompaña a este artículo no corrresponde a Santa Balsamia, la hemos seleccionado  como representación del oficio que ejercía.

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1:45 a.m.

Por: O. C. Moreno | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04

Presbítero

Martirologio Romano: En la ciudad de Reggio, en la Emilia, beato Damián Furcheri, presbítero, de la Orden de Predicadores, egregio proclamador del Evangelio († 1484)

Breve Biografía


Damián Furcheri nació a principios del siglo XV en el pueblecito de Perti, cerca de Finario, que es actualmente Finale Borgo, no lejos de Génova.

Algunos historiadores muy posteriores cuentan que, cuando Damián era aún muy niño, fue raptado por un loco. Una luz milagrosa señaló a quienes le buscaban el sitio en el que el secuestrador había escondido al niño.

Damián ingresó, bastante joven, en la orden de Santo Domingo y llegó a ser un predicador muy famoso en Lombardía y Liguria.

Murió en 1484, en Reggio, cerca de Módena y ahí fue sepultado. Después de su muerte, se le atribuyeron numerosos milagros.Su culto fue confirmado en 1848.
 

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1:45 a.m.

Fundadora de la Congregación de
Hermanas de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo

Martirologio Romano: En Cracovia, Polonia, beata Celina Chludzinska, viuda de Borzecka, fundadora de la congregación de Hermanas de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para la educación cristiana de las jóvenes y la renovación religiosa y moral de la mujer. ( 1913)

Fecha de beatificación: 27 de octubre de 2007, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

La vida de esta beata es una historia de fidelidad en la espera. Nunca dudó de que la voluntad divina guiaba sus pasos, aunque durante un tiempo otras personas la condujeron por una vía distinta a la añorada, que no era otra más que la consagración religiosa. Al final, se cumplió su honda impresión, y aunque había dado un gran rodeo, llegó al destino soñado.

Nació el 29 de octubre de 1833 en Antowil, antigua ciudad polaca, que pertenece en la actualidad a Bielorrusia, en el seno de una acomodada familia. Era la pequeña de dos hermanos. Con una infancia feliz, que calificó como «años de oro», rodeada de afecto y sintiéndose llamada a ofrendarse por completo a Dios, a los 21 años contrajo matrimonio con Józef Borzęck en la catedral de Vilna. No le fue posible oponerse a la voluntad de sus padres y del prelado, o no lo vio conveniente. Ellos consideraban que lo mejor que podía hacer esa desposarse, y sometió su criterio que siempre se movió con la certeza de que Dios estaba en medio de lo que iba aconteciéndole.

Se afincó en Obremszczyzna, pero no se olvidó de su vocación. Sus quehaceres cotidianos no la apartaban de la oración. Su ascesis estaba impregnada también con el sacrificio. Además, fue golpeada por el dolor en lo que más afecta a una madre: sus hijos. El primero de ellos, Casimiro, nacido en 1855, murió ese mismo año. Tras un periodo de gozo por la llegada al mundo de su hija Celine en 1858, nuevamente en 1861 pasó por el duro trance de tener que enterrar a otra hija, María, que no sobrevivió. Finalmente, en 1863 nació Hedwig, que iba a recorrer junto a ella el sendero religioso al que siempre aspiró. Ese año Celine se involucró en la lucha para rescatar a los prisioneros que iban a ser ejecutados en medio de los conflictos bélicos desatados en una dividida Polonia. Las autoridades rusas la detuvieron y dio con sus huesos en la cárcel, llevando con ella a la pequeña recién nacida.

En 1869 otro zarpazo recayó sobre la familia. Llevaba dieciséis años casada cuandoJózef sufrió un derrame cerebral y quedó paralítico.Buscando para él los mejores especialistas, todos partieron a Viena,confiando en su recuperación. Celine le proporcionó atenciones y ternura a raudales, pero en 1874, hallándose en su domicilio de Obremszczyzna, murió. Tomó a sus hijas Celine y Hedwig, y partió a Roma al año siguiente segura de que estos dolorosos acontecimientos obedecían a un plan divino. Aún recorrió Polonia, Viena y Roma junto a ellas, atendiendo a su educación, pero siempre en un estado de búsqueda, a la espera de entender la previsión de Dios sobre su vida. En 1879 la joven Celine contrajo matrimonio con un muchacho polaco, y la beata coincidió con el cofundador y superior general de la Congregación de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, el siervo de Dios P. Piotr Semenenko, que aspiraba a poner en marcha la rama femenina. En esa época, 1881, ella y Hedwig se disponían a fundar un convento de inspiración carmelita. Pero las conversaciones con Semenenko les hicieron cambiar de plan. En 1882, madre e hija, comenzaron a ser parte de su sueño, preparándose junto a otras cinco aspirantes para acometer la vida religiosa.

En 1884 se asentaron en una casa que tres años más tarde dio lugar a una escuela para niñas sin recursos. Se daba la circunstancia de que en el edificio vivía la familia della Chiesa, hallándose entonces en el domicilio, Mons. Giacomo della Chiesa, que sería pontífice Benedicto XV. Y mientras el P. Semenenko auxiliaba a Celine y a su hija alentándolas en la misión, algo que hizo hasta su muerte en 1886, ellas también contaban con la admiración del que llegaría a ser Vicario de Cristo en la tierra, que fue su capellán y catequista. A estas intrépidas mujeres les enardecía saber que había infinidad de personas a quienes la esperanza parecía darles la espalda, que nunca habían tenido la gracia de que alguien les transmitiera la fe, que les hablara del Dios vivo. La beata conocía muy bien el drama humano plagado de sufrimiento y de injusticias a mansalva. Estaba convencida de que debían «llevar la moral y el renacimiento religioso a la sociedad». La fundación que por primera vez en la historia de la Iglesia acometían una madre y una hija al unísono, surgía de la confianza en Dios; sabían que Él las acompañaría. Contaron con la ayuda del cardenal Parocchi, entonces vicario de Roma.

El 6 de enero de 1891 ambas emitieron los votos perpetuos, y otras tres religiosas tomaban el hábito; esa fecha la consideraron como el día en el que surgía la Congregación de las resurreccionistas, con el objetivo de proporcionar educación a las niñas pobres, que se hizo extensivo después al cuidado de los enfermos. Hedwig fue su primera superiora general. Fueron abriendo casas rápidamente en países del Este. En Polonia tuvieron que extremar la prudencia. Aún quedaban restos de la ocupación rusa, y trabajaron clandestinamente, estableciendo la fundación en Czestochowa, cerca de Jasna Góra, y en Varsovia. Fueron momentos de grandes recuerdos para Celine que había vivido de lleno el inicio de la invasión. Luego dieron el salto a América, donde en 1900 abrieron una casa y una escuela en Chicago. En 1905 la fundación recibió el decretum laudis.

Hedwig, que tiene abierta causa de beatificación, murió repentinamente en Kety, Polonia el 27 septiembre de 1906; contaba con 43 años. Celine no solo volvió a sufrir la pérdida de otro de sus hijos, sino la de su fiel compañera y hermana en religión. Fue un durísimo golpe. En 1911 el primer capítulo general de la Orden la eligió superiora general, misión que asumió hasta el final de sus días. Entregó su alma a Dios el 26 de octubre de 1913 en Malopolskie, Cracovia, cuando iba de camino a Varsovia en visita apostólica; estaba a punto de cumplir 80 años. Fue beatificada el 27 de octubre de 2007 por el cardenal Saraiva que actuó como Delegado de Benedicto XVI.

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1:45 a.m.

Fue rey de Wessex (uno de los siete reinos principales que presedieron al reino de Inglaterra) desde 871 hasta su muerte. Se hizo célebre por defender a su reino contra los vikingos, volviéndose como resultado de esto en el único rey de su dinastía en ser llamado "El Grande" o Magno, por su pueblo. Fue también el primer rey de Wessex que se autoproclamó rey de Inglaterra. Los detalles de su vida son conocidos gracias a Asser, cronista de la tribu de los Galos. Siendo un hombre culto y letrado, ayudó mucho a la educación y a mejorar el sistema de leyes de su reino.

Nació en la localidad de Wantage, en Dorset, en el año 849, siendo el quinto y menor de los hijos varones -fueron 6 en total- de Ethelwulfo, rey de Wessex, y de su primera esposa, Osburga.

En 855, al morir su madre, acompañó a su padre a un peregrinaje a Roma, pasando a su regreso una temporada en la corte del rey Carlos el Calvo de Francia, realizándose entonces la segunda boda de Ethelwulfo con la hija del rey francés, Judith.

Ethelwulfo muere el 13 de enero de 858, siendo sucedido por su segundo hijo, Ethelbaldo, el cual se casa con su madrastra Judith.

Nada se sabe de los siguientes años de Alfredo durante los reinados de sus dos hermanos mayores, Ethelbaldo y Ethelberto que se sucedieron rápidamente. Fue hasta el reinado del tercer hermano -cuarto en orden de nacimiento-, Etelredo I, que el joven Alfredo comenzó su vida pública y su brillante carrera militar en contra de los vikingos. Fue gracias a sus éxitos militares que, según el cronista Asser, le fue concedido el título de secundarius o co-rey, siendo posiblemente aprobado este cargo por la Witenagemot para evitar problemas en la sucesión en caso de que el rey muriera en batalla, aunque con ello desheredaban a los dos hijos de Etelredo.

En 869, luchando al lado de su hermano Etelredo, hizo una tentativa fracasada de quitar a Mercia de la presión de los daneses. Durante casi dos años Wessex disfruto de una tregua. Pero a finales de 870 se reanudan las hostilidades, y el año siguiente sería conocido como el "año de las batallas de Alfredo". Nueve batallas se realizaron con variada fortuna, aunque el lugar y la fecha de dos de ellas no se han registrado. Una escaramuza acertada en la batalla de Englesfield, Berkshire (31 de diciembre de 870), fue seguida por una derrota severa en la batalla de Reading (4 de enero de 871), para, cuatro días más tarde, logra una brillante victoria en la batalla de Ashdown, cerca de Compton Beauchamp, en Shrivenham Hundred.

El 22 de enero de 871, los daneses derrotaron de nuevo a los ingleses en Basing, y el 23 abril de 871 en Merton, Wiltshire, en la que muere el rey Etelredo I; las dos batallas no identificadas quizás ocurrieron en el intervalo.

Habiendo muerto Etelredo I en batalla, Alfredo al fin sube al trono de Wessex, siendo coronado en Kingston-upon-Thames el mismo día.

Mientras que él estaba ocupado con el entierro y las ceremonias funebres de su hermano, los daneses derrotaron al ejército inglés en su ausencia en un lugar desconocido, y una vez más en su presencia, en Wilton en el mes de mayo. Después de que fuera hecha la paz, y que por los siguientes cinco años ocuparon los daneses otras partes de Inglaterra, Alfredo se vio obligado a no realizar nuevas acciones que no fueran más allá de la observación y protección de la frontera. Las cosas cambian en 876, cuando los daneses, bajo un nuevo líder, Guthrum, regresan al reino y atacan Wareham. De allí, a comienzos de 877 y bajo el pretexto de negociaciones, incursionaron hacia el oeste y tomaron Exeter. Aquí Alfredo los bloqueó, y gracias a que la flota danesa no llegó luego de que fuera dispersada por una tormenta, los vikingos tuvieron que someterse y retirarse a Mercia. En enero de 878 los daneses volvieron a la lucha e hicieron un ataque repentino en Chippenham, una plaza fuerte la cual Alfredo había estado manteniendo desde Navidad, "y la mayoría de la gente fueron capturadas, excepto el rey Alfred, el cual con una pequeña tropa reunida por sí mismo logra huir... por el bosque y el pantano, y después de Pascua él... construye una fortaleza en Athelney, y desde esa fortaleza comenzó a luchar contra el enemigo" (crónica).

LEYENDAS DEL PERÍODO
Una leyenda dice cómo, disfrazado como un fugitivo en los pantanos de Athelney, en Petherton, al norte de Somerset, después de la primera invasión dannesa, fue visto por una campesina y ella le dio abrigo, ignorante de su identidad, dejándolo que la ayude a hacer algunas tortas que había dejado cocinar en el fuego mientras iba a hacer otros quehaceres. Preocupado con los problemas del reino, Alfredo dejó que las tortas se quemaran y fue golpeado por la mujer cuando volvió. Una vez expuesta la identidad del rey, la mujer se disculpó profusamente, pero Alfredo insistió que él era el que debería disculparse. En realidad toda esta historia de que Alfredo, durante su retiro en Athelney, saliera a la vista como un fugitivo y ayudara a una mujer a cocinar unas tortas, es falsa. En realidad él estaba organizando la resistencia. Al mismo tiempo, otras leyendas lo suponen disfrazado como arpista para entrar al campo de Guthrum y descubrir sus planes.

VICTORIA DECISIVA
A mediados de mayo de 878, los preparativos estaban listos y Alfredo se marchó de Athelney, reuniéndosele en el camino las fuerzas militares de Somerset, Wiltshire y Hampshire. Los daneses por su lado, se movieron fuera de Chippenham, y los dos ejércitos se enfrentaron en la batalla de Edington, en Wiltshire. El resultado fue una victoria decisiva para Alfredo. Los daneses fueron sometidos. Guthrum, el rey danés, y 29 de sus principales hombres tomaron el bautismo. Como resultado de esto, Inglaterra se dividió en dos tierras, la mitad al sudoeste en manos de los sajones y la mitad nororiental que se conocería ahora como el Danelaw. Al año siguiente (879) no solamente Wessex, sino también Mercia, al oeste de Watling Street, estaba libre del invasor. Éste es el arreglo conocido por los historiadores como la paz de Wedmore (878), aunque no hay documento alguno que pruebe su existencia.

Sin embargo por aquel tiempo aunque la mitad nororiental de Inglaterra, incluyendo Londres, estaba en las manos de los daneses, la verdad es que la marea había cambiado en su contra. Por aquellos años había paz en la isla, pero los daneses se mantenían ocupados en Europa. Un ataque a Kent en 884 o 885, aunque rechazado con éxito, animó a los daneses de Anglia del Este a rebelarse. Las medidas tomadas por Alfredo para reprimir esta sublevación culminan con la toma de Londres en 885 o 886, y con el tratado conocido como paz de Alfredo y de Guthrum, por el que los límites del tratado de Wedmore (con cual se confunde a menudo) fueron modificados materialmente para beneficio de Alfredo

Una vez terminada la lucha con los daneses, Alfredo se concentró en reforzar la marina real, siendo construidas diversas embarcaciones de acuerdo al gusto del rey.

También decidió recontruir la organización civil, gravemente dañada durante la invasión danesa, favoreciendo a los desamparados y ganándose el título de "Protector del Pobre" (Asser).

Asser también habla de manera grandiosa acerca de las relaciones de Alfredo con potencias extranjeras, aunque no hay mucha información disponible a este respecto. Él ciertamente sostuvo correspondencia con Elías III, patriarca de Jerusalén, y envió probablemente una misión a la India. Las embajadas a Roma que aseguraban la salvación de las almas inglesas al papa eran bastante frecuentes; mientras que el interés de Alfredo en países extranjeros se demuestra por las inserciones que él hizo en su traducción de Orosius.

Alrededor del año 890, Wulfstan de Haithabu emprendió un viaje de Haithabu en Jutlandia a lo largo del Mar Báltico a la ciudad prusiana de Truso. Wulfstan dio detalles de su viaje a Alfredo.

Sus relaciones con los príncipes célticos en la mitad meridional de la isla están más claras. Comparativamente temprano en su reinado los príncipes de Gales, debido a la presión en ellas de Gales del norte y de Mercia, se acogieron a la protección de Alfredo. Más adelante Gales del norte siguió su ejemplo, y cooperó con el rey inglés en la campaña de 893 o 894. Que Alfredo enviara irlandeses a monasterios europeos se puede aceptar por la autoridad de Asser; la visita de tres peregrinos "escotos" (es decir, irlandeses) a Alfredo en 891 es indudablemente auténtica; la historia que él mismo en su niñez fue enviado a Irlanda a que se curara por St. Modwenna, aunque mítica, puede demostrar el interés del rey en esa isla.

Murió en Winchester, el 26 de octubre de 899, a los 50 años de edad, siendo sepultado en la abadía de Newminster, pero luego es trasladado a la abadía de Hyde, en Winchester.

A pesar de que nunca ha sido canonizado oficialmente, es considerado uno de los santos más importantes de Inglaterra.

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Obispo

Martirologio Romano: En Vic, Cataluña, España, san Bernardo Calbó, obispo, quien, siendo juez, renunció a su cargo para profesar como monje cisterciense. Fue abad del monasterio de Santes Creus y, más tarde, resultó elegido para la sede de Vic, promoviendo siempre la verdadera doctrina. ( 1243)
Era español, hijo de uno de los caballeros que rescató Tarragona de manos de los infieles, y se estableció en esa región en la época de la Reconquista; por tanto, Bernardo Calbó pertenecía a una familia de relevancia social. Nació en 1180 y fue el tercero de cinco hijos, tres hermanos y una hermana. Creció en la masía de Calbó, y cuando llegó la hora de orientar su futuro profesional se decantó por las leyes. Posiblemente estudió esta carrera en la universidad de Bolonia, como hizo san Raimundo de Peñafort, contemporáneo suyo, aunque los datos de esta etapa de su vida no han podido ser contrastados con rigor por parte de los hagiógrafos. En 1209 se le sitúa en Tarragona, asistiendo jurídica y administrativamente al arzobispado. Su quehacer en esa época pudo no estar guiado por el juicio de Dios y sí por el de esa clase de hombres que no tienen consideraciones a la hora de proceder. Hasta que una grave enfermedad en le dio un toque de alerta definitivo alrededor de sus 30 años.

Vislumbrando la voluntad de Dios, y fallecido ya su padre, con la salud recobrada en 1215 se unió a la comunidad cisterciense de Santes Creus, Tarragona. Dio este paso en contra del parecer de los suyos, que es el signo compartido por quienes sintiéndose llamados por Dios se deciden a seguirle afrontando el veto que en sus propios hogares pueden querer imponerles. Ha sido frecuente en todas las épocas de la historia que los más cercanos se dispongan a dar su beneplácito a los hijos si la vía del matrimonio es la elegida, pero no han sido siempre tan generosos cuando éstos piensan establecer su compromiso con Dios. Toda la apertura, la comprensión y aceptación –a veces de lo objetivamente dañino–, que tantos jóvenes reciben hoy día de sus progenitores, se torna en intransigencia en no pocas ocasiones cuando se trata de dar alas a la vocación religiosa.

En su propio tiempo, Bernando, haciendo caso omiso del juicio negativo que su decisión había suscitado en sus parientes, al integrarse en el monasterio legó sus pertenencias a su madre y al resto de su familia en un testamento redactado ese mismo año 1215 que revocaba otro anterior. Extrayendo el néctar de la regla cisterciense, fiel al Evangelio, hizo de la caridad el hilo conductor de su entrega, única vía para alcanzar la unión con las Personas Divinas. Era bien conocido por los tarraconenses por tratarse de uno de los canónigos de la catedral, elegido también su vicario. Durante doce años de austeridad, oración y penitencia, aquilató su donación en el convento. Fueron sus edificantes virtudes las que se tuvieron en cuenta en el momento en que se planteó la sucesión del abad Ramón cuando éste falleció. Nadie dudó de que Bernardo sería el idóneo para proseguir manteniendo el espíritu observante del monasterio. Y en torno a 1225 asumió esta responsabilidad.

Su labor apostólica no se limitó a la formación de los monjes, sino que fue director espiritual de las religiosas cistercienses de Valldonzella. Esta comunidad se había establecido en Santa Creu d’Olorde en las cercanías de Vallvidrera y quedaron sujetas (fueron donadas) por iniciativa del obispo de Barcelona, Berenguer de Palou, quien las puso bajo la tutela de la orden del Císter, dependiente del monasterio de Santes Creus. El abad Bernardo fue cofundador de esta comunidad que bajo su amparo vivió una época de gran florecimiento apostólico. También contribuyó a mantener vivo el espíritu reformador de la abadía cisterciense de Ager, Lérida.

En esta época de reconquista, dos figuras señeras de la historia mallorquina, Ramón y Guillermo de Montcada, muy estimados por el rey Jaime I el Conquistador, se disponían a partir a Mallorca para rescatarla. Antes se despidieron del abad Bernardo y se sintieron confortados con su consejo y aliento. Ambos murieron en la batalla de Porto Pi, y a Bernardo le tocó dar cristiana sepultura a sus restos en el monasterio de Santes Creus. En 1230 integró el grupo de electores, entre otros san Raimundo de Peñafort, que, unidos al arzobispo de Tarragona, designaron al obispo de la reconquistada Mallorca. Entretanto, los rasgos de su piedad y caridad se prodigaban dentro y fuera de la comunidad. Manifestaba una predilección por los enfermos.

Cuando el prelado Guillermo de Tavertet dejó vacante la sede de Vic, Bernardo fue elegido para sucederle dada su trayectoria espiritual y apostólica. A su esmerada formación teológica se unía la prudencia, discreción y exquisitez en el trato. Asumir este oficio supuso para él una contrariedad. Su vocación se hallaba en el silencio del claustro. Pero convencido de que el nombramiento obedecía a la voluntad divina, lo acogió e implantó el espíritu monástico en la sede episcopal. Convivió junto a una comunidad de cuatro monjes que le acompañaron hasta su muerte secundándole en todas las tareas de su ministerio que, naturalmente, tenían el signo de la auténtica consagración. Bernardo fue un insigne Pastor que veló por la liturgia y por la formación de los sacerdotes. Fue enérgico y exigente con su forma de vida. Se distinguió también por la modestia, la generosidad, la bondad, y la caridad. En el ejercicio de su misión llevó consigo la reconciliación y la paz.

El papa Gregorio IX, conocedor de sus virtudes y valía pastoral, pensó en él para luchar contra los valdenses designándole inquisidor en 1232. El santo monje luchó contra los albigenses, y se implicó en la guerra de Valencia firmando la capitulación en 1238. Por su valor fue recompensado por el rey Jaime I. En 1239 y en 1243 participó en sendos concilios provinciales. El 26 de octubre de este último año entregó su alma a Dios, con fama de santidad. Antes de cumplirse seis meses de su muerte, su vida comenzó a ser examinada por una comisión de canónigos. En 1338 se abrió el proceso de su canonización. Clemente XI en un breve apostólico fijó la fecha de su celebración dentro del císter el 26 de septiembre de 1710.

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Mártires de Inglaterra y Gales

Se llama así a los católicos que murieron en Inglaterra en defensa de su fe y de la primacía del Papa a raíz de la controversia entre el Papa y el rey Enrique VIII en el siglo 16, las cuestiones de fe se enredaron con cuestiones políticas en las Islas Británicas, con frecuencia se resolvieron mediante la tortura y el asesinato de los fieles católicos.

De los 252 Venerables presentados por la Jerarquía de Inglaterra y Gales, 136 fueron beatificados por Pío XI el 15 de diciembre de 1929. En 1970, el Vaticano seleccionó 40 de esos mártires, hombres y mujeres, laicos y religiosos, para representar un grupo de aproximadamente 300 casos conocidos que dieron su vida, entre 1535 y 1679, por su fe y fidelidad a la Iglesia. Este grupo fue canonizado por el Papa Paolo VI el día 25 de Octubre de ese año.

Cada uno de ellos tienen su propio día del memorial. A continuación la lista de los 40 mártires:

CartujosSan Juan Houghton
Augustine Webster
John Houghton
Robert Lawrence

Brigidino
Richard Reynolds

Agustino
John StoneSan Juan Stone

Jesuitas
Alexander Briant
Edmund Arrowsmith
Edmund Campion
David Lewis
Henry Morse
Henry Walpole
Nicholás OweSan Felipe Evansn
Philip Evans
Robert Southwell
Thomas Garnet

Benedictinos
Alban Roe
Ambrose Barlow
John Roberts
San Juan Jones
Franciscanos
John Wall
John Jones

Clero Secular
Cuthbert Mayne
Edmund Gennings
Eustace White, 1591
John AlmondSan Juan Payne
John Boste
John Kemble
John Lloyd
John Payne
John Plessington
John Southworth
Luke Kirby
Polydore Plasden, 1591
San Juan RigbyRalph Sherwin

Laicos
John Rigby
Philip Howard
Richard Gwyn
Swithun Wells, maestro, 1591
Ana Line
Margaret Clitherow
Margaret Ward


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Al principio del siglo VI, Canna, paso desde Bretaña a Galia, junto con su marido san Saturnino (después en Galia se lo llamó "Sadwrn"), con su hijo, san Crallo, y el tío, san Cadfan.

La razón para este traslado se deba quizás a las guerras o por los intensos intercambios que se estaban desarrollando entre Inglaterra y el continente.

Muerto San Saturnino, Canna tuvo un segundo matrimonio con un nomble del noble, ellos tubieron como hijos a san Tegfan y san Elian (Hilario), a quien apodaban "el visitante los lugares santos, peregrino".

Cada uno de estos santos ha dejado su nombre unido a varias localidades, sobre todo s. Elian que disfruta un culto particularmente vívido en la isla de Mona.

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Por: . | Fuente: Somos.Vicencianos.org

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En distintos lugares de España, Beatos Fortunato Velasco Tobar y 13 compañeros, de la Congregación de la Misión;asesinados por odio a la fe ( 1934-1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Tenemos a la vista un objeto que habla del P. Amado (así le denominábamos casi siempre) más que un libro. Es una toalla empapada en su misma sangre de mártir. La llevaba al cuello al recibir los tiros. Cuando su cuerpo estaba aún ca­liente, una fiel discípula, cual otra Verónica, se atrevió a acer­cársele y se llevó el mejor regalo: sangre del Maestro y Padre, que con muerte heroica selló sus enseñanzas y consejos.

Fue así su martirio:

El 22 de octubre de 1936 ingresó en la cárcel. Días después, cuando dormía plácidamente, voces de terror lo pusie­ron en pie. Y, a poco, oyó cantar su nombre entre otros ca­torce.

Trágico cortejo camino del cementerio. La lista negra ha­bía sido apostillada con la palabra libertad, y el P. Amado dijo, al oírla, con presentimiento de lo terrible: “¡Qué liber­tad será ésta!” Ya el enigma estaba descifrado.

En la sien recibió el tiro mortal. Y él, que tenía costumbre de saludar a lo militar, murió saludando; el dolor le debió de inducir instintivamente a llevarse la mano derecha al lugar de la herida, que, aunque de muerte, tal vez no la produjera instantáneamente. Cruzáronle, al enterrarle, las dos manos so­bre el pecho; pero el día de la exhumación la mano diestra volvió a tomar su postura preferida.

¡Hasta la eternidad!, había dicho al Hermano Jiménez, con abrazo estrecho, al salir de la cárcel. El hermano sueño se unió con la hermana muerte, tras un, breve paréntesis de an­gustia y reflexión. Tales momentos de agonía —llamémoslos así—, convenientes, sin duda, fueron a su espíritu; mas no ne­cesarios. El P. Amado, va al decir, se tenía tragada la muerte desde el día y hora en que fue detenido. Ni obsta aquel pape­lito que escrito desde la checa decía así: “Leonor, estarnos Ji­ménez y yo; envíanos cena.” El tono agresivo que con él usa­ron los esbirros dejaba bien entrever sus pésimas intenciones, mas no era fácil predecir sus planes. La cena, en efecto, llegó, y a punto; que todavía restaban horas de prisión: en la ex igle­sia de los PP. Jesuitas fueron los dos recluidos; Dios le lleva­ba, al sacerdote y al apóstol, para tranquilizar conciencias.

Aunque breve su estancia en aquella mansión, se debió de ganar en seguida las simpatías de sus compañeros de dolor. Al verle tiritando, en aquella mañana que vió su inmolación, al tener que salir de la cárcel, un alma compasiva le dió ru abrigo. No lo quería él recibir; el otro insistió: —Póngase mi abrigo. Y se lo puso, no olvidándose de recomendar al Herma­no: “Si no vuelvo, cómprele un abrigo.”

Harto extraño era que, habiéndose llevado ya los rojos al P. Gutiérrez y andando a caza del P. Lozano, no se acordaran del Superior de la casa, tan conocido como era en el barrió de los Pescadores de Gijón, ni se preocuparan de incautarse de la residencia, sino que dejaron al carpintero y cocinero de los frailes tan tranquilos en su casa. Que carpintero de la casa decía ser el P. Amado, si bien sus manos no tenían callos. Bien descuidado se andaba él y confiado bajo el mono azul con cin­turón de cuero y sobre alpargatas rojas.

Insistiéronle varias veces a que se refugiara en otra parte; mas él respondía invariablemente: “¡Que no; que comprome­to!” Cierto que cuando pensaba en la posibilidad de que le llevaran a las fortificaciones, a las que tenía un terror pánico, tentaciones le venían de marcharse.

Un día fatal los sabuesos rojos olfatearon la malhadada pa­tente de Superior. Sin embargo, entonces no identificaron al titular con el carpintero —cosas que Dios permite—, y el hallazgo no trajo consecuencias desgraciadas y fulminantes.

Tras este incidente, corrieron días. Así ocurrió que tanto el Padre como el Hermano se hicieron la ilusión de que el peli­gro había desaparecido. Y vivían con ilusión y sin perder el apetito: el P. Amado se puso grueso en pocos días, los últimos de tranquilo bienestar. Ni los registros llegaron a inquietarles. Nada tenía de particular: los tiempos, las circunstancias.

Todos los días telefoneaba el P. Amado a las Hermanas, interesándose por ellas. Muchas personas iban a su casa a con­fesarte, singularmente Hermanas de todas las casas de la po­blación. Y él también salía a celebrar Misa y a confesar do­quiera le requerían. El día 12 de agosto confesó en el Asilo Pola unas treinta personas, y el 15 del mismo mes, fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen, celebró en el dicho Asilo la Santa Misa y hasta predicó.

Pero estas solemnidades trascendieron y los rojos trataron de apresarle, en días sucesivos, a aquel cura atrevido e inso­lente. Negaban el hecho las Hermanas del Asilo; pero os rojos afirmaron resueltos: “¿Si ha celebrado aquí, y llevaba mono y pistola.” No debían de ser del todo atravesados, cuan­do se apaciguaron al decirles mansamente y con acentos de súplica: “Si no se mete con nadie.”

La prudencia aconsejó e impuso restricción y miramiento. Y así continuó reinando la paz en medio del revuelto mar de persecución y martirio.

El 13 de octubre, no obstante, dos Hermanas, que fueron a casa a confesarse, encontraron al P. Amado, contra costum­bre, muy nervioso y excitado. ¿Presentía la proximidad de la tragedia?

Cuando el día 21 fue conducido ante “el Tribunal Popu­lar”, la acusación se fundamentaba en que había celebrado Misa el día 15 de agosto. Era Cura. Por consiguiente, “marca­damente faccioso”. Y no negó él. Sacerdote y Mártir usque in aeternum.

El P. Amado, hijo de Tomás e Isabel, nació el 29 de abril de 1903, en Moscardón (Teruel). Estudió para Paúl en la Es­cuela Apostólica de Teruel (“Capuchinos”). Ingresó en el no­viciado el 10 de septiembre de 1917. Hizo los votos el 30 de abril de 1921, siendo ya estudiante de Filosofía, en Hortaleza; la tardanza obedeció a no haber cumplido los dieciocho años de edad requeridos por el Código. Cursó la Teología en Cuen­ca y en Madrid. En Cuenca fue uno de los fundadores de aque­lla inter nos famosa “Brigada de Trabajadores”, que tanto se distinguió, al paso de los años, siempre renovada, en la crea­ción de la hermosa y utilísima Explanada del Seminario de San Pablo, asombro de las presentes y futuras generaciones.

Se ordenó de Menores el 21 de junio y el 12 de julio de 1925; de Subdiácono, el 14 de febrero de 1926; de Diácono, el 20 de marzo, y de Sacerdote, el 2 de mayo del mismo año de 1926.

Estuvo destinado los ocho primeros meses, después de or­denado, en la Casa-Misión de Ávila; en 1927 fue destinado a la fundación de la casa de Granada, y con residencia en ésta, predicó todavía un curso de Misiones en Ávila; asimismo pre­dicó misiones sueltas en la diócesis de Granada; el 16 de fe­brero de 1929 salió para la fundación de Gijón, y en 1935 fue nombrado Superior de esta residencia.

Era el P. Amado de mediana estatura, tipo fino, bien pro­porcionado, color moreno castaño, de temperamento alegre, aunque era formal cuando se requería; excelente predicador, por el fondo, si no abundante, selecto, y por la forma, cuidada y agradable. El P. Amado fue de los que sacan partido a los talentos que el Señor da a cada cual. Se había hecho realmete una joya de la Congregación y su valor iba en crescendo.

Sin, duda, al trasponer los umbrales de la eternidad ha oído estas consoladoras palabras: “Anda, siervo bueno y fiel; por­que fuiste fiel en lo poco, yo te constituiré sobre lo mucho; entra en el gozo de tu Señor.”

Escrita la anterior relación, nos viene a las manos otra del P. Lozano, viva y emocionante, como escrita con tinta reciente de personales impresiones.

Publicamos las dos porque así se completa el apunte bio­gráfico. Las diferencias detallistas entre una y otra obedecen a la diversidad de fuentes de información.

Escribe:

“El P. Amado García quedaba ya solo en casa con el Her­mano Jiménez. Herido profundamente por estas desgracias y temiendo por los que aun quedaban, redoblé mis trabajos para hacerles salir y evitar que la catástrofe tomara más proporcio­nes. Todo inútil. Nuestro buenísimo Superior había llegado a convencerse de que como sacerdote no se le perseguía. Uno tras otro habían ido cayendo más de sesenta sacerdotes y re­ligiosos de distintas órdenes: todos los que habían sido encon­trados. El, sin embargo, continuaba siendo asistido mimosa­mente todos los días, pero en, realidad perfectamente vigilado. En alguna ocasión llegó a instarme a que me fuera con él a casa, en donde me consideraba más seguro.

“Habían pasado ya cuatro meses. Las detenciones y los crímenes aumentaban día por día. Sólo diez o doce sacerdotes quedaban perfectamente escondidos. Por mi mente pasó la idea de ir personalmente a casa, aprovechando uno de mis disfra­ces, y sacármelo a viva fuerza. Con mucho trabajo consiguie­ron disuadirme, pero sólo a condición de que una Hermana, perfectamente disfrazada, iría inmediatamente a suplicarle en, mi nombre que no esperase un momento más. En efecto, aque­lla mañana, perfectamente desfigurado, salió de casa por fin, y fue a esconderse en una casita humilde perteneciente a un izquierdista razonable, que hacía ya meses servía de amparo al único párroco que quedaba con vida, el de San Lorenzo.

Apenas si tuve tiempo de celebrar este triunfo. No habían pasado veinticuatro horas cuando, cansado, creyéndose una car­ga en aquella casa acogedora, excesivamente confiado, o delicado en demasía, volvía a la residencia, sin que fueran bastantes a de­tenerlo cuantas súplicas y lamentos se le opusieron. Era qui­zás más fuerte la voz de Dios que le llamaba al martirio. Los suyos se lo habíamos querido evitar, y la Providencia quiso, torciendo todas nuestras previsiones, que fuera precisamente uno de los suyos el que se lo facilitara. En la tarde de aquel mismo día nuestro buenísimo hermano Jiménez salía camino de una aldea próxima en busca de alguna cosa que comer, pues ya el hambre se había enseñoreado de la población civil. Pa­saba por un puente sobre la ría en que termina la magnífica playa de Gijón, cuando unos centinelas dieron el “¡Alta!”, apuntándole con el fusil. Trémulo y confuso, fue contestando, sin darse cuenta apenas, a las preguntas que le fueron ha­ciendo:

—¿Quién eres?

—Un pobre lego.

—¿De qué convento?

—De los PP. Paúles.

—¿Dónde están los frailes?

—Algunos han sido fusilados y otros no sabemos dónde están.

—Y tú, ¿dónde vives?

—En nuestra casa, con el P. Superior.

Síguenos.

Terminaron. Y, en medio de ellos, como un criminal, el buen anciano fue conducido a la checa y sometido a un sagaz y minucioso interrogatorio.

Poco tiempo después era detenido en casa el P. Amado y llevado a la iglesia de la Compañía. 290 individuos habían sido detenidos aquella misma tarde.

¿Qué pasó en la prisión? Con lágrimas en los ojos me lo contaba, días después, el que había sido compañero de lecho de nuestro buenísimo Superior en aquella noche postrera.

“Horas y horas se pasó en confesarnos a todos, me decía. Teníamos tan segura la muerte…” Cuando todos estuvimos con­fesados, el buenísimo Padre, radiante de alegría, nos invitó a rezar el Rosario a la Milagrosa. Más que rezar, declamaba las oraciones, de tal modo, que sus palabras, rebotando en las bóvedas de la magnífica iglesia, convertida en catacumba, caían sobre todos nosotros como riada de optimismo y de valor. Al cabo, después de bendecirnos, nos recostamos para descansar y esperar tranquilos la muerte próxima. Casi todos nos había­mos proporcionado una manta, un colchón y una almohada, para no dormir en el duro suelo, que infinitos presos habían dejado a su paso infecto y sucio. Yo observé que el P. Amado no tenía en dónde acostarse .y se recogía en un rinconcito. Le llamé y obligué a que se acostara conmigo. Poco después dor­mía tranquilamente: tal era su tranquilidad.

A las doce de la noche nuestra magnífica iglesia-prisión, desmantelada, sin luz apenas, con cerca de trescientos hombres tirados por el suelo en la más rara y policroma confusión, se estremecía todavía con las plegarias de muchos hombres. Sólo el Padre dormía profundamente.

Hacia las dos de la madrugada nuestros verdugos aparecie­ron como una invasión siniestra en el presbiterio. Fueron nom­brando uno a uno y poniendo en libertad a muchos que, nun­ca pensaron en recobrarla.

Al llegar al P. Amado, el que parecía jefe de aquella chus­ma cantó su nombre con una mezcla de odio y de sarcasmo. “Amado García. Fraile.” Tuve que despertarlo con algún es­fuerzo. Se presentó ante ellos, y, como a los demás, también le dijeron, aunque con un tono bien distinto: “También a ti te vamos a dar la libertad. Espérate aquí, a la izquierda.” Su tono sarcástico daba a entender bien claro lo que aquella li­bertad significaba para él. Se acercó a mí y, visiblemente emocionado, me dijo abrazándome:. “Adiós. Hasta la eternidad.”

Después, se acercó de nuevo a los jocosos esbirros y les dijo presentándoles al Hermano: “Matadme a mí, pero no hagáis nada a este pobre viejo, que nada tiene que ver. Es sólo un criado nuestro.”

Aun no había amanecido. A las puertas del cementerio llegó un coche y de él descendieron unos cuantos asesinos, trayendo a un detenido. Joven, resignado, tranquilo. Era el P. Amado, condenado a muerte por el enorme delito de ser un sacerdote santo.

De su muerte edificante decían al día siguiente en un suel­to del periódico los mismos rojos algunas alabanzas, que hoy, por no tener a mano el periódico, no puedo transcribir al pie de la letra. Por alguno de los que asistieron a su fusilamiento pudimos recoger sus últimas palabras, cortas, sentidas, ter­minantes.

“Matadme cuanto antes, pero no me martiricéis. Dios os perdone, como yo también os perdono.”

El primer disparo debió de cogerle en el acto de bendecirles, pues el proyectil, después de atravesar su antebrazo, fue a alojarse en el cráneo, a la altura de la frente. Un nuevo disparo en el parietal derecho lo arrancó para siempre de entre nosotros.

Por medio de algunas buenas mujeres conseguimos resca­tar su cuerpo y enterrarlo en una sepultura particular; se hi­cieron algunas fotografías de los lugares de su martirio y se recogió una toalla empapada en su sangre preciosa.

Permitidme que desde estas cuartillas levante esa toalla santificada y ennoblecida como un símbolo y corno una rúbri­ca. La rúbrica de esa página maravillosa que en los anales de la Congregación ha escrito nuestra casita de Gijón; y el sím­bolo de un porvenir magnífico que sobre esta flagelada tierra de Asturias se abre a nuestra pequeña residencia, coronada por Dios con esa bandera de purísima y novísima libertad.”

BIOGRAFÍAS DE MISIONEROS PAULES Edición 1942
Autor: Elías Fuente

Este grupo de mártires está integrado por:

1. TOMÁS PALLARÉS IBÁÑEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 06 Marzo1890 en Iglesuela del Cid, Teruel (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

2. SALUSTIANO GONZÁLEZ CRESPO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 01 Mayo 1871 en Tapia de la Ribera, León (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

3. LUIS AGUIRRE BILBAO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 13 Septiembre 1914 en Murguía, Vizcaya (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Alcorisa, Teruel (España)

4. LEONCIO PÉREZ NEBREDA
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 18 Marzo1895 en Villarmentero, Burgos (España)
martirio: 02 Agosto 1936 en Las Planas de Oliete, Teruel (España)

5. ANDRÉS AVELINO GUTIÉRREZ MORAL
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Noviembre 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España)
martirio: 03 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

6. ANTONIO CARMANIÚ MERCADER
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 17 Agosto 1860 en Rialp, Lérida (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Llavorsi, Lérida (España)

7. FORTUNATO VELASCO TOBAR
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 31 Mayo 1906 en Tardajos, Burgos (España)
martirio: 24 Agosto 1936 en Alcorisa, Teruel (España)

8. RICARDO ATANES CASTRO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Agosto 1875 en Cualedro, Orense (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

9. PELAYO JOSÉ GRANADO PRIETO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 30 Julio 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España)
martirio: 27 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

10. AMADO GARCÍA SÁNCHEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 29 Abril 1903 en Moscardón, Teruel (España)
martirio: 24 Octubre 1936 en Gijón, Asturias (España)

11. IRENEO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 10 Febrero 1879 en Los Balbases, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

12. GREGORIO CERMEÑO BARCELÓ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 09 Mayo 1874 en Sitios, Zaragoza (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

13. VICENTE VILUMBRALES FUENTE
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Abril 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

14. NARCISO PASCUAL y PASCUAL
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Agosto 1917 en Sarreaus de Tioira, Orense (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

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José Baldo nació el 19 de febrereo de 1843 Puegnago, en la orilla occidental del Lago Garda en la provincia de Brescia. Sexto entre nuevo hijos de Angelo Baldo y Ippolita House.

De los ocho hermanos, seis murieron desgraciadamente a edad temprana, la mortalidad infantil era un azote que marcó la vida de muchas familias en esas decadas.

Sus padres, particularmente su madre, le dieron una educación moral y religiosa loable. Aprendió aversión a cualquier forma de falta de compromiso y el estricto cumpliendo de sus deberes.

A los 16 años ingresó al Seminario del Obispado de Verona, diócesis a la que pertenecia Puegnago, se distinguió por su ejemplar comportamiento, la aplicación en los estudios, el espíritu de piedad, el celo apostólico, por lo cual la Santa Sede concedió para su ordenación, misma que tuvo lugar el 15 de agosto de 1865, contando con sólo 22 años.

Después de un parentésis como vicaro parroquial en Montorio (Verona), fue llamado en 1866 nuevamente al seminario, donde se le confió la tarea de sub director del Colegio Obispal de Verona, cargo que ocupó por más de diez años, mostrándose como un muy buen educador y pastor de almas. Escribió un manual de oraciones en el que también estaban impresas homilias y las reglas disciplinarias.

Después de un largo y fructífero período en el Colegio, consiguió que su obispo la autorización para dedicarse a un campo más amplio, asignándosele la parroquia de Ronco all’Adige (Verona), se posicionó el 17 de noviembre de 1877, casi en secreto para evitar confrontación con un grupo masónico, que lo había amenazado de muerte si hubiese usado la solemnidad usual en la ceremonia.

Conciente y convencido de que todo aquello que concierne al desarrollo humano, debe ser planificado y desarrollado por el parroco, concentró todo esfuerzo en la organización de un amplio plan de acción social y caritativa, dirigido a satisfacer las necesidades espirituales y temporales de cada persona.

En 1882 mujeres recogidas para la casa de la lactancia libre, en una asociación pía llamada "las Criadas de Caridad de St. María el del Soccorso”; el l´Asilo del istituì el gratuito infantil, la el di de Scuola Lavoro el il de e el parrocchiale de Ginnasio, una de aprì de inoltre Biblioteca Circolante. María el del Soccorso"; el Asilo instituyó al niño libre, la Escuela de Labor y la parroquia adiestra, también abrió una Biblioteca Actual.

En 1882 reune a mujeres para ayudar como enfermeras gratuitas a domicilio en una asosiación a la que denominó "Asistentes de la Caridad de Santa María del Socorro"; instituyó un Asilo gratuito para niños, la Escuala Técnica y Gimnasio Parroquial, también abrió una biblioteca ambulante.

En 1884 fundó la Sociedad de Obreros de Ayuda Mutua, con el fin de defender a los pobres de los prestamistas, y en 1888 abrió un hospital pequeño llamado "Casa Ippolita" (por el nombre de su madre) para atender a enfermos pobres y acoger a ancianos abandonados. Despues en 1893 abre otro centro para acoger ancianos de Ronco all’Adige y sus alrededores, en 1894 abrió la "Casa Rural Católica" para captar prestamos y conceder prestamos a intereses convenientes. En tiempo de Veneto, la emigración era una lacra social, por lo que difundió el "Decálogo del Emigrante", documento antesesor a la Encíclica ‘Rerum Novarum’ del Papa León XIII.

En el campo religioso puso la Eucaristía como centro de la vida espiritual, popularizó el apostolado de la oración, empezó a enseñar la Doctrina Cristiana. En 1879 reorganizó la Confraternidad del Santísimo Sacramento, reactivó la Sociedad de Doctrina Cristiana.

Para proveer la ayuda al necesitado y la adecuada administración de la "Casa Ippolita", en 1893, fundó las Hermanas de la Misericordia de Verona, la cual luego de un año se disolvió para crear otra institución femenina en Ronco.

A estas alturas, como pasó con tantos otros fundadores, debía establecer una nueva congregación, entonces el 13 de octubre de 1894, inició con algunas postulantes la Congregación de las "Pequeñas Hijas de San José".

El 25 de junio de 1897, las primeras siete hermanas hacían su profesión religiosa, la cofundadora fue Clementina Ippolita Forante (1864-1928). Su propósito es la ayudada a ancianos y enfermos, y la educación de niños y jóvenes.

Después de tan incansable labor, y habiendo sufrido 22 meses de dolorosa enfermedad, el Padre José Baldo murió el 24 de octubre de 1915 a los 72 años de edad.

Fue beatificado por Su Santidad Juan Pablo II el 31 de octubre de 1989.

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