Por: . | Fuente: ACI Prensa || churchforum.org
También es conocido comno: San Dionisio Magno o El Grande
Nació y vivió en Alejandría, Egipto. Al principio era pagano, pero después de haber tenido una visión, y al dedicarse a estudiar la S. Biblia se dio cuenta de que la verdadera religión es la católica y se convirtió.
En aquellos tiempos la escuela de teología más famosa que tenía nuestra Santa Iglesia era la de Alejandría. Allá iban a enseñar o a aprender los más destacados intelectuales del clero y Dionisio brilló allí como un alumno especialmente dotado de gran inteligencia y de prodigiosa memoria, y poco después de graduarse fue nombrado como director de tan famosa escuela, cargo que ejerció durante 15 años con aplauso de todos.
En el año 247 Dionisio fue elegido obispo de Alejandría, pero luego empezaron las persecuciones. Al principio eran los sacerdotes paganos que incitaban al populacho contra los seguidores de Cristo. Luego estalló la terrible persecución de Decio, y lo primero que hizo el gobernador de Alejandría fue mandar llevar preso a Dionisio. Los perseguidores lo buscaron por todas partes, menos en su casa, pues se imaginaban que había salido huyendo. Pero él no se había movido de su habitación.
A los cuatro días Dionisio dispuso huir con todos sus ayudantes pero la policía los atrapó y se los llevó presos a todos, menos a uno de los empleados que logró huir a contar la noticia. El fugitivo se encontró con un enorme grupo de personas que se dirigían a celebrar unas bodas y les narró lo sucedido. Aquellas gentes se llenaron de indignación y con palos y piedras atacaron a la policía y les quitaron a los prisioneros. Dionisio se oponía a esto, y se entristecía de que ya no podía ser mártir. Pero aquellos hombres no le hicieron caso a sus ruegos sino que lo subieron sobre una mula y lo mandaron al desierto, para que allá quedara libre de los perseguidores. En el desierto estuvo varios años hasta que terminó la persecución.
Al volver a Alejandría se encontró con que algunos teólogos se oponían al Pontífice de Roma y le pedían a él que los apoyara en esta oposición. Dionisio escribió a Novaciano, que era jefe de los rebeldes: "Es necesario estar resuelto a sufrir cualquier otro daño, antes que destruir la unidad de la Iglesia. Hay que estar tan dispuesto a morir a favor de la unidad de la Iglesia, como estaría uno dispuesto a morir por defender la fe". Y siguió siendo fiel al Papa de Roma.
El hereje Novaciano decía que a los que cometen faltas muy graves no se les debe perdonar nunca. San Dionisio, apoyando lo que enseñaba el Papa San Cornelio, escribió varias cartas recomendando tener una gran misericordia con los pecadores, y narraba cómo cuando un pobre que había sido muy pecador en la vida, estando moribundo pedía el perdón y la comunión, no teniendo más con quién enviarle la eucaristía, le mandaron la comunión con un niñito, y el pobre pecador al comulgar exclamó: "Ya he quedado libre de mis pecados. Puedo partir tranquilo para la eternidad". Y cuenta el santo que aquel hombre pecador Dios le conservó milagrosamente la vida hasta que llegó el que llevaba la Sagrada Eucaristía.
Dionisio que había estudiado y enseñado por 15 años lo referente a la S. Biblia, empleó con gran maestría una serie de frases muy especiales de la Sagrada Escritura para combatir a los herejes. Estas respuestas de tan notable sabio sirvieron mucho en los siglos siguientes para enfrentarse a los que negaban verdades de nuestra santa religión.
En el año 257 estalló la persecución de Valeriano. El gobernador de Egipto llamó a Dionisio y a sus sacerdotes y les exigió que adoraran a los ídolos del imperio. El santo obispo respondió: "Nosotros los seguidores de Cristo no adoramos sino al único Dios que existe, que es el Creador de cielos y tierra. Rezamos por Valeriano y los demás gobernantes, pero en cuanto a la religión sólo obedecemos a nuestra Santa Iglesia. Ofrecemos oraciones y sacrificios por la paz, el bienestar y la prosperidad de la patria, pero en cuestiones religiosas dependemos solamente de Nuestro Señor Jesucristo". Por más que el gobernador trató de convencerlos para que adoraran a sus ídolos, ellos no aceptaron, y fueron desterrados al terrible desierto de Libia.
Pero a los dos años el emperador perseguidor fue hecho prisionero y esclavo por sus enemigos, y Dionisio y sus sacerdotes pudieron volver a Alejandría. Mas allá se encontraron que por falta de enseñanzas religiosas las gentes se habían vuelto violentísimas y peleaban y se mataban por cualquier cosa (la mayor parte de esas gentes eran paganas). No se podía ya ni salir a la calle sinpeligro de ser asesinados. El santo obispo escribía: "Es más peligroso andar tres cuadras por esta ciudad, que viajar 300 kilómetros por el resto de la nación". Les faltaba el espíritu cristiano, que es caridad, perdón y paz con todos.
Y para colmo de penas llegaron la peste de tifo negro y la disentería. Las gentes morían por centenares, pero entonces brilló la caridad cristiana. Mientras los paganos echaban los cadáveres a las calles y desterraban de sus casas a los enfermos, los cristianos dirigidos por su obispo, sepultaban caritativamente a los muertos y asistían con gran caridad a los infectados. Esto les atrajo muchas simpatías en la gran ciudad.
Después de haber sido obispo de Alejandría por 17 años dando muestra de gran prudencia y santidad y ganándose la simpatía y la admiración de creyentes e incrédulos, San Dionisio murió en el año 265.
San Epifanio cuenta que por muchos años las gentes lo recordaban como un verdadero padre y maestro, y dedicaron un templo en su honor. Sus virtudes y sus sabios escritos le dieron fama universal.
Por: . | Fuente: santiebeati.it
Murió el 8 de abril de un año no precisado, probablemente el 448. Sus reliquias, conservadas en Como en la iglesia por él construida, fueron trasladadas el 2 de julio de 1590 a la iglesia de los Jesuitas, de la cual es patrono junto con san Félix.
responsable de la traducción: Xavier Villalta
Por: . | Fuente: misa_tridentina.t35.com || «Vidas de los santos», Alban Butler
Dieciséis años más tarde, volvemos a encontrar a Ágabo en Cesarea, donde se detuvo durante su viaje desde Judea, hospedándose en la casa de Felipe. Ahí, mediante un acto simbólico, anunció que Pablo sería hecho prisionero en Jerusalén (Hech. 21,11 Tomó el cinturón de Pablo, se ató sus pies y sus manos y dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al hombre de quien es este cinturón. Y le entregarán en manos de los gentiles).
Algunos han pensado que hubo dos personajes con el nombre de Ágabo; pero se admite generalmente sólo a uno, ya que en los dos pasajes de los Hechos que le mencionan, el nombre, la función, el país de origen y la época, son idénticos. Los griegos expresaron la opinión de que Ágabo fue uno de los setenta discípulos y que recibió el martirio en Antioquía. Y lo festejan el día 8 de marzo.
Una leyenda de la orden del Carmelo atribuye a Ágabo la fundación de una iglesia en honor de la Madre de Dios; en consecuencia, se le da como característica el hábito de la orden del Carmen y, sobre la mano, una pequeña iglesia con la inscripción «Virgini Matri».
Por: . | Fuente: santiebeati.it
También es conocido como: San Jorge el Joven.
Hacia el 813 las vejaciones del gobernador le obligaron a acercarse a Constantinopla, capital del imperio, para defender los derechos de la iglesia de Mitilene. Retenido por el Patriarca Nicéforo, asiste a la ascensión al trono de León V el Armenio, bajo cuyo gobierno se desencadenó nuevamente la persecución iconoclasta. Jorge, junto con el Patriarca, se dedicaron completamente a la defensa del culto a las sagradas imágenes, esto les valió la fustigación y el destierro a un isla en el año 815. No pudiendo ocuparse más del cuidado pastoral de sus fieles, volvió a la vida de anacoreta, más a consecuencia de las prácticas ascéticas su salud se debilitó, fueron seis años seguidos de una larga enfermedad, tras la cual murió el 7 de abril del 820 o el 821.
Sus restos fueron sepultados provisionalmente, y tan sólo luego del regreso de la paz en el ámbito religioso sus reliquias fueron trasladadas a Mitilene, siendo patriarca San Metodio., Según se indica en su Vita, junto a su tumba se corroboraron numerosos milagros.
responsable de la traducción: Xavier Villalta
Por: . | Fuente: ACIprensa.com
Martirologio Romano: Conmemoración de san Hegesipo, que vivió en Roma durante los pontificados de Aniceto y Eleuterio, y con estilo sencillo escribió una historia de los hechos eclesiásticos, desde la Pasión del Señor hasta su tiempo († c.180).
Breve Biografía
Actualmente se considera a San Hegesipo como el padre de la Historia de la Iglesia. Era judío de nacimiento y pertenecía a la Iglesia de Jerusalén. En Roma paso casi 20 años, desde el pontificado de San Aniceto hasta el de San Eleuterio. El año 177 volvió al oriente, donde murió ya muy anciano, probablemente en Jerusalén. La tradición indica que en el curso de sus viajes visitó los principales centros cristianos del occidente y del oriente e hizo notar con gran satisfacción que todas las herejías provenían de individuos, pero que ninguna de las Iglesias ni sedes episcopales habían caído en el error; en todas partes había encontrado la unidad de la fe tal como lo había querido Cristo. Desgraciadamente, solo se conservan unos cuantos capítulos de los cinco libros de la Historia de la Iglesia que escribió y que comprendían desde la Pasión del Señor hasta la época del autor.
Martirologio Romano: En el lugar de Dongerkou, en China, beata María Asunto Pallotta, virgen de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, que, dedicada a cargos humildes, trabajó sencilla y desconocida por el reino de Cristo († 1905).
Fecha de beatificación: 7 de noviembre de 1954 por el Papa Pío XII.
Breve Biografía
Nació el año 1878 en Force (Marcas, Italia), de una familia campesina, pobre, religiosa.
Era la mayor de cinco hermanos y pronto tuvo que dejar la escuela y ponerse a trabajar para contribuir al sustento de su familia.
Fue siempre laboriosa, sencilla, amable, muy devota. En 1898, con la ayuda de personas buenas, ingresó en las Franciscanas Misioneras de María. Dos años después eran martirizadas en China siete Misioneras.
No tardó nuestra beata en pedir a la Fundadora que la enviara allí, petición que le fue aceptada. Tras recibir la bendición de san Pío X, emprendió el viaje con otras hermanas y llegó a Shansi (China) en junio de 1904. Fue destinada como cocinera al orfanato de un pueblo pequeño, Donger-kou. De nuevo aquí fue la monjita sencilla, dócil, generosa, sacrificada, entregada a trabajos humildes en los que prodigaba el amor que bebía en su vida con Dios.
En 1905 azotó la región una epidemia de tifus y María Assunta fue una de sus víctimas. Murió el 7 de abril de 1905.
María Assunta Pallotta nació en Force (Ascoli Piceno) el 20 de agosto de 1878, primogénita entre cinco hermanos. Vivió los primeros años en Castel di Croce hasta que su familia se trasladó definitivamente a Force. No pudo seguir estudios regulares pues muy pronto tuvo que dedicarse al trabajo.
La determinación de abandonar el mundo surgió en ella de una manera súbita e imperiosa, por lo cual, ayudada de personas buenas, dada la pobreza de su familia, se dirigió a la casa de probación de las religiosas Franciscanas Misioneras de María el 4 de mayo de 1898. Vivió en Roma, Grottaferrata y Florencia, distinguiéndose por la sencillez, la humildad, la prontitud para realizar los servicios más modestos y los trabajos más pesados.
El Instituto de las Franciscanas Misioneras de María recibía su bautismo de sangre el 7 de julio de 1900, al ser martirizadas por los Boxers siete misioneras en Shansi, China. La fundadora les comunicó a las hermanas de la joven Congregación la noticia entre dolorida y orgullosa. Hacia 1903 María Assunta pidió a la fundadora ser enviada a China, para dar la vida por Cristo y por la fe.
La petición fue aceptada y el 19 de marzo del año siguiente, después de recibir la bendición de San Pío X, junto con otras nueve hermanas, se embarcaba en Nápoles para el Shansi, la misma misión de las mártires, donde llegó tres meses más tarde. Su deseo era el de entregarse al apostolado, en cambio fue destinada a la cocina.
El invierno fue rigurosísimo; en los primeros meses del año siguiente, 1905, en todo Shansi cundió una terrible epidemia de tifo, y, además de varias huérfanas, murieron cuatro religiosas, la tercera de las cuales fue sor María Assunta. Había caído enferma el 19 de marzo, aniversario de su partida de Italia. La tarde del 7 de abril recibió los últimos sacramentos y veinte minutos antes de morir, un perfume misterioso inundó las habitaciones donde ella había vivido.
En 1913, al exhumarla, su cuerpo fue hallado en perfecto estado de conservación. Los chinos la llamaron «la santa de los perfumes». Es la primera Franciscana Misionera de María que llegó a la santidad sin pasar por el martirio. Ella hubiera querido convertir a todos los habitantes de China, pero su apostolado fue fugaz: se extinguió antes de cumplir los 27 años de edad.
Si usted información relevante para la canonización de la beata María Assunta, contacte a:
Francescane Missionarie di Maria
Via Giusti, 12
00185 Roma, ITALIA
Por: . | Fuente: misa_tridentina.t35.com
Martirologio Romano: En Tesalónica, ciudad de Macedonia, santa Irene, virgen y mártir, que por haber ocultado los libros sagrados, en contra de la prohibición del emperador Diocleciano, fue conducida a un lupanar público y después quemada por orden del prefecto Dulcecio, bajo cuyo mandato también sus hermanas Ágape y Quionia habían padecido, poco antes, el martirio. († 305)
Breve Biografía
Después del martirio de sus hermanas mayores, Irene compareció de nuevo ante el gobernador, quien le dijo: "Ahora se ha descubierto vuestra superchería; cuando te mostramos los libros, pergaminos y escritos referentes a la impía religión cristiana, tuviste que reconocer que eran tuyos, aunque antes habías negado los hechos. Sin embargo, a pesar de tus crímenes, estoy dispuesto a perdonarte, con tal de que adores a los dioses... ¿Estás dispuesta a hacerlo?" "No", replicó Irene, "pues con ello correría peligro de caer en el infierno". "¿Quién te aconsejó que ocultaras esos libros y escritos tanto tiempo?" "Nadie me lo aconsejó fuera de Dios, pues ni siquiera lo dijimos a nuestros criados para que no nos denunciaran". "¿Dónde os escondísteis el año pasado, cuando se publicó el edicto imperial?" "Donde Dios quiso: en la montaña" "¿Con quién vivíais? "Al aire libre, a veces en un sitio, a veces en otro" "¿Quién os alimentaba?" "Dios, que alimenta a todos los seres vivientes" "¿Vuestro padres estaba al corriente?" No, ni siquiera lo sospechaban". "¿Quién de vuestros vecinos estaba al tanto?" "Manda preguntar a los vecinos". "Cuando volvísteis de las montañas, ¿leísteis esos libros a alguien? "Los libros estaban escondidos y no nos atrevíamos a sacarlos; eso nos angustiaba, pues no podíamos leerlos día y noche, como estábamos acostumbradas a hacerlo". La sentencia que dic tó el gobernador contra Irene fue más cruel que la pena impuesta a sus hermanas.
Dulcició declaró que Irene había incurrido también en la pena de muerte por haber guardado los libros sagrados, pero que sus sufrimientos serían más prolongados. En seguida ordenó que la llevasen desnuda a una casa de vicio y que los guardias vigilasen las puertas. Como el cielo protegió la virtud de la joven, el gobernador la mandó matar. Las actas afirman que pereció en la hoguera, obligada a arrojarse ella misma a las llamas. Esto es muy poco probable y algunas versiones posteriores dicen que murió con la garganta atravesada por una flecha.
Ante el ejemplo de estas mujeres que prefirieron morir antes que entregar la Sagrada Escritura y, ante el ejemplo de los monjes que pasaron su vida más tarde en copiar e iluminar los Evangelios, se impone un examen del aprecio en que tenemos la Palabra de Dios. Irene y sus hermanas se angustiaban de no poder leer la Sagrada Escritura día y noche. Muchos de nosotros no la leemos cada día, a pesar de que tenemos la oportunidad de hacerlo. La historia de Agape, Quionia, e Irene es una lección saludable.
Por: . | Fuente: Catholic.net
Martirologio Romano: En el monasterio de Sauve-Majeure, en Aquitania, ahora en Francia, san Geraldo, abad, que desde el monasterio de Corbie fue elegido abad de Laon, pero, pasado un tiempo, tras varias peregrinaciones santas, se retiró a la espesura del bosque. († 1095)
También es conocido como: San Gerardo de Corbie,
También es conocido como: San Gerardo de Sauve- Majeure, o
También es conocido como: San Geraud
Fecha de canonización: En el año 1197 por el Papa Celestino III.
Breve Biografía
San Geraldo nació en Corbie , Picardía, y fue educado en la abadía existente en su pueblo local, donde más tarde se convertiría en monje y ocuparía el puesto de bodeguera. Sufría mucho de violentos dolores de cabeza lo que le impedía llevar a cabo sus actos de piedad. En un esfuerzo para curarse hizo una peregrinación a Roma, junto a su abad, en el viaje pasaron por el Monte Gargano y Monte Cassino, donde oraron pidiendo la intercesión de San Miguel Arcángel y San Benito, respectivamente. Durante su estancia en Roma fue ordenado sacerdote por el Papa León IX . A su regreso, luego de orar pidiendo ayuda a San Adelardo, antiguo abad de Corbie, su salud mejoraría de manera impresionante. Geraldo es autor de una hagiografía de San Adelardo.
Más tarde hizo una peregrinación a Palestina, tras lo cual fue elegido abad de la Abadía de San Vicente en Laon , pero los monjes terminaron rechazando la interpretación severa de como debía llevarse correctamente la vida monacal, por lo que lugo de cinco años se retiró de Laon. Posteriormente llegó a ser abad en la Abadía de San Medardo en Soissons, pero fue expulsado por un usurpador.
Entonces se puso a la búsqueda de un lugar para fundar un nuevo monasterio benedictino, el Duque Guillermo VIII de Aquitania le ofreció una enorme extensión de bosque en Gironde, cerca de Burdeos, para que pudiera hacer la construcción, y fue allí en donde, con ayuda de otros monjes fundó la abadía de la Sauve-Majeure, de la que además fue el primer abad. Esta abadía se convirtió en una poderosa comunidad para el progreso de la regla y el modo de vida benedictino, además tenía una significativa influencia de las costumbres de la región.
Geraldo comenzó la práctica de celebrar la misa y la Oficio de Difuntos 30 días después de la muerte de un miembro de la comunidad. Murió en la abadía de la Sauve-Majeure el 5 de abril de 1095.
Por: . | Fuente: misa_tridentina.t35.com
Martirologio Romano: En Montecorvino, en la Apulia, en Italia, san Alberto, obispo, que dedicó su vida a la oración continua y a buscar el bien de los pobres. († 1127)
Breve Biografía
El padre de San Alberto se estableció con su hijito en Montecorvino de Apulia, cuando el pueblo empezaba a transformarse en ciudad. La gran estima que la población profesaba a Alberto le mereció ser elegido obispo de Montecorvino. Poco después, el santo perdió la vista; pero el cielo le concedió una gran penetración interior y el don de profecía. La fama de San Alberto creció mucho a raíz de los milagros.
En un ardiente día de verano, el santo pidió a uno de sus criados fuese a traerle agua de la fuente. "Hijo mío", le dijo el obispo después de beber un sorbo, "yo te pedí agua y me has traído vino". El criado declaró que le había llevado agua de la fuente y fue de nuevo a llenar el vaso; pero el agua se convirtió otra vez en vino. Poco después, un habitante de Montecorvino, que había sido hecho prisionero, invocó el nombre del obispo; al punto un ángel le sacó de su prisión en los Abruzos y le trasladó a los alrededores de Montecorvino. El hombre fue a ver a San Alberto al día siguiente, y éste le dijo: "No me gradezcas a mí, sino a Dios, hijo mío; es Él quien, con su gran poder, consuela a los afligidos y liberta a los cautivos."
Cuando el santo era ya muy anciano, se le dio como ayudante a un sacerdote llamado Crescencio. Era éste un hombre poco escrupuloso, que deseaba que San Alberto muriese cuanto antes para sucederle en el cargo. En vez de ayudar al obispo, Crescencio y sus amigos le dificultaban la tarea y se burlaban de él cruelmente. El siervo de Dios lo soportó todo con gran paciencia, pero predijo a Crescencio que no disfrutaría mucho tiempo de la sede que codiciaba.
El pueblo de Montecorvino amó a su obispo hasta el fin. Cuando corrió la noticia de que había entrado en agonía, los hombres, las mujeres y los niños se reunieron llorando a las puertas de su casa. El santo les dio la bendición y los exhortó a vivir piadosa y rectamente. Después se quedó dormido y murió apaciblemente.
Por: . | Fuente: patria-nazarena.blogspot.com
Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.
Cursó los estudios de filosofía y teología bajo la dirección del padre Martín Millet como prefecto y entre noviembre de 1930 y diciembre de 1935 fue recibiendo las órdenes sucesivas hasta el exorcistado. Tuvo, con otros compañeros, la fortuna de asistir a la primera sesión del proceso para la causa de Canonización del Padre Manyanet que se celebró en la capilla del palacio episcopal de Barcelona, el día 17 de julio de 1931. Pedro Ruiz era un muchacho bueno, sano de pensamiento y de costumbres. Más bien listo y destacado en su amor por los estudios. De temperamento alegre y jovial pero con seriedad. Amaba mucho su vocación religiosa y sacerdotal en el Instituto, cuya misión por la familia en la educación e instrucción apreciaba y valoraba. Tenía muchos deseos de ser sacerdote. Encontró la muerte precisamente al intentar alcanzarlo. Era piadoso y observante, muy amante de la disciplina y fiel, hasta el punto de haber sido nombrado viceprefecto de los escolares jóvenes. Era entusiasta, emprendedor y activo, sabiendo organizar y amenizar al grupo de niños o de jóvenes.
La revolución de 1936 sorprendió al hermano Pedro Ruiz en la casa de verano de Mosqueroles, con el padre José Vila, recién ordenado sacerdote, 12 escolares filósofos y un coadjutor, en período de vacaciones, en calidad de viceprefecto. Debido a la huelga general habían quedado incomunicados con el Padre General, residente en Barcelona y los demás religiosos. A primeros de agosto, a pie, por el bosque o en tren, la mayor parte de ellos consiguió llegar a casa de alguno de sus familiares o conocidos. Los últimos en salir fueron el hermano Casimiro Roca con el padre José Vila y el hermano Pedro Ruiz. Llegados a Sant Julià, obtuvieron pases del comité para llegar hasta Vic, en donde descansaron un par de días en casa de la hermana del padre Vila y, con nuevos pases, partieron hacía Manresa y luego hacia Mura, donde el hermano Pedro Ruiz estuvo hospedado en varias casas mientras se ofrecía a cualquier trabajo para ayudar a las familias que le mantenían. Durante la estancia en Manresa, se les juntó el hermano Pedro Roca y, movidos por el mismo deseo, decidieron, junto con los jóvenes manresanos Pablo Roca y Francisco Rossinyol y el padre de familia José Pons, emprender la aventura de intentar cruzar los Pirineos y llegar hasta Roma para continuar los estudios eclesiásticos y ordenarse sacerdotes.
El 1 de abril de 1937, después de haberles celebrado misa el padre Magín Morera y de haber recibido la comunión, emprendieron camino hacia Berga, siendo detenidos y hechos prisioneros una hora más arriba de La Pobla de Lillet. Pedro Ruiz y los demás fueron enviados al comité de Manresa, y de ahí, rápidamente a la prisión del convento de San Elías, de donde salieron para ser asesinados en el cementerio de Montcada, probablemente el 4 de abril de 1937. Contaba con 25 años de edad y 9 de vida religiosa. Su cadáver fue echado en la fosa común y su desaparición se inscribió en el Juzgado de Barcelona.
Por: . | Fuente: patria-nazarena.blogspot.com
Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.
Durante el aspirantado estuvo gravemente enfermo de tifus, habiendo estado internado en el hospital de Blanes y recibido los últimos sacramentos. Superiores, compañeros y personal del hospital quedaron altamente sorprendidos del modo como sobrellevó la enfermedad. A los dieciséis años, vistió el hábito religioso de la Congregación en el colegio Sagrada Familia de Les Corts. Los novicios se trasladaron inmediatamente a Begues para iniciar el año canónico de noviciado en el colegio de San Luis, con el padre Martín Millet como maestro. El día 29 de septiembre de 1933 profesó en Begues en manos del padre Antonio Samá, nuevo superior general, y pasó al escolasticado de Les Corts. Por las obras de juventud que han llegado hasta nuestros días, puede colegirse que habría sido un poeta de primera categoría.
Pedro era de estatura mediana, más bien flaco. Por su bondad y religiosidad se captaba muchas simpatías. En el juego era muy animoso y optimista e incapaz de molestar a nadie. Tenía una clara tendencia a las letras, era muy aficionado a la literatura catalana y un poeta en ciernes. Mantuvo siempre su carácter jovial y alegre con superiores y compañeros. Respetaba a todos y era muy querido de todos. Muy dicharachero y ocurrente, comentaba con gracia las anécdotas que pululaban en aquellos días de cuantos alardeaban de ateos o anticlericales. Se distinguía por su coraje, empuje, espíritu emprendedor y capacidad de sacrificio. Sabía mantener igualdad de ánimo, tanto ante lo próspero como lo adverso. Era piadoso y fiel a las prácticas de piedad así como observante de las reglas y demás obligaciones propias de los escolares.
Al finalizar el curso, como cada año, los escolares tenían unas semanas de vacaciones en el Mas Loreto de Mosqueroles En el verano de 1936 el vestir con sotana por las calles era toda una provocación. La vida de los escolares transcurría distendidamente entre los actos de piedad, el tiempo de estudio del Magisterio o lectura, las veladas nocturnas, las excursiones, el baño y el día de retiro. Los días 18 y 19 de julio de 1936, los escolares teólogo ya habían regresado de sus vacaciones y estaban en Les Corts. El día 20 de julio el hermano Pedro, con los demás, salió del seminario y se dirigió a la casa de una familia amiga en la Bonanova. Al día siguiente regresó a Les Corts y, en medio de otras personas, vio con estupor cómo ardía el colegio-seminario. Permaneció unos días más en Barcelona intentando acomodar algunas religiosas en casas privadas, hasta que decidió dirigirse hacia Mura, su pueblo natal. Pensaba en la posibilidad de salir de la zona roja y pasar a Roma o a algún otro lugar para vivir su vida religiosa y completar sus estudios eclesiásticos en vistas a la ordenación sacerdotal.
La ocasión se le presentó cuando otros cuatro jóvenes, entre los que se encontraban su hermano Pablo y Pedro Ruiz, tomaron la decisión de intentar cruzar la frontera por La Pobla de Lillet. Estaban al corriente y la apoyaban los padres Millet y Morera, quien el 1 de abril de 1937 les celebró la santa misa y les dio la comunión, que iba a ser ya el viático para el viaje hacia la eternidad. Emprendieron camino hacia Berga dispuestos a todo con tal de conseguir su ideal. Una hora más arriba de La Pobla de Lillet fueron detenidos y conducidos al comité de Manresa. Desde allí fueron llevados inmediatamente hacia la prisión del convento de San Elías, de donde salieron para ser asesinados en el cementerio de Montcada, probablemente el 4 de abril de 1937. Contaba con 21 años de edad y casi 4 de vida religiosa. Sus restos fueron echados a la fosa común y su defunción y desaparición constan inscritas en el Juzgado de Mura desde 1942.
Por: . | Fuente: Franciscanos.net || santiebeati.it
Fecha de beatificación: 9 de abril de 1537 por el Papa Pablo III.
También es conocido como: Guillermo de Scicli
En 1337 durante una partida de caza en los bosques a las laderas del Etna, Guillermo cabalgaba junto a su rey cuando de un arbusto salió un enorme jabalí que se lanzó hacia el rey. Guillermo rápidamente se interpuso ante la bestia, logrando salvar la vida del Rey, pero no pudo evitar un funesto mordisco que lo dejó moribundo.
Transportado a Catania, una junta de médicos rápidamente convocada por el Rey, no puede hacer nada teniendo en cuenta la gravedad de la herida y la conclusión es que al escudero, lamentable, le quedan tan sólo unas pocas horas de vida.
Mientras Guillermo está en agonía en un sueño se le apareció la mártir Santa Ágata, quien le dice estas palabras: "Levántate Guillermo, hermano mio, mi hermano, abandona la corte y vete a la soledad, donde Dios hablará a tu corazón.
Al día siguiente, para sorpresa general de la corte, Guillermo se levantó de la cama en perfecto estado de salud.
Llevado a la presencia de su soberano, quien lo recibió con alegría, le habló de la visión que tuvo en la noche, y su deseo de llevar vida de ermitaño. El agradecido Rey intenta detener a su escudero, pero dada la firmeza de Guillermo, lo convenció para que acepte al menos un caballo y una bolsa de dinero.
Parte de Catania para regresar a su terruño natal, Noto, al llegar a un lugar llamado "Primosole" se encontró con un mendigo con quien cambió su ropa, e incluso le da al caballo y la bolsa de dinero que recibió del Rey; a partir de este momento comienza la nueva vida de Guillermo, quien al llegar a Noto ocupa una ermita denominada "Las Celdas" adyacente a la iglesia de Santa María de la Cruz, donde se dedicó a la oración y a servir a los pobres ante el asombro de sus conciudadanos, que le recordaban elegante y poderoso al servicio del rey y ahora lo ven como humilde y modesto ermitaño usando el hábito de los terciarios franciscanos .
En la Las Celdas vivió en completa pobreza y por algunos años en compañía del cohermano Terciario Franciscano San Conrado Confalonieri de Piacenza, que luego vino a ser protector de Noto. Cuando éste, para apartarse todavía más del mundo escogió la localidad llamada Pizzoni, Guillermo recibió de la Madre de Dios la orden de ir a Scicli, en 1345, para renovar el culto a la Madona de la Pietá (Nuestra Señora de la Piedad). Al lado de la iglesita se construyó con sus manos un pequeño eremitorio. Vivió en áspera penitencia y en oración fervorosa y constante, difundiendo la devoción a la Madre Dolorosa y haciendo bien a todos. En 1350 recibió la visita de San Conrado Confalonieri y con él pasó en oración toda la cuaresma. En 1382 amplió la iglesia de Santa María de la Pietà. La devoción a nuestra Señora volvió a florecer. La estima y veneración que los habitantes de Scicli y de las regiones limítrofes tuvieron por el heroico ermitaño fueron tales, que en poco tiempo aquel lugar solitario se convirtió en meta de peregrinaciones frecuentes y fuente de celestiales prodigios.
Fray Guillermo, ermitaño terciario franciscano, vivió en este nuevo eremitorio durante 57 años. Dormía en la dura tierra, se alimentaba de lo que la caridad de los fieles le llevaba en señal de devoción y reconocimiento. Su oración era constante, continua su unión con Dios.
El 4 de abril de 1404, a los noventa y cinco años de edad, se abrieron ante él las puertas del cielo. Las campanas sonaron a fiesta y anunciaron su muerte bienaventurada. Clero y pueblo se dirigieron al eremitorio, donde encontraron al anciano ermitaño con las manos juntas tendido en tierra, rodeado de esplendores celestiales. Parecía absorto en éxtasis. Fue trasladado procesionalmente a Scicli a la iglesia de San Mateo, y sepultado en una urna de mármol.
Cuando el 4 de abril cae en Semana Santa, el calendario litúrgico de la Región Siciliana celebra su memoria el sábado siguiente al Domingo de Pascua.