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Por: . | Fuente: Santiebeati.it

Obispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Karadzar, cerca de Karaganda, en Kazajstán, beato Nicetas Budka, primer obispo en Canadá al frente de fieles católicos de rito bizantino, que en tiempos de régimen hostil a Dios, fue deportado a un campo de concentración, donde perseveró en la fe arrostrando, por amor a Cristo, la muerte con fortaleza de ánimo ante todas las adversidades (1949).

Fecha de beatificación: Mykyta Budka fue beatificado por Juan Pablo II el 27 de junio de 2001, junto con otras 24 víctimas del régimen soviético de nacionalidad ucraniana.

Mykyta Budka nació el 7 de junio de 1877 en la ciudad ucraniana de Drobomirka, en la región de Zbaraz. En 1905, después de haber cumplido sus estudios teológicos en Viena e Innsbruck, recibe la ordenación presbiteral en ceremonia presidida por el metropolita Andrej Sheptytsky. Siete años después, el 14 de octubre de 1912 fue consagrado obispo a Lviv (Leopoli) y recibe de la Santa Sede el nombramiento a primeros Exarca Apostólico de los católicos ucranianos -es decir de aquellos que siguen el rito bizantino- en Canadá. En 1928 regresó a su patria, nombrado obispo auxiliar en Lviv para los Ucraniano.

Las autoridades del régimen comunista hicieron arrestar a Mykyta Budka el 11 de abril de 1945 y le fue infligida una condena a ocho años de dura reclusión. Fue deportado entonces al gulag de Karadzar, cerca de Karagandà en Kazakistan, dónde soportó por amor de Cristo toda adversidad, perseverando en la fe con ánimo fuerte hasta a la muerte, la que ocurrido el 28 de septiembre de1949.

El grupo beatificado está integrado por:

Mykolay Charneckyj, Obispo, 2 abril
Josafat Kocylovskyj, Obispo, 17 noviembre
Symeon Lukac, Obispo, 22 agosto
Basilio Velyckovskyj, Obispo, 30 Junio
Ivan Slezyuk, Obispo, 2 diciembre
Mykyta Budka, Obispo, 28 septiembre
Gregorio (Hryhorij) Lakota, Obispo, 5 noviembre
Gregorio (Hryhorij) Khomysyn, Obispo, 28 diciembre
Leonid Fedorov, Sacerdote, 7 marzo
Mykola Konrad, Sacerdote, 26 junio
Andrij Iscak, Sacerdote, 26 junio
Román Lysko, Sacerdote, 14 octubre
Mykola Cehelskyj, Sacerdote, 25 mayo
Petro Verhun, Sacerdote, 7 febrero
Alejandro (Oleksa) Zaryckyj, Sacerdote, 30 octubre
Klymentij Septyckyj, Sacerdote, 1 mayo
Severijan Baranyk, Sacerdote, 28 junio
Jakym Senkivskyj, Sacerdote, 28 junio
Zynovij (Zenón) Kovalyk, Sacerdote, 30 junio
Vidal Vladimir (Vitalij Volodymyr) Bajrak, Sacerdote, 16 Mayo
Ivan Ziatyk, Sacerdote, 17 mayo
Tarsicia (Olga) Mackiv, Monja, 18 Julio
Olympia (Olha) Bidà, Suora, 28 enero
Laurentia (Leukadia) Harasymiv, Monja, 26 agosto
Volodymyr Pryjma, Laico, 26 Junio
(las fechas indicadas corresponden a las de su martirio)

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Mártir

Martirologio Romano: San Wenceslao, mártir, duque de Bohemia, que, educado por su abuela santa Ludmila en sabiduría divina y humana, fue severo consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que estaban en Praga para ser vendidos. Después de sufrir muchas dificultades en gobernar a sus súbditos y formarles en la fe, traicionado por su hermano Boleslao fue asesinado por sicarios en la iglesia de Stara Boleslav, en Bohemia (929/935).

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.

Breve Biografía


Hijo del rey de Bohemia, Ratislav, el joven príncipe nació en el 907 cerca de Praga. Su abuela, Santa Ludimila, se encargó de la educación de su nieto, inculcándole siempre el amor y servicio al Padre Celestial. Cuando era todavía muy joven, el santo perdió a su padre en una de las batallas contra los magiares; su madre asumió el poder e instauró -bajo la influencia de la nobleza pagana- una política anticristiana y secularista, que convirtió al pueblo en un caos total. Ante esta terrible situación, su abuela trató de persuadir al príncipe para que asumiese el trono para salvarguardia del cristianismo, lo que provocó que los nobles la asesinaran al considerarla una latente amenaza para sus intereses.


Sin embargo, por desconocidas circunstancias, la reina fue expulsada del trono, y Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo, y como primera medida, anunció que apoyaría decididamente a la Ley de la Iglesia de Dios. Instauró el orden social al imponer severos castigos a los culpables de asesinato o de ejercer esclavitud y además gobernó siempre con justicia y misericordia.

Por oscuros intereses políticos, Boleslao -que ambicionaba el trono de su hermano-, invitó a Wenceslao a su reino para que participara de los festejos del santo patrono y al terminar las festividades, Boleslao asesinó de una puñalada al santo rey. El pueblo lo proclamó como mártir de la fe, y pronto la Iglesia de San Vito -donde se encuentran sus restos- se convirtió en centro de peregrinaciones. Ha sido proclamado como patrón del pueblo de Bohemia y hoy su devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de Checoslovaquia.

¡Felicidades a los Venceslaos!

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Archciócesis de Madrid

El joven príncipe, que nació en Bohemia hacia el año 907, personifica el ideaI del héroe nacional, valientemente comprometido en la promoción cultural y religiosa del pueblo eslavo.

Cuando se derrumbó el reino moravio, en el 895 los príncipes bohemios, entrando en el juego diplomático de las potencies de ese entonces, se aliaron con el fuerte reino franco, y adoptando los principios de las antiguas civilizaciones comenzaron el proceso de europeización de los Estados de Europa central.


Lider de esta política de visión hacia el futuro fue el joven duque de Bohemia, Wenceslao. El había sido educado cristianamente por la abuela Ludmila, venerada como santa. Tan pronto tuvo la edad requerida, sucedió al padre después de la breve regencia de la madre Draomira. Mujer intrigante, Draomira prefería al segundo hijo, Boleslao, y fomentó con todos los medios a su alcance la rivalidad entre los dos, hasta el punto de llevar al segundo a mancharse con el grave delito del fratricidio.

En la mañana del 28 de septiembre del 935, mientras Wenceslao salía de case para ir a Misa, Boleslao, que lo esperaba en un lugar solitario con un grupo de cómplices, le saltó encima para herirlo por la espalda. El joven rey, que todavía no tenía treinta años, detuvo el golpe y echó mano a su espada, pero cuando se dio cuenta que el asesino era su hermano bajó el arma, murmurando: “Podría matarte, pero la mano de un siervo de Dios no debe mancharse con el fratricidio”. Fue asesinado por los sicarios de Boleslao.

Este ejemplarísimo príncipe cristiano anteponía sus deberes religiosos a los de soberano, hasta el punto de llegar tarde a una importante asamblea de Worms, convocada por el emperador Otón, porque estaba en Misa. No era raro ver al joven rey mezclado con los otros fieles, con los pies descalzos, durante las procesiones penitenciales. Impuso a su cuerpo la dura disciplina del cilicio y las diarias mortificaciones.


Fue considerado como un rey renunciatario por haber buscado la alianza con los poderosos francos limítrofes, pero el mismo hermano Boleslao, que le sucedió, después de haberlo mandado asesinar, comprendió esa política realistica y la siguió. Boleslao comprendió el error de valoración respecto de su hermano, hacia quien la devoción popular creció de día en día, por los prodigios que se obraban sobre la tumba del mártir, venerado inmediatamente como santo, el primero de los pueblos eslavos.

Oración
Dios nuestro,
que impulsaste al santo mártir Wenceslao
a anteponer el reino de los cielos a un reino terrenal,
concédenos, por su intercesión
que tengamos valor para dejar lo que nos impida unirnos a ti de todo corazón.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén

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Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01

Abadesa

Martirologio Romano: En Maguncia, de la Renania, en Austrasia (hoy Alemania), santa Leoba, virgen, la cual, pariente de san Bonifacio, fue llamada por él desde Inglaterra a Germania y presidió el monasterio, a orillas de Tauber, donde con la palabra y el testimonio condujo a las siervas de Dios por el camino de la perfección (c. 782).
La participación activa de las monjas y hermanas religiosas en las misiones extranjeras se ha extendido y desarrollado tanto en nuestros tiempos, que hemos llegado a considerarlas como una moderna innovación. Por cierto que no hay tal y, aparte de ciertas diferencias de métodos, debidas al desarrollo de las "congregaciones activas sin clausura", nos encontramos con que el mismo sistema de misiones se practicaba ya en las edades sombrías, cuando se iniciaba la evangelización de los bárbaros en Europa. Como ejemplo, basta citar la solicitud de misioneras que hizo San Bonifacio y a la que respondieron Santa Lioba, Santa Tecla, Santa Walburga y otras muchas, desde su tranquila abadía de Wimborne, para trasladarse a las tierras salvajes de los herejes germanos. Lioba pertenecía a una buena familia del Wessex y su madre, Ebba, estaba emparentada con San Bonifacio. Desde niña, Lioba quedó internada en el monasterio de Wimborne, en el Dorsetshire, al cuidado de la abadesa, Santa Tetta. A la muchacha se la había bautizado con el nombre de Thruthgeba, que fue transformado por las gentes que la trataban en Liobgetha (Leofgyth) y abreviado luego a Lioba, que significa "la bien amada", un nombre que cuadraba a maravilla a un ser tan precioso a los ojos de Dios y de los hombres y que su dueña no dejó de usar nunca. Cuando llegó a la mayoría de edad, Lioba decidió permanecer en el monasterio, hizo su profesión y progresó rápidamente en virtud y saber. Su inocencia y su buen sentido servían de ejemplo aun a las monjas de mayor edad y experiencia. Su deleite lo encontraba en la lectura y las devociones.

En el año de 722, San Bonifacio fue consagrado obispo por el Papa San Gregorio II y al momento se le envió a predicar el Evangelio en Sajonia, Turingia y el Hesse. Bonifacio era natural de Crediton, localidad cercana a Wimborne y, cuando las noticias de sus trabajos y sus éxitos entre los germanos llegaron a oídos de las monjas de aquel monasterio, su joven pariente, Lioba, se atrevió a escribirle en estos términos:

"Al muy reverendo Bonifacio, portador de la más alta dignidad y bienamado de Cristo, yo, Liobgetha, a quién él está vinculado por la sangre, la menor de las siervas de Cristo, manda saludos por la salvación eterna.

"Ruego a vuestra bondad que recordéis la amistad que os unía a mi padre, Dynne, cuando morabais los dos en la comarca del oeste. Mi padre murió hace ocho años, y os suplico que no retengáis vuestras oraciones por la salvación de su alma. También recomiendo a vuestra memoria a mi madre, Ebba, que aún vive, pero entre los sufrimientos; ella está emparentada con vos, como bien lo sabéis. Yo soy la hija única de mis padres y, aunque no lo merezco, me gustaría miraros como a mi hermano, puesto que ya confío en vos más que en cualquier otro de mis parientes. Os envío este pequeño regalo [¿Tal vez la misma carta?], no porque sea digno de vuestra consideración, sino sencillamente para que tengáis algo que os recuerde a la pobre de mí y así no me olvidéis aunque estéis tan lejos que mi presente acorte el lazo de verdadero amor entre nosotros para siempre. Os pido, amado hermano, que me ayudéis con vuestras plegarias contra los ataques del enemigo oculto. Os pediré también que, si vuestra bondad os lo dicta, atendáis mi inculta carta y no rehuséis a enviarme a cambio unas cuantas amables palabras vuestras, que ya desde ahora espero ansiosamente como una muestra de vuestra buena voluntad. He tratado de componer las líneas que siguen, de acuerdo con las reglas del verso, como un ejercicio para mi mínima destreza en la poesía, en lo cual también tengo necesidad de vuestra guía. He aprendido estas artes de mi maestra Edburga, que siempre tiene presente la santa ley divina. ¡Adiós! ¡Qué viváis muchos años muy feliz y que roguéis siempre por mi!

Arbiter omnipotens, solus qui cuncta creavit
in regno Patris semper qui lumine fulget
qua iugiter flagrana, sic regnat gloria Christi,
illaesum servet semper te iure perenni.
(El Supremo Hacedor omnipotente quiera,
desde el esplendor de su reino eterno
do mora Cristo, gloria del divino Verbo,
conservaros en salud imperecedera.)
No dejó Bonifacio de sentirse conmovido por una misiva tan tierna y mantuvo una larga correspondencia con las monjas de Wimborne, hasta el año de 748, cuando escribió a la abadesa Santa Tetta para rogarle que le enviase a Lioba, junto con otras compañeras, para establecer algunos monasterios y centros de religión para mujeres en la naciente Iglesia de Alemania. En seguida respondió la abadesa a la solicitud y envió a las tierras de herejes unas treinta monjas, entre las que figuraban Santa Lioba, Santa Tecla y Santa Walburga. Todas se reunieron con San Bonifacio en Mainz y éste puso a Lioba al frente de la comunidad y la instaló en un monasterio que fue llamado Bischofsheim, es decir, "Casa del Obispo", por lo que puede suponerse que Bonifacio cedió su residencia a las monjas. Bajo la dirección de Lioba, el convento se pobló rápidamente y de él salieron las monjas para ocupar otras casas que la propia Lioba fundó en Alemania.

Un monje de Fulda, llamado Rodolfo, quien escribió un relato sobre la vida de la santa antes de que hubiesen transcurrido sesenta años desde su muerte, según los testimonios de cuatro de las monjas de su convento, afirma que todas las casas de religiosas en aquella parte de Alemania, solicitaban una monja de Bischofsheim para que las guiase. La propia Lioba, entregada totalmente a su trabajo, parecía haberse olvidado de Wessex y de sus gentes. Su belleza era notable: tenía el rostro "como el de un ángel", siempre plácido y sonriente, aunque rara vez se la oía reír. Nadie la vio jamás de mal humor, ni la oyó decir una palabra dura; su paciencia y su inteligencia eran tan amplias como su bondad. Se dice que la copa en que bebía era la más pequeña de todas y ese dato nos da la pauta para afirmar que se entregaba a ayunos y austeridades, en una comunidad sujeta a las reglas de San Benito, donde no se comía más que dos veces diarias. Todas las monjas practicaban los trabajos manuales, ya fuera en la cocina, el comedor, el huerto o los quehaceres domésticos y, al mismo tiempo, recibían lo que ahora se llamaría una "educación superior"; todas aprendían latín, y el salón destinado a la escritura estaba siempre ocupado. Lioba no toleraba las penitencias excesivas, como privarse del sueño, e insistía en que todas descansasen al medio día, como lo mandaba la regla. Ella misma se recostaba durante aquel período, mientras alguna de las novicias le leía un pasaje de la Biblia y, si acaso parecía que la madre abadesa se había dormido y la lectora descuidaba un tanto su tarea, no pasaba un instante sin que Lioba abriese los ojos y la boca para corregirla. Tras el descanso, Lioba dedicaba dos horas para charlas con cualquiera de las hermanas que quisiese hablar con ella. Todas estas actividades estaban al margen del deber principal de la oración pública, la adoración a Dios y la asistencia a los sacerdotes que trabajaban en la misión junto con ellas. Existe todavía una carta de San Bonifacio dirigida a "las muy reverendas y muy amadas hermanas Lioba, Tecla, Cienhilda y las que moran con ellas", para pedirles que continúen la práctica de orar constantemente. La fama de Santa Lioba se había extendido por todas partes; los vecinos acudían a ella cuando les amenazaba el peligro de incendio, la tempestad o la enfermedad, y los hombres responsables en los asuntos de la Iglesia y del Estado le pedían consejo.

En el año de 754, antes de que San Bonifacio emprendiese su viaje misionero a Frieslandia, recibió una conmovedora despedida por parte de Lioba, a quien recomendó encarecidamente a San Lull, el monje de Malmesbury que fue su sucesor en la sede episcopal, lo mismo que a todos sus monjes de Fulda, mandándoles que cuidaran de ella con todo respeto y honor. En aquella ocasión, San Bonifacio manifestó su deseo de que, cuando Lioba muriese, fuera enterrada en su tumba, de manera que sus cuerpos aguardasen juntos la resurrección y se levantasen juntos para ir al encuentro del Señor y estar así eternamente unidos en el reino de Su amor. Después del martirio de San Bonifacio, Lioba visitaba con mucha frecuencia su tumba en la abadía de Fulda y, por dispensa especial, se le permitió algunas veces entrar en la abadía para asistir a ceremonias y conferencias en honor de su santo pariente. Cuando Lioba era ya muy anciana, después de haber gobernado a Bischofsheim durante veintiocho años, hizo visitas de inspección a todos los conventos que estaban a su cuidado renunció a su cargo de abadesa y fue a residir al monasterio de Schónersheim a seis kilómetros de Mainz. Su amiga, la Beata Hildegarda, esposa de Cario-magno, la invitó con tanta insistencia a la corte de Aachen, que no pudo negarse a ir, pero su estadía fue breve, porque insistió, a su vez, en regresar a su soledad. Al despedirse de la reina con muchos abrazos y besos, le dijo: "¡Adiós parte preciosa de mi alma! Cristo, nuestro Creador y Redentor, quiera otorgarnos la gracia de volver a vernos, sin peligro de confundir los rostros, en el claro día del juicio final, porque en esta vida no volveremos a mirarnos". Así fue, porque Santa Lioba murió pocos días después de haber regresado de la corte y fue sepultada en la iglesia de la abadía de Fulda, no en la misma tumba de San Bonifacio, porque los monjes temían perturbar sus reliquias, pero junto a ella, en el lado norte del altar mayor. A Santa Lioba se la menciona en el Martirologio Romano y su fiesta se celebra en varias partes de Alemania.

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Religiosa y Mártir

Martirologio Romano: En Gilet, en la provincia de Valencia, España, beatas mártires Francisca Javier (María Fenollosa Alcayna), religiosa de la Tercera Orden de Capuchinas de la Sagrada Familia, y Herminia Martínez Amigó, madre de familia, que confirmaron con su sangre su fidelidad al Señor durante la misma persecución religiosa. ( 1936)

Fecha de beatificación: 11 de marzo de 2001, integrando el grupo de 233 mártires de España, beatificados por S.S. Juan Pablo II

Breve Biografía


La Beata Francisca Javier de Rafelbuñol (en el siglo, María Fenollosa Alcayna). Nació en Rafelbuñol (Valencia) el año 1901, hija de José Fenollosa y María Rosa Alcayna, campesinos terciarios franciscanos. Eran 10 hijos, familia cristiana, piadosa.

Estudió en la escuela del pueblo;  devota de la Sma. Virgen, perteneció a la Asociación de las Hijas de María, a diario rezaba el Rosario y leía el Evangelio, en medio de sus ocupaciones domésticas. Para hacerse religiosa debió vencer la oposición de su madre, que la consideraba su brazo derecho en el hogar. Ingresó en la Congregación de Hermanas Terciarias Capucuhinas en 1921, profesó en 1924. y en 1928 hizo los votos perpetuos.

Estuvo destinada en las fraternidades de Altura (Castellón), Meliana, Benaguacil y Massamagrell (Valencia); Enseñaba música a las niñas de la casa-familia y al mismo tiempo era maestra de novicias. Afable, simpática, alegre y devota. Se distinguía por su prudencia, ecuanimidad, simplicidad y humildad. Respetuosa de todos y de iniciativa. Cuidadosa en el cumplimiento de sus deberes, dada a la oración silenciosa, devota de la Eucaristía y de la Sma. Virgen. Aprovechaba las vacaciones en familia para hacer algún apostolado entre los jóvenes.

Fue estando en Massamagrell que la sorprendió la guerra civil española. El 20 de julio de 1936 tuvo que dejar el convento y cobijarse en su casa paterna. Localizada, la obligaron a hacer las faenas en la casa del Comité, hasta que, el 27 de septiembre de 1936, fue detenida y asesinada en el cementerio de Gilet (Valencia), junto con la beata Herminia Martínez Amigó. «Que Dios os perdone como yo os perdono», le oyó decir quien se disponía a darle el tiro de gracia.

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Presbítero Dominico

Martirologio Romano: En la ciudad de Pistoia, de la región de la Toscana, en Italia, beato Lorenzo de Ripafratta, presbítero de la Orden de Predicadores, que vivió fielmente durante sesenta años la vida regular con dedicación asidua a la pastoral sacramental de la Penitencia (1456).

Fecha de beatificación: El Papa Pío IX confirmó su culto el 4 de abril de 1851.

Breve Biografía


Los biógrafos del Beato Lorenzo no consignan el lugar preciso de su nacimiento, pero por su nombre se puede suponer que fue en Ripafratta, en la región toscana de Italia, cerca de Pisa (Italia). Se desconocen datos fidedignos de su vida, anteriores a su incorporación a la orden de predicadores en Pisa siendo diácono.

En 1396, se le designó prior, cargo en el cual destacó por el impulso que dio a la reforma de la orden. Fue maestro de novicios y de teología en el convento de Cortona; sobresalió como director espiritual y brillante predicador. Sin temor a ser contagiado, auxilió a enfermos durante la plaga que azotó a las ciudades de Pistoia y Fabriano.

Por su sapiencia, el pueblo lo llamaba el Arca de la Ciencia. Dio ejemplo a sus hermanos de congregación y feligreses con su vida de oración, ayuno, penitencia y devoción. Sufrió una herida en la pierna, la cual dolorosamente le acompañó el resto de su vida. Por el ejemplo de su silencioso y paciente sufrimiento —el cual ofreció a Dios—, se incrementaron la admiración y el cariño de los religiosos y del pueblo. Amado por su comunidad, falleció en Pistoia, donde aún se venera su cuerpo.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

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Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Sacerdote y Fundador

Martirologio Romano: Memoria de san Vicente de Paúl, presbítero, que, lleno de espíritu sacerdotal, vivió entregado en París, en Francia, al servicio de los pobres, viendo el rostro del Señor en cada persona doliente. Fundó la Congregación de la Misión (Paúles), al modo de la primitiva Iglesia, para formar santamente al clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación de santa Luisa de Marillac fundó también la Congregación de Hijas de la Caridad (:1660).

Etimológicamente: Vicente = “vencedor”. Viene de la lengua griega.

Breve Biografía


Podemos titular la vida de este santo como la vida de los encuentros que fueron moldeando su personalidad hasta convertirla de pastor en el campo a fundador de una de las Congregaciones que más gloria y honra han dado y dan a la Iglesia con las “Hijas de la Caridad.”


Nació en Dax, muy cerca de la frontera española, en la región de las Landas. Sus padres eran muy pobres . Trabajó de pequeño en el campo como pastor.

Alguien que vio sus buenas cualidades, lo envió a estudiar a Zaragoza y a Toulouse. Tal fue su aprovechamiento que a los 19 años lo ordenaron de sacerdote. Una edad temprana para este ministerio.

Todo el mundo se le abría ante sus ojos como una forma de transformar la sociedad en la que vivía. Se entregó a los pobres de manera completa. En este ingente trabajo le ayudaba María Luisa de Marillac, también santa.

Con esta mujer, dotada de cualidades y de grandes virtudes, fundó la Sociedad de las Hijas de la Caridad (1632). Juntamente con esta Sociedad fundó otra para que se encargara de misionar a los habitantes del campo. Serían los “Sacerdotes de la Misión”(1625).

Por eso tuvo una gran preocupación por la formación de los apóstoles del Evangelio. Con este fin creó seminarios.


A cualquiera extraño a la obra de Dios en el mundo de las personas que se dejan permear por el Espíritu, esto les puede parecer algo extraño.

Vicente mantenía su calma en todo. Solía decir:"Estamos convencidos de que en todo y por todo somos un deshecho y de lo más apremiante, a causa de la oposición que ofrecemos de nuestra parte a la santidad y perfecciones de Dios".

Con esta actitud no tenía dificultades en ser amigo de los pobres y hasta del mismo rey Luis XIII.

Fue amigo y confidente de san Francisco de Sales del que aprendió – como D. Bosco – la dulzura en el trato con la gente. Murió diciendo estas palabras: ”¡Confianza! ¡Jesús!. Era el año 1660.

¡Felicidades a los Vicentes y a la Hijas de la caridad!

“¡Oh Señor que eres tan adorable y me has mandado amarte, ¿por qué me diste un solo corazón y tan pequeño?” (San Felipe Neri)

Otras celebraciones de hoy: Santos: Antimo, Leoncio, Euprepio, Adolfo, Juan, Florenciano, Hilario, Fidencio, Terencio, mártires; Elceario, conde, Fintán, confesores; Diosdado, abad; Sigeberto, rey; Cayo, obispo.
 

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12:45 a.m.

Juez de Israel

Martirologio Romano:Conmemoración de san Gedeón, de la tribu de Manasés, juez en Israel (Jc, 6, 37), que recibió del Señor el signo del rocío, que descendía a un vellón de lana, como fortaleza de Dios, librando al pueblo de Israel de sus enemigos, después de destruir el altar de Baal.

Etimología: Gedeón = valentón. Viene de la lengua hebrea.

Los episodios de sagrado libro de los Jueces, "cuando no había rey en Israel y cada cual obraba conforme a su albedrío", parecen todos calcados sobre este sencillo esquema: Pecaba Israel y le castigaba Dios; Israel se arrepentía y Dios le perdonaba, levantando el castigo. El pecado era la idolatría, y el castigo, la opresión de Israel por las gentes de Canaán y sus alrededores. Movido, al fin, el Señor por la penitencia de su pueblo elegido, "le proporcionaba libertadores -llamados jueces- que le sacasen de las manos de sus opresores y le librasen de tan dura servidumbre".
Uno de tales jueces o libertadores, a continuación de Barac y Débora la profetisa, allá por los años de 1240 antes de la era cristiana -sin que la fecha pueda tenerse por rigurosamente exacta-, fue Gedeón, hijo de Joás, de la familia (clan, dicen los modernos) o tronco de Abiezer, de la tribu de Manasés. Acomodada primero esta familia en la región de Galaad (hoy el reino hachemita de Jordania) al otro lado del Jordán, emigró después, y pasando el río, vino a residir en Efra u Ofra (hoy Et-Taiyibe), a unos doce kilómetros de Beisán, muy cerca de Naím y Endor, al lado del monte llamado Pequeño Hermón.

En Efra, donde su solar paterno era uno de los principales, si no el principal, nació Gedeón, que significa "cortador". Llamósele también Yerubbaal, Yerubbescheth y Yerubboscheth, como destructor del ídolo ignominioso de Baal y cortador de su bosque. San Agustín y Procopio de Gaza insinúan que fue jiliarjos = capitán o jefe de mil soldados, fundándose en la palabra hebrea "elef" que, sin embargo, en este caso no significa millar sino familia, o estirpe.

Vimos al principio la situación tan lamentable social, política y religiosa del pueblo hebreo en tiempo de Gedeón. No era mejor la exterior, muy semejante a la que hoy atraviesa el nuevo Estado de Israel cercado por todas partes de naciones árabes que le odian a muerte y, si posible les fuera, le borrarían del mapa. "Pecaron nuevamente —dice el sagrado texto— los hijos de Israel delante del Señor, el cual los entregó en manos de los madianitas por siete años; quienes de tal manera los oprimieron, que los israelitas se vieron obligados a poner su morada en las grutas naturales de los montes, en cuevas artificiales y hasta en ruinas de antiguos castillos."

El hecho central y culminante de la historia de Gedeón es precisamente la victoria conseguida contra estos madianitas por un medio del todo inadecuado para tan resonante y decisivo triunfo militar. Sabido es cómo en la Edad Media había entre nuestras villas y ciudades comunidad de pastos, que permitían apacentar los rebaños mucho más lejos del propio territorio o jurisdicción municipal; cosa parecida ocurre hoy entre las tribus beduinas, a ratos nómadas, del Oriente; el terreno de cada clan es inviolable y se guardarán muy bien de penetrar los demás en él en plan de dominio; otra cosa es, sin embargo, tratándose del pastoreo, pues se mezclan unas tribus con otras, aunque a veces se sirvan de este derecho para invadir en son de guerra el ajeno territorio.

Las tribus nómadas contemporáneas y vecinas de Gedeón, so pretexto de apacentar los rebaños, pasaron el río Jordán y en plan de conquista acamparon en la planicie de Jezrael (hoy Zerajin) en la extremidad oriental de la extensa y rica llanura de Esdrelón. Planeóse el ataque colocándose Madián al norte, Amalec al sur y los "Beni Qedem" = Hijos del Oriente, agrupación de diversas tribus nómadas, al este. Del número e importancia de esta invasión nos persuaden estos datos bíblicos: "Cuando venía la sementera, se presentaban los madianitas, los amalecitas y otros pueblos orientales... y no dejaban a los israelitas nada de lo necesario para la vida, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos, desolándolo todo por donde pasaban... Es de advertir que las tiendas de campaña henchían el valle de Jezrael como espesa plaga de langostas y sus camellos eran innumerables como las arenas de las orillas del mar". Dos reyes, Zebee y Salmana, y dos príncipes, Orez y Zeb, capitaneaban aquel ejército que, a juzgar por las cifras bíblicas, se componía de 135.000 hombres. Era ya el séptimo año de invasión.

Obediente Gedeón a la voz de Dios convocó a toda la cognación de Abiezer y a las tribus de Israel que tenía más cerca. Resonó en los montes el clarín de guerra y los emisarios esparcidos por todas partes intimaron órdenes de concentración. Reuniéronse 32.000 hombres de Manasés, Aser, Zabulón y Neftalí. Hubo Gedeón, indudablemente, de justificar su jefatura recordando primero la reprensión general hecha en nombre de Dios por aquel "varón profeta", que aparece sin saber dónde, ni cuándo; refiriendo después la visita del "ángel del Señor" que le ordenó ponerse al frente del ejército y probó su misión quemando con su báculo (presentóse como caminante) la oblación preparada; participando, finalmente, la íntima y continua comunicación con la que Dios le favorecía, mandándole destruir el altar de Baal, accediendo a la prueba del rocío y el vellocino, y revelándole la victoria por el diálogo de los centinelas madianitas escuchado por Gedeón y su criado Fara.

Nuevamente habló Dios a Gedeón para decirle que no quería que Israel le disputase la gloria del triunfo a causa del número, y así, hecha la primera prueba, abandonaron las filas 12.000 soldados, practicada la segunda, consistente en el modo de beber (en pie o arrodillados) en la fuente de Harad (hoy Ain-Djalud, en la montaña de Gelboé), quedaron sólo 300, quienes en tres grupos y armados de bocinas en la diestra y de ollas con teas encendidas dentro en la izquierda, irrumpieron de noche por tres sitios diferentes en el campamento y rompiendo las vasijas, sonando las trompetas y gritando: "Espada del Señor y de Gedeón", sembraron la confusión entre los orientales, haciendo que se matasen unos a otros y huyendo los demás. Cortando a éstos los de Efraím el paso del Jordán, completaron la gesta.

Disfrutó Israel de paz cuarenta años y sirvió a Dios toda la vida de Gedeón, quien murió y fue puesto en el sepulcro de su padre Joás en Efra, a donde se había retirado. Con el oro cogido al enemigo había fabricado un efod, o monumento conmemorativo, causa ocasional de prevaricación de Israel, después de su muerte, por lo que va Gedeón envuelto en la acusación bíblica como causa remota, aunque involuntaria. Respecto a la poligamia (tuvo 70 hijos de varias mujeres), ni es caso único en los santos del Antiguo Testamento, ni la ley evangélica estaba en vigor.

Completamos esta biografía, proclamando la santidad de Gedeón. "Loados sean también los Jueces, cada uno por su nombre -exclama el Eclesiástico-, cuyo corazón no fue pervertido, porque no se apartaron del Señor; a fin de que sea bendita su memoria y reverdezcan sus huesos allí donde reposan y dure para siempre su nombre y pase a sus hijos con la gloria de aquellos santos varones".

"¿Y qué más diré todavía? -añade San Pablo a los Hebreos-: El tiempo me faltará, si me pongo a contar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los Profetas; los cuales por la fe conquistaron reinos, ejercitaron la justicia y alcanzaron las promesas."

La Iglesia, en una epístola del Común de muchos Mártires, llama Santos a los citados por el Apóstol en dicho texto y ha colocado a Gedeón en el martirologio Romano al día 1 de septiembre, figurando su nombre en casi todos los demás martirológios, dándosele en algunos el título de profeta.

Califícanle varios Santos Padres de varón justo, amado de Dios, santo, santísimo y le presentan como figura o tipo de Jesucristo.

Finalmente, aunque la frase que usa la Sagrada Escritura para referirnos su muerte -"murió en buena vejez"- signifique de suyo una edad avanzada, fundándose los exégetas en que también se aplica a otros varones conspicuos (Abrahán, David), la entienden asimismo de la salud, de la tranquilidad, de la fama, de la autoridad, de los méritos y virtudes, de la buena conciencia, de la amistad con Dios, en una palabra, de la santidad.

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Por: . | Fuente: Redentoristas.org

Sacerdote

Martirologio Romano: En Gars, cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, beato Gaspar Stanggassinger, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor, dedicado a la educación de los jóvenes, siendo para ellos modelo de caridad alegre y asidua oración (1899).

Nace en una familia humilde y trabajadora en el año 1871 en Berchtesgaden (Alemania). Es el segundo hijo de 15 hermanos. Desde pequeño siente deseos de ser sacerdote, y con 9 años, siendo monaguillo, escucha la llamada de Dios a entregarse a su servicio.

Con 10 años inicia estudios en Freising, pero no destaca por su talento. Tres años después ingresa en el seminario, mejorando en los estudios por su alegría y tesón. El profesor Plenther le admite hacer Voto de Castidad con sólo 16 años. Escribe su “diario espiritual” (todo es gracia), y siente gran devoción al Espíritu Santo, quien todo lo hace, su fundamento espiritual. En 1889, sufre la fiebre tifoidea y tras realizar una confesión general y recibir los sacramentos, se recupera rápidamente. Es su gran conversión. Fruto de los ejercicios espirituales, y de sus vacaciones en su pueblo se va forjando su carisma, centrado en Cristo, dedicación a los más pequeños, y acompañar a los jóvenes en el conocimiento de Jesús. Acabado el Bachiller, ingresa en el Seminario Mayor, destacando su interés por la Filosofía (Sto. Tomás), y por las Ciencias Naturales debido a su profesor Max Westmeier. Obtiene “cum laudem” en dogmática, y Sagrada Escritura, y siente pasión por la historia de la Iglesia.

Vocación redentorista

El acercamiento a los redentoristas es progresivo, desde que en 1887, realiza una confesión general en Dürnberg, desde entonces se confiesa con redentoristas. Será en 1892, tras una excursión con el seminario, y haber rezado el rosario, cuando orando ante la Virgen de Altötting, escucha: “vete a Gars, junto al rio Inn, con los redentoristas”. Tiempo después escribe: “me he dado cuenta que con los redentoristas puedo vivir una vida con Dios, en Dios y para Dios”. Dejó el seminario y fue a casa de sus padres, quienes se opusieron a la decisión, sobre todo por que los redentoristas en Alemania habían sido prohibidos por la ley Kulturkampf de Bismark, por considerarlos nocivos para el Estado. El 6 de octubre de 1892 comienza su noviciado en Gars, tomando el hábito el 29 de noviembre. En ese tiempo escribe a sus padres para tranquilizarlos. Tiene por maestro a J. Frankenberger, quien cree en extrañas revelaciones, sobre este asunto escribe Gaspar: “Los elevados misterios no son para mí. Lo esencial se encuentra en el Evangelio, para mi son incomprensibles... me limito a las verdades elementales, a la vida eterna, encarnación, redención y al Santísimo Sacramento”.

Tiene dificultades para entender a un novicio, a quien no aguanta, y siente deseos de abandonar el noviciado. Esta etapa viene marcada en su espiritualidad por su apertura total a Dios y fidelidad sólo por su amor. El camino que sigue viene marcado por mortificaciones, oración, visitas regulares al Santísimo, 4 exámenes de conciencia diarios, retiros y ejercicios de piedad. Con ello busca un mayor compromiso, ser modesto y confiar en Dios: “mi única vocación es hacer la voluntad de Dios”. El 16 de octubre de 1893 hace la profesión religiosa en Dürrnberg.

Teologado y ordenación

Continúa sus estudios teologales en Dürrnberg, bajo la dirección del P. Rieger, de quien queda impresionado por su ciencia, y anota una de sus frases: “Quien estudia la Teología sin rezar, fácilmente puede convertirse en un loco peligroso”. Los serios propósitos del noviciado los sigue manteniendo, con la meditación, oración sencilla y contemplación, cuidando así su vida interior: “nuestra vida interior es nuestra verdadera vida”.

En esta época se propone cuidar su atención a los demás, ser más respetuoso, comprenderlos mejor, ser más amable y no sermonear ni juzgar. Todo un estilo de vida, de honestidad y sencillez que le acompañará toda su vida. El 28 de diciembre de 1893 recibe el subdiaconado en Ratisbona; el 21 de septiembre del año siguiente, el diaconado. Finalmente es ordenado sacerdote en la misma ciudad el 16 de junio de 1895, cuando tan sólo tenía 24 años, y canta misa en su pueblo natal el día 24 del mismo mes. Tras los ejercicios para prepararse para la ordenación, escribió: “...en la predicación debo evitar la palabrería vacía y aburrida. Predicaré únicamente la palabra de Dios y no la mía”.

Trabajo pastoral

Tras ser ordenado es destinado al Seminario Menor de futuros Misioneros Redentoristas de Dürrnberg, como profesor y encargado de estudios. Sus cualidades personales, le hace ganarse rápidamente la confianza de los chicos. Su cordialidad, disponibilidad, afecto, humildad, comprensión y bondad, no le impiden ser firme y prudente en su trato y decisiones.

Tras estudios sobre la enseñanza, se decanta por un nuevo estilo estimulante, que no obligue a nadie, tolerante, paciente y entregado, en que se obedece sólo por amor, porque se quiere y no porque se debe, un estilo alegre y sereno. Nunca castiga ni reprende. Si algo está mal, los llama aparte, y si se equivoca les pide perdón en público, incluso de rodillas. Apuesta por una formación integral de los jóvenes, donde haya juego, deporte y otras manifestaciones, orientando hacia la madurez personal y el equilibrio interior, fundamentándolos siempre en Cristo. También propone unos días de vacaciones para los alumnos con sus familias. Se vuelca en la dedicación hacia los alumnos, especialmente con los enfermos.

Además de este trabajo, se encarga de la contabilidad del seminario, de elaborar los nuevos estatutos de la casa, y de los programas de estudio. En la comunidad, hace de reconciliador entre los hermanos, buscando el entendimiento entre jóvenes impacientes y superiores exigentes.

A sus 26 años, es el encargado de los postulantes, quienes le tienen gran cariño por su amistad, sencillez y cercanía, llegando a decir de Gaspar: “le gustaba pasar el rato y entretenerse sentado con nosotros”. Aunque le hubiese gustado haber ido de misiones, Gaspar se siente plenamente misionero en su trabajo pastoral en el seminario, y también en su confesionario, y sus predicaciones sencillas, destacando las referentes a María. Stanggassinger dice de sí mismo: “soy una caña hueca a través de la cual habla Dios”. En 1897, el intenso trabajo le desborda y entra en un estado de tensión y agotamiento, aún así, seguirá trabajando con toda su fuerza.

Últimos días

Los últimos días de su vida, transcurren rápidamente en Gars, al ser trasladado el Seminario Mayor hasta esa ciudad. Llega el 11 de septiembre de 1899, y el día 13 dirige unos ejercicios espirituales para los alumnos, en los que presiente su final.
El día 22 se siente cansado y sin fuerzas, con fuertes dolores de vientre: “...ahora veo la diferencia entre predicar sobre la paciencia y sufrir con paciencia el dolor”.

El 24 de septiembre, tras celebrar la eucaristía en la enfermería, pide la unción, que la recibe al día siguiente. Diagnosticada una apendicitis que se vuelve peritonitis, se rodea en sus últimos momentos de los jóvenes a los que les predica de la siguiente manera: “Honrad y amad a la buena Madre, visitar a Jesús Sacramentado”. Tras recibir la comunión y hacer una oración de San Alfonso, muere en la madrugada del día 26 de septiembre de 1899 en la ciudad de Gars. Tan sólo tenía 28 años.

Tras su muerte, el seminario queda en un gran desconcierto, hay que asignar un nuevo director, ya que dos días antes Gaspar había sido nombrado director. Sus alumnos lo reconocen rápidamente como modelo de santidad, y comienzan a pedir su intercesión.

Modelo de santidad

En 1935, el mismo día que da comienzo el proceso de canonización, se produce el primer gran milagro, al ser curada de un tumor de estómago sor María Teófilo. Sus reliquias se veneran en una capilla de la Iglesia Redentorista de Gars. En 1986 el Papa Juan Pablo II lo declara Heroico en la práctica de las virtudes cristianas. Y finalmente el 24 de abril de 1988 lo declara Beato de la Iglesia Universal en Roma.

Su vida, testimonio vivo, ejemplo y modelo de los Redentoristas en una vida sencilla y totalmente entregada a hacer la voluntad de Dios con amor y negación de sí mismo. Hacer de su vida en humildad sencilla y alegre una oblación, prolongación de la Redención de Cristo.

El Beato Gaspar Stanggassinger, no destaca por los hechos extraordinarios. Destaca por su forma de vivir en la vida ordinaria, por su encuentro con Cristo en todo, por seguirlo con decisión y coherencia. Es un modelo de sencillez, que se toma en serio la realidad terrena, que ama la naturalez, y disfruta de ella y de la familia y amigos, sin abandonar en ningún momento su vida espiritual y religiosa, sin exageraciones, de una forma sencilla y humilde.

En la Provincia Redentorista de España es el Patrón de los formadores y formandos (postulantes, novicios y estudiantes teólogos) y de las vocaciones a la vida misionera redentorista.

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Por: . | Fuente: Franciscanos.net

Virgen Terciaria Franciscana

Martirologio Romano: En Salerno, de la Campania, en Italia, beata Lucía de Caltagirone, virgen de la Tercera Orden Regular de San Francisco (1400).

Lucía nació en Caltagirone, Sicilia, hacia el año 1360. Sus padres la educaron en la piedad y ella supo maravillosamente corresponder a sus esperanzas. Ellos eran devotos de San Nicolás de Bari y experimentaron varias veces su protección. Un día en que Lucía se subió a una higuera para recoger frutas fue sorprendida por un furioso temporal con granizo y rayos. Un rayo cayó sobre el árbol donde estaba Lucía, la cual se precipitó a tierra medio muerta. En su mente vio perfilarse la figura de un santo anciano, San Nicolás de Bari, quien la tomaba de una mano y la entregaba de nuevo a la familia.

Hacia los 13 años abandonó su pueblo natal en Sicilia para seguir a una piadosa terciaria
franciscana de Salerno. Al poco tiempo se le murió esta guía espiritual y Lucía entró en un convento salernitano de Hermanas que seguían la regla franciscana. Allí se distinguió por la fiel práctica de sus deberes y en especial por el amor a la penitencia, a la cual se había comprometido para expiar los pecados de la humanidad, y sobre todo por una más íntima participación en los dolores de Cristo. Por algún tiempo ejerció el oficio de maestra de novicias. La fama de su virtud se difundió. Muchos recurrían a ella para pedirle oraciones y consejo. Dedicaba mucho tiempo a la oración, a la meditación y a la contemplación de las cosas del cielo. A menudo flagelaba su cuerpo virginal; la desnuda tierra le servía de lecho; un poco de pan y agua eran su sustento diario.

Los nobles acudían a ella, y ella consolaba a los afligidos, llamaba a penitencia a los pecadores, edificaba a los piadosos. Dios confirmó con prodigios su santidad. Había llegado a los cuarenta años y ya estaba lista para el cielo. Su vida austera, los prolongados y dolorosos sufrimientos minaron su salud. A la invitación del esposo celestial, su alma gozosa voló al Paraíso para unirse al coro de las Vírgenes a las cuales ha sido dado seguir al Cordero divino.

Lucía, terciaria regular, murió en Salerno el año 1400. Después de su muerte obró diversos prodigios. El culto y la veneración hacia ella siempre fue extendiéndose en el pueblo salernitano y en las regiones vecinas hasta que el Sumo Pontífice León X el 4 de junio de 1514 concedió en su honor el oficio y la misa.

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Por: . | Fuente: misa_tridentina.t35.com

Abad

Martirologio Romano: En el monasterio de la Santísima Trinidad, en la región de Moscú, en Rusia, san Sergio de Radonezh, que, elegido como hegúmeno o abad, propagó la vida eremítica y cenobítica que él había practicado primero, y hombre de carácter afable, fue consejero de príncipes y consolador de fieles cristianos . (†1392)

Fecha de canonización: En el año 1449, siendo Papa Nicolás V.

San Sergio de Radonezh es uno de los santos más venerados en toda Rusia. Nació en el año de 1319 en la familia de los muy distinguidos nobles y piadosos Cirilo y María. Desde muy temprana edad Bartolomé, nombre con el que fue bautizado, deseaba consagrar toda su vida al servicio de Dios. Sin embargo, Cirilo y María por mucho tiempo desaprobaron que su hijo se entregara a la vida monástica. Sólo un poco antes del deceso de sus padres, san Sergio y su hermano mayor, Esteban, se retiraron a una colina perdida en la espesura del bosque. El futuro Santo Patrono de Rusia contaba entonces con apenas 23 años.

Con sus propias manos, los hermanos construyeron en este sitio una iglesia y un aposento, consagradas a la Santísima Trinidad. La vida en el retiro no fue nada fácil para Esteban, el hermano mayor de san Sergio y muy pronto se alejó de esos lugares. El Santo se quedó en completa soledad y con mayor celo se entregó al ayuno y a la oración. Muy pronto se cumplieron los más anhelados deseos del joven: Mitrofan, el padre superior de uno de los monasterios cercanos, le entregó los hábitos. San Sergio no pasaba ninguna hora del día en vano o en la ociosidad. Combinaba sabiamente la oración y el trabajo, el canto de los Salmos y la lectura de los libros sagrados, cada vez más iba en aumento su erudición y cada día de su vida se acercaba más y más a Cristo.

Cada paso en su vida monástica procuraba llevarlo a cabo tomando ejemplo de lo escrito por los devotos de los primeros siglos del cristianismo tales como: los Santos Antonio y Macario Magnos; san Juan Clímaco, el abad Doroteo y muchos otros más.. San Sergio también era muy devoto de los primeros prosélitos del monaquismo ruso: Antonio y Teodosio Pecherski y a sus innumerables seguidores. El Santo se esforzaba por lograr en su vida aquel ideal de santidad, que habían logrado todos ellos, marchando siempre hacia Dios por el camino riguroso de la concordancia con las enseñanzas de nuestro Salvador. Valerosamente, resistió toda tentación, con su mirada fija en el Cristo celestial y se entregaba con todas sus fuerzas en búsqueda de Dios, objetivo único en la vida de todo hombre.

Pese a que San Sergio no lo buscara, por todas las ciudades cercanas y lejanas se propagó el rumor de que en el bosque de Radonezh vivía un extraordinario hombre muy devoto. Muy pronto el Santo comenzó a rodearse de personas ansiosas por ser salvadas bajo su guía. San Sergio, por el deseo insistente de sus discípulos, se convierte en sacerdote y superior del monasterio fundado por él mismo.

En la biografía del Santo, compuesta por su discípulo, Epifanio el Sabio, hay muchas referencias a la humildad que adornaba a San Sergio, veamos uno de esos relatos: En una ocasión, en vida de san Sergio, llegó al convento un campesino que había escuchado acerca de las proezas y la gloria del padre superior. El hombre pidió a un hermano que le mostrara al padre Sergio. Los monjes le señalaron a un hombre de edad avanzada con vestiduras remendadas y muy sencillas que estaba arrimando unas tablas al lado de la barda del monasterio. El campesino incrédulo y exaltado, exclamó: “¡Se burlan de mí! Yo vine hasta aquí para ver a un ilustre padre, opulentamente vestido, rodeado de servidumbre y ustedes me enseñan a un campesino cualquiera, seguramente el más ínfimo del monasterio”. San Sergio al escuchar las quejas del visitante, abandono su tarea, amablemente lo saludó y lo invitó a pasar al comedor. Le dijo entonces: “No te aflijas hermano, –lo consoló el Santo– Dios es tan benevolente en su casa, que nadie sale de ella con angustia. Y muy pronto Él te mostrará a aquél al que buscas”. En el momento de su charla, al monasterio llegó un príncipe rodeado de un numeroso séquito. El príncipe se tiró a los pies del hombre de Dios, pidiendo su bendición. Entonces el campesino entendió de quien se trataba ese humilde hortelano. Después de la partida del príncipe, con lágrimas rogaba a san Sergio le perdonara por su osadía e ignorancia. “No te aflijas, hijo mío –le dijo el humilde padre–, solamente tú me has juzgado cabalmente, ya que más bien los equivocados son ellos”.

La dirección del monasterio no le atraía mucho a san Sergio, más bien le agobiaba. Cuando al convento llegó la discordia y ante el intento de sublevación de algunos monjes en contra de su superior, san Sergio abandonó el monasterio estableciéndose en la espesura del bosque a la orilla del río Kirzhach. Sólo después de 3 o 4 años ante la intervención del padre Alejo de Moscú, regresó san Sergio a su convento.

San Sergio falleció el 25 de septiembre de 1392. Antes de su muerte, dispuso a los hermanos, ante todo, preservar con rigurosidad la fidelidad a la ortodoxia de la fe. El Santo encomendó también preservar la vida en comunión, la pureza espiritual y corporal, alejarse de los malos deseos, la abstención en la comida y la bebida, tener la aplicación hacia la humildad y el peregrinaje.

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Presbítero Trinitario y Mártir

Martirologio Romano: En la sierra de las Alpujarras, cerca de la ciudad de Granada, beato Marcos Criado, presbítero de la Orden de la Santísima Trinidad, para la redención de cautivos, y mártir, víctima de los moriscos (1569).

Fue un valiente misionero declarado Beato por dejarse hasta su vida como misionero anunciando “la Palabra”, la de Cristo, la de la vida, sin mas medio ni arma que la palabra. Tan potente fue esta arma que suscitó la fe en unos y en otros el rechazo. Como respuesta encontró la violencia, y hostilidad hasta la muerte. Pero la violencia venció, y la Palabra con-venció. La fe y su testimonio siguen vivos.

Inicios y vocación Este trinitario nació en un lugar cercano, Andujar, y una fecha lejana, en 1522. Como es natural tenía una gran devoción a la Virgen de la Cabeza. De hecho pierde a su madre siendo niño y ante este dolor acude a su madre del cielo, a la Virgen de la Cabeza. A ella le hablaría de su soledad y de ella sentiría su abrazo de madre, que siempre está ahí, atenta a sus hijos. Marcos, aquel día se encomendó a la madre de Dios y madre nuestra y se consagró a ella.

Años más tarde, aún muy joven pide entrar en la comunidad de Trinitarios de su ciudad, quizá como respuesta a su consagración de niño. Tras un año de noviciado realizó su profesión religiosa como trinitario. Después realizó los estudios teológicos hasta que fue ordenado sacerdote.

El trinitario de la Palabra. La lectura del Evangelio y de los libros de teología le hacían escuchar la Palabra de Jesús que lo llamaba a seguirlo dejándolo todo en pobreza, obediencia y castidad. Aquellas palabras le hicieron encontrarse con la Palabra hecha carne en la realidad y el sufrimiento humano. También él quería anunciar la palabra de vida y esperanza. Marcos destacó por ser un gran predicador, de hecho pasó por diversas comunidades –Andujar, Ronda, Jaén y finalmente Úbeda- con el ministerio de predicador mayor. También en el confesionario su palabra trasmitía la acogida y el perdón de Dios Padre, destacando como confesor.

Misión. Marcos leía la Biblia y meditaba sobre la obediencia de Jesús a la voluntad del Padre. Se encontraba en la comunidad de Úbeda. Aquella tarde tenían capítulo, el Ministro Local lo había convocado de forma extraordinaria, le intrigaba pensar que nuevas tenía que comunicarles. Tras una oración comenzaron la reunión, en el orden del día sólo un punto. Los Obispos de Guadix y Almería pedían a los trinitarios tres o cuatro misioneros para afianzar la fe de los moriscos en la zona de las Alpujarras. La mayoría de los moriscos se habían bautizado para evitar ser expulsados y sólo habían recibido una superficial evangelización. Los obispos querían consolidar la fe de aquellos pueblos apartados y aislados por la abrupta Sierra Nevada. Junto a las palabras de los obispos el provincial añadió que esta empresa se equiparaba a la redención de cautivos, por la redención de almas. Al pedir voluntarios llenos de Espíritu se ofrecen el P. Pedro de San Martin y el P. Marcos Criado. Era el momento de encarnar la Palabra.

Como los apóstoles, de dos en dos, parten nuestros hermanos. Pedro iría a Almería, mientras que Marcos a Guadix. Repentinamente el P. Pedro enferma y tras varios días muere. Marcos se encuentra sólo en su misión, pero de nuevo siente como la Virgen de la Cabeza, le dice que está con él, y que le acompaña en su encomienda. Tras presidir el funeral se pone en camino, había sido nombrado vicario del párroco de la Peza (Granada).

Misionero en las Alpujarras. Desde la Peza va visitando los distintos pueblos de la Alpujarra. Sus dotes de predicador movilizaban a los cristianos y sus palabras en el confesionario trasmitían el amor de Dios. Lo mismo impartía catequesis a los niños en la calle que visitaba a enfermos. Su fama corrió por la sierra, las autoridades civiles y religiosas le facilitaban su trabajo y le pedían a los vecinos que lo acogiesen como a un apóstol. Sin embargo esta fama también le ganó detractores, en la Peza recibe una paliza para que deje su actividad. Un clima de hostilidad se levantaba contra los cristianos, Marcos recibe una nueva paliza en la sierra de Filabres, lo dan por muerto, pero sorprendentemente se recupera. Algunos pueblos cristianos son arrasados y profanados sus templos.

Palabra contra violencia. Nuestro misionero sufre en este contexto de conforntación por lo que decide hablar con Abencotha, líder de los moriscos. Le pide que respete y deje tranquilos a los cristianos y lo invita a cambiar de actitud en nombre de Jesús. Tan insultante le pareció a Abencotha el encuentro que a las palabras responde con violencia. Lo prenden con una soga y lo atan a un caballo arrastrándolo por abruptos caminos. Lo abandonaron como muerto.

De nuevo se recupera y continúa su misión, predicando, visitando a los cristianos acosados. Sus milagrosas recuperaciones, su fidelidad a su misión, y predicaciones producen conversiones, hasta de “renegados de la fe”; al mismo tiempo que la persecución se hace más hostil contra los cristianos. Son asesinados los primeros sacerdotes en Vera y Marcos estando en Cadiar se ve obligado a huir para evitar su muerte. Vuelve a la Peza.

Las autoridades civiles publican el “Edicto del Primero de Mayo” para reprimir a los moriscos. Este documento consigue el efecto contrario, los moriscos se quieren vengar de la opresión y obligaciones impuestas por el edicto atacando a la población cristiana. En la noche de Navidad de 1568 comienza el levantamiento de las Alpujarras. Aben Humeya capitanea una revuelta contra los critianos que irá recorriendo todos los pueblos de la zona, acabando con sacerdotes y cristianos. Año y medio más tarde llegan a la Peza atemorizando a la comunidad cristiana que se refugia en el castillo, junto a sus pastores. El párroco que increpó a los agresores encontró allí su muerte. El P. Marcos celebró sus funerales y desde aquel momento se instala en la Iglesia presintiendo su fin violento. El 22 de septiembre de 1569 tras celebrar la Eucaristía se dirigió a los fieles manifestando su deseo de dar la vida por Cristo.

¿Vence la violencia?. De repente un grupo de moriscos entra violentamente en el templo, les habla pero la respuesta es violencia sorda. Los fanáticos lo sacan a golpes y puntapiés y lo llevan hasta a las afueras del pueblo. Allí un grupo mayor le esperaba. Le torturaron para que renegara de Cristo, y de su boca ensangrentada emergió una clara palabra: - ¡Jamás! Entre golpes e insultos lo amarraron a una encina con los pies al aire, esperando contemplar su agonía y muerte. El día 23 aún estaba vivo y de repente comenzó a cantar salmos, palabras de confianza, de perdón, de alabanza, por lo que apedrearon hasta que ellos creían que estaba muerto. El 24 comprobaron que aún vivía, intentaba balbucear alguna palabra. Aquel día murió, o nació a la vida definitiva. Permaneció en el árbol hasta el 25 y para verificar su muerte un morisco cruel le abrió el pecho y le sacó el corazón.

Los testigos de aquel macabro espectáculo estaban conmovidos tras tres días de violencia y agonía, aceptada en fidelidad y amor ¿Quién le daba aquella fuerza? Al sacarle el corazón todos los presentes quedaron admirados y cayeron en tierra. En el corazón aparecía estar escrita una palabra: “Jesús”, el nombre que apasionó aquel corazón y que le hizo dar la vida por amor.

Triunfo de la Palabra. Habían terminado con su vida, pero la palabra triunfó, venció la fe. Todos fueron a anunciar el hecho prodigioso, los cristianos recogieron el cuerpo y el corazón de su mártir. Comenzaron a llamarlo el Santo Marcos. La sangre de los mártires fue semilla de auténticos cristianos y de generación en generación contaban como el Santo Marcos encarnó la Palabra de Dios en el Pueblo de la Peza y fue signo de su amor.

Debido al culto y veneración que recibió durante siglos en este pueblo y comarca se comienza el proceso de beatificación hasta que en 1899 el Papa León XIII lo elevó a los altares como mártir.

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Por: Herbert Thurston, S. J. y Donald Attwater | Fuente: Fatheralexander.org

Aunario vino al mundo en el seno de una familia perteneciente a la casa de Orleáns que se distinguió tanto por su nobleza como por su virtud. Una hermana suya, Santa Austregilda, fue la madre de San Lupo de Sens. Aunario pasó su juventud en una corte real, pero renunció a las pompas del mundo y se puso bajo la dirección espiritual de San Siagrio obispo de Autun. Este fue quien lo ordenó sacerdote y, en 561, fue elegido para presidir la sede de Auxerre. San Aunario fue uno de los obispos más influyentes y respetados de su tiempo en Francia, tanto en los círculos civiles como en los religiosos, pero su máxima actividad la desarrolló en el terreno de la disciplina eclesiástica. Estuvo presente en el sínodo de París que presidió San Germán en el año de 573, así como en las dos asambleas de Magon, en 583 y 585, de donde surgió el decreto que prohibía a los clérigos citarse entre sí para comparecer ante los tribunales civiles y otra legislación que estableció el derecho de los obispos para intervenir en favor de las viudas, los huérfanos y los esclavos liberados. En aquellos sínodos se reforzaron los decretos para la observancia del domingo y el pago de los diezmos.

Celoso en el establecimiento de la disciplina en su propia diócesis, infatigable en la vigilancia sobre la moral pública y ansioso por instruir a su pueblo en todo lo concerniente a su vida cristiana, Aunario convocó particularmente a dos sínodos en Auxerre para aplicar las mencionadas legislaciones en su propia iglesia. En la primera de aquellas asambleas fueron decretados cuarenta y cinco cánones, muchos de los cuales abordaban de manera interesante y nueva, los hábitos y costumbres del lugar y la época, cuando los vestigios de las supersticiones del paganismo y los abusos en las prácticas del cristianismo, no habían alcanzado todavía la inofensiva respetabilidad de los "vestigios folklóricos." Por ejemplo, se prohibió a las gentes utilizar los recintos de las iglesias para la danza y el canto de trovas y romancillos profanos o cualquier otro entretenimiento ajeno a las prácticas de la religión; asimismo se les prohibió disfrazarse con pieles de ciervo o de becerro el día del Año Nuevo, intercambiar "regalos malignos", hacer votos o juramentos ante hierbajos, árboles, pozos o fuentes "sagrados", practicar las artes de la magia o reunirse en casas particulares para celebrar las vigilias de las fiestas solemnes. Para edificación y aliento de los fieles, San Aunario mandó escribir las biografías de sus dos distinguidos predecesores en la sede de Auxerre, San Amado y San Germán y, con el fin de llevar con más orden y concierto los servicios de su iglesia, aumentó considerablemente los ingresos de su sede. Los miembros del clero secular y los monjes fueron obligados a asistir a los oficios divinos diariamente y, cada iglesia y monasterio, por turno, debía entonar con toda solemnidad las letanías e intercesiones, durante un día cada mes. San Aunario murió el 25 de septiembre del año 605.

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Obispo y Mártir

Martirologio Romano: En Panonia (hoy Hungría), san Gerardo Sagredo, obispo de la sede de Morisena (hoy Csanad) y mártir, que fue preceptor de san Emerico, príncipe adolescente hijo del rey san Esteban, y en una sedición de húngaros paganos murió apedreado cerca del río Danubio († 1046).

Etimología: Gerardo = Audaz con la lanza, viene del germano

Breve Biografía


San Gerardo, algunas veces llamado Sagredo, fue el apóstol de un vasto distrito de Hungría.

Era originario de Venecia, donde nació a principios del siglo once. Desde muy joven, se consagró al servicio de Dios en el monasterio benedictino de San Giorgio Maggiore en Venecia, pero al cabo de algún tiempo, abandonó el convento para hacer una peregrinación a Jerusalén.

Al pasar por Hungría, conoció al rey San Esteban, a quien impresionaron tanto las cualidades de Gerardo, que lo retuvo para que fuese el tutor de su hijo, el Beato Emeric. Al tiempo que ejercía sus funciones de educador, el santo predicó la palabra de Dios con mucho éxito. Cuando San Esteban fundó la sede episcopal de Csanad, nombró a Gerardo como su primer obispo. La gran mayoría de los habitantes del lugar eran paganos, y los pocos que llevaban el nombre de cristianos, eran ignorantes, salvajes y brutales, pero San Gerardo trabajó entre ellos con tan buenos frutos que, en poco tiempo, el cristianismo progresó considerablemente. Siempre que le era posible, unía Gerardo la perfección en su desempeño de la tarea episcopal con el recogimiento de la vida contemplativa que le fortalecía para continuar con sus funciones. Además, Gerardo fue investigador y escritor; entre sus obras figura una inconclusa disertación sobre el Himno de los Tres Jóvenes (Daniel III) y otros escritos que se perdieron con el correr del tiempo.


El rey Esteban secundó el celo del buen obispo en tanto que vivió, pero a su muerte, ocurrida en 1038, el reino quedó en la anarquía a causa de las disputas por la sucesión al trono y, al mismo tiempo, estalló una rebelión contra el cristianismo.

Las cosas iban de mal en peor, hasta el extremo de que, virtualmente, se declaró una abierta persecución contra los cristianos. Por entonces, Gerardo, que celebraba la misa en la iglesita de una aldea junto al Danubio, llamada Giod, tuvo la premonición de que aquel mismo día habría de recibir la corona del martirio. Terminada la visita a la aldea, el obispo y su comitiva partieron hacia la ciudad de Buda.

Ya se disponían a cruzar el río, cuando fueron detenidos por una partida de soldados al mando de un oficial, idólatra recalcitrante y acérrimo enemigo hasta de la memoria del rey Esteban. Sin mediar palabra, los soldados comenzaron a lanzar piedras contra San Gerardo y sus gentes, que se hallaban dentro de la barca, amarrada a un pilote. Algunos de ellos se metieron al agua, volcaron la embarcación y sacaron a rastras al santo obispo. Asido a los brazos de sus captores, se incorporó hasta ponerse de rodillas y oró en voz alta con las palabras de San Esteban, el Protomártir: "¡Señor, no les toméis en cuenta esta culpa!" Apenas había pronunciado estas palabras cuando le atravesaron el pecho con una lanza.


Los soldados arrastraron el cuerpo hasta el borde de un acantilado que lleva el nombre de Blocksberg y arrojaron el cadáver al Danubio. Era el 24 de septiembre de 1046. La muerte heroica de San Gerardo produjo un profundo efecto entre el pueblo que, desde el primer momento, comenzó a venerarlo como mártir. Sus reliquias fueron colocadas en un santuario, en 1083, al mismo tiempo que las de San Esteban y las de su hijo, el Beato Emeric. En 1333, la República de Venecia obtuvo del rey de Hungría la concesión de trasladar la mayor parte de las reliquias de San Gerardo a la iglesia de Nuestra Señora, en la isla de Murano, vecina a Venecia donde hasta hoy se venera al santo como al protomártir de aquel lugar donde vino al mundo.

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Por: . | Fuente: www.telefonica.net

Presbítero Dominico

Martirologio Romano: En Girona, de Cataluña, en España, beato Dalmacio Moner, presbítero de la Orden de Predicadores, conocido por su amor a la soledad y al silencio (1341).

San Dalmacio Moner (san Dalmau Moner para los catalanes) nace el año 1289 en Santa Coloma de Farners, a unos 20 kms. de la ciudad de Girona. Sus padres eran de condición económica acomodada, como consta por su comparecencia en diversos juicios sobre conflictos de bienes, relatados en documentos de la época.

Cursó estudios elementales con los padres benedictinos, En Gerona, donde radicó en su adolescencia y juventud, aprendió las artes liberales; en esa época conoció a los padres dominicos, a quienes admiró por sus conocimientos.

Estudió lógica en Montpellier, profesó en 1314 en la Orden de los Predicadores, concluyó filosofía en Valencia y se doctoró en teología.

Fue docente en Castelló, Tarragona y Cervera. Se distinguió por la extrema obediencia a la Regla Dominica, su entrega a la oración, estudio y predicación; promovió vocaciones entre los jóvenes, además de ser consejero de prelados, reyes y catedráticos.
Contribuyó en la organización de nuevos conventos y formó centros de espiritualidad y apostolado. En vida, los frailes y el pueblo lo reconocían como santo; le llamaban "el fraile que habla con el ángel", debido a su piedad y silencio; además, se le atestiguaron levitaciones y favores considerados milagrosos.

Fray Dalmacio practicó la austeridad también en el alimento, vestido y aposento. Durante su vida religiosa, no sólo fue solícito en el cumplimiento de los ayunos y abstinencias, prescritos por las Constituciones dominicanas, sino que renunció del todo a comer carne (salvo en caso de enfermedad) y procuraba alimentarse de verduras endurecidas -a veces de raíces- y de legumbres, cocidas y preferentemente frías. Cuando había de compartir la misma comida que los otros religiosos en el refectorio, evitaba los platos sabrosos o les echaba agua para quitarles el sabor. En cuanto a la vestimenta, usaba hábitos viejos y apedazados, aunque procuraba ir limpio.

Cuando le regalaban un hábito o una capa, pedía a otro religioso que la usase primero él hasta envejecerla por el uso. Su celda era pequeña y angosta, una de las destinadas a los novicios o jóvenes estudiantes. Oraba hasta altas horas de la noche y, cuando le vencía el sueño, se acostaba sobre un saco de sarmientos, a modo de colchón, y reposaba su cabeza sobre un saco rellenado de paja sin cortar, a modo de almohada.
En los cuatro últimos años de su vida vivió una vida de extrema austeridad. Empeñado en dedicar los últimos años de su vida a la contemplación y a la mortificación de su cuerpo, obtuvo del P. Maestro General de los dominicos en 1336 un permiso especial para ir a vivir y morir en la Cueva de Santa Magdalena, conocida aún hoy día como La Sainte Baume, situada cerca de Marsella y custodiada por los frailes dominicos franceses. Vivió allí unos meses, pero tuvo que volver a Girona por asuntos urgentes.
Entonces fue cuando empezó el cuatrienio más severo de su vida en Girona. Volvió a conseguir del P. Maestro General un permiso especial para vivir como anacoreta en una cueva angosta y húmeda excavada en una de las laderas de la amplia huerta del Convento de Santo Domingo. Allí pasó los cuatro últimos años de su vida dedicado a la oración, contemplación y penitencia, con la única obligación comunitaria de acudir al convento a las horas de las comidas y de los rezos en el coro.

El P. Diago resume su muerte con estas palabras: “Recibidos los Santos Sacramentos de la Iglesia, estando presentes los frailes más importantes de la Provincia que habían acudido a aquel convento para celebrar el capítulo y, rogando por él, murió dichosamente de edad de cincuenta años en aquella áspera cueva a 24 de septiembre del año de 1341.

Su culto fue confirmado por Inocencio XIII de 13 de agosto de 1721.

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En castellano se le ha llamado en plural, Virgen de las Mercedes, que no corresponde con el sentido originario de la advocación.

El significado del título "Merced" es ante todo "misericordia". La Virgen es misericordiosa y también lo deben ser sus hijos. Esto significa que recurrimos a ella ante todo con el deseo de asemejarnos a Jesús misericordioso.

MARÍA Y PEDRO NOLASCO

Eran tiempos en que los musulmanes saqueaban las costas y llevaban a los cristianos como esclavos a África. La horrenda condición de estas víctimas era indescriptible. Muchos perdían la fe pensando que Dios les había abandonado. Pedro Nolasco era comerciante. Decidió dedicar su fortuna a la liberación del mayor número posible de esclavos. Recordaba la frase del evangelio: "No almacenéis vuestra fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenad en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe" (Mt 6,20).

Año 1203. El laico, Pedro Nolasco inicia en Valencia la redención de cautivos, redimiendo con su propio patrimonio a 300 cautivos. Forma un grupo dispuesto a poner en común sus bienes y organiza expediciones para negociar redenciones. Su condición de comerciantes les facilita la obra. Comerciaban para rescatar esclavos. Cuando se les acabó el dinero forman cofradías-para recaudar la "limosna para los cautivos". Pero llega un momento en que la ayuda se agota y Pedro Nolasco se plantea entrar en alguna orden religiosa o retirarse al desierto. Entra en una etapa de reflexión y oración profunda.

LE RESPONDE LA VIRGEN

Nolasco pide a Dios ayuda y, como signo de la misericordia divina, le responde la Virgen que funde una congregación liberadora. La noche del 1 al 2 de agosto de 1218, la Virgen se les apareció a Pedro Nolasco, a Raimundo de Peñafort, y al rey Jaime I de Aragón, y les comunicó a cada uno su deseo de fundar una congregación para redimir cautivos. La Virgen María movió el corazón de Pedro Nolasco para formalizar el trabajo que el y sus compañeros estaban ya haciendo. La Virgen llama a Pedro Nolasco y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación de los cautivos de los musulmanes, expuestos a perder la fe. Nolasco le dice a María:

-¿Quién eres tú, que a mí, un indigno siervo, pides que realice obra tan difícil, de tan gran caridad, que es grata Dios y meritoria para mi?:

-“Yo soy María, la que le dio la carne al Hijo de Dios, tomándola de mi sangre purísima, para reconciliación del género humano. Soy la que recibió la profecía de Simeón, cuando ofrecí a mi Hijo en el templo:”Mira que éste ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel; ha sido puesto como signo de contradicción: y a ti misma una espada vendrá a atravesarte por el alma”:

-¡Oh Virgen María, madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer que tú me mandas?:

-“No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde esta congregaciónn en honor mío; será una familia cuyos hermanos, a imitación de mi hijo Jesucristo, estarán puestos para ruina y redención de muchos en Israel y serán signo de contradicción para muchos."

LA INSTITUCION NUEVA

Pedro Nolasco, funda la congregación, apoyado por el Rey Jaime I de Aragón, el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort. Su espiritualidad se fundamenta en Jesús, el liberador de la humanidad y en la Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora. En el capítulo general de 1272, los frailes toman el nombre de La Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, mercedarios. El Padre Antonio Quexal, siendo general de la Merced en 1406, dice: "María es fundamento y cabeza de nuestra orden".

EN LA CATEDRAL DE BARCELONA

El 10 de agosto de 1218 en el altar mayor de la Catedral de Barcelona, en presencia del rey Jaime I de Aragón y del obispo Berenguer de Palou, se crea la nueva institución. Pedro y sus compañeros vistieron el hábito y recibieron el escudo con las cuatro barras rojas sobre un fondo amarillo de la corona de Aragón y la cruz blanca sobre fondo rojo, titular de la catedral de Barcelona. Pedro Nolasco reconoció siempre a María Santísima como la auténtica fundadora de la congregación mercedaria.

LA VIRGEN DE LA MERCED, LA FUNDADORA

El título mariano de la Merced tiene su origen en Barcelona, España, cuando muchos eran cautivos de los moros y en su desesperación y abandono estaban en peligro de perder la fe . La Virgen de La Merced, manifesta su misericordia por para atenderlos y liberarlos. La talla de la imagen de la Merced venerada en la basílica de la Merced de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las románicas. He subido piadosamente a su camarín y he comprobado su aspecto imponente por su talla extraordinaria e impresionante. El año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia el 24 de septiembre.

ACTUALIDAD DEL CARISMA

El carisma mercedario de liberar a los cautivos sigue siendo tan necesario como siempre. María ofreció todo su ser para que viva el Hijo de Dios encarnado. En el cántico del Magníficat (Lc 1, 46), María expresa la liberación de Dios. El Papa Juan Pablo II dijo que "María es la imagen más perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad". La Virgen continúa velando por sus hijos cautivos de Satanás (LG 62) y nos pide nuestra cooperación. Nosotros debemos dar nuestra vida para que su Hijo viva en nosotros y así pueda liberar a nuestros hermanos. Ella nos enseñará como hacerlo.

DIOS PADRE DE MISERICORDIA, MARÍA MADRE DE MISERICORDIA.

Dios es Padre de Misericordia, María es Madre de Misericordia. Ella refleja la misericordia de Dios, sufriéndolo todo por sus hijos. Los cristianos debemos también reflejar la misericordia de Dios sufriéndolo todo por amor. "Mirad la hondura o cavidad del lago de donde habéis sido tomados, las entrañas de la Madre de Dios" - Las obras de misericordia que la Virgen pidió incluyen la visita, el acompañamiento y la ayuda a los que salen de la cárcel.

UNA CONGREEGACION LAICAL

Así fue en los primeros tiempos. Su primera ubicación fue el hospital de Santa Eulalia, junto al palacio real. en Barcelona. Allí recogían a indigentes y a cautivos que regresaban de tierras de moros y no tenían donde ir. Seguían la labor que ya antes hacían de crear conciencia sobre los cautivos y recaudar dinero para liberarlos. Salían cada año en expediciones redentoras. San Pedro continuó sus viajes personalmente en busca de esclavos cristianos. En Argelia, África, lo hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad. Aprovechando sus dones de comerciante, organizó con éxito por muchas ciudades colectas para los esclavos.

CUARTO VOTO

Además de los tres votos de la vida religiosa, pobreza, castidad y obediencia, hacían un cuarto voto: dedicar su vida a liberar esclavos. Se comprometían a quedarse en lugar de algún cautivo que estuviese en peligro de perder la fe, cuando el dinero no alcanzara a pagar su redención. Así lo hizo San Pedro Ermengol, un noble que entró en la orden tras una juventud disoluta. Este cuarto voto distinguió a la nueva comunidad de mercedarios. El Papa Gregorio IX aprobó la comunidad y San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General. El rey Jaime decía que la conquista de Valencia, se debía a las oraciones de Pedro Nolasco. Cada triunfo que obtenía lo atribuía a sus oraciones.

DESCANSA YA, SIERVO BUENO Y FIEL

Pedro Nolasco, a los 77 años, pronunció el Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados". y se durmió en el regazo de la Virgen. Su intercesión logró muchos milagros y fue canonizado en 1628.

En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre.
 

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Mártires Valencianas

Martirologio Romano: En el pueblo de Benicalap, en Valencia, España, beatas mártires Sofía Ximénez Ximénez, madre de familia, María de la Purificación de San José Ximénez y María Josefa del Río Messa, vírgenes del Instituto de las Hermanas Carmelitas de la Caridad, que atravesando la dura prueba del martirio alcanzaron la gloria que no conoce fin. ( 1936)

Breves Biografías


Sofía Ximénez Ximénez

Sofía nació en Valencia, en el seno de una familia militar. Al morir su madre siendo ella muy pequeña, su padre se volvió a casar otra vez, pero su madrastra no quería que las hijas del primer matrimonio de su marido vivieran con ella y por ello tuvo que irse a vivir con una tía suya. El tutor que cuidaba su patrimonio cometió fraude y ella y sus hermanas vieron sus bienes muy mermados. En 1905, se casó con Carlos del Río, viudo de la madrina de Sofía, que tenía tres hijos pequeños, Sofía los cuidó con gran cariño y ella tuvo cuatro hijos. Vivió con su marido en Barcelona, León y Segovia y finalmente en Toledo, donde en 1927 murió su esposo. En Toledo colaboró con la parroquia y fue presidenta de la Asociación de la Virgen Milagrosa.

Como no le quedaba más que un hijo de cinco años, Luis, discapacitado por parálisis infantil, volvió a Valencia. En Valencia cuidó de la madre de la primera esposa de su marido hasta que falleció, y llevó la misma vida de piedad. Pertenecía a la Acción Católica.

Al iniciarse la guerra civil, acogió en su casa a las religiosas expulsadas de sus conventos e intentar sacar de la cárcel y de las checas a diferentes personas, a quienes ayudó en todo lo que pudo. Una criada que tenía en casa, la denunció como católica y fue arrestada con su hijo enfermo y por ello fue martirizada junto con su hermana María de la Purificación Ximénez, carmelita de la Caridad, y otra religiosa de esta Congregación: María Josefa del Río, en Paterna, que era su hijastra. Fue fusilada junto a su hijo en el Picadero de Paterna. Mientras se acercaban al martirio fueron rezando y dando gracias a Dios por concederles la gracia de dar la vida por su amor.

María de la Purificación de San José Ximénez

Nació en Valencia el 3 de febrero de 1871.

Ingresó en el noviciado de Vic. Después de la profesión pasó por varias casas de la provincia hasta que el 11 de septiembre de 1900 la encontramos entre las 5 HH. fundadoras del Colegio-Asilo de La Unión (Murcia) donde permaneció hasta el año 1906 en que es destinada a Vic para encargarse de las novicias. EL año 1911 pasa a Gandía como superiora y en 1917 a Tarragona hasta el año 1936 año en que las HH. tuvieron que abandonar el colegio y refugiarse en casas de familiares y conocidos. Así lo hizo ella refugiándose en Valencia en casa de su hermana Sofía y de allí la sacaron junto con su hermana y su sobrina la Hna. Mª Josefa del Río también carmelita. y Luis su sobrino. El día 23 de septiembre aparecieron sus cuerpos en el cruce de Campanar - Benicalap

Se hacía toda para todas sin distinciones de ninguna clase.

María Josefa del Río Messa

Nació en Tarragona el 30 de abril de 1895. A los 6 años queda huérfana de madre y su padre se casó con Sofía Ximénez Ximénez, hermana de Sor Purificación de San José y vincu­lada a ella no solo por los lazos de la sangre sino por haber compartido la entrega de la vida. Siguiendo los traslados de su padre, se educó en los colegios de las carmelitas de Barcelona y León.

Ingresó en el noviciado de Vic el 23 de mayo de 1917 a los 22 años . Después de la pro­fesión es destinada a Tarrasa y a los pocos meses a Barcelona al colegio de Gracia hasta 1936, fecha en que las HH. tuvieron que abandonar la casa y refugiarse donde encontraban cobijo. Ella marchó a casa de su segunda madre Sofía, y allí salió hacia el martirio junto con todos los de la casa. Era el 23 de septiembre de 1936

En su vida hay una intuición constante: el martirio. La experiencia de su amor a Dios estaba hecha de fidelidad, entrega y confianza total en Dios - Padre.

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Diácono y Mártir

Martirologio Romano: En Misena de Campania, en Italia, san Sosso (antes Sosio), diácono y mártir, quien, al decir del papa san Símaco, deseando proteger de la muerte a su obispo, consiguió también él el martirio con igual precio y gloria (c. 305).

Breve Biografía


San Sosso nace en Misena en el 205 D.C., según lo contado en el martirologio del Venerable Beda.

Fue uno de los más ardientes líderes de los grupos de los primeros cristianos. Juan Diacono lo define como "el hombre en quien florecían todos los carismas de la Gracia", para demostrar la reputación de santidad de la que gozaba en vida cabe indicar que prelados de muchos lugares hacían el viaje a Misena para conversar con el Seráfico Diácono.

De acuerdo a uno de los relatos, el celebre San Jenaro, durante una de sus visitas en el año 304, en la celebración de la Misa del tercer domingo de Pascua, vio aparecer en la cabeza de Sosso, mientras este leía el Evangelio, una llama similar a aquellas que cayeron sobre las cabezas de los apóstoles en Pentecostés. Luego San Jenaro revelaría esa visión profetizando que Sosso sería mártir.

San Sosso fue decapitado el 19 de septiembre de 305.

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Fundadora

Martirologio Romano: En Montreal, en la provincia de Quebec, en Canadá, beata María Emilia Tavernier, religiosa, que, al perder el marido y los hijos, se entregó a cuidar a los necesitados, fundando la Congregación de las Hermanas de la Providencia, en favor de los huérfanos, ancianos y débiles mentales (1851).

Etimologícamente: Emilia = amable, viene del griego

Breve Biografía


Émilie Tavernier nació en Montreal, Canadá, el 19 de febrero de 1800, de padres humildes pero virtuosos y trabajadores. Ella es la última de quince hijos nacidos del matrimonio Tavernier-Maurice; sus padres fallecieron cuando ella era una niña, pero dejaron a sus hijos una educación cristiana marcada por la presencia de la Providencia en sus vidas.

A la edad de 4 años, Emilia fue confiada a una tía paterna, que reconoció en la niña una sensible inclinación para con los pobres y desdichados.

A los 18 años, parte para ayudar desinteresadamente a su hermano que ha quedado viudo. Lo único que solicita es tener siempre una mesa para servir comida a los mendigos que se presentan; mesa que ella nombra con cariño: «La Mesa del Rey».

En 1823, contrae enlace con Jean-Baptiste Gamelin, un profesional en el cultivo de manzanas. En él, ella encuentra a un amigo de los pobres que comparte sus mismas aspiraciones. De esta unión nacen tres hijos, pero muy pronto la tristeza invade este hogar con el fallecimiento de los hijos a quienes ella se había dedicado con amor y abnegación. También fallece su esposo, con quien ha vivido años felices y de fidelidad en el compromiso matrimonial.

Emilia, en medio de todas estas pruebas no se repliega sobre sus sufrimientos, sino que encuentra en la Virgen de los Dolores al modelo que orientará toda su vida.

Su oración y su contemplación de la Virgen al pie de la cruz abren su corazón a una caridad compasiva por todas las personas que sufren. ¡Desde hoy en adelante, ellas serán su esposo y sus hijos!

Un pobre deficiente mental y su anciana madre son los primeros de una larga lista de pobres, que se benefician, no solamente con los recursos que le dejara su esposo, sino además con su tiempo, su dedicación, su bienestar, sus diversiones y hasta su salud. Su propia casa llega a ser la casa de todos ellos y multiplica los refugios para albergarlos. Personas ancianas, huérfanos, presos, inmigrantes, desempleados, sordomudos, jóvenes o parejas con dificultades, impedidos físicos y enfermos mentales, todos conocen bien su casa, a la que dan espontáneamente el nombre de «Casa de la Providencia», porque ella misma es una «verdadera providencia».

Emilia es bien recibida tanto en los hogares como en la cárcel, entre los enfermos y entre los que están bien, porque lleva consuelo y asistencia. Ella es verdaderamente el Evangelio en acción: «Lo que haces al más pequeño de mis hermanos, a mí me lo haces».

Familiares y amigas se reúnen alrededor de ella para ayudarle; mientras que otros no logran entender semejante dedicación y al ver que se abre otro refugio comentan: «Madame Gamelin no tenía suficientes locas ¡Tuvo que buscarse otras!».

Durante quince años multiplicará sus gestos heroicos de dedicación, bajo la mirada de reconocimiento y aprobación del obispo Jean-Jacques Lartigue, en un principio y luego de Mons. Ignace Bourget, el segundo obispo de Montréal, quien piensa que una vida tan preciosa para sus feligreses no puede desaparecer sin que alguien tome el relevo.

En una estadía en París, en 1841, Mons. Bourget solicita el envío de Hijas de San Vicente de Paul para la atención de la obra de la Señora Gamelin, con el fin de establecer las bases para una comunidad religiosa. Al recibir una respuesta afirmativa, hace construir una casa nueva para acogerlas en Montreal. Pero a última hora, las religiosas cambian de parecer. La Providencia tiene otros planes.

¡La obra de Madame Gamelin sobrevive a todo esto!

El obispo Bourget busca candidatas en su propia diócesis; ellas serán confiadas a Madame Gamelin quien las formará para la obra de caridad compasiva que ella realiza con tanta dedicación, y para la misión Providencia que proclama con actos que hablan aún más fuerte que las palabras.

Las Hermanas de la Providencia nacen, a partir de la Casa de la Providencia, en la Iglesia de Montreal. Emilia Tavernier-Gamelin se unirá a las primeras religiosas, primero como novicia y luego como su madre y su fundadora. La primera profesión religiosa se celebra el 29 de marzo de 1844.

Las necesidades de los pobres, de los enfermos, de los inmigrantes, etc. no dejan de aumentar en esta ciudad, en esta sociedad en vías de desarrollo.

La Comunidad naciente conoce horas sombrías, cuando las hermanas disminuyen en número, debido a las epidemias mortales. Cuando el obispo Bourget duda de la buena voluntad de la superiora, influenciado por una religiosa muy negativa, la fundadora se mantiene de pie junto a la cruz, siguiendo el ejemplo de la Virgen de Dolores, su modelo a partir de las tristes horas de sus duelos. El mismo obispo Bourget reconocerá su grandeza de alma y su generosidad que llega al heroísmo.

La nueva comunidad crece para responder a las necesidades del momento: las Hermanas de la Providencia se multiplican, son 50 en 1851, cuando hace solamente ocho años que ha nacido la comunidad y la fundadora misma fallece, siendo una víctima más de la epidemia de cólera. Sus hijas recibieron el último testamento de labios de su madre: humildad, simplicidad, caridad, sobretodo caridad.

A partir de estos humildes comienzos, son 6147 las jóvenes que se han comprometido para seguir el ejemplo de Emilia Tavernier Gamelin. Hoy las encontramos en Canadá, Estados Unidos, Chile, Argentina, Haití, Camerún, Egipto, Filipinas y Salvador.

El 23 de diciembre de 1993, el Papa Juan Pablo II promulgó las virtudes heroicas de Emilia Tavernier Gamelin.

Después, al reconocer oficialmente, el 18 de septiembre de 2000, un milagro atribuido a su intercesión, el Soberano Pontífice proclama su beatificación para el 7 de octubre de 2001 y la propone al pueblo de Dios como modelo de santidad, por su vida dedicada totalmente al servicio de sus hermanos y hermanas más desprovistos de la sociedad. Se ha establecido el 23 de septiembre como fecha de su fiesta litúrgica, día del aniversario de su fallecimiento en 1851.

Reproducido con autorización de Vatican.va

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