Sacerdote y Mártir
Martirologio Romano: En España, Manuel Basulto Jiménez, obispo de Jaén (España), y de cinco compañeros sacerdotes, asesinados por odio a la fe. († 1936-1937)
Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.
Breve Biografía
Nació don Francisco en la Villa de Marmolejo (Jaén), situado en las riberas del Guadalquivir, en medio de una rica vega y, a la vez, mirando a Sierra Morena; pueblo limítrofe con la provincia de Córdoba y muy conocido por las aguas medicinales y su Balneario, escenario en que se desarrollaron muchas historias de aquellas familias de finales del siglo XIX y primeros del XX. Marmolejo tiene una Parroquia dedicada a Ntra. Sra. de la Paz y una Capilla donde se venera la Imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno, centro de la devoción popular. El Patrón es San Julián y la fiesta de más arraigo y tronío es la Virgen de la Cabeza, tanto en el Cerro del Cabezo como en el pueblo; Romería, Novena, Fiesta de Iglesia, Procesión, todo con estilo propio y gran devoción. En este magnífico pueblo el día 9 de julio de 1877, Antonia Pedrajas Rodríguez dio a luz a un niño, a quien bautizaron el mismo día en la parroquia del lugar y le pusieron por nombre Francisco; su padre era Miguel Solís Padilla; venía a formar parte de una familia humilde y trabajadora, que vivían la fe cristiana trasmitida desde antiguo y ahora ejercida con el ejemplo de los mayores.
La familia Solís-Pedrajas vivía del trabajo del padre, que era carpintero. En una sencilla carpintería aprendió don Francisco lo que es el trabajo y el esfuerzo y lo que cuesta ganar el pan con el sudor de la frente; nunca renegó de su condición, sino que por el contrario proclamaba ser hijo de pobreza y trabajo, obrero él también, que había pasado sus primeros años en la carpintería ayudando a su propio padre. Fue el primogénito y después de él nacieron Manuel, María del Rosario y Miguel. Los padres murieron después de haber gozado por unos años de tener un hijo sacerdote, la madre en 1915 y el padre en 1921. La hermana María del Rosario acompañó a su hermano en los diversos destinos que tuvo y, finalmente, contrajo matrimonio en Mancha Real, pueblo que consideraron siempre como su segunda patria.
Tras los estudios en el Seminario, finalizados con el siglo y con resultados académicos inmejorables, fue ordenado sacerdote por el Obispo de la Diócesis Rvdmo. Don Victoriano Guisasola el 22 de diciembre de 1900. Tenía don Francisco 23 años y fue enviado para desempeñar su ministerio como coadjutor de la Parroquia de Santiago Apóstol en Valdepeñas de Jaén, pueblo enclavado en la Sierra Sur con ferviente devoción al Cristo de Chircales en un Santuario propio, centro de peregrinaciones tanto del pueblo como de la capital y otras poblaciones circundantes; seis años permanecerá en este destino, durante los cuales trabajó en la Parroquia con el fervor propio de un joven sacerdote; en estos años consigue el título de licenciado en Sagrada Teología, sabe compaginar apostolado y estudio intenso, lo cual ratifica su capacidad y aprecio por los estudios ya demostrado en el Seminario.
En el año 1906, tras participar en el concurso oposición a Curatos, es nombrado Cura Propio de Baños de la Encina, donde se acredita como un gran pastor, amante de Cristo y de María y como predicador excelente; las imágenes del Cristo del Llano y de la Virgen de la Encina le inspiraron devoción y afecto, ante ellas oraba y pedía las gracias necesarias para su apostolado a favor del pueblo a él encomendado. En 1913 lo encontramos en "comisión de servicios" en la capital del Condado, Santisteban del Puerto, manteniendo su título de Cura Propio de Baños. Circunstancia especial debió presentarse en este pueblo para un nombramiento tan poco usual como el de "comisión de servicios", pero ello es una señal más de la valía de don Francisco y de la confianza que en él depositaban sus superiores.
Nuevamente en 1913, el Obispo Sanz y Saravia convoca oposiciones a parroquias. Don Francisco Solís toma parte en este concurso-oposición, quien una vez resuelto el mismo, fue nombrado Párroco Propio de San Juan Evangelista de Mancha Real; era éste ya entonces un gran pueblo, apetecido por muchos; cercano a Jaén, cabeza de una amplia comarca, con una sola parroquia con bastante población activa y trabajadora. Las cualidades de don Francisco además del los exámenes merecieron aquel nombramiento cuando aún tenía 36 años de edad y 13 de vida sacerdotal.
En febrero de 1914 toma posesión de dicha parroquia, siendo nombrado también Arcipreste de la zona; inmediatamente comenzó una labor pastoral cuyos frutos todavía se perciben. Era joven para los cargos que asumía, pero ya traía una experiencia suficiente y bien asimilada. Don Francisco comienza a conocer la realidad donde se encuentra, el pueblo que le ha sido encomendado y los feligreses a los que, como buen pastor, tiene que alimentar y dirigir. Estudios sociológicos, planteamientos pastorales confrontados con los maestros del momento, conocimiento personal en el contacto familiar e individual y todo ello iluminado por la oración ante Jesús Sacramentado en el Sagrario.
Una de las mayores preocupaciones, en este proyecto pastoral, fue atraer al mundo obrero, ofreciéndole toda la dimensión liberadora del Evangelio, expresada en la Doctrina Social de la Iglesia con la, todavía, reciente Encíclica de León XIII "Rerum Novarum"; así recreó el Círculo Católico y sindicato obrero, que era conocido por el "sindicato católico", donde acudían muchos obreros y recibían del celoso sacerdote enseñanzas profundas, el evangelio, doctrina social, la moral cristina, el catecismo como compendio de todo ello. Tan comprometido en la acción que le llevó a programar acciones sociales de honda envergadura: distribución de grandes fincas entre los obreros; contra lo que podría esperarse, esto agradó muy poco a los sindicatos de clase los cuales le declararon "la guerra". También el proyecto de "colonización" terminó por molestar a algunos terratenientes.
Promovió la fundación de un colegio, dentro de la Institución SADEL (Sociedad Anónima de Enseñanza Libre) cuyo administrador general era natural de Mancha Real, don Luis Cubillo Valdés. En la República había sido prohibida la enseñanza religiosa en las escuelas y también se habían suprimido los colegios religiosos; pues bien, bajo el derecho a la enseñanza libre se había creado una cadena de centros, que mediante asociaciones de padres y profesores, orientados por algunos religiosos expertos en la enseñanza, llevaban a cabo un programa de educación humanista y cristiana. Don Francisco es informado y asesorado por los directivos y ve el cielo abierto: organizó a padres, como responsables de la educación de sus hijos, reunió a maestros y gente cristiana, colaborando cada uno con sus medios, y se abrió el Colegio de San Juan de la Cruz en 1934 con un fondo económico conseguido a través de bonos y acciones de padres y simpatizantes. Se crearon distintas aulas con el material pedagógico al uso en la época y desde luego con educación cristiana. Había aulas para pequeños, para niños y para niñas. SADEL se extendió por toda España y estuvo presente en varios pueblos de Jaén: Linares, Martos, Alcalá la Real, Beas de Segura...
Ante la escasez y verdadera hambre que se padecía en amplios sectores de la población, abrió un comedor, donde se repartía comida diaria en colaboración con las Conferencias de San Vicente de Paúl y con la aportación económica y trabajo de feligreses.
Era un gran trabajador con verdadero entusiasmo apostólico; el día plenamente ocupado en visitas a los enfermos, estudio continuo y preparación de sermones, pláticas y círculos, a veces, ponencias y trabajos para el arciprestazgo o para reuniones diocesanas; asistencia a las confesiones y celebraciones, atención a los feligreses en particular...todo ello hacía de don Francisco un sacerdote activo, en continua renovación y con un gran prestigio entre el clero diocesano. Hombre ordenado, exigente consigo mismo, elegante en la escritura y expresión, delicado en el trato con la gente, desprendido.
Con la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, se afianzan las actitudes antirreligiosas tan fomentadas y aplaudidas en toda España como también en Mancha Real. Son los dirigentes y las masas, movidas por ellos, quienes protestan ante toda manifestación religiosa. Los actos que se celebraban en Mancha Real con asistencia de numeroso pueblo quedarán recluidos en el Templo y hasta sobre ellos se dibujaba la amenaza. El mismo Alcalde indicó a los miembros de la Adoración Nocturna que la celebraran a otras horas para evitar contra ellos posibles altercados de muchos jóvenes exaltados que con nocturnidad atacaban y vociferaban contra organizaciones de signo contrario a sus ideologías izquierdistas.
ada más iniciada la guerra civil, e intensificada la persecución religiosa que ya se venía dando, don Francisco fue hecho prisionero en la prisión del partido judicial en el mismo pueblo de Mancha Real, junto a otros feligreses suyos. De aquí pasó como "prisionero de Cristo" a la Catedral de Jaén, donde se encontró con muchos compañeros sacerdotes y fieles conocidos.
La madrugada del 3 de abril de 1937 se manda a los presos levantarse de sus petates o colchonetas. Una voz fuerte va nombrando a los elegidos, son atadas sus manos, cautelosamente sacados a la plaza de Santa María y embarcados en unos camiones preparados al efecto; don Francisco ha sido nombrado entre ellos y ahí le tenemos firme en la fe y en la esperanza de su Señor, él se convertirá en animador y sostén de los compañeros de martirio, mediante las oraciones y cantos que elevaban al cielo. Los camiones habían pasado la Carrera, la Puerta Barrera y se encaminaban por la carretera de Granada hacia Mancha Real. ¡Cuánto debió sufrir el piadoso Párroco y Arcipreste al darse cuenta de que iban hacia su querido pueblo y que allí muy cerca de sus feligreses tendría ocasión de derramar su sangre también por ellos! Pero don Francisco está lleno de la fuerza del Espíritu, que le va a sostener hasta el martirio. El buen predicador se dirige a sus compañeros y les dice: "¡Hermanos míos no temáis, no! No temamos a los que matan el cuerpo y no pueden hacernos daño en el alma; todo lo humano es deleznable, todo efímero, todo pasa...Suspiremos, más bien por la vida perdurable, que es la vida verdadera y agradezcamos de todo corazón a Dios Nuestro Señor el favor que otorga al predestinarnos no sólo a que creamos en Jesucristo, sino a que demos por Él toda nuestra sangre". Seguía hablándoles, manifestaba el gozo que inundaba su corazón, y les decía que sólo podía entristecerle en aquel momento el que alguno de ellos desfalleciera y dudara... así les invitaba a la alabanza divina diciendo para que repitieran: "Bendito sea Dios, bendito sea su Santo Nombre..." así enardecía los corazones de los compañeros de martirio, de modo que prorrumpieron en cantos al Corazón de Jesús y a la Santísima Virgen María: ¡Sálvame Virgen María... sálvame te imploro con fe! Llegaban a las paredes del Cementerio de Mancha Real, muy cerca de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, tan querida de él. Se dice que entre cánticos comenzaron los disparos, don Francisco animaba a sus compañeros de martirio, les absolvía haciendo sensible el perdón que Dios les otorgaba...
Al fin quedó don Francisco, él sólo, seguía cantando, orando, exhortando; les había hecho ver su mal proceder y el resultado de sus actos; a pesar de todo, como siempre, hubo "un valiente" que se decidió por segar la vida del sacerdote facilitándole así traspasar las estrellas para llegar al Cielo, donde tanto había ansiado ir.
Este grupo de mártires está integrado por:
1. MANUEL ARANDA ESPEJO, seminarista de la diócesis de Jaén
nacimiento: 22 Marzo 1916 en Monte Lope Alvarez, Jaén (España)
martirio: 08 Agosto 1936 en Monte Lope Alvarez, Jaén (España)
2. MANUEL BASULTO JIMÉNEZ, Obispo de Jaén
nacimiento: 17 Mayo 1860 en Adanero, Ávila (España)
martirio: 12 Agosto 1936 en Vallecas, Madrid (España)
3. FÉLIX PÉREZ PORTELA, sacerdote de la diócesis de Jaén
nacimiento: 21 Febrero 1895 en Adanero, Ávila (España)
martirio: 12 Agosto 1936 en Vallecas, Madrid (España)
4. FRANCISCO LÓPEZ NAVARETTE, sacerdote de la diócesis de Jaén
nacimiento: 02 Marzo 1892 en Villanueva del Arzobispo, Jaén (España)
martirio: 28 Agosto 1936 en Orcera, Jaén (España)
5. JOSÉ MARÍA POYATOS RUIZ, joven laico de la diócesis de Jaén
nacimiento: 20 Octubre 1914 en Vilches, Jaén (España)
martirio: 03 Octubre 1936 en Úbeda, Jaén (España)
6. FRANCISCO SOLÍS PEDRAJAS, sacerdote de la diócesis de Jaén
nacimiento: 09 Julio 1877 en Marmolejo, Jaén (España)
martirio: 03 Abril 1937 en Mancha Real, Jaén (España)