San Modesto
[unable to retrieve full-text content]
En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Modesto, obispo (c. 480).[unable to retrieve full-text content]
En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Modesto, obispo (c. 480).[unable to retrieve full-text content]
[unable to retrieve full-text content]
En Canterbury, en Inglaterra, san Etelberto (Edilberto), rey de Kent, que fue el primero de los príncipes de los anglos convertido a la fe en Cristo por el obispo san Agustín.[unable to retrieve full-text content]
Memoria de san Policarpo, obispo y mártir, discípulo de san Juan y el último de los testigos de los tiempos apostólicos, que en tiempo de los emperadores Marco Antonino y Lucio Aurelio Cómodo, cuando contaba ya casi noventa años, fue quemado vivo en el anfiteatro de Esmirna, en Asia, en presencia del procónsul y del pueblo, mientras daba gracias a Dios Padre por haberle contado entre los mártires y dejado participar del cáliz de Cristo (c. 155).[unable to retrieve full-text content]
En Stilo, en Calabria, san Juan, que fue monje según los estatutos de los Padres orientales y mereció ser llamado “Terestes” o “Segador”, distinguiéndose por su caridad hacia los pobres, en cuyo favor acostumbraba a ayudar a los segadores (s. XI)).[unable to retrieve full-text content]
En Wenlock, en Inglaterra, santa Milburga o Milburgues, virgen, de la familia real de Mercia, que fue abadesa de ese monasterio (c. 722).[unable to retrieve full-text content]
En Ravena, en la provincia de Flaminia, san Maximiano, obispo, que cumplió con fidelidad su función episcopal y luchó contra los herejes de la época en favor de la unidad de la Iglesia.[unable to retrieve full-text content]
En Vienne, en la Galia Lugdunense, san Pascasio, obispo, célebre por su erudición y la santidad de sus costumbres (s. IV).[unable to retrieve full-text content]
En Cortona, de la Toscana, santa Margarita, que profundamente conmovida por la muerte de su amante, borró los pecados de su juventud con una penitencia saludable, pues recibida en la Tercera Orden de San Francisco, se entregó a la contemplación de Dios y fue favorecida por especiales carismas.[unable to retrieve full-text content]
Memoria de san Pedro Damiani (Damiano o Damián), cardenal obispo de Ostia y doctor de la Iglesia. Habiendo entrado en el eremo de Fonte Avellana, promovió denodadamente la vida religiosa y en los tiempos difíciles de la reforma de la Iglesia trabajó para que los monjes se dedicasen a la santidad de la contemplación, los clérigos a la integridad de vida y para que el pueblo mantuviese la comunión con la Sede Apostólica. Falleció el día 22 de febrero en Favencia, de la Romagna.[unable to retrieve full-text content]
Conmemoración de san Eustacio, obispo de Antioquía, el cual, célebre por su doctrina, fue desterrado a Trajanópolis, en Tracia, en tiempo del emperador arriano Constancio, a causa de su fe católica, y allí descansó en el Señor (c. 338).[unable to retrieve full-text content]
En el monasterio de Granfeld, en la región de los helvecios, san Germán, abad, que al tratar de defender con pacíficas palabras a los vecinos del monasterio del asalto de un grupo de salteadores, fue desnudado y atravesado con lanzas, junto con el monje Randoaldo (c. 667).[unable to retrieve full-text content]
En Ajustrel, cerca de Fátima, en Portugal, beata Jacinta Marto, la cual, siendo aún niña de tierna edad, aceptó con toda paciencia la grave enfermedad que le aquejaba, demostrando siempre una gran devoción a la Santísima Virgen María.[unable to retrieve full-text content]
En Tournai, en la Galia Bélgica, san Eleuterio, obispo (c. 530).[unable to retrieve full-text content]
En el cenobio de san Trudón, en Brabante, de Austrasia, tránsito de san Euquerio, obispo de Orleáns, que, desterrado por Carlos Martel por razón de las calumnias de algunos envidiosos, encontró piadoso refugio entre aquellos monjes (c. 738).Por: . | Fuente: santiebeati.it
Fecha de canonización: En el año 1702 el Papa Clemente XI confirmó su culto para la Orden cisterciense en todo el mundo.
El 11 de marzo de 1231 fue nombrado obispo de Lausana. El entusiasmo puesto por él en la renovación de las costumbres de los fieles y el clero, pero, especialmente, la fortaleza con que defendió los derechos de la Iglesia le valieron ser el objetivo del odio de algunos poderosos. El emperador Federico II mandó soldados a Lausana con la orden de matarlo y el beato, herido, se salvó milagrosamente. Considerando, que ya no podía obtener frutos de su trabajo, el 15 de julio de 1239 renunció a la diócesis y se retiró a Chambre, cerca de Bruselas, fungiendo de capellán en un monasterio de monjas cistercienses. Pese a que su estilo de vida era monástico Bonifacio no vistió nunca el vestido cisterciense, y a menudo colaboró con el obispo Robert de Thorote en la administración de la gran diócesis de Lieja. En 1245 toma parte del concilio de Lione.
El 19 de febrero de 1260 murió en Chambre. Su culto fue reconocido en el 1702 para la orden cisterciense, que celebra su fiesta el día aniversario de la muerte. Sus reliquias que habían permanecido en Bruselas fueron transportadas a Chambre en 1935.
responsable de la traducción: Xavier Villalta
Según su hagiografía (que fue escrita algún tiempo después), él recibió una educación cristiana, y pasó mucho tiempo estudiando las Sagradas Escrituras. Recibió la orden sacerdotal en cuanto pudo, e inmediatamente fue aprovechado por el obispo local como predicador, una tarea para la cual él tenía considerable talento. Poco tiempo después fue nombrado coadjutor de la Iglesia de la San Basilio en Morcone. A los feligreses de allí les disgustó que Barbado les recordara lo lejos que ellos estaban de alcanzar el ideal cristiano, y trataron de persuadirlo para que callara. Él continuó por el mismo sendero, y ellos optaron por difamarlo. Eventualmente fue obligado a cesar su labor pastoral debido a esos falsos testimonios.
Regresó a Benevento, donde fue bienvenido por la gente que lo conocía. En ese tiempo, la gente de Benevento vivía en medio de muchos comportamientos idólatras, incluyendo la veneración a una víbora de oro y a un árbol local, y también estaba muy involucrado en juegos que eran seriamente objetados por Barbado. El príncipe lombardo local, Romualdo I, hijo del rey lombardo Grimoaldo I, estaba seriamente involucrado en esas actividades. Barbado predicaba regularmente contra ellos aunque ellos cerraban sus oídos.
Anunció a la gente que la ciudad sería sometida a grandes pruebas a manos del Emperador Romano Constante II y su ejército, muy poco tiempo después los regimientos romanos llegaron a la zona y sitiaron Benevento. La gente, llena de miedo, renunció a las prácticas que Barbato había criticado, entonces él taló el árbol que los vecinos habían adorado y fundió la víbora para hacer con ese oro un cáliz para usarlo en la iglesia.
El obispo que presidía Benevento, Hildebrando, murió durante el sitio. Y una vez que se retiraron los invasores, el 10 de marzo de 633, Barbado fue nombrado obispo. Aprovechando su nueva posición ordenó destruir todos los amuletos y objetos de idolatría que el príncipe y la población tenían ocultos.
En 680, participó en el concilio convocado por el Papa Agatón, el tema central del concilio fue la condena de la herejía monotelista. Murió, el 19 de febrero de 682, poco después de finalizado el concilio, tenía aproximadamente setenta años.
Él es recordado en el Martirologio Romano como uno de los patronos principales de la ciudad de Benevento.
Por: . | Fuente: santiebeati.it
Martirologio Romano:En Milán, de Lombardía, Italia, san Mansueto, obispo, que luchó firmemente contra la herejía de los monotelitas (c. 680).
Breve Biografía
Entre los tantos y delicadas asuntos cristológicas sobre los que debatía la teología en los primeros siglos de la Iglesia, se encontraba aquella que investigaba sobre si en Cristo hay una o dos voluntades. En el primer caso se habla de "monotelismo", y en el segundo de "duotelismo".
El problema explotó en el siglo VII, con un Oriente preponderantemente monotelista. A tal grado llegó la disputa, que incluso hubo intervenciones imperiales que llegaron a prohibir bajo penas severas la continuación de la disputa.
En diversos Concilios, en cambio, la cuestión se abordó condenando la posición monotelita como un error pernicioso, ya que el monotelismo era en realidad una sutil respuesta herética sobre la verdadera naturaleza de Jesús: la de ser verdadero Dios y verdadero hombre, dogma proclamado por la Iglesia. La doctrina de la presencia de dos voluntades en Cristo, la divina y la humana, fue reafirmada por el Concilio de Letrán (octubre de 649), convocado por el Papa San Martín I, lo que le costó la muerte, ordenada por el emperador, ya que la convocatoria tenía una clara orientación duotelista.
La discusión se prolongó algún tiempo, y entre los que tomaron parte en ella se encuentra san Mansueto, cuadragésimo obispo de Milán. Su intervención en el Concilio de Roma (marzo de 680) tuvo exactamente ese sentido: desaprobar el monotelismo y dejar claro cómo las dos voluntades coexisten en Cristo, la voluntad humana sujeta a la divina, pero permaneciendo activa, como verdadero hombre.
San Mansueto estaba tan convencido de que estando de parte de Jesús se estaba de parte del hombre que luchó valientemente contra el monotelismo en todas sus actividades, sea como obispo, como organizador o escritor. Contra esta herejía (que, si ponemos algo de atención notaremos que incluso en nuestros días aun existe, algunas veces algo escondida), escribió un importante libro de argumentación doctrinal.
Aunque su celebración es el 19 de febrero, en la liturgia ambrosiana su fiesta se traslada al 2 de septiembre, para que no caiga en Cuaresma.</span></span></span>
responsable de la traducción: Xavier Villalta
[unable to retrieve full-text content]
En Córdoba, en la región española de Andalucía, conmemoración del beato Álvaro de Zamora o Álvaro de Córdoba, presbítero de la Orden de Predicadores, que se hizo célebre por su modo de predicar y contemplar la Pasión del Señor (c. 1430).[unable to retrieve full-text content]
Cerca de Benevento, en la Campania, san Barbado o Barbato, obispo, del que se cuenta que convirtió a los longobardos junto con su caudillo.