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Por: . | Fuente: Corazones.org

Obispo y Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de san Basilio Magno y san Gregorio Nacianceno, obispos y doctores de la Iglesia. Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia, apodado «Magno» por su doctrina y sabiduría, enseñó a los monjes la meditación de la Escritura, el trabajo en la obediencia y la caridad fraterna, ordenando su vida según las reglas que él mismo redactó. Con sus egregios escritos educó a los fieles y brilló por su trabajo pastoral en favor de los pobres y de los enfermos. Falleció el día uno de enero del año 379. Gregorio, amigo suyo, fue obispo de Sancina, en Constantinopla, y finalmente de Nacianzo. Defendió con vehemencia la divinidad del Verbo, y mereció por ello ser llamado «Teólogo». Murió el 25 de enero del año 390. La Iglesia se alegra de celebrar conjuntamente la memoria de tan grandes doctores.

Breve Biografía


San Gregorio Nacianceno, Llamado el Demóstenes cristiano por su elocuencia y, en la iglesia Oriental le dicen "el teólogo", por la profundidad de su doctrina y el encanto de su elocuencia. Es uno de los Padres Capadocios, muy cercano a los hermanos San Basilio y San Gregorio de Nicea, los llamados "Padres Capadocios" con quienes cooperó para derrotar la herejía arriana. Es uno de los cuatro grandes Doctores de la Iglesia Griega.

Nació en Nacianzo, Cappadocia (hoy en Turquia), el mismo año que su gran amigo San Basilio. Perteneció a una familia de santos: Su padre fue un judío converso, obispo de Nacianzo por 45 años (san Gregorio El Mayor), su madre, santa Nona. Sus hermanos, santos Cesáreo y Gorgonia;

Estudió en Cesarea, en Palestina, donde conoció a San Basilio. Estudió leyes por diez años en Atenas. Entre sus compañeros de estudio estaba San Basilio y el futuro emperador, Julián el Apóstata. Gregorio volvió a Nacianzo a los 30 años (aprox.) y se unió a San Basilio por 2 años en vida solitaria.

Aunque prefería la vida solitaria, regresó para ayudar a su padre anciano en la administración de la diócesis. Fue ordenado contra su voluntad por su padre en el 362. Huyó para volver a la vida monacal con Basilio. Pero en 10 semanas regresó a sus responsabilidades como sacerdote. Escribió una apología sobre las responsabilidades del sacerdote.

Alrededor del 372, fue consagrado obispo por S. Basilio de Sasima pero no lo aceptó. Siguió como coajutor de su padre. Esto causó la ruptura de la amistad entre Basilio y Gregorio pero se reconciliarion despues.

Se retiró por 5 años a un monasterio en Seleucia, Isauria. Al morir el emperador Valens se mietigó la persecución de los ortodoxos y un grupo de obispos lo invitaron a Constantinople. La ciudad había sido dominada por 30 años por los arianos. Fue nombrado obispo. Sufrió mucho por difamaciones y persecución de los arianos y otros herejes.

El Concilio de Constantinopla estableció y confirmó las conclusiones de Nicea. Poco después de su consagración como obispo de Constantinopla, sus enemigos pusieron en duda la validez de su elección en 381. El, para restaurar la paz, resignó. Volvió a Nacianzo, donde la cede estaba vacante y administró la diócesis hasta que eligieron a un sucesor. Alrededor del año 384 se retiró. Fue entonces que escribió sus famosos poemas y su autobiografía. Murió en Nacianzo 25 de enero de 389 o 390.

Enseñanza y escritos: 45 discursos, 244 cartas y 400 o más poemas. En la iconografía aparece como obispo oriental, con el palio y un libro.
 

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Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

VIII Papa
Mártir

Martirologio Romano: En Roma, muerte de san Telesforo, papa, que, según recuerda san Ireneo, siendo el séptimo sucesor de los apóstoles, sufrió un glorioso martirio (c. 136).

Etimológicamente significa “el que cumple”. Viene de la lengua griega.

Estamos hoy luchando contra una cultura pagana que exalta la violencia y el sexo, entre otras cosas.

Pues bien, Telesforo, que murió el año 136, nació en Grecia y por razones de estudios y de su gran valía personal, se marchó a Roma en donde se ordenó de sacerdote para prestar un servicio mucho más abnegado a la Iglesia y a los pobres.

De los 14 obispos que siguieron a san Pedro en al papado hasta el fin del siglo II, cada uno de ellos está anotado en la lista de los mártires que dieron su vida por la fe en Cristo, y por no renegar de lo que Dios les había concedido.

El era un cristiano de proa. Su valentía era tan grande que no temía predicar la Palabra de Dios ante cualquiera, so pena de caer en sus garras mortíferas.

No cabe duda de que le hubiera sido muy fácil renegar de sus principios y así quedar bien con el emperador y, de este modo, salvar la vida de muchos cristianos.

Pero estoy seguro de que los mismos creyentes – de haberle hecho caso al emperador – se hubieran vuelto contra él.

Siempre hizo honor a su nombre. Cuando tuvo que suceder al Papa anterior, Sixto I, no se lo pensó dos veces. Lo guiaba su amor a Dios y su afán de extender su palabra por todas partes. ¡Ojalá que hubiera tenido – como hoy – páginas web en internet para poder comunicarse con todo el mundo! Como lo hacen hoy todas la diócesis sensibilizadas con el mensaje de Cristo Salvador.

San Irineo, un padre inteligente de la primitiva Iglesia, dice que Telesforo sufrió un glorioso martirio. Y tan es así que en todo el Oriente y en Occidente hay iglesias que lo honran y lo veneran después de tantos siglos. El emperador que reinaba en su tiempo era Adrián
En el arte se le representa como un Papa con un cáliz con tres Hostias.

¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

“Ha triunfado quien unió lo útil a lo agradable” (Horacio).

Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com


 

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Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Etimológicamente significa “coronada de luz”. Viene de la lengua griega.

Todos los padres desean que sus hijos tengan una formación lo más completa posible. Es casi una ley natural.

Esta chica se sitúa históricamente en el siglo XVI. Y para mayor información, uno se puede acercar a la iglesia de Colomo, al lado de Parma, en donde se conserva el cuerpo de esta santa.

Esto constituyó un regalo inmenso ofrecido al archiduque Fernando de Borbón, duque de Parma, en 1784.

No hacía mucho tiempo que el mismo Papa Benedicto XIV había aprobado que se podía dar culto a esta santa.

Y como suele ocurrir a la muerte de un santo – al menos antes – la gente iba presurosa a buscar reliquias de ella. Así por ejemplo, su cabeza se puede ver en Cremona, justo al lado de una iglesia dominica.

Y hay que tener en cuenta que Estefanía no había nacido en ninguno de los dos sitios. Ella vino al mundo en el pueblo de Orzinuovi, en la provincia de Brescia, Italia.

Su padre era una persona comprometida en serio con el apostolado que todo creyente desempeña en la Iglesia por el bien de los demás.

A tal grado llegó su compromiso que, desde los 15 años pertenecía ya a la tercera orden dominica.
Su hija le siguió fielmente por los caminos que marca el Evangelio para aquellos que lo dejan todo con tal de ganar a Cristo.

No fue una chica aislada ni tristona. Al contrario, todo el mundo la veía con ánimos de luchadora, y emprendía obras que, a primera vista, parecerían absurdas o de locas.

De esta forma, fundó un convento en Soncino. Todo lo hacía por amor. Quien ama de verdad se siente feliz, aunque vengan las pruebas y tribulaciones.

Y a Estefanía le llegaron muy fuertes, pero las superó con energía y paciencia. En su cuerpo aparecieron los estigmas de la Pasión de Cristo. Murió el año 1530.

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Obispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Hierápolis, en Frigia, san Apolinar, obispo, varón eximio por su doctrina y santidad, que vivió en tiempo del emperador Marco Aurelio. ( c.175)

Claudio Apolinar, obispo de Hierápolis de Frigia, llamado «el Apologeta», fue un famoso profesor cristiano del siglo II. A pesar de las alabanzas que le prodigan Eusebio, san Jerónimo, Teodoreto y otros, poco sabemos de su vida. Por otra parte, sus escritos, que eran muy estimados, se han perdido. Focio, que los había leído y era buen juez en la materia, los recomienda por su tema y estilo.

Claudio Apolinar escribió contra los encratitas y otros herejes, y puso en claro los orígenes filosóficos de los errores de cada secta, según testifica san Jerónimo. Su última obra fue un ataque contra los montanistas y sus pretendidos profetas, que habían comenzado a aparecer en Frigia hacia el año 171. Pero la obra que le hizo famoso fue su apología de la religión cristiana, que dedicó al emperador Marco Aurelio, poco después de que dicho príncipe había triunfado sobre la tribu de los cuados, gracias a las oraciones de los cristianos, como lo mencionaba el santo.

Como las tropas de Marco Aurelio habían luchado en vano durante largo tiempo por subyugar a los germanos, el emperador resolvió el año 174 ponerse al frente de las operaciones. Había cruzado ya el Danubio, cuando los cuados, un pueblo que habitaba el territorio que más tarde se llamaría Moravia, le rodearon en una posición muy peligrosa para él. Las tropas del emperador no tenían ninguna posibilidad de escapar de las manos de sus enemigos, ni tampoco podían resistir largo tiempo, por falta de agua.

La duodécima legión estaba compuesta principalmente de cristianos. Cuando el ejército se hallaba a punto de perecer de sed, los cristianos se arrodillaron, "como acostumbraban hacerlo para orar" -nos dice Eusebio-, y pidieron a Dios su ayuda. Súbitamente, el cielo se cubrió de nubes y una espesa lluvia se desató, en el momento en que los bárbaros se lanzaban al ataque. Los romanos luchaban y, al mismo tiempo, bebían el agua de la lluvia que recogían en sus cascos, apurándola enrojecida por la sangre del enemigo. Los bárbaros eran más poderosos que los romanos; pero un fuerte viento, acompañado de truenos y relámpagos, hizo que la lluvia les azotara el rostro y les cegara, lo que les obligó a huir aterrorizados. Tanto los autores paganos como los cristianos relatan esta victoria. Los autores paganos la atribuyen a un poder mágico o a la intervención de sus dioses, pero los cristianos lo cuentan como un milagro obtenido por las oraciones de los legionarios.

Parece que san Apolinar hizo alusión al hecho en la apología que dedicó al emperador, informando que Marco Aurelio había dado a esa legión el nombre de «la legión del trueno» en recuerdo de la famosa batalla. Eusebio, Teturliano, san Jerónimo y san Gregorio de Nisa repiten el dato, tomándolo de san Apolinar.

Los cuados devolvieron todos los prisioneros y se rindieron incondicionalmente al emperador. En agradecimiento a sus legionarios cristianos, Marco Aurelio publicó un edicto en el que reconocía que debía la victoria «a la tempestad que se había desatado, tal vez, gracias a las oraciones de los cristianos». En dicho edicto, prohibía bajo pena de muerte condenar a los cristianos a causa de su religión. Sin embargo, muchos cristianos fueron todavía condenados a muerte después de la publicación de tal edicto, aunque se dice que sus acusadores recibieron la misma pena.

La "Columna Antoniniana", que se halla en Roma, representa esta victoria del emperador, bajo el símbolo de Júpiter Pluvio; es decir, bajo la figura de un hombre que vuela con los brazos abiertos y una larga barba que parece perderse en la lluvia. Los soldados parecen contentos bajo la tempestad; unos beben ávidamente, mientras otros se baten con el enemigo; los bárbaros se hallan tendidos en el suelo con sus caballos, y la tempestad se descarga furiosamente sobre ellos. En la actualidad, la certeza de esta leyenda, que Eusebio parece haber tomado de la Apología de san Apolinar, es todavía materia de discusión. Por una parte, es seguro que no fue Marco Aurelio quien dio a la «Legión de trueno» el nombre de «Legio fulminata», que proviene de la época de Augusto; pero, por otra parte, los hechos no tienen en sí mismos nada de inverosímil. Es muy natural que los cristianos de la época hayan atribuido tan sorprendente victoria a las oraciones de sus correligionarios. No existe documento pagano que confirme la existencia del famoso edicto del emperador en favor de los cristianos. Aun los historiadores que defienden la exactitud de los hechos narrados admiten que el texto del edicto está interpolado.

Es posible que san Apolinar haya compuesto su apología dedicada al emperador, hacia el año 175, a fin de recordarle la gracia que Dios le había hecho por las oraciones de los cristianos, e implorar al mismo tiempo su protección. No poseemos datos exactos sobre la muerte de san Apolinar, que aconteció probablemente antes de la de Marco Aurelio

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Laico Mártir

Martirologio Romano: En Mirna, Eslovenia, Beato Lojze Grozde, laico miembro de la Acción Católica asesinado en Mirna por odio a la fe durante el régimen comunista. ( 1943)

Fecha de beatificación: 13 de junio de 2010, durante el pontificado de Benedicto XVI

Si alguien parecía no ser tallado para la santidad era el esloveno Lojze, quien al inicio de su vida (27 de mayo de 1923) tenía todos los puntos en contra para llegar a ser un muchacho de buen comportamiento y a quienes todos admirarían. Hijo ilegítimo, termina siendo criado por una tía, porque su madre decidió seguir su vida sin él. Fue marginado, para que no les recordara la vergüenza de la familia, careció totalmente del afecto familiar. Sintiéndose lastimado, se aísla, se rebela y se convierte en un verdadero salvaje. Indeseado por todos, él mismo se lamenta de no haber fallecido en un accidente. Su único consuelo es la soledad de los bosques.

Pero cuando va a la escuela por primera vez encuentra la liberación. Supera su complejo de inferioridad y se convierte en un excelente estudiante. Descubre la lectura, la que se convertirá en su pasión. Aunque parezca difícil, Lojse es piadoso.

Por último, la suerte llama a su puerta. Una benefactora permite que él siga sus estudios en un colegio de Liubliana, la capital. Es el año 1935, año del Congreso Eucarístico. Las celebraciones religiosas le impresionan, pero también experimenta el desprecio de sus compañeros que sólo ven en él a un pobre campesino desaliñado y pretencioso. Lojze reacciona violentamente a esta discriminación, pero también con el orgullo de ser el mejor alumno, gracias a su perseverancia y trabajo duro. No tiene amigos, ni en su pueblo ni en la ciudad, se refugia en el estudio, en la poesía (para la que tenía un verdadero talento) y el alcohol. ¡Tiene sólo quince años!

Sin embargo, no carece de cualidades. Tiene la predisposición de dar clases gratuitas a sus compañeros, motivándoles. Es piadoso, pero aún cede a las tentaciones de la vida fácil, perdiéndose por caminos moralmente reprobables.

Conversión
Es entonces, que llevado por unos amigos, ingresa a la Acción Católica. Poco a poco, empieza en él una lucha que lo llevará a una conversión radical. Establece su programa de oración, acepta responsabilidades, incluyendo el editar la revista del movimiento. Se da cuenta de que los estudios no son sólo un medio de promoción social sino también un instrumento de apostolado. Convertido en uno de los mejores líderes de la Acción Católica, predica, no sólo con palabras, sino sobre todo con el ejemplo. Su vida ha cambiado, en sus hábitos y virtudes de pureza, la dulzura, la humildad y la paciencia: es un verdadero apóstol, testigo de Cristo. Reza, comulga diariamente, participa en retiros espirituales. Enemigo de la mediocridad, su deseo es radical: ¡santo o nada! , estaba por seguir la vocación sacerdotal.

Persecución comunista
Entre tanto la situación política de Yugoslavia se altera. Tras el conflicto mundial de la Segunda Guerra Mundial viene el surgimiento del comunismo promovido por Tito y la posterior persecución a la fe católica. Los líderes de la Acción Católica y los sacerdotes son asesinados sólo porque se atrevieron a denunciar el peligro del marxismo. Lojze Grodze es consciente de que es un blanco fácil para la persecución. Confía en el sacrificio de su vida a Cristo. “No quiero ser un hombre mediocre. Una tarea tan bella y sublime como la que propone la Acción Católica, vale la pena que sea vivida a cualquier precio”.

En la Navidad, decide visitar a sus parientes en el pueblo. El 1 de enero de 1943 es detenido y acusado de propaganda contra el comunismo. A lo largo de la noche es torturado hasta la muerte, hacen desaparecer su cuerpo. El cadáver será encontrado recién el 23 de febrero. Preservado, el cuerpo rebela las huellas de su suplicio. Su fama de su santidad ha crecido desde entonces y es considerado como un verdadero mártir en Eslovenia.

La causa de su beatificación fue introducida en 1992. El sábado 27 de marzo de 2010, S.S. Benedicto XVI firmó el decreto referente al martirio del Venerable Lojze Grozde.

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Presbítero

Martirologio Romano: En la ciudad de Hasselt, cerca de Maastricht, en Bélgica, beato Valentín Paquay, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, el cual se distinguió por el admirable ejemplo de su caridad cristiana en la predicación, en el ministerio de la reconciliación y en fomentar la devoción al Rosario, y en su espíritu de humildad alcanzó una gran santidad ( 1905).

Etimológicamente: Valentín = Aquel que tiene buena salud y es vigoroso, es de origen latino.

Breve Biografía


Nació en Tongres, Bélgica, el 17 de noviembre de 1928, quinto de los once hijos de Enrique y Ana Neven, matrimonio profundamente religioso, ejemplo de honradez. En el bautismo recibió el nombre de Luis.

Después de realizar sus estudios de primaria, entró en el colegio que los Canónigos Regulares de San Agustín tenían en Tongres, para proseguir sus estudios literarios. En 1845 fue admitido en el seminario menor de Saint-Trond para los cursos de retórica y filosofía.

Después de la prematura muerte de su padre, acontecida en 1847, y con el consentimiento de su madre, entró en la orden de los Frailes Menores de la provincia belga, y el 3 de octubre de 1849 comenzó su noviciado en el convento de Thielt.

El 4 de octubre de 1850 emitió la profesión religiosa en manos del padre Hugolino Demont, guardián del convento, e inmediatamente después se dirigió a Beckheim para hacer los estudios teológicos, que concluyó en el convento de Saint-Trond.

Recibió la ordenación sacerdotal en Lieja el 10 de junio de 1854. Luego fue destinado por sus superiores a Hasselt, donde permaneció durante el resto de su vida, desempeñando, entre otros, los oficios de vicario y guardián. En 1890 y en 1899 fue elegido definidor provincial.

"A través de la guía de san Juan Berchmans, su maestro predilecto, el padre Valentín -escribe Agostino Gemelli- se injerta en la espiritualidad franciscana, enseñándonos la virtud de todos los momentos, la valoración de las cosas más insignificantes, bajo el aspecto de la más franca e inmediata humildad".

Fue incansable la obra del padre Valentín en el campo del apostolado. Predicó casi continuamente y, por su palabra sencilla y persuasiva, fue muy estimado, especialmente en los ambientes populares y en las organizaciones religiosas. Ejercía continuamente el ministerio del sacramento de la penitencia, emulando al santo cura de Ars, con el que a veces ha sido comparado. A menudo manifestó poseer el don de penetrar de modo extraordinario en la conciencia de los penitentes, que acudían a él incluso desde lejos.

Cultivó una profunda devoción a la santísima Eucaristía y, con su apostolado de medio siglo en favor de la comunión frecuente, fue precursor activo del famoso decreto del Papa san Pío X.

Devoto del Sagrado Corazón de Jesús, cuyas excelsas perfecciones no cesaba de meditar y ensalzar, difundió su culto, especialmente entre las religiosas de la Hermandad de la Orden franciscana seglar de Hasselt, que dirigió durante veintiséis años. Siempre mantuvo vivo el recuerdo de la pasión de Jesús, practicando diariamente el piadoso ejercicio del vía crucis.

También fue muy devoto de la Virgen María, a la que veneró, ya desde su adolescencia, en la iglesia parroquial de Tongres bajo el título de Causa de nuestra alegría, y en el santuario de Hasselt bajo el título de Vara de Jesé, pero, como franciscano, prefería sobre todos los títulos de María el de Inmaculada Concepción. A pesar de su enfermedad, quiso celebrar con gran júbilo el quincuagésimo aniversario de la proclamación de ese dogma, que coincidía con su jubileo de ordenación sacerdotal.

Murió en Hasselt el 1 de enero de 1905 a la edad de setenta y siete años

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Presbítero

Martirologio Romano: En la ciudad de Hasselt, cerca de Maastricht, en Bélgica, beato Valentín Paquay, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, el cual se distinguió por el admirable ejemplo de su caridad cristiana en la predicación, en el ministerio de la reconciliación y en fomentar la devoción al Rosario, y en su espíritu de humildad alcanzó una gran santidad ( 1905).

Etimológicamente: Valentín = Aquel que tiene buena salud y es vigoroso, es de origen latino.

Breve Biografía


Nació en Tongres, Bélgica, el 17 de noviembre de 1928, quinto de los once hijos de Enrique y Ana Neven, matrimonio profundamente religioso, ejemplo de honradez. En el bautismo recibió el nombre de Luis.

Después de realizar sus estudios de primaria, entró en el colegio que los Canónigos Regulares de San Agustín tenían en Tongres, para proseguir sus estudios literarios. En 1845 fue admitido en el seminario menor de Saint-Trond para los cursos de retórica y filosofía.

Después de la prematura muerte de su padre, acontecida en 1847, y con el consentimiento de su madre, entró en la orden de los Frailes Menores de la provincia belga, y el 3 de octubre de 1849 comenzó su noviciado en el convento de Thielt.

El 4 de octubre de 1850 emitió la profesión religiosa en manos del padre Hugolino Demont, guardián del convento, e inmediatamente después se dirigió a Beckheim para hacer los estudios teológicos, que concluyó en el convento de Saint-Trond.

Recibió la ordenación sacerdotal en Lieja el 10 de junio de 1854. Luego fue destinado por sus superiores a Hasselt, donde permaneció durante el resto de su vida, desempeñando, entre otros, los oficios de vicario y guardián. En 1890 y en 1899 fue elegido definidor provincial.

"A través de la guía de san Juan Berchmans, su maestro predilecto, el padre Valentín -escribe Agostino Gemelli- se injerta en la espiritualidad franciscana, enseñándonos la virtud de todos los momentos, la valoración de las cosas más insignificantes, bajo el aspecto de la más franca e inmediata humildad".

Fue incansable la obra del padre Valentín en el campo del apostolado. Predicó casi continuamente y, por su palabra sencilla y persuasiva, fue muy estimado, especialmente en los ambientes populares y en las organizaciones religiosas. Ejercía continuamente el ministerio del sacramento de la penitencia, emulando al santo cura de Ars, con el que a veces ha sido comparado. A menudo manifestó poseer el don de penetrar de modo extraordinario en la conciencia de los penitentes, que acudían a él incluso desde lejos.

Cultivó una profunda devoción a la santísima Eucaristía y, con su apostolado de medio siglo en favor de la comunión frecuente, fue precursor activo del famoso decreto del Papa san Pío X.

Devoto del Sagrado Corazón de Jesús, cuyas excelsas perfecciones no cesaba de meditar y ensalzar, difundió su culto, especialmente entre las religiosas de la Hermandad de la Orden franciscana seglar de Hasselt, que dirigió durante veintiséis años. Siempre mantuvo vivo el recuerdo de la pasión de Jesús, practicando diariamente el piadoso ejercicio del vía crucis.

También fue muy devoto de la Virgen María, a la que veneró, ya desde su adolescencia, en la iglesia parroquial de Tongres bajo el título de Causa de nuestra alegría, y en el santuario de Hasselt bajo el título de Vara de Jesé, pero, como franciscano, prefería sobre todos los títulos de María el de Inmaculada Concepción. A pesar de su enfermedad, quiso celebrar con gran júbilo el quincuagésimo aniversario de la proclamación de ese dogma, que coincidía con su jubileo de ordenación sacerdotal.

Murió en Hasselt el 1 de enero de 1905 a la edad de setenta y siete años

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Obispo

Martirologio Romano: En Lausana, entre los helvecios (hoy Suiza), san Mario, obispo, que trasladó allí la sede de Aventicum, edificó muchas iglesias y fue defensor de los pobres (594).

En recientes investigaciones que ha llevado a cabo Mario Besson, se han encontrado noticias seguras acerca de la vida y de las obras apostólicas de san Mario.


Por lo que dice, parece ser que nació en el año 530, y que llegó a ser obispo de Aventicum en el 574.

En el 587 tomó parte activa en el concilio de Macon.

En ese mismo año consagró una iglesia dedicada a la Virgen de Payerne.

Para mayor seguridad de su persona, lo trasladaron a Aventicum como obispo. Había luchas políticas e inseguridad social.

Murió aquí en el año 594. Lo enterraron en la iglesia de san Tirso, pero más tarde se llamó de san Mario.

Su culto empezó a ponerse en práctica al principios del primer milenio.

Su representación como obispo no aparece hasta el siglo XVI. Una veces aparece con una palma y ornamentos episcopales y el título de mártir.

Mario es el autor de una crónica de san Próspero. Es un documento muy exacto, breve y precioso para los históricos.

Basten estas notas para hacerse una idea de cómo estaba Italia y el Oriente, los reinos francos y el de Borgoña.

¡Felicidades a quien lleve este nombre! y ¡Feliz final de Año!

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Por: . | Fuente: Vatican.va

"Sor Sonrisa"
Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

Martirologio Romano: En Cagliari, Italia, beata Josefina Nicoli, virgen, religiosa de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. ( 1924)

Fecha de beatificación: 3 de febrero de 2008, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

Josefina Nicoli nació en Casatisma (Pavía, Italia) el 18 de noviembre de 1863. Era la quinta de diez hijos de una familia de clase media y de profunda fe.

Cursó la escuela primaria con las religiosas agustinas, en Voghera; y estudió magisterio en Pavía. Su deseo secreto, que la impulsó a realizar estos estudios, era el de dedicarse a la educación de niños pobres en un tiempo en el que era muy alto el porcentaje de analfabetismo entre la gente de menos recursos. Este deseo fue madurando, sobre todo, a través de la experiencia del dolor, que visitó su familia con la muerte de algunos de sus hijos, entre ellos Juan, de quien Josefina se había convertido en su servicial enfermera personal. En medio de estas situaciones dolorosas aprendió a considerar el valor de la vida y la fragilidad de las cosas humanas.

Josefina era querida por todos, su carácter dulce era un don natural; y un sacerdote de Voghera, don Giacomo Prinetti, su director espiritual, la guió en el camino de la perfección del espíritu, mientras maduraba la llamada a consagrar su vida a Dios.

El 24 de septiembre de 1883, a la edad de veinte años, ingresó en la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en la casa "San Salvario" de Turín, donde hizo el postulantado y el noviciado. Recibió el hábito propio de la Compañía en París, en una ceremonia que tuvo lugar en la Casa madre de las Hijas de la Caridad.

En el año 1885 fue trasladada a Cerdeña. Su primera misión, que acogió con gran entusiasmo, fue la de enseñar en el "Conservatorio de la Providencia" de Cágliari. La experiencia educativa entre niñas pobres la marcó de forma especial. Durante este tiempo no se limitó a mirar sólo lo que sucedía entre los muros del conservatorio, sino que intensificó cada vez más su unión con el Señor crucificado en medio de las vicisitudes cotidianas.

En el año 1886, la ciudad de Cágliari fue azotada por la epidemia del cólera, y sor Josefina, juntamente con sus hermanas del conservatorio, se dedicó, en los momentos que le quedaban libres después del horario escolar, a socorrer a las familias pobres de la ciudad, organizando "cocinas económicas" que pusieron a disposición de las autoridades civiles.

Este servicio le permitió salir al encuentro de los muchachos abandonados por las calles de Cágliari, enseñándoles el catecismo en los encuentros que programaba los domingos. Más tarde organizó a los muchachos en una asociación que llamó "Los Luisitos", estimulándolos a vivir en actitud de ayuda fraterna y educándolos a una sana sociabilidad que, a muchos de ellos, los condujo a cambiar de vida.

Después de casi quince años de activa vida apostólica en Cágliari, en el año 1889 fue trasladada al orfanato de Sássari. También allí desarrolló un amplio proyecto apostólico, organizando diversas instituciones orientadas siempre al servicio hacia los pobres.

Se preocupó por la formación de escuelas de catequesis que cada domingo reunían a cerca de 800 niños, y, sobre todo, dedicó muchas de sus energías a dar vida a la "Escuela de religión" para las jóvenes universitarias, con el fin de prepararlas para ser buenas maestras en la fe, y así contrarrestar la masonería que se difundía por Sássari y trataba de debilitar la presencia de los católicos en la ciudad.

En los proyectos de la divina Providencia, le espera un nuevo destino: Turín (1910-1913). Por sus dotes organizativas la nombraron ecónoma provincial, y un tiempo después pasó a ser directora de la casa de formación de las Hijas de la Caridad, misión a la que se dedicó con gran entrega. Se enfermó gravemente de tuberculosis y fue trasladada a Cerdeña —con gran dolor para el consejo provincial—, ya que el clima de las islas era favorable para su salud.

De regreso a Sássari, en el año 1914, reinaba un ambiente hostil a causa del anticlericalismo. Su permanencia en las islas mejoró el estado de su salud, pero comenzó su calvario interior. Una serie de malentendidos y falsos testimonios por parte de la administración del orfanato obligaron a los superiores a trasladarla nuevamente. Sor Josefina estaba a completa disposición, aceptando en silencio la humillación más grande que hubieran podido hacerle: la declararon incapaz de administrar el orfanato. Ante esta situación se repetía a sí misma: "Josefina, esto te viene muy bien. Aprende a ser humilde". La Providencia la condujo en la última etapa de su vida al Asilo de la Marina, en Cágliari.

En su nuevo destino, se encontró en medio de un barrio superpoblado, ubicado en las cercanías del puerto, y donde la pobreza alcanzaba índices muy altos, haciendo que las condiciones de vida fueran muy precarias. A los niños, por ser pobres, se les negaba el derecho a la educación, lo que favorecía los malos comportamientos.

En el contacto directo con la pobreza material descubrió heridas aún más secretas: las de la pobreza moral y espiritual. Su celo apostólico la impulsó nuevamente a salir al encuentro de los jóvenes, enseñándoles el catecismo, y orientando a quienes emigraban de las zonas rurales a la ciudad. Fundó la primera sección en Italia de la "Pequeña obra de Luisa de Marillac". Formó también el primer grupo de la Acción Católica femenina en Cágliari. Pero a quienes dedicó gran parte de sus iniciativas apostólicas, como una bondadosa y paciente madre, fue a los llamados "is piccioccus de crobi", "los muchachos de la cesta". Era un grupo numeroso que vagaba por la ciudad, sobre todo en las cercanías del mercado de la ciudad, llevando consigo su instrumento de trabajo: una cesta; y se ganaban su sustento llevando equipajes de la estación al puerto.

La caridad fue la norma de su vida, y en cada circunstancia hizo realidad su constante deseo de entregarse al Señor, formulando, desde edad muy temprana, como un firme propósito: "Deseo ser toda suya".

En el último año de su vida, no obstante todo el bien realizado, se repitió la situación de calvario al ser calumniada ella y su obra en el Asilo de la Marina. Como en otras ocasiones, sor Josefina aceptó en silencio cuanto acontecía, y el testimonio de su vida llevó al funcionario que la calumnió a retractarse y reconocer su error. La caridad humilde que testimonió hizo que el funcionario difamador se acercara a su lecho de muerte, y ella, sonriendo, lo perdonó.

Murió en Cágliari, a causa de una bronco-pulmonía, el 31 de diciembre de 1924; el funeral se celebró el día 1 de enero. Su muerte —dijo una hermana de la comunidad— fue "la corona de una vida íntegra y la prueba de una virtud practicada de modo heroico".

El milagro por su intercesión presentado para la beatificación tuvo lugar en Milán: un joven militar fue curado de un tumor óseo.

La caridad ha glorificado a sor Josefina en un camino de humildad que la llevaba a ocultarse ante los aplausos del mundo y le abría las puertas a la inhabitación de Cristo. La caridad era la norma de todos sus pensamientos, de todas sus palabras, de todas sus acciones; y así penetró el misterio de la caridad hacia los pobres como acto de amor hacia el Señor, esa fue su gloria.

Reproducido con autorización de Vatican.va

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Por: P. Felipe Santos | Fuente: Cathoic.net

Diciembre 31

Etimológicamente significa “oscura”. Viene de la lengua griega.

Dice mateo: “Los discípulos se acercaron a Jesús y él les enseñaba diciendo: Dichosos los que tienen un corazón de pobre, pues el Reino de Dios les pertenece”.

A los 14 años, esta chica aristócrata romana se casó con su primo Pinio, que tenía 17.

Diez años más tarde, perdieron a sus dos hijos.

En su desconsuelo, tomaron una opción en la vida.

Se pusieron de mutuo acuerdo para seguir los consejos evangélicos.

Como quiera que eran ricos, se reunieron para ver la manera de repartir sus bienes a los pobres.

Una vez que lo hicieron, salieron para Roma poco antes de que Alarico pudiese llevárselos.

En primer lugar, se retiraron a Sicilia, después a Tagaste cuya diócesis tenía por pastor a un amigo y vecino, San Agustín, obispo de Hipona.

Llegaron con ellos quince eunucos y otras tantas esclavas.

Le pertenecían todas las tierras de Tagaste.

Los fieles querían que Pinio fuera el obispo., pues de esta manera estaba asegurada la fortuna para la comunidad cristiana.

Pero Pinio y Melanie se fueron a Jerusalén.
El murió allí en el año 432.

Melanie fundó un monasterio no lejos del lugar de la Ascensión, en el Monte de los Olivos, en el que murió a la vuelta de una fiesta.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

“Conócete a ti mismo” (Sócrates).

¡Feliz final de Año!


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Fiesta de la Sagrada Familia, Jesús, María y José, desde la que se proponen santísimos ejemplos a las familias cristianas y se invocan los auxilios oportunos.

Esta festividad se celebra el domingo que cae entre la Octava de Navidad (25 de diciembre al 1 de enero), o el 30 de diciembre, si no hay un domingo entre estos dos días. En 2018 coincide que el domingo entre la octava de Navidad es el día 30 de diciembre.


En la festividad de la Sagrada Familia, recordamos y celebramos que Dios quiso nacer dentro de una familia para que tuviera alguien que lo cuidara, lo protegiera, lo ayudara y lo aceptara como era.

Al nacer Jesús en una familia, el Hijo de Dios ha santificado la familia humana. Por eso nosotros veneramos a la Sagrada Familia como Familia de Santos.


¿Cómo era la Sagrada Familia?

María y José cuidaban a Jesús, se esforzaban y trabajaban para que nada le faltara, tal como lo hacen todos los buenos padres por sus hijos.

José era carpintero, Jesús le ayudaba en sus trabajos, ya que después lo reconocen como el “hijo del carpintero”.

María se dedicaba a cuidar que no faltara nada en la casa de Nazaret.

Tal como era la costumbre en aquella época, los hijos ayudaban a sus mamás moliendo el trigo y acarreando agua del pozo y a sus papás en su trabajo. Podemos suponer que en el caso de Jesús no era diferente. Jesús aprendió a trabajar y a ayudar a su familia con generosidad. Él siendo Todopoderoso, obedecía a sus padres humanos, confiaba en ellos, los ayudaba y los quería.

¡Qué enseñanza nos da Jesús, quien hubiera podido reinar en el más suntuoso palacio de Jerusalén siendo obedecido por todos! Él, en cambio, rechazó todo esto para esconderse del mundo obedeciendo fielmente a María y a José y dedicándose a los más humildes trabajos diarios, el taller de San José y en la casa de Nazaret.


Las familias de hoy, deben seguir este ejemplo tan hermoso que nos dejó Jesús tratando de imitar las virtudes que vivía la Sagrada Familia: sencillez, bondad, humildad, caridad, laboriosidad, etc.

La familia debe ser una escuela de virtudes. Es el lugar donde crecen los hijos, donde se forman los cimientos de su personalidad para el resto de su vida y donde se aprende a ser un buen cristiano. Es en la familia donde se formará la personalidad, inteligencia y voluntad del niño. Esta es una labor hermosa y delicada. Enseñar a los niños el camino hacia Dios, llevar estas almas al cielo. Esto se hace con amor y cariño.

“La familia es la primera comunidad de vida y amor el primer ambiente donde el hombre puede aprender a amar y a sentirse amado, no sólo por otras personas, sino también y ante todo por Dios.” (Juan Pablo II, Encuentro con las Familias en Chihuahua 1990).

El Papa Juan Pablo II en su carta a las familias nos dice que es necesario que los esposos orienten, desde el principio, su corazón y sus pensamientos hacia Dios, para que su paternidad y maternidad, encuentre en Él la fuerza para renovarse continuamente en el amor.

Así como Jesús creció en sabiduría y gracia ante Dios y los hombres, en nuestras familias debe suceder lo mismo. Esto significa que los niños deben aprender a ser amables y respetuosos con todos, ser estudiosos obedecer a sus padres, confiar en ellos, ayudarlos y quererlos, orar por ellos, y todo esto en familia.

Recordemos que “la salvación del mundo vino a través del corazón de la Sagrada Familia”.
La salvación del mundo, el porvenir de la humanidad de los pueblos y sociedades pasa siempre por el corazón de toda familia. Es la célula de la sociedad.


Oración

“Oremos hoy por todas las familias del mundo para que logren responder a su vocación tal y como respondió la Sagrada Familia de Nazaret.
Oremos especialmente por las familias que sufren, pasan por muchas dificultades o se ven amenazadas en su indisolubilidad y en el gran servicio al amor y a la vida para el que Dios las eligió” (Juan Pablo II)

“Oh Jesús, acoge con bondad a nuestra familia que ahora se entrega y consagra a Ti, protégela, guárdala e infunde en ella tu paz para poder llegar a gozar todos de la felicidad eterna.”

“Oh María, Madre amorosa de Jesús y Madre nuestra, te pedimos que intercedas por nosotros, para que nunca falte el amor, la comprensión y el perdón entre nosotros y obtengamos su gracia y bendiciones.”

“Oh San José, ayúdanos con nuestras oraciones en todas nuestras necesidades espirituales y temporales, a fin de que podamos agradar eternamente a Jesús. Amén.”
 

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Por: P. Felipe Santos |

Obispo de Tours

Martirologio Romano: En Tours, de la Galia Lugdunense, san Perpetuo, obispo, que edificó la basílica de San Martín y muchas otras en honor de los santos, y reguló en su Iglesia la práctica de ayunos y vigilias (491).

Etimológicamente: Perpetuo = duradero, es de origen latino.

Observación: En el antiguo santoral se lo recordaba el 8 de abril

Perpetuo era de familia senatorial. Una vez que lo nombraron obispo de Tours, dejó todo cuanto tenía – que era mucho – para el consuelo de los pobres. Los pobres son mis herederos. Les dejó campos, casas, jardines, pastizales, viñas y hasta la propia ropa.

Sin duda alguna fue uno de los obispos más sobresalientes de su tiempo.

Tenía siempre presente a su predecesor, san Martín, el soldado que rompió su capa en dos para entregar una parte a un mendigo.

Perpetuo agrandó la basílica dedicada a san Martín e hizo una casa grande a su lado para albergue de peregrinos.

Desde el primer año de su episcopado, convocó un concilio provincial en Tours.

Decretó que los fieles observaran algunos días de la semana con especial atención a las cosas del espíritu.

La influencia de san Perpetuo fue enorme. Trece siglos después de su muerte , alguien escribió estas palabras atribuidas al santo: “Vosotros, mis queridos hermanos, mi corona, mi alegría, es decir, el pobre de Cristo, necesitados, mendigos, enfermos, viudas y huérfanos...A todos vosotros os declaro mis herederos”.

Tenía una primavera en el corazón, porque sabía perdonar a todo el mundo y, además, entregaba su propio ser para el bien de los demás.

Catorce años antes de morir, escribió su testamento, un documento perfecto de cómo debían ser los obispos de aquellos tiempos.

Los últimos años de su vida fueron malos, debido a la invasión de lo Godos y a la doctrina arriana.

Murió en el año 494.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com

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Presbítero y Fundador

Martirologio Romano:En el pueblo de Pancalieri, cerca de Turín, en Italia, beato Juan María Boccardo, presbítero, el cual, trabajando infatigablemente en el cuidado de los ancianos y enfermos, fundó la Congregación de Hermanas de los Pobres Hijas de San Cayetano (1913).

Nacido en 1848 dedicó su vida a asistir a los enfermos durante la epidemia de cólera de 1884.

Fue Párroco de Pancalieri, al norte de Italia, fundó la congregación religiosa de las Pobres Hijas de San Cayetano.

Don Giovanni Maria Boccardo fue un hombre de profunda espiritualidad y, a la vez, un apóstol dinámico, promotor de la vida religiosa y del laicado, siempre atento a discernir los signos de los tiempos. Escuchando, en la oración, la palabra de Dios, maduró una fe vivísima y profunda. Escribió: «Sí, Dios mío, lo que quieres tú, lo quiero también yo».

Y ¿qué decir de su infatigable celo en favor de los más pobres? Supo acercarse a todas las miserias humanas con el espíritu de san Cayetano de Thiene, espíritu que infundió en la congregación femenina que fundó para el cuidado de los ancianos y los enfermos, y para la educación de la juventud. Hizo suya la invitación evangélica: «Buscad primero el reino de Dios y su justicia» (Mt 6, 33).

Como el santo cura de Ars, del que era devoto, indicó a sus parroquianos, con su palabra y sobre todo con su ejemplo, el camino del cielo. El día de su ingreso en Pancalieri como párroco, dijo a los fieles: «Vengo aquí, queridos hermanos, para vivir como uno de vosotros, como vuestro padre, vuestro hermano y vuestro amigo, y para compartir con vosotros las alegrías y las penas de la vida (...). Vengo como servidor de todos, y cada uno podrá disponer de mí, y yo me consideraré siempre dichoso y feliz de poderos servir, buscando sólo hacer el bien a todos».

Se declaraba siempre hijo devoto de la Virgen, y a ella recurría con constante confianza. A una persona que le preguntó: «¿Es tan difícil ganar el Paraíso?», le respondió: «Sé devoto de María, que es su "puerta", y entrarás». Su ejemplo sigue vivo en la memoria de la gente, que a partir de hoy puede invocarlo como intercesor en el cielo.

Muriò el 30 de Diciembre de 1913, y beatificado por Juan Pablo II el 24 de Mayo de 1998, durante la celebraciòn del V Domingo de Pascua en su visita apostòlica a Turín.

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Mártir

Martirologio Romano:En el pueblo Picadero Paterna, en la región de Valencia, España, beatos mártires Enrique Juan Requena, presbítero, y José Perpiñá Nácher, los cuales lucharon noblemente por Cristo (1936).

Etimología: Enrique = Aquel que es jefe de hogar. Es de origen germánico.

Enrique Juan Requena nació en Aielo de Malferit, en España, el 19 de enero de 1883 y fue sacerdote de la Arquidiócesis de Valencia.

Al estallido de la guerra civil y la feroz persecución religiosa que atravesò España, fue llamado a testimoniar con sangre su fe en Cristo.

Fue ejecutado por consiguiente cerca de Picadero Paterna el 29 de diciembre de 1936 junto con José Aparicio Sanz y José Perpiña Nácher.

El Papa Juan Pablo II lo beatificó el 11 marzo de 2001 con otras 232 víctimas de la misma persecución.

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Por: . | Fuente: ACI Prensa

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En la ciudad de Paterna, en la región de Valencia, en España, beato José Aparicio Sanz, presbítero y mártir, que derramó su sangre por Cristo cuando arreciaba la persecución contra la fe (1936).

El P. José Aparicio Sanz nació el 12 de marzo de 1893 en Enguera. Sus padres fueron Manuel Aparicio Sanz y Leonor Sanz Sanz, quienes lo educaron en un ambiente profundamente cristiano, dando señales desde muy niño de piedad y vocación sacerdotal.

Luego de finalizar sus estudios secundarios, ingresó en el Colegio de Vocaciones Eclesiásticas de San José, de Valencia. Después pasó al Seminario Conciliar Central de Valencia, que entonces tenía el rango de Universidad Pontificia, donde fue un seminarista modelo tanto por su aplicación al estudio como por sus virtudes.

Fue ordenado sacerdote el 17 de junio de 1916 por el obispo de Segorbe, el también Siervo de Dios fray Luis Amigó Ferrer. El día 30 del mismo mes celebró su primera Misa en su parroquia natal, la arciprestal de San Miguel de Enguera. Ejerció su primer ministerio sacerdotal en la vicaría de Benalí, donde, además de su buen ejemplo, dejó el recuerdo de la reconstrucción de la iglesia y de la casa abadía.

En 1917 fue trasladado a Santa María de Oliva, como coadjutor, y, al tratarse de una parroquia mayor, pudo tener más campo para desarrollar sus actividades en todos los sectores de la pastoral, añadiendo a ello el alto espíritu de caridad que demostró durante la epidemia de gripe del año 1918, que afectó gravemente a numerosas poblaciones valencianas.

Más tarde pasó a Luchente, parroquia de la que tomó posesión el 16 de octubre de 1921 y lugar apropiado para el desarrollo de su profunda devoción eucarística. Tal vez desde entonces comenzó a firmar sus escritos como director espiritual de almas y escritor místico con el título de "Centinela de mi Sagrario". De este pueblo, santificado por el prodigio de los Corporales de Daroca, hizo un centro de irradiación y atracción eucarísticas.

En 1930, cuando tenía 37 años, fue nombrado arcipreste de su población natal, Enguera, parroquia que dirigió hasta coronar su vida de apóstol con el martirio. Fue en esta parroquia donde culminó su trabajo pastoral iniciado anteriormente en otros pueblos, y en todos los campos, aspectos y matices del apostolado dejó huellas indelebles de la fuerza de su espíritu. Al estallar la revolución española de 1936, el P. José Sanz reaccionó como verdadero sacerdote católico. El 11 de octubre de 1936 fue detenido por unos milicianos en casa de su familia, siendo trasladado a la Cárcel Modelo donde encontró a otros feligreses. Estos feligreses le pidieron al P. Sanz que interceda y pida clemencia al Comité de Enguera, que los habaía encarcelado, al estar cerca las fiestas navideñas. El sacerdote accedió y el resultado fue que pusieron en libertad a unos y a otros les martirizaron, entre ellos el fiel sacerdote. Durante los meses que permaneció en cautiverio, el P. Sanz animó a sus compañeros a sufrir el martirio por Cristo y a perdonar de corazón a sus ejecutores, pues la recompensa del "cielo" estaba esperando por ellos. Fue ejecutado el 29 de diciembre de 1936 en Paterna. Sus restos descansan en la Capilla del Santísimo de la parroquia de Enguera.

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Mártir

Martirologio Romano:En el pueblo de Picadero de Paterna, en la región de Valencia, España, beatos mártires Enrique Juan Requena, presbítero, y José Perpiñá Nácher, los cuales lucharon noblemente por Cristo (1936).

José Perpiña Nácher, fiel laico, nació el 22 de febrero de 1911 en Sueca, cerca de Valencia -España.

Fue bautizado el 25 de Febrero 25 de 1911 y recibió la primera comunión por el mes de mayo de 1919, siempre en la iglesia de la parroquia de San Pedro Apóstol de su ciudad natal.

Telegrafista de profesión, prestó sus servicios en la nave “Buenos Aires”.

Graduado en Jurisprudencia, lo hicieron secretario del Sindicato de la Policía Rural.

Trabajó mucho por los pobres, sobre todo como abogado sin cobrar por sus servicios.

Se uniò a Acción Católica y a la Adoración Nocturna.

Hombre muy devoto, era usual que recibiera la Eucaristía periódicamente y lo distinguió por servir a su comunidad como catequista y periodista.

En abril 22 de 1935 se casó con Francisca Bosch Pieva en la iglesia de la parroquial de la Santísima Virgen de Sales, pero la relación duró desgraciadamente muy poco.

Con el estallido de la guerra civil y la feroz persecución religiosa que la caracterizò,fue arrestado el 3 de septiembre de 1936 y el 29 de diciembre siguiente sufrió el martirio por odio a la fe cristiana en el Picadero Paterna.

Junto a él también murieron José Aparicio Sanz y Enrique Juan Requena.

El Papa Juan Pablo II lo beatificò el 11 de marzo de 2001 con otras 232 víctimas de la misma persecución.

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Fundador de los Misioneros
de la Preciosa Sangre

Martirologio Romano: En Roma, san Gaspar del Búfalo, presbítero, el cual lucho denodadamente por la libertad de la Iglesia y, encarcelado, no cesó de conducir a los pecadores por el camino recto, principalmente con la devoción a la preciosísima sangre de Cristo, en cuyo honor fundó las Congregaciones de Misioneros y de Hermanas. (1837)

Etimológicamente: Gaspar = Aquel que administra tesoros. Viene de las lenguas hebrea y persa.

Este santo nació en Roma en 1786. Era hijo de un capitán. Fue ordenado sacerdote en 1808. Pero en 1809 Napoleón puso preso al Sumo Pontífice Pío VII y entonces el Padre Gaspar y todos los sacerdotes que permanecieron fieles al Papa, fueron desterrados. En 1814, al ser derrotado Napoleón, pudo volver libre el Pontífice a Roma y también el Padre Gaspar volvió a la ciudad eterna, y encontró que por haber estado la ciudad varios años casi sin sacerdotes había muchísimo trabajo que hacer en confesiones y predicaciones y en tratar de instruir a la juventud, y se dedicó a ello con toda su energía y de tiempo completo.

Viendo que se necesitaban fervorosos misioneros que predicaran de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad, se propuso fundar una nueva comunidad religiosa: Los Misioneros de la Preciosa Sangre. El Papa lo ayudó y lo animó y así pronto tuvo ya un buen número de misioneros. El quería que las casas de su nueva comunidad se fundaran en los barrios más pobres, más abandonados y más pervertidos de cada ciudad.

Y empezó por la ciudad de Nápoles que en ese tiempo era una verdadera guarida de bandidos, donde nadie tenía la vida segura. El propio Sumo Pontífice le recomendó que empezara por Nápoles, pues esa gente necesitaba mucho de la conversión .Y las dificultades que se le presentaban eran extremas. Parecía que Nuestro Señor lo estaba poniendo a prueba, pues apenas solucionaba una dificultad le aparecían varias más. Sin embargo él, con una gran confianza en Dios, logró reunir un buen número de sacerdotes y allá se fue a fundar casas de misiones y obtuvieron grandes conversiones.

A sus misioneros les recomendaba que trabajaran fuertemente, y que nunca se dieran por vencidos a pesar de las dificultades y que no dejaran un solo día sin instruirse más y más en nuestra santa religión. El y sus sacerdotes recorrían pueblos y ciudades predicando el evangelio y la conversión. Aguantaban hambres, fríos, persecuciones y pobreza, pero conseguían un gran número de conversiones, con su predicación, su buen ejemplo y sus sacrificios.

Las gentes al verlos tan mortificados y tan instruidos y al oírlos hablar con tanto entusiasmo acerca de la conversión y de la salvación del alma se entusiasmaban y cambiaban de modo de vivir y empezaban a ser mejores. El santo, que terminaba cada misión terriblemente fatigado, les decía a sus amigos: ¿Si es tan bonito trabajar por Nuestro Señor aquí en medio de tantas fatigas, cuánto más será estar junto a El en el cielo donde no hay dolor ni cansancio?.

Por todas partes por donde andaba predicando iba propagando la Adoración Nocturna: ese dedicar una noche cada mes para pasar varias horas rezando ante el Santísimo Sacramento.

Ya bastante enfermo sufría muchísimo de sed por el calor y por la fiebre, pero hacía el sacrificio de no tomar agua, para obtener con ese sufrimiento la conversión de los pecadores. En invierno el frío lo hacía sufrir muchísimo pero no tenía calefacción, porque el martirio del frío podía convertir pecadores.

Murió en Roma en 1836, y fueron tantos los milagros que se obtuvieron por su intercesión, que el Sumo Pontífice lo declaró santo en 1954.

San Gaspar: te encomendamos nuestras ciudades, especialmente aquellos barrios donde hay más maldad, para que ruegues a Dios por ellos y consigas la conversión de muchos pecadores.

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Por: . | Fuente: Vatican.va

Fundadora de las Esclavas del Sagrado Corazón

Martirologio Romano: En Nápoles, Italia, santa Catalina Volpicelli, virgen, que entregada a la asistencia de pobres y enfermos fundó el Instituto de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que este siempre manifestase una caridad activa, adaptada a las necesidades de los tiempos. ( 1894)

Fecha de canonización: 26 de abril de 2009, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

Catalina Volpicelli, Fundadora de Las Esclavas del Sagrado Corazón, pertenece a la compañía de los "apóstoles de los pobres y de los marginados" que, en el siglo XIX, fueron para Nápoles un signo resplandeciente de la presencia del Cristo "buen Samaritano" que se acerca a cada hombre herido en el cuerpo y en el espíritu, para derramar sobre sus heridas el aceite de la consolación y el vino de la esperanza (cf. Misal Romano, 2 ed. Italiana, Roma 1983, Prefacio común VIII, pág. 375).

Nacida en Nápoles el 21 de enero de 1839, Catalina tuvo en su familia, perteneciente a la alta burguesía, una sólida formación humana y religiosa. En el Colegio Real de San Marcelino, bajo la sabia guía de Margarita Salatino (futura cofundadora, con el Beato Ludovico de Casoria de las Hermanas Franciscanas Elizabetinas Bigie), aprendió letras, idiomas y música, cosa que no era usual para una mujer de su tiempo.

Guiada por el Espíritu del Señor, que le revelaba el plan de Dios a través de la voz de sabios y santos Directores espirituales, Catalina que mientras insistía en rivalizar con su hermana y en brillar en la sociedad, frecuentando teatros y espectáculos de danzas, rápidamente renunció a los valores efímeros de una vida elegante y despreocupada, para adherir con generosa decisión a una vocación de perfección y de santidad.

El encuentro ocasional con el Beato Ludovico de Casoria, el 19 septiembre de 1854, en "La Palma" en Nápoles, fue, como afirmó ella misma: "un momento singular de la gracia obsequiosa, de la caridad y de la predilección del S. Corazón enamorado de las miserias de su Sierva". El Beato la asoció a la Orden Franciscana Seglar y le indicó como única finalidad de su vida, el culto al Sagrado Corazón de Jesús, invitándola a permanecer en medio a la sociedad, en la cual debía ser "pescadora de almas".

Guiada por su confesor, el barnabita P. Leonardo Matera, el 28 mayo de 1859 Catalina entró a formar parte de las Adoradoras perpetuas de Jesús Sacramentado, pero en poco tiempo se retiró, por graves motivos de salud.

Otro era el designio de Dios para Catalina. Lo había intuído muy bien el Beato Ludovico que a menudo le repetía: "El Corazón de Jesús, oh Catalina, ésta es tu obra !"

Por indicación de su confesor, la Volpicelli conoce la hoja mensual del Apostolado de la Oración "Le Messager du Coeur de Jèsus". Escribe al P. Enrique Ramière, director general del Apostolado de la Oración en Francia, recibiendo de él noticias detalladas de la naciente Asociación, con el Diploma de Celadora, el primero llegado a Italia. En julio de 1867, P. Ramière visita el edificio de Largo Petrone en la Salud, en Nápoles, donde Catalina está pensando establecer la sede de sus actividades apostólicas "para hacer renacer en los corazones, en las familias y en la sociedad el amor por Jesucristo".

El Apostolado de la Oración será el centro de todo la estructura espiritual de Catalina, que le permitirá cultivar su amor ardiente por la Eucaristía y se convertirá en instrumento de una acción pastoral que tiene las dimensiones del Corazón de Cristo y por lo tanto abierta a todo hombre, siempre al servicio de la Iglesia, de los últimos y de los sufridos.

Con las primeras celadoras, el 1 julio de 1874 Catalina funda el nuevo Instituto de las "Esclavas del S. Corazón", aprobado en primera instancia por el Cardenal Arzobispo de Nápoles, el Siervo de Dios Sixto Riario Sforza, y posteriormente, el 13 junio de 1890, por el Papa León XIII que concede a la nueva familia religiosa el Decreto de alabanza".

Interesada en el futuro de la juventud, abrió enseguida el asilo de huerfánas las "Margaritas", fundó una biblioteca circulante e instituyó la Asociación de las Hijas de María, con la guía sabia de la Venerable M. Rosa Carafa Traetto (+ 1890).

En poco tiempo abrió otras casas: en Nápoles en el edificio Sansevero y luego junto a la iglesia de la Sabiduría, en Ponticelli, donde las Esclavas se distinguieron en la asistencia a las víctimas del cólera del año 1884, en Minturno, en Meta de Sorrento y en Roma.

El 14 mayo de 1884, el nuevo Arzobispo de Nápoles, el Cardinal Guillermo Sanfelice, OSB, consagró el Santuario dedicado al S. Corazón de Jesús, que la Volpicelli había hecho eregir junto a la Casa Madre de sus obras, destinándolo particularmente a la adoración reparadora, solicitada por el Papa para el sostèn de la Iglesia, en una època difícil para la libertad religiosa y para el anuncio del Evangelio.

La participación de la Catalina al primer Congreso Eucarístico Nacional, que se celebró en Nápoles en el año 1891 (19-22 noviembre), fuè el acto cumbre del apostolado de la Fundadora de las Esclavas del S. Corazón; en aquella ocasión montó una rica exposición de ornamentos sagrados, destinados a las iglesias pobres, organizó la adoración eucarística en la Catedral y fue la animadora de aquel gran movimiento de almas que culminó en la impresionante: "Confesión y Comunión general".

Catalina Volpicelli muere en Nápoles el 28 diciembre de 1894 ofreciendo su vida por la Iglesia y por el Santo Padre.

La Causa de beatificación y canonización de la insigne testigo de la caridad del Corazón de Cristo, despuès de la instrucción del Proceso Ordinario en los años 1896-1902 en la Curia eclesíastica de Nápoles, fue oficialmente presentada ante la entonces S. Congregación de los Ritos el 11 enero de 1911.

El 25 de marzo de 1945, el Santo Padre, Pio XII declaraba la heroicidad de las virtudes, atribuyèndole el titulo de Venerable.

El 28 de junio de 1999, su Santidad Juan Pablo II, aprobó la lectura del decreto para su beatificación.

El 26 de abril de 2009 fue canonizada por S.S. Benedicto XVI.

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Virgen religiosa de la Segunda Orden Franciscana (1236‑1320). Clemente XIII aprobó su culto el 27 de julio de 1765.

Matía, nacida hacia el año 1235 en Matelica, en las Marcas, pertenecía a la familia noble De Nazarei. Creció rodeada de los amorosos cuidados de los familiares, que hicieron todo para prepararla para un brillante porvenir. Su padre, se soñaba para ella un matrimonio digno de su categoría. Pero un hecho inesperado trastornó todos sus planes. El ejemplo de las dos santas hermanas Clara e Inés de Asís también se repitió en Matelica. Un día Matía sin avisar a nadie, huyó de su casa y fue a tocar las puertas del monasterio de Santa María Magdalena de las hermanas Clarisas, pidiendo a la abadesa que la recibiera entre sus cohermanas. Esta le hizo notar que era imposible sin el consentimiento de sus padres. Poco después el padre y algunos parientes irritadísimos irrumpieron en el monasterio decididos a llevarla de nuevo a su casa por la fuerza. Pero todo fue inútil. El padre fue vencido por la insistencia de su hija, que así pudo realizar su sueño de seguir a Cristo por el camino de la perfección.

Tenía dieciocho años cuando comenzó el noviciado y antes de la profesión distribuyó parte de sus bienes a los pobres y parte la reservó para urgentes trabajos de restauración del monasterio. Tras su ejemplo otras muchachas la siguieron por el camino de vida evangélica que habían trazado San Francisco y Santa Clara.

Después de ocho años de vida religiosa fue elegida abadesa unánimemente. Durante cuarenta años Matía fue la celosa superiora de las Clarisas, iluminada guía espiritual y al mismo tiempo sagaz administradora. Poseía las cualidades aparentemente contradictorias de una gran mística y de una sabia organizadora. Confiando en la Divina Providencia, con ofrendas de la población y de su familia, reconstruyó casi desde los cimientos la iglesia y el monasterio.

La vida interior de la Beata Matía se modeló sobre la Pasión del Señor. Por muchos años todos los viernes sufrió dolores y numerosos arrobamientos. Fue una mujer de gobierno que a las virtudes contemplativas unía las virtudes prácticas. Se mantuvo también en contacto con el mundo, sabiendo decir una palabra de consuelo, ayuda y exhortación a los muchos que acudían a ella. Fue llamada “Madre de la caridad” pues ayudaba en la medida de las posibilidades aun a indigentes y pobres. Un niño estaba a punto de morir como consecuencia de una caída. La madre desesperada lo llevó a la Beata Matía, quien después de orar lo tocó con la mano y lo restituyó sano y salvo a su madre. Y se cuentan de ella otros prodigios.

El 28 de diciembre de 1320, después de haber exhortado y bendecido por última vez a sus queridas cohermanas, murió serenamente a los 85 años, dejando tras de sí un dulce recuerdo, que luego se transformaría en culto, el cual confirmaría Clemente XIII.

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Por: . | Fuente: Religión en Libertad

Periodista y Padre de familia

Martirologio Romano: En Hersbruck, Alemania, Beato Odoardo Focherini, lider de Acción Catolica, asesinado por odio a la fe ( 1944)

Fecha de beatificación: 15 de junio de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Odoardo Focherini es un periodista italiano padre de siete hijos y líder de la Acción Católica que fue muerto por los nazis a los 37 años, tras salvar a numerosos judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Este laico fue declarado mártir el 10 de mayo de 2012 a través de un decreto aprobado por el Papa Benedicto XVI.

Odoardo nació en Carpi el 6 de julio de 1907. Ferviente católico desde muy joven, se formó en la Acción Católica italiana bajo la guía de Armando Benatti. Con tan solo 16 años fue secretario del círculo interparroquial de Carpi, a los 17 años era secretario de la Federación Juvenil diocesana.

A los 19 años de edad fundó los scouts católicos en su localidad natal, llegando a ser jefe del movimiento scout en su diócesis y uno de los referentes del mismo en toda Italia. Se casó con María Marchesi en el año 1930 y tuvieron siete hijos. Con 27 años era presidente de Acción Católica en Italia, en una época en que las asociaciones fascistas competían por seducir a los jóvenes e integrarlos en sus filas.

En 1937 pasó a ser director administrativo del diario Avvenire, que entonces dirigía Raimondo Manzini, un hombre valiente que escribió encendidas polémicas contra el fascismo. Odoardo Focherini, inspirado en el espíritu de la encíclica Non abbiamo bisogno de Pío XI, fue muy crítico contra el fascismo de Mussolini.

Pero lo que le convertiría en un mártir de Jesucristo fue su ayuda a los judíos italianos. Focherine contrató para Avvenire al periodista judío Giacomo Lampronti... desafiando así las nuevas leyes raciales.

En 1942, a petición del director Manzini –a quien el cardenal de Génova, Pietro Boetto, había enviado algunos judíos de Polonia para defenderlos–, se encargó de protegerles en un tren de Cruz Roja Internacional.

Más adelante, en octubre de 1943 organizó, junto al padre Dante Sala, una red eficaz para la expatriación hacia Suiza de más de un centenar de judíos. Odoardo contactaba con las familias, conseguía los documentos, arreglaba la financiación necesaria y, finalmente, llegó a proporcionar documentación falsa.

Su cuñado Bruno Marchesi le había dicho: “Ten cuidado. Tal vez te expones demasiado. ¿No piensas en tus hijos?”. Odoardo le respondió: “Si hubieras visto, como he visto yo en esta cárcel, lo que hacen padecer a los judíos, no lamentarías más que no haber hecho lo bastante por ellos, no haber salvado un número mayor”.

El 11 de marzo de 1944, Focherini fue detenido por los nazis en un hospital mientas atendía a un judío enfermo. Aislado en el «lager» de Flossenburg, fue trasladado al campo de Hersbruck donde se trabajaba desde las tres y media de la mañana hasta la tarde. Quien no resistía este ritmo, era inmediatamente enviado a los hornos crematorios.

Focherini murió de septicemia el 27 de diciembre de 1944, a los 37 años, por una herida en la pierna que nadie atendió en el campo. Antes de morir, dictó a su amigo Olivelli una carta-testamento estremecedora:

"Mis siete hijos... Querría verlos antes de morir... No obstante, acepta, oh, Señor, también este sacrificio, y protégelos Tú, junto a mi mujer, a mis padres, a todos mis seres queridos. Declaro morir en la más pura fe católica, apostólica, romana y en la plena sumisión a la voluntad de Dios, ofreciendo mi vida en holocausto por mi diócesis, por Acción Católica, por el Papa y por el retorno de la paz al mundo. Os ruego que digáis a mi esposa que siempre le he sido fiel, que siempre he pensado en ella y que siempre la he amado intensamente".
En su memoria, la Unión de las Comunidades judías de Italia le otorgó una medalla de oro en 1955 y el Instituto conmemorativo de los mártires y de los héroes Yad Vashem de Jerusalén le proclamó Justo entre las Naciones.

La ceremonia de beatificaciòn se realizó el 15 de junio de 2013 en Carpi.

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