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Religioso y Mártir

Martirologio Romano: En España, Beatos Crisanto, Aquilino, Cipriano, José y 63 compañeros del Instituto de los Hermanos Maristas de las Escuelas (Pequeños Hermanos de María), además de dos laicos. ( 1936-39)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Baldomero nació en el Antiguo Tiurana, provincia de Lleida, diócesis d´Urgell, el 29 de septiembre de 1903. Sus padres José Baró y María Riera, ejemplar matrimonio cristiano, formaron una familia numerosa y feliz, pero de forma inesperada ambos murieron muy jóvenes, acontecimiento que marcó a Baldomero para toda su vida. En la iglesia parroquial dedicada a San Pedro dependiente del arciprestazgo de Ponts es donde Baldomero recibió las aguas bautismales el 30 de septiembre de 1903.

Perfil de su espiritualidad

Espiritualidad sobrenatural

"La confianza en la Providencia la manifestaba frecuentemente de palabra y de obra, especialmente en los tristes acontecimientos y en las dificultades y adversidades "

"La simpatía por lo sobrenatural la manifestaba ante el Dios Eucaristía con las manifestación de reverencia, respeto y veneración que mantenía en la exposición del Santísimo sacramento; en la liturgia y la música y en las explicaciones que como catequista impartía sus formandos".

Espiritualidad religiosa

"El Siervo de Dios se había entregado su vida al servicio de Dios sin ninguna reserva, sus palabras, sus gestos era tan expresivos de esta entrega religiosa que los que lo trataban lo apreciaban así lo experimentaban, y por ello lo consideraban como un religioso ".

"Las privaciones que como actos de virtud se imponía eran muy frecuentes. La cuaresma la vivía con tal intensidad que el ayuno era normal. El dominio en no satisfacer el gusto en los alimentos era sabido y conocido hasta por los formandos que estaban bajo su responsabilidad ".

Espiritualidad marista

Las virtudes de humildad, sencillez y modestia deben constituir el carácter propio del religioso marista (Reglas comunes del Instituto marista).

Reproducimos las palabras que dejan escritas algunos testimonios que recogen las aptitudes del Siervo de Dios en el ejercicio de las virtudes que se citan el las Reglas del Instituto marista:

"El H. Aquilino las practicaba en grado heroico, con actos que a diario realizaba. A pesar de ser el subdirector de formandos, y en épocas, director, era frecuente verle realizando actividades en los oficios más bajos. Predicaba con el ejemplo en vez aconsejarlo de palabra y de exigirlo. Ocasión hubo en que, arrodillado ante sus discípulos, con verdadero asombro de sus subordinados hizo el Capítulo de faltas y pidió humilde y sinceramente que se le recordara lo que hubiese podido olvidar. Este testigo añade jamás habían presenciado cosa semejante, ante quien gozaba de un prestigio extraordinario por su saber y por su santidad ".

"Era muy diligente en avisar con sencillez y tan buena gracia a sus subordinados, cuando en ellos veía negligencias en la observancia que le quedaban agradecidos ".
Fama de santidad del Siervo de Dios H. Aquilino y sus devociones.

La fama de santidad y su heroica entrega son reconocidas por testimonios y puesta de manifiesto por los superiores, iguales e inferiores.

El escrito de n testigo así lo confirma:
«En los acontecimientos que se vivieron en la Casa de Noviciado en el mes de julio de 1936, solíamos a pasar las mañanas en las Fontanellas y las tardes en el Privat, donde recibíamos algunas lecciones... El querido H. Aquilino era el alma de todo aquello, bien secundado por los demás profesores del Noviciado. Frecuentemente interrumpía el trabajo o entretenimiento para elevar al cielo alguna oración, y pedir al Señor y su Madre, la Virgen María, que se apiadara de nosotros»

Algunos de los testimonios conocedores de la infancia del H. Aquilino, y fielmente guardados, dejan constancia de su acendrada devoción a las almas del Purgatorio. Los acontecimientos familiares vividos en su infancia seguro que influyeron en esa devoción.

El 3 de septiembre de 1936 es asesinado en los frontones de Las Avellanas. (Lleida)

Integran este grupo de mártires:


1. Crisanto (Casimiro González García),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

2. Aquilino (Baldomero Baró Riera),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

3. Cipriano José (Julián Iglesias Bañuelos),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

4. Fabián (Juan Pastor Marco),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

5. Ligorio Pedro (Hilario de Santiago Paredes),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

6. Félix Lorenzo (Lorenzo Gutiérrez Rojo),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

7. Abdón (Luis Iglesias Bañuelos),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

8. Anacleto Luis (Emiliano Busto Pérez),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

9. Bruno José (Ángel Ayape Remón),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

10. Eduardo María (Francisco Alonso Fontaneda),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

11. Evencio (Florencio Pérez Moral),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

12. Félix Amancio (Amancio Noriega Núñez),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

13. Javier Benito (Jerónimo Alonso Fernández),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

14. Jean Marie (Félix Célestin Gombert Olympe),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

15. Jorge Luis (Lorenzo Lizasoáin Lizaso),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

16. Julio Fermín (Julio Múzquiz Erdozáin),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

17. Luis Damián (José Sobraqués Glory),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

18. Benedicto José (Luis Galerón Parte),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

19. Berardo José (José Pampliega Santiago),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

20. José Ceferino (Elías Garet Ventejo),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas


21. José de Arimatea (Restituto Santiago Allende),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

22. José Teófilo (José Mulet Velilla),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

23. Severino (Severino Ruiz Hidalgo),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

24. Aureliano (Pedro Ortigosa Oraá),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

25. Justo Pastor (Máximo Aranda Modrego),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

26. Alipio José (Maximiano Dronda Leoz),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

27. Guzmán (Perfecto Becerril Merino),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

28. Fernando María (Celedonio Martínez Infantes),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

29. Teógenes (Pedro Valls Piernau),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

30. Luciano (Mauro Álvarez Renedo),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

31. Pedro Jerónimo (José Félix Serret Anglés),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

32. Roque (Abilio Villarreal Abaza),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

33. Benigno José (José Valencia Janices),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

34. Adrián (Manuel Llop Plana),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

35. Euquerio (Euquerio Llanillo García),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

36. Gaspar (Pablo Martínez Esteban),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

37. Camerino (Braulio Álvarez Palacín),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

38. Luis Alfonso (Luis Moreno Aliende),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

39. León Argimiro (Argimiro García Sandoval),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

40. Luis Daniel (Juan Viñuela Flecha),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas


41. Ángel Hipólito (Aniceto Pablos Carvajal),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

42. Julián Marcelino (Marcelino Rebollar Campo),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

43. Domingo Ciriaco (Dionisio Domínguez Martínez),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

44. Jorge Camilo (Vidal García García),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

45. Feliciano (Severino Ruiz Báscones),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

46. Felipe Neri (Fermín Zabaleta Armendáriz),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

47. Herminio Pascual (Saturnino Jaunsarás Zabaleta),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

48. Victorico María (Eugenio Artola Sorolla),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

49. Jerónimo (Trifón Tobar Calzada),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

50. Marino (Pedro Alonso Ortega),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

51. Julián José (Nemesio Cabria Andrés),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

52. Pedro (Jaime Cortasa Monclús),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

53. Narciso (Baldomero Arribas Arnaiz),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

54. Columbanus Paul (Henri Oza Motinot),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

55. Néstor Eugenio (Tesifonte Ortega Villamudrio),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

56. Egberto (Leonardo Arce Ruiz),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

57. Teófilo Martín (Martín Erro Ripa),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

58. Benedicto Andrés (Enrique Andrés Monfort),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

59. Valente José (Jesús Delgado de la Fuente),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

60. Eloy José (Eloy Rodríguez Gutiérrez),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas


61. Millán (Esteban Llover Torrent),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

62. Luis Fermín (Luis Huerta Lara),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

63. Emiliano José (Marcos Leyún Goñi),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

64. Timoteo José (Julián Lisbona Royo),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

65. Andrés José (Francisco Donázar Goñi),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

66. Pablo Daniel (Daniel Altabella Gracia),
religioso profeso de los Hermanos Maristas de las Escuelas

67. Ramón Emiliano Hortelano Gómez, Laico

68. Julián Aguilar Martín, Laico

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Diácono

Martirologio Romano: En el monte Titano, cerca de Rímini, en la Flaminia, san Marino, diácono y anacoreta, portador al pueblo gentil del Evangelio y de la libertad de Cristo (s. IV/V)

Nacido en una familia cristiana, era albañil, nativo de Dalmacia, y uno de los numerosos trabajadores que en el año 257 fueron movilizados, por orden de Diocleciano y de Maximiano, para la reconstrucción de las murallas de Rímini.

Tras haber trabajado un tiempo en Rímini, donde se distinguió por su grandísima caridad cristiana. Fue enviado a otras canteras en el monte Titano para trabajar las piedras. Pasados tres años, Marino regresó a Rímini. En esta ciudad predicó el evangelio por doce años.

Para evitar ser capturado cuando las autoridades descubrieron su acción cristiana, huyó de la ciudad y con la ayuda de Dios se refugió en una gruta del monte Titano, donde vivió en solitario durante un año sin temer las insidias del demonio, que continuamente intentaba asustarlo. Marino, para no ser molestado por los visitantes, se retiró a la cima del mismo monte, y allí construyo una pequeña celda y una iglesia que dedicó a San Pedro. Tales obras suscitaron la ira de Verissimo, hijo de una noble viuda de nombre Felicísima, propietaria de aquellas tierras. Este, presentándose delante de Marino con intenciones nada pacíficas, cayó por tierra paralizado y mudo, tras la oración del santo. La madre, al saber la desgracia de su hijo, se acercó a Marino y dijo estar dispuesta a concederle todo lo que pidiese. En aquel mismo instante su hijo se curó y se postró delante del santo convirtiéndose al cristianismo junto a su madre y familiares.

San Gaudencio, Obispo de Rímini, conociendo las virtudes de Marino, los llamó y le ordenó diacono para que pudiera bautizar a los muchos conversos que lograba hacer. Después, Marino regresó a su morada. El santo continuó viviendo en la misma celda, dedicado a la oración y al trabajo, hasta el día de su muerte, el 3 de septiembre.

Fue sepultado en la iglesia edificada por él. La población que se construyó en aquel sitio llegó a ser la ciudad de San Marino, capital de la república de ese nombre, y que es independiente desde el siglo XI.

Bibliografía: Dicccionario de los Santos
C. Leonoardi, A. Riccardi y G. Zarri
Volumen II
Editorial San Pablo
ISBN: 84-285-2259-6

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Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos Bartolomé Gutiérrez, presbítero, de la Orden de Ermitaños de San Agustín, y cinco compañeros, mártires, quienes, por odio a la fe cristiana, fueron sumergidos todos ellos en aguas sulfúreas hirviendo y después arrojados al fuego (1632).

Fecha de beatificación: Fueron beatificado por Pío IX el 7 de julio de 1867.

Son sus compañeros: beatos presbíteros Vicente Carvalho y Francisco Terrero, de la Orden de Ermitaños de San Agustín; Antonio Ishida, de la Compañía de Jesús; Jerónimo Jo; y Gabriel de la Magdalena, religioso de la Orden de los Hermanos Menores.

Nació en México en 1580. Fue bautizado el 4 de septiembre de 1580 en la Parroquia del Sagrario Metropolitano. Muy joven entró en la Orden de San Agustín. Hizo su profesión religiosa el 1° de junio de 1596. Siguió sus estudios sacerdotales en el convento de Yuriria, centro de estudios floreciente y alejado del bullicio de la capital. Una vez ordenado sacerdote fue trasladado al convento de Puebla. Pidió a sus superiores ser enviado a las misiones de Filipinas. Sus compañeros, en broma, le decían que no podría soportar las penalidades de las misiones, pues era muy obeso. "Tanto mejor -respondía con gracia- así habrá más reliquias para repartir cuando muera mártir; porque algún día iré a Filipinas y de allí a Japón, a morir por la fe de Cristo".

Con Fray Pedro Solís, viajó en 1605 a Manila donde ocupó el puesto de maestro de novicios durante seis años. Por fin, en 1612, se embarcó para Japón. Allí ejerció su ministerio hasta que el emperador Taicosama expulsó a los misioneros. Bartolomé regresó a Manila, pero a petición de sus fieles, al cabo de cinco años pudo volver disfrazado a Japón, donde trabajó quince años. Al fin, traicionado, lo aprehendieron, y después de muy crueles suplicios. Lo hicieron morir a fuego lento en Omura, el 3 de septiembre de 1632. Escribió una narración sobre los mártires de Japón en 1622.

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Fundadora de la Congregación de Hermanas Ursulinas de María Inmaculada

Martirologio Romano: En Piacenza, en la región de Emilia, en Italia, beata Brígida de Jesús Morello, que, después de enviudar, se consagró a Dios, afanándose en obras de penitencia y caridad, y fundando la Congregación de Hermanas Ursulinas de María Inmaculada, dedicadas a la educación cristiana de la juventud femenina (1679).

Fecha de beatificación: El papa Juan Pablo II la beatificó el 15 de marzo1998.

Brígida Morello fue una mujer de su tiempo, el siglo XVII; una mujer de gran fe que supo ver en los acontecimientos históricos y sobre todo en los que a ella le toco vivir la santa voluntad de Dios.

“Dios es nuestro Padre y nunca nos abandonará”; esta seguridad de ser amada como hija, gratuita e incondicionalmente, la motivó a entregar su cariño a cada prójimo que tuviera cerca.

Nació el 17 de junio de 1610 a San Miguel de Pagana (Génova) sobre la Costa de Levante, sexta de once hijos, creció en entorno intensamente cristiano. A 23 años, el 14 de octubre de 1633, se casó Matteo Zancano de Cremona y se estableció con su marido en Salsomaggiore (Parma), dónde fue reconocida por sus virtudes.

A 27 años, el 11 de noviembre de 1637, quedó viuda, entonces hizo voto de castidad, deseando convertirse en religiosa, pero inútilmente intentó entrar entre las capuchinas de la localidad, el ser viuda se lo impedía.

En el 1640 se trasladó a Piacenza, en donde los jesuitas fueron sus directores espirituales, quienes siempre la guiaron y la mantuvieron en la vía a la perfección, especialmente por parte del padre Antonio Morando, su confesor y primer biógrafo.

Margarita de Medici, duquesa de Parma y Piacenza, quería dotar a Piacenza con un Instituto de Ursulinas para la educación de la juventud femenina, uno similar al que existía en Parma. Para ello Brígida Morello acogió en septiembre de 1646 a algunas jóvenes mujeres en su casa, bajo la denominación de Santa Úrsula, dando así inicio, el 17 de febrero de 1649, Miércoles de Ceniza, con cinco compañeras una nueva familia de Ursulinas, bajo la guía de los Jesuitas.

No fue sin embargo la primera superiora, ya que recién en 1665 fue elegida como tal, siendo confirmada en 1670 y en 1675; sus precarias condiciones de salud no le impidieron gobernar por largos períodos, incluso desde la cama, su Congregación de Ursulinas de María Inmaculada.

El 3 de septiembre de 1679 murió en Piacenza y fue enterrada en la iglesia local de San Pedro, hoy no existen rastros de su tumba, si existen un cierto número de cartas, algunos escritos autobiográficos y edificantes, documentos de los que se puede sacar una exacta visión de las experiencias espirituales de la fundadora.

Pero solamente en los años 1927-28 se celebró en Piacenza el proceso ordinario para su beatificación; el decreto sobre la heroicidad de las virtudes se obtuvo el 29 de abril1980.

Reproducido con autorización de Santiebeati.it

responsable de la traducción: Xavier Villalta

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Mártires

Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos Bartolomé Gutiérrez, presbítero, de la Orden de Ermitaños de San Agustín, y cinco compañeros, mártires, quienes, por odio a la fe cristiana, fueron sumergidos todos ellos en aguas sulfúreas hirviendo y después arrojados al fuego (1632).

Fecha de beatificación: Fueron beatificado por Pío IX el 7 de julio de 1867

Antonio Amador Ishida (o Ixida), nació en el año 1570 en Shimabara (Nagasaki), Japón.

Seminarista desde los quince años, se distinguió por sus dotes musicales y dominio de su lengua nativa, además de una seria formación clásica y de teología moral, adquirida en los colegios de Amakusa y Macao. Aun antes de su ordenación, se entregó con empeño al apostolado de la zona de Hiroshima, ayudando a uno o dos sacerdotes, en la ciudad y en sus excursiones pastorales por toda la región de Chugoku y parte de la isla de Shikoku. Después del edicto de expulsión (1614), continuó en Hiroshima, gracias a la benevolencia del daimyð Fukushima Masanori (quien era pagano), haciendo viajes apostólicos en compañía del P. Juan Bautista Porro hasta enero de 1618.

Por haber ocultado a Akashi Naiki Pablo de Hiroshima, noble prófugo, fue encarcelado hasta agosto de 1619, tras la caída de Fukushima Masanori. Una vez libre la Compañía de Jesús lo envió a Nagasaki donde tras diez años de fecundo apostolado fue apresado el 14 de noviembre de 1629. Casi tres años después, luego de superar por treinta días los tormentos en las ardientes aguas sulfurosas del monte Unsen, murió en la hoguera en Nagasaki, junto con cinco religiosos agustinos y franciscanos, el 3 de septiembre de 1632.

Sus compañeros del martirio fueron:

Bartolomé Gutiérrez nació en México en 1530. Se hizo agustino en 1596 y se ordenó de sacerdote en Puebla. En 1612 se fue a Japón como superior de Ukusi. Trabajó apostólicamente durante varios años, a pesar de que su vida corría siempre peligro.

Francisco Ortego nació en Villamediana, España. También era agustino. Lo enviaron a México y de aquí a Manila. Más tarde a Japón.

Gabriel Fonseca era un lego franciscano. Nació en Fonseca, España. Lo enviaron a Japón para estudiar medicina. La ejerció ayudando a todo enfermo sin cobrar nada. A los diez años de intenso trabajo apostólico fue arrestado hasta que murió mártir por Cristo.

Juan Jerónimo Jô era un sacerdote diocesano japonés. Recibió la educación en el seminario de Arima y ordenado de sacerdote en Manila. En 1628 volvió a su país y ejerció su ministerio sacerdotal hasta que lo arrestaron.

Vicente Carvalho nació en Lisboa. Era agustino. Lo enviaron a México y de aquí a Japón en donde sufrió la palma del martirio.

Bibliografía: Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús
Charles E. O’Neill – Joaquín Mª Dominguez
Volumen III
Ortega Ediciones Gráficas
ISBN 84-8468-039-8

P. Felipe Santos Campaña
www.autorescatólicos.com

ar.geocities.com/misa_tridentina01

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Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Obispo
Septiembre 3

Etimológicamente significa “plan”. Viene de la lengua latina.

No sabiendo Dios cómo hacerse comprender por los hombres, vino él mismo a la tierra como un pobre, un humilde. Vino por medio de Cristo Jesús. Dios nos sería lejano si Cristo no fuera su transparencia.

Proyecto fue obispo en el siglo V.
En aquel tiempo le ponían este nombre a los niños abandonados. Como en España los apellidos Expósito.

No se sabe si él fue un chico abandonado. Cuando lo nombraron obispo, la ciudad tenía todavía muy presente el nombre de su fundador Forum Cornelio.

La ciudad tiene, además, un patrono legendario, san Casiano, mártir y protector de los maestros.

Hay otro santo de esta localidad, san Pedro Crisólogo, del siglo V. Fue obispo de Rávena.

Al leer la biografía de Pedro – preciosa por cierto -, aparece entre sus páginas algo de la vida de san Proyecto, sobre todo la parte dedicada a su consagración episcopal.

Una de las características que aflora en la vida de este santo fue su gran devoción a la Virgen María.

Raro es el santo – como estás viendo cada día – que no haya profesado una honda, sentida y religiosa devoción a la Madre de Dios.

Con ella es más fácil y tierno acercarse a su Hijo Cristo Jesús. Muchos santos y santas han hecho de su existencia este lema: “En María, con María y para María".

Gracias a ella y a su sí voluntario, nos ha llegado Jesús en toda su humana y divina transparencia.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!


11:16 p.m.

Por: . | Fuente: www.bisbatlleida.org

Religioso y Mártir

Martirologio Romano: En diversos lugares de la diócesis de Lleida (Lérida), España, Beatos Mariano Alcalá Pérez y 18 compañeros de la Orden de la Bienaventurada Virgen de las Mercedes, asesinados por odio a la fe. ( 1936-37)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Pedro Esteban Hernández nació en Híjar, Teruel, el 27 de junio de 1869, de Isidro y María, familia de los Sidricos, que lo bautizaron al día siguiente.

Ingresó de veinte años en El Olivar para clérigo, pero, porque le costaban los estudios y se le hacían cuesta arriba los latines, declinó a hermano laico, vistiendo el hábito el 19 de abril de 1890, de manos del padre Pedro José Ferrada, ante el padre Florencio Nualart. Profesó los votos temporales el 27 de abril de 1891, ante los padres Ferrada, Ramón Prat y Luís Caputo; y los solemnes, el 27 de abril de 1894, ante los padres Luís Prat, Mariano Flores y Domingo Aymeric. Fue testigo de la profesión de fray Manuel Gargallo Sancho el 6 de enero de 1905.

Se dice de fray Pedro que era observante, humilde, obediente, trabajador, puntual en el coro y los actos comunitarios, gustoso de lecturas espirituales, amante de las cosas de la comunidad; que componía gravedad con jovialidad, afabilidad y respeto; que contagiaba alegría a cuantos le trataban.

Grande es el elogio. Y merecido por lo que yo, niño, aún percibí de su aura.

Pero la grandeza de fray Pedro se cifra en que supo conjugar lo humano y lo divino, conllevar el ser patrón y amigo, hallar a Dios en los rastrojos y en coro. Porque el suyo fue en un ministerio harto dificultoso, cuarenta y cinco años al frente de la explotación agrícola de El Olivar. Requiere harta sabiduría; cuándo labrar, qué sembrar, cómo coger la sazón; hallar el momento de podar, de segar, de sulfatar, de llevar la oliva a la almazara.

De su incumbencia eran las caballerías, su adquisición, su reproducción, su rendimiento; experimentando lo que era estar en trance de muerte hasta tres veces en un solo año, 1924. Pues el 2 de mayo le atizó un par de coces un mulo guito; el 27 de agosto se cayó del carro por delante, yendo agarrado a las varas más de cien metros; el 23 de septiembre un auto le espantó la mula, que le pasó por encima sin hacerle daño. Cada suceso era celebrado por la comunidad con himnos de gratitud al Señor y a la Virgen, que tan milagrosamente tutelaban la vida de fray Pedro.

Tenía particular destreza con los mostos, para elaborar buenos tintos o claretes, esmerar caldos generosos, sacar el mejor vino de celebrar para todas las parroquias de la contornada, mimar la madre de las cubas seculares. Además era hábil levantando paredes, remendando muros, adaptando cuadras.

Era muy servicial con todos los religiosos, que gustosamente escuchaban sus jugosos coloquios y sus reflexiones espirituales. Su vida íntegra le daba mucha autoridad sobre los jóvenes de la comunidad, que oían con atención sus exhortaciones sobre la santísima Virgen y sobre el cultivo de la pureza.

Era sumiso a los superiores, que le hallaban imprescindible para el manejo de las fincas, por eso estuvo toda su vida religiosa en El Olivar, saliendo una sola vez, que yo sepa, a Barcelona; mandado por el provincial el 17 de agosto de 1934 para sustituir a fray Benjamín Arnáiz, enfermo, y supongo, para que conociera la ciudad.

Se manejaba divinamente a criados, braceros, segadores, vendimiadores. Claro que siempre era el primero en emprender la labor, y el último en buscar la sombra. Ponía humanidad, recompensaba con generosidad, se prodigaba con los que pasaban estrecheces y les instruía en las verdades de la fe cristiana. Sabía obsequiar un trago de buen vino.

Feliz venía realizando su trabajo al servicio de una comunidad que en aquel momento contaba con setenta miembros, cuando se desencadenó la locura de julio de 1936. Si alguno se merecía el martirio -asevera el padre Bienvenido Lahoz- era él; dedicó toda su juventud a Dios, fue muy laborioso, edificante para los seglares que se le acercaban, muy buen fraile; pudo salvarse de la muerte, pero no quiso dejar a fray Antonio Lahoz.

Martirio de
Fray Pedro Esteban Hernández y de Fray Antonio Lahoz Gan

Fray Pedro y fray Antonio fueron de los últimos en abandonar El Olivar, saliendo con el grupo del padre Francisco Gargallo. Estando emboscados en la Codoñera, el padre Comendador les autorizó para irse para su pueblo, Híjar, el 5 de agosto. Pasando por el Tormagal, comieron algo, obsequiados por los molineros; a media tarde pasaron por Crivillén declinando la merienda que les ofrecieron, porque iban deprisa, pasaron por la era de Manuela Estopañán para despedirse, fray Antonio le regaló un rosario hecho de huesos de oliva. Iban tristes y se despidieron llorando. A primera hora de la noche llegaron a los Mases de Crivillén encontrándose con el grupo del padre Gargallo, pero tomaron otro rumbo. Tras algunas jornadas de andar por los montes, llegaron al mas de Burillo, dándose a conocer; pidieron comida y rogaron que avisaran a sus familias. Dijeron que habían salido del convento porque los querían matar.

Enterados los familiares de fray Pedro, vino su resobrino Pascual Lázaro Esteban para trasladarlos al mas familiar, La Chumilla, aposentándose en una caseta de campo. La familia les traía víveres; ellos leían sus libritos de devoción, rezaban el rosario, y sin recatarse conversaban con los campesinos y aún les ayudaban en las tareas del campo. Lo tenían claro: Venimos a cumplir la voluntad de Dios, y a venga lo que Dios quiera. Estamos dispuestos a recibir el martirio.

La familia y otros vecinos, mirando por su salvación, intentaron organizar su huída a la zona nacional y hasta anduvieron un trecho los dos frailes, pero se volvieron porque era de cobardes huir de la muerte, y porque es muy grande y muy glorioso ser mártires. La verdad es que fray Antonio andaba muy mal, por anciano y desmejorado, y fray Pedro desistió de dejarlo solo.

Una noche de primeros de septiembre, sobre las cero horas, llegaron Luís Pina y cuatro milicianos, conducidos por el chofer José Beltrán, que se mantuvo al margen. Uno de los asesinos abrió la puerta y vio delante a fray Pedro que le ofreció el pecho, diciendo no tengo miedo, ¡viva Cristo rey! Fray Antonio estaba a su lado. Sacaron a los dos hermanos fuera de la choza –especifica el atestado- les hicieron una descarga y dejando a la víctima allí regresaron al pueblo. Luís Pina se jactaría luego ante sus compinches: Chicos, ayer matamos a dos frailes, y al primer tiro que le tiré a uno se le saltaron todas las tripas.

Antonio Montañés y El Alpargatero, traídos por Beltrán, al día siguiente los enterraron. Pasó luego un vecino, vio la tierra reciente del hoyo en que fueron sepultados y un charco de sangre aún fresca, con la que escribió en el dintel del mas: Aquí han caído dos mártires.

El 25 de noviembre de 1938 fueron exhumados los cadáveres y, por Alloza y Crivillén, los llevaron a El Olivar, donde el 28, al medio día, fueron sepultados. Unas cien personas vieron los esqueletos que se conservaban enteros con la piel pegada a los huesos y las ropas mostrando los agujeros de las balas.

Ahí están, al pie de su Virgen, retando, invitando.

Este grupo de mártires está integrado por:


1. MARIANO ALCALÁ PÉREZ, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 11 Mayo 1867 en Andorra, Teruel (España)
martirio: 15 Septiembre 1936 en Andorra, Teruel (España)

2. TOMÁS CARBONELL MIQUEL, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 20 Diciembre 1888 en Jijona, Alicante (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)

3. FRANCISCO GARGALLO GASCÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Febrero 1872 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

4. MANUEL SANCHO AGUILAR, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero 1874 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

5. MARIANO PINA TURÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 13 Atril 1867 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 08 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

6. PEDRO ESTEBAN HERNÁNDEZ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 27 Julo 1869 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)

7. ANTONIO LAHOZ GAN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 22 Octubre 1858 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)

8. JOSÉ TRALLERO LOU, religioso mercedario profeso
nacimiento: 28 Diciembre 1903 en Oliete, Teruel (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)

9. JAIME CODINA CASELLAS, religioso mercedario profeso
nacimiento: 03 Mayo 1901 en Aguilar de Segarra, Barcelona (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)

10. JOSEP REÑÉ PRENAFETA, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 15 June 1903 en Lleida (España)
martirio: 16 Agosto 1936 en Barcelona (España)

11. ANTONIO GONZÁLEZ PENÍN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Marzo 1864 en San Salvador de Rabal, Celanova, Orense (España)
martirio: 10 Agosto 1936 en Barcelona (España)

12. TOMÁS CAMPO MARÍN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Enero 1879 en Mahamud, Burgos (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

13. FRANCESC LLAGOSTERA BONET, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 30 Agosto 1883 en Valls, Tarragona (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

14. SERAPIO SANZ IRANZO, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Octubre 1879 en Muniesa, Teruel (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

15. ENRIC MORANTE CHIC, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Septiembre 1896 en Lleida (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)

16. JESÚS EDUARD MASSANET FLAQUER, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero1899 en Capdepera, Islas Baleares (España)
martirio: 25 Julo 1936 en Lleida (España)

17. AMANCIO MARÍN MÍNGUEZ, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 26 Marzo 1908 en Celada del Camino, Burgos (España)
martirio: 26 Julo 1936 en Binéfar, Huesca (España)

18. LORENZO MORENO NICOLÁS, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Marzo 1899 en Lorca, Murcia (España)
martirio: 03 Noviembre 1936 en Lorca, Murcia (España)

19. FRANCESC MITJÁ i MITJÁ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 26 June 1864 en Arbucias, Girona (España)
martirio: Enero 1937 en Ivorra, Lleida (España)

11:16 p.m.

Por: . | Fuente: www.bisbatlleida.org

Religioso y Mártir

Martirologio Romano: En diversos lugares de la diócesis de Lleida (Lérida), España, Beatos Mariano Alcalá Pérez y 18 compañeros de la Orden de la Bienaventurada Virgen de las Mercedes, asesinados por odio a la fe. ( 1936-37)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Nació en Híjar el 22 de octubre de 1858, de Antonio y Rafaela, en la casa de los Espinagueros, de buena posición económica. Fue llevado a la fuente bautismal al día siguiente de nacido. Un sobrino cuenta que ningún domingo faltaba al rosario de la Aurora, frecuentaba los sacramentos, cantaba en el coro parroquial, llevaba una vida muy retirada y recogida, no gustaba de las fiestas. Buena base para un santo.

Ingresó cuarentón en El Olivar, previa la dispensa de edad, vistiendo el hábito el 14 de abril de 1903 de manos del padre Nicolás Paracuellos, ante el padre Felipe Magrazo, y profesando los votos simples el 27 de abril de 1904, ante los padres Mariano Pina y José Gómez. Desde el principio vivió gozosamente su entrega a Dios. Ya venía piadoso, ahora aspiraba a la perfección; por más que no le resultara fácil, teniendo que hacer un esfuerzo supremo para adaptarse a la vida regular. Se acomodó, pues desde el primer día resultó edificante por ser laborioso, penitente, prudente, mesurado, devoto. Tenía claro a qué venía.

Y así ni en él ni en la comunidad hubo titubeos al cumplirse el plazo de la profesión solemne, que emitió el 28 de julio de 1907, ante los padres Manuel Martín, Mariano Pina y Felipe Magrazo. La víspera había hecho su renuncia de bienes: tenía prestadas 555 pesetas al 1% y un hermano le debía otras 80; repartió a sus dos hermanos una casa, un mas, una era y 160 pesetas, dejando al Convento el resto del capital, así como la yegua y otras cosas que trajera al enclaustrarse. Era como quemar las naves.

Recalará en El Olivar, y aquí vivió siempre, llevando una existencia sin ninguna notabilidad, sólo se cuenta de él que en 1931 le cayó encima la puerta del huerto que da a la chopera. Mi padre Vicente comenta que era muy retirado y estaba siempre trabajando en el huerto.

Su ministerio fue el huerto, el gallinero, la portería. Y ponía toda su fe, su ilusión y su rancio saber de campesino en sacar buenos tomates, ofrecer óptimos prescos; obtener sabrosos huevos y hermosos conejos… Cavaba, plantaba, regaba, podaba, de sol a sol, con generosidad. Cuando se le invitaba a descansar en la sombra, respondía afectuosamente: Descansar, en el cielo. Aprovechaba el tiempo al máximo, nunca se hallaba ocioso. Eso sí, tenía asediada a la Virgencica de El Olivar: Madrecica, que llueva; Morenica, esos nubarrones… ten en cuenta que hay muchas bocas en casa…esos estudiantes son jóvenes y han de comer.

Rezaba, rezaba a todas horas, en el campo, en los corrales, en la celda. Si sonaba el ángelus, se hincaba de rodillas donde estuviera, aunque el suelo fuera un pedregal, y con quien estuviera; se recogía profundamente; luego se secaba el sudor, y al tajo. Cuando tenía las manos libres, indefectiblemente sus dedos estaban acariciando las cuentas del rosario. Si no podía estar en el agro, si tenía arreglados los animales, se ponía a leer libros piadosos; se iba al coro, al camarín de la Virgen, a la iglesia, siempre arrodillado aún cuando envejeció. Cuánto gozaba con la misa, qué arrobos ante el sagrario, qué confidencias con la Madre.

Su meticulosidad, su observancia regular, la eximia puntualidad a los actos comunitarios… imponderables. Con los superiores se pasaba de reverente, tan respetuoso que ante ellos no hablaba si no era preguntado. ¿Su mortificación? extrema, no se permitía tocar un fruto del huerto, con lo tentadoras que eran las cerezas primerizas, las higas septembrinas, los pepinos que él cultivaba; si alguien lo tentaba, respondía terminante: La Regla, la Regla. Pero es que además, si alguien le solicitaba algún fruto, aunque fuera la Molinerica, aún siendo sumamente amoroso y humilde, decía que lo pidiesen al padre comendador, pues él no podía disponer de nada por su voto de pobreza. Eso es casta.

Siempre alegre, feliz, rebosando paz y felicidad. Dirá de él un sacerdote, que era el perfume de la santidad del Convento, que ciertamente fuera canonizable aunque no hubiera muerto mártir, pues acumulaba todas las virtudes. Y el padre Manuel Sancho aseveraba que fray Antonio a sus ochenta años conservaba la inocencia bautismal.

Martirio de
Fray Pedro Esteban Hernández y de Fray Antonio Lahoz Gan

Fray Pedro y fray Antonio fueron de los últimos en abandonar El Olivar, saliendo con el grupo del padre Francisco Gargallo. Estando emboscados en la Codoñera, el padre Comendador les autorizó para irse para su pueblo, Híjar, el 5 de agosto. Pasando por el Tormagal, comieron algo, obsequiados por los molineros; a media tarde pasaron por Crivillén declinando la merienda que les ofrecieron, porque iban deprisa, pasaron por la era de Manuela Estopañán para despedirse, fray Antonio le regaló un rosario hecho de huesos de oliva. Iban tristes y se despidieron llorando. A primera hora de la noche llegaron a los Mases de Crivillén encontrándose con el grupo del padre Gargallo, pero tomaron otro rumbo. Tras algunas jornadas de andar por los montes, llegaron al mas de Burillo, dándose a conocer; pidieron comida y rogaron que avisaran a sus familias. Dijeron que habían salido del convento porque los querían matar.

Enterados los familiares de fray Pedro, vino su resobrino Pascual Lázaro Esteban para trasladarlos al mas familiar, La Chumilla, aposentándose en una caseta de campo. La familia les traía víveres; ellos leían sus libritos de devoción, rezaban el rosario, y sin recatarse conversaban con los campesinos y aún les ayudaban en las tareas del campo. Lo tenían claro: Venimos a cumplir la voluntad de Dios, y a venga lo que Dios quiera. Estamos dispuestos a recibir el martirio.

La familia y otros vecinos, mirando por su salvación, intentaron organizar su huída a la zona nacional y hasta anduvieron un trecho los dos frailes, pero se volvieron porque era de cobardes huir de la muerte, y porque es muy grande y muy glorioso ser mártires. La verdad es que fray Antonio andaba muy mal, por anciano y desmejorado, y fray Pedro desistió de dejarlo solo.

Una noche de primeros de septiembre, sobre las cero horas, llegaron Luís Pina y cuatro milicianos, conducidos por el chofer José Beltrán, que se mantuvo al margen. Uno de los asesinos abrió la puerta y vio delante a fray Pedro que le ofreció el pecho, diciendo no tengo miedo, ¡viva Cristo rey! Fray Antonio estaba a su lado. Sacaron a los dos hermanos fuera de la choza –especifica el atestado- les hicieron una descarga y dejando a la víctima allí regresaron al pueblo. Luís Pina se jactaría luego ante sus compinches: Chicos, ayer matamos a dos frailes, y al primer tiro que le tiré a uno se le saltaron todas las tripas.

Antonio Montañés y El Alpargatero, traídos por Beltrán, al día siguiente los enterraron. Pasó luego un vecino, vio la tierra reciente del hoyo en que fueron sepultados y un charco de sangre aún fresca, con la que escribió en el dintel del mas: Aquí han caído dos mártires.

El 25 de noviembre de 1938 fueron exhumados los cadáveres y, por Alloza y Crivillén, los llevaron a El Olivar, donde el 28, al medio día, fueron sepultados. Unas cien personas vieron los esqueletos que se conservaban enteros con la piel pegada a los huesos y las ropas mostrando los agujeros de las balas.

Este grupo de mártires está integrado por:


1. MARIANO ALCALÁ PÉREZ, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 11 Mayo 1867 en Andorra, Teruel (España)
martirio: 15 Septiembre 1936 en Andorra, Teruel (España)

2. TOMÁS CARBONELL MIQUEL, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 20 Diciembre 1888 en Jijona, Alicante (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)

3. FRANCISCO GARGALLO GASCÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Febrero 1872 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

4. MANUEL SANCHO AGUILAR, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero 1874 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

5. MARIANO PINA TURÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 13 Atril 1867 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 08 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)

6. PEDRO ESTEBAN HERNÁNDEZ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 27 Julo 1869 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)

7. ANTONIO LAHOZ GAN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 22 Octubre 1858 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)

8. JOSÉ TRALLERO LOU, religioso mercedario profeso
nacimiento: 28 Diciembre 1903 en Oliete, Teruel (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)

9. JAIME CODINA CASELLAS, religioso mercedario profeso
nacimiento: 03 Mayo 1901 en Aguilar de Segarra, Barcelona (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)

10. JOSEP REÑÉ PRENAFETA, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 15 June 1903 en Lleida (España)
martirio: 16 Agosto 1936 en Barcelona (España)

11. ANTONIO GONZÁLEZ PENÍN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Marzo 1864 en San Salvador de Rabal, Celanova, Orense (España)
martirio: 10 Agosto 1936 en Barcelona (España)

12. TOMÁS CAMPO MARÍN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Enero 1879 en Mahamud, Burgos (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

13. FRANCESC LLAGOSTERA BONET, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 30 Agosto 1883 en Valls, Tarragona (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

14. SERAPIO SANZ IRANZO, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Octubre 1879 en Muniesa, Teruel (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

15. ENRIC MORANTE CHIC, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Septiembre 1896 en Lleida (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)

16. JESÚS EDUARD MASSANET FLAQUER, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero1899 en Capdepera, Islas Baleares (España)
martirio: 25 Julo 1936 en Lleida (España)

17. AMANCIO MARÍN MÍNGUEZ, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 26 Marzo 1908 en Celada del Camino, Burgos (España)
martirio: 26 Julo 1936 en Binéfar, Huesca (España)

18. LORENZO MORENO NICOLÁS, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Marzo 1899 en Lorca, Murcia (España)
martirio: 03 Noviembre 1936 en Lorca, Murcia (España)

19. FRANCESC MITJÁ i MITJÁ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 26 June 1864 en Arbucias, Girona (España)
martirio: Enero 1937 en Ivorra, Lleida (España)

11:16 p.m.

Por: . | Fuente: Zenit.org

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Mataró, Cataluña, España, Beato José Samsó i Elías, sacerdote y mártir durante la persecución religiosa en España. ( 1936)

Fecha de beatificación: 23 de enero de 2010, en la basílica de Santa María de Santa María de la ciudad barcelonesa de Mataró –de la que fue párroco–, la ceremonia fue oficiada por el Cardenal Arzobispo de la Archidiócesis de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, en representación de S.S. Benedicto XVI.

José Samsó Elías nació en Castellbisbal el 17 de enero de 1887. Cursó la carrera sacerdotal en el Seminario Conciliar de Barcelona, distinguiéndose en todos los cursos por su talento privilegiado y piedad ejemplar, todo lo cual le hacía acreedor de las mejores calificaciones. En los últimos años de su carrera sacerdotal, habiendo fijado en él su atención el Obispo José Laguarda, lo distinguió como su secretario particular, cargo en el cual estuvo hasta que fue consagrado Presbítero el 12 de marzo de 1910, celebrando su primera misa el día de San José, en la Capilla del Centro Obrero de la Sagrada Familia de la calle Calabria de Barcelona.

El 23 de julio de 1910 fue nombrado Coadjutor de la parroquia de San Julián de Argentona. Allí permaneció durante 7 años. El 11 de enero de 1917 fue nombrado párroco de la parroquia de Sant Joan de Mediona. A la muerte del párroco de Santa María de Mataró, Dr. Roig, José Samsó quedó nombrado Ecónomo-Arcipreste de la ciudad de Mataró y titular de dicha parroquia.

Fue un modelo de sacerdote entregado totalmente al ministerio de párroco. Severo consigo mismo, por temperamento y por virtud, pero comprensivo con los demás y dotado de las cualidades de gobierno para regir las comunidades que le fueron encomendadas.

Destacó en el ministerio de la caridad y de la catequesis. Su obra más conocida en este sentido es la Guía para catequistas, preparada ya en marzo de 1936, pero que no fue publicada hasta 1940.

Su dirección espiritual animó a muchas personas a seguir su vocación sacerdotal o religiosa, implantó la puntualidad en el horario de las misas, buscaba la perfección en los actos litúrgicos para alcanzar su máximo esplendor del culto, y trabajó intensamente en la decoración interior de la iglesia de Santa María, que en 1928 fue distinguida con el título de Basílica Menor.

En octubre de 1934, un grupo de hombres armados entró en la rectoría de Santa María, amenazando al rector y a la gente que estaba con él, les obligaron a ir a la nave central y apilar sillas, y le ordenaron al rector que las prendiera. Samsó se negó, a pesar de las amenazas.

Aquellos hombres incendiaron un altar y algunos utensilios. Cuando pudieron llegar algunos feligreses el fuego se pudo apagar. El párroco perdonó a aquellos hombres y no quiso revelar su identidad cuando fue invitado a hacerlo por la autoridad judicial.

Desde ese día y hasta su detención en 1936, el sacerdote manifestó varias veces que se acercaba una persecución de sangre. El peligro para él y su condición de sacerdote y rector le llevó a aceptar generosamente la posibilidad del martirio, con una actitud de esperanza.

Al iniciarse la Guerra Civil, se refugió en casa de unos feligreses, hasta que, en la madrugada del 28 de julio de 1936, intentando abandonar la ciudad por razones de prudencia, fue detenido y encarcelado por su condición de sacerdote. Después de un mes de cautiverio en la prisión de Mataró, se puso precio a su vida, y atado de manos, emprendió su Vía Crucis hacia el cementerio de Mataró, donde fue asesinado el 1 de septiembre de 1936. “Murió perdonando a sus ejecutores y con una gran ejemplaridad cristiana”, han indicado.

11:16 p.m.

Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01

Virgen

Martirologio Romano: En Florencia, en la región toscana también de Italia, beata Juana Soderini, virgen de la Orden Tercera de los Siervos de María, preclara por su oración y austeridad de vida (c. 1367).

Los Soderini eran considerados como miembros de una de las familias más nobles de Florencia al iniciarse el siglo XIV.

Precisamente en aquélla ciudad, en el año de 1301, y en el seno de la aristocrática familia, vino al mundo Juana, la que habría de alcanzar la gracia de la beatitud.

Desde muy temprana edad, demostró ser una niña excepcionalmente buena y con una devoción tan profunda y sincera hacia Dios, que en cierta ocasión dijo a su aya, Felicia Tonia, que, por revelación del cielo, sabía que ella, Felicia, iba a morir muy pronto y ésta, que estaba al tanto del fervor de la niña y de sus continuas oraciones, le creyó y comenzó a prepararse para su próxima muerte.

Cuando Juana llegó a la adolescencia, sus padres le concertaron un matrimonio ventajoso, pero ella protestó con tanta energía que, a fin de cuentas y a regañadientes, puesto que Juana era la única hija, consintieron en que tomase el hábito de monja.

Por aquel entonces, Santa Juliana Falconieri organizaba la tercera orden regular de los servitas (las "Mantellate") en Florencia y Juana decidió unirse a esa nueva comunidad.

No tardó en distinguirse por las austeridades corporales que practicaba y su perseverancia en la oración, pero al mismo tiempo se mantenía activa en los trabajos de la casa y el cuidado de los enfermos que acudían en busca de atención. Voluntariamente y de buen grado, se hacía cargo de las tareas más desagradables y penosas y, en el desempeño de las mismas provocaba la admiración de sus hermanas, por su alegría y mansedumbre.

Juana debió padecer duras pruebas espirituales y grandes tentaciones, sobre las que, al fin y al cabo, triunfó y aun adquirió grandes gracias celestiales, incluso el don de profecía. Juana era la auxiliar personal y permanente de Santa Juliana y no se apartó de ella ni por un instante en el curso de su prolongada enfermedad postrera, cuando la fundadora no podía pasar alimento alguno y estaba tan débil que necesitaba ayuda para poder moverse. Por eso, se atribuye a la Beata Juana el descubrimiento de una imagen de Cristo crucificado que, al parecer, quedó grabada en el pecho de Santa Juliana desde poco antes de su muerte.

Juana sobrevivió a su amada madre durante más de veinte años, como sucesora suya en el gobierno de la comunidad, hasta que murió, el lº de septiembre de 1367. La Beata Juana Soderini fue sepultada en la iglesia de la Annunziata de Florencia y, durante algún tiempo, su tumba fue un lugar de peregrinaciones.

En 1828, el conde de Soderini, pariente de Juana, solicitó al Papa León XII la confirmación del culto que fue concedida a su debido tiempo.

11:16 p.m.

Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01

Obispo

Martirologio Romano: En Sens, de Neustria, san Lupo, obispo, que fue desterrado por haber dicho ante un jerarca local que convenía al pueblo ser regido por un sacerdote y obedecer a Dios antes que a los príncipes (c. 623).

San Loupo o Leu, perteneciente a una familia noble, nació en Orléans. Fue elegido Arzobispo de Sens en 609.

Clotairo, rey de los Francos, entrando en Borgoña, envió a su senescal contra los habitantes de Sens, éste sitió la ciudad. San Lupo, hizo repicar la campana de la iglesia de Saint Eesteban. Los sitiadores, oyendo ese sonido, sintieron tal pánico, que pensaron que no podrían escapar a la muerte, y emprendieron la huida.

Habiéndose finamente apoderado de la Borgoña, Clotario envió a Sens a otro senescal. Como San Lupo no acudió a su presencia llevándole presentes, lo difamó ante el rey, y éste lo envió al exilio. Allí, San Lupo se destaca por su doctrina y milagros.

Los habitantes de Sens pidieron al rey que llamara a San Lupo del exilio. Cuando Clotario se encontró ante aquel hombre paciente y mortificado, se sintió tan conmovido que se prosternó a sus pies solicitando su perdón. Colmándolo de presentes, lo restableció en su Sede.

Después de haberse hecho famoso por sus grandes virtudes y milagros, el Santo Obispo entregó su alma a Dios alrededor de 610.

11:16 p.m.

Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01

Obispo y Mártir

Martirologio Romano: En Todi, de la Umbría, san Terenciano, obispo (c. s. IV).

Etimología Terenciano = atento, delicado. Viene de la lengua latina.

San Terenciano se convirtió gracias a la fe que veía en los primeros cristianos que llegaron a la ciudad de Todi, Italia. Llegó a ser obispo de Todi. Muchos paganos se convirtieron a la fe de Cristo por su celo pastoral.

La envidia de los sacerdotes paganos hacia él, crecía de día en día. Por eso, llevados por su envidia y enfurecidos las numerosas conversiones, lo denunciaron al emperador Adriano.

Por orden del procónsul Licinio, fue atormentado en el potro y con escorpiones; mientras se le iba la vida, repetía: "Señor, sean confundidos los que adoran a dioses falsos y se glorían de sus ricas imágenes". Y sucedió que un sacerdote pagano quedó ciego y los templos se cayeron al suelo. Entonces el santo volvió a decir: "Gloria a ti, Jesús bendito, que colmas de bendiciones a quienes creen en ti".

El juez le preguntó: ¿Dónde está tu Dios? Y Terenciano contestó: "Está conmigo y si tú creyeras en él, encontrarías misericordia".

Enfurecido, el juez mandó que le cortaran la lengua, y luego le degollaron.

12:08 a.m.

Funddora de la Congregación
de Hermanas de la Caridad de Santa Ana

Martirologio Romano: En Zaragoza, en España, beata María Ráfols, virgen, que cerca del hospital de esta ciudad fundó la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana y la dirigió con fortaleza de ánimo por entre muchas dificultades. ( 1853)

Esta «heroína de la caridad», nació en Vilafranca del Penedès, Barcelona, España, el 5 de noviembre de 1781. Sus padres eran sencillos pagesos, campesinos que no tenían muchos recursos. Pero al fallecer su padre cuando ella tenía 9 años, su madre contrajo nuevas nupcias. Con una situación económica más holgada pudieron costear sus estudios en la Enseñanza, un prestigioso colegio de Barcelona; tuvieron en cuenta sus excelentes cualidades porque era inteligente, trabajadora y responsable. Entonces se implicó como voluntaria en el hospital de la Santa Creu, dirigido por las Hermanas Hospitalarias de San Juan de Dios. Su capellán, el P. Juan Bonal Cortada y ella se conocieron a raíz de una epidemia de peste. María supo de primera mano cómo se desvivía él por los afectados, especialmente los pobres. El virtuoso sacerdote precisaba personas expertas en el cuidado de los enfermos para el hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza, y seleccionó un grupo compuesto por doce hombres y doce mujeres, entre los que se hallaba María. Tenía 23 años, pero una madurez y cualidades tales que fue designada responsable de todos y luego superiora de la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana, nacida en el mencionado hospital zaragozano ese mismo año de 1804 en el que se produjo su traslado a la ciudad.

Al llegar a Zaragoza tras un recorrido efectuado en carro y plagado de incomodidades, ella se hincó de rodillas ante la Virgen del Pilar pidiendo su amparo; eso da idea del espíritu que le guiaba. Pronto constató que los medios disponibles en el hospital de Gracia dejaban mucho que desear en todos los aspectos. Además, los trabajadores del centro acogieron de mal grado a los recién llegados y les dispensaron un trato hostil. Desde el principio se percató de la serie de circunstancias que había que solventar. El descontento del personal por su mala retribución, las carencias y la descuidada atención a los enfermos requerían actuar con premura y delicadeza. Pero las presiones hicieron que pasado un tiempo los varones abandonaran el hospital. En cambio las mujeres, con María al frente, prosiguieron su incansable labor. La beata pasó por alto los infundados reparos de la Junta del hospital, la Sitiada, que consideraban que actuaba al margen de su dictamen, y poco más tarde logró la conciliación con su sabiduría, prudencia y caridad. Pero siempre tuvo como péndulo sobre su cabeza la oposición de la Junta que le hizo sufrir y probó su virtud. Sus acciones no caían en saco roto y el obispo de Huesca le propuso crear en la ciudad un centro hospitalario similar al zaragozano. Por lo demás, fue una pionera para la época; abrió brechas para la mujer insospechadas anteriormente especializándose en flebotomía, práctica quirúrgica de la sangría de uso habitual en la medicina de entonces, que validó con el examen oportuno.

Pocos años después de llegar a Zaragoza se desencadenó la guerra, y cuando las tropas napoleónicas sitiaron Zaragoza en 1808, el hospital quedó derruido por las bombas. En esos instantes ella fue una heroica abanderada que expuso su vida auxiliando a los heridos, enfermos y dementes a los que buscaba por las calles, sin excluir a los integrantes del bando enemigo. En medio del fragor de la batalla salió a mendigar pidiendo dinero y comida para los miles de acogidos que había en el hospital. Ante la precariedad, con frecuencia se privaba de su propio sustento. En un intervalo de cuatro meses tuvo que trasladar a los enfermos en tres ocasiones, hasta que se instaló el hospital de convalecientes. En el transcurso de la encarnizada lucha sin cuartel dio nuevas pruebas de una fe admirable demandando ayuda para los enfermos, aunque para ello tuvo que cruzar las filas enemigas acompañada de un par de religiosas. Las mujeres avanzaron por el campo de combate en medio del hostigamiento de los soldados que proferían insultos contra ellas, pero lograron que el general francés Lannes las escuchara, las protegiera, y abriera las puertas de par en par. María le había dejado desarmado con su trato delicado y respetuoso, y el militar se conmovió con ese gesto inaudito. No solo obtuvo los recursos esenciales para la atención de los enfermos, sino que contribuyó a que se salvaran muchas vidas, se concedieran indultos y otras gracias. Esta imagen, de gran fuerza plástica, continúa siendo impactante porque hay que tener en cuenta el momento histórico, la situación y el lugar en el que se produjo tal acto de valentía.

Al terminar la guerra, la nueva Junta rectora del hospital no tuvo en cuenta estos antecedentes heroicos, sino que oprimió a las religiosas. Apartaron al P. Bonal, y el prelado Mons. Suárez de Santander, afín a los franceses, puso a María en la tesitura de dimitir trasladándose a Orcajo, Daroca. La Sitiada demandó la presencia de las hermanas en Zaragoza en 1813 para que se hicieran cargo de la casa de beneficencia. Finalmente en 1824 al ser aprobadas las Constituciones por la diócesis, una vez se solventaron los equívocos que llevaron a su recusación, se restituyó a la beata como superiora. Durante once años se ocupó de los huérfanos y abandonados que se hallaban en la Inclusa que dependía del hospital. Pero en 1834 fue imputada por alta traición. Creyendo que conspiraba contra la reina implicada con los carlistas fue recluida dos meses en una cárcel donde confinaban a personas acusadas por la Inquisición. Después, y pese comprobarse que era un malévolo infundio, fue desterrada al exilio. Ya enferma pidió ser trasladada a la casa de Huesca y allí aún vivió seis años de entrega, en silencio –nadie le oyó proferir ninguna queja–, y confianza en Dios. Con el cambio de gobierno regresó al hospital de Gracia y se ocupó de los niños de la Inclusa. Murió el 30 de agosto de 1853. Juan Pablo II la beatificó el 16 de octubre de 1994. En 1908 tanto el P. Bonal, con causa de beatificación abierta, como ella fueron proclamados «Héroes de los Sitios de Zaragoza».

12:08 a.m.

Por: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant | Fuente: http://www.caminando-con-jesus.org/

Patrona de Perú, América y las Filipinas
30 de agosto

Etimológicamente significa” rosa, jardín florido”. Viene de la lengua latina.

La primera mujer declarada santa de todo el continente americano

El Papa Inocencio IX dijo de esta santa un elogio admirable: "Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones". Lo cual es mucho decir.

Isabel Flores de Oliva, hija de Gaspar de Flores y María de Oliva, que por su belleza recibió popularmente el nombre de "Rosa" al que ella añadió "de Santa María" En el bautizo le pusieron el nombre de Isabel, pero luego la mamá al ver que al paso de los años su rostro se volvía sonrosado y hermoso como una rosa, empezó a llamarla con el nombre de Rosa. Y el Sr. Arzobispo al darle la confirmación le puso definitivamente ese nombre, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.

En los años en que nació Santa Rosa de Lima, la sociedad de su época, propia de un periodo colonial, esta orientada en varios aspectos por el ideal de tener más. Hay allí familias pudientes, otras de pequeños propietarios y la gran mayoría de campesinos, negros y mulatos, que son tratados como esclavos. La familia de Rosa es de pequeños propietarios. Los padres de Rosa se esfuerzan en darle una seria educación humana además de proporcionarle una sólida formación en la fe.

Lima tiene una comunidad pionera en la evangelización: el convento de Santo Domingo. Allí los seglares pueden participar en la liturgia, reunirse a meditar la Palabra de Dios y colaborar temporalmente en los puestos misionales o "doctrinas".

Desde pequeñita Rosa tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: "Rosa conságrame a mí todo tu amor". Y en adelante se propuso no vivir sino para amar a Jesucristo. Y al oír a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo.

Rosa en su interior vive un dilema: por un lado siente vocación de religiosa contemplativa y, por otros, percibe la imperiosa llamada a realizar esta vocación en el interior de su familia, trabajando por el Reino de Dios desde fuera del convento, esto sucedió así:

Se había propuesto irse de monja agustina. Pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de la Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja ó no, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano a que le ayudara a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de allí. Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: "Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea". Tan pronto pronunció estas palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo fácilmente.

A sus 20 años encuentra el camino: ser pobre por la fraternidad universal ingresando en la Orden de Predicadores, en su movimiento seglar, había sucedido que ella vino a saber que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y se propuso estudiar su vida e imitarla en todo. Y lo logró de manera admirable. Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones religiosas del templo.

Su padre fracasó en el negocio de una mina y la familia quedó en gran pobreza. Entonces Rosa se dedicó durante varias horas de cada día a cultivar un huerto en el solar de la casa y durante varias horas de la noche a hacer costuras, para ayudar a los gastos del hogar. Como dominica seglar da clases a los niños, incluyendo aprendizaje de instrumentos musicales (guitarra, arpa, cítara). En aquel hogar la vida es sencilla, pero lo necesario nunca falta.

Participa en la Eucaristía en el Convento de Santo Domingo. Al fondo de su casa, en la huerta de sus padres, construye una cabaña, una ermita, con el fin de asimilar más el Evangelio en la oración; allí entra en comunión con Dios, con los hombres y con la naturaleza. Sólo Dios la va retribuyendo y ella se va forjando como mujer de "contemplación en lo secreto". A esto une una serie de mortificaciones. Explica en sus escritos que la mortificación es necesaria para ser saciados por el Espíritu de Dios, para vivir orientados por el Espíritu Santo, para renovar la faz de la tierra a partir de uno mismo. Frente a sus prójimos es una mujer comprensiva: disculpa los errores de los demás, persona las injurias, se empeña en hacer retornar al buen camino a los pecadores, socorre a los enfermos. Se esfuerza en la misericordia y la compasión.

Es difícil encontrar en América otro caso de mujer que haya hecho mayores penitencias, lo primero que se propuso mortificar fue su orgullo, su amor propio, su deseo de aparecer y de ser admirada y conocida. Y en ella, como en todas las cenicientas del mundo se ha cumplido lo que dijo Jesús: "quien se humilla será enaltecido".-

Una segunda penitencia de Rosa de lima fue la de los alimentos. Su ayuno era casi continuo. Y su abstinencia de carnes era perpetua. Comía lo mínimo necesario para no desfallecer de debilidad. Aún los días de mayores calores, no tomaba bebidas refrescantes de ninguna clase, y aunque a veces la sed la atormentaba, le bastaba mirar el crucifijo y recordar la sed de Jesús en la cruz, para tener valor y seguir aguantando su sed, por amor a Dios.

Dormía sobre duras tablas, con un palo por almohada. Alguna vez que le empezaron a llegar deseos de cambiar sus tablas por un colchón y una almohada, miró al crucifijo y le pareció que Jesús le decía: "Mi cruz, era mucho más cruel que todo esto". Y desde ese día nunca más volvió a pensar en buscar un lecho más cómodo.

Los últimos años vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes. En la ciudad de Lima había ya una convicción general de que esta muchacha era una verdadera santa.-

Rosa de Lima, pasó los tres últimos años de su vida en la casa de Don Gonzalo de Massa, desde 1614 a 1617. Don Gonzalo era un empleado rico del gobierno y su esposa, María de Uzategui, tenía un gran aprecio por Rosa. Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor".

Desde 1614 ya cada año al llegar la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto, demuestra su gran alegría. Y explica el porqué de este comportamiento: "Es que en una fiesta de San Bartolomé iré para siempre a estar cerca de mi redentor Jesucristo". Y así sucedió. El 24 de agosto del año 1617, después de terrible y dolorosa agonía, expiró con la alegría de irse a estar para siempre junto al amadísimo Salvador a los 31 años.

Y a esta muchacha de condición económica pobre y sin muchos estudios, le hicieron un funeral poco común en la ciudad de Lima. La primera cuadra llevaron su ataúd los monseñores de la catedral, como lo hacían cuando moría un arzobispo. La segunda cuadra lo llevaron los senadores (u oidores), como lo hacían cuando moría un virrey. Y la tercera cuadra lo llevaron los religiosos de las Comunidades, para demostrarle su gran veneración. El entierro hubo que postponerlo porque inmensas multitudes querían visitar su cadáver, y filas interminables de fieles pasaban con devota veneración frente a él. Después la sepultaron en una de las paredes del templo

Su cuerpo se venera en la Basílica dominicana de Santo Domingo en Lima. Fue canonizada por Clemente X el 12 de abril de 1671. Desde ese año Toda América Meridional y Filipinas la veneran como patrona.

Así es, como es celebrada como la primera flor de santidad de América, insigne por la fragancia de su penitencia y oración. Dotada de brillantes cualidades y dotes de ingenio que tuvo ya desde niña se consagra al Señor con voto de virginidad. Sintió profunda veneración por Santa Catalina de Siena , con quien se advierte una sorprendente afinidad, así fue como por ello decidió en 1606, inscribirse en la Orden Seglar Dominicana para darse más plenamente a la perfección evangélica.

Esta amante de la soledad dedicó gran parte del tiempo a la contemplación deseando también introducir a otros en los arcanos de la "oración secreta", divulgando para ello libros espirituales. Anima a los sacerdotes para que atraigan a todos al amor a la oración.

Recluida frecuentemente en la pequeña ermita que se hizo en el huerto de sus padres, abrirá su alma a la obra misionera de la Iglesia con celo ardiente por la salvación de los pecadores y de los "indios". Por ellos desea dar su vida y se entrega a duras penitencias, para ganarlos a Cristo. Durante quince años soportará gran aridez espiritual como crisol purificador. También destaca por sus obras de misericordia con los necesitados y oprimidos.

Rosa arde en amor a Jesús en la Eucaristía y en honda piedad para con su Madre, cuyo rosario propaga con infatigable celo, estimando que todo cristiano "debe predicarlo con la palabra y tenerlo grabado en el corazón".

Los milagros empezaron a sucederse en favor de los que invocaban la intercesión de Rosa, y el sumo pontífice la declaró santa y la proclamó Patrona de América Latina, Rosa de Lima, es la más bella rosa que ha producido nuestro continente.

Santa Rosa de Lima

Himno

Cuando, Señor, en quieta lotananza

Se encienden los fulgores de este día,

No dejes avivar nuestra esperanza,

Atiende al corazón que en ti confía.

Van a pasar por manos laboriosas

Los granos de un rosario de ilusiones,

Acógelas, Señor, que son hermosas,

Amor y don de nuestros corazones.

Mujer llena de Dios, oh Santa Rosa,

Vivir para el Señor, para el Amado,

Fue el ansia de tu amor, gracia divina,

Llevada de su fuerza y de su mano.

No olvides los que vamos de camino

Siguiendo en el desierto tus pisadas,

Aboga ante el Señor favor divino,

Seguir como seguiste sus llamadas.

Proclamen nuestros labios la grandeza

Del Padre qu en el Hijo nos dio gozo,

Y, siendo nuestra herencia la pobreza,

Nos colma de su amor el Fuego Santo. Amén

ORACIÓN A SANTA ROSA DE LIMA

Santa Rosa, "Rosa y Reina del Perú", encendida en el amor a Dios y a la fe, te apartaste del mundo y te entregaste a Cristo en medio de admirables penitencias.

Quisiste ser apóstol y llevar a todos los hombres hacia Jesús. Para ello renunciaste a tu hermosura y a tus atractivos humanos, mortificando tu cuerpo... Alcánzanos el camino de la verdadera vida para que lleguemos a gozar un día de los bienes eternos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN

Oh esclarecida Virgen, Rosa celestial, que con el buen olor de vuestras virtudes habéis llenado de fragancia a toda la Iglesia de Dios y merecido en la gloria una corona inmarcesible; a vuestra protección acudimos para que nos alcances de vuestro celestial Esposo un corazón desprendido de las vanidades del mundo y lleno de amor divino.

¡Oh flor la más hermosa y delicada que ha producido la tierra americana!, portento de la gracia y modelo de las almas que desean seguir de cerca las huellas del Divino Maestro, obtened para nosotros las bendiciones del Señor. Proteged a la Iglesia, sostened a las almas buenas y apartad del pueblo cristiano las tinieblas de los errores para que brille siempre majestuosa la luz de la Fe y para que Jesús, vida nuestra, reine en las inteligencias de todos los hombres y nos admita algún día en su eterna y dichosa mansión. Amén.

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12:08 a.m.

Monje Maronita

Martirologio Romano: En Kfifane, Beato Esteban, en el siglo Yousef (José) Nehmé, religioso profeso libanés de la orden libanesa de los maronitas. ( 1938)

Martirologio Romano: 27 de junio de 2010, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.

Yousef (José), hijo de Esteban Nehmé y Cristina Badwi, nacido en Marzo de 1889, en Lehfed, un poblado del Municipio Biblos, al Nor-centro del Líbano, era el menor de 4 hermanos en una familia humilde, su único medio de vida es el cultivo de la tierra.

En 1905, con apenas 16 años de vida se dirige al convento de la Orden Libanesa Maronita en Kfifan, a un día de camino de Lehfed para ingresar a la vida monástica, con el nombre de Estefan, en honor al patrón de su pueblo y su padre.

En agosto de 1907 ofrendó sus promesas monásticas para iniciar una vida llena de humildad, sencillez y servicio al prójimo, de un monasterio a otro en las montañas de mi país.

Pasaron los tiempos y Estefan llego a ser Jefe de Trecho en el monasterio, cultivando, cosechando y manteniendo la tierra.

El 30 de agosto de 1938, a los 49 años de edad se marchó el Hermano Nehmé a la casa del Padre, 12 años después abren el ataúd y encuentran el cuerpo puro e intacto y desde entonces las multitudes visitan al Hermano Monje para obtener muchas bendiciones y milagros con su intercesión.

El sábado 27 de marzo de 2010, S.S. Benedicto XVI firmó el decreto referente a un milagro atribuido a la intercesión del Beato Esteban Nehmé.

12:08 a.m.

Por: . | Fuente: Vatican.va

Presbítero

Martirologio Romano: En Belo Horizonte, Brasil, beato Eustaquio (Huberto) van Lieshout, sacerdote profeso de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María ( 1943).

Breve Biografía

Nació en Aarle-Rixtel (Países Bajos), en la diócesis de Hertogenbosch, el 3 de noviembre de 1890. Fue bautizado el mismo día, con el nombre de Humberto.

Era el octavo de once hermanos de una familia muy católica, en la que cada día se rezaba el Ángelus y el rosario. Se asistía a la celebración de la Eucaristía no sólo los domingos sino también muchas veces entre semana. En casa había un ambiente de serenidad y trabajo, así como de mucha solidaridad entre los hermanos. De niño, Humberto, asistió a la escuela de las Hermanas de la Caridad de Schijndel y después a la del maestro católico Harmelinck.

De carácter jovial y sociable, era muy apreciado tanto en casa como fuera. Pronto sintió la llamada al sacerdocio, por lo cual quiso hacer estudios secundarios, contra el parecer de su maestro, que no lo consideraba dotado para ello. Su padre lo quería para las labores del campo. Humberto logró, finalmente, que su padre le permitiera estudiar. Fue a Gemert para asistir a la escuela secundaria y allí permaneció dos años. Habiendo leído la biografía del padre Damián de Veuster, decidió entrar en la congregación de los Sagrados Corazones. Ingresó en 1905 en la escuela apostólica que esa congregación tenía en Grave y allí continuó los estudios de secundaria. A pesar de las dificultades que encontraba en los estudios, especialmente en las lenguas, se esforzó mucho y los profesores lo animaron, dada su voluntad y su disposición para la vida religiosa misionera.

Terminados los estudios secundarios, el 23 de septiembre de 1913, fue admitido al noviciado, que en aquel tiempo se encontraba en Tremeloo (Bélgica). Tomó el nombre de Eustaquio, con el que se le conoce desde entonces. Ante la invasión alemana de Bélgica en aquel año, tuvo que regresar a su casa. Esta situación duró poco tiempo y pudo continuar el noviciado en los Países Bajos, haciendo su profesión temporal el 27 de enero de 1915 en Grave (Países Bajos) y la profesión perpetua el 18 de marzo de 1918 en Ginneken (Países Bajos). En 1916 concluyó los cursos de filosofía y durante los años 1916-1919 hizo los estudios teológicos en Ginneken. Sus profesores, admitiendo que no estaba muy dotado para las cuestiones metafísicas, sin embargo consideraban que iba adquiriendo una buena visión teológica y un buen criterio en las cuestiones de práctica pastoral. Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1919.

Ejerció el ministerio en su patria durante cinco años. El primer año lo pasó en Vierlingsbeek como asistente del maestro de novicios. Los superiores, motivados sobre todo por su piedad y estricta observancia de la Regla, lo dedicaron al ámbito de la formación. Luego pasó dos años en Maasluis en el servicio pastoral a los obreros del cristal que eran valones de lengua francesa y se habían refugiado en los Países Bajos. Con ellos demostró un gran celo apostólico, que fue reconocido por el Estado belga, el cual lo condecoró por sus servicios a esa minoría.

Por último, durante dos años ejerció el ministerio en Roelofarendsveen como vicario del párroco, p. Ignacio Herscheid. Aquí su actividad fue muy intensa con las organizaciones parroquiales, así como en el confesionario y en la asistencia a los enfermos. En el mes de diciembre de 1924 fue enviado a España para aprender español, ya que en principio pensaban destinarlo a una misión en Uruguay; sin embargo, después fue enviado a Brasil. El padre Eustaquio deseaba ser misionero y ese deseo se vio cumplido cuando se erigió la provincia de los Países Bajos y el nuevo provincial, p. Norbert Poelman buscó una misión en América Latina para la provincia naciente.

El p. Eustaquio llegó a Río de Janeiro el 12 de mayo de 1925. Trabajó como misionero durante dieciocho años en Brasil, diez en Agua Suja, seis en Poá y los dos últimos años de su vida, breves estancias en varias casas de la Congregación: Río de Janeiro, Fazenda de San José de Río Claro, Patrocinio, Ibiá y, por último, en Belo Horizonte como párroco de Santo Domingo, donde murió el 30 de agosto de 1943.

El 23 de abril de 1925 partieron de Amsterdam el p. Norbert Poelman, provincial, con los tres primeros misioneros para Brasil: Gilles van de Boogaard, Eustaquio van Lieshout y Mathias van Roy. Llegaron el 12 de mayo y tuvieron que esperar hasta el 15 de julio para tomar posesión de la parroquia de Agua Suja, que actualmente se denomina Romaría, en la diócesis de Uberaba, en la región conocida como "Triángulo Minero". La parroquia tenía el santuario diocesano de Nuestra Señora de la Abadía. En principio el p. Eustaquio colaboró como vicario, asumiendo la atención pastoral de la parroquia de Nova Ponte y sus capillas.

Posteriormente, a partir del 2 de marzo de 1926, fue nombrado párroco de Agua Suja. Era una parroquia donde la gente se dedicaba fundamentalmente a la búsqueda del oro en las orillas del río Bagagem. Dada la incertidumbre de los resultados de aquellos trabajos, la situación económica y social era difícil. El p. Eustaquio se dedicó plenamente a sus feligreses y trató de atenderlos tanto física como espiritualmente. Su empeño por mejorar las condiciones humanas y religiosas de aquella población dio buenos frutos. Especial dedicación prestó siempre a los pobres y a los enfermos, produciéndose ya entonces algunas curaciones por su medio.

El 15 de febrero de 1935 tomó posesión de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes de Poá, en la región metropolitana de São Paulo. Recibió también el encargo del cuidado pastoral del barrio de San Miguel Paulista, actualmente sede de la diócesis. Si la parroquia de Romaría era difícil no lo era menos la de Poá. A su llegada carecía de templo parroquial, con problemas con las sectas espiritistas y bastante indiferencia entre la gente. El p. Eustaquio se dedicó de nuevo con gran celo a visitar a las familias, los enfermos, los pobres, los niños, así como a la organización parroquial. A partir de 1937 su apostolado asumió una connotación particular: el don de curación por intercesión de san José. Especialmente orientó esta actividad a fortalecer la fe del pueblo y a liberarla de la tendencia a la superstición. Es entonces cuando su fama comenzó a extenderse por el país y de todos lados comenzaron a llegar personas que querían verle y obtener por su medio el favor de la curación. La afluencia de la gente era cada vez mayor, llegando a pasar por Poá unas diez mil personas al día. Dadas las limitaciones de aquella parroquia para admitir tanta gente, la autoridad civil comenzó a intervenir y posteriormente los superiores se vieron obligados a trasladar al p. Eustaquio. Una vez recibida la orden de sus superiores, actuó prontamente y salió de Poá el 13 de mayo de 1941.

Los dos últimos años de su vida constituyeron una verdadera peregrinación. En todos los sitios a donde llegaba, incluso tratando de esconderse de la gente, había personas que lo buscaban para pedirle ayuda, consuelo y curación. En Río de Janeiro permaneció unos quince días y también allí hubo grandes concentraciones de personas que lo buscaban. De nuevo fue trasladado, esta vez tratando de ocultar su destino. De hecho permaneció con otro nombre, p. José, en la Fazenda de Río Claro y allí se dedicó a la oración, a la lectura y también a atender a los ochocientos colonos de la factoría. Algunos obispos y sacerdotes, a pesar del carácter incógnito de este tiempo, le solicitaron bendiciones y oraciones para los enfermos, cosa que realizó con el permiso de sus superiores.

Del 13 de octubre de 1941 al 14 de febrero de 1942, fue enviado a Patrocinio. Allí pudo ejercer de nuevo el apostolado en forma pública con algunas condiciones. En cualquier caso también allí por su medio hubo numerosas conversiones. Después fue trasladado a Ibiá, en Minas Gerais, como párroco una vez más, ya que parecía que la situación se había estabilizado. Después de tres meses en los que pudo ejercer serenamente su actividad parroquial, los superiores creyeron conveniente trasladarlo como párroco a Belo Horizonte, a la parroquia dedicada a los Sagrados Corazones. Allí permaneció desde el 7 de abril de 1942 hasta su muerte.

Además de todas las actividades parroquiales ordinarias, cada día recibía a unas cuarenta personas en el confesionario, que llegaban a él provistas de un billete, como habían dispuesto los superiores para evitar concentraciones. Especialmente se ocupaba de las confesiones de los enfermos. Ante las peticiones de otras parroquias, acudía con presteza y escuchaba muchas confesiones. Ciertamente todos lo consideraban un verdadero misionero y un santo.

El 20 de agosto, atendiendo a un enfermo de tifus exantemático, él mismo contrajo la enfermedad. En principio se le diagnosticó una pulmonía, pero después se constató que se trataba de esa grave enfermedad, que por entonces era incurable. Consciente de la proximidad de su muerte y habiendo pronosticado él mismo que se produciría en pocos días, se preparó a ella con la oración y la recepción de los sacramentos. Los testigos afirman la gran fortaleza con la que afrontó aquella situación hasta el final. Sus últimas palabras, dirigidas al p. Gil, fueron: "Padre Gil, ¡Deo gratias!"; diciendo esto, expiró.

Beaticado el 15 de junio de 2006.

Reproducido con autorización de Vatican.va

 

12:08 a.m.

Por: . | Fuente: Franciscanos.net

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Bilbao, España, beato Vicente Gabanes Badenas, presbítero de los Terciarios Capuchinos de la Bienaventurada Virgen de los Dolores y mártir, que, durante la persecución contra la fe, mereció entrar en el banquete de la gloria.

Nacido en Torrent (Valencia) el 25 de febrero de 1908; se hizo Terciario Capuchino el 15 de septiembre de 1923. Ordenado sacerdote el 12 de marzo de 1932. Estudia en la Universidad de Valencia y en el Instituto de Estudios Penales. Ejerce su ministerio en las Escuelas de Reforma de Madrid y Amurrio (Álava), alternando estudio, prácticas del gabinete de Psicología y dirección espiritual de la Fraternidad. Detenido el 27 de agosto de 1936 por los milicianos, lo trasladan a Orduña, Vizcaya, intentan hacerlo apostatar, y ante la negativa se vuelven hacia Amurrio, lo hacen bajar del vehículo y lo abalean dejándolo por muerto en el prado de San Bartolomé de Orduña. Malherido, logra llegar a casa de un amigo, y es trasladado al hospital de Orduña, y de ahí al de Basurto, donde fallece el domingo 30 de septiembre, confesado y habiendo perdonado a sus asesinos. Se distinguió por su carácter apacible, dulce y amable. Fiel al deber, entregado al apostolado de la reforma de la juventud extraviada, con competencia y celo apostólico.

Fue beatificado el 11 de marzo de 2001 junto a 232 mártires durante la guerra civil en España.

12:08 a.m.

Obispo de Guadix-Baza

Martirologio Romano: En Almería, España, pasión de los beatos mártires Fiego Ventaja Milán, obispo de Almería, y Manuel Medina Olmos, Obispo de Guadix-Baza, quienes encarcelados por odio a la fe cristiana, soportaron insultos e injurias, hasta una noche en la que fueron fusilados.

Fecha de beatificación: Beatificados el 10 de octubre de 1993 por S.S. Juan Pabo II.

Lista del grupo de mártires: Hermano Edmigio (Isidoro Primo Rodríguez), Hermano Amalio (Justo Zariquiegui Mendoza), Hermano Valerio Bernardo (Marciano Herrero Martínez), Hermano Teodomiro Joaquín (Adrián Sáiz Sáiz), Hermano Evencio Ricardo (Eusebio Alonso Uyarra), Hermano Aurelio María (Bienvenido Villalón Acebrón), Hermano José Cecilio (Bonifacio Rodríguez González), todos ellos hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle.
La lista es completada por Mons. Diego Ventaja Milán, obispo de Almería, y Mons. Manuel Medina Olmos, obispo de Gaudix.

Nacido en el seno de una humilde familia, quedó pronto huérfano de madre. Realizó estudios de bachillerato entre 1877 y 1882, obteniendo el premio extraordinario de bachiller, sección de Letras, en el Instituto de Almería. Cursó estudios de Derecho y de Filosofía y Letras en la Universidad de Granada y de Teología en el Seminario Central de Granada. Fue ordenado sacerdote en agosto de 1891, ejeciendo sucesivamente de párroco en el Sagrario de Guadix y de canónigo del Sacromonte de Granada. Colaboró con el padre Manjón en las escuelas del Ave María, siendo a partir de 1895 subdirector de esta institución.

Desde 1896 fue profesor de Metafísica en la Facultad Civil del Colegio del Sacromonte, en la que se licenció en Derecho el 3 de abril de 1898. Fue nombrado rector de este colegio en 1901. Obtuvo la licenciatura en Filosofía y Letras el 26 de septiembre del mismo año en la Universidad de Granada.

Durante estos años escribe y publica un ensayo sobre el que fuera fundador del la Abadía del Sacromonte, el arzobispo Pedro Vaca Castro y Quiñones, un libro de teatro infantil, la comedias La mejor lima social, las zarzuelas El dia de Inocentes, a la que puso música el maestro Alonso, Los peligros del mentir y La primera gracia, así como un tratado sobre la obra jurídica del Padre Suarez, publicado en 1917.

El 14 de diciembre de 1925 fue preconizado obispo auxiliar de Granada, archidiócesis que estaba entonces a cargo del cardenal Casanova. Tres años más tarde es nombrado obispo de Guadix, tomando posesión el 30 de noviembre de 1928.

Realizó entre los años 1929 y 1932 una completa visita pastoral a la diócesis a su cargo. De entre sus cartas pastorales, el propio obispo destacó las dos de 1931 tituladas «La nueva Costitución Española» (29-6-1931) y «El capital y el trabajo» (17-9-1931). Entre 1934 y 1935 fue administrador apostólico de la diócesis de Almería.

Tras un registro del palacio arzobispal, el 27 de julio de 1936 fue apresado por un grupo encabezdo por el alcalde de Guadix, y trasladado posteriormente, junto a otros tres sacerdotes, a Almería, permaneciendo preso en la casa del vicario general, en el barco prisión Astoy Mendi y en el acorazado Jaime I, hasta que en la madrugada del 30 de agosto de 1936, fue trasladado en camión hasta el barranco de los Chismes en término de Vícar, donde lo fusilaron junto a otros dieciséis sacerdotes y seglares.

Iniciado en 1954 su proceso de beatificación, fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 10 de octubre de 1993, estableciéndose el 30 de agosto como fiesta conmemorativa.

Es copatrón de Lanteira, su aldea natal, donde se saca en procesión su imagen cada 30 de agosto durante las fiestas que se celebran en su honor.

11:55 p.m.

Por: . | Fuente: Clairval.com

Fundadora de la
Congregación de las Hermanitas de los Pobres

Martirologio Romano: En Renes, en Francia, beata María de la Cruz (Juana) Jugan, virgen, que fundó la Congregación de las Hermanitas de los Pobres, para pedir limosna por Dios para los pobres, y expulsada injustamente de la dirección del Instituto, pasó el resto de su vida en la oración y en la humildad. ( 1879)

Fecha de canonización: 11 de octubre de 2009, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.

Juana Jugan nace en Cancale (Bretaña - Francia) el 25 de octubre de 1792, y es bautizada aquel mismo día. Es la quinta de una familia de siete hermanos. Su padre, marino como la mayoría de los habitantes de Cancale, desaparece en el mar el año en que Juana cumple su cuarto cumpleaños. La pequeña Juana aprende enseguida de su madre a realizar las tareas domésticas, a cuidar de los animales y, sobre todo, a rezar. Al igual que otras muchas iglesias, la de Cancale había sido cerrada por la Revolución. Ya no hay catecismo organizado, pero muchos niños reciben instrucción en secreto por parte de personas piadosas. En 1803, Juana recibe la primera Comunión. A partir de aquel día se vuelve especialmente obediente y dulce, dispuesta para el trabajo y asidua a la oración.

«No encontrarás mejor partido»

A finales de 1816 tiene lugar en Cancale una gran «Misión»: unos veinte sacerdotes se reparten los sermones, el catecismo, el Rosario, las confesiones, las visitas a domicilio, etc. Son días de gracias y de fervor por toda la parroquia. En medio de la oración, Juana siente brotar en su corazón un enorme deseo de consagrarse al servicio de los pobres por amor de Dios, sin esperar recompensa humana alguna. Al final de la Misión, rechaza definitivamente una petición de matrimonio. Su madre le pregunta: «¿Por qué lo has rechazado? No encontrarás mejor partido. – El Señor me reserva para una obra que aún no se ha fundado», responde Juana.

Al año siguiente, Juana abandona Cancale y a su familia para servir a Cristo en medio de los pobres y vivir como pobre entre ellos, entrando como enfermera en el hospital Rosais de Saint-Servan. Pero, al cabo de varios años de servicio, cae gravemente enferma. Una persona caritativa, la señorita Lecoq, la acoge en su casa. Durante doce años, llevarán las dos una vida en común, condicionada por la oración, la Misa diaria, la visita a los pobres y la catequesis a los niños. Tras la muerte de la señorita Lecoq, Juana conoce a Francisca Aubert, que comparte el mismo ideal de vida. Alquilan una vivienda y se consagran al cuidado de los pobres. Muy pronto se les agrega una joven de diecisiete años: Virginia Trénadiel.

Una tarde, Juana regresa, con aspecto preocupado, de su jornada de trabajo. Francisca vigila la sopa mientras hila en la rueca. Juana le dice: «Acabo de visitar a una persona digna de lástima... ¡Imagínate una anciana ciega, medio paralítica, completamente sola en un cuchitril y en estos primeros fríos del invierno!... Francisca, ¿qué te parece si la traemos a casa? Para los gastos, trabajaré más. – Como quieras, Juana». La ciega se llama Ana Chauvin. Al día siguiente, Juana la recoge y la acuesta en su propia cama. La inválida siente preocupación: «¿Cómo harán para alimentarme? ¿Dónde se acostará usted si me da su cama? – No se preocupe», responde Juana. Unos días más tarde, una vieja soltera, Isabel Quéru, tiritando de frío, llama tímidamente a la puerta. Había servido sin sueldo, durante muchos años, a unos dueños arruinados. A la muerte de éstos, se había quedado sin protección y sin recursos. «Isabel, le dice Juana, es el Señor quien le envía. Quédese con nosotras».

Una amiga de Virginia, María Jamet, no tarda en relacionarse con Juana y la gente de su casa. El 15 de octubre de 1840, las tres amigas fundan una pequeña asociación de caridad dirigida por el párroco Augusto Le Pailleur, vicario de Saint-Servan. Francisca Aubert acepta ayudarlas en lo que respecta a las curas y a los remiendos, pero se considera demasiado mayor para comprometerse más a fondo. En contrapartida, una joven obrera de veintisiete años, muy enferma, Magdalena Bourges, que había sido acogida y curada por Juana, se incorpora a aquel pequeño grupo. De ese modo, en torno a las dos mujeres mayores, acaba de nacer una pequeña célula, embrión de una gran congregación que se llamará de las «Hermanitas de los pobres».

«Con mi cesto...»

Muy pronto, otros ancianos indigentes solicitan ser hospedados, y las hermanas se trasladan a otros locales más amplios. Pero la generosidad de los amigos y los ingresos de las hermanas, de cuyo trabajo vive la casa, ya no son suficientes. Las ancianas que tenían costumbre de mendigar le dicen a Juana: «¡Reemplácenos, mendigue por nosotras!». Un religioso de San Juan de Dios mueve a la fundadora a que siga ese consejo y le entrega su primer cesto de la colecta. La orgullosa naturaleza bretona de Juana se rebela ante esa necesidad, pero al final se decide. Más tarde les dirá a las novicias: «Os mandarán a la colecta, hijas mías, y os costará mucho. También yo la hice, con mi cesto; me costaba mucho, pero lo hacía por el Señor y por los pobres». He aquí el origen de la colecta, principal fuente de ingresos de las Hermanitas de los pobres.

En sus rondas, Juana pide dinero, pero también dádivas en especie, como verduras, sábanas usadas, lana, un caldero, etc. Pero no siempre es bien recibida. Un día, llama a la puerta de un anciano rico y avaro; consigue persuadirlo y recibe una buena ofrenda. Al día siguiente, la limosnera se presenta de nuevo en su casa, pero esta vez él se enfada. «Señor, responde ella, mis pobres tenían hambre ayer, también hoy tienen hambre y mañana seguirán teniendo hambre...». Ya más tranquilo, el bienhechor entrega una limosna y promete seguir haciéndolo. En otra ocasión, un viejo soltero, enfadado, le pega una bofetada. Ella le dice con humildad: «Gracias; eso es para mí. ¡Pero ahora déme algo para mis pobres, por favor!». Tanta mansedumbre abre el monedero del solterón. De ese modo, con la sonrisa, consigue invitar a los ricos a la reflexión, al descubrimiento de las necesidades de los pobres, y la colecta se convierte en una verdadera evangelización, en una llamada a la conversión del corazón.

Juana Jugan siente aversión por la ociosidad. «La Virgen era pobre, le gusta repetir. Hacía como los pobres: no perdía el tiempo, pues los pobres nunca deben estar desopucados». Tras haber conseguido unas ruecas, hiladoras y devanaderas, las entrega a sus internas menos impedidas, quienes, orgullosas de aportar con su trabajo algún dinero a la bolsa comunitaria, se toman mayor interés en la vida del asilo.

Poco a poco, Juana y sus amigas se organizan. Llevan una vestimenta semejante, un nombre de religión –el de Juana es «sor María de la Cruz»– y pronuncian votos privados, de obediencia y de castidad. Algo más tarde añaden los de pobreza y hospitalidad. Por este último se consagran a la acogida de los ancianos pobres. A finales de 1843, las hermanas tienen a su cargo unas cuarenta personas, hombres y mujeres. El 8 de diciembre, proceden a elegir a su superiora, cuyo cargo vuelve a recaer por unanimidad en Juana. Pero el día 23, el párroco Le Pailleur impone su autoridad y anula esa elección, designando como superiora a María Jamet, que tiene sólo 23 años (Juana tiene 51). El sacerdote teme, en efecto, no poder dirigir la congregación a su antojo con Juana, cuya experiencia y celebridad le molestan. Juana mira el crucifijo de la pared, después una estatuilla de la Virgen, y se arrodilla ante su sustituta, prometiéndole obediencia. En adelante su misión consistirá en hacer la colecta.

Un alma menos templada habría retrocedido ante la perspectiva de perder el gobierno de una casa organizada a su manera, para convertirse en una mendiga. «A mi entender –declaró un religioso franciscano originario de Cancale–, por parte de mi venerable compatriota, el hecho de ser desposeída de su puesto de superiora y de convertirse en una simple mendiga fue un gran acto de virtud, porque las mujeres de Cancale son más bien independientes, incluso autoritarias, y antes prefieren mandar que obedecer». A partir del 24 de diciembre, a pesar del riguroso ayuno de aquella vigilia de Navidad, Juana vuelve a sus rondas de colecta. «¡Cuántas pruebas y méritos –exclamó un orador– supone esa colecta llena de angustias, realizada siempre para cubrir las necesidades de ese día o del siguiente! ¡Había que salir a pesar del tiempo, sufrir el calor, el frío o la lluvia, abordar a todo tipo de gente, recorrer largos trayectos y llevar pesados fardos!». Pero el alma de Juana está «verdaderamente imbuída del misterio de Cristo Redentor, en especial en su Pasión y Cruz» (Juan Pablo II, 3 de octubre de 1982).

¿Madre o hija?

Unida a Cristo, Juana acepta de corazón las humillaciones, llegando incluso a amarlas y a buscarlas. Quizás, una de las que más le cuesta sobrellevar es, a causa de su orgullo nativo, la que procede de la manera en que la superiora le prodiga sus advertencias. En una carta del 26 de enero de 1846, María Jamet, veintisiete años más joven que Juana, le escribe: «Querida hija... ¡Qué bueno es Dios, que permite que una pobre como tú sea tan bien acogida!... Sin embargo, hija mía, procura no ser importuna, y si llegas a molestar, aunque sea poco, no abuses de la bondad de esa excelente persona... Te recomiendo que tengas cuidado de no concebir ningún sentimiento de amor propio. Debes convencerte de que, si actúan contigo de ese modo, no es a causa de ti, sino que es Dios quien lo permite para bien de sus pobres. En cuanto a ti, considérate como lo que eres en realidad, es decir, pobre, débil, miserable e incapaz de todo bien... Tu madre, María Jamet». Juana recibe esos consejos con dulzura y humildad.

El desarrollo de la obra obliga a extender las colectas más lejos. Juana es enviada a Rennes, donde, desde los primeros días se fija en los mendigos, sobre todo en los más viejos, que necesitan auxilio con urgencia. Sin duda alguna, hay que fundar una casa en esa ciudad. Con la ayuda de San José, el 25 de marzo de 1846 adquieren una casa. Juana vuelve a sus colectas por las ciudades del oeste de Francia. Se inauguran casas en Dinan, Tours, París, Besançon, Nantes, Angers, etc. Varias veces, porque ha sabido conquistar la confianza de todos, Juana consigue salvar del desastre a la obra, cuya dirección le ha sido usurpada. Ella acude, obtiene los fondos que faltan, anima a unos y a otros y se eclipsa para ayudar en otros lugares. Parece como si no tuviera dónde reposar la cabeza, pero ella se apoya por completo en la Providencia.

«¡San José, queremos mantequilla!»

Es deseo de Juana Jugan que las personas mayores se sientan realmente como en su casa en los lugares de acogida. Un día, en la fundación de Angers, se da cuenta de que los ancianos comen el pan sin nada. «¡Estamos en el país de la mantequilla!, exclama. ¿Por qué no le pedís a San José?». Enciende una lamparilla ante la estatua del padre putativo de Jesús, manda que traigan todos los recipientes de mantequilla vacíos y coloca un cartel: «San José, mándanos mantequilla para los ancianos». Los visitantes se extrañan o se divierten ante semejante candor, pero bajo esa aparente ingenuidad se esconde una profunda fe. Unos días más tarde, un donante anónimo envía un lote muy importante de mantequilla, con el que se llenan todos los recipientes. También es deseo de Juana procurar alegría a sus pobres, por lo que se dirige al coronel de la guarnición de Angers y le pide que, por la tarde de un día festivo, envíe a algunos músicos del regimiento para alegrar a sus ancianos. «Hermana, le voy a enviar toda la banda para complacerla y para regocijo de todos sus ancianos». Y la banda militar de Angers acude a contribuir a la alegría de la fiesta.

En mayo de 1852, el arzobispo de Rennes, donde se encuentra la casa madre de las hermanas, aprueba oficialmente los estatutos de la obra, dándole el nombre de Familia de las Hermanitas de los pobres. Las hermanas, al socorrer a las personas mayores abandonadas, ponen de relieve el insustituible valor de la vida humana en la vejez. Su testimonio adquiere una importancia muy especial en nuestra época, en que los progresos de la técnica y de la medicina suponen una prolongación de la esperanza media de vida.

La estima hacia los ancianos se basa en la ley natural expresada en el mandamiento de Dios Honra a tu padre y a tu madre (Dt 5, 16). «Honrar a las personas mayores implica un triple deber para con ellos: acogerlos, asistirlos y dar valor a sus cualidades» (Juan Pablo II, Carta a las personas mayores, 11-12). Las personas mayores necesitan asistencia con motivo de la disminución de sus fuerzas y de eventuales dolencias, pero, en contrapartida, pueden aportar mucho a la sociedad. Las vicisitudes que han debido soportar durante su vida les han dotado de una experiencia y de una madurez que les mueven a contemplar los acontecimientos de este mundo con mayor sensatez. Siguiendo sus enseñanzas, las generaciones más jóvenes pueden tomar lecciones de historia que deberían ayudarles a no repetir los errores del pasado. Nuestra sociedad, dominada por las prisas y la agitación, olvida los principales interrogantes que conciernen a la vocación, a la dignidad y al destino del hombre. En ese contexto, los valores afectivos, morales y religiosos que han podido vivir las personas mayores representan una fuente indispensable para el equilibrio de la sociedad, de las familias y de las personas. Frente al individualismo, nos recuerdan que nadie puede vivir solo, y que es necesaria la solidaridad entre las generaciones, de manera que cada una pueda enriquecerse con los dones de las demás.

Misioneras en la tercera edad

Las personas mayores cumplen igualmente una misión evangelizadora; en muchas familias los niños pequeños reciben de sus abuelos los primeros rudimentos de la fe. Los ancianos, incluso los más enfermos o quienes se ven privados de la movilidad, pueden cumplir también, para el bien de la Iglesia y del mundo, el servicio de la oración. A través de ésta participan tanto de los dolores como de las alegrías de los demás, rompiendo el círculo del aislamiento y de la impotencia. Tomando fuerzas de la oración, son capaces de infundir ánimos, mediante el testimonio de un sufrimiento asumido en el abandono a Dios y la paciencia.

Las personas mayores encuentran ocasión de completar, en sus carnes y en su corazón, lo que le falta a la Pasión de Cristo (cf. Col 1, 24), ofreciendo la prueba de la enfermedad y del sufrimiento –que es su destino común– a la intención de la Iglesia y del mundo. Pero, para poder realizar dicha misión, necesitan sentirse amadas y respetadas, pues no resulta fácil aceptar el sufrimiento con humildad. Por eso, las personas que padecen grandes sufrimientos son tentadas en ocasiones por la exasperación y la desesperanza. Entonces, las personas allegadas pueden sentirse inclinadas, debido a una compasión mal entendida, a considerar razonable la provocación directa de la muerte (la eutanasia). Pero, «a pesar de las intenciones y de las circunstancias, la eutanasia sigue siendo un acto intrínsecamente malo, una violación de la ley de Dios y una ofensa a la dignidad de la persona humana» (Juan Pablo II, Carta a las personas mayores, 9; cf. encíclica Evangelium vitae, 65). Solamente Dios determina el principio y el fin de la vida humana, según su designio de Creador, y llama a cada persona a ser su hijo mediante la participación en su propia vida divina. Esa dignidad incomparable procede de Cristo, quien, en la Encarnación, «se unió en cierto modo a todo hombre» (Vaticano II, Gaudium et Spes, 22); por lo tanto debe ser respetada. Es la razón principal de la consagración de las Hermanitas de los pobres a los ancianos, en quienes Juana Jugan les enseñó a ver a Jesucristo.

«Se la cedo de buen grado»

Después de haber servido a Cristo con sus colectas, la beata acabará sus días en el silencio. En efecto, durante el transcurso del año 1852, el párroco Le Pailleur le ordena que se retire a la casa madre. En adelante ya no mantendrá relaciones regulares con los bienhechores, ni funciones destacadas en la congregación. Aún vivirá veintisiete años, oculta a los ojos de los hombres, ocupada en humildes tareas domésticas y sin ninguna reivindicación. Con gran lucidez sobre esa situación, su corazón sigue siendo lo suficientemente libre como para decirle de broma al padre Le Pailleur: «Me ha robado usted mi obra; pero se la cedo de buen grado». En la primavera de 1856, la casa madre de las Hermanitas se traslada a una extensa propiedad que han comprado a treinta y cinco kilómetros de Rennes: la Tour Saint-Joseph, donde Juana prodiga consejos espirituales a las novicias. En las horas difíciles les dice: «Cuando os encontréis al límite de vuestra paciencia y de vuestras fuerzas, cuando os sintáis solas e impotentes, id al encuentro de Jesús; Él os espera en la capilla. Decidle esto: «Sabes muy bien lo que ocurre, Jesús mío, sólo tú lo sabes todo. Ven en mi ayuda». Luego os marcháis, y no os preocupéis por cómo tengáis que actuar; basta con que se lo hayáis dicho al Señor; él tiene buena memoria».

Insiste a las novicias para que no multipliquen demasiado las oraciones: «Cansaréis a los ancianos, se aburrirán y se irán a fumar... incluso durante el Rosario». Con las jóvenes comparte sus experiencias: «Hay que estar siempre de buen humor; a nuestros ancianitos no les gustan las caras tristes... No hay que tener miedo a cocinar, ni tampoco a curarlos cuando están enfermos. Hay que ser como una madre para quienes saben darnos las gracias y también para quienes no saben reconocer todo lo que hacéis por ellos. Repetíos a vosotras mismas: «¡Por ti lo hago, Jesús mío!»». Y además: «Antes de actuar hay que rezar y reflexionar. Es lo que he hecho durante toda la vida: sopesaba todas mis palabras».

En los últimos años de su vida, Juana habla con frecuencia, aunque con serenidad, de su muerte. Pero, antes de partir, tendrá una última alegría. El 1 de marzo de 1879, León XIII aprueba definitivamente las constituciones de las Hermanitas de los pobres. En aquel momento, la congregación cuenta aproximadamente con 2.400 hermanas y 177 casas de acogida. El 29 de agosto siguiente, Juana se extingue dulcemente después de decir: «¡Oh, María, madre mía, ven conmigo. Sabes que te amo y que tengo ganas de verte!». Una vida de tanta humildad tenía que producir muchos frutos. En el umbral del tercer milenio, 3.460 Hermanitas dan vida a 221 casas, repartidas por los 5 continentes. Por una maravillosa consideración de la Providencia, siguen viviendo principalmente de las dádivas que reciben.

Con motivo de la beatificación de Juana Jugan (Octubre 3 / 1982), el Papa Juan Pablo II decía: «La Iglesia entera y la propia sociedad no pueden sino admirar y aplaudir el maravilloso crecimiento de la pequeña semilla depositada en tierra bretona por esta humilde joven de Cancale, tan pobre de bienes pero tan rica de fe... Et exaltavit humiles (Ensalza a los humildes). Esta frase tan conocida del Magnificat colma mi espíritu y mi corazón de gozo y de emoción... La atenta lectura de las biografías dedicadas a Juana Jugan y a su epopeya de caridad evangélica, me inducen a decir que Dios no podía dejar de glorificar a tan humilde servidora... Al recomendar a menudo a las Hermanitas con frases como «¡Sed pequeñas, muy pequeñas! ¡Conservad ese espíritu de humildad y de sencillez! Si llegáramos a creernos que somos algo, la congregación dejaría de bendecir a Dios y nos desmoronaríamos», Juana estaba revelando en realidad su propia experiencia espiritual... En nuestro tiempo, el orgullo, la búsqueda de la eficacia, la tentación de los medios de poder, están ganando actualidad en el mundo, y también a veces, por desgracia, en la Iglesia. Son un obstáculo para el advenimiento del reino de Dios. Por eso la fisonomía espiritual de Juana Jugan es capaz de atraer a los discípulos de Cristo y de llenar sus corazones de esperanza y de alegría evangélica, tomadas de Dios y del olvido de sí mismo».

Fue canonizada el 11 de octubre de 2009.

Reproducido con autorización expresa de Abadía San José de Clairval

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